PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
edición original 
T27.9 [86] 61 El secreto de la salvación no es sino éste:

eres el que te estás haciendo esto a ti mismo15.

62 Sea cual sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad.

63 Sea quien sea quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad.

64 Sea cual sea la que parece ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue siendo verdad.

65 Pues no reaccionarías en absoluto16 ante las figuras de un sueño si supieses que eres el que lo está soñando. 66 Por muy odiosas y depravadas que puedan ser esas figuras, no tendrían efectos sobre ti17 si te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño.

67 Basta con que aprendas esta única lección para que te liberes18 de todo sufrimiento, sea cual sea la forma en que éste se manifieste19.

  UCSM TEXTO
CH 27 EL CUERPO Y EL SUEÑO
T27.9 EL “HÉROE” DEL SUEÑO
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2  
¿Qué es EL MUNDO
REAL? pár 1-5
LTe.8 (-L291).1 1 El mundo real —como todo lo demás que la percepción1 ofrece— es un símbolo2. 2 No obstante, representa lo opuesto de lo que tú3 hiciste. 3 A tu mundo se le mira a través de los ojos del miedo4, lo cual trae a tu mente los testigos del terror. 4 El mundo real no puede ser percibido excepto a través de ojos que el perdón bendice5, de manera que ven un mundo6 donde el terror es imposible7 y donde no se puede encontrar ningún testigo del miedo8.
1 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el especialismo del ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
2 … de lo que quiero creer que existe en otra realidad “espiritual”, que la del tiempo, el espacio, el universo, y todo eso regido por unas leyes que denominamos de la evolución y de la escasez, que el Curso relaciona con el sistema de pensamiento del ego que hizo el yo soñador en el instante de la separación del Hijo de Dios
 
3 … mi yo soñador
 
4 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
5 La visión de Cristo, que es, en un instante santo en tu fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quieres perdonar y, cuando logras acceder al mundo real, ves su Alma perfecta y eterna fusionada con La tuya como Una sola, fusión unitaria que incluye a todas las Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decidas pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con tu mente acertada, vas a percibir el mundo de otra manera, en la que, en tu fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirte a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42] 
 
6 … el reflejo aquí de Nuestra Unicidad, con mayúscula, es, la idea que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de fusionar todas nuestras Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos el Hijo único de Dios. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
 
7 … porque Todo es Uno con Dios
 
8 … porque en la Unicidad, donde sólo hay Amor, no hay individualidades fraccionadas del Hijo de Dios, que estén separadas de Dios.
P A R T E 2  
¿Qué es EL
MUNDO REAL? 
pár 2-4
LTe.8 (-L291).2 5 El mundo real te ofrece9 una contrapartida para cada pensamiento de infelicidad que se ve reflejado en tu mundo; una corrección segura para las escenas de miedo y los clamores de batalla que lo pueblan. 6 El mundo real muestra un mundo que se mira de otra manera: a través de ojos serenos y con una mente en paz10. 7 Allí sólo se descansa. 8 No se oyen gritos de dolor o de pesar, pues no ha quedado nada que no haya sido perdonado. 9 Y lo que se ve es apacible, 10 pues sólo escenas y sonidos felices pueden alcanzar la mente que se ha perdonado a sí misma.

LTe.8 (-L291).3 11 ¿Qué necesidad tiene una mente que ha sido perdonada de esa forma, de pensar pensamientos de muerte, ataques y asesinatos en los que se muere, se ataca y se mata? 12 ¿Qué otra cosa puede percibir a su alrededor que no sea seguridad, Amor y alegría? 13 ¿Qué podría haber que ella quisiese condenar?; ¿y contra qué querría juzgar? 14 El mundo que ve11 emana de una mente que está en paz consigo misma. 15 No ve peligro en nada de lo que ve, pues es bondadosa, y lo único que quiere ver es bondad.

