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M5.4 LA FUNCIÓN DEL MAESTRO DE DIOS
M5.4.3 26 Ni por un instante, los maestros de Dios avanzados toman en consideración las formas de enfermedad en las que cree su hermano. 27 Hacerlo sería olvidar que todas tienen el mismo propósito71 y, por tanto, que no son en modo alguno diferentes entre sí. 28 Ellos tratan de oír la Voz de Dios72 en ese hermano que tanto se engaña a sí mismo como para creer que el Hijo de Dios73 puede sufrir. 29 Y le recuerdan que él74 no se hizo a sí mismo75 y que, por consiguiente, tiene necesariamente que seguir siendo76 Tal como Dios Lo creó. 30 Los maestros de Dios reconocen que las ilusiones77 no pueden causar efectos78. 31 La Verdad79 que se encuentra en sus mentes se extiende hasta la Verdad que se encuentra en las mentes de sus hermanos, con el fin de no reforzar las ilusiones. 32 Así son llevadas a la Verdad; la Verdad no es llevada a ellas. 33 Y así las disipan, no por medio de la voluntad80 de otro, sino por medio de la unión de la Voluntad81 Que es Una82, Con Ella Misma83. 34 Y la función de los maestros de Dios es la siguiente: no ver voluntad alguna separada de la de ellos, ni la de ellos separada de La de Dios.
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UCSM MANUAL
M5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
M5.4 LA FUNCIÓN DEL
MAESTRO DE DIOS
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es UN MILAGRO? pár 1-5
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LTe.13 (-L341).1 1 Un milagro es una corrección1. 2 No crea, ni realmente cambia nada en absoluto2. 3 Sólo observa la devastación3 y le recuerda a la mente4 que lo que ve5 es falso. 4 El milagro deshace6 el error, pero sin intentar ir más allá de la percepción7, ni exceder la función del perdonar8. 5 Por consiguiente, se mantiene dentro de los límites del tiempo. 6 No obstante, allana el camino para el retorno del reflejo aquí del eterno Presente y el despertar del Amor9, pues el miedo10 ha de desvanecerse ante el suave remedio que el milagro trae consigo.
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1 … de tu forma habitual de pensar con el ego que es —en el eterno Presente de la de la Unicidad de Dios, donde nuestras Almas perfectas están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo—el pensar individual que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad egoísta opuesta a la Voluntad de Amor de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en relaciones especiales, compite caótica e interminablemente hasta la muerte del cuerpo. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
2 … en la Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
3 … de la realidad del mundo del ego
4 … que ahora está pensando con el Espíritu Santo,
5 … todavía con los ojos del ego
6 … en la mente
7 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
8 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
9 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
10 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
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P A R T E 2
¿Qué es UN MILAGRO?
pár 2-3
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LTe.13 (-L341).2 7 El milagro contiene el don de la gracia, pues se da y se recibe como una sola cosa. 8 Y así, ilustra la ley de la Verdad11, la Cual el mundo12 no acata, por ser totalmente incapaz de entender los caminos de Aquella. 9 Un milagro invierte la percepción que antes percibía al revés13, poniendo fin así a las extrañas distorsiones que estaban manifiestas. 10 Ahora, la percepción14 es receptiva a la Verdad. 11 Ahora se considera justificado perdonar.
LTe.13 (-L341).3 12 El perdón es la morada de los milagros. 13 Los ojos de Cristo los extiende a todo aquello que miran con compasión y con Amor. 14 La percepción queda corregida en Su mirada y, aquello cuyo propósito era maldecir, ahora viene para bendecir. 15 Cada azucena que se da como muestra de haber perdonado ofrece al mundo entero el milagro silencioso del Amor. 16 Y cada una de ellas es colocada ante la Palabra de Dios, sobre el altar universal15 al Creador y a la Creación, a la luz de la perfecta Pureza y de la Alegría infinita.
