Un Curso Sobre Milagros
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... no sabes lo que significan las cosas.
Esto te da miedo,
porque crees que sin el ego,
todo sería caótico.
Pero yo te aseguro que, sin el ego,
todo sería Amor.
UCSM TX 15 par 54
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T15.6 [57] 80 Tienes tan poca fe en ti mismo porque no estás dispuesto a aceptar el hecho de que el Amor perfecto está realmente en ti. 81 Y así, buscas fuera lo que no puedes encontrar fuera. 82 Yo te ofrezco mi perfecta fe en ti, en lugar de todas tus dudas. 83 Pero no olvides que mi fe tiene que ser tan perfecta en todos tus hermanos como la tengo en ti, pues de lo contrario, el regalo22 que te haría sería limitado. 84 En el instante santo, compartimos nuestra fe23 en el Hijo de Dios, porque juntos reconocemos que es completamente digno de ella y, al apreciar su valía, no podemos dudar de su santidad. 85 Y así, Lo amamos.
CH 15. EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
15.6 EL INSTANTE SANTO Y LAS
RELACIONES ESPECIALES
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
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P A R T E 1
R E P A S O 5
Introducción
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LR5 (-L171) in.1 1 Ahora iniciamos otro repaso. 2 Esta vez estamos preparados para poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo a nuestro empeño. 3 Reconocemos que nos estamos preparando para un nuevo nivel de comprensión. 4 Queremos dar este paso resueltamente para poder seguir adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y manteniendo la fe1 en alto con mayor seguridad. 5 A nuestro caminar le ha faltado firmeza y las dudas nos han hecho andar inseguros y con lentitud por el camino que este Curso señala. 6 Pero ahora vamos a ir más de prisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a un propósito más firme y a una meta más segura.
LR5 (-L171) in.2 7 Padre Nuestro, afianza nuestros pasos. 8 Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras santas mentes y háblanos2. 9 No tenemos palabras que decirte, pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y hacerla nuestra. 10 Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a su pequeño hijo por un camino que aunque éste no comprende, aun así lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre va adelante abriéndole el camino.
LR5 (-L171) in.3 11 De este modo es como llevamos nuestras prácticas hasta Ti. 12 Y si tropezamos, Tú nos levantarás. 13 Si se nos olvida el camino, contamos con toda seguridad que nos lo recordarás. 14 Y, si nos extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos de vuelta al camino. 15 Aligera nuestros pasos ahora, a fin de que podamos caminar con mayor certeza y con mayor rapidez hasta llegar a Ti. 16 Y aceptamos la Palabra que Tú nos ofreces para dar unidad a nuestra prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que Tú nos has dado.
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1 Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327
2 … por medio del El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios Que nos creó como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo; 2) al producirse la separación, es el ente que comenzó a estar presente como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir; 3) es, en tu mente acertada, el pensar de Cristo que se manifiesta —entre otras experiencias desinteresadas e inclusivas— por impulsos compasivos, caritativos, altruistas, de compartir, que de vez en cuando emergen del subconsciente y que podemos concienciar en instantes santos y decidir qué hacer con ellos. Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (- L281)o
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P A R T E 1
R E P A S O 5
pár 4-5
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LR5 (-L171) in.4 17 He aquí —al final de este párrafo— el pensamiento que debe preceder a los pensamientos que vamos a repasar. 18 Cada uno de éstos clarifica algún aspecto de este pensamiento o contribuye a hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más descriptivo del santo Yo3 que compartimos y que ahora nos preparamos para conocer de nuevo:
LR5 (-L171) in.5 19 Dios sólo es Amor, y por lo tanto yo también Lo soy4.
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3 Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios —en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una— Quien es Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno. Ver Lte.14 (-351)
4 ... pero como Cristo,
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R E P A S O 5
pár 6-7
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LR5 (-L171) in.6 20 Sólo este Yo conoce el Amor. 21 Sólo este Yo es perfectamente consistente en Sus pensamientos, conoce a Su Creador, se comprende a Sí Mismo, es perfecto en Lo que sabe y en Lo que ama, y nunca cambia el Estado de Unión invariable entre Su Padre y Él5.
