Un Curso Sobre Milagros
edición original
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En el Cielo, Donde el significado del Amor se conoce perfectamente, amar es lo mismo que unirse. Aquí, donde la ilusión de amor se acepta en lugar del Amor, amar se percibe como
separar y excluir.
UCSM TX 16.6 par44
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T16.6 [47] 22 Para todo el mundo, el Cielo es la completitud. 23 En esto no puede haber desacuerdo, porque tanto el ego como el Espíritu Santo lo aceptan. 24 No obstante, éstos están en completo desacuerdo sobre lo que es la completitud, y sobre cómo alcanzarla. 25 El Espíritu Santo sabe que la completitud reside, en primer lugar, en la unión, y luego, en la extensión de ésta. 26 Para el ego, la completitud reside en el triunfo, y en extender la "victoria" —incluso— hasta el triunfo definitivo sobre Dios. 27 El ego ve en esto la liberación final del yo, pues no quedaría nada que pudiese interferir con el ego mismo. 28 Ésa es su idea del Cielo 29 y, por consiguiente, la unión —que es una condición en la que el ego no puede interferir— tiene necesariamente que ser el infierno.
CH 16. PERDONAR LAS ILUSIONES
16.6 EL ESPECIALISMO Y LA CULPA
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 185
Quiero la paz1 de Dios.
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L185.1 1 Decir estas palabras no es nada. 2 Pero querer que se cumplan lo es todo. 3 Si pudieras aceptarlas seriamente, aunque sólo fuese por un instante, ya no sería posible que volvieras a sentir pesar en cualquiera de sus formas, ni en ningún lugar o momento. 4 Recobrarías la plena concienciación del Cielo, el recuerdo de Dios quedaría completamente reinstaurado, y reconocerías la resurrección2 de toda la Creación.
L185.2 5 No hay nadie que tome estas palabras en serio y no se cure3. 6 Y, cuando esté curado, no podrá entretenerse con sueños o creer que él mismo es uno. 7 No podrá ser hacedor de un infierno y pensar que es real. 8 Quiere la paz de Dios, y le es dada. 9 Pues ahora es todo lo que quiere y todo lo que recibirá. 10 Muchos han proferido estas palabras. 11 Pero, ciertamente, pocos las han tomado en serio. 12 No tienes más que observar el mundo que ves a tu alrededor para cerciorarte de los poquísimos que son. 13 El mundo cambiaría completamente4 sólo con que hubiese dos que estuviesen de acuerdo en que esas palabras expresan lo único que quieren.
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1 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
2 La resurrección 1) es vencer o triunfar sobre la muerte; 2) es un redespertar o renacer; un cambio de parecer con respecto al significado del mundo 3) es aceptar la interpretación del Espíritu Santo sobre el propósito del mundo; 4) es aceptar el Redimir para uno mismo; 5) es el fin de los sueños de aflicción y la alegre concienciación del sueño final del Espíritu Santo; 6) es reconocer los dones de Dios; 7) es el sueño en el que el cuerpo funciona perfectamente, al no tener otra función que servir de medio de comunicación; 8) es la experiencia del mundo real con la que concluye el aprendizaje, pues con la resurrección, éste no sólo termina, sino que es superado; 9) es la invitación a Dios para que dé el paso final; 10) es renunciar a todos los demás propósitos, intereses, deseos, y preocupaciones; 11) es el deseo único del Hijo de estar arropado por Su Padre. Ver las Definiciones en el Glosario y T20, M28.
3 ... de su pensar con el ego: Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
4 … en sus mentes…
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 185
pár 3
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L185.3 14 Dos mentes con un solo empeño se vuelven tan fuertes que lo que quieren se convierte5 en lo que quiere la Voluntad de Dios6. 15 Pues las mentes sólo pueden unirse en la Verdad7. 16 En sueños8, no hay dos mentes que puedan compartir la misma intención. 17 Para cada una de ellas, el héroe del sueño es distinto, y el desenlace que querían no es el mismo para las dos. 18 Sencillamente, el perdedor y ganador alternan de acuerdo a patrones cambiantes, a medida que la proporción entre ganancia y pérdida y pérdida y ganancia adquiere un matiz diferente o adopta otra forma.
