Dios concede dones1 especiales a Sus maestros, porque tienen un papel especial que desempeñar en Su plan para el Redimir.
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M4.1.1 [1] 1 Las características superficiales de los maestros de Dios no son en modo alguno similares para todos. 2 Si se les mira con los ojos del cuerpo, se observa que: no hay parecido entre ellos, vienen de ambientes totalmente distintos, sus experiencias acerca del mundo varían enormemente, y sus "personalidades" externas son muy diversas. 3 No obstante, durante las primeras fases del desempeño de su función como maestros de Dios, no han adquirido todavía las profundas características que los establecerán como lo que son. 4 Dios concede dones1 especiales a Sus maestros, porque tienen un papel especial2 que desempeñar en Su plan para el Redimir3. 5 Su especialismo4 es, por supuesto, una condición estrictamente temporal, establecida en el tiempo, a fin de llevarlos5 fuera del tiempo. 6 Estos dones especiales6, nacidos de la relación santa7 hacia la cual se encamina la situación de enseñanzaaprendizaje, se convierten en algo característico de todos los maestros de Dios que han progresado en su propio aprendizaje. 7 En este sentido, todos son iguales.
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UCSM MANUAL
M4 ¿CUÁLES SON LAS
CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es EL EGO? pár 1-5
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LTe.12 (-L331).1 1 El ego no es otra cosa que idolatría: el signo de un yo limitado y separado, nacido en un cuerpo, condenado a sufrir y a terminar su vida en la muerte. 2 Es la voluntad que ve a la Voluntad de Dios1 como un enemigo, y que adopta una forma en la cual Aquella es negada. 3 El ego es la "prueba" de que la fuerza es débil y el Amor2 temible, de que la Vida3 es realmente muerte, y sólo lo que se opone a Dios es verdadero.
LTe.12 (-L331).2 4 El ego está demente. 5 Lleno de miedo4, se sitúa más allá de Lo que está en todas partes, apartado del Todo y separado del Infinito. 6 En su demencia, cree haber vencido a Dios Mismo, y en su terrible autonomía, "ve" que la Voluntad de Dios ha sido destruida. 7 Sueña que lo están castigando, y tiembla ante las figuras que aparecen en sus sueños: son sus enemigos que andan tras él para matarlo, antes de que pueda asegurar su seguridad atacándolos primero.
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1 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
2 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
3 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
4 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
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P A R T E 2
¿Qué es EL EGO?
pár 3-4
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LTe.12 (-L331).3 8 El Hijo de Dios no tiene ego. 9 ¿Qué puede saber él de locura5 y de la muerte de Dios, cuando mora en Dios? 10 ¿Qué puede saber él de penas y sufrimientos, cuando realmente vive en una eterna Alegría? 11 ¿Qué puede saber Él de miedos y sufrimientos, pecados y culpas, odios y ataques, cuando todo Lo que Le rodea realmente es una Paz sin fin y se encuentra eternamente libre de conflictos y de perturbaciones, en la tranquilidad y silencio más profundos?
LTe.12 (-L331).4 12 Conocer el reflejo aquí de la Realidad6 significa no ver7 al ego y sus pensamientos, obras, actos, leyes y creencias, sueños, esperanzas, planes para su salvación, y el costo que conlleva creer en él. 13 Cuando se sufre, el precio que hay que pagar8 por tener fe en el ego es tan inmenso que, a diario, en su oscuro santuario, se ofrece la crucifixión del Hijo de Dios9 y la sangre ha de correr sobre el altar, donde sus seguidores enfermos se preparan para morir.
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5 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
6 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
7 … como realmente reales…
8 … mentalmente en el fuero interno,
9 … "Padre, ¿por qué me has abandonado…?
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P A R T E 2
¿Qué es EL EGO?
pár 5
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LTe.12 (-L331).5 14 No obstante, una sola azucena de perdón10 cambiará la oscuridad en luz, y el altar de las ilusiones en el santuario de la Vida Misma11. 15 Y la paz será restituida para siempre a las santas mentes a las que Dios realmente creó como Su Hijo, Su Morada, Su Alegría, Su Amor; completamente Suyas, completamente Una con Él.
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10 … en tu mente pensando con el Espíritu Santo… Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego — hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
11 … de la parte "ego" de tu mente a la parte "espíritu"… En la separación, la mente del Hijo separado parece tener dos partes: el espíritu o mente acertada, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; y el ego o mente equivocada, que recibe constantemente de la fuente de la separación los impulsos existenciales que, al ser procesados —consciente o subconscientemente— por nuestro cerebro, da vida a nuestro cuerpo y nutre a nuestra razón, lógica y sentido común, de lo necesario para sobrevivir. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 338
Sólo mis propios
pensamientos pueden afectarme.
