Un Curso Sobre Milagros
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Deja que el Espíritu Santo te lo muestre y te enseñe lo que es tanto su Amor como su necesidad de Amor.
ACIM TX 14 par 56
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T14.6 [57] ... 85 Allí donde hay Amor, tu hermano tiene necesariamente que dártelo, debido a lo que es el Amor. 86 Pero donde haya necesidad de Amor, tú tendrás que darlo debido a lo que Tú21 eres. 87 Hace mucho tiempo que dijimos que este Curso te enseñará lo que realmente eres, restituyéndote tu identidad22. 88 Ya hemos aprendido que esta identidad es compartida. 89 El milagro se convierte en el medio para compartirla. 90 Al aportar tu Identidad dondequiera que no se la reconozca, tú La reconocerás23. 91 Y Dios Mismo, Que quiere estar eternamente con Su Hijo, bendecirá cada acto en el que Su Hijo sea reconocido con todo el Amor que le profesa. 92 Además, el poder de todo Su Amor estará presente en cualquier milagro que ofrezcas a Su Hijo. 93 Así que, ¿cómo va a existir algún grado de dificultad entre los milagros?
CH 14. LLEVAR LAS ILUSIONES
HASTA LA VERDAD
14.6 EL GIRO A LOS MILAGROS
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 161
Santo Hijo de Dios,
dame tu bendición.
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L161.1 1 Hoy vamos a practicar de otra manera y a enfrentarnos a nuestra ira para que nuestros miedos desaparezcan y den cabida al Amor. 2 Aquí está la salvación, en las sencillas palabras con las que practicamos la idea de hoy. 3 Aquí está la respuesta a toda tentación, respuesta que nunca falla en dar la bienvenida a Cristo allí, donde antes imperaban la ira y el miedo. 4 Aquí se completa el Redimir1, se deja al mundo de lado con seguridad y ahora el Cielo queda restaurado. 5 Aquí está la respuesta de la Voz que habla por Dios.
L161.2 6 La abstracción total es la condición natural2 de la Mente. 7 Pero ahora, parte de Ella se ha vuelto antinatural. 8 No ve a todas las cosas como una sola, 9 sino que sólo ve fragmentos del Todo, pues sólo así podía haber inventado el mundo parcial que ves. 10 El propósito de todo mirar es enseñarte lo que quieres ver. 11 Todo lo que escuchas no hace sino traer a tu mente los sonidos que ésta quiere oír
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1 Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula, es el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que quieres creer que nunca te separaste. La 1ª etapa comienza cuando, frente al caos existencial regido por las leyes de la evolución y la escasez y el miedo que experimentas a diario, conciencias que anhelas vivir de otra manera que un cuerpo, separado de los demás cuerpos, que lleva una vida sin otro significado que el de sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. La 2ª etapa consiste en observar que frente al especialismo habitual de tu ego, a veces, también te llegan impulsos compasivos, de compartir y de amistad desinteresada. 3ª etapa: Sin otras pruebas que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, debes decidir si quieres creer que éstos tienen un origen divino o, más bien, que son un error de la evolución. Si te decides por la evolución, tu motivación para convertir esos impulsos en hechos concretos te vendrá de la ética o altruismo que adoptes. 4ª etapa. En cambio, si mediante un acto de fe, aceptas que su origen pueda ser divino, también querrás creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que tu Alma es Una con todas las demás Almas en Cristo, el Hijo único de Dios. Este querer creer (hasta lograr creer) debería motivarte a pensar cada vez más con el Espíritu Santo, y cada vez menos con tu ego. En la última y 5ª etapa, el Espíritu Santo te enseñará cómo no juzgar, perdonar y extender milagros y, así, en instantes santos en tu fuero interno, accederás a la visión de Cristo en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje. Ver T2.3, T2.5, T3.3, T5.3, T5.4, T13.9, T14.5, T15.3, T25 [86-87], L139, M283
2 Lo natural, en la eterna Unicidad o Cielo, es la perpetua armonía reinante y también la perpetua concordia alegre del Amor Que eternamente se profesan el Padre y Su Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas están unificadas como Una y, en Ello, la Creación se extiende. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo natural es ser reflejo de Lo que somos en la eterna Unicidad, es decir, miramos a todo y a todos con la visión de Cristo, como uno con nosotros, perdonamos y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Cuando pensamos con el ego, lo natural es lo que percibimos aquí con nuestros sentidos y que están regidos por las leyes de este mundo. Ver T27.6 [44], L161.2
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L E C C I Ó N 161
pár 3-5
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L161.3 12 Así se hicieron las cosas específicas. 13 Y ahora, debemos usarlas en nuestras prácticas. 14 Se las entregamos al Espíritu Santo, de manera que las pueda utilizar para un propósito diferente del que nosotros les habíamos dado. 15 Él sólo puede utilizar nuestras hechuras para enseñarnos desde un punto de vista diferente, de manera que podamos ver en cada cosa un uso diferente.