LTe.8 (-L291).4 16 El mundo real es el símbolo que anuncia a las pesadillas —en las que se peca y se siente uno culpable— que les ha llegado su fin y que el Hijo de Dios ha despertado. 17 Y sus ojos, abiertos ahora, perciben el inequívoco reflejo del Amor de Su Padre, la infalible promesa de que ha sido redimido. 18 El mundo real representa12 el final del tiempo, le llegó su fin, pues su percepción hace que el tiempo no tenga razón de ser.
9 … en tu mente acertada
 
10 En esto radica aquí, la paz de Dios: 1) Aquiétate un instante y olvídate de todas las cosas que alguna vez aprendiste, de todos los pensamientos que tuviste, y de todas tus ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. 2) Olvídate de tus propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabes realmente cuál es. 3) Deja que toda imagen que tengas sobre cualquier persona se desprenda de tu mente y desaparezca. 4) Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. 5) Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. 6) Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. 7) Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. 8) No se te pedirá que aprendas más que esto. 9) Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es desprenderte de los pensamientos que realmente no querías, y que nunca fueron verdaderos. Ver T31.1 [12], T31.2 [22]
 
11 … en su mente acertada o espíritu, con la visión de Cristo, 
 
12 … en tu fuero interno
P A R T E 2  
¿Qué es EL
MUNDO REAL? 
pár 5
LTe.8 (-L291).5 19 El Espíritu Santo no tiene necesidad del tiempo una vez que éste ha servido Su propósito. 20 Ahora sólo espera ese único instante más para que Dios dé el paso final13 y el tiempo haya desaparecido14, habiéndose llevado consigo la percepción y dejando solamente a la Verdad15 para ser Ella Misma. 21 Ese instante es nuestra meta, pues contiene la memoria de Dios16. 22 Y cuando observemos un mundo perdonado, será Él Quien nos llame y nos vendrá a buscar para llevarnos a casa, recordándonos nuestra Identidad, la Cual nos restituyó nuestro perdonar17.
13 Paso final que dará Dios: Ver T6.6.3 ¨[89]
 
14 … en tu mente acertada o espíritu, pensando con el Espíritu Santo
 
15 La Verdad, con mayúscula —que realmente no somos cuerpos sino Almas, Tal como Dios nos creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
16 El residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2 
 
17 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien su Alma. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 296
Hoy el Espíritu Santo
habla por medio de mí.
L296.1 1 Dios, hoy, el Espíritu Santo1 necesita mi voz para que todo el mundo pueda escuchar Tu Voz y oír Tu Palabra por medio de mí. 2 Estoy decidido a dejar que hables por medio de mí, pues no quiero usar otras palabras que las Tuyas, ni tener pensamientos aparte de los Tuyos, pues sólo los Tuyos son verdaderos. 3 Quiero ser el salvador del mundo que hice. 4 Pues ya que lo condené, quiero liberarlo, de manera que pueda escapar y oír la Palabra que Tu santa Voz ha de comunicarme hoy.

L296.2 5 Hoy sólo enseñaremos lo que queremos aprender, y nada más. 6 De este modo, nuestra meta de aprendizaje2 se convierte en una que está libre de conflictos y a la que es posible alcanzar con facilidad y rapidez. 7 ¡Cuán gustosamente viene el Espíritu Santo a rescatarnos del infierno, cuando permitimos que por medio de nosotros Sus enseñanzas persuadan al mundo para que busque y halle el camino que conduce fácilmente a Dios!
1 El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es Su Pensamiento de Amor que nos creó Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) En el mismo instante de la separación, el Espíritu Santo fue la Respuesta de Dios a la misma, cuyos impulsos milagrosos —cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta— nos invitan a: 2.1) aceptar el Redimir para nosotros mismos; 2.2) perdonar; 2.3) extender milagros al otro(s); 2.4) y, a aceptarlo como nuestro Guía para tomar decisiones, pensando con Él en nuestra mente acertada o espíritu; Ver: Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281), M2.4

