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M9.2 10 A medida que el maestro de Dios avanza en su formación, hay una lección que aprende con cada vez mayor profundidad. 11 No toma sus propias decisiones, sino que pide a su Maestro6 cuál es Su respuesta; y ésta es la que seguirá como guía para actuar. 12 Esto le será cada vez más fácil al maestro de Dios, a medida que aprenda a abandonar su propio juicio. 13 Abandonar todo juicio —el prerrequisito obvio para poder oír la Voz de Dios— constituye usualmente un proceso bastante lento, no porque sea difícil, sino porque se tiende a percibirlo como una afrenta personal.
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UCSM MANUAL
M8 ¿CÓMO EVITAR PERCIBIR
UNA GRADACIÓN EN
LAS DIFICULTADES?
M9 ¿SE REQUIEREN CAMBIOS
EN LAS CONDICIONES DE VIDA
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es UN MILAGRO? pár 1-5
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LTe.13 (-L341).1 1 Un milagro es una corrección1. 2 No crea, ni realmente cambia nada en absoluto2. 3 Sólo observa la devastación3 y le recuerda a la mente4 que lo que ve5 es falso. 4 El milagro deshace6 el error, pero sin intentar ir más allá de la percepción7, ni exceder la función del perdonar8. 5 Por consiguiente, se mantiene dentro de los límites del tiempo. 6 No obstante, allana el camino para el retorno del reflejo aquí del eterno Presente y el despertar del Amor9, pues el miedo10 ha de desvanecerse ante el suave remedio que el milagro trae consigo.
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1 … de tu forma habitual de pensar con el ego que es —en el eterno Presente de la de la Unicidad de Dios, donde nuestras Almas perfectas están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo—el pensar individual que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad egoísta opuesta a la Voluntad de Amor de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en relaciones especiales, compite caótica e interminablemente hasta la muerte del cuerpo. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
2 … en la Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
3 … de la realidad del mundo del ego
4 … que ahora está pensando con el Espíritu Santo,
5 … todavía con los ojos del ego
6 … en la mente
7 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
8 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
9 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
10 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
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P A R T E 2
¿Qué es UN MILAGRO?
pár 2-3
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LTe.13 (-L341).2 7 El milagro contiene el don de la gracia, pues se da y se recibe como una sola cosa. 8 Y así, ilustra la ley de la Verdad11, la Cual el mundo12 no acata, por ser totalmente incapaz de entender los caminos de Aquella. 9 Un milagro invierte la percepción que antes percibía al revés13, poniendo fin así a las extrañas distorsiones que estaban manifiestas. 10 Ahora, la percepción14 es receptiva a la Verdad. 11 Ahora se considera justificado perdonar.
LTe.13 (-L341).3 12 El perdón es la morada de los milagros. 13 Los ojos de Cristo los extiende a todo aquello que miran con compasión y con Amor. 14 La percepción queda corregida en Su mirada y, aquello cuyo propósito era maldecir, ahora viene para bendecir. 15 Cada azucena que se da como muestra de haber perdonado ofrece al mundo entero el milagro silencioso del Amor. 16 Y cada una de ellas es colocada ante la Palabra de Dios, sobre el altar universal15 al Creador y a la Creación, a la luz de la perfecta Pureza y de la Alegría infinita.
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11 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber unificado su Alma con La tuya en Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
12 … de la mente que se identifica y piensa con el ego
13 … alusión que la retina del ojo "ve" de forma invertida que el cerebro luego endereza…, en contraposición a La visión de Cristo que es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
14 …pensando con el Espíritu Santo,
15 … de la parte "espíritu" de la mente que ahora se identifica con y abarca a todos y a todo
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P A R T E 2
¿Qué es UN MILAGRO?
pár 4-5
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LT13 (-L341).4 17 El milagro se acepta primero mediante un acto de fe, porque pedirlo implica que la mente ya está dispuesta a concebir lo que no puede ver ni comprender16. 18 No obstante, la fe convocará a sus testigos17 para demostrar que aquello en lo que se basa está realmente ahí. 19 Y así, el milagro18 justificará tu fe en él y demostrará que estaba fundado sobre un mundo más real19 que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido20 de lo que tú creías que veías.
LT13 (-L341).5 20 Los milagros caen del Cielo como la lluvia sobre un mundo árido y polvoriento, donde creaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. 21 Pero ahora tienen agua; 22 ahora el mundo está lleno de verdor. 23 Y brotan señales de Vida21 por doquier, para demostrar que Lo que nace a la Vida nunca puede morir, pues Lo que tiene Vida es inmortal.
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16 Tener fe en algo que nuestra razón y/o lógica y/o sentido común no pueden explicar, es —para nuestro bienestar existencial— querer creer que ese algo de alguna manera, forma o estado existe. Y, en este caso, basado en los impulsos amorosos que emergen desde lo más profundo de mi subconsciente, pido al Espíritu Santo que me sugiera el correspondiente milagro que quisiera extender al otro, a los otros, a los que he perdonado….
