PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
edición original 
T25.3 [19] 47 Cuando estés en la oscuridad50, mira al salvador de lo oscuro y trata de comprender a tu hermano tal como te lo muestra la Mente de Su Padre51.

48 El salvador saldrá de la oscuridad al tú mirar a tu hermano52, y dejarás de ver lo oscuro. 49 La oscuridad53 no afectó a tu hermano realmente54, como tampoco te afectó a ti55, que lo sacaste de ella para poder mirarlo de frente56.

50 Su impecabilidad no hace sino reflejar la tuya. 51 Su amabilidad se vuelve tu fuerza y, gustosamente, ambos mirarán en sus respectivos fueros internos y verán la santidad que tiene que estar ahí justamente por lo que tú quisiste ver en él.

52 Él57 es el marco en el que tu santidad está enmarcada, y lo que Dios le dio tiene necesariamente que dársete a ti.

53 Por mucho que él pase por alto la obra maestra que se encuentra en él y sólo vea un marco de oscuridad, tu única función seguirá siendo la de ver en él lo que él no ve. 54 Y, al verlo, compartirás la visión que mira a Cristo en lugar de ver la muerte.

  UCSM TEXTO
CH 25 EL REMEDIO
T25.3 EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es EL CUERPO? pár1-5
LTe.5 (-L261).1 1 El cuerpo es una cerca que el Hijo de Dios imagina haber construido para separar a unas partes de su Yo de otras1. 2 Cree que vive dentro de esta cerca, para morir a medida que pierde facultades y se degenera. 3 Pues cree que dentro de esta cerca está a salvo del Amor2. 4 Al identificarse con su seguridad, se ve a sí mismo como lo que ésta es3. 5 ¿De qué otra manera podría estar seguro de permanecer dentro del cuerpo, manteniendo al Amor fuera de él?
1 .. las individualidades separadas unas de otras y compitiendo interminablemente unas contra otras que hizo para reemplazar a su Yo: Mi Yo (con mayúscula), o mi Alma, conjuntamente con todas las demás Almas fusionadas en Una sola en Cristo, es el Hijo único creado por Dios en un Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Uno con Él en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que se profesan ese Amor Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En el Curso, la palabra Yo también es usada pocas veces como el Yo de Dios. Ver T8.4 [20], T23, Lte.14 (-351)
 
2 … que rige en el eterno Presente de la Unicidad, donde Todo es Uno con Dios, donde no hay individualidades…
 
3 … un ego: 1) A partir del instante de la separación —hace aproximadamente unos 14 mil millones de años— el ego es el sistema de pensamiento hecho por el Hijo que sueña que está separado de Dios, nuestro “yo soñador”, sistema con el cual maneja la evolución y expansión del universo en el tiempo y el espacio; 2) en la pizca de polvo cósmico que llamamos mundo, que empezó hace unos 4.500 millones de años y, para uso del Homo Sapiens, que el Curso llama “hombre” — a quien, hace unos 200.000 años, el yo soñador otorgó la facultad de manipular su instinto natural o libre albedrío— el ego es el sistema de pensamiento del especialismo; 3) en el Curso, el ego es también la parte de la mente (equivocada) o pensar del hombre, que recibe los mencionados impulsos existenciales del yo soñador, .que procesa el cerebro del hombre. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331) 
P A R T E 2  
¿Qué es EL CUERPO?   
pár 2
LTe.5 (-L261).2 6 El cuerpo no perdurará. 7 No obstante, él lo ve como una doble seguridad. 8 Pues la no permanencia del Hijo de Dios es "prueba" de que sus cercas funcionan y cumplen con la tarea que su mente les asigna. 9 Pues si su Unicidad4 aún permaneciese intacta, ¿quién iba a atacar y quién sería atacado? 10 ¿Quién podría ser el vencedor? 11 ¿Quién su presa? 12 ¿Quién víctima? 13 ¿Quién el asesino? 14 Y si él realmente no muriese5, ¿qué "prueba" habría de que el eterno Hijo de Dios puede ser destruido? 
4 Unicidad, con mayúscula, es, la idea que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de fusionar todas nuestras Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos el Hijo único de Dios. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2 víctima?
 