2 La meta del Curso: 1) es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 27
EL CUERPO Y EL SUEÑO

T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO pár 77-90
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
T27.9 [77] 1 El cuerpo1 es el personaje central en el mundo que sueña la mente. 2 Sin él, no hay sueño, ni existe sin el sueño en el que actúa como si fuese una persona digna de ser vista y creída. 3 Ocupa el lugar central de cada sueño, lugar donde narra la historia de cómo fue concebido por otros cuerpos, cómo vino al mundo saliendo del cuerpo que lo gestó, cómo vive por un corto tiempo y muere para unirse en el polvo a otros cuerpos que, al igual que él, también se están muriendo. 4 En el breve lapso de vida que se le ha concedido, busca otros cuerpos que va a considerar amigos o enemigos. 5 Su seguridad es su mayor preocupación; 6 su comodidad, la ley por la que se rige. 7 Trata de buscar el placer y de evitar las cosas que le puedan ocasionar dolor. 8 Pero por encima de todo, trata de enseñarse a sí mismo que sus dolores y placeres son cosas diferentes, y que se puede distinguir entre ellos.
1 Cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego, el cuerpo es un fragmento encarnado del yo soñador, regido por las leyes de este mundo, y constituye la prueba viviente de que este mundo es real, y que evidentemente estamos separados de Dios y unos de otros. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno y, como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y caminamos el sendero con él. Ahora, nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes acertadas sirven para curar a las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO
pár 78-80
T27.9 [78] 9 El mundo que sueña la mente adopta muchas formas, porque el cuerpo intenta probar de muchas maneras que es autónomo y real. 10 Se engalana a sí mismo con objetos que compra con pequeños discos de metal o con tiras de papel que, según el mundo proclama, tienen valor y son buenos. 11 Trabaja para obtenerlos, haciendo cosas sin sentido, y luego los despilfarra intercambiándolos por cosas que no necesita y que ni siquiera quiere para sí. 12 Contrata a otros cuerpos para que lo protejan y para que acumulen más cosas sin significado que él pueda llamar suyas. 13 Busca otros cuerpos especiales que puedan compartir su sueño. 14 A veces sueña que es un conquistador de cuerpos más débiles que él. 15 Pero, en algunas fases del sueño, él es el esclavo de otros cuerpos que quieren hacerle sufrir y torturarlo.

T27.9 [79] 16 La serie de aventuras del cuerpo, desde que nace hasta que muere, son el tema de todo sueño que el mundo alguna vez haya tenido. 17 El "héroe" de este sueño jamás cambiará, ni tampoco su propósito. 18 Y aunque el sueño en sí adopta muchas formas y parece presentar una gran variedad de lugares y situaciones en los que su "héroe" se encuentra a sí mismo, no tiene sino un solo propósito, que se enseña de muchas maneras. 19 Ésta única lección que trata de enseñar a menudo, una y otra vez, es la siguiente: que el cuerpo es causa y no efecto. 20 Y que , al ser su efecto, no puedes ser su causa.