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11 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber unificado su Alma con La tuya en Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
12 … de la mente que se identifica y piensa con el ego
13 … alusión que la retina del ojo "ve" de forma invertida que el cerebro luego endereza…, en contraposición a La visión de Cristo que es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
14 …pensando con el Espíritu Santo,
15 … de la parte "espíritu" de la mente que ahora se identifica con y abarca a todos y a todo
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P A R T E 2
¿Qué es UN MILAGRO?
pár 4-5
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LT13 (-L341).4 17 El milagro se acepta primero mediante un acto de fe, porque pedirlo implica que la mente ya está dispuesta a concebir lo que no puede ver ni comprender16. 18 No obstante, la fe convocará a sus testigos17 para demostrar que aquello en lo que se basa está realmente ahí. 19 Y así, el milagro18 justificará tu fe en él y demostrará que estaba fundado sobre un mundo más real19 que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido20 de lo que tú creías que veías.
LT13 (-L341).5 20 Los milagros caen del Cielo como la lluvia sobre un mundo árido y polvoriento, donde creaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. 21 Pero ahora tienen agua; 22 ahora el mundo está lleno de verdor. 23 Y brotan señales de Vida21 por doquier, para demostrar que Lo que nace a la Vida nunca puede morir, pues Lo que tiene Vida es inmortal.
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16 Tener fe en algo que nuestra razón y/o lógica y/o sentido común no pueden explicar, es —para nuestro bienestar existencial— querer creer que ese algo de alguna manera, forma o estado existe. Y, en este caso, basado en los impulsos amorosos que emergen desde lo más profundo de mi subconsciente, pido al Espíritu Santo que me sugiera el correspondiente milagro que quisiera extender al otro, a los otros, a los que he perdonado….
17 … los impulsos amorosos que de vez en cuando emergen de lo más profundo del subconsciente, del residuo bendito que es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
18 … por sus efectos
19 … el del reflejo aquí del Amor de Dios
20 Aceptar para sí mismo el Redimir —siempre con mayúscula— es un acto de Amor; es reconocer el Alma del que perdonamos; es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; es el acto de compartir desinteresadamente; es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T2.2 [36], T2.5 [86, 103], T3.3, T5.3, L139
21 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 343
No se me pide hacer sacrificios
para encontrar la compasión
y la paz de Dios1.
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L343.1 1 El final del sufrimiento2 no puede ser una pérdida3. 2 El darlo todo sólo puede traer beneficios. 3 Dios mío, Tú sólo das. 4 Tú nunca quitas. 5 Y Tú Me4 creaste para ser como Tú; por lo tanto, hacer sacrificios es realmente imposible tanto para mí como para Ti. 6 Yo5 también tengo que dar; y así, todas las cosas6 me serán dadas por siempre y para siempre. 7 Sigo siendo Tal como fui creado. 8 Tu Hijo no puede hacer sacrificios, pues tiene necesariamente que ser completo, ya que tiene la función de completarte a Ti7. 9 Soy completo porque soy Tu Hijo. 10 No puedo perder, pues sólo puedo dar. 11 Y por ello, Todo es eternamente Mío.
L343.2 12 La misericordia y la paz de Dios son gratuitas. 13 La salvación8 no cuesta nada. 14 Es un presente que se debe dar y recibir libremente, y esto es lo que queremos aprender hoy.
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1 … cuando le pongo cuidado y reconozco los impulsos amorosos o altruísticos o compasivos o caritativos o de amistad desinteresada… que emergen de losmásprofundo de mi subconsciente, y hago al respecto, es decir, extiendo los milagros que me sugiera el Espíritu Santo…
2 … en mi mente
3 … porque
4 El Hijo único de Dios o Cristo —en Cuya única Alma, todas las Nuestras están unificadas como Una en Cristo— es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Mismo Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
5 … mientras mi cuerpo exista aquí,
6 Las Cosas, con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, las cosas, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
7 La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la completitud es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestro fuero interno en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Y, cuando pensamos con el ego significa las definiciones que se pueden encontrar en el diccionario. Ver T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
8 La salvación 1) es el proceso de deshacer la separación que nunca fue, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez; 2) es querer creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya Unicidad estamos realmente todos, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; 3) es ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo; 4) es aceptar el Redimir para nosotros mismos; 5) es perdonar al otro y a los demás y extender los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo; 6) es entablar relaciones santas y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN? pár 1-10
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M5.1 INTRODUCCIÓN
M5.1.1 1 Curar1 implica que2 se ha comprendido para qué sirve la ilusión de la enfermedad3. 2 Sin eso, es imposible curar.
