PARA VER TODO EL CORREO HAGA
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
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Ninguna forma de sufrimiento
—a los ojos de la Razón7—
puede confundirse con alegría.
UCSM TX 22.3 pár 18
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T22.3 [18] 17 La Alegría8 es eterna. 18 Puedes estar ciertamente seguro de que todo lo que aparenta ser felicidad, que no sea duradero, es realmente miedo. 19 La alegría9 no se convierte en pesar, pues Lo que es eterno no cambia. 20 Pero el pesar puede convertirse en alegría, pues el tiempo cede el paso a Lo que es eterno.
UCSM TEXTO
CH 22 LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA
T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO? pár 1-5
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LTe.3 (-L241).1 1 El mundo es una falsa percepción. 2 Nació del error1 y no ha abandonado su fuente. 3 No perdurará más que el aprecio que tengamos al pensamiento que le dio vida. 4 Cuando el pensamiento de separación haya sido substituido2 por uno de verdadero perdón3, el mundo4 se verá de una manera completamente diferente5: una manera que conduce a la Verdad6, en la Que el mundo tendrá necesariamente que desaparecer7 junto con todos sus errores. 5 Y, entonces, su fuente habrá desaparecido, al igual que sus efectos.
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1 … en tu mente, que empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. (... tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado y compitiendo con los demás cuerpos por las escasas cosas "buenas"…). Ver T27.9 [82]
2 … en tu mente…
3 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
4 … en tu espíritu: En minúscula, espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
5 … con la visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
6 La Verdad, con mayúscula, según el Curso —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
7 … en tu mente, al dejar cada vez más de pensar con tu ego y más con el Espíritu Santo, más con el perdonar y el extender milagros en mente…
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P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO?
pár 2-3
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LTe.3 (-L241).2 6 El mundo fue hecho como un acto de agresión contra Dios8. 7 Es el símbolo del miedo9. 8 Pero, ¿qué es el miedo sino la ausencia de Amor10? 9 Por consiguiente, el mundo fue concebido para que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. 10 Aquí nació la percepción, pues el Conocimiento11 no podría haber causado pensamientos tan dementes. 11 Pero los ojos engañan, y los oídos oyen equivocadamente. 12 Ahora, cometer errores se vuelve muy posible, porque ya no hay certeza.
LTe.3 (-L241).3 13 En efecto, los mecanismos de la ilusión12 han nacido en lugar del Conocimiento. 14 Y ahora van en pos de lo que se les encomendó buscar. 15 Su objetivo es servir el propósito para el que se hizo el mundo, de modo que diese testimonio de ese propósito y lo hiciese real. 16 Esos mecanismos ven en las ilusiones del mundo todo menos una sólida base donde exista la Verdad y donde Ésta se mantenga separada de las mentiras. 17 No obstante, todo lo que reportan no son sino ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la Verdad.
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8 … cuando por medio de tu ego primario, decidiste que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente. Y, como no te lo dio, entonces ese ego primario tuyo — que no sabemos qué forma adoptó pero que, en todo caso, fue una poderosa que, entre otras cosas, hizo el tiempo y el espacio y todo lo que estos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente contra ellos. Ver: T27.9 [82]
9 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
10 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
11 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía, es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
12 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
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P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO?
pár 4
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LTe.3 (-L241).4 18 Así como la vista13 fue hecha para alejar de la Verdad, igualmente puede ser reorientada14. 19 Entonces, los sonidos se convertirán en llamamientos de Dios15. 20 Y a toda percepción16 le puede ser dado un nuevo propósito17 por Aquel a Quien Dios designó Salvador del mundo18. 21 Sigue Su luz19 y verás el mundo tal como Él lo ve. 22 Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla 23 y permítele que te dé paz y certeza, las cuales tú habías desechado pero que el Cielo conservó para ti en Él.