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L338.1 1 Sólo esto se requiere para que la salvación1 pueda llegar al mundo entero. 2 Pues con este único pensamiento, cada uno es liberado por fin del miedo2. 3 Ahora ha aprendido que nadie puede asustarlo3 y que nada puede4 ponerlo en peligro. 4 No tiene5 enemigos y está6 a salvo de todas las cosas externas. 5 Sus pensamientos7 pueden asustarlo, pero dado que sólo le pertenecen a él, tiene el poder de cambiarlos8 y substituir cada miedo por un pensamiento feliz de Amor. 6 Se había crucificado a sí mismo. 7 No obstante, Dios ha planeado que Su amado Hijo sea redimido.
L338.2 8 Padre mío, Tu plan es seguro, el Tuyo solamente. 9 Todos los demás planes fracasarán. 10 Y todavía tendré pensamientos que me asustarán, pero sólo hasta que aprenda que me has dado el único pensar que me conduce a la salvación. 11 Mi pensar por sí solo fracasará y no me llevará a ninguna parte. 12 Pero el pensar que me diste promete llevarme a casa, porque contiene la promesa que hiciste a Tu Hijo.
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1 La salvación 1) es el proceso de deshacer la separación que nunca fue, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez; 2) es querer creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya Unicidad estamos realmente todos, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; 3) es ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo; 4) es aceptar el Redimir para nosotros mismos; 5) es perdonar al otro y a los demás y extender los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo; 6) es entablar relaciones santas y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
2 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
3 … realmente
4 … realmente
5 … realmente
6 … realmente
7 … pensados con el sistema de pensamiento del ego,
8 … decidiendo pensar con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo,
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M.2 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS? pár 1-10
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M4.1 INTRODUCCIÓN
M4.1.1 [1] 1 Las características superficiales de los maestros de Dios no son en modo alguno similares para todos. 2 Si se les mira con los ojos del cuerpo, se observa que: no hay parecido entre ellos, vienen de ambientes totalmente distintos, sus experiencias acerca del mundo varían enormemente, y sus "personalidades" externas son muy diversas. 3 No obstante, durante las primeras fases del desempeño de su función como maestros de Dios, no han adquirido todavía las profundas características que los establecerán como lo que son. 4 Dios concede dones1 especiales a Sus maestros, porque tienen un papel especial2 que desempeñar en Su plan para el Redimir3. 5 Su especialismo4 es, por supuesto, una condición estrictamente temporal, establecida en el tiempo, a fin de llevarlos5 fuera del tiempo. 6 Estos dones especiales6, nacidos de la relación santa7 hacia la cual se encamina la situación de enseñanzaaprendizaje, se convierten en algo característico de todos los maestros de Dios que han progresado en su propio aprendizaje. 7 En este sentido, todos son iguales.
M4.1.2 [2] 8 Todas las diferencias que puedan existir entre los Hijos de Dios son temporales. 9 No obstante, puede afirmarse que, en el tiempo, los maestros de Dios más avanzados poseen las siguientes características:
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1 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.6 [42], T7.7 [65], T7.8 [81], L166
2 … ser reflejos aquí del Hijo de Dios
3 Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula, es el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que quieres creer que nunca te separaste. La 1ª etapa comienza cuando, frente al caos existencial regido por las leyes de la evolución y la escasez y el miedo que experimentas a diario, conciencias que anhelas vivir de otra manera que un cuerpo, separado de los demás cuerpos, que lleva una vida sin otro significado que el de sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. La 2ª etapa consiste en observar que frente al especialismo habitual de tu ego, a veces, también te llegan impulsos compasivos, de compartir y de amistad desinteresada. 3ª etapa: Sin otras pruebas que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, debes decidir si quieres creer que éstos tienen un origen divino o, más bien, que son un error de la evolución. Si te decides por la evolución, tu motivación para convertir esos impulsos en hechos concretos te vendrá de la ética o altruismo que adoptes. 4ª etapa. En cambio, si mediante un acto de fe, aceptas que su origen pueda ser divino, también querrás creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que tu Alma es Una con todas las demás Almas en Cristo, el Hijo único de Dios. Este querer creer (hasta lograr creer) debería motivarte a pensar cada vez más con el Espíritu Santo, y cada vez menos con tu ego. En la última y 5ª etapa, el Espíritu Santo te enseñará cómo no juzgar, perdonar y extender milagros y, así, en instantes santos en tu fuero interno, accederás a la visión de Cristo en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje. Ver T2.3, T2.5, T3.3, T5.3, T5.4, T13.9, T14.5, T15.3, T25 [86- 87], L139, M28
4 … de maestro de Dios, ya que al actuar en este mundo pensando con el Espíritu Santo, en cierto modo utiliza el especialismo del ego, no para afirmarlo, sino todo lo contrario, para que por medio de, no solamente las enseñanzas del Curso que pueda impartir, sino, sobre todo, por medio de su ejemplo, la o las mentes de su o de sus hermanos también despierten en sus respectivos espíritus, a las enseñanzas del Espíritu Santo.
