PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
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T13.4 [23] 23 Cuando insistes en ser culpable, y además en que la fuente de tu culpa reside en el pasado, es porque no estás mirando realmente en tu fuero interno. 24 El pasado no está en ti.

25 Tus misteriosas asociaciones con él no significan nada en el presente. 26 No obstante, permites que se interpongan entre tú y tus hermanos, con quienes no logras entablar ninguna relación real en absoluto.

27 ¿Acaso esperas utilizar a tus hermanos como medio para "solventar el pasado", y al mismo tiempo verlos como realmente son?

28 Los que se valen de sus hermanos para resolver problemas que realmente no existen7, no encuentran la salvación.

29 Tú no la quisiste en el pasado. 30 ¿Es que vas a seguir imponiendo tus vanos deseos sobre el presente, y tener la esperanza de encontrar la salvación ahora, en este momento?

 CH 13. DE LA PERCEPCIÓN
AL CONOCIMIENTO
13.4 LIBERACIÓN Y RESTAURACIÓN
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 1 ~ R E P A S O 4
L E C C I Ó N 147
[Repasar las lecciones 133-134]
L1 (L133-134) 1 Mi mente contiene realmente sólo Lo que pienso con Dios.

L147 (L133) 2 No daré valor a lo que no lo tiene1.

L147 (L134) 3 Percibiré el perdón2 tal como es.
1 … porque quiero empezar a ver las cosas de otra manera que las ha estado viendo mi ego…
 
2 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de todo esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)


Un Curso Sobre Milagros
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TEXTO
Capítulo 13
DE LA PERCEPCIÓN
AL CONOCIMIENTO

T13.4 LIBERACIÓN Y
RESTAURACIÓN pár 20-36
T13.4 [20] 1 Estás acostumbrado a la idea de que tu mente puede ver la fuente del dolor, pero la ves donde realmente no está. 2 La dudosa función de este desplazamiento es ocultarte la verdadera fuente de tu culpa y mantener fuera de tu concienciación la percepción plena de que esa fuente es demente. 3 El desplazamiento siempre se mantiene activo mediante la ilusión de que la fuente de la culpa —de la que se desvía la atención— tiene necesariamente que ser verdadera; 4 pero también tiene necesariamente que ser temible porque, de lo contrario, no desplazarías la culpa hacia lo que creíste que era menos temible. 5 Por consiguiente —sin mucha oposición— estás dispuesto a mirar a toda clase de "fuentes" soslayando la concienciación, siempre y cuando no sean la fuente más profunda, con la cual no guardan ninguna relación real en absoluto.

T13.4 [21] 6 Las ideas dementes no se encuentran en ninguna relación real1, y por eso son dementes. 7 Ninguna relación real puede basarse en la culpa, ni siquiera contener una sola mancha de ésta que mancille2 Su Pureza. 8 Pues todas las relaciones que la culpa ha tocado son utilizadas únicamente para rehuir a la otra persona y evadir la culpa3. 9 ¡Qué extrañas relaciones has construido para servir este extraño propósito! 10 Pues olvidaste que las relaciones reales son santas y que no las puedes utilizar4 en absoluto; 11 son para uso exclusivo del Espíritu Santo, y es esto lo que hace que sean puras5. 12 Si desplazas tu culpa hacia ellas, el Espíritu Santo no las podrá utilizar, 13 pues al haberte apropiado para tus propios fines de lo que deberías haberle entregado, Él no lo podrá utilizar para liberarte. 14 Nadie que quiera unirse a otro —en la forma que sea— para su propia salvación6, la hallará en esa extraña relación. 15 No es una relación compartida y, por consiguiente, no es real.
1 … la relación santa: La relación santa, aquí: 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios en paz y alegría con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s); este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor en paz y alegría a todos y a todo. Ver T17.6, T22
 
2 … el reflejo aquí de
 
3 La relación especial, aquí: 1) es en la que, pensando, percibiendo y actuando con nuestro ego, entablamos con una o más personas especiales que poseen atributos especiales, con las cuales esperamos llenar nuestras necesidades igualmente especiales; 2) constituye la renuncia a la eterna y alegre concordia del perfecto Amor que nuestras Almas profesan unas con otras unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Que realmente somos; 3) es el intento del ego de asegurar para sí el especialismo que Dios le negó, nacido del deseo oculto de que Dios amara a Su Hijo, ahora separado, con un amor especial; 4) es el insincero interés, amor, amistad o aprecio por otra u otras personas que nuestro ego utiliza para constituir con ellas relaciones por medio de las cuales alcanzar algunos de sus objetivos personales; 5) a veces, estas relaciones especiales devienen en dependencia o codependencia, pero que, en todo caso, siempre constituyen ataques velados. Ver T15.6aT15.10, T16
 
4 … para tus fines personales
 
5 … como un tenue reflejo aquí de la perfecta Pureza de la Unicidad de Dios.
 