T27.9 [80] 21 De esta manera, tú ciertamente no eres el soñador, sino el sueño. 22 Y, por tanto, deambulas infructuosamente entrando y saliendo de lugares y situaciones que el sueño trama. 23 Que esto es todo lo que el cuerpo hace es cierto, pues no es más que una figura en un sueño. 24 Pero ¿quién va a reaccionar ante las figuras de un sueño, a no ser que las considere reales? 25 En cuanto las vea como lo que realmente son, dejarán de tener efectos sobre él, porque habrá comprendido que fue él quien les dio los efectos que tienen, al causarlos y hacer que pareciesen reales.
T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO
pár 81
T27.9 [81] 26 ¿Estás dispuesto a escapar de los efectos de todos los sueños que el mundo tenga? 27 ¿Es tu deseo no permitir que ningún sueño parezca ser la causa de lo que haces? 28 Examinemos, pues, el comienzo del sueño, ya que la parte que ves no es sino la segunda parte, cuya causa se encuentra en la primera. 29 Nadie que esté dormido y soñando en el mundo recuerda el ataque que se infligió a sí mismo2. 30 Nadie cree que realmente hubo un tiempo en el que no se sabía nada de cuerpos y en el que no se habría podido concebir que este mundo fuese real3. 31 De otro modo, se habría dado cuenta de inmediato de que estas ideas son sólo una ilusión4, tan ridículas que no sirven para otra cosa que reírse de ellas. 32 Pero ¡qué serias parecen ser ahora! 33 Y nadie puede recordar aquel entonces, cuando las habría recibido con risas y con incredulidad.
2 … el Hijo de Dios que creía haberse separado de Su Padre y creador…
 
3 … era, es y será en el eterno Presente: Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Aquí, simplemente, es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
 
4 Ilusión o fantasía o alucinación —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO
pár 82
T27.9 [82] 34 Pero sí podemos recordarlo, si miramos directamente a su causa5. 35 Y al hacerlo, veremos que son motivo de risa, no de miedo. 36 Devolvamos al soñador el sueño del que se desprendió, sueño que percibe como algo que le es ajeno y que se le está haciendo a él. 37 En la Eternidad, donde Todo es Uno, se coló una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. 38 Al haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales6. 39 Juntos podemos hacer desaparecer7 ambas cosas riéndonos de ellas, y comprender que el tiempo no puede entrometerse en la Eternidad. 40 Es un chiste pensar que el tiempo pueda llegar a circunscribir a la Eternidad, palabra que quiere decir que el tiempo no existe.
5 En el eterno Presente de Su Unicidad, Dios es la única Causa y, Su Efecto, es Su Hijo, o Cristo. En minúscula, aquí, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, causa y efecto, significan el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el especialismo del ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo, según lo perciben nuestros sentidos y que tratamos de entender con nuestra razón, lógica y sentido común. Ver T2.5 [97], T21.3 [25]-[26], T26.8 [60]
 
6 … tales como la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos han contenido, contienen y contendrán, mientras quede un Hijo de Dios que siga creyendo que está separado.
 
7 …de la creencia de tu mente
T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO
pár 83-84
T27.9 [83] 41 Una eternidad en la que se otorga realidad al tiempo; una parte de Dios que puede atacarse a sí misma; un hermano separado al que se considera un enemigo; una mente dentro de un cuerpo; todos son aspectos diferentes de un círculo vicioso, cuyo final empieza en su comienzo y concluye en su causa. 42 El mundo que ves describe exactamente lo que creíste haber hecho. 43 Excepto que ahora piensas que lo que hiciste se te está haciendo a ti. 44 La culpa que sentiste por lo que pensaste se está colocando fuera de ti, y sobre un mundo culpable que sueña tus sueños y piensa tus pensamientos en vez de hacerlo tú. 45 Es su venganza la que recae sobre ti, no la tuya propia. 46 En su sueño, el mundo te mantiene confinado estrechamente dentro de un cuerpo, al que castiga por todos los actos pecaminosos que éste comete. 47 Y no tienes fuerza para hacer que el cuerpo deje de cometer sus actos malvados, porque tú no fuiste su hacedor y, por consiguiente, no puedes controlar sus actos, su propósito, ni su destino.