5 … en sus mentes
6 … las distintas formas de amar desinteresadamente que el Espíritu Santo va a sugerir a los maestros de Dios en sus mentes.
7 La relación santa, aquí, es el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
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M.2 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
pár 3
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M4.2 CONFIANZA
M4.2.1 [3] 1 He aquí la base sobre la que descansa la capacidad que tienen para realizar su función8. 2 La percepción9 es el resultado de lo que se ha aprendido. 3 De hecho, percibir es aprender, ya que causa10 y efecto nunca se encuentran separados. 4 Los maestros de Dios tienen confianza en el mundo11, porque aprendieron que12 no está realmente regido por las leyes que el mundo inventó. 5 Está regido por un poder13 que se encuentra en ellos, pero que no es de ellos. 6 Este poder es el que mantiene14, todas las cosas15 a salvo. 7 Mediante este poder, los maestros de Dios miran a un mundo perdonado16.
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8 Nuestra verdadera función es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada únicamente a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompletitud. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], L62, L64, L65, L66, L99
9 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
10 En el eterno Presente de Su Unicidad, Dios es la única Causa y, Su Efecto, Su Hijo, o Cristo. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, causa y efecto, significan el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y la escasez que rigen este mundo, según las percibimos con nuestros sentidos y tratamos de entender con nuestra razón, lógica y sentido común. Ver T2.5 [97], T21.3 [25]-[26], T26.8 [60]
11 … que ahora ven con la visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
12 … después de haber aceptado el Redimir para sí mismos, de haber querido creer en la Verdad que propone el Curso, de haber perdonado una y otra vez, y de haber extendido los milagros que el Espíritu Santo les ha sugerido, este mundo, en sus mentes,
13 Poder, con mayúscula, significa el Poder de Dios para crear o amar en el Cielo, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, poder —si estás pensando con el ego— significa el poder físico y/o psicológico del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, poder quiere decir el reflejo aquí del Poder de crear o amar de Dios y de Su Hijo. Ver T2.1 [15], T4.5 [63], T7.4 [24] y [25], T27.4
14 … en sus mentes,
15 Las cosas vivientes son las que vemos por medio de la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro en el mundo real, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios en Su eterna Unicidad, nuestra única y verdadera Realidad. Ver T24.6 [46]
16 … como un reflejo aquí de la Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
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M.2 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
pár 4-5
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M4.2.2 [4] 8 Cuando se ha experimentado ese poder17 una vez, es imposible volver a confiar en nuestra insignificante fuerza propia18. 9 ¿Quién trataría de volar con las minúsculas alas de un gorrión, cuando se le ha dado hacerlo con el formidable poder de un águila? 10 ¿Y quién pondría su fe en las miserables ofrendas del ego19, cuando los dones de Dios están desplegados ante él? 11 ¿Qué induce a los maestros de Dios a efectuar ese cambio?
M4.2.A Primer período
M4.2.A.1 [5] 12 Primero, tienen que pasar por lo que podría calificarse como un "período de deshacer." 13 Éste no tiene por qué ser doloroso, aunque normalmente lo sea. 14 Durante ese período parece como si nos estuviesen quitando las cosas, y raramente se comprende en un principio que sencillamente estamos reconociendo su falta de valor20. 15 ¿Cómo podría percibirse lo que no tiene valor, a no ser que el que percibe esté en una posición21 desde la cual necesariamente ve las cosas de otra manera? 16 Aún no ha llegado al punto en el que puede efectuar totalmente el cambio interno22. 17 Por eso, a veces el plan requerirá que se efectúen cambios en lo que parecen ser circunstancias externas23. 18 Estos cambios son siempre beneficiosos. 19 Una vez que el maestro de Dios ha aprendido esto, pasa a la segunda fase.