6 … de las vicisitudes de la evolución y escasez, de la realidad del ego,
T13.4 LIBERACIÓN Y
RESTAURACIÓN
pár 22-23
T13.4 [22] 16 En cualquier unión con un hermano en la que busques descargar tu culpa sobre él, o compartirla con él, o percibir su propia culpa, vas a sentirte culpable. 17 Tampoco hallarás satisfacción y paz con él, porque tu unión con él no es real. 18 Verás culpa en esa relación porque tú mismo la sembraste en ella. 19 Es inevitable que quienes sufren culpa traten de desplazarla, pues creen en ella. 20 No obstante, aunque sufren, no buscan la causa de su sufrimiento adentro para así poder dejarla ir. 21 No pueden saber cuándo aman, ni comprenden lo que es amar. 22 Su mayor preocupación es percibir la fuente de la culpa fuera de sí mismos, más allá de su propio control.

T13.4 [23] 23 Cuando insistes en ser culpable, y además en que la fuente de tu culpa reside en el pasado, es porque no estás mirando realmente en tu fuero interno. 24 El pasado no está en ti. 25 Tus misteriosas asociaciones con él no significan nada en el presente. 26 No obstante, permites que se interpongan entre tú y tus hermanos, con quienes no logras entablar ninguna relación real en absoluto. 27 ¿Acaso esperas utilizar a tus hermanos como medio para "solventar el pasado", y al mismo tiempo verlos como realmente son? 28 Los que se valen de sus hermanos para resolver problemas que realmente no existen7, no encuentran la salvación. 29 Tú no la quisiste en el pasado. 30 ¿Es que vas a seguir imponiendo tus vanos deseos sobre el presente, y tener la esperanza de encontrar la salvación ahora, en este momento?
7 … en el eterno Presente de la Unicidad, que es donde realmente estamos todos, como Almas perfectas y eternas, Una en la única Alma del único Hijo de Dios,
T13.4 LIBERACIÓN Y
RESTAURACIÓN
pár 24-26
T13.4 [24] 31 Por eso, toma la determinación de no ser como eras. 32 No utilices ninguna relación para apegarte al pasado; por el contrario, vuelve a nacer cada día con cada una. 33 Un minuto o menos será suficiente para liberarte del pasado y, en paz, entregar tu mente al Redimir. 34 Cuando puedas dar la bienvenida a todos, tal como quisieras que tu Padre te la diese a ti, dejarás de ver culpa en ti. 35 Pues habrás aceptado el Redimir, que seguía brillando todo el tiempo en ti mientras soñabas con la culpa y no querías mirar en tu fuero interno y verlo.

T13.4 [25] 36 Mientras creas que la culpa se justifica de algún modo, en cualquiera, sin importar lo que haga, no mirarás en tu fuero interno8, donde siempre encontrarás el Redimir. 37 El final de la culpa nunca llegará mientras creas que ésta tiene una razón de ser. 38 Por consiguiente, tienes que aprender que la culpa es siempre totalmente demente y que no tiene razón de ser. 39 El propósito del Espíritu Santo no es desvanecer esta realidad, 40 porque si la culpa fuese real, el Redimir no existiría. 41 El propósito del Redimir es desvanecer las ilusiones, no establecerlas como si fuesen reales para luego perdonarlas.

T13.4 [26] 42 El Espíritu Santo no mantiene ilusiones en tu mente para meterte miedo, ni para hacértelas ver con miedo a fin de demostrarte aquello de lo que Él te salvó. 43 Eso de lo que te salvó ya desapareció. 44 No le otorgues realidad a la culpa, ni consideres ninguna razón para hacerlo. 45 El Espíritu Santo hace lo que Dios quiere que haga, y eso es lo que siempre ha hecho. 46 Ha visto la separación, pero sólo sabe unir. 47 Enseña a curar, pero también sabe lo que es crear. 48 Quiere que veas y enseñes tal como Él lo hace, y por medio de Él. 49 No obstante, Lo que Él sabe tú lo desconoces, aunque realmente es tuyo9.
8 … con el Espíritu Santo
 
9 … pero como Cristo, en Quien todos son uno contigo.
T13.4 LIBERACIÓN Y
RESTAURACIÓN
pár 27-29
T13.4 [27] 50 Ahora te es dado poder curar y enseñar para ser el hacedor de lo que será el ahora, en este instante, 51 pero que, de momento, aún no lo es. 52 El Hijo de Dios cree estar perdido en la culpa que siente, solo en un mundo tenebroso, donde el dolor le acosa desde fuera por todas partes. 53 Cuando haya mirado en su fuero interno10 y haya visto la radiante luz que allí se encuentra, recordará cuánto ama su Padre. 54 Y le parecerá increíble que alguna vez hubiese podido pensar que su Padre no lo quería y que lo consideraba un condenado. 55 En cuanto ustedes se den cuenta de que la culpa es una locura, una locura totalmente injustificada y sin ninguna razón de ser, no tendrán miedo de mirar al Redimir y de aceptarlo totalmente.

