Pero pregúntate si es posible que Dios tuviese un plan para tu salvación que no funcionara.
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T20.5 [35] 56 Tal vez te preguntes cómo vas a poder estar en paz si —mientras estés en el tiempo— aún queda tanto por hacer antes de que quede despejado el camino que lleva a la paz33. 57 Quizá eso te parezca imposible. 58 Pero pregúntate si es posible que Dios tuviese un plan para tu salvación que no funcionara. 59 Una vez que aceptes Su plan como la única función34 que quieres desempeñar, no habrá nada que el Espíritu Santo no resuelva para ti, sin necesidad de esfuerzo alguno por tu parte.
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UCSM TEXTO
CH 20 LA PROMESA
DE LA RESURRECCIÓN
T20.5 ENTRAR AL ARCA
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 227
Éste es el instante santo1
de mi liberación.2
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L227.1 1 Padre, hoy es el día que me libero porque mi voluntad es realmente La Tuya.3 2 Pensé hacerme otra voluntad. 3 Sin embargo, nada de lo que pensé realmente existe, aparte de Ti. 4 Y estoy libre porque estaba equivocado y mis ilusiones no afectaron en absoluto a Mi Propia Realidad.4 5 Ahora renuncio a ellas y las pongo a los pies de la Verdad, a fin de que sean borradas por siempre de mi mente. 6 Éste es el instante santo de mi liberación. 7 Padre, sé que mi voluntad es realmente Una con La Tuya.
L227.2 8 Y de esta manera, hoy encontramos nuestro alegre regreso al Cielo, que nunca habíamos abandonado realmente. 9 En este día, el Hijo de Dios pone fin a los sueños. 10 En este día el Hijo de Dios regresa de nuevo a casa, liberado del pecado5 y revestido de santidad, habiéndosele restituido finalmente su mente acertada.
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1 El instante santo, aquí, en tu fuero interno, es la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que tu Alma quiere unirse al Alma del otro, a quien estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando ordenas a tu cerebro aquietarse, de manera que, durante ese instante, pares el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo". Luego, en el silencio que sigue, te liberas tanto de la culpa y su pasado como del miedo que trae la inseguridad del futuro. Cuando logras perdonarlo, las dos Almas se unen en la experiencia de Cristo en el mundo real, experiencia en la que todas las Almas —por ser igualmente perfectas y eternas— se unifican en la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, que realmente somos nosotros. Por eso, el instante santo no puede ser para ti solo. Eso va a permitir a los impulsos amorosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
2 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206))
3 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
4 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
5 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo 20
LA PROMESA
DE LA RESURRECCIÓN
T20.5 ENTRAR AL ARCA pár 28-36
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T20.5 [28] 1 Nada puede herirte1 a menos que le des el poder de hacerlo. 2 Pues tú2 das poder según lo que las leyes de este mundo interpretan lo que es dar: a medida que das, pierdes. 3 No obstante, no es a ti a quien corresponde dar poder alguno. 4 Todo poder3 es de Dios: Él lo da y lo revive el Espíritu Santo, Que sabe que, a medida que das4, ganas5. 5 Él no da ningún poder al pecado6, el cual, por consiguiente, no tiene ninguno; tampoco da poder a las consecuencias de pecar como el mundo las ve: enfermedad, muerte, miseria y dolor. 6 Ninguna de estas cosas ha ocurrido realmente porque el Espíritu Santo7 no las ve, ni tampoco da poder a lo que parece ser la fuente de ellas. 7 Así quiere el Espíritu Santo mantenerte a salvo de ellas. 8 Al estar libre de ilusiones8 sobre lo que realmente eres, el Espíritu Santo entrega sencillamente todo a Dios, Quien ya ha dado y ha recibido todo lo que es verdad9. 9 Lo que no es verdad no lo ha recibido ni dado.
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1 … en tu pensar…
2 … pensando con el ego
3 Poder, con mayúscula, significa el Poder de Dios para crear o amar en el Cielo, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, poder —si estás pensando con el ego— significa el poder físico y/o psicológico del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, poder quiere decir el reflejo aquí del Poder de crear o amar de Dios y de Su Hijo. Ver T2.1 [15], T4.5 [63], T7.4 [24] y [25], T27.4
4 … amor o amistad desinteresados, porque quieres creer que tu Alma y el Alma de quien le estás dando son la misma cosa, porque son exactamente iguales y, por lo tanto, son Una…
5 … porque realmente te diste a ti mismo…
6 … porque el ego no entiende que el amor y la amistad puedan ser desinteresadas, ya que vienen de dos individualidades separadas, cada una con su propio plan de vida de acuerdo a las leyes de este mundo, es decir, a las leyes de la evolución ("todo se come a todo.") y de la escasez ("las cosas buenas ni abundan, ni duran.") …
7 … a Quien has invitado a pensar contigo en tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Mismo Espíritu Santo,
8 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
9 … es decir, todo lo que es Amor, Que es lo único que Dios, nuestro Padre y creador, sabe: Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
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T20.5 ENTRAR AL ARCA
pár 29
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T20.5 [29] 10 El pecado10 no tiene cabida en el Cielo, Donde sus resultados Le son ajenos y Donde ni éstos ni su fuente pueden entrar. 11 Y en esto reside tu necesidad de ver a tu hermano libre de pecado. 12 El Cielo está en él11. 13 En cambio, si ves pecado en él, el Cielo está perdido para ti. 14 Sin embargo, si miras a tu hermano como realmente es, Lo que es Tuyo12 irradiará de él a ti. 15 Tu salvador te ofrece únicamente Amor, pero lo que quieras recibir de él dependerá de ti13. 16 En él14 está el pasar por alto todos tus errores y, en eso, reside su propia salvación. 17 Y lo mismo sucede con la tuya. 18 La salvación15 es una lección sobre el dar tal como lo interpreta el Espíritu Santo. 19 Constituye el redespertar de las leyes de Dios en mentes que han promulgado otras leyes a las que les han dado el poder de poner en vigor lo que Dios no creó16.