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5 … en sus mentes
6 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
7 …que no son realmente cuerpos sino Almas, las Cuales están realmente unificadas como Una en Cristo, conjuntamente con todas Las demás, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios. El mundo físico al igual que los cuerpos seguirán su curso según las leyes de la evolución y escasez, lo que va a cambiar es la percepción de ellos en las mentes ahora unificadas en Cristo: Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que resuelve el proceso de extender el milagro: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión con el Alma del otro(a) por haberlo(a) perdonado completamente, experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas unificadas que realmente somos— somos Uno. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
8 Forman parte del sueño, todas las experiencias de la mente del Hijo adormecido que cree estar separado, en el tiempo y el espacio y con todo lo que estos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Estas experiencias —con el cuerpo y fuera de él— que la mente del Hijo separado percibe y cree que son reales, se deben al yo primario de su ego, el cual empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual, separado de los demás cuerpos, y compitiendo interminablemente con ellos. Ver: T27.9 [82]
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 185
pár 4-7
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L185.4 19 No obstante, lo único que se puede hacer en sueños es transigir. 20 A veces, ello adopta la forma de una unión, pero sólo la forma. 21 El significado de esas palabras escapa al entendimiento del sueño, pues transigir es la meta del que sueña. 22 Las mentes no pueden unirse en sueños. 23 Sólo pueden transarse. 24 Pero, ¿qué trato podrían hacer que les proporcionase la paz de Dios? 25 Las ilusiones pasan a ocupar Su lugar. 26 Y lo que Él es deja de tener significado para las mentes dormidas empeñadas en hacer tratos, cada cual en beneficio propio y a costa de la pérdida de otro.
L185.5 27 Querer la Paz de Dios de todo corazón es renunciar a todos los sueños. 28 Pues nadie que diga en serio estas palabras quiere ilusiones, ni busca la manera de obtenerlas. 29 Ya las examinó, y se dio cuenta de que no le ofrecen nada. 30 Ahora, procura ir más allá de ellas, al reconocer que un sueño adicional sólo le ofrecería lo mismo que los demás. 31 Para él, ahora, todos los sueños son lo mismo. 32 Y ha aprendido que la única diferencia entre ellos es la forma que adoptan, pues cualquiera de ellos suscitará la misma desesperación y zozobra que los demás.
L185.6 33 La mente que sólo quiere seriamente la paz debe unirse a otras mentes, pues así es como ésta se alcanza. 34 Y cuando el deseo de paz es genuino, los medios para encontrarla son dados de tal forma que cada mente, que honradamente la busca con sinceridad, pueda entenderla. 35 Sea cual sea la forma que adopte la lección, ha sido planeada para él de tal manera que, si su petición es sincera, no hará que se equivoque. 36 Pero si su petición no es sincera, no habrá forma de que pueda aceptar la lección o realmente aprenderla.
L185.7 37 Dediquemos hoy nuestra práctica a reconocer que realmente queremos decir de todo corazón las palabras que decimos. 38 Queremos la Paz de Dios. 39 Éste no es un deseo inútil. 40 Estas palabras no piden que se nos dé otro sueño. 41 No procuran transigir, ni tampoco tratan de hacer un trato más con la esperanza de que aún haya un sueño que pueda tener éxito ahí donde todos los demás han fracasado. 42 Decir seriamente estas palabras es reconocer la futilidad de las ilusiones y pedir lo eterno en lugar de sueños variables que parecen cambiar lo que ofrecen pero que no son sino la nada.
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 185
pár 8
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L185.8 43 Dedica hoy tus prácticas a hurgar minuciosamente en tu mente a fin de descubrir los sueños que todavía aprecias. 44 ¿Qué es lo que realmente deseas de corazón? 45 Olvídate de las palabras que empleas al hacer tus peticiones. 46 Considera solamente lo que crees que te consolará y te traerá felicidad. 47 Pero no te desalientes por razón de las ilusiones9 que aún perduran, pues la forma que éstas adoptan no es lo que importa ahora. 48 No permitas que algunos sueños te resulten más aceptables mientras que te avergüenzas de otros y los ocultas. 49 Todos son lo mismo.
