PARA VER TODO EL CORREO HAGA
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
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Los esclavos del especialismo van a liberarse,
porque ésa es la Voluntad
de Dios y La de Su Hijo.
UCSM TX 24.4 pár 32
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T24.4 [32] 45 Todos los que se consideran especiales están dormidos, rodeados de un mundo de belleza que no ven. 46 La libertad, la paz y la alegría se encuentran ahí, al lado del ataúd en el que duermen, llamándolos para que vuelvan en sí y despierten de su sueño de muerte. 47 Pero ellos no oyen nada. 48 Están perdidos en sueños de especialismos. 49 Odian la llamada que los puede despertar, y maldicen a Dios por no haber convertido su sueño en realidad. 50 Maldice a Dios y muere, pero no a manos de Aquel Que no hizo la muerte, que sólo existe en los sueños. 51 Abre un poco tus ojos: mira al salvador que Dios te dio para que lo miraras, y devuélvele su primogenitura, 52 que también es la Tuya14.
UCSM TEXTO
CH 24 EL ESPECIALISMO
Y LA SEPARACIÓN
T24.4 PERDONAR EL
ESPECIALISMO
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO? pár 1-5
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LTe.4 (-L251).1 1 Pecar es estar demente1. 2 Es el medio que hace que la mente2 pierda su cordura3 y trate de dejar que las ilusiones ocupen el lugar de la Verdad4. 3 Y, al estar loca, la mente ve ilusiones donde la Verdad debería estar, y donde realmente está5. 4 El pecado dio ojos al cuerpo pues, ¿qué van a querer ver los que están libres de pecado6? 5 ¿Qué necesidad tienen de escenas, sonidos o tacto? 6 ¿Qué van a querer oír, o alcanzar para agarrar? 7 ¿Qué van a querer percibir por los sentidos? 8 Percibir por los sentidos es no conocer. 9 Y la Verdad no puede contener sino el conocimiento7 y nada más.
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1 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
2 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
3 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
4 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
5 ... en el espíritu, la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo
6 ... son aquellos que en un instante santo del mundo real, habiendo perdonado totalmente a otro, han logrado ver en su fuero interior con la visión de Cristo, el Alma de ese otro que es exactamente igual a La de ellos y, por consiguiente, se han unificado en un reflejo aquí de lo que es el eterno Presente de la Unicidad de Dios…
7 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía, es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 2
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LTe.4 (-L251).2 10 El cuerpo8 es el instrumento que la mente hizo en sus esfuerzos por engañarse a sí misma9. 11 Su propósito es luchar10. 12 No obstante, la meta de luchar puede cambiar. 13 Si cambia, ahora el cuerpo se pone al servicio de otro objetivo por el cual luchar11. 14 Lo que persigue ahora está determinado por el objetivo que la mente escogió para reemplazar a la meta del autoengaño. 15 La Verdad puede ser su objetivo tanto como las mentiras12. 16 Si apunta a la Verdad, los sentidos buscarán testigos de lo que es13 verdadero.
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8 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
9 … que empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos…Ver T27.9 [82]
10 … ante todo por la sobrevivencia que le dicta el instinto según las leyes de la evolución y de la escasez
11 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
12 … dependiendo con quién decida pensar: el Espíritu Santo o el ego?
13 … aquí, realmente, reflejo de lo
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 3
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LTe.4 (-L251).3 17 El pecado es la morada de todas las ilusiones14, que representan únicamente cosas imaginadas, procedentes de pensamientos que no son verdaderos. 18 Las ilusiones constituyen la "prueba" de que lo que no posee Realidad15 es real. 19 El pecado "prueba" que el Hijo de Dios es malvado; que el eterno Presente tiene que tener un final y que la Vida eterna tiene necesariamente que morir. 20 Y Dios Mismo ha perdido al Hijo que ama, quedándole sólo la putrefacción para completarse; Su Voluntad derrotada por siempre por la muerte; el Amor asesinado por el odio y la paz perdida para siempre.
