Un Curso Sobre Milagros
edición original
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Aparta tus frívolos tesoros y abre en tu mente un espacio limpio y despejado, donde Cristo pueda llegar para ofrecerte el tesoro de la salvación.
L E C C I Ó N 164 par 8
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L164.4 16 Hay un silencio que el mundo no puede perturbar. 17 Hay una paz de antaño que llevas en tu corazón y que no has perdido. 18 Hay en ti un sentido de santidad que el pensar en el pecado nunca ha mancillado. 19 Hoy vas a recordar4 todo esto. 20 La fidelidad con la que practiques hoy te aportará recompensas tan grandes y tan radicalmente diferentes de todas las cosas que antes perseguías, que sabrás que ahí está tu tesoro y tu descanso.
L E C C I Ó N 164
Ahora somos Uno con Él,
Que es nuestra Fuente.
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 164
Ahora somos Uno con Él,
Que es nuestra Fuente.
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L164.1 1 ¿En qué otro momento sino ahora mismo puede reconocerse la Verdad? 2 El presente es el único tiempo que existe1. 3 Y así, hoy, en este instante, ahora mismo, nos ponemos a mirar el reflejo de Lo que se encuentra eternamente Allá, no ante nuestra mirada, sino ante los ojos de Cristo. 4 Él mira más allá del tiempo y ve la Eternidad representada Allá. 5 Él oye los sonidos que engendra el insensato y ajetreado mundo, aunque cada vez menos, pues más allá de ellos oye el canto del Cielo y la Voz que habla por Dios con más claridad, con más sentido y más de cerca.
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1 … El instante santo, aquí, en tu fuero interno, es la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que tu Alma quiere unirse al Alma de otra persona a la que estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando por medio de una pequeña disposición de buena voluntad, paras el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo" e invitas al Espíritu Santo a pensar contigo. Durante ese lapso de silencio —al estar transitoriamente liberado de la memoria de la culpa en tu pasado y de los pensamientos de miedo que trae la inseguridad del futuro de tu cuerpo según las leyes de la evolución y escasez— puedes concentrarte en querer perdonar a esa otra persona, hasta llegar a su Alma, y darte cuenta de que no tienes nada que perdonarle porque nada pudo haber hecho a La tuya. Luego, vas a entrar en el mundo real en la experiencia de Cristo, en la que tu Alma es Una con el Alma de la persona que lograste perdonar, y también Una con todas las demás Almas, ya que son igualmente perfectas y eternas. Es la experiencia de la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, Quien realmente somos cada uno y, a la vez, todos nosotros. Por eso, el instante santo no puede ser para ti solo. Eso va a permitir a los impulsos naturales o amorosos o milagrosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
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L E C C I Ó N 164
pár 2-4
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L164.2 6 El mundo desaparece fácilmente ante Su mirada. 7 Sus sonidos se vuelven cada vez más tenues. 8 Una melodía procedente de mucho más allá del mundo se vuelve cada vez más clara: una llamada de antaño a la que Cristo da una respuesta de antaño. 9 Reconocerás a ambas, 10 pues no son más que tu propia respuesta al llamamiento que te hace tu Padre. 11 Cristo responde por ti, haciéndose eco de tu Yo, utilizando tu voz para dar Su alegre consentimiento, aceptando tu liberación por ti.
L164.3 12 ¡Qué santas son tus prácticas de hoy al darte Cristo Su visión2, al oír por ti, y al contestar en tu nombre el llamamiento3 Que oye! 13 ¡Qué tranquilos son los momentos que pasas con Él, más allá del mundo! 14 ¡Qué fácilmente olvidas todos tus aparentes pecados y dejas de recordar todos tus pesares! 15 En este día se deja de lado la aflicción, pues las vistas y los sonidos que vienen a ti de un sitio más cercano que el mundo, te resultan claros a ti, que hoy vas a aceptar los dones que Él da.
L164.4 16 Hay un silencio que el mundo no puede perturbar. 17 Hay una paz de antaño que llevas en tu corazón y que no has perdido. 18 Hay en ti un sentido de santidad que el pensar en el pecado nunca ha mancillado. 19 Hoy vas a recordar4 todo esto. 20 La fidelidad con la que practiques hoy te aportará recompensas tan grandes y tan radicalmente diferentes de todas las cosas que antes perseguías, que sabrás que ahí está tu tesoro y tu descanso.