L161.4 16 En un hermano están todos los hermanos. 17 Cada mente contiene todas las mentes, pues cada mente es realmente una con todas las demás. 18 Así es la Verdad. 19 Pero, ¿aclaran estos pensamientos el significado de la Creación3? 20 ¿Te aportan estas palabras perfecta claridad? 21 Porque, ¿qué otra cosa parecen ser que sonidos vacíos; agradables, tal vez, acertados en cuanto al sentimiento; pero no comprendidos ni comprensibles? 22 La mente que se enseñó a sí misma a pensar específicamente ya no puede captar la abstracción en el sentido de que lo abarca todo. 23 En relación a esto, necesitamos ver un poco para poder aprender mucho.
L161.5 24 Parece que el cuerpo es el que sentimos que limita nuestra libertad, nos hace sufrir y, finalmente, acaba con nuestra vida. 25 Sin embargo, los cuerpos no son más que símbolos concretos de una forma concreta de miedo. 26 El miedo sin símbolos no suscita respuesta alguna, pues —como en este caso— los símbolos pueden representar lo que no tiene sentido. 27 El Amor, al ser verdad, no necesita símbolos, 28 pero el miedo, al ser falso, se aferra a lo específico4.
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3 La Creación, con mayúscula, es en el Cielo la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de la Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego que nuestros sentidos perciben aquí, realmente no existe. Las creaciones, en minúscula, son, cuando pensamos con el Espíritu Santo, las que producimos aquí —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Cuando pensamos con el ego, no "creamos" sino que "hacemos" según las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
4 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]3
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L E C C I Ó N 161
pár 6-11
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L161.6 29 Los cuerpos atacan; las mentes no. 30 Este pensamiento nos trae reminiscencias del Texto, donde ha sido enfatizado a menudo. 31 Ésta es la razón por la que los cuerpos se convierten tan fácilmente en símbolos del miedo. 32 En muchas ocasiones, se te ha instado a que mires más allá del cuerpo pues, al mirarlo, ves en él el símbolo del "enemigo" del Amor, enemigo que la visión de Cristo no ve. 33 El cuerpo es el blanco de los ataques, pues nadie piensa que pueda odiar a una mente. 34 Sin embargo, ¿qué otra cosa que no sea la mente es la que ordena al cuerpo atacar? 35 ¿Qué otra cosa podría ser la sede del miedo excepto la que piensa que tiene miedo?
L161.7 36 El odio es específico. 37 Se requiere que exista una cosa a la cual atacar. 38 Un enemigo tiene que ser percibido de tal forma que se le pueda tocar, ver, oír, y finalmente matar. 39 Cuando el odio se posa sobre alguna cosa, exige su muerte tan inequívocamente como la Voz que habla por Dios proclama que la muerte no existe. 40 El miedo es insaciable, consume todo lo que sus ojos observan y, al verse a sí mismo en todo, se siente impulsado a volverse contra sí mismo y a destruirse.
L161.8 41 Quien ve a un hermano como un cuerpo lo está viendo como el símbolo del miedo. 42 Y lo atacará, pues lo que está observando es su propio miedo proyectado fuera de sí mismo, preparado para atacarle pero, al mismo tiempo, pidiendo a gritos que vuelva a unirse a él. 43 No subestimes la intensidad de la furia que puede esparcir el miedo proyectado. 44 Chilla de rabia y da zarpazos al aire, esperando frenéticamente agarrar a su hacedor y devorarlo.