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14 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
15 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
16 … la mente afectada por
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 4
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LTe.4 (-L251).4 21 Los sueños de un loco atemorizan y el pecado, ciertamente, parece aterrar. 22 Y, sin embargo, lo que16 el pecado percibe no es sino un juego de niños. 23 Puede que el Hijo de Dios juegue a haberse convertido en un cuerpo que es presa del mal y de la culpa17, con apenas una insignificante vida que acaba en la muerte. 24 Pero, durante todo este tiempo, Su Padre ha seguido derramando Su Luz18 sobre Él y Lo quiere con un eterno Amor que las ficciones del Hijo no pueden alterar en absoluto.
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17 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
18 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 5
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LTe.4 (-L251).5 25 ¿Hasta cuándo, oh Hijo de Dios, vas a seguir jugando a pecar? 26 ¿Acaso ya no es hora de guardar esos juguetes de aristas afiladas? 27 ¿Cuánto tiempo más vas a tardar en prepararte para regresar a Casa19? 28 ¿Tal vez hoy mismo? 29 El pecado no existe. 30 La Creación20 sigue inmutable. 31 ¿Aún vas a querer atrasar tu regreso al Cielo? 32 ¿Hasta cuándo, oh santo Hijo de Dios, hasta cuándo?
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19 Casa, con mayúscula, es sinónimo del Cielo, Realidad, Unicidad, etc. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, casa es el espíritu, la parte de nuestra mente separada que aún se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo; y cuando pensamos con el ego, es la morada de nuestro cuerpo. Ver T5.5 [42]-[43], T9.8 [65], T10.4 [24], T11 [103]
20 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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L E C C I Ó N 260
Recordaré que
Dios me creó1.
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L260.1 1 Padre, no me hice a mí mismo, aunque en mi demencia creí que sí lo había hecho. 2 No obstante, como el Pensamiento Tuyo Que soy, no he abandonado mi Fuente y sigo formando parte de Aquel que Me creó 3 Padre mío, Tu Hijo Te visita Hoy. 4 Recordaré que Me creaste. 5 Recordaré Mi Identidad2. 6 Y permitiré que Mi Impecabilidad3 se eleve nuevamente ante la visión de Cristo4, por medio de la cual, hoy, quiero mirar a mis hermanos y a mí mismo.
L260.2 7 Ahora recordamos nuestra Fuente y en Ella encontramos finalmente nuestra verdadera Identidad. 8 Somos ciertamente santos, porque nuestra Fuente no sabe de pecado. 9 Y nosotros, que realmente somos Sus Hijos, somos semejantes los Unos a los Otros, y semejantes a Él.
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1 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
2 Identidad, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas unificadas como Una, somos realmente Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
3 La Impecabilidad, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T20.5 [32], T25.6 [37]
4 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
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Capítulo 24
EL ESPECIALISMO
Y LA SEPARACIÓN
T24.4 PERDONAR
EL ESPECIALISMO pár 26-33
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T24.4 [26] 1 El perdón1 pone fin al especialismo2. 2 Las ilusiones son lo único que se puede perdonar, y entonces, desaparecen3. 3 El perdón es lo que te libera de todas las ilusiones y, por eso, es imposible perdonar sólo parcialmente. 4 Nadie que se aferra a una ilusión puede verse a sí mismo libre de pecado pues, en tal caso, seguiría afirmando que un error que guarda para sí sigue siendo bueno. 5 Y de este modo, lo calificará de "imperdonable" y lo convertirá en un pecado4. 6 Así, ¿cómo va a poder perdonar totalmente, cuando aún no quiere aceptar el perdón para sí mismo? 7 Pues es seguro que lo recibiría por completo en el mismo instante en que así lo extendiese. 8 Y de esta manera, su culpa secreta desaparecería, al haberla perdonado él mismo.