LR5 (-L171) in.7 22 Y es este Estado El que nos espera al final del viaje. 23 Cada paso que damos nos Lo acerca un poco más. 24 Este repaso acortará el tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que este Estado sigue siendo nuestra meta y que, a medida que practicamos, es a Eso a Lo que nos estamos acercando. 25 Elevemos nuestros corazones de las cenizas hacia la Vida6, a medida que recordamos que este Estado es Lo que nos ha sido prometido y que este Curso nos fue enviado para mostrarnos el camino de luz y enseñarnos —paso a paso— cómo regresar7 al eterno Yo Que creíamos haber perdido.
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5 Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
6 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
7 … en nuestro espíritu o mente acertada, que es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; por tanto, es el hogar del Espíritu Santo, del pensar acertado, del perdón y de los milagros. Cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo hacemos pensando o procesando con nuestra mente acertada o espíritu. Ver T2.2 [26], T5.4, T7.6, T19.2
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pár 8-10
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LR5 (-L171) in.8 26 Yo te acompaño en este viaje, pues por un tiempo voy a seguir compartiendo contigo tus dudas y miedos, de manera que puedas recurrir a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y todo miedo. 27 Al caminar juntos, comprenderé tu incertidumbre y dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. 28 No obstante, un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos ven pero conservando aún en su mente el camino que lo liberó y que ahora te liberará conjuntamente con él. 29 Al Hijo de Dios se le seguirá crucificando hasta que te decidas a caminar por esta senda conmigo.
LR5 (-L171) in.9 30 Mi resurrección se repite cada vez que llevo a salvo a un hermano al lugar donde termina el viaje, y luego éste se olvida. 31 Me siento renovado cada vez que un hermano aprende que hay un camino que nos libera de la aflicción y del dolor. 32 Vuelvo a nacer cada vez que la mente de un hermano se vuelve hacia la luz que está en él y me busca. 33 No he olvidado a nadie. 34 Ayúdame ahora a conducirte de regreso allí donde el viaje empezó, para decidir conmigo de otra manera.
LR5 (-L171) in.10 35 Libérame a medida que practicas una vez más los pensamientos que te traje de parte de Aquel que ve tu amarga necesidad y que conoce la Respuesta que Dios Le encomendó para ti. 36 Juntos repasaremos estos pensamientos. 37 Juntos les dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. 38 Y juntos se los enseñaremos a nuestros hermanos. 39 Dios no quiere un Cielo incompleto. 40 El Cielo te está esperando, al igual que yo. 41 Sin tu parte en mí, yo me encuentro incompleto. 42 Y a medida que me complete regresaremos juntos a nuestra casa ancestral, la cual fue preparada para nosotros antes de que el tiempo existiera y que, a pesar del tiempo, se ha mantenido inalterada, inmaculada y segura, tal como seguirá estando cuando finalmente el tiempo se haya acabado.
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P A R T E 1
R E P A S O 5
pár 11-13
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LR5 (-L171) in.11 43 Así pues, deja que este repaso sea tu presente para mí. 44 Pues lo único que necesito es lo siguiente: que escuches las palabras que voy a decir, y que las disemines por el mundo. 45 Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, por medio de los cuales salvo al mundo. 46 El Yo desde el Cual te llamo no es sino realmente Tu Propio Yo. 47 A Él nos dirigimos juntos. 48 Toma a tu hermano de la mano, pues éste no es un camino por el que caminamos solos. 49 En tu hermano, yo camino contigo y tú conmigo. 50 Nuestro Padre quiere que Su Hijo sea Uno con Él. 51 Si es así, lo que vive realmente ¿no tendrá acaso que ser necesariamente uno contigo8?