L161.9 45 Eso es lo que ven los ojos del cuerpo en uno a quien el Cielo tiene en gran estima, los ángeles aman y Dios creó perfecto. 46 Esta es Su Realidad. 47 Y en la visión de Cristo, Su Hermosura se ve reflejada de una manera tan santa y tan bella que apenas podrías contener el impulso de arrodillarte a sus pies. 48 Pero, en vez de eso, tomarás su mano, pues en la visión que así lo ve eres semejante a él.
L161.10 49 Atacarlo equivaldría ser tu propio enemigo, pues te impediría percibir que en sus manos está tu salvación. 50 No le pidas otra cosa que no sea tu salvación, y Él Te la dará. 51 No le pidas que simbolice tu miedo. 52 ¿Acaso pedirías que el Amor se destruyera a Sí Mismo? 53 ¿O preferirías que te fuese revelado y que te liberara?
L161.11 54 Hoy vamos a practicar de una forma que ya hemos intentado antes. 55 Ya estás más preparado, y hoy te acercarás más a la visión de Cristo. 56 Si te propones alcanzarla, hoy lo lograrás. 57 Y una vez que lo logres, no estarás dispuesto a aceptar los testigos que convocan los ojos de tu cuerpo. 58 Lo que verás te cantará antiguas melodías que recordarás. 59 El Cielo no se ha olvidado de ti. 60 ¿No te gustaría acordarte de Él?
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L E C C I Ó N 161
pár 12-16
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L161.12 61 Escoge un hermano —como el símbolo de tus otros hermanos— y pídele que te salve5. 62 Visualízalo primero tan claramente como puedas, en la misma forma en que estás acostumbrado a verlo. 63 Observa su rostro, sus manos, sus pies, su ropa. 64 Fíjate cómo sonríe, y ve los gestos familiares que tantas veces le has visto hacer. 65 Luego piensa en esto: lo que estás viendo ahora te impide ver a uno que puede perdonar todos tus pecados; arrancar con sus sagradas manos los clavos que atraviesan las tuyas, y remover de tu ensangrentada frente la corona de espinas que tú mismo te clavaste.
L161.13 66 Pídele lo que sigue para que te pueda liberar:
L161.14 67 Dame tu bendición, santo Hijo de Dios. 68 Quiero mirarte con los ojos de Cristo, y ver en ti el reflejo de Mi perfecta Impecabilidad.
L161.15 69 Y El que llamaste te responderá, pues oirá en ti la Voz de Dios, y te contestará con tu misma voz. 70 Mira ahora a tu hermano, a quien tan sólo habías visto como carne y hueso, y reconoce que Cristo ha venido a ti.
L161.16 71 La idea de hoy es tu segura escapatoria de la ira y del miedo. 72 Asegúrate de usarla de inmediato, en caso de que sientas la tentación de atacar a un hermano y de percibir en él el símbolo de tu miedo. 73 Y súbitamente, lo verás transformarse de enemigo a salvador, de demonio a Cristo.
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5 La relación santa, aquí, 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios en paz y alegría con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor en paz y alegría a todos y a todo. Ver T17.6, T22
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
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Capítulo 14
LLEVAR LAS ILUSIONES
HASTA LA VERDAD
T14.6 EL GIRO A
LOS MILAGROS pár 46-57
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T14.6 [46] 1 Cuando ninguna percepción1 se interponga entre Dios y Sus Creaciones, o entre Sus Hijos y las de ellos, el Conocimiento de la Creación2 tiene necesariamente que continuar para siempre. 2 Mientras ustedes estén en el tiempo, los reflejos que acepten en el espejo de sus mentes, o bien los acercarán a la Eternidad o bien los alejarán de Ella. 3 Pero la Eternidad en Sí Misma está más allá del tiempo. 4 Salgan del tiempo y tóquenla con la ayuda de Su reflejo en ustedes. 5 Y pasarán del tiempo a la Santidad3 tan inexorablemente como4 la Santidad exhorta a todos a dejar a un lado la culpa5. 6 Sean aquí un reflejo de la Paz del Cielo y lleven este mundo al Cielo, 7 pues el reflejo de la Verdad atrae a todos a la Verdad y, a medida que entren en Ella, irán dejando atrás todos los reflejos.