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2 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
3 El Llamamiento de Dios es la voz del Espíritu Santo en el nivel superior de tu subconsciente, que quiere avivar tu voluntad para que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos y entre todos ustedes y Dios, renunciando a ella por medio del Redimir, hasta que tu mente nuevamente completa se reincorpore a crear, devolviendo a Dios Lo que es Suyo; es el llamamiento a regresar al pensar acertado, para que la Filiación se encamine a ser lo que nunca ha dejado de ser: todos, como las Almas eternas y perfectas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Él en Su eterna Unicidad. Ver T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18]
4 El residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
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L164.5 21 Éste es el día en el que todas las vanas imaginaciones se descorren como si de una cortina se tratase, para revelar lo que se encuentra tras ellas. 22 Ahora se hace visible lo que realmente está ahí, mientras que todas las sombras del pasado que parecían ocultarlo sencillamente se disipan en la nada. 23 Ahora se ha ajustado la balanza y la escala en la que se miden los juicios se deja en manos de Aquel que juzga según la Verdad. 24 Y cuando juzgue, se va a desplegar ante tus ojos un mundo en el reflejo aquí de la perfecta Inocencia. 25 Ahora lo vas a ver con los ojos de Cristo. 26 Ahora tienes clara la transformación que5 ha experimentado el mundo.
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L E C C I Ó N 164
pár 6-9
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L164.6 27 Hermano, éste es un día sagrado para el mundo. 28 La visión que se te ha dado, desde mucho más allá de todas las cosas del mundo, las vuelve a mirar ahora bajo una nueva luz. 29 Y lo que ves se convierte en la curación y salvación del mundo. 30 Tanto lo valioso como lo insignificante se perciben y se reconocen por lo que son. 31 Y lo que es digno de tu Amor recibe tu Amor, sin que quede nada que temer.
L164.7 32 Hoy no vamos a juzgar. 33 Sólo recibiremos lo que nos llegue de juicios emitidos más allá del mundo. 34 Nuestras prácticas de hoy se convierten en un presente de gratitud por nuestra liberación de la ceguera y de la aflicción. 35 Todo cuanto veamos no hará más que aumentar nuestra alegría, porque su santidad refleja la nuestra. 36 Nos vemos perdonados en la mirada de Cristo, con el mundo entero perdonado en la nuestra.
L164.8 37 Bendecimos al mundo cuando lo miramos en la luz en la que nuestro Salvador nos mira a nosotros, y le ofrecemos la libertad que nos fue dada a través de Su visión perdonadora, que ahora es la nuestra. 38 Abre la cortina durante tus prácticas renunciando sencillamente a todo lo que crees que deseas. 39 Aparta tus frívolos tesoros y abre en tu mente un espacio limpio y despejado, donde Cristo pueda llegar para ofrecerte el tesoro de la salvación. 40 Él necesita tu santísima mente para salvar al mundo.
L164.9 41 ¿Acaso no es este un propósito digno de ser tuyo? 42 ¿Acaso no vale la pena buscar la visión de Cristo por encima de todas las metas terrenales? 43 No dejes que este día transcurra sin dar tu aprobación y aceptar los dones que te tiene reservados. 44 Si los reconoces, podemos cambiar el mundo. 45 Tal vez no puedas ver el valor que tu aceptación ofrece al mundo. 46 Pero sin duda, esto es lo que quieres: poder cambiar todo sufrimiento por alegría hoy mismo. 47 Toma en serio tu práctica, y ése será tu don. 48 ¿Es que acaso va Dios a engañarte? 49 ¿Es que va a dejar de cumplir Su promesa? 50 ¿Vas a negarle lo poco que te pide cuando Sus Manos ofrecen a Su Hijo la completa salvación6?
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6 La salvación 1) es el proceso de deshacer la separación que nunca fue, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez; 2) es querer creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya Unicidad estamos realmente todos, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; 3) es ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo; 4) es aceptar el Redimir para nosotros mismos; 5) es perdonar al otro y a los demás y extender los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo; 6) es entablar relaciones santas y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
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Capítulo 14
LLEVAR LAS ILUSIONES
HASTA LA VERDAD
T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD pár 58-75
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T14.7 [58] 1 No obstante, lo esencial es que ustedes reconozcan que1 no saben nada. 2 El conocimiento es poder, y todo poder es de Dios2. 3 Ustedes, que han tratado de quedarse con el poder sólo para sí mismos3, lo han "perdido". 4 Siguen teniendo poder4, pero han interpuesto tantos obstáculos entre él y la concienciación que ustedes tienen de él5, que no pueden utilizarlo. 5 Todo lo que se han enseñado a sí mismos6 ha hecho que sean cada vez menos conscientes del poder que tienen. 6 No saben ni lo que es ni dónde se encuentra. 7 Han hecho un alarde de fuerza y de poder tan lamentable que tenía necesariamente que fallarles. 8 Pues el poder no es una apariencia de fuerza, y la Verdad está más allá de toda apariencia. 9 Aun así, lo único que se interpone entre ustedes y el poder de Dios que está en ustedes, es lo que aprendieron sobre lo que es falso, así como todos sus vanos intentos de querer deshacer lo que es verdadero7.