 T27.9 [84] 48 El mundo no hace sino demostrar una verdad ancestral: creerás8 que otros te hacen a ti exactamente lo que tú crees haberles hecho a ellos9. 49 Y una vez que10 te hayas engañado a ti mismo culpándolos, no verás la causa de sus actos, porque quieres que la culpa11 recaiga sobre ellos12. 50 ¡Qué infantil es la petulante maniobra de querer defender tu inocencia descargando tu culpa fuera de ti, aunque nunca sin deshacerte de ella! 51 No es fácil percibir esta farsa cuando lo que tus ojos ven a tu alrededor son sus graves consecuencias, pero sin su frívola causa. 52 Si no se ve la causa, los efectos de ésta parecen ciertamente ser graves y tristes. 53 No obstante, no son más que consecuencias. 54 Es su causa la que sigue a lo que no es nada, a lo que no es otra cosa que una farsa.
8 … porque tus sentidos así te lo comunican y tu razón, lógica y sentido común de ego te lo corroboran,
 
9 … aquí se hace hincapié en la "creencia" de lo que tu mente ha corroborado como aparentemente cierto…
 
10 … según el pensar del Espíritu Santo
 
11 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con Su Hijo único, Que somos todos nosotros, como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el especialismo del ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino el único Hijo de Dios, de Quien nunca nos hemos separado. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
 
12 … ya que todos son individualidades compitiendo unas contra otras por sobrevivir y por apropiarse de las relativamente escasas coas "buenas" que ofrece este mundo según las leyes de la evolución y escasez.
T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO
pár 85-86
T27.9 [85] 55 Sonriendo tranquilamente, el Espíritu Santo percibe la causa, y no presta atención a los efectos. 56 ¿De qué otra manera podría corregir tu error, cuando has pasado enteramente por alto a la causa13? 57 Él te exhorta a que lleves todo efecto terrible ante Él para que, juntos, miren su insensata causa y se rían de ella por un buen rato. 58 juzgas los efectos, pero Él ha juzgado su causa14. 59 Y mediante Su juicio se eliminan los efectos. 60 Tal vez vengas llorando, pero óyele decir: "Hermano mío, santo Hijo de Dios, observa tu inútil sueño, en el que esto podía ocurrir", y saldrás del instante santo con tu risa y la de tu hermano en los labios, unidos a la risa de Él.

T27.9 [86] 61 El secreto de la salvación no es sino éste: eres el que te estás haciendo esto a ti mismo15. 62 Sea cual sea la forma del ataque, eso sigue siendo verdad. 63 Sea quien sea quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso sigue siendo verdad. 64 Sea cual sea la que parece ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso sigue siendo verdad. 65 Pues no reaccionarías en absoluto16 ante las figuras de un sueño si supieses que eres el que lo está soñando. 66 Por muy odiosas y depravadas que puedan ser esas figuras, no tendrían efectos sobre ti17 si te dieses cuenta de que se trata tan sólo de tu propio sueño. 67 Basta con que aprendas esta única lección para que te liberes18 de todo sufrimiento, sea cual sea la forma en que éste se manifieste19.
13 … que eres tú mismo, como el único Hijo de Dios, pero que cree estar separado de Dios y de todos los demás…
 
14 El Juzgar, cuando pensamos con el ego, es el complemento de su percepción para sobrevivir en la realidad de este mundo: Nuestros sentidos nos informan de lo que perciben, información que interpretamos y juzgamos, para luego decidir qué es lo que nos conviene hacer o no al respecto. Pero, según el Curso, juzgar no es nuestra función, sino que pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada en nuestro espíritu, nos lleva al conocimiento. En efecto, después de haber aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido los milagros sugeridos por el mismo Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar de ser aquí —lo más posible— un reflejo de nuestra verdadera Identidad. Ver T3.8, T4.5 [64], T29.10 [62]-[63], M10, M15
 
15 … por creer —pensando con tu ego— que el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, incluyendo esta pizca de polvo cósmico que llamamos tierra, incluyendo tu cuerpo y el de los demás y todo lo que les sucede aquí es verdad, es la realidad…
 