LR5 (-L171) in.12 52 Permite que este repaso se convierta en un tiempo durante el cual compartamos una experiencia que será nueva para ti, aunque es tan antigua como el tiempo e incluso aún más antigua. 53 Santificado sea tu nombre; inmaculada sea por siempre tu gloria; y que tu completitud9 haya sido completada ahora, tal como Dios La estableció. 54 Tú eres Su Hijo y completas Su Extensión en la tuya. 55 No practicamos más que una Verdad de antaño, que conocíamos mucho antes que la ilusión pareciese apoderarse del mundo. 56 Recordamos al mundo que está libre de toda ilusión cada vez que decimos:
LR5 (-L171) in.13 57 Dios sólo es Amor, y por lo tanto yo también Lo soy.
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8 ... como un reflejo aquí de la eterna Completitud de Cristo.
9 La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, la completitud es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestro fuero interno en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Ver T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
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R E P A S O 5
pár 14-15
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LR5 (-L171) in.14 58 Con esta frase empezamos nuestro repaso de cada día. 59 Con esta frase empezamos y concluimos cada práctica. 60 Y con este pensamiento nos acostamos, para luego despertarnos una vez más con esas mismas palabras en nuestros labios, dando así la bienvenida al nuevo día. 61 No repasaremos ningún pensamiento sin acompañarlo con esta frase, y a lo largo del día utilizaremos esos pensamientos para mantener esta frase firme en la mente y clara en nuestra memoria. 62 Y así, cuando hayamos terminado este repaso, habremos reconocido que las palabras que decimos son verdad.
LR5 (-L171) in.15 63 No obstante, las palabras no son más que ayudas y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al final de cada práctica, se utilizarán según lo dicte la necesidad, pero sólo para recordarle a la mente su propósito. 64 Ponemos nuestra fe en la experiencia que nos viene de practicar, no en los medios que utilizamos. 65 Estamos a la espera de que se nos dé la experiencia y reconocemos que es sólo en ella donde radica la convicción. 66 Usamos las palabras y tratamos una y otra vez de ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho más allá de su sonido. 67 Éste se hará cada vez más tenue hasta que finalmente desaparezca, a medida que nos acercamos a la Fuente del significado10. 68 Y es aquí donde hallamos reposo.
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10 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 171
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L1 (L151-152) Dios sólo es Amor1,
y por lo tanto yo también Lo soy.
L171 (L151) 1 Todas las cosas son ecos de la Voz que habla por Dios.
2 Dios sólo es Amor,
y por lo tanto yo también Lo soy.
L171 (L152) 3 Mío es el poder de decidir.
4 Dios sólo es Amor,
y por lo tanto yo también Lo soy.
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1 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
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Capítulo 15
EL PROPÓSITO
DEL TIEMPO
T15.6 EL INSTANTE SANTO Y
LAS RELACIONES ESPECIALES pár 45-57
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T15.6 [45] 1 El instante santo es el recurso de aprendizaje más útil del Espíritu Santo para enseñarte el significado del Amor1. 2 Pues su propósito es suspender completamente el juzgar2. 3 El juzgar siempre se basa en el pasado, pues las experiencias pasadas constituyen la base sobre la que juzgas. 4 Juzgar se vuelve imposible sin el pasado, pues sin él no entenderías nada. 5 Por consiguiente, no intentarías juzgar, porque te sería muy obvio que no sabes lo que significan las cosas. 6 Esto te da miedo, porque crees que sin el ego, todo3 sería caótico. 7 Pero yo te aseguro que, sin el ego, todo sería Amor.
T15.6 [46] 8 El pasado es el principal recurso de aprendizaje del ego, pues fue en el pasado4 cuando aprendiste a definir tus propias necesidades y cuando adquiriste métodos para satisfacerlas según las condiciones que tú mismo habías fijado. 9 Hemos dicho que limitar el amor a una parte de la Filiación es llevar la culpa a tus relaciones, y así convertirlas en irreales. 10 Si buscas aislar ciertos aspectos de la totalidad5 con vistas a satisfacer tus imaginadas necesidades, estarás intentando valerte de la separación para salvarte6. 11 Entonces, ¿cómo no sentirte culpable? 12 Pues la separación ciertamente es la fuente de la culpa, y recurrir a la separación para salvarte es creer que estás solo. 13 Estar solo es ser culpable. 14 Pues si te percibes a ti mismo como solo estás negando la Unicidad del Padre con Su Hijo y, por consiguiente, atacando la Realidad.