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1 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
2 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
3 Santidad, con mayúscula, es el Estado de perfecto Amor o Espíritu Santo que —como Alma, unificada con TODAS las demás Almas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios— vivimos con Dios en perfectas Paz y Alegría, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula, santidad es la experiencia en mi fuero interno del reflejo aquí de ese Estado. Ver T1.1.31 [42] a [44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
4 … el reflejo aquí de
5 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
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T14.6 EL GIRO A
LOS MILAGROS
pár 47
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T14.6 [47] 8 En el Cielo, la Realidad6 se comparte, no se refleja. 9 Pero aquí, cuando el Hijo de Dios comparte el reflejo de la Realidad, la Verdad de Ésta es la única percepción que va a aceptar. 10 Y así, el recuerdo de su Padre aflora en él, y ahora nada le satisface que no sea su propia realidad. 11 Ustedes, en la tierra, no pueden concebir lo que es la ausencia de límites, pues el mundo en el que aparentemente viven es en verdad un mundo de límites. 12 En este mundo, no es cierto que pueda ocurrir algo que no conlleve grados de dificultad. 13 Por consiguiente, el milagro tiene una función única y lo motiva un Maestro singular Que trae las leyes de otro mundo a éste. 14 Extender milagros es lo único que pueden hacer que trasciende la idea de grados de dificultad, pues los milagros no están basados en diferencias, sino en la igualdad7.
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6 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
7 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y unes tu Alma a La de él en una unión de Amor, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y en: LTe.13 (-L341)
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T14.6 EL GIRO A
LOS MILAGROS
pár 48-49
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T14.6 [48] 15 Los milagros no compiten entre sí, y la cantidad de ellos que ustedes pueden extender es ilimitado. 16 Pueden ser a la vez simultáneos y legión. 17 Esto no es difícil de comprender una vez que conciban que sí son posibles. 18 Lo más difícil de comprender es la ausencia de grados de dificultad que caracteriza al milagro como algo que tiene necesariamente que venir de otra parte, pero no de aquí. 19 Desde el punto de vista del mundo, eso es imposible. 20 Ustedes ya han experimentado la ausencia de competición entre sus pensamientos, los cuales, aunque puedan estar en conflicto, se les pueden ocurrir al mismo tiempo y en gran número. 21 Están tan acostumbrados a eso que ya casi no les causa sorpresa.
T14.6 [49] 22 No obstante, también están acostumbrados a clasificar algunos de sus pensamientos como más importantes, más amplios o mejores, más sabios o más productivos y valiosos que otros. 23 Esto es cierto con respecto a los pensamientos que se les ocurren a los que creen que viven separados unos de otros. 24 Pues algunos pensamientos son reflejos del Cielo, mientras que otros están motivados por el ego, el cual tan sólo aparenta que piensa. 25 El resultado de todo esto es un patrón entretejido y cambiante que nunca descansa y jamás se aquieta. 26 Se mueve incesantemente por todo el espejo de la mente de uno, y los reflejos del Cielo aparecen apenas un momento, para luego desvanecerse a medida que la oscuridad los hace desaparecer. 27 Allí donde había luz, la oscuridad la elimina en un instante, mientras que patrones que alternan entre oscuridad y luz barren sin cesar vuestras mentes.
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T14.6 EL GIRO A
LOS MILAGROS
pár 50-51
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T14.6 [50] 28 La poca cordura8 que aún les queda se mantiene mediante un sentido de orden que ustedes mismos establecen. 29 Pero el hecho mismo de que lo puedan hacer y de que sean capaces de establecer algún tipo de orden donde reina el caos les demuestra que no son un ego, y que dentro de ustedes tiene necesariamente que haber algo más que un ego9. 30 Pues el ego es caos, y si el ego fuese todo lo que ustedes son, les sería imposible establecer ningún tipo de ordenamiento. 31 No obstante, aunque el ordenamiento que imponen a sus mentes limita al ego, también los limita a ustedes. 32 Pues ordenar es juzgar, y clasificar es emitir juicios. 33 [Por consiguiente, esta función no les corresponde, sino que es del Espíritu Santo]. 34 Les parecerá difícil aprender que no tienen ninguna base para ordenar sus pensamientos. 35 Esta lección se las enseña el Espíritu Santo ofreciéndoles ejemplos deslumbrantes de los milagros, a fin de demostrarles que el modo que tienen para ordenar sus pensamientos es desacertado, pero que hay uno mejor que Él les ofrece.