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17 … de amar a todos y a todo por igual,
18 … expresada por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común…
19 El ego es —en el eterno Presente de la de la Unicidad de Dios, donde nuestras Almas perfectas están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo—el pensar individual que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad egoísta opuesta a la Voluntad de Amor de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en relaciones especiales, compite caótica e interminablemente hasta la muerte del cuerpo. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
20 … cuando pensamos con nuestro espíritu, que es la parte de nuestra mente que es capaz de compadecerse de las penurias de otro, de ser caritativos, de querer compartir de forma desinteresada, en una frase: de pensar con el Espíritu Santo.
21 … mental pensando con su espíritu
22 … de pensar la mayor parte del tiempo con su espíritu —que es la parte de la mente que todavía es capaz de comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, en vez de hacerlo habitualmente con su ego y su sistema de pensamiento.
23 … que favorecen el pensar y razonar con el ego o que dificultan alcanzar la quietud o relativa paz interna necesarias para decidirse a pensar con el Espíritu Santo.
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M.2 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
pár 6
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M4.2.B Segundo período
M4.2.B.1 [6] 20 Ahora, el maestro de Dios tiene que pasar por un "período de selección". 21 Este período es siempre bastante difícil, pues, al haber aprendido que los cambios que se producen en su vida24 son siempre beneficiosos, tiene entonces que tomar todas sus decisiones sobre la base de si aumentan el beneficio o lo obstaculizan. 22 Descubrirá que muchas cosas, si no la mayoría de las que antes valoraba, sencillamente obstruyen su capacidad para transferir lo que ha aprendido a nuevas situaciones, a medida que éstas se presentan. 23 Puesto que ha valorado lo que realmente no vale nada, no generalizará la lección por temor a las posibles pérdidas y sacrificios. 24 Se necesita haber aprendido mucho para poder llegar a entender que todas las cosas, acontecimientos, encuentros y circunstancias son realmente provechosos25. 25 Sólo en la medida en que sean provechosos26, deberá concedérseles algún grado de realidad27 en este mundo de ilusiones28. 26 La palabra "valor" no puede aplicarse a nada más.
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24 … pensando con el Espíritu Santo
25 … si se logran ver internamente con la visión de Cristo
26 … para aceptar el Redimir para ti mismo; para que perdones; para que extiendas milagros; en una palabra, que sea provechoso para el otro, para los otros…
27 … algún grado de reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Nuestra Almas Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador, en el Amor del Espíritu Santo.
28 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
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M.2 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
pár 7
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M4.2.C Tercer período
M4.2.C.1 [7] 27 La tercera fase por la que el maestro de Dios tiene que pasar podría llamarse "período de renuncia". 28 Si29 se interpreta esto como una renuncia a lo que es deseable, se generará30 un enorme conflicto. 29 Son pocos los maestros de Dios que escapan completamente a esta zozobra31. 30 No obstante, no tiene ningún sentido separar lo que tiene valor de lo que no lo tiene, a menos que se dé el paso que obviamente sigue32. 31 Por lo tanto, el período de solapamiento tiende a ser un período en el que el maestro de Dios se siente llamado33 a sacrificar sus propios intereses en aras de la Verdad34. 32 Todavía no se ha dado cuenta de lo imposible que sería realmente una exigencia así35. 33 Esto sólo lo podrá aprender a medida que, de hecho, renuncie a lo que no tiene valor. 34 Mediante esta renuncia, aprende que donde esperaba aflicción, encuentra en su lugar una feliz despreocupación; que donde pensaba que se le pedía algo, se encuentra agraciado con un presente36.
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29 … razonando con el ego
30 … en tu mente que sigue pensando, razonando y "sintiendo" con tu ego,
31 … porque son pocos los que logran escapar de las demandas internas de su "yo", "yo", "yo"…
32 … o sigues pensando normal y mayoritariamente "yo", "yo", "yo", con tu ego o, por medio de la teoría y prácticas del Curso, logras aumentar suficientemente el tiempo en el que piensas "nos" con el Espíritu Santo.
