En la anticipación de las elecciones, parece como vivimos en lados opuestos de un cañón gritándonos unos a otros en vez de escucharnos unos a otros. Estamos tan preocupados con ganar o mantener poder que usamos retórica manipuladora para atacar al otro lado. No podemos oír los verdaderos temores y confusiones y amor y dolor detrás de las palabras.
La división parece ser nueva, pero no lo es. Nuestras recientes lecturas del evangelio han incluido debates y manipulaciones por líderes religiosos también. Los fariseos y los saduceos luchan con Jesús sobre autoridad y la lectura para esta semana lleva los herodianos – partidarios judíos de las autoridades romanas. Estos grupos de ordinario luchaban entre sí y en sus luchas estos partidos pintaban a los otros como herejes y traidores. Dejaron de verse unos a otros como seres humanos y no podían ver dónde estaba Dios en la lucha. ¿Parece familiar?
En esta situación única, estos grupos partidarios trabajaron juntos para socavar a Jesús con una pregunta trampa: ¿Es correcto pagar los impuestos al emperador? Querían atraparlos en lo que ellos pensaban era una respuesta de o esto/o eso. Los judíos eran llamados a reconocer a ningún Señor sino Dios, pero César quería ser conocido como Señor; el dar dinero a un dios falso era idolatría según los fariseos. Pero, los herodianos querían cargarlo con traición si anunciara que el pueblo debiera dejar de pagar los impuestos.
Hoy, nos encontramos mucho en debates de o esto/o eso también. O se puede apoyar a la policía o se puede apoyar al movimiento de Vidas Negras Importan. O eres proelección o eres provida. O Ud. puede fortalecer la economía o fortalecer nuestra respuesta a COVID-19. Estamos tan involucrados porque las respuestas importan; impactan a vidas reales. Pero como los fariseos y los herodianos, podemos ser tan arraigados en nuestra posición que ya no podemos ver la humanidad en las personas del otro lado, no podemos ver donde traslapan nuestros valores, ni podemos descubrir cómo Dios pudiera estar llamándonos a una respuesta amorosa que va allá de una respuesta de o esto/o eso.
Jesús no deja que ninguno de los lados lo manipule ni lo distraiga de su propósito. No acepta la idea que es solamente una manera u otra. En vez de eso, dirige la atención de ellos al corazón de quiénes eran . . . de quién eran. “Si esa moneda tiene la imagen de César – pertenece a César, vaya y désela a él. Pero de a Dios lo que pertenece a Dios.” En hacer esto, Cristo los levanta (y nos levanta) más allá de la dicotomía falsa.
Pues, ¿qué pertenece a Dios? Un muestreo de las escrituras:
- Todo lo que hay debajo del cielo es mío. (Job 41:11)
- Mía es la plata y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. (Hageo 2:8)
- Porque mía es toda bestia del bosque y los millares de animales en los collados. Conozco todas las aves de los montes, y todo lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti, porque mío es el mundo y su plenitud. (Salmos 50:10-12)
- Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos. (Salmos 100:3)
Todo pertenece a Dios. Tú. Yo. César. Impuestos. Republicanos. Demócratas. Herodianos. Policías. Personas de color. Dueños de negocios pequeños. Ancianos en casas de vejez. Los que no han nacido. Mujeres en circunstancia desesperadas. Pájaros. Tierra. Cielos. Todo. Las elecciones falsas que el gobierno impone en nosotros para que elijamos y dividamos y disminuyamos a la humanidad, al valor, y las vidas de otras personas y al mundo. ¿Pero se puede ver cómo nuestra perspectiva cambia si todo pertenece a Dios?
¿Cómo aparecería darnos a nosotros mismos, a otras personas, y toda la creación a Dios? Tal vez debamos recordar lo que Dios quiere de nosotros: justicia, amor, humildad (Miqueas 6:8) Estos valores nos permiten cuidar a y abogar por los más vulnerables sin endurecer nuestros corazones hacia sus opresores. Nos permiten ver a la humanidad en nuestros oponentes. Nos permiten el espacio de no tener razón. Nos permiten espacio para la transformación de corazones y mentes. Pero, más que nada, no permiten ir más allá de nosotros mismos para que podamos trabajar por la visión de Dios de integridad y shalom. Que sea así.