T14.6 [51] 36 El milagro ofrece exactamente la misma respuesta ante cada llamada de auxilio. 37 No emite juicio sobre ella. 38 Simplemente reconoce lo que realmente es, y responde en consecuencia. 39 No se detiene a considerar qué petición es más importante, más urgente o más apremiante. 40 Tal vez se pregunten por qué se les pide a ustedes —que siguen atados al juzgar10— que hagan una cosa que no requiere que juzguen por su propia cuenta. 41 La respuesta es muy sencilla: 42 Es el poder11 de Dios, y ciertamente no el de ustedes, el que engendra los milagros. 43 El milagro en sí no hace sino dar testimonio de que el poder de Dios está en ustedes. 44 Ésa es la razón por la cual el milagro bendice por igual a todos los que participan de alguna manera en él, y ésa es también la razón por la cual todos participan realmente en él. 45 El Poder de Dios es ilimitado. 46 Y al ser siempre máximo, lo ofrece todo a toda llamada de cualquier persona. 47 Aquí no hay grados de dificultad: 48 A una llamada de auxilio se le presta ayuda.
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8 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
9 El ego es —en el eterno Presente de la de la Unicidad de Dios, donde nuestras Almas perfectas están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo—el pensar individual que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad egoísta opuesta a la Voluntad de Amor de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en relaciones especiales, compite caótica e interminablemente hasta la muerte del cuerpo. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
10 Juzgar, cuando pensamos con el ego, es el complemento de su percepción para sobrevivir en la realidad de este mundo: Nuestros sentidos nos informan de lo que perciben, información que interpretamos y juzgamos, para luego decidir qué es lo que nos conviene hacer o no al respecto. Pero, según el Curso, juzgar no es nuestra función, sino que pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada en nuestro espíritu, nos lleva al conocimiento. En efecto, después de haber aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido los milagros sugeridos por el mismo Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar de ser aquí —lo más posible— un reflejo de nuestra verdadera Identidad. Ver T3.8, T4.5 [64], T29.10 [62]-[63], M10, M15
11 El reflejo aquí del Poder de Dios, es decir, el perfecto Amor de Dios.
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T14.6 EL GIRO A
LOS MILAGROS
pár 52-53
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T14.6 [52] 49 El único juicio involucrado en esto es la división única en dos categorías que hace el Espíritu Santo a la llamada de auxilio: una en la que se extiende Amor, y otra donde se pide Amor. 50 Ustedes ciertamente no pueden hacer esa división por su cuenta, pues están demasiado confundidos como para poder reconocer el Amor, o para creer que todo lo demás no es sino un pedido de Amor. 51 Están demasiado aferrados a la forma, y no al contenido. 52 Lo que consideran contenido, no lo es en absoluto. 53 Es simplemente forma, y nada más que forma. 54 Pues no responden a lo que un hermano realmente les ofrece, sino sólo a la percepción particular que tienen de su ofrecimiento, tal como el ego de ustedes lo juzga.
T14.6 [53] 55 El ego es incapaz de comprender lo que es el contenido, y no se interesa por él en absoluto. 56 Para el ego, si la forma es aceptable, el contenido tiene necesariamente que serlo también. 57 De otro modo, atacará la forma. 58 A ustedes que creen que entienden algo de la "dinámica" del ego, déjenme asegurarles que no entienden nada al respecto. 59 Pues por ustedes mismos no podrían comprenderla realmente. 60 El estudio del ego ciertamente no es el estudio de la mente. 61 De hecho, al ego le encanta estudiarse a sí mismo, y aprueba sin reservas los esfuerzos de estudiantes que quieren "analizarlo", aprobando de este modo su importancia. 62 No obstante, lo único que estudian son formas cuyo contenido está desprovisto de todo significado. 63 Pues su maestro carece de sentido, aunque se cuida de ocultar este hecho tras muchas palabras que parecen ser impresionantes, pero a las que les falta cualquier sentido coherente cuando se juntan forma y contenido.