5 … por ser el Alma que es: Alma (o Espíritu) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Cuando las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas —que realmente somos todos— se fusionan en Una sola en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Aquí, en el mundo real, cuando hablamos de fusión de Almas, nos referimos a la fusión del reflejo de nuestra Alma con el reflejo del Alma del otro, al que hemos logrado perdonar totalmente. Desde que sucedió la Separación, nada puede llegar al Alma desde el ego, ni nada del Alma puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6,
P A R T E 2  
¿Qué es EL CUERPO?    
pár 3
LTe.5 (-L261).3 15 El cuerpo6 es un sueño. 16 Al igual que otros sueños, a veces parece reflejar felicidad, pero puede súbitamente revertir al miedo7, estado en el que nacen todos los sueños. 17 Pues sólo el Amor puede crear en la Verdad8, y la Verdad nunca puede tener miedo. 18 Hecho para tener miedo, el cuerpo tiene que cumplir el propósito que le fue asignado9. 19 Pero10 podemos cambiar el propósito que obedecerá el cuerpo si cambiamos de parecer con respecto a su finalidad11.
6 … para nuestra Alma única,
 
7 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
8 Las condiciones de la Verdad, con mayúscula, según el Curso, son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada; 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazada, nada que no sea Ella, realmente existe; 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. Ver T7.5, T14, T30.55
 
9 … olvidar a Dios, porque, si creó el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución (todo se come a todo) y de la escasez (las cosas buenas ni abundan ni duran), sería un Dios caprichoso y castigador… Entonces, mejor olvidarlo o tenerle miedo.
 
10 … en nuestra mente acertada o espíritu
 
11. El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro; 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas —que realmente somos— están fusionadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T5, T11.8, T17.7, T17.9, T25.2 [9]
P A R T E 2  
¿Qué es EL CUERPO?    
pár 4
LTe.5 (-L261).4 20 El cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura12. 21 Aunque fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno13 sin escapatoria posible14, ahora15 la meta del Cielo16 va a substituir a la búsqueda del infierno17. 22 El Hijo de Dios18 extiende su mano para tomar la de su hermano y para ayudarlo a caminar el sendero con él19. 23 Al hacerlo, el cuerpo se vuelve santo20. 24 Sirve para curar21 a la mente a la que debía dar muerte.
12 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestra mente acertada o espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
 
13 … que es este mundo…
 
14 … mientras sigamos creyendo que la realidad del ego es verdadera…
 
15 … que hemos decidido pensar con nuestra mente acertada o espíritu y estar pendientes de los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo,
 
16 … porque quiero creer que: 1) los impulsos amorosos que de vez en cuando emergen de mi subconsciente y que extiendo a otros en actos altruistas, constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones; 2) Que Dios —a Quien nadie ha visto— existe, es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos, sin excepción, a Su Semejanza, no como cuerpos, sino como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) Que, en Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego que nuestros sentidos perciben no existe; 4) Que, al yo perdonar y extender cada vez más milagros, este querer creer se convertirá en creer, y curará en mi mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que ella creía que eran reales, y que yo sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
 
17 … por seguir creyendo que la realidad del ego, que significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hizo nuestro yo soñador, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego
 
18 … que ahora queremos creer que realmente somos…
 
19 La relación santa, aquí: 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios en paz y alegría con todas las Almas perfectas que realmente somos, fusionadas todas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos personas que han perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s); este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, dos experimentan el mundo real, se produce en ellos, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor en paz y alegría a todos y a todo. Ver T17.6, T22
 
20 … porque ahora, en vez de ser utilizado para atacar y defender, se usa para comunicar al otro que realmente los dos son Uno en la experiencia de Cristo, el Hijo único de Dios: La experiencia de Cristo, en mi fuero interno, es la divina experiencia de la fusión de mi Alma con el Alma del otro(a) en Una sola, al haberlo(a) perdonado totalmente; experiencia de Amor que iré extendiendo a todo y a todos en un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9], Lte.6 (-L271)
 