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10 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
11 … del Que su Alma forma parte, Alma que es exactamente igual a La tuya y a Las de todos los que fueron, son, y serán. Por eso hay un solo Hijo de Dios, Que realmente somos todos nosotros sin excepción, porque todas nuestras Almas —que pensábamos eran individuales de cada uno— realmente están unificadas como Una en Cristo, el Hijo de Dios, Quien es Uno con Su Padre en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de ése Hijo, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiere el Mismo Espíritu Santo.
12 … lo que es de Ti Mismo: es decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas es Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios. Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
13 … de con quién estás pensando…
14 … cuya Alma y la Tuya son la misma cosa, es decir, tú eres realmente él y él es realmente tú… Y el Alma única de ustedes dos es también el Alma de todos, sin excepción, porque en el Cielo, al haber un solo Hijo, no puede haber ninguna excepción…
15 La salvación: 1) es haber aprendido a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego y, así, haber liberado la fuerza de Dios en nosotros que está reverberando en todo lo que pensamos o hacemos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— haber reconocido en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es haber aprendido lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es haber buscado y hallado en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es haber aprendido a dar paz y haber obtenido paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T8.4 [22], T9.6, T11.1, T15.4 [33], T17.3 [9], L71.2, LTe.2 (-L231)
16 … poner en vigor el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen…
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T20.5 ENTRAR AL ARCA
pár 30-32
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T20.5 [30] 20 Tus leyes dementes17 fueron redactadas para garantizar que cometieses errores y les dieses poder sobre ti al tú aceptar sus resultados como tu justo merecido18. 21 Si esto no es locura, entonces, ¿qué es? 22 ¿Acaso es esto lo que quieres ver en el fuero interno de tu salvador19 de la demencia?20 23 Él está realmente tan libre de eso como tú y, en esta libertad21 que ves en él, ves la tuya. 24 Pues la comparten. 25 Lo que Dios ha dado obedece a Sus leyes y sólo a las Suyas. 26 Por eso no es posible que los que las obedecen sufran las consecuencias de cualquier otra fuente.
T20.5 [31] 27 Los que escogen la libertad experimentarán únicamente sus resultados. 28 Pues su poder22 es de Dios, y lo darán sólo a lo que Dios ha dado, a fin de compartirlo con ellos. 29 Nada excepto esto puede llegarles, pues es lo único que ven, al compartir su poder según la Voluntad de Dios. 30 Y así, su libertad queda establecida y se mantiene vigente: 31 prevalece por encima de todas las tentaciones de aprisionar o de ser aprisionado. 32 Es a los que aprendieron lo que es la libertad a quienes debes preguntar qué es realmente la libertad. 33 No preguntes al gorrión cómo se eleva el águila, pues los alicortos no han aceptado para sí mismos el poder de compartir contigo.
T20.5 [32] 34 Los que están libres de pecado dan como recibieron. 35 Así, contempla el poder de la impecabilidad23 en el fuero interno de tu hermano, y comparte con él el poder de liberarse del pecado que le ofreciste. 36 A todo el que camina por esta tierra en aparente soledad, le ha sido dado un salvador, cuya función especial aquí es liberarlo del pecado, y así liberarse él también. 37 En el mundo de la separación, esa función es asignada a cada uno por separado, aunque todos son realmente lo mismo24. 38 No obstante, los que saben que todos son lo mismo no tienen necesidad de salvación. 39 En cuanto a los demás, cada uno va a encontrar su salvador cuando esté dispuesto a mirar la faz de Cristo25 y ver a su salvador libre de pecado.