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1 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de todo esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
2 El especialismo es la forma habitual de pensar de la individualidad nacida de la diminuta idea alocada del Hijo de Dios que pensó que podía separarse de Su Padre y "hacer cosas" por su cuenta. Al haber olvidado reírse de semejante idea, el pensamiento se convirtió en una idea seria de la que, entre otras cosas, resultó la ilusión de la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez. En esta realidad, el ego, es el deseo de cada ser humano de estar separado y lo más arriba posible por encima de los demás seres humanos, de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que es merecedor —por encima y hasta en contra de los demás— de las escasas cosas buenas y transitorias que ofrece el mundo. Ningún precio es demasiado alto para obtenerlas, y las busca afanosamente en relaciones especiales en las que otros aparentemente le ofrecen amor, amistad y aprecio especiales, así como también a veces, la entrega de sus cuerpos y/o mentes igualmente especiales y, con ellos, de lo que poseen que nuestro ego cree que le hace falta. Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir de verdad, ya que por sí mismo constituye una traición y un ataque contra la eterna y amorosa Unicidad de Dios con Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una. En consecuencia, el especialismo va a desconfiar de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso, no se le va a escapar ninguna falta o error que puedan cometer; además de atacar a los que entre ellos, directa o indirectamente, interfieran o se opongan a sus designios interesados. Ver T16.6, T24, T27.9 [82]-[83]
3 … porque al final del proceso de perdonar, cuando finalmente has logrado perdonar totalmente a tu hermano, sólo ves en tu fuero interior al reflejo aquí de su Alma, la Cual, al ser exactamente igual a La tuya, está unificada como Una con Ella y con todas Las demás en Cristo, el Hijo único de Dios. Además, en el eterno Presente de la Unicidad no hay ataques ni defensas ni caos, ya que solamente están Dios y Su Hijo único arropados por el Amor del Espíritu Santo, por lo tanto, sólo hay perfectas Paz y Alegría...
4 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
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T24.4 PERDONAR
EL ESPECIALISMO
pár 27-28
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T24.4 [27] 9 Cualquiera que sea la forma de especialismo que valores, la has convertido en un pecado. 10 Se alza inviolable, y la defiendes acérrimamente con toda tu endeble fuerza en contra de la Voluntad de Dios. 11 Y así, se alza contra Ti Mismo, como enemigo tuyo, no de Dios. 12 De este modo, parece escindirte de Dios y, como su defensor, te separa de Él. 13 Quieres proteger lo que Dios no creó. 14 Y, no obstante, este ídolo que parece conferirte poder, te lo ha arrebatado. 15 Pues le has dado la primogenitura de tu hermano, dejando a éste solo y sin perdón, y tú, a su lado, hundido en el pecado, sufriendo ambos ante el ídolo que no los puede salvar.
T24.4 [28] 16 No eres Tú5 el que es tan vulnerable y susceptible de ser atacado, que basta una palabra, un leve susurro que te disgusta, una circunstancia adversa que no toleras, o un evento que no previste, para que tu mundo se trastorne y se precipite al caos. 17 Pues la Verdad no es frágil, 18 y las ilusiones no La pueden afectar ni cambiar en absoluto. 19 Pero el especialismo no es la Verdad en ti. 20 Pues cualquier cosa puede hacerle perder el equilibrio. 21 Lo que descansa sobre la nada jamás podrá ser estable. 22 Por muy grande y desmesurado que parezca, seguirá tambaleándose, dando vueltas y revoloteando con cada brisa.
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5 … como Cristo, en Quien conjuntamente con todos los demás eres realmente Uno,
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T24.4 PERDONAR
EL ESPECIALISMO
pár 29
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T24.4 [29] 23 Sin base, nada es seguro. 24 ¿Habría dejado Dios a Su Hijo en un estado en el que la seguridad no significase nada? 25 ¡De ninguna manera! Su Hijo permanece a salvo, descansando en Él. 26 Es tu especialismo lo que se ve atacado por todo lo que camina o respira, se arrastra o se desliza, o simplemente vive. 27 Nada está a salvo de su ataque, ni él está a salvo de nada. 28 Este deseo tuyo jamás habrá de perdonar, pues esto es lo que es: un voto secreto para hacer que lo que Dios quiere para ti nunca se dé, y de que te opondrás a Su Voluntad para siempre. 29 Tampoco es posible que las dos voluntades puedan alguna vez ser la misma, mientras tu deseo de ser especial
se alce como una llameante espada de muerte entre ellas, haciendo que sean "enemigas".
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T24.4 PERDONAR
EL ESPECIALISMO
pár 30-31
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T24.4 [30] 30 Dios te pide que Lo perdones6. 31 Él no quiere que haya separación, como si fuese una voluntad ajena que se erige entre lo que Él quiere para Ti7 y lo que tú realmente quieres8. 32 Las dos voluntades son iguales, pues ninguna quiere ser especial. 33 ¿Cómo podrían querer la muerte del Amor mismo? 34 Con todo, no tienen el poder de atacar a las ilusiones. 35 No son cuerpos, sino que, como realmente la Mente de ellas es Una9, esperan a que todas las ilusiones les sean traídas, para luego dejarlas atrás. 36 La salvación no desafía ni siquiera a la muerte. 37 Y Dios Mismo, que sabe que la muerte no es realmente tu voluntad, tiene necesariamente que decir "Hágase tu voluntad", porque Tú10 crees que así es.