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9 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 185
pár 9-11
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L185.9 50 Y puesto que todos son lo mismo, una sola y misma pregunta deberías hacerle a cada uno de ellos: "¿Es esto lo que quiero en lugar del Cielo y de la Paz de Dios?" 51 Ésta es la decisión que tienes que tomar. 52 No te dejes engañar pensando que hay otra manera de ver esto. 53 Aquí no es posible transigir. 54 Pues, o bien escoges la paz de Dios o bien pides sueños. 55 Y éstos vendrán a ti tal como los hayas pedido. 56 Pero también la paz de Dios vendrá con igual certeza y para permanecer contigo para siempre. 57 No desaparecerá con cada curva o vuelta del camino, para luego reaparecer sin que sea reconocible, en formas que cambian y varían con cada paso que das.
L185.10 58 Lo que tú quieres es la paz de Dios. 59 Y eso también es lo que desean también todos los que parecen ir en búsqueda de sueños. 60 Esto es lo único que pides, tanto para ellos como para ti, cuando haces esta petición con profunda sinceridad. 61 Pues de esa manera procuras alcanzar lo que ellos realmente quieren y unes tu propia intención a lo que ellos buscan por encima de todas las cosas, hecho éste que tal vez les sea desconocido, pero que tú tienes por seguro. 62 Ha habido ocasiones en las que has sido débil y has estado indeciso en cuanto a tu propósito, e inseguro con respecto a lo que quieres, adónde ir a buscarlo o adónde acudir en busca de ayuda para lograrlo. 63 Pero la ayuda ya se te ha dado. 64 ¿Es que no la vas a querer para ti, ofreciendo compartirla?
L185.11 65 Nadie que busque verdaderamente la paz de Dios dejará de hallarla. 66 Pues lo único que está pidiendo es no seguir engañándose, al rechazar para sí mismo lo que es la Voluntad de Dios. 67 ¿Quién puede quedar insatisfecho si está pidiendo lo que ya tiene? 68 ¿Quién puede pedir una respuesta si es él mismo quien tiene que darla? 69 La paz de Dios es tuya.
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 185
pár 12-14
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L185.12 70 La Paz fue creada para Ti10; Tu Creador Te La dio y La estableció como Su propio Don eterno. 71 ¿Cómo vas a fracasar cuando tan sólo estás pidiendo lo que Él dispone para ti? 72 ¿Y cómo va a limitarse tu petición a ti sólo? 73 No hay don de Dios que no se comparta. 74 Éste es el atributo que distingue a los dones de Dios de todos los sueños que alguna vez parecieron ocupar el lugar de la Verdad.
L185.13 75 Nadie puede perder, y todos tienen necesariamente que ganar cuando un don de Dios ha sido pedido y recibido por cualquiera. 76 Dios da sólo para unir. 77 Quitar, para Él, no tiene significado. 78 Y cuando tampoco tenga significado para ti, podrás estar seguro de que estás compartiendo una sola Voluntad con Él, y Él contigo. 79 Y también sabrás que compartes una sola Voluntad con todos tus hermanos, cuya intencionalidad es también la tuya.
L185.14 80 Es esa única intencionalidad es lo que buscamos hoy, al unir nuestros deseos a la necesidad de cada corazón, al llamamiento de cada mente, a la esperanza que se encuentra más allá de toda desesperación, al Amor11 que los ataques quisieran ocultar, y a la hermandad que el odio ha intentado amputar, pero que aún sigue siendo realmente Tal como Dios La creó. 81 Con semejante ayuda a nuestro lado, ¿podríamos fracasar hoy cuando pedimos que la paz de Dios nos sea dada?