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1 … mientras sigan pensando con el ego, que realmente
2 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía, es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
3 … que Dios los ame y los ayude individualmente,
4 … de amar de verdad, es decir, de amar DESINTERESADAMENTE,
5 … mientras sigan, casi todo el tiempo, pensando, percibiendo, juzgando y actuando con el ego,
6 … con el razonamiento, la lógica y el sentido común del ego,
7 … según el Espíritu Santo
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T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD
pár 59-60
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T14.7 [59] 10 Por consiguiente, dispónganse a deshacerlo todo, y alégrense de no estar eternamente aprisionados por eso. 11 Pues se han enseñado a sí mismos a aprisionar al Hijo de Dios, una lección tan impensable que sólo los dementes, aun en sus sueños más profundos, podían haber soñado. 12 ¿Puede Dios aprender a no ser Dios? 13 ¿Y puede Su Hijo —a Quien Él dio todo Poder— aprender a ser impotente? 14 ¿Qué se han enseñado a ustedes mismos que puedan preferir conservar en lugar de lo que realmente tienen y de lo que realmente son?
T14.7 [60] 15 El Redimir8 les enseña cómo escapar permanentemente de todo lo que se enseñaron a sí mismos en el pasado, al mostrarles únicamente lo que realmente son ahora, en este instante. 16 El aprendizaje tiene que haberse logrado previamente a que se manifiesten sus efectos9. 17 El aprendizaje tiene lugar en el pasado, pero su influencia determina el presente al darle a éste el significado que tiene para ustedes. 18 Por consiguiente, lo que hayan aprendido no aporta ningún significado al presente. 19 Nada de lo que alguna vez aprendieron puede ayudarlos a comprender el presente, o a enseñarles cómo deshacer el pasado. 20 Su pasado es lo que ustedes se enseñaron a sí mismos. 21 Déjenlo ir completamente. 22 No traten de comprender bajo su luz ningún acontecimiento, ni cualquier cosa ni a nadie, pues la luz de la oscuridad por medio de la cual tratarían de ver tan sólo oscurecería la comprensión de ustedes.
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8 Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula, es el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que quieres creer que nunca te separaste. La 1ª etapa comienza cuando, frente al caos existencial regido por las leyes de la evolución y la escasez y el miedo que experimentas a diario, conciencias que anhelas vivir de otra manera que un cuerpo, separado de los demás cuerpos, que lleva una vida sin otro significado que el de sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. La 2ª etapa consiste en observar que frente al especialismo habitual de tu ego, a veces, también te llegan impulsos compasivos, de compartir y de amistad desinteresada. 3ª etapa: Sin otras pruebas que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, debes decidir si quieres creer que éstos tienen un origen divino o, más bien, que son un error de la evolución. Si te decides por la evolución, tu motivación para convertir esos impulsos en hechos concretos te vendrá de la ética o altruismo que adoptes. 4ª etapa. En cambio, si mediante un acto de fe, aceptas que su origen pueda ser divino, también querrás creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que tu Alma es Una con todas las demás Almas en Cristo, el Hijo único de Dios. Este querer creer (hasta lograr creer) debería motivarte a pensar cada vez más con el Espíritu Santo, y cada vez menos con tu ego. En la última y 5ª etapa, el Espíritu Santo te enseñará cómo no juzgar, perdonar y extender milagros y, así, en instantes santos en tu fuero interno, accederás a la visión de Cristo en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje. Ver T2.3, T2.5, T3.3, T5.3, T5.4, T13.9, T14.5, T15.3, T25 [86-87], L139, M28
9 El aprendizaje empezó en tu mente, cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que Tú, el Hijo de Dios, olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos por medio de su razonamiento, lógica y sentido común… T27.9 [82] 37-38
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T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD
pár 61-63
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T14.7 [61] 23 No confíen en absoluto en la oscuridad para iluminar vuestro entendimiento, pues si lo hacen, estarán contradiciendo la luz y, por consiguiente, creerán que pueden ver en la oscuridad. 24 No obstante, a la oscuridad no se le puede ver, pues no es más que una condición en la cual ver se vuelve imposible. 25 Ustedes, que todavía no han llevado ante la luz10 toda la oscuridad que se enseñaron a sí mismos, difícilmente pueden emitir juicio sobre la valía de este Curso y la Verdad que hay en él. 26 Pero como Dios no los abandonó, 27 disponen de otra lección enviada por Él, lección que ya fue aprendida para cada Niño de la luz por Aquel a Quien Dios la confió. 28 Esta lección brilla con la gloria de Dios, pues en ella se encuentra Su poder, Que con tanto agrado Él comparte con Su Hijo.