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1 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
2 Juzgar, cuando pensamos con el ego, es el complemento de su percepción para sobrevivir en la realidad de este mundo: Nuestros sentidos nos informan de lo que perciben, información que interpretamos y juzgamos, para luego decidir qué es lo que nos conviene hacer o no al respecto. Pero, según el Curso, juzgar no es nuestra función, sino que pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada en nuestro espíritu, nos lleva al conocimiento. En efecto, después de haber aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido los milagros sugeridos por el mismo Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar de ser aquí —lo más posible— un reflejo de nuestra verdadera Identidad. Ver T3.8, T4.5 [64], T29.10 [62]-[63], M10, M15
3 … en tu mente,
4 … en el momento de la separación de Dios, cosa que de alguna manera parece repetirse y recordarse en cada parto y nacimiento de un nuevo ser, de una nueva vida, aquí, en el tiempo y el espacio y en todo lo que éstos contienen…
5 … aquí, como un reflejo de la Totalidad de la Unicidad de Dios,
6 … según el pensar del ego.
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T15.6 EL INSTANTE SANTO Y
LAS RELACIONES ESPECIALES
pár 47
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T15.6 [47] 15 No puedes amar sólo a algunas partes de la Realidad y, al mismo tiempo, comprender el significado del Amor. 16 Si quieres amar de manera distinta de como ama Dios —Quien no sabe lo que es el amor especial— ¿cómo vas a comprender lo que es el Amor? 17 Creer que las relaciones especiales7, con un amor especial, pueden ofrecerte la salvación, es creer que la separación es la salvación. 18 Pues la salvación radica en la completa igualdad que existe en el Redimir. 19 ¿Cómo puedes pensar que ciertos aspectos especiales de la Filiación pueden ofrecerte más que otros? 20 Esto es lo que te ha enseñado el pasado. 21 Pero el instante santo te enseña que eso no es así.
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7 La relación especial, aquí: 1) Es en la que, pensando, percibiendo y actuando con nuestro ego, entablamos con una o más personas especiales que poseen atributos especiales, con las cuales esperamos llenar nuestras necesidades igualmente especiales. 2) Constituye la renuncia a la eterna y alegre concordia del perfecto Amor que nuestras Almas profesan unas con otras unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Que realmente somos. 3) Es el intento del ego de asegurar para sí el especialismo que Dios le negó, nacido del deseo oculto de que Dios amara a Su Hijo, ahora separado, con un amor especial. 4) Es el insincero interés, amor, amistad o aprecio por otra u otras personas que nuestro ego utiliza para constituir con ellas relaciones por medio de las cuales alcanzar algunos de sus objetivos personales. 2) A veces, estas relaciones especiales devienen en dependencia o codependencia, pero que, en todo caso, siempre constituyen ataques velados. Ver T15.6aT15.10, T16
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T15.6 EL INSTANTE SANTO Y
LAS RELACIONES ESPECIALES
pár 48
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T15.6 [48] 22 Debido a la culpa, todas las relaciones especiales contienen algunos elementos de miedo en ellas. 23 Y, por eso, están sujetas a tantos cambios y variaciones. 24 No se basan exclusivamente en el Amor inmutable. 25 Y con el amor, allí donde el miedo ha hecho acto de presencia, no se puede contar, pues no es perfecto. 26 En Su función de intérprete de lo que has hecho, El Espíritu Santo se vale de las relaciones especiales —que tú has escogido para apoyar al ego— para convertirlas en experiencias de aprendizaje que apunten hacia la Verdad. 27 Bajo Sus enseñanzas, cada relación se convierte en una lección de Amor.