17 … los impulsos amorosos que de vez en cuando emergen de lo más profundo del subconsciente, del residuo bendito que es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
18 … por sus efectos
19 … el del reflejo aquí del Amor de Dios
20 Aceptar para sí mismo el Redimir —siempre con mayúscula— es un acto de Amor; es reconocer el Alma del que perdonamos; es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; es el acto de compartir desinteresadamente; es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T2.2 [36], T2.5 [86, 103], T3.3, T5.3, L139
21 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 345
Hoy sólo ofreceré milagros1,
pues quiero que éstos
me sean regresados.
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L345.1 1 Padre, todo milagro refleja Tus dones a mí, Tu Hijo. 2 Y cada milagro que extiendo me regresa, recordándome que la ley del Amor es universal. 3 Aun aquí, ésta adopta una forma que se puede reconocer, y observar en acción. 4 Los milagros que extiendo me son devueltos justamente en la forma que necesito como ayuda para lidiar con los problemas que percibo. 5 Padre, en el Cielo2 es diferente, pues Allá no hay necesidades. 6 Pero, aquí en la tierra, el milagro está más cerca de Tus dones3 que cualquier presente que yo pueda dar. 7 Por consiguiente, déjame hoy dar solamente este presente, el cual, por haber nacido del verdadero perdón4, ilumina el camino que debo recorrer para acordarme de Ti.
L345.1 8 Paz5 a todos los corazones que hoy buscan. 9 La luz ha llegado para ofrecer milagros para bendecir al mundo cansado. 10 Éste hallará descanso hoy, pues ofreceremos lo que hemos recibido.
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1 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y unes tu Alma a La de él en una unión de Amor, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y en: LTe.13 (-L341)
2 Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, a saber, que nada más existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
3 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.2, T20.6 [38], T26.5 [28], L166
4 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
5 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M.8 ¿CÓMO EVITAR PERCIBIR
UNA GRADACIÓN EN
LAS DIFICULTADES? pár 1-6
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M8.1 1 La creencia de que existe una gradación en las dificultades constituye la base de la percepción del mundo1. 2 Esta creencia se basa en diferencias: antecedentes desiguales y primeros planos cambiantes; alturas desiguales y tamaños diversos; grados variables de oscuridad y luz, y miles de contrastes, en los que cada cosa que se ve compite por sobresalir con cada una de las demás. 3 Un objeto más grande eclipsa a otro más pequeño. 4 Una cosa más brillante atrae para sí la atención que se le tenía a otra con menos intensidad para atraer. 5 Y una idea más amenazadora, o que se considera más deseable —de acuerdo con las normas del mundo— trastorna completamente el equilibrio mental. 6 Lo que los ojos del cuerpo ven son únicamente conflictos. 7 No los busques para encontrar paz y entendimiento2.
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1 … según el sistema de pensamiento del ego: Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
2 … según el pensar del Espíritu Santo; porque la razón, la lógica y el sentido común son del ego…
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M.8 ¿CÓMO EVITAR PERCIBIR
UNA GRADACIÓN EN
LAS DIFICULTADES?
pár 2
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M8.2 8 Las ilusiones siempre son ilusiones sobre diferencias. 9 ¿Cómo podría ser de otra manera? 10 Por definición, una ilusión es un intento de hacer realidad algo que se considera de suma importancia, aunque se reconozca que es falso. 11 Por consiguiente, la mente3 trata de hacer que sea verdad, movida por su intenso deseo de obtenerlo para sí. 12 Las ilusiones son parodias de la Creación4: intentos de llevar la Verdad a las mentiras. 13 Habiendo determinado que la Verdad5 le es inaceptable, la mente se subleva contra Ella, otorgándose a sí misma una ilusión de victoria. 14 Habiendo determinado que la salud6 es una carga, la mente se refugia en sueños febriles. 15 Y, en esos sueños, anda por su cuenta, siendo diferente de otras mentes, con intereses propios distintos de los demás y capaz de satisfacer sus necesidades a expensas de otros.