T14.7 [62] 29 Sepan de la felicidad del Hijo11, la Cual es también La de Ustedes12. 30 Pero, para lograrlo, primero tienen que llevar voluntariamente ante la Verdad todas vuestras oscuras lecciones, y deponerlas alegremente con manos abiertas para recibir y no cerradas para tomar. 31 Cada oscura lección que lleven al Que enseña lo que es la luz, se las aceptará, puesto que ya no la quieren. 32 Y cambiará con agrado cada una de ellas por la brillante lección que Él aprendió para ustedes. 33 Nunca vayan a creer que ninguna lección que aprendieron separados de Él tiene algún significado13.
T14.7 [63] 34 Ustedes disponen de una prueba —tan infalible como Dios— mediante la cual pueden reconocer si lo que aprendieron es verdad: 35 Si están totalmente libres del miedo14 que sea, y si todos aquellos con quienes se encuentran o incluso piensan en ustedes, comparten la perfecta paz de ustedes, entonces, pueden estar seguros de que aprendieron la lección de Dios, y no la de ustedes. 36 A menos que todo esto sea verdad todavía quedan oscuras lecciones en vuestras mentes que hieren y limitan a ustedes y a todos los que están a su alrededor. 37 La ausencia de una perfecta paz quiere decir una sola cosa: Ustedes creen que no quieren para el Hijo de Dios lo que su Padre quiere para él. 38 Cada oscura lección enseña esto, de una forma u otra. 39 Y cada lección de luz, con la cual el Espíritu Santo reemplazará las oscuras lecciones que ustedes no aceptan y ocultan, les enseñará que realmente quieren lo mismo que el Padre para Su Hijo.
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10 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
11 … reflejo aquí de la eterna Felicidad de Dios en Su Unicidad
12 … porque como Almas Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, son Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad.
13 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
14 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
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T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD
pár 64-66
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T14.7 [64] 40 No se preocupen por cómo van a aprender una lección tan diametralmente opuesta a todo lo que se han enseñado a sí mismos. 41 ¿Cómo lo podrían saber? 42 La parte que les toca es muy sencilla. 43 Sólo tienen que reconocer que ya no quieren para ustedes todo lo que aprendieron. 44 Pidan que se les enseñe, y no utilicen sus experiencias anteriores para evaluar lo que estén aprendiendo.
T14.7 [65] 45 Cuando de alguna manera su paz se vea amenazada o perturbada, que cada uno se diga a sí mismo: 46 No conozco el significado de nada, incluyendo esto. 47 Por lo tanto, no sé cómo responder. 48 Y no utilizaré lo que aprendí en el pasado como luz para que me guie en este instante.
T14.7 [66] 49 Cuando de este modo te niegues a tratar de enseñarte a ti mismo lo que no sabes, te hablará el Guía que Dios te ha dado. 50 Ocupará el lugar que Le corresponde en tu concienciación en el instante en que la desocupes y se la ofrezcas.
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T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD
pár 67
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T14.7 [67] 51 Tú no puedes ser tu propio guía para extender milagros, pues fuiste tú el que los hizo necesarios. 52 Y como fuiste tú, se te suministraron los medios con los que puedes contar para extender milagros. 53 El Hijo de Dios no puede ser el hacedor de necesidades que su Padre no va a satisfacer, si tan solo, y aunque sea brevemente, se dirige a Él. 54 Pero el Padre no puede forzar a Su Hijo a que se dirija a Él, y seguir siendo Dios. 55 Es imposible que Dios pierda Su Identidad15 ya que, si La perdiese, tú perderías la Tuya16. 56 Y dado que Su Identidad es la Tuya, Él no puede cambiar lo que Él es, pues Tu Identidad es inmutable. 57 El milagro reconoce la Inmutabilidad de Dios al ver a Su Hijo como siempre ha sido17, y no como él quiere hacerse ver18. 58 El milagro produce los efectos que sólo la inculpabilidad19 puede producir, y así establece el hecho de que la inculpabilidad tiene necesariamente que ser real.