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T14.6 EL GIRO A
LOS MILAGROS
pár 54-55
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T14.6 [54] 64 Lo característico de los juicios del ego es lo siguiente: 65 Por separado, sus juicios parecen ser coherentes, pero júntenlos, y el sistema de pensamiento que resulta de unirlos será incoherente y completamente caótico. 66 Pues la forma no es suficiente para impartirle significado, y la falta de contenido subyacente hace imposible convertirlo en un sistema de pensamiento cohesivo. 67 Por consiguiente, la separación sigue siendo la condición que el ego siempre escogerá. 68 Pues nadie por sí solo, puede juzgar verdaderamente al ego. 69 No obstante, cuando dos o más se unen para ir en busca de la Verdad, el ego ya no puede defender su falta de contenido por más tiempo. 70 El hecho de que se hayan podido unir les indica que el sistema de pensamiento del ego no es verdad12.
T14.6 [55] 71 Es imposible recordar a Dios en secreto y a solas. 72 Pues recordar a Dios significa que realmente no estás solo13, y que estás dispuesto a recordarlo. 73 No pienses sobre ti mismo, pues ninguno de los pensamientos que guardas14 es para ti. 74 Si quieres recordar a tu Padre, deja que el Espíritu Santo ponga orden en tus pensamientos, y sólo da la respuesta con la que Él te responde. 75 Cada uno —al igual que tú— anda en busca del Amor, pero no podrá conocerlo a menos que se una a ti en Su búsqueda. 76 Si emprenden la búsqueda juntos, llevarán con ustedes una luz tan poderosa que impartirá significado15 a todo lo que vean. 77 El viaje que se hace en solitario está destinado al fracaso, porque ha excluido lo que quiere encontrar16.
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12 … por eso, la llave del Curso y de la salvación es el otro, los demás, a quienes vas a perdonar, extender los milagros que te sugiera el Espíritu Santo, y con quienes vas a entablar relaciones santas. Ver 13.7 [62]
13 … porque todos somos realmente Almas Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, y Cristo es Uno con Dios,
14 … cuando piensas con el Espíritu Santo,
15 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
16 … Cristo en el otro, en los otros.
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T14.6 EL GIRO A
LOS MILAGROS
pár 56-57
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T14.6 [56] 78 Tal como Dios se comunica con el Espíritu Santo en ti, así mismo el Espíritu Santo traduce Sus comunicaciones por medio de ti, de manera que Tú17 las puedas comprender. 79 Dios no se comunica en secreto, pues todo lo que es de Él está perfectamente al descubierto y es de libre acceso para todos, puesto que realmente es para todos. 80 Nada18 vive en secreto, y lo que tú quisieras ocultar al Espíritu Santo no es nada. 81 Cada interpretación que19 quieres imponer a un hermano carece de sentido. 82 Deja que el Espíritu Santo te lo muestre y te enseñe lo que es tanto su Amor como su necesidad de Amor. 83 Ni su mente ni la tuya20 guardan otros órdenes de pensamiento que no sean estos dos.
T14.6 [57] 84 El milagro es reconocer que esto es verdad. 85 Allí donde hay Amor, tu hermano tiene necesariamente que dártelo, debido a lo que es el Amor. 86 Pero donde haya necesidad de Amor, tú tendrás que darlo debido a lo que Tú21 eres. 87 Hace mucho tiempo que dijimos que este Curso te enseñará lo que realmente eres, restituyéndote tu identidad22. 88 Ya hemos aprendido que esta identidad es compartida. 89 El milagro se convierte en el medio para compartirla. 90 Al aportar tu Identidad dondequiera que no se la reconozca, tú La reconocerás23. 91 Y Dios Mismo, Que quiere estar eternamente con Su Hijo, bendecirá cada acto en el que Su Hijo sea reconocido con todo el Amor que le profesa. 92 Además, el poder de todo Su Amor estará presente en cualquier milagro que ofrezcas a Su Hijo. 93 Así que, ¿cómo va a existir algún grado de dificultad entre los milagros?
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17 … pero como Cristo,
18 … en la eterna Unicidad
19 … pensando con el ego
20 … cuando estás pensando con el Espíritu Santo
21 … como Cristo, el Hijo de Dios Que realmente eres,
22 … el reflejo aquí de Tu eterna Identidad de Cristo,
23 … en tu hermano que has perdonado y con quien te has vuelto uno
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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