T13.4 [28] 56 En efecto, ustedes que han sido despiadados consigo mismos, no recuerdan el Amor de su Padre. 57 Y al observar a sus hermanos sin piedad, no recuerdan cuánto Lo aman. 58 No obstante, esto es eternamente verdad. 59 En la radiante paz de vuestro fuero interno se encuentra11 la perfecta Pureza en La que fueron creados. 60 No tengan miedo de mirar a la hermosa Verdad que está en ustedes. 61 Atraviesen con su mirada la nube de culpa que empaña vuestra visión y miren más allá de la oscuridad al santo lugar donde verán la luz. 62 El altar erigido a vuestro Padre es tan puro como Aquel Que lo elevó hasta Sí Mismo. 63 Nada puede impedirles ver lo que Cristo quiere que vean, 64 porque Su Voluntad es como La de su Padre y ofrece misericordia a cada Hijo pequeño de Dios, tal como Dios quiere que hagan.

T13.4 [29] 65 Liberen de la culpa tal como quisieran ser liberados. 66 No hay otra manera de mirar en vuestro fuero interno y poder ver la luz del Amor, brillando con tanta constancia y tanta certeza, tal como Dios Mismo siempre ha amado a Su Hijo. 67 Y tal como Su Hijo12 Lo ama a Él. 68 En el Amor no hay cabida para el miedo, pues el Amor está libre de culpa. 69 Ustedes, que siempre amaron a su Padre, no deben tener miedo –sea cual fuere la razón— de mirar en vuestro fuero interno y ver vuestra santidad. 70 No pueden ser realmente como creían que eran. 71 Vuestra culpa no es razonable, porque no está en la Mente de Dios, que es Donde Ustedes realmente están. 72 Y esto sí que es Razón13, la cual el Espíritu Santo quiere restituirles. 73 Él sólo quiere suprimir las ilusiones 74 y que miren todo lo demás. 75 Y en la visión de Cristo, quiere mostrarles14 la perfecta Pureza que por siempre está en el Hijo de Dios.
10 … con el Espíritu Santo
 
11 … el reflejo aquí de
 
12 … como Cristo, en Quien todos, como Almas, somos Uno con Él.
 
13 Razón, con mayúscula, en la eterna Unicidad, es: 1) el Pensamiento de Amor de Dios o Espíritu Santo Que Dios comparte con nosotros como Almas Una en Cristo, Su único Hijo; y 2) a veces, es sinónimo del Espíritu Santo. Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es nuestro pensar con Él, que quiere ser el reflejo de ese eterno Pensamiento de Amor por medio del perdón y la extensión de milagros; y, cuando pensamos con el ego, se refiere a nuestro pensar con el ego que se basa en la racionalidad, lógica y el sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4
 
14 … el reflejo aquí de
T13.4 LIBERACIÓN Y
RESTAURACIÓN
pár 30-33
T13.4 [30] 76 No vas a poder establecer ninguna relación real con ninguno de los Hijos de Dios, a menos que los ames a todos y que los ames por igual. 77 El Amor no hace excepciones. 78 Si das tu amor exclusivamente a una sola parte de la Filiación, estarás sembrando culpa en todas tus relaciones, haciéndolas irreales. 79 Puedes amar realmente sólo como Dios ama. 80 No trates de amar en forma diferente a cómo Él Lo hace, pues no hay otro Amor sino el de Él. 81 Hasta que no te des cuenta de que esto es verdad no tendrás idea de lo que es el Amor. 82 Nadie que condene a un hermano puede verse a sí mismo libre de culpa en la paz de Dios. 83 Si su hermano está realmente libre de culpa y en paz, pero él no lo ve así, es porque está delirando y no se ha mirado a sí mismo.

T13.4 [31] 84 A él le digo: 85 Contempla al Hijo de Dios y mira de frente su pureza y, habiéndolo hecho, aquiétate. 86 Mira tranquilamente su santidad y da gracias a su Padre por el hecho de que ninguna culpa jamás llegó a tocarle.