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1 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra Alma a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás Almas en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
2 … pensando con el Espíritu Santo
3 La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 2
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M5.2EL PROPÓSITO QUE SE PERCIBE DE LA ENFERMEDAD
M5.2.1 1 La curación4 se logra el instante en que el que sufre deja de atribuir algún valor al dolor5. 2 ¿Quién va a decidir sufrir, a menos que piense6 que ello le va a aportar algo, y algo que sea valioso para él? 3 El que así decida, debe estar pensando que sufrir representa un precio módico a pagar por algo de mayor valor7. 4 Pues enfermarse8 es una elección; constituye una decisión9. 5 Es decidirse por la debilidad10, con la equivocada convicción de que es fuerza. 6 Cuando esto sucede, la fuerza real11 se ve como una amenaza, y la salud12 como algo peligroso. 7 Enfermarse es un método, concebido en la locura13, para sentar al Hijo de Dios14 en el Trono de Su Padre. 8 A Dios15 se le ve fuera de uno, poderoso y feroz, ávido por mantener todo poder para Sí Mismo. 9 Sólo muerto16 puede ser conquistado por Su Hijo17.
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4 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
5 … mental que le produce la falta de significado en su vida aquí: Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
6 .. con su ego
7 … según las leyes de la evolución y escasez.
8 … en la mente
9 … de seguir pensando con el ego, porque se cree que la realidad de éste —del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez— es verdad…
10 … de la mente que se experimenta como individual y separada de las demás mentes y — para los que creen que creen en Dios— de Él.
11 … de Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
12 … de la mente según el Espíritu Santo,
13 Locura o demencia, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
14 El Hijo único de Dios o Cristo —en Cuya única Alma, todas las Nuestras están unificadas como Una en Cristo— es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Mismo Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
15 … a Quien nadie ha visto ni oído,
16 … en el olvido de nuestra memoria
17 … que en la realidad de su ego, no necesita de Él
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 3
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M5.2.2 10 Y dentro de esta alienada convicción, ¿qué es lo que representa la curación? 11 Simboliza la derrota del Hijo de Dios18 y el triunfo de Su Padre19 sobre él. 12 Representa en forma directa el supremo desafío que el Hijo de Dios se ve forzado a aceptar. 13 Sostiene todo lo que él quiere ocultarse a sí mismo con el fin de proteger su "vida20". 14 Si se cura21, es porque se responsabilizó por sus pensamientos22; 15 y si eso fue lo que hizo23, lo matarán, a fin de demostrarle lo débil y miserable que es24. 16 Pero si él mismo escoge morir25, su debilidad26 se convierte en su fuerza27. 17 Ahora se ha infligido a sí mismo lo que Dios le habría mandado y, así, ha usurpado enteramente el trono de su Creador..
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18 … que se encuentra solo y enfrentado a los demás y al mundo…
19 … el Dios caprichoso y castigador de la Biblia
20 … según su ego
21 … según el Espíritu Santo
22 … de Amor, de compasión, de caridad, de compartir desinteresadamente, etc.
23 … a los ojos de los demás egos que lo rodean,
24 … en el mundo de la realidad según el ego
25 … por mantenerse pensando con el Espíritu Santo,
26 … según los demás egos
27 Fuerza, con mayúscula, significa la Fuerza de Dios para crear o amar en el Cielo, una Fuerza que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, fuerza —si estás pensando con el ego—significa la fuerza física o psicológica del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, quiere decir el reflejo aquí de la Fuerza de Dios y de Su Hijo de crear y amar. Ver T7.11, T29.9 [53], T31.8 [86], L42, L47
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 4
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M5.3 EL CAMBIO EN LA PERCEPCIÓN
M5.3.1 1 La curación28 debe darse en exacta proporción a la falta de valor de la enfermedad29 que se haya reconocido30. 2 Sólo con decir31: "Con esto no gano nada32" uno estaría curado33. 3 Pero, antes de poder decir esto, es preciso reconocer ciertos hechos. 4 En primer lugar, resulta obvio que las decisiones34 son propias de la mente y no del cuerpo35. 5 Si la enfermedad no es más que un enfoque defectuoso para resolver problemas, entonces tiene que ser una decisión. 6 Y, si de decisión se trata, la que la toma es la mente y no el cuerpo36. 7 La resistencia a reconocer este hecho es enorme, ya que la existencia del mundo tal como lo percibes depende de que sea el37 cuerpo el que toma las decisiones. 8 Términos tales como "instintos", "reflejos" y otros similares, representan intentos de dotar al cuerpo de motivadores no mentales. 9 De hecho, tales términos no hacen más que enunciar o describir el problema38. 10 No lo resuelven39.