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10 ... como Cristo, el Hijo de Dios,
11 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
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Capítulo 16
PERDONAR LAS ILUSIONES
T16.6 EL ESPECIALISMO1
Y LA CULPA2 pár 43-58
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T16.6 [43] 1 Cuando se examina la relación especial es necesario, ante todo, tener en cuenta que implica mucho dolor. 2 Ansiedad, desesperación, culpa y ataques, todos estos estados actúan en ella, intercalados con períodos durante los cuales parecen haber desaparecido. 3 Todos estos estados deben verse como lo que realmente son. 4 Sea cual fuere la forma en la que se manifiesten, siempre constituyen un ataque contra el yo, para hacer sentir al otro culpable. 5 He hablado de esto con anterioridad3, pero hay algunos aspectos sobre lo que realmente se intenta hacer con todo esto, que aún no hemos examinado.
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1 El especialismo es la forma habitual de pensar de la individualidad nacida de la diminuta idea alocada del Hijo de Dios que pensó que podía separarse de Su Padre y "hacer cosas" por su cuenta. Al haber olvidado reírse de semejante idea, el pensamiento se convirtió en una idea seria de la que, entre otras cosas, resultó la ilusión de la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez. En esta realidad, el ego, es el deseo de cada ser humano de estar separado y lo más arriba posible por encima de los demás seres humanos, de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que es merecedor —por encima y hasta en contra de los demás— de las escasas cosas buenas y transitorias que ofrece el mundo. Ningún precio es demasiado alto para obtenerlas, y las busca afanosamente en relaciones especiales en las que otros aparentemente le ofrecen amor, amistad y aprecio especiales, así como también a veces, la entrega de sus cuerpos y/o mentes igualmente especiales y, con ellos, de lo que poseen que nuestro ego cree que le hace falta. Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir de verdad, ya que por sí mismo constituye una traición y un ataque contra la eterna y amorosa Unicidad de Dios con Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una. En consecuencia, el especialismo va a desconfiar de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso, no se le va a escapar ninguna falta o error que puedan cometer; además de atacar a los que entre ellos, directa o indirectamente, interfieran o se opongan a sus designios interesados. Ver T16.6, T24, T27.9 [82]-[83]
2 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
3 … en T15.8: "El instante santo y la comunicación".
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T16.6 EL ESPECIALISMO
Y LA CULPA
pár 44-45
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T16.6 [44] 6 En forma muy sencilla, el intento de hacer sentir al otro culpable siempre va dirigido contra Dios, 7 pues el ego quiere que veas a Dios, y sólo a Él, como el verdadero culpable, lo cual deja a la Filiación vulnerable al ataque y sin ninguna protección contra éste. 8 La relación especial de amor es el arma principal del ego para impedir que llegues al Cielo. 9 No parece ser un arma, pero si examinas cuánto la valoras y por qué, te darás cuenta de lo que necesariamente tiene que ser. 10 La relación especial de amor es el presente más ostentoso del ego, y el que mayor atractivo tiene para los que no están dispuestos a renunciar a la culpa4. 11 La "dinámica" del ego puede observarse aquí en su máxima claridad, pues, contando con la atracción de esta oferta, las fantasías que se centran alrededor de ella son —con frecuencia— muy evidentes. 12 Normalmente se consideran aceptables, e incluso naturales. 13 Nadie considera raro amar y odiar al mismo tiempo, y aun los que creen que odiar es un pecado, simplemente se sienten culpables por ello, pero no hacen nada por corregirlo.
T16.6 [45] 14 Ésta es la condición "natural" de la separación, y los que aprenden que no es natural en absoluto, parecen ser los que no son naturales. 15 Pues este mundo es lo opuesto al Cielo, al haber sido hecho para ser su opuesto, y todas las cosas de aquí son exactamente lo opuesto a Lo que es verdad. 16 En el Cielo, Donde el significado5 del Amor se conoce perfectamente, amar es lo mismo que unirse. 17 Aquí, donde la ilusión de amor se acepta en lugar del Amor, amar se percibe como separar y excluir.
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4 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
5 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
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T16.6 EL ESPECIALISMO
Y LA CULPA
pár 46
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T16.6 [46] 18 Es en la relación especial —nacida del deseo oculto de que Dios me ame con un amor especial— donde triunfa el odio del ego. 19 Pues la relación especial es la renuncia al Amor de Dios6, y el intento de asegurar para el yo el especialismo7 que Él me negó. 20 Es esencial para la supervivencia del ego que tú creas que el especialismo no es el infierno, sino el Cielo8. 21 Pues el ego jamás querría que vieses que lo único que la separación conlleva son pérdidas, al ser la única condición en la que el Cielo no puede existir.