21 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos liberarnos de la creencia en la realidad —según el ego— del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros. Este proceso llevará nuestra Alma (o Espíritu) a identificarse con el Alma del otro —al que estamos tratando de perdonar— con todas las demás Almas en Una sola en la experiencia de Cristo en el mundo real. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente equivocada de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
P A R T E 2  
¿Qué es EL CUERPO?    
pár 5
LTe.5 (-L261).5 25 Te identificarás con lo que crees que te dará seguridad. 26 Sea esto lo que sea, creerás que es uno contigo. 27 Tu22 seguridad reside en la Verdad, no en mentiras. 28 El Amor23 es tu seguridad. 29 El miedo realmente no existe. 30 Identifícate con el Amor y estarás a salvo. 31 Identifícate con el Amor y estarás en casa. 32 Identifícate con el Amor y hallarás a tu Yo.
22 … verdadera
 
23 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o Amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195  


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 269
Mi mirada va en busca
de la faz de Cristo1.
L269.1 1 Padre, hoy te pido que bendigas mi vista, 2 Es el medio que has escogido para que se convierta en la manera de mostrarme mis errores y de poder ver más allá de ellos. 3 Se me ha dado de encontrar una nueva percepción2 por medio del Guía que me diste y, mediante Sus lecciones, de superar la percepción equivocada y regresar a la Verdad. 4 Pido la nueva ilusión que transciende todas las que hice. 5 Hoy decido ver un mundo perdonado, en el cual todos me muestran la faz de Cristo y me enseñan que lo que miro me pertenece, y que nada existe fuera de Tu santo Hijo3.

L269.2 6 Hoy nuestra vista está ciertamente bendecida. 7 Compartimos una sola visión cuando miramos la faz de Aquel Cuyo Yo es el nuestro. 8 Todos somos uno debido a Él, Quien es el Hijo de Dios, y Quien es nuestra propia Identidad4.
1 La faz de Cristo es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya Alma, en un instante santo del mundo real, experimentamos en nuestro fuero interno una completa fusión, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios, donde todas nuestras Almas, perfectas y eternas, están fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo único. Ver T20.5 [32], T20.6 [42]
 
2 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el especialismo del ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
3 … ya que Dios no creó más nada.
 
4 Identidad, con mayúscula, es el Yo del único Hijo de Dios, Que somos realmente, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu), y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 25
EL REMEDIO

T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD pár 12-22
T25.3 [12] 1 ¿Acaso no es evidente que lo que perciben los ojos del cuerpo te infunde miedo2? 2 Tal vez pienses que aún puedes encontrar en ello alguna esperanza de satisfacción. 3 Tal vez fantasees con poder alcanzar cierta paz y satisfacción en el mundo tal como lo percibes3. 4 Pero ya te tiene que resultar evidente que el desenlace nunca cambia. 5 A pesar de tus esperanzas y fantasías, el resultado final es siempre la desesperación. 6 Y en esto no ha habido excepciones ni nunca las habrá. 7 Lo único de valor que el pasado te puede ofrecer es que aprendas que jamás te dio ninguna recompensa que quieras conservar. 8 Pues sólo así estarás dispuesto a renunciar a él y, a que desaparezca para siempre4.
1 Salvador, con mayúscula, significa algunas veces en el Curso: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula, salvador, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el especialismo del ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa. Ver T22.3 [22], T24.3, T29.4, T29.6 [36], L78.9
 