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28 … en la mente de la separación y sus secuelas
29 La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
30 … cuánto haya pesado el razonamiento, lógica y sentido común del ego y cuánto el pensar Amor del Espíritu Santo…
31 … pensando con el Espíritu Santo
32 … realmente
33 … de estar creyendo en la realidad del mundo del ego y abrirse a la posibilidad de ser aquí, cada vez más, un reflejo de lo que realmente somos en Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
34 … de orden "espiritual" o metafísico,
35 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
36 … las decisiones de la mente procesadas por el cerebro pueden tergiversar el instinto natural de conservación y sobrevivencia del cuerpo y crear en él hábitos nefastos para la salud "natural" del mismo que, a su vez, pueden hacer tergiversar el funcionamiento del cerebro y de las decisiones que la mente tome o no.
37 … cerebro del
38 … de la falta de paz que constituye vivir en el tiempo y el espacio de este mundo, el cual está regido mayoritariamente por las leyes de la evolución y escasez y, en forma esporádica, por los impulsos amorosos del Espíritu Santo que logran llegar al consciente…
39 … Por lo tanto, no trates de cambiar el mundo, sino más bien, opta por cambiar cómo piensas acerca de él: T21.1 [1] 1 La proyección39 hace la percepción39. 2 El mundo que ves es lo que tú le diste, nada más que eso. 3 Pero si bien no es más que eso, tampoco es menos. 4 Por consiguiente, para ti, ciertamente es importante. 5 Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. 6 Tal como piense el hombre, así percibirá. 7 Por lo tanto, no trates de cambiar el mundo, 8 sino más bien, opta por cambiar cómo piensas acerca de él.
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 5
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M5.3.2 11 Aceptar que la enfermedad40 es una decisión de la mente41, cuyo propósito es valerse del cuerpo, es la base fundamental de la curación42. 12 Y esto es así para la curación en todas sus formas43. 13 El paciente que acepta que eso es así, se recupera. 14 Si decide en contra de la recuperación, no se curará. 15 ¿Quién es el médico? 16 La mente del propio paciente. 17 El resultado será lo que él decida que es. 18 Agentes especiales parecen atenderle, pero no hacen otra cosa que dar forma a su propia decisión44. 19 Los ha escogido con el fin de dar forma tangible a sus deseos45. 20 Y eso es lo que hacen, y nada más. 21 De hecho, no son necesarios en absoluto. 22 El paciente podría sencillamente levantarse sin su ayuda y decir: "No tengo ninguna necesidad de esto". 23 Ninguna forma de enfermedad46 dejaría de curarse de inmediato.
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40 … de querer creer en la separación y sus secuelas
41 En la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. (... tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado y compitiendo con los demás cuerpos por las escasas cosas "buenas"…). Ver T27.9 [82]
42 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
43 … de la mente
44 … por ejemplo si alguna adicción o castigo al estado normal del cuerpo impide o dificulta expresar adecuadamente la curación, el "paciente" podría recurrir a ayudas externas, médicas o no, para tratar de remediar esa situación y permitir al paciente ser aquí, cada vez más, un reflejo de lo que todas nuestras Almas realmente son en el eterno Presente de la Unicidad…
45 … de ser aquí, lo más posible, el reflejo del Hijo de Dios…
46 … de la mente
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 6
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M5.3.3 24 ¿Cuál es el único requisito para que este cambio de percepción tenga lugar47? 25 Sencillamente esto: reconocer que la enfermedad es algo propio de la mente, y de que no tiene nada que ver con el cuerpo. 26 ¿Qué te "cuesta" reconocer esto? 27 Te cuesta el mundo que ves, pues ya nunca más te parecerá que es el mundo el que gobierna a la mente. 28 Al reconocer esto, estás atribuyendo la responsabilidad a quien la tiene: no al mundo, sino al que mira al mundo y lo ve como realmente no es. 29 Ve lo que decide ver. 30 Ni más ni menos. 31 El mundo no le hace nada. 32 Él tan sólo creía que le hacía algo. 33 Él tampoco hace nada al mundo, ya que estaba equivocado con respecto a lo que éste realmente es. 34 En esto radica la liberación de la culpabilidad48 y de la enfermedad, pues ambas son la misma cosa. 35 Sin embargo, para aceptar esta liberación49, la insignificancia del cuerpo tiene necesariamente que ser una idea aceptable.