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6 … Que está dirigido a Su Hijo único en el eterno Presente de Su Unicidad, pero, para el mundo que las individualidades "hechas" por el ego, cuando piensan con el ego, ese "amor" es caprichoso y selectivo,
7 La relación especial, aquí: 1) Es en la que, pensando, percibiendo y actuando con nuestro ego, entablamos con una o más personas especiales que poseen atributos especiales, con las cuales esperamos llenar nuestras necesidades igualmente especiales. 2) Constituye la renuncia a la eterna y alegre concordia del perfecto Amor que nuestras Almas profesan unas con otras unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Que realmente somos. 3) Es el intento del ego de asegurar para sí el especialismo que Dios le negó, nacido del deseo oculto de que Dios amara a Su Hijo, ahora separado, con un amor especial. 4) Es el insincero interés, amor, amistad o aprecio por otra u otras personas que nuestro ego utiliza para constituir con ellas relaciones por medio de las cuales alcanzar algunos de sus objetivos personales. 2) A veces, estas relaciones especiales devienen en dependencia o codependencia, pero que, en todo caso, siempre constituyen ataques velados. Ver T15.6aT15.10, T16
8 … siempre que logres elevarte bastante por encima de muchos otros en la jerarquía del poder humano (la campana o curva de Gauss),
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T16.6 EL ESPECIALISMO
Y LA CULPA
pár 47-51
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T16.6 [47] 22 Para todo el mundo, el Cielo es la completitud. 23 En esto no puede haber desacuerdo, porque tanto el ego como el Espíritu Santo lo aceptan. 24 No obstante, éstos están en completo desacuerdo sobre lo que es la completitud, y sobre cómo alcanzarla. 25 El Espíritu Santo sabe que la completitud reside, en primer lugar, en la unión, y luego, en la extensión de ésta. 26 Para el ego, la completitud reside en el triunfo, y en extender la "victoria" —incluso— hasta el triunfo definitivo sobre Dios. 27 El ego ve en esto la liberación final del yo, pues no quedaría nada que pudiese interferir con el ego mismo. 28 Ésa es su idea del Cielo 29 y, por consiguiente, la unión —que es una condición en la que el ego no puede interferir— tiene necesariamente que ser el infierno.
T16.6 [48] 30 La relación especial es un mecanismo extraño y antinatural del ego para unir el infierno con el Cielo, y así impedir que se pueda distinguir uno del otro. 31 Y el intento de encontrar lo "mejor" que se pueda imaginar de los dos mundos, ha dado lugar simplemente a que se tengan fantasías de ambos, y a la incapacidad de percibir ninguno de los dos tal como realmente es. 32 La relación especial es el triunfo de esta confusión. 33 Constituye un tipo de unión en la cual, la unión está excluida, y la base para tratar de unirse descansa sobre la exclusión. 34 ¿Qué mejor ejemplo que éste puede haber de la máxima del ego: "Busca, pero no halles"?
T16.6 [49] 35 Lo más curioso de todo es el concepto del yo que el ego fomenta en las relaciones especiales. 36 Este "yo" busca relaciones para completarse a sí mismo. 37 Pero cuando encuentra la relación especial en la que piensa que puede lograrlo, se entrega a sí mismo a la otra parte, tratando de "intercambiar" su yo por el yo del otro. 38 Eso no es unión, pues aquí no hay aumento ni extensión. 39 Cada miembro de la pareja trata de sacrificar el yo que no quiere por uno que cree preferir. 40 Y se siente culpable por el "pecado" de apropiarse de algo sin dar a cambio nada valioso. 41 ¿Qué valor le puede adjudicar a un yo que quiere entregar para obtener otro "mejor"?