T24.4 [31] 38 Perdona al gran Creador del Universo —la Fuente de la Vida, del Amor y de la Santidad, el Padre perfecto de un Hijo perfecto— por tus ilusiones sobre tu especialismo11. 39 El especialismo es el infierno que escogiste como tu casa aquí. 40 Dios no lo escogió para ti. 41 No Le pidas que entre ahí. 42 El camino está cerrado al Amor y a la salvación12. 43 Pero si liberas a tu hermano de las profundidades del infierno, habrás perdonado a Aquel Cuya Voluntad es que descanses para siempre en los brazos de la paz, perfectamente a salvo y sin que la animosidad ni la malicia de ningún pensamiento de ser especial perturbe tu descanso. 44 Perdona al Santísimo por el especialismo que no pudo darte, pero que en cambio tú hiciste13.
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6 … es decir, que Lo veas interiormente como Lo que es: Amor, y nada más.
7 Ti, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas, están unificadas como Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T8.4 [20], T23
8 … amar y ser amado
9 … la Mente de Dios Que es Una y, la única que realmente existe,
10 … como Cristo Que realmente eres,
11 El ego te hace creer que Dios te creó especial.
12 La salvación 1) es el proceso de deshacer la separación que nunca fue, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez; 2) es querer creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya Unicidad estamos realmente todos, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; 3) es ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo; 4) es aceptar el Redimir para nosotros mismos; 5) es perdonar al otro y a los demás y extender los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo; 6) es entablar relaciones santas y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
13 … cuando por medio de tu ego primordial, decidiste que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, todo eso regido por las leyes de la evolución y escasez.. Ver T27.9 [82]
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T24.4 PERDONAR
EL ESPECIALISMO
pár 32-33
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T24.4 [32] 45 Todos los que se consideran especiales están dormidos, rodeados de un mundo de belleza que no ven. 46 La libertad, la paz y la alegría se encuentran ahí, al lado del ataúd en el que duermen, llamándolos para que vuelvan en sí y despierten de su sueño de muerte. 47 Pero ellos no oyen nada. 48 Están perdidos en sueños de especialismos. 49 Odian la llamada que los puede despertar, y maldicen a Dios por no haber convertido su sueño en realidad. 50 Maldice a Dios y muere, pero no a manos de Aquel Que no hizo la muerte, que sólo existe en los sueños. 51 Abre un poco tus ojos: mira al salvador que Dios te dio para que lo miraras, y devuélvele su primogenitura, 52 que también es la Tuya14.
T24.4 [33] 53 Pero los esclavos del especialismo van a liberarse, 54 porque ésa es la Voluntad de Dios y La de Su Hijo15. 55 ¿Se condenaría Dios a Sí Mismo al infierno y a la condenación? 56 ¿Y acaso es eso lo que quieres que le hagan a tu salvador? 57 Dios te llama desde él a unirte a Su Voluntad para salvar a los dos del infierno. 58 Observa las marcas de los clavos en sus manos que te extiende pidiendo tu perdón. 59 Dios te pide que tengas misericordia con Su Hijo y con Él. 60 No se la niegues. 61 Sólo te están pidiendo que se haga tu voluntad16. 62 Buscan tu Amor a fin de que te puedas amar a ti mismo17. 63 No ames a tu especialismo en vez de a Ellos. 64 La marca de los clavos está también en tus manos. 65 Perdona a tu Padre18 el que no fuese Su Voluntad que te crucificaran.
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14 … como Cristo, que tú y él son realmente como Uno.
15 … puesto que la Voluntad de Ellos es Una en la Mente de Dios Que es Una.
16 … que realmente es también La de Ellos puesto que sólo existen una Mente única y una Voluntad única, y Ambas son de Dios y de Su Hijo, ya que Su Hijo único es Uno con Su Padre y Creador en el Amor del Espíritu Santo.
17 … según el Espíritu Santo.
18 … en el sentido de liberarlo en tu mente de todos los pensamientos de pecado que tuviste sobre Él.
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