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T15.6 EL INSTANTE SANTO Y
LAS RELACIONES ESPECIALES
pár 49-50
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T15.6 [49] 28 El Espíritu Santo sabe que nadie es especial, 29 pero también percibe que has formado relaciones especiales que Él quiere purificar y, así, no dejar que las destruyas. 30 Por muy poco santa que sea la razón por la que las formaste, Él puede traducirlas a relaciones santas, eliminando de ellas todo el miedo8 que tú Le permitas. 31 Puedes poner bajo Su cuidado cualquier relación y estar seguro de que no se convertirá en una fuente de dolor, siempre que Le ofrezcas tu disposición para que esta relación no sirva otra necesidad que no sea la que Él indique. 32 Toda la culpa9 que pueda haber en esa relación proviene de tu forma de usarla; 33 todo el Amor, del uso que el Espíritu Santo hace de ella. 34 Por consiguiente, no temas abandonar tus imaginadas necesidades, las cuales no harían sino destruir la relación. 35 Tu única necesidad será la que Él te indique.
T15.6 [50] 36 Cualquier relación que quieras substituir por otra10, no ha sido ofrecida al Espíritu Santo para Su uso. 37 No hay substitutos para el Amor. 38 Si quieres tratar de substituir un aspecto del Amor por otro, quiere decir que has atribuido menos valor a uno y más a otro. 39 De esta forma, no sólo los has separado, sino que también has juzgado en contra de los dos. 40 No obstante, tuviste que haber juzgado primero contra ti mismo11 porque, de lo contrario, nunca habrías podido imaginar que los necesitabas como realmente no eran12. 41 A no ser que te hubieses visto a ti mismo13 carente de Amor, no los habrías podido juzgar tan iguales a ti en esa carencia.
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8 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
9 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
10 … porque ya no te sirve o porque encontraste otra que te interesa más…
11 … como Cristo, cuya Alma realmente eres, pero, Una con todas las demás Almas que son igualmente perfectas y eternas como la Tuya.
12 … como cuerpos y no como Almas
13 … como cuerpo individual y
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T15.6 EL INSTANTE SANTO Y
LAS RELACIONES ESPECIALES
pár 51-52
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T15.6 [51] 42 El uso que el ego hace de las relaciones es tan fragmentado que, con frecuencia, va aún más allá: una parte de un aspecto se ajusta a sus propósitos, pero al mismo tiempo prefiere diferentes partes de otro aspecto. 43 De esta forma, ensambla la realidad de acuerdo con sus caprichos, incitándote a que vayas en busca de una imagen cuya concreción realmente no existe. 44 Pues14 no hay nada en el Cielo o en la tierra que se le parezca y así, por mucho que la busques, no podrás encontrarla porque no es real.
T15.6 [52] 45 En la tierra, todo el mundo ha entablado relaciones especiales y, aunque en el Cielo no es así, aquí el Espíritu Santo sabe cómo infundirlas de un toque celestial. 46 En el instante santo nadie es especial, pues tus necesidades personales no se entrometen con nadie para hacer que tus hermanos parezcan ser diferentes entre sí. 47 Sin los valores del pasado, los verías a todos iguales y semejantes a ti. 48 Tampoco notarías ninguna separación entre ellos y tú. 49 En el instante santo, ves en cada relación lo que será cuando percibas15 únicamente el presente.
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14 … cuando piensas con el Espíritu Santo,
15 … en tu mente
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T15.6 EL INSTANTE SANTO Y
LAS RELACIONES ESPECIALES
pár 53-55
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T15.6 [53] 50 Dios te conoce ahora, en este instante. 51 No recuerda nada, pues siempre Te ha conocido exactamente tal como Te conoce ahora. 52 El instante santo paralela Lo que Dios sabe, al sacar todas las percepciones de tu pasado, eliminando así el marco de referencia que habías construido para, por medio de él, juzgar a tus hermanos. 53 Una vez que este marco ha dejado de existir, el Espíritu Santo lo substituye por Su propio marco de referencia, 54 el cual, sencillamente, es Dios. 55 La atemporalidad del Espíritu Santo se encuentra únicamente aquí, en el instante santo. 56 Pues en él —ahora liberado del pasado— ves que el Amor se encuentra en ti, y que no tienes necesidad de buscar afuera y, sintiéndote culpable, arrebatarlo del sitio donde pensabas que se encontraba.