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17 … las de la evolución y escasez
18 … entre otros resultados, que lo que das lo pierdes y lo que le quitas a otros lo ganas…
19 … el otro, los otros, a quienes has perdonado y/o con quienes has formado relaciones santas. Ellos son tus salvadores, porque cuando finalmente miras —interiormente en tu espíritu— con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los has curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente eres Uno con ellos— ellos también te han curado y salvado. Ver T19.5.4.1 [102] 44, L78.9
20 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
21 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
22 … de amar
23 La Impecabilidad, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T20.5 [32], T25.6 [37]
24 … uno en Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
25 La faz de Cristo es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya Alma, en un instante santo del mundo real, experimentamos en nuestro fuero interno una completa identificación, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios, donde todas nuestras Almas, perfectas y eternas, están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo único. Ver T20.5 [32], T20.6 [42]
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T20.5 ENTRAR AL ARCA
pár 33
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T20.5 [33] 40 No es éste un plan que hayas elaborado, y tampoco tienes que preocuparte por nada que no sea la parte que te fue asignada para aprender26. 41 Pues El Que sabe del resto de las demás partes, se ocupará de eso sin tu ayuda. 42 Pero no vayas a pensar que Él no necesita tu parte para que Lo ayudes con el resto de ellas. 43 Pues en tu parte se encuentra todo el resto, sin el cual ninguna parte está completa, ni tampoco el todo se completará sin tu parte. 44 Al arca de la paz se entra de dos en dos, y el comienzo de un nuevo mundo va con ellos también. 45 Cada relación santa27 tiene que entrar aquí para aprender la función especial28 que le corresponde desempeñar en el plan del Espíritu Santo, ahora que ella comparte Su propósito. 46 Y a medida que ese propósito se logra, surge un nuevo mundo29 donde el pecado no tiene cabida, el Hijo de Dios puede entrar sin miedo y descansar por un tiempo para olvidar su prisión y recordar lo que es la libertad. 47 Pero ¿cómo podría entrar, descansar, y recordar sin ti? 48 A menos que tú estés allí30, él no estará completo. 49 Y es su Compleción31 lo que él va a recordar allí.
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26 … que es aceptar el Redimir —siempre con mayúscula— es un acto de Amor; es reconocer el Alma del que perdonamos; es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; es el acto de compartir desinteresadamente; es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T2.2 [36], T2.5 [86, 103], T3.3, T5.3, L139
27 La relación santa, aquí, 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
28 Nuestra verdadera función es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada únicamente a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompletitud. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], L62, L64, L65, L66, L99
29 … en tu mente
30 … pensando con el Espíritu Santo,
31 La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la completitud es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestro fuero interno en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Y, cuando pensamos con el ego significa las definiciones que se pueden encontrar en el diccionario. Ver T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
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T20.5 ENTRAR AL ARCA
pár 34-36
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T20.5 [34] 50 Éste es el propósito que les fue encomendado32. 51 No piensen que perdonarse uno al otro beneficia sólo a ustedes dos. 52 Pues el nuevo mundo en su totalidad descansa en las manos de cada dos que entren allí a descansar. 53 Y mientras descansan, la faz de Cristo brilla sobre ellos, y recuerdan las leyes de Dios, olvidando todo lo demás y anhelando únicamente que Sus leyes se cumplan perfectamente en ellos y en todos sus hermanos. 54 ¿Crees que cuando esto se haya realizado podrás descansar sin ellos? 55 Si dejaras a uno solo afuera, sería igual que si yo te dejara y olvidara una parte de mí mismo.
T20.5 [35] 56 Tal vez te preguntes cómo vas a poder estar en paz si —mientras estés en el tiempo— aún queda tanto por hacer antes de que quede despejado el camino que lleva a la paz33. 57 Quizá eso te parezca imposible. 58 Pero pregúntate si es posible que Dios tuviese un plan para tu salvación que no funcionara. 59 Una vez que aceptes Su plan como la única función34 que quieres desempeñar, no habrá nada que el Espíritu Santo no resuelva para ti, sin necesidad de esfuerzo alguno por tu parte.
T20.5 [36] 60 Él irá delante de ti despejando el camino35, y no dejará piedras sobre las que puedas tropezar ni obstáculos que obstruyan tu paso. 61 Nada de lo que necesites36 te será negado. 62 No habrá ninguna aparente dificultad que no se desvanezca37 antes de que llegues a ella. 63 No tendrás que reflexionar sobre nada, ni preocuparte por nada, excepto del único propósito que quieres alcanzar38. 64 Tal como te fue dado así se llevará a cabo. 65 La promesa de Dios se mantendrá firme contra todo obstáculo, pues descansa sobre la certeza39, no sobre la contingencia40. 66 Descansa sobre ti41. 67 ¿Y quién puede estar más seguro que un Hijo de Dios?
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32 … ahora que están tratando de constituir una relación santa entre los dos…
33 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
34 … espiritual
35 … en tu mente que ahora decidiste que pensara con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo…
36 … interiormente
37 … en tu mente
38 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
39 … de la fe; Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327)
40 … de tu razonamiento, lógica y sentido común para sobrevivir aquí de la mejor y más larga manera posible…
41 … como reflejo aquí de tu Yo: Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios —en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una— Quien es Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno. Ver Lte.14 (-351)
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