2 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
3 … con tu ego: Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el especialismo del ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
4 … de tu mente
T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD
pár 13
T25.3 [13] 9 ¿Acaso no es extraño que aún abrigues esperanzas de hallar satisfacción en el mundo que ves5? 10 En ningún caso, en ningún momento o lugar, tu recompensa ha sido otra cosa que miedo y culpa6. 11 ¿Cuánto tiempo hace falta para darte cuenta de que tu creencia en la posibilidad de que esto cambie no justifica el que sigas posponiendo el cambio que7 puede traer mejores resultados? 12 Pues una cosa es segura: la manera en que ves y has estado viendo por largo tiempo8, no te ofrece nada en que basar tus esperanzas acerca del futuro9, ni tampoco apunta a que vayas a tener éxito. 13 Poner tus esperanzas en lo que no te ofrece ninguna tiene necesariamente que desesperarte. 14 Además, esta desesperanza ha sido tu decisión, y persistirá mientras sigas buscando esperanzas allí donde realmente jamás podrá haber ninguna.
5 … cuando piensas con tu ego
 
6 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con Su Hijo único, Que somos todos nosotros, como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el especialismo del ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino el único Hijo de Dios, de Quien nunca nos hemos separado. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
 
7 … de acuerdo con el Espíritu Santo
 
8 … con tu ego
 
9 … de tu espiritualidad
T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD
pár 14-15
T25.3 [14] 15 Pero ¿acaso no es también cierto10 que has encontrado alguna esperanza fuera de esto: un cierto vislumbre —inconstante y variable, pero también levemente visible— de que está justificado tener esperanzas sobre bases que no son de este mundo11? 16 Y que, a pesar de eso, ha sido tu esperanza de todavía poder encontrar esas bases en este mundo lo que te ha impedido abandonar la desesperada e ingrata tarea que12 te impusiste a ti mismo. 17 ¿Qué sentido puede tener13 apegarte a la creencia que tienes fijada en ti de que hay razón para seguir buscando lo que siempre ha fallado, creyendo que de pronto dará resultado y que te aportará lo que nunca te ha aportado antes14?

T25.3 [15] 18 Esa búsqueda incesante siempre ha fallado. 19 Alégrate15 de que haya desaparecido de tu mente y de que ya no nuble lo que realmente se encuentra allí16. 20 No tomes la forma17 como si fuese contenido, pues la forma no es más que un medio para llegar al contenido. 21 Y el marco de un cuadro no es más que un medio que enmarcar la pintura para que ésta se pueda ver mejor. 22 Un marco que esconda la pintura no sirve ningún propósito. 23 No sería realmente un marco si eso es lo único que ves. 24 Sin la pintura el marco no tiene significado, 25 pues su propósito es realzar la pintura, no realzarse a sí mismo.
10 … cuando has decidido pensar con el Espíritu Santo,
 
11 … los impulsos amorosos que de vez en cuando emergen de lo más profundo del subconsciente…
 
12 … con tu ego para sobrevivir en este mundo de la evolución y escasez
 
13 … cuando piensas con el Espíritu Santo,
 
14 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro —es decir, que nos damos cuenta de que no hay nada que perdonar, porque lo hemos reconocido como el Cristo que realmente es, como el Alma perfecta y eterna que realmente es, Alma que es exactamente igual a La mía y a Las de todos los demás— y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el especialismo del ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T19.5, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
 
15 … ahora que has decidido pensar con el Espíritu Santo,
 
16 El pensar o la mente acertada o espíritu, es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos milagrosos y revelaciones; por lo tanto, es el hogar del Espíritu Santo, del pensar acertado, del perdón y de los milagros. Ver T2.2 [26], T5.4, T7.6, T19.2
 
17 … del tiempo y del espacio, de este mundo, del cuerpo,
T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD 
pár 16
T25.3 [16] 26 ¿Quién colgaría un marco vacío en la pared y se pararía delante de él, admirándolo con profunda reverencia, como si se tratase de una obra maestra? 27 Pues cuando ves a tu hermano como un cuerpo18, eso es justamente lo que estás haciendo19. 28 La obra maestra20 que Dios colocó dentro del espacio vacío que enseña ese marco es todo lo que hay que ver realmente21. 29 El cuerpo22 la contiene por un tiempo, pero sin oscurecerla en absoluto23. 30 Pero Lo que Dios ha creado24 no necesita marco, porque25 Él Lo apoya y Lo tiene enmarcado en Sí Mismo. 31 Dios te ofrece Su obra maestra para que la veas26. 32 ¿Preferirías ver el marco27 en su lugar, 33 y no ver la pintura28?
18 … porque lo estás percibiendo con tu ego,
 