T16.6 [50] 42 Ese otro "mejor" yo que el ego busca siempre es uno que es más especial. 43 Y quienquiera que parezca poseer un yo especial es "amado" por lo que se puede obtener de él. 44 Cuando ambos miembros de la pareja ven a ese yo especial en el otro, el ego ve "una unión hecha en el Cielo". 45 Pues ninguno se dará cuenta de que ha pedido el infierno y, por consiguiente, no interferirá en la ilusión que el ego tiene del Cielo, la cual le ofreció para que interfiriera con el Cielo. 46 Pero si todas las ilusiones son de miedo —y no pueden ser otra cosa— la ilusión de Cielo no será más que una forma de miedo "atractiva", en la cual la culpa está profundamente enterrada y emerge en forma de "amor".
T16.6 [51] 47 El atractivo del infierno reside únicamente en la terrible atracción de la culpa, que el ego ofrece a los que depositan su fe en la insignificancia. 48 La convicción de insignificancia se encuentra en cada relación especial, ya que sólo los necesitados podrían valorar el especialismo. 49 Exigir el especialismo, y la percepción de que dar el especialismo es un acto de amor, convertiría al amor en algo odioso. 50 Y el verdadero propósito de la relación especial —en estricta conformidad con las metas del ego— es destruir el recuerdo de la Realidad y substituirla por ilusiones. 51 Pues el ego en sí mismo es una ilusión, y sólo las ilusiones pueden dar testimonio de su propia "realidad".
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T16.6 EL ESPECIALISMO
Y LA CULPA
pár 52
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T16.6 [52] 52 Si percibieses que la relación especial es un triunfo sobre Dios, ¿la desearías para ti? 53 No pensemos en su naturaleza aterradora, ni en la culpa que necesariamente conlleva, ni en la tristeza y soledad que la acompaña. 54 Pues sólo son atributos de la religión de la separación en su totalidad, y de todo el contexto en que se cree que la separación tiene lugar. 55 El tema central de su letanía al sacrificio, es que Dios tiene necesariamente que morir9 para que tú puedas vivir10. 56 Y ése es el tema que es interpretado en la relación especial. 57 Mediante la muerte de tu yo, crees poder atacar al otro y arrebatarle su yo para reemplazar al yo que desprecias. 58 Y lo desprecias porque piensas que no te ofrece el especialismo que tú exiges. 59 Y al odiarlo, lo conviertes en insignificante y carente de valor, porque le tienes miedo.
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9 … en tu mente
10 … en la realidad hecha por tu ego
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T16.6 EL ESPECIALISMO
Y LA CULPA
pár 53-55
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T16.6 [53] 60 ¿Cómo vas a conferir poder ilimitado a lo que crees haber atacado? 61 La Verdad se te ha vuelto tan temible que, a menos que sea débil, insignificante e inmerecedora de que se le otorgue valor, no te atreverás a mirarla de frente. 62 Piensas que estás más a salvo dotando al pequeño yo hecho por ti del poder11 que arrebataste a la Verdad, para vencerla y dejarla indefensa. 63 Observa la precisión con que se ejecuta este rito en la relación especial. 64 Se erige un altar entre dos personas separadas, sobre el que cada una intenta matar a su yo, y sobre su cuerpo instaurar otro yo que derive su poder de la muerte del anterior. 65 Este rito se repite una y otra vez. 66 Y nunca se completa, ni se completará jamás. 67 Porque el rito de la completitud no puede completarse, pues la Vida no emerge de la muerte, ni el Cielo del infierno.
T16.6 [54] 68 Cada vez que alguna forma de relación especial te tiente a buscar amor en ritos, recuerda que el Amor es contenido12, y no una forma de la clase que sea. 69 La relación especial es un ritual de formas, cuyo propósito es exaltar la forma para que ocupe el puesto de Dios, a expensas del contenido. 70 No hay ningún verdadero significado13 en la forma, y jamás lo habrá. 71 La relación especial tiene que reconocerse como lo que realmente es: un ritual sin sentido en el que de la muerte de Dios14 se extrae fuerza, y se la dota a Su asesino15 como signo de que la forma16 ha triunfado sobre el contenido, y de que el Amor ha perdido su significado17. 72 ¿Es que quieres que esto sea así, aun apartando su evidente imposibilidad? 73 Porque si fuese posible18, te habrías convertido a ti mismo en un ser indefenso. 74 Dios no está molesto19. 75 Sencillamente, no podía permitir que eso ocurriese. 76 Y tú no puedes hacer que Él cambie Su Pensar.