T15.6 [54] 57 Todas tus relaciones son bendecidas en el instante santo, porque la bendición que tiene lugar ahí no tiene límites16. 58 En el instante santo, la Filiación se beneficia al unísono, 59 y al unirla en tu bendición, se vuelve una contigo17. 60 El significado del Amor es el Que Dios Le dio. 61 Atribúyele cualquier otro significado que no sea El de Él, y te será imposible comprenderlo. 62 Dios ama a cada uno de tus hermanos como te ama a ti; ni más ni menos. 63 Los necesita a todos por igual, y tú también. 64 En momentos oportunos, se te dijo que ofrecieras milagros tal como Cristo te indicara, y que dejaras que el Espíritu Santo te trajera los que te andaban buscando. 65 Pero en el instante santo, te unes directamente con Dios, y todos tus hermanos se te unen en Cristo. 66 A los que están unidos en Cristo, no hay realmente manera de separarlos. 67 Pues Cristo es el Yo Que la Filiación comparte, tal como Dios comparte Su Yo con Cristo.
T15.6 [55] 68 ¿Crees que puedes juzgar al Yo de Dios? 69 Dios Lo creó más allá de todo juicio, como resultado de Su necesidad de extender Su Amor. 70 Con el Amor dentro de ti18, no tienes más necesidad que la de extenderlo19. 71 En el instante santo no hay conflicto de necesidades, pues sólo hay una. 72 Pues el instante santo alcanza20 la Eternidad y a la Mente de Dios. 73 Y es únicamente ahí donde el Amor cobra significado, y únicamente ahí donde puede ser comprendido.
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16 … porque abarca a Todo, a todos sin excepción
17 … es, en tu mente, la experiencia de Cristo: Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que resuelve el proceso de extender el milagro: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión con el Alma del otro(a) por haberlo(a) perdonado completamente, experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas unificadas que realmente somos— somos Uno. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
18 … el Pensar del Espíritu Santo en tu espíritu,
19 … por medio de los milagros que Él te sugiera
20 … el reflejo aquí de
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T15.6 EL INSTANTE SANTO Y
LAS RELACIONES ESPECIALES
pár 56-57
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T15.6 [56] 74 Es imposible usar una relación a expensas de otra, y no sentir culpa. 75 Y es igualmente imposible condenar parte de una relación y encontrar paz dentro de ella. 76 Bajo las enseñanzas del Espíritu Santo, todas las relaciones se consideran compromisos totales y, a pesar de ello, no entran en conflicto unas con otras de ninguna manera. 77 Tener perfecta fe en que cada una de ellas —por la facultad que tienen de satisfacerte completamente— sólo puede surgir de una perfecta fe en Ti Mismo21. 78 Y esto no lo puedes tener mientras siga habiendo culpa. 79 Y seguirá habiendo culpa mientras aceptes la posibilidad —y la estimes— de que puedes hacer de tu hermano lo que realmente no es, porque tú quieres que él sea así.
T15.6 [57] 80 Tienes tan poca fe en ti mismo porque no estás dispuesto a aceptar el hecho de que el Amor perfecto está realmente en ti. 81 Y así, buscas fuera lo que no puedes encontrar fuera. 82 Yo te ofrezco mi perfecta fe en ti, en lugar de todas tus dudas. 83 Pero no olvides que mi fe tiene que ser tan perfecta en todos tus hermanos como la tengo en ti, pues de lo contrario, el regalo22 que te haría sería limitado. 84 En el instante santo, compartimos nuestra fe23 en el Hijo de Dios, porque juntos reconocemos que es completamente digno de ella y, al apreciar su valía, no podemos dudar de su santidad. 85 Y así, Lo amamos.
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21 … como el Cristo Que realmente eres: tu Alma Una con Las de ellos en el Alma únia del único Hijo de Dios, con Quien es Uno.
22 Don con mayúscula, es de Dios, en el Cielo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego.
23 Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327
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