19 … admirando dentro del marco del sistema de pensamiento del ego, algo que no existe en el Cielo, Que es Donde todos estamos realmente, como Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios,
 
20 … en minúscula, porque es el reflejo aquí de Cristo, Su único Hijo, Quien realmente somos todos, como Uno, Su Creación, Su Obra Maestra celestial,
 
21 … cuando piensas y percibes con el Espíritu Santo y miras con la visión de Cristo.
 
22 … en su cerebro y memoria,
 
23 … en tu espíritu, lista para que la percibas cuando te decidas aceptar el Redimir para ti mismo y pensar con el Espíritu Santo
 
24 … Su Hijo único o Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, Que —para que no nos sintamos excluidos— contiene a las Almas de todos los que fueron, son y serán, arropado por el Amor del Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos o Universo…
 
25 … en el eterno Presente de Su Unicidad
 
26 … aquí, internamente en tu espíritu, que es la parte de tu mente separada que todavía está en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo o Amor,
 
27 … de tu ego que te hace creer que contiene la pintura de tu hermano como un cuerpo
 
28 … de tu hermano como el reflejo aquí de Cristo, la obra maestra de Dios
T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD
pár 17
T25.3 [17] 34 El Espíritu Santo29 es el Marco con el que Dios ha enmarcado la parte de Él30 que 31 quieres ver como separada32. 35 Pero este Marco está realmente unido a Su Creador, siendo Uno33 con Él y con Su Obra Maestra, que ella realmente es. 36 Ése es el propósito de este Marco34, y tú no haces que el Marco te ayude a ver la pintura cuando en vez de verlo, decides ver en su lugar el marco vacío35. 37 El Marco que Dios ha proporcionado a Su obra maestra apoya únicamente Su propósito36, no el tuyo37 que es opuesto al Suyo. 38 Tu propósito de separar es lo que oscurece38 la pintura y te hace apreciar el marco39 en vez de ella. 39 Pero Dios ha instalado Su obra maestra en un marco40 que perdurará eternamente mientras que el tuyo41 se desmoronará y convertirá en polvo. 40 No obstante, no vayas a creer que la pintura42 será destruida en modo alguno. 41 Lo que Dios crea43 está a salvo de toda corrupción, al ser inmutable y perfecto por toda la Eternidad.
29 … presente en tu mente y memoria a través de Su sistema de pensamiento,
 
30 … tu hermano, no como cuerpo sino como el reflejo aquí de Cristo, el único Hijo de Dios, Su Obra Maestra celestial,
 
31 … percibiendo con tu ego,
 
32 … como un cuerpo separado de ti, de los demás y, por consiguiente, de Dios.
 
33 … la Unicidad de la Santísima Trinidad: Unicidad, con mayúscula, es, la idea que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de fusionar todas nuestras Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos el Hijo único de Dios. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
 
34 … de la Visión de Cristo, de ayudarte a que veas a tu hermano como Cristo en vez de como un cuerpo,
 
35 … que te hace ver el sistema de pensamiento de tu ego (ver frase 26 arriba).
 
36 … del Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es Su Pensamiento de Amor que nos creó Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) En el mismo instante de la separación, el Espíritu Santo fue la Respuesta de Dios a la misma, cuyos impulsos milagrosos —cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta— nos invitan a: 2.1) aceptar el Redimir para nosotros mismos; 2.2) perdonar; 2.3) extender milagros al otro(s); 2.4) y, a aceptarlo como nuestro Guía para tomar decisiones, pensando con Él en nuestra mente acertada o espíritu; Ver: Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281), M2.4 Uno en Cristo y a Cristo como Uno con Dios,
 
37 … de separar que es el propósito de tu ego,
 
38 … en tu mente
 
39 … de la realidad de tu ego del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez, en cuyo vacío ves a tu hermano como cuerpo
 