T16.6 [55] 77 Ningún rito que hayas establecido en el que la danza de la muerte te deleite es capaz de causar la muerte de Lo que es eterno. 78 Ni lo que escogiste para substituir a la Completitud de Dios puede ejercer influencia alguna sobre Ella. 79 No veas en la relación especial otra cosa que el absurdo intento de anteponer otros dioses ante Él; y, al adorarlos, de encubrir tanto la insignificancia de éstos como20 la Magnificencia de Dios. 80 En nombre de tu propia completitud, eso no es lo que tú realmente quieres. 81 Pues cada ídolo que erijas para anteponerlo a Dios, se te antepondrá a ti, usurpando lo que tú realmente eres.
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11 Poder, con mayúscula, significa el Poder de Dios para crear o amar en el Cielo, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, poder —si estás pensando con el ego— significa el poder físico y/o psicológico del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, poder quiere decir el reflejo aquí del Poder de crear o amar de Dios y de Su Hijo. Ver T2.1 [15], T4.5 [63], T7.4 [24] y [25], T27.4
12 … en la Unicidad de Dios con Su Hijo en el Amor del Espíritu Santo
13 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
14 … en la mente de los integrantes de la relación especial
15 … el ego
16 … producto de la separación
17 … al haberse convertido en el amor interesado del ego
18 … si la separación hubiese sido real
19 … porque la separación realmente nunca tuvo lugar
20 … el reflejo aquí de
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T16.6 EL ESPECIALISMO
Y LA CULPA
pár 56-58
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T16.6 [56] 82 La salvación reside en el sencillo hecho de que las ilusiones no son temibles porque no son verdaderas. 83 Te parecerán temibles en la medida en que no las reconozcas como lo que realmente son; y fallarás en hacerlo en la medida en que quieras que sean verdaderas. 84 Y en la misma medida en que estás negando la Verdad, te harás a ti mismo incapaz de realizar la sencilla elección entre Verdad e ilusiones; entre Dios y las fantasías. 85 Recuerda esto, y no te resultará difícil percibir la decisión por tomar exactamente como es, y nada más.
T16.6 [57] 86 La esencia de la ilusión de la separación reside simplemente en la fantasía de que es posible destruir el significado del Amor21. 87 Y a menos que se restaure en ti el significado del Amor, no podrás conocerte a ti mismo22, que compartes Su significado. 88 La separación no es más que la decisión de no querer conocerte a Ti Mismo23. 89 Todo el sistema de pensamiento de la separación constituye una experiencia de aprendizaje cuidadosamente tramada, diseñada para apartarte de la Verdad y conducirte a la fantasía. 90 No obstante, por cada enseñanza que pudiera hacerte daño, Dios te ofrece la corrección y escapar totalmente a todas sus consecuencias. 91 Decidir si escuchar o no las enseñanzas de este Curso y seguirlas, no es sino escoger entre la Verdad y las ilusiones. 92 Pues en este Curso se encuentra la Verdad, separada de las ilusiones, y sin confundirse en absoluto con ellas.
T16.6 [58] 93 ¡Qué sencilla se vuelve esta elección cuando se percibe exactamente como lo que es! 94 Pues sólo las fantasías hacen que escoger sea confuso, a pesar de que sean totalmente irreales. 95 Así pues, éste es el año en que debes tomar la decisión más fácil que alguna vez tuviste que confrontar y, también, la única que puedes tomar. 96 Cruzarás el puente que conduce a la Realidad sencillamente porque te darás cuenta de que Dios está del otro lado, y de que aquí no hay nada en absoluto. 97 Es imposible que no tomes la correspondiente decisión natural, al darte cuenta de esto.
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21 … entre nosotros, como Almas perfectas y eternas que realmente somos, Uno en Cristo, y entre Cristo, el Hijo único con Su Padre.
22 … como Cristo, el Hijo de Dios,
23 … como Cristo, el único Hijo de Dios,
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