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47 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
48 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra Alma a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás Almas en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
49 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 7
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M5.3.4 36 Con esta idea, el dolor50 desaparece para siempre. 37 Además, con esta idea también desaparece cualquier confusión sobre la Creación51. 38 ¿Cómo podría ser de otra manera? 39 Basta con poner Causa y efecto52, en su verdadera secuencia con respecto a algo, para que el aprendizaje se generalice y transforme al mundo53. 40 El valor de transferencia de una idea verdadera no tiene límites ni final. 41 El resultado final de esta lección es el recuerdo de Dios54. 42 ¿Qué significado tienen ahora55 la culpabilidad, la enfermedad, el dolor, los desastres y todos los sufrimientos? 43 Al no tener realmente ningún propósito, han desaparecido56. 44 Y, con ellos, desaparecen también todos los efectos que parecían causar. 45 Causa y efecto no son sino una réplica de la Creación. 46 Vistos en su verdadera perspectiva, sin distorsiones y sin miedo57, reestablecen el Cielo.
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50 … mental que causa la falta de paz…
51 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
52 En el eterno Presente de Su Unicidad, Dios es la única Causa y, Su Efecto, Su Hijo, o Cristo. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, causa y efecto, significan el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y la escasez que rigen este mundo, según las percibimos con nuestros sentidos y tratamos de entender con nuestra razón, lógica y sentido común. Ver T2.5 [97], T21.3 [25]-[26], T26.8 [60]
53 … en tu mente y, externamente, por los efectos que puedan tener en el otro, en los otros, los milagros sugeridos por el Espíritu Santo que hayas extendido…
54 El residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
55 … en tu mente
56 … de tu pensar
57 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 8
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M5.4 LA FUNCIÓN DEL MAESTRO DE DIOS
M5.4.1 1 Si el paciente tiene que cambiar de forma de pensar para poder curarse58, ¿qué tiene que hacer el maestro de Dios? 2 ¿Acaso puede cambiar la forma de pensar del paciente por él? 3 Ciertamente, no. 4 Para los que ya están dispuestos a cambiar de forma de pensar no tiene otra función que alegrarse con ellos pues, con él, se han vuelto maestros de Dios. 5 No obstante, tiene una función más específica con aquellos que no entienden lo que es la curación59. 6 Estos pacientes no se dan cuenta de que escogieron la enfermedad60. 7 Por el contrario, creen que la enfermedad los escogió a ellos. 8 Tampoco tienen la mente abierta a este respecto. 9 El cuerpo61 les dice lo que tienen que hacer, y ellos obedecen. 10 No tienen ni idea de cuán demente62 es este concepto. 11 Sólo con que lo sospecharan, se curarían. 12 Pero no sospechan nada. 13 Para ellos, la separación es bien real.
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58 ... de estar pensando todo el tiempo con su ego…
59 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
60 La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
61 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
62 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 9
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M5.4.2 14 A estos pacientes llegan los maestros de Dios para representar otra alternativa que habían olvidado. 15 La simple presencia de un maestro de Dios les sirve de recordatorio. 16 Su pensar pide el derecho de cuestionar lo que el paciente ha aceptado como verdadero. 17 En cuanto que mensajeros de Dios, Sus maestros son los símbolos de la salvación63. 18 Ellos piden al paciente que perdone al Hijo de Dios en su propio nombre64. 19 Representan la Alternativa65. 20 Con la Palabra de Dios en sus mentes, vienen como una bendición, no para curar a66 los enfermos sino para recordarles el remedio que Dios ya les dio67. 21 No son sus manos las que curan. 22 No son sus voces las que pronuncian la Palabra de Dios. 23 Sencillamente, ellos dan68 lo que les fue dado. 24 Con mucha afabilidad, exhortan a sus hermanos a que se aparten de la muerte69: "¡Hijo de Dios, he aquí lo que la Vida70 te puede ofrecer! 25 ¿Es que vas a escoger la enfermedad en su lugar?"