40 … de Amor o Espíritu Santo, que trae consigo la paz y la alegría que no son de este mundo
 
41 … hecho según tu ego y las leyes de la evolución y la escasez,
 
42 … del reflejo aquí de Cristo que puedes ver en tu hermano, en un instante santo, en el mundo real, después de haberlo perdonado y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo,
 
43 … Cristo, Su Hijo único arropado por el Amor del Espíritu Santo,
T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD
pár 18
T25.3 [18] 42 Acepta el Marco de Dios44 en vez del tuyo45, y verás la obra maestra. 43 Mira su belleza, e intenta comprender a la Mente que la pensó46, no de carne y hueso, sino enmarcada dentro de un marco47 tan hermoso como Ella Misma. 44 La santidad de la obra maestra ilumina la impecabilidad que el marco de oscuridad esconde, y extiende un velo de luz sobre la faz de la pintura, que no hace sino reflejar la luz48 que irradia desde ella hacia su Creador. 45 No creas que esta faz estuvo alguna vez nublada porque la viste enmarcada dentro de un marco de muerte. 46 Dios la mantuvo a salvo49 para que pudieses mirarla y ver la santidad que Él le ha dado.
44 … el sistema de pensamiento del Espíritu Santo que te va a permitir aceptar el Redimir para ti mismo y perdonar totalmente a tu hermano, para así poder acceder al mundo real, en el que experimentarás interiormente al reflejo aquí del Alma de tu hermano, fusionada una con tu Alma y, en esta relación santa, al reflejo de las Almas de todos fusionadas con el Alma de los que fueron, son y serán hasta el despertar total de este sueño que es la realidad del tiempo y del espacio del ego.
 
45 … conformado por las creencias y el sistema de pensamiento de tu ego,
 
46 … en un pensamiento de Amor
 
47 … la eterna Unicidad de Dios
 
48 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el especialismo del ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
 
49 … en tu espíritu,
T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD
pár 19
T25.3 [19] 47 Cuando estés en la oscuridad50, mira al salvador de lo oscuro y trata de comprender a tu hermano tal como te lo muestra la Mente de Su Padre51. 48 El salvador saldrá de la oscuridad al tú mirar a tu hermano52, y dejarás de ver lo oscuro. 49 La oscuridad53 no afectó a tu hermano realmente54, como tampoco te afectó a ti55, que lo sacaste de ella para poder mirarlo de frente56. 50 Su impecabilidad no hace sino reflejar la tuya. 51 Su amabilidad se vuelve tu fuerza y, gustosamente, ambos mirarán en sus respectivos fueros internos y verán la santidad que tiene que estar ahí justamente por lo que tú quisiste ver en él. 52 Él57 es el marco en el que tu santidad está enmarcada, y lo que Dios le dio tiene necesariamente que dársete a ti. 53 Por mucho que él pase por alto la obra maestra que se encuentra en él y sólo vea un marco de oscuridad, tu única función seguirá siendo la de ver en él lo que él no ve. 54 Y, al verlo, compartirás la visión que mira a Cristo en lugar de ver la muerte.
50 … del sistema de pensamiento y de la percepción del ego
 
51 … La experiencia de Cristo, en mi fuero interno, es la divina experiencia de la fusión de mi Alma con el Alma del otro(a) en Una sola, al haberlo(a) perdonado totalmente; experiencia de Amor que iré extendiendo a todo y a todos en un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9], Lte.6 (-L271)
 
52 … con la visión de Cristo,
 
53 … del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez
 
54 … ya que él es un Alma en el Cielo donde no existe la oscuridad del ego,
 
55 … que también eres un Alma en el Cielo, Una con La de tu hermano y con Las de todos los demás en Cristo,
 
56 … como el Hijo de Dios que él realmente es.
 