T13.4 [32] 87 Ni una sola de las ilusiones que alguna vez guardaste contra tu hermano ha manchado en forma alguna Su Inocencia. 88 Su radiante Pureza, totalmente intocada por la culpa y totalmente amorosa, brilla en tu fuero interno. 89 Observémoslo juntos y amémoslo, 90 pues en nuestro Amor por él radica tu inculpabilidad. 91 Con que te mires realmente a ti mismo, la alegría y el aprecio que sentirás por lo que verás erradicará la culpa para siempre. 92 Gracias Te doy, Padre Mío, por la Pureza de Tu santísimo Hijo, a Quien creaste por siempre libre de culpa.

T13.4 [33] 93 Al igual que ustedes, mi fe y lo que creo están centrados en lo que tengo en gran estima. 94 La diferencia entre nosotros es que yo amo solamente Lo que Dios ama conjuntamente conmigo, y por eso la gran estima que les tengo a todos va más allá del valor que se han atribuido a sí mismos, alcanzando hasta el mismo valor que Dios colocó sobre Ustedes15. 95 Amo Todo Lo que Él creó y deposito toda mi fe y mi creencia sobre ese Todo. 96 Mi fe en ustedes es tan inquebrantable como el Amor que profeso a Mi Padre. 97 Mi confianza en ustedes es ilimitada, y está libre del miedo de que ustedes no me quieran oír. 98 Doy gracias al Padre por la belleza que hay en ustedes y por los muchos presentes que me van a permitir que ofrezca al Reino en honor de Su Completitud, Que es La de Dios.
15 … como Cristo, Su único Hijo, en Quien todos, como Almas, somos realmente Uno en la eterna Unicidad de Dios.
T13.4 LIBERACIÓN Y
RESTAURACIÓN
pár 34-36
T13.4 [34] 99 Alabados sean ustedes, que hacen que el Padre sea Uno con Su Propio Hijo. 100 Solos, somos poca cosa, pero juntos brillamos con un resplandor tan intenso que ninguno de nosotros por sí solo podría ni siquiera concebir. 101 Ante el glorioso esplendor del Reino, la culpa se desvanece y, transformada en bondad, ya nunca más volverá a ser lo que fue. 102 Cada reacción que experimenten estará tan purificada que será digna de ser ofrecida como un himno de alabanza a su Padre. 103 Alaben únicamente Lo que Él ha creado, pues Él nunca cesará de alabarlos. 104 Uniéndonos en esta alabanza, llegaremos hasta las puertas del Cielo, Donde seguramente entraremos dada nuestra impecabilidad. 105 Dios los ama. 106 Por tanto, ¿cómo podría yo no tener fe en ustedes y, al mismo tiempo, amarlo a Él perfectamente?

T13.4 [35] 107 El olvido, el sueño, e incluso la muerte16 se convierten en las mejores alternativas que el ego ofrece para contrarrestar lo que se percibe como una ruda intromisión de la culpa en la paz. 108 Aun así, nadie se ve a sí mismo en conflicto y abatido por una guerra cruel, a menos que crea que ambos contendientes son reales. 109 Al creerlo, se ve obligado a escapar, pues una guerra así pondría fin a su paz mental y, por consiguiente, lo destruiría. 110 No obstante, sólo con que se diese cuenta de que la guerra la entablan un poder real y uno irreal, podría mirarse a sí mismo de frente y ver su libertad. 111 Nadie se sentiría abatido y atormentado por batallas interminables si percibiese en ellas su absoluta falta de significado.

T13.4 [36] 112 Dios no quiere que Su Hijo17 viva en estado de guerra, por consiguiente el "enemigo" imaginado que Su Hijo hizo es totalmente irreal. 113 Ustedes no están sino tratando de escapar de una guerra encarnizada de la que18 ya han escapado. 114 La guerra se acabó, 115 pues han oído el himno de la libertad elevarse hasta el Cielo. 116 La alegría y el regocijo por vuestra liberación son de Dios porque no fueron hechos por ustedes. 117 Pero igual que no hicieron la libertad, tampoco hicieron una guerra que realmente pudiese poner a ésta en peligro. 118 Nunca existió nada destructivo, ni existirá realmente. 119 La guerra, la culpa y el pasado desaparecieron al unísono en la irrealidad de donde vinieron.
16 Cuando pensamos con el ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada y, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que, como Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, seguimos siendo Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
 
17 El Hijo único de Dios o Cristo —en Cuya única Alma, todas las Nuestras están unificadas como Una en Cristo— es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Mismo Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
 
18 … realmente
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