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3 … que piensa, razona y actúa con y de acuerdo al sistema de pensamiento del ego: El ego es —en el eterno Presente de la de la Unicidad de Dios, donde nuestras Almas perfectas están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo—el pensar individual que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad egoísta opuesta a la Voluntad de Amor de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en relaciones especiales, compite caótica e interminablemente hasta la muerte del cuerpo. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
4 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
5 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
6 … lo opuesto a la enfermedad: La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
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M.8 ¿CÓMO EVITAR PERCIBIR
UNA GRADACIÓN EN
LAS DIFICULTADES?
pár 3-4
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M8.3 16 ¿De dónde surgen todas estas diferencias? 17 Ciertamente, parecen encontrarse afuera, en el mundo. 18 Sin embargo, no hay duda de que es la mente7 la que juzga lo que los ojos observan. 19 Es la mente la que interpreta los mensajes que le transmiten los ojos y la que les otorga "significado". 20 No obstante, este significado8 realmente no existe en absoluto en el mundo9. 21 Lo que se ve como "realidad" es sencillamente lo que la mente prefiere. 22 Su jerarquía de valores es proyectada fuera, y luego la mente envía los ojos del cuerpo para que la encuentren. 23 Éstos jamás podrían ver si no es a base de contrastes. 24 No obstante, la percepción no se basa en los mensajes que traen los ojos. 25 Sólo la mente evalúa sus mensajes y, por consiguiente, sólo ella es responsable de lo que se ve. 26 Sólo ella decide si lo que se ve es real o ilusorio, deseable o indeseable, placentero o doloroso.
M8.4 27 Es en la selección y categorización de las actividades que la mente realiza, donde se producen los errores de percepción. 28 Y es aquí donde debe efectuarse la corrección. 29 La mente clasifica lo que los ojos del cuerpo le traen de acuerdo con sus valores preconcebidos, juzgando dónde se ajusta mejor cada dato sensorial. 30 ¿Qué base podría ser más defectuosa que ésta? 31 Sin darse cuenta, la mente pide que se le proporcione lo que se ajusta a estas categorías. 32 Y, una vez que ha hecho esto, concluye que las categorías tienen necesariamente que ser ciertas. 33 Ésta es la base de todos los juicios10 que establecen diferencias, pues de ella dependen los juicios que el mundo emite. 34 ¿Acaso puede uno depender de este "razonamiento" confuso y absurdo para cualquier cosa?
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7 … del ego, la parte de la mente que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones.
8 … según el ego: Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
9 … que tampoco existe realmente
10 Juzgar, cuando pensamos con el ego, es el complemento de su percepción para sobrevivir en la realidad de este mundo: Nuestros sentidos nos informan de lo que perciben, información que interpretamos y juzgamos, para luego decidir qué es lo que nos conviene hacer o no al respecto. Pero, según el Curso, juzgar no es nuestra función, sino que pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada en nuestro espíritu, nos lleva al conocimiento. En efecto, después de haber aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido los milagros sugeridos por el mismo Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar de ser aquí —lo más posible— un reflejo de nuestra verdadera Identidad. Ver T3.8, T4.5 [64], T29.10 [62]-[63], M10, M15
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M.8 ¿CÓMO EVITAR PERCIBIR
UNA GRADACIÓN EN
LAS DIFICULTADES?
pár 5
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M8.5 35 No puede haber gradación entre las dificultades para curar, sencillamente porque toda enfermedad es una ilusión. 36 ¿Es que va a ser más difícil desvanecer la creencia que tienen los dementes en una alucinación mayor, que en una menor? 37 ¿Podría uno de ellos aceptar más rápidamente la irrealidad de una voz fuerte que oiga, que la de una más suave? 38 ¿Desecharía más fácilmente una orden de matar que se le murmure que una que le ordenen a gritos? 39 ¿Y acaso el número de tridentes que llevan consigo los diablos que ve afecta en su percepción la credibilidad que les da? 40 Su mente ha calificado a todas esas ilusiones como reales y, por tanto, son reales para él. 41 Cuando se dé cuenta11 de que todas son ilusiones, desaparecerán12. 42 Y lo mismo sucede con la curación13. 43 Las propiedades de las ilusiones, que las hacen parecer diferentes entre sí, son realmente irrelevantes, pues sus propiedades son tan ilusorias como ellas mismas.
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11 … en una experiencia de la visión de Cristo en un instante santo en el mundo real,
12 … como realidades en su mente
13 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra Alma a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás Almas en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
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M.8 ¿CÓMO EVITAR PERCIBIR
UNA GRADACIÓN EN
LAS DIFICULTADES?
pár 6
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M8.6 44 Los ojos del cuerpo continuarán viendo diferencias. 45 Pero la mente que se ha dejado curar14 ya no las tomará en cuenta. 46 Habrá quienes parezcan estar más "enfermos" que otros, y los ojos del cuerpo informarán, como antes, de los cambios que se produzcan en su aspecto. 47 Pero la mente que se ha curado los pondrá a todos en una sola categoría: la de irreales. 48 Éste es el presente que le dará su Maestro: comprender que sólo hay dos categorías significativas para clasificar los mensajes que recibe la mente de lo que parece ser el mundo exterior. 49 Y de estas dos categorías, sólo una es real. 50 Igual que la Realidad15 es completamente real, independientemente de los conceptos de tamaño, forma, tiempo o lugar —pues en Ella no pueden existir diferencias— las ilusiones carecen realmente de distinciones. 51 La única respuesta ante cualquier clase de enfermedad es la curación. 52 La única respuesta para cualquier clase de ilusión es la Verdad.