57 … como Cristo, tu Salvador,
T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD
pár 20-21
T25.3 [20] 55 ¿Cómo podría no estar complacido el Señor de los Cielos cuando aprecias Su obra maestra? 56 ¿Qué otra cosa podría hacer sino darte gracias por amar a Su Hijo como Él lo ama? 57 ¿Acaso no te daría a conocer Su Amor, sólo con que te unieses a Él para alabar a lo que Él ama? 58 Dios ama la Creación58 como el perfecto Padre que es. 59 Y de esta manera, Su alegría es total cuando cualquier parte de Él se une59 a Sus alabanzas y comparte Su alegría. 60 Este hermano es Su perfecto don para ti. 61 Y Dios se siente feliz y agradecido cuando das gracias a Su Hijo perfecto por ser lo que realmente es. 62 Y todo Su agradecimiento y felicidad brillan sobre ti, que quieres completar Su alegría conjuntamente con Él. 63 Y así, se completa la tuya. 64 Ni un solo rayo de oscuridad verán aquellos que quieran completar la felicidad del Padre y la de ellos conjuntamente con la de Él. 65 Dios Mismo ofrece Su gratitud libremente a todo el que comparte Su Propósito60. 66 No es Su Voluntad estar solo. 67 Ni tampoco la tuya.

T25.3 [21] 68 Perdona a tu hermano, y no podrás separarte de él ni de su Padre. 69 Realmente tú no necesitas perdón, pues los que son totalmente puros jamás han pecado. 70 Da, entonces, lo que Él te ha dado, para que puedas ver a Su Hijo como uno61, y da gracias a Su Padre tal como Él te las da a ti. 71 No creas que Sus alabanzas no son también para ti. 72 Pues lo que tú das es Suyo, y al darlo tú, empiezas a comprender el don62 que te ha dado. 73 Y da también al Espíritu Santo lo que Él ofrece al Padre y al Hijo por igual63. 74 Nada tiene realmente poder sobre ti excepto Su Voluntad y la tuya, pues tú no haces sino extender la Suya. 75 Para eso fuiste creado y tú hermano contigo también, ya que él es realmente Uno Contigo.
58 En el Cielo, la Creación, con mayúscula, es todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, las Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos al perdonar a otro(s) y extenderle(s) los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el especialismo del ego, no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
 
59 … aquí
 
60 … que despertemos y regresemos a la Unicidad de la que realmente nunca nos hemos separado.
 
61 … contigo y, ambos, uno con todos los demás en Cristo y con Dios.
 
62 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.6 [42] 24, T7.7 [65] 82, T7.8 [81]
 
63 … Amor
T25.3  EL QUE SALVA1
DE LA OSCURIDAD
pár 22
T25.3 [22] 76 Ustedes64 son realmente iguales tal como Dios Mismo es Uno, y no están divididos en Su Voluntad. 77 Y tienen que tener65 necesariamente un solo propósito66, puesto que Él les dio el mismo a ambos. 78 Su Voluntad se unifica67 cuando ustedes se unen en una sola voluntad, a fin de que puedas completarte al ofrecer la completitud a tu hermano. 79 No veas en él la pecaminosidad que él ve; antes bien, hónrale68 para que te puedas apreciar a ti mismo y a él también. 80 A cada uno se le ha dado el poder de salvar, para que compartan69 la huida de la oscuridad a la luz, y vean como uno lo que nunca ha estado separado ni excluido del Amor que Dios reparte a todos por igual.
64 … como Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, en el eterno Presente de la Unicidad
 
65 … aquí, cuando deciden pensar con el Espíritu Santo
 
66 … aceptar el Redimir para sí mismos, perdonar, extender milagros y unirse en relaciones santas para multiplicar el perdonar y la extensión de milagros,
 
67 … en sus mentes,
 
68 … mediante la visión de Cristo como el Alma perfecta y eterna que realmente es,
 
69 … en una la relación santa, aquí: 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios en paz y alegría con todas las Almas perfectas que realmente somos, fusionadas todas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos personas que han perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s); este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, dos experimentan el mundo real, se produce en ellos, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor en paz y alegría a todos y a todo. Ver T17.6, T22
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