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63 La salvación: 1) es haber aprendido a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego y, así, haber liberado la fuerza de Dios en nosotros que está reverberando en todo lo que pensamos o hacemos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— haber reconocido en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es haber aprendido lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es haber buscado y hallado en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es haber aprendido a dar paz y haber obtenido paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T8.4 [22], T9.6, T11.1, T15.4 [33], T17.3 [9], L71.2, LTe.2 (-L231)
64 … real, es decir, en nombre de su Yo eterno: Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios —en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una— Quien es Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno. Ver Lte.14 (-351) s y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9], T31.5
65 ... del pensar con el Espíritu Santo
66 La mente de
67 La Respuesta de Dios a la separación es el Espíritu Santo y la posibilidad de comunicarnos con Dios por Su intermedio a través de nuestro espíritu, que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del mismo Espíritu Santo.
68 … principalmente con su ejemplo,
69 Cuando pensamos con el ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada y, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que, como Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, seguimos siendo Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
70 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
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M.5 ¿CÓMO SE LOGRA
LA CURACIÓN?
pár 10
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M5.4.3 26 Ni por un instante, los maestros de Dios avanzados toman en consideración las formas de enfermedad en las que cree su hermano. 27 Hacerlo sería olvidar que todas tienen el mismo propósito71 y, por tanto, que no son en modo alguno diferentes entre sí. 28 Ellos tratan de oír la Voz de Dios72 en ese hermano que tanto se engaña a sí mismo como para creer que el Hijo de Dios73 puede sufrir. 29 Y le recuerdan que él74 no se hizo a sí mismo75 y que, por consiguiente, tiene necesariamente que seguir siendo76 Tal como Dios Lo creó. 30 Los maestros de Dios reconocen que las ilusiones77 no pueden causar efectos78. 31 La Verdad79 que se encuentra en sus mentes se extiende hasta la Verdad que se encuentra en las mentes de sus hermanos, con el fin de no reforzar las ilusiones. 32 Así son llevadas a la Verdad; la Verdad no es llevada a ellas. 33 Y así las disipan, no por medio de la voluntad80 de otro, sino por medio de la unión de la Voluntad81 Que es Una82, Con Ella Misma83. 34 Y la función de los maestros de Dios es la siguiente: no ver voluntad alguna separada de la de ellos, ni la de ellos separada de La de Dios.
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71 … de olvidar al Dios de Amor…
72 La Voz que habla por Dios es el Espíritu Santo Quien es, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, el Pensamiento de Amor de Dios que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. Aquí, al producirse la separación, el Espíritu Santo es, en la mente: el mediador que mantiene abierto para la revelación el canal directo de Dios hacia el hombre; la motivación para: pensar con los milagros la decisión de curar la separación renunciando a ella; ser aquí el reflejo de las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en el Alma única del único Hijo de Dios. Ver T1.1.49 [81], T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
73 El Hijo único de Dios o Cristo —en Cuya única Alma, todas las Nuestras están unificadas como Una en Cristo— es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Mismo Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
74 … realmente, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios que es donde él (y tú y los demás) realmente se encuentra como Alma perfecta y eterna, Una con todas las demás Almas en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el Pensamiento de Amor o Espíritu Santo,
75 … en la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, como te lo quiere hacer creer tu ego por medio de su razonamiento, lógica y verificaciones empíricas científicas igualmente hechas por él,
76 … el Pensamiento de Amor, el Alma…
77 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
78 ... aquí, que afecten a la Realidad de Dios en su eterno Presente
79 Las condiciones de la Verdad, con mayúscula, según el Curso, son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
80 Voluntad, con mayúscula, es la Voluntad de Dios y también la de Su Hijo, ya que son Uno; en minúscula, voluntad es nuestra voluntad aquí según con quien pensamos: con el ego o con el Espíritu Santo.
81 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
82 … la de Cristo, en la Cual queremos creer que todas nuestras voluntades son una,
83 … la única Voluntad de Dios, con la Cual La de Cristo, el Hijo único de Dios, es Una.
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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