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15 … de ser Uno con Su Hijo único,
16 … como Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Él
17 … como Su único Hijo, Cristo, en Quien todos nosotros —como Almas— somos realmente Uno
18 … una individualidad egóica separada de las demás individualidades igualmente egóicas…
19 … el reflejo aquí de le eterna Inculpabilidad del Hijo de Dios
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T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD
pár 68-70
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T14.7 [68] 59 ¿Cómo vas a poder tú —que tan aferrado estás a la culpa y tan comprometido a seguir así— establecer por tu propia cuenta tu inculpabilidad? 60 Eso es imposible. 61 No obstante, asegúrate de que estás dispuesto a reconocer que eso es realmente imposible. 62 Sólo porque creen que pueden manejar por su cuenta una pequeña parte de sus vidas, o lidiar con ciertos aspectos de ellas, la guía del Espíritu Santo se encuentra limitada. 63 De esta manera, quieren convertir al Espíritu Santo en alguien en quien no se puede confiar, y valerse de esta imaginaria falta de confianza como una excusa para ocultarle ciertas oscuras lecciones que aprendieron. 64 Y al limitar así la guía que están dispuestos a aceptar, son incapaces de confiar en que los milagros resuelvan todos sus problemas.
T14.7 [69] 65 ¿Acaso creen que el Espíritu Santo se negaría a darles lo que Él quiere que ustedes den? 66 No hay problema que ustedes tengan que Él no pueda solucionar ofreciéndoles un milagro. 67 Los milagros son para Ustedes20. 68 Y todo miedo, dolor o dificultad que tengan, realmente ya han sido deshechos. 69 Él los llevó a todos ante la luz21, habiéndolos aceptado en lugar de ustedes22 y habiendo reconocido que nunca existieron. 70 No hay ninguna oscura lección que Él ya no haya iluminado para ustedes. 71 Las lecciones que quieren enseñarse a sí mismos, Él ya las corrigió. 72 No existen en Su Mente en absoluto, 73 pues el pasado no Lo amarra y, por consiguiente, tampoco los amarra realmente a ustedes. 74 Él no ve el tiempo como ustedes lo ven. 75 Y cada milagro que les sugiere para que lo extiendan, corrige el uso que hacen del tiempo, y lo pone a Su servicio.
T14.7 [70] 76 Aquel que los liberó del pasado quiere enseñarles que realmente están libres de él. 77 Lo único que quiere es que acepten Sus logros como si fueran de ustedes, porque los logró para ustedes. 78 Y precisamente porque Él los logró, son de ustedes. 79 Él los ha liberado de vuestras hechuras. 80 Pueden negar al Espíritu Santo, pero no Lo pueden llamar en vano. 81 Él siempre da lo que hizo23 en substitución de lo que ustedes hicieron. 82 Él quiere arraigar Su brillante enseñanza en la mente de ustedes24 con tal firmeza que ninguna oscura lección de culpa pueda morar en lo que Él ha santificado con Su Presencia. 83 Den gracias a Dios de que el Espíritu Santo esté ahí25, y obre por medio de ustedes. 84 Y todas Sus obras son de ustedes, 85 pues les ofrece un milagro por cada uno que Le dejen extender por medio de ustedes.
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20 … como Cristo
21 … en vuestras mentes
22 … pensando con el ego
23 … Su sistema de pensamiento que se manifiesta en los impulsos amorosos que de vez en cuando emergen de lo más profundo de vuestros subconscientes…
24 … ahora que decidieron pensar con Él
25 … En vuestro espíritu o mente acertada, que es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8-14-19], T5.3 [12], T5.5 [33], T9.9 [79], T10.5 [31] T31.6, L97
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T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD
pár 71
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T14.7 [71] 86 El Hijo de Dios será siempre indivisible. 87 Así como nosotros somos realmente Uno en Dios, así también aprendemos cuándo somos uno en Él. 88 El Maestro de Dios es tan igual a Su Creador como es Su Hijo, y por medio de Su Maestro26, Dios proclama Su Unicidad27 Que también es La de Su Hijo. 89 Escuchen en silencio, y no levanten la voz contra Él, 90 pues Él está enseñando el milagro de la Unicidad y, ante Su lección, la división desaparece. 91 Enseñen aquí como Él, y recordarán que siempre han creado como vuestro Padre. 92 El milagro de la Creación28 nunca ha cesado, pues lleva impreso sobre sí el sello sagrado de la Inmortalidad. 93 Esta es la Voluntad de Dios para toda la Creación, y toda Ella se une en querer lo mismo.