33 … por lo que a veces logra pensar su espíritu con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo,
34 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
35 … porque sus intereses de ego son tan irreales como lo son el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, incluyendo nuestras apreciadas individualidades que nacieron con la separación, ya que en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, sólo están Él y Su Hijo único creado en un Pensamiento de Amor de Su Padre…
36 Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.2, T20.6 [38], T26.5 [28], L166
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M.2 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
pár 8
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M4.2.D Cuarto período
M4.2.D.1 [8] 35 Luego, llega "un período de asentamiento". 36 Es éste un tiempo de reposo, en el cual el maestro de Dios descansa por un tiempo razonablemente en paz. 37 Ahora consolida su aprendizaje. 38 Ahora comienza a ver el valor de transferencia de lo que ha aprendido. 39 El potencial de lo aprendido es literalmente asombroso, y el maestro de Dios ha llegado ahora a un punto en su progreso donde puede ver en éste su salida completa. 40 "Renuncia a lo que no quieres y quédate con lo que sí quieres." 41 ¡Qué sencillo es lo obvio! 42 ¡Y qué fácil hacerlo! 43 El maestro de Dios necesita este período de respiro. 44 Todavía no ha llegado tan lejos como cree. 45 Pero cuando esté listo para seguir adelante, marcharán a su lado compañeros poderosos. 46 Ahora, descansa por un rato, y los convoca antes de reanudar la marcha. 47 A partir de aquí, ya no seguirá adelante solo.
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M.2 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
pár 9
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M4.2.E Quinto período
M4.2.E.1 [9] 48 La siguiente fase es ciertamente un "período de inestabilidad". 49 El maestro de Dios debe entender ahora que en realidad no sabía distinguir entre lo que tenía valor y lo que no lo tenía. 50 Lo único que realmente ha aprendido hasta ahora es que no quería lo que no tiene valor, pero sí lo que lo tiene. 51 No obstante, su propio proceso de selección no le ha servido para enseñarle la diferencia. 52 La idea de sacrificio, tan fundamental en su propio sistema de pensamiento37, había imposibilitado que pudiese discernir. 53 Pensó que había aprendido a estar dispuesto, pero ahora se da cuenta de que no sabe para qué sirve estar dispuesto38. 54 Y ahora, tiene que alcanzar un estado que puede permanecer fuera de su alcance por mucho, mucho tiempo. 55 Tiene que aprender a dejar de lado todo juicio39 y a preguntarse, en toda circunstancia, qué es lo que realmente quiere40. 56 De no ser porque cada uno de los pasos en esta dirección está reforzado tan fuertemente, ¡qué difícil sería darlos!
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37 … de ego, que es con quien pensamos "normalmente"
38 … ni para qué sirve querer creer en la Verdad que propone el Curso, ni aceptar el Redimir para sí mismo, ni para qué sirve perdonar…
39 … que, entre otras cosas, le ha ayudado a sobrevivir y a competir en la realidad del tiempo y del espacio en la cual, mal que bien, está viviendo a diario… Juzgar, cuando pensamos con el ego, es el complemento de su percepción para sobrevivir en la realidad de este mundo: Nuestros sentidos nos informan de lo que perciben, información que interpretamos y juzgamos, para luego decidir qué es lo que nos conviene hacer o no al respecto. Pero, según el Curso, juzgar no es nuestra función, sino que pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada en nuestro espíritu, nos lleva al conocimiento. En efecto, después de haber aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido los milagros sugeridos por el mismo Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar de ser aquí — lo más posible— un reflejo de nuestra verdadera Identidad. Ver T3.8, T4.5 [64], T29.10 [62]-[63], M10, M15
40 … pero dentro de las limitaciones que le impone la realidad del ego mientras viva aquí, en el tiempo y el espacio…
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M.2 ¿CUÁLES SON LAS CARACTERÍSTICAS
DE LOS MAESTROS DE DIOS?
pár 10
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M4.2.F Sexto período
M4.2.F.1 [10] 57 Finalmente, llega "un período de logros". 58 Ahora es cuando se consolida su aprendizaje. 59 Lo que antes se consideraban simples sombras, se han convertido ahora en ganancias substanciales, con las que puede contar en cualquier "emergencia", así como también en los períodos de calma. 60 En efecto, el resultado de esas ganancias no es otro que la tranquilidad: el fruto de un aprendizaje sincero, un pensamiento sólido, y una transferencia plena. 61 Ésta es la fase de la verdadera paz41, pues aquí se refleja plenamente el Estado celestial42. 62 A partir de ahí, el camino al Cielo43 está libre y despejado y no presenta ninguna dificultad44. 63 En realidad, ya está aquí. 64 ¿Quién iba a querer "ir" a ninguna otra parte, si ya goza de absoluta paz? 65 ¿Y quién querría cambiar su tranquilidad por algo más deseable? 66 ¿Qué podría ser más deseable que esto45?
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41 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
42 … del eterno Presente de la Unicidad…
43 Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, a saber, que nada más existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
44 … en tu mente
45 … eso lo sabrá la persona que haya alcanzado y completado esta sexta etapa…
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