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14 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
15 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M.9 ¿SE REQUIEREN CAMBIOS
EN LAS CONDICIONES DE VIDA
DE LOS MAESTROS DE DIOS? pár 1-2
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M9.1 1 Las mentes de los maestros de Dios requieren cambios1. 2 Esto puede o no involucrar cambios en las condiciones externas. 3 Recuerda que nadie está donde está por accidente2, y que el azar no juega ningún papel en el plan de Dios3. 4 Es bastante improbable que los cambios de actitud no fuesen el primer paso en la formación del nuevo maestro de Dios. 5 No obstante, no hay una norma fija al respecto, toda vez que la formación es siempre altamente individualizada. 6 Existen los que son llamados a cambiar las circunstancias de sus vidas casi de inmediato, pero éstos son generalmente casos especiales. 7 A la gran mayoría se les proporciona un programa de formación que evoluciona lentamente, en el que se corrigen el mayor número posible de errores previos. 8 Las relaciones personales4, en particular, tienen que percibirse adecuadamente, y hay que eliminar todos los rincones oscuros del no perdonar5. 9 De lo contrario, el viejo sistema de pensamiento mantendrá aún una base a la que regresar.
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1 Primero, concienciar cada vez más con quién está pensando. Como pensar con el ego se nos ha vuelto tan usual, tan normal, tan necesario para sobrevivir, no concienciamos usualmente que estamos pensando casi todo el tiempo "yo", "yo", "yo". En cambio, como al comienzo, pensar con el Espíritu Santo requiere una decisión consciente —y para que se repita y sostenga, motivada— lo concienciamos con mayor facilidad, pero también huimos al esfuerzo, a lo que muchas veces se opone a la comodidad, deseos, apetencias, pasiones, odios y rencores de nuestro ego. ¿Cuánto esfuerzo cuesta dar un frenazo para dar la oportunidad al Espíritu Santo de manifestarse en nuestra mente, en nuestro espíritu?
2 … sino por lo que la evolución y la escasez han determinado que estemos, distorsionado más o menos por lo que nuestro libre albedrío haya podido introducir.
3 … ya que no habiéndolo creado, Dios no sabe nada del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, incluido la pizca de polvo cósmico que es la tierra y todo lo que ésta contien…
4 La relación especial, aquí: 1) Es en la que, pensando, percibiendo y actuando con nuestro ego, entablamos con una o más personas especiales que poseen atributos especiales, con las cuales esperamos llenar nuestras necesidades igualmente especiales. 2) Constituye la renuncia a la eterna y alegre concordia del perfecto Amor que nuestras Almas profesan unas con otras unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Que realmente somos. 3) Es el intento del ego de asegurar para sí el especialismo que Dios le negó, nacido del deseo oculto de que Dios amara a Su Hijo, ahora separado, con un amor especial. 4) Es el insincero interés, amor, amistad o aprecio por otra u otras personas que nuestro ego utiliza para constituir con ellas relaciones por medio de las cuales alcanzar algunos de sus objetivos personales. 2) A veces, estas relaciones especiales devienen en dependencia o codependencia, pero que, en todo caso, siempre constituyen ataques velados. Ver T15.6aT15.10, T16
5 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
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M.9 ¿SE REQUIEREN CAMBIOS
EN LAS CONDICIONES DE VIDA
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
pár 2
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M9.2 10 A medida que el maestro de Dios avanza en su formación, hay una lección que aprende con cada vez mayor profundidad. 11 No toma sus propias decisiones, sino que pide a su Maestro6 cuál es Su respuesta; y ésta es la que seguirá como guía para actuar. 12 Esto le será cada vez más fácil al maestro de Dios, a medida que aprenda a abandonar su propio juicio. 13 Abandonar todo juicio —el prerrequisito obvio para poder oír la Voz de Dios— constituye usualmente un proceso bastante lento, no porque sea difícil, sino porque se tiende a percibirlo como una afrenta personal. 14 La formación del mundo está dirigida a alcanzar una meta diametralmente opuesta a la de nuestro programa7. 15 El mundo nos enseña a confiar en nuestro propio juicio como criterio de madurez y fuerza. 16 Nuestro programa nos entrena a abandonar todo juicio como la condición necesaria para salvarnos.
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6 El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios Que nos creó como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo; 2) al producirse la separación, es el ente que comenzó a estar presente como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir; 3) es, en tu mente acertada, el pensar de Cristo que se manifiesta —entre otras experiencias desinteresadas e inclusivas— por impulsos compasivos, caritativos, altruistas, de compartir, que de vez en cuando emergen del subconsciente y que podemos concienciar en instantes santos y decidir qué hacer con ellos. Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
7 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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