16 … como si fueran de vida o muerte
 
17 … que todavía crees que eres tu cuerpo
 
18 … en tu mente de estar creyendo en la realidad
 
19 Nuevamente, mientras nuestro cuerpo viva aquí —al igual, por ejemplo, del de Jesús de Nazareth— nuestros sentidos nos seguirán informando hasta la muerte del cuerpo, de lo que le está sucediendo a nuestro cuerpo. De lo que nos vamos a librar, si logramos tener fe, es que somos nuestros cuerpos, cuando realmente somos todos —los que fuero, son y serán— como Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, Quien es Uno con Él en el eterno Presente de Su Unicidad…
T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO
pár 87-88
T27.9 [87] 68 El Espíritu Santo repetirá esta única lección de liberación para todos, hasta que la aprendas, independientemente de la forma de sufrimiento que te esté ocasionando dolor. 69 Cualquiera que sea el dolor que lleves ante Él, esta sencilla verdad será Su respuesta. 70 Pues esta única respuesta elimina20 la causa de cualquier forma de pesar o dolor. 71 La forma no afecta a Su respuesta en absoluto, pues Él quiere enseñarte cuál es la única causa de todos ellos, sin importar cuál sea su forma. 72 Y comprenderás que los milagros21 reflejan esta sencilla afirmación:

T27.9 [88] "Yo22 hice esto, y esto23 es lo que quiero deshacer".
20 … en nuestra mente
 
21 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y fusionas tu Alma con La de él en una unión de Amor, en la que dar es recibir, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver: T1, Te.13 (-L341)
 
22 … creo que
 
23 … esta creencia en la realidad del ego,
T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO
pár 89
T27.9 [89] 73 Así, pues, lleva toda forma de sufrimiento ante Aquel Que sabe que cada una de ellas es igual a las demás24. 74 Él no ve diferencias donde no las hay, y te enseñará cuál es la causa de cada una25. 75 Ninguna tiene una causa diferente a las demás, y todas se deshacen fácilmente26 mediante una sola lección bien aprendida. 76 La salvación27 es un secreto, pero sólo porque te lo has ocultado a ti mismo. 77 El Universo28 la proclama, 78 pero tú no prestas atención a Sus testigos, 79 porque dan fe de lo que tú no quieres conocer. 80 Parecen ocultártelo. 81 No obstante, sólo necesitas aprender que fuiste tú quien decidió no escuchar ni ver. 82 ¡Qué diferente te parecerá el mundo cuando lo reconozcas! 83 En efecto, cuando perdones29 al mundo tu culpa, te liberarás de ella. 84 La inocencia del mundo no exige que tú seas culpable, ni que tu inculpabilidad30 se base en sus pecados.
24 … en cuanto que todas son el mismo sueño…
 
25 … tu creencia en esta realidad del ego que ahora, quieres creer que fue causada por la separación
 
26 … en la mente y, con un poco de práctica, en lo que se quiere creer y, con las experiencias de extender milagros, en creer…
 
27 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
 
28 Universo, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios, a saber: Nosotros como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, en minúscula, universo puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver T28.3 [16], T29.7 [39]
 
29 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien el Alma de ese otro. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
30 La Impecabilidad, con mayúscula, es, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, la condición de nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa condición eterna, en la que todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T20.5 [32], T25.6 [37]
T27.9 EL “HÉROE”
DEL SUEÑO
pár 90
T27.9 [90] 85 Esto es lo obvio, y no es un secreto para nadie sino para ti. 86 Y esto es lo que te ha mantenido separado del mundo y lo que ha mantenido a tu hermano separado de ti. 87 Ahora, sólo necesitas aprender a saber si ambos son inocentes o culpables. 88 Lo que es realmente imposible31 es que sean diferentes uno del otro y que, siendo diferentes, sea verdad que son dos. 89 Éste es el único secreto que aún te queda por aprender. 90 Y cuando lo hayas aprendido, no será un secreto que te has curado.
31 … en el eterno Presente de la Unicidad, con mayúscula, es, la idea que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de fusionar todas nuestras Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos el Hijo único de Dios. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
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