¡El año 2020 ha sido un año muy abrumador para todos nosotros! Ha habido muchos desafíos y pruebas por las que hemos tenido que pasar, especialmente debido a la pandemia. Incluso ahora mientras hablamos, todavía estamos luchando contra los efectos de este virus. Sin embargo, con la llegada de las vacunas, esperamos al año nuevo con renovada esperanza y valor.
A pesar de que hemos enfrentado muchos desafíos el año pasado, ¡hay tantas cosas que también ocurrieron que considero y veo como bendiciones! Primero, estoy agradecido por su paciencia y comprensión durante los momentos en que hemos estado averiguando cómo podemos adorar juntos como parroquia. De hecho, es una bendición tener personas que se ofrezcan como voluntarias en nuestro culto al aire libre, aunque a veces puede ser un desafío hacerlo debido a los cambios en el clima y las directivas del departamento de salud del condado. ¡También veo como una bendición por su generosidad al apoyar nuestras necesidades financieras como parroquia! Es una bendición que nuestros catequistas voluntarios continúen impartiendo clases para nuestro ministerio de formación en la fe y los catecúmenos y candidatos de RICA. Es una bendición que nuestro ministerio de despensa de alimentos continúe sus operaciones mediante el intercambio desinteresado de tiempo y talento de nuestros voluntarios durante esta pandemia; proporcionando alimentos a todos los que lo necesitan.
Han ocurrido muchas más bendiciones que no se mencionan aquí. Pero a todos ustedes que continuaron sirviendo y amando a nuestra comunidad parroquial incluso durante estos tiempos difíciles, ¡estoy agradecido por todos ustedes! ¡Hemos prosperado juntos para apoyarnos y cuidarnos unos a otros!
Que este nuevo año, 2021, nos traiga una fuerza y una fe renovadas a medida que avanzamos juntos como una comunidad parroquial que sirve y se ama los unos a los otros, todo para la gloria de Dios, que sigue estando con nosotros por los siglos de los siglos. ¡Amén!
En los corazones de Jesús y María,
P. Angelo
Pastor