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26 … el Espíritu Santo en nuestro espíritu, cuando decidimos pensar con Él.
27 Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
28 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD
pár 72-73
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T14.7 [72] 94 Los que siempre recuerdan que no saben nada, y que ahora están dispuestos a aprender todo, lo aprenderán. 95 Pero cada vez que confíen en sí mismos no aprenderán, 96 pues habrán destruido su motivación para aprender pensando que ya saben. 97 No crean que comprenden algo hasta haber pasado la prueba de la perfecta paz, pues la paz y el entendimiento van de la mano y nunca se les puede encontrar separados. 98 Cada uno de ellos trae consigo al otro, pues la Ley de Dios quiere que no estén separados. 99 Cada uno es causa y efecto del otro, de tal manera que si uno de ellos está ausente, el otro no puede estar.
T14.7 [73] 100 Sólo los que reconozcan que no pueden conocer nada a menos de que los efectos del entendimiento estén con ellos, podrán realmente aprender. 101 Y, para lograrlo, tienen que querer la paz y nada más. 102 Cada vez que crean que saben, la paz se alejará de ustedes porque habrán abandonado al Maestro de la paz. 103 Cada vez que se den plenamente cuenta de que no saben nada, la paz regresará a ustedes pues habrán invitado al Espíritu Santo al haber abandonado al ego por Él. 104 No acudan al ego para nada, 105 pues esto es justamente lo único que necesitan hacer. 106 El Espíritu Santo —por Su Propia iniciativa— ocupará toda mente que le haga sitio de esta manera.
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T14.7 LA PRUEBA
DE LA VERDAD
pár 74-75
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T14.7 [74] 107 Si quieren paz, tendrán que abandonar al maestro de los ataques. 108 El Maestro de la paz nunca los abandonará. 109 Ustedes pueden apartarse de Él, pero Él jamás les hará eso, pues Su fe en ustedes constituye Su entendimiento. 110 Esta fe es tan inquebrantable como La que Él tiene en Su Creador y, además, sabe que tener fe en Su Creador incluye necesariamente tener fe en Su creación29. 111 En esta coherencia reside Su santidad, a la cual Él no puede renunciar, pues no está en Su Voluntad hacerlo. 112 Teniendo siempre presente vuestra perfección30, Él da el presente de la paz a todo aquel que percibe la necesidad de ella y que, además, quiere hacerla suya. 113 Háganle sitio a la paz, y ésta vendrá. 114 Pues el entendimiento se encuentra en ustedes, y de éste tiene necesariamente que provenir la paz.
T14.7 [75] 115 El poder de Dios —del cual emanan el entendimiento y la paz— es con toda seguridad tan de ustedes como de Él. 116 Ustedes creen que no conocen a Dios, pero eso se debe únicamente a que, por sí solos31, es imposible conocerlo. 117 No obstante, observen las imponentes obras que Él hará por medio de ustedes32, y entonces tendrán necesariamente que convencerse de que las hicieron por medio de Él. 118 Es imposible negar la Fuente de unos efectos33 que, por ser tan poderosos, no podrían haber provenido de ustedes. 119 Háganle sitio, y se encontrarán tan llenos de poder34 que nada podrá prevalecer contra vuestra paz. 120 Y ésta será la prueba por la que se darán cuenta de que comprendieron.
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29 … que son ustedes
30 La Perfección, con mayúscula, se encuentra solamente en el Cielo, en la eterna Unicidad de Dios. En minúscula, y cuando uno piensa con el Espíritu Santo, quiere decir el reflejo aquí de la Perfección del Cielo.
31 … individualmente
32 … como la relación santa, que es aquí, el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
33 En el eterno Presente de Su Unicidad, Dios es la única Causa y, Su Efecto, Su Hijo, o Cristo. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, causa y efecto, significan el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y la escasez que rigen este mundo, según las percibimos con nuestros sentidos y tratamos de entender con nuestra razón, lógica y sentido común. Ver T2.5 [97], T21.3 [25]-[26], T26.8 [60]
34 … el poder de amar
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