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13 … del cuerpo
14 … en el fuero interno de tu espíritu, al tú querer ver con la visión de Cristo en vez de con la visión habitual de tu cuerpo que, de paso, forma parte de ese ataque contra Dios que inició tu ego primario…
15 El Llamamiento de Dios es la voz del Espíritu Santo en el nivel superior de tu subconsciente, que quiere avivar tu voluntad para que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos y entre todos ustedes y Dios, renunciando a ella por medio del Redimir, hasta que tu mente nuevamente completa se reincorpore a crear, devolviendo a Dios Lo que es Suyo; es el llamamiento a regresar al pensar acertado, para que la Filiación se encamine a ser lo que nunca ha dejado de ser: todos, como las Almas eternas y perfectas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, y Uno con Él en Su eterna Unicidad. Ver T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18]
16 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
17 El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro;, 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas y eternas —que realmente somos— están unificadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T7.4 [23], T8.4 [22], T11.8 [65], T17.7, T17.9 [74], T25.2 [9], T26.10 [84]
18 … el Espíritu Santo
19 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
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P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO?
pár 5
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LTe.3 (-L241).5 24 No descansemos ni nos consideremos satisfechos hasta que20 el mundo se haya unido a nuestra cambiada percepción. 25 No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. 26 Y no tratemos de cambiar nuestra función. 27 Tenemos que salvar al mundo. 28 Pues nosotros, que fuimos sus hacedores, tenemos que verlo a través de los ojos de Cristo21, de modo que aquello que se hizo mortal pueda ser restituido a la Vida eterna.
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20 … en nuestra mente, en su parte que el Curso llama "espíritu"…
21 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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L E C C I Ó N 246
Amar a Mi Padre es
amar a Su Hijo.
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L246.1 1 No voy a creer que puedo encontrar el camino a Dios si sigo guardando odio en mi corazón. 2 No voy a tratar de herir al Hijo de Dios y, al mismo tiempo, pensar que puedo conocer a Su Padre o a mi Yo1. 3 No voy a dejar de reconocerme a mí mismo realmente, y así seguiré creyendo que mi concienciación puede contener a Mi Padre, o que mi mente puede concebir todo el Amor Que Mi Padre me tiene, y todo el Amor que yo le retorno a Él.
L246.2 4 Padre mío, aceptaré seguir el camino que has escogido para que vaya a Ti2. 5 Y lo voy a lograr, porque esa es Tu Voluntad 6 Y quiero reconocer que Lo que Tú quieres es también lo que yo quiero, y sólo eso. 7 Y por eso, decido amar a Tu Hijo. 8 Amén.
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1 Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios —en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una— Quien es Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno. Ver Lte.14 (-351)
2 El mundo real —la meta de nuestro viaje con el Curso—.es el estado que se experimenta en un instante santo en nuestro fuero interno, con nuestro espíritu o mente acertada, al haber logrado perdonar completamente a otro y unirnos a su Alma en la experiencia de Cristo, y, por ende, a todas las demás Almas unificadas como Una en Cristo; es "saber", que el Juicio Final de Dios consiste en que Nuestro Padre nos dice a cada uno: "Tú, unido al Alma del otro y a las Almas de todos los demás, sigues siendo Mi Hijo único, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, despierta y regresa a Tu Casa, que realmente nunca abandonaste. Ver T2.6, T3.8, T26.4 [21], LTe.10 (-L311)
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
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Capítulo 22
LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA
T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO pár 16-28
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T22.3 [16] 1 Lo opuesto a las ilusiones2 no es la desilusión, sino la Verdad3. 2 Sólo para el ego —para quien la Verdad no tiene significado— las ilusiones y la desilusión parecen ser las únicas opciones, además de ser diferentes entre sí. 3 Pero, en verdad, son lo mismo. 4 Ambas traen consigo el mismo cúmulo de sufrimiento, aunque cada una parezca ser la manera de escapar del sufrimiento que la otra ocasiona. 5 Cada ilusión lleva consigo dolor y sufrimiento entre los oscuros pliegues de las pesadas vestiduras tras las que oculta la nada que es. 6 No obstante, envueltos en esas oscuras y pesadas vestimentas, están los que van en pos de ilusiones, escondiéndose de la alegría de la Verdad.
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1 La Impecabilidad, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T20.5 [32], T25.6 [37]
2 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
3 La Verdad, con mayúscula, según el Curso —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 17
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T22.3 [17] 7 La Verdad es lo opuesto a las ilusiones precisamente porque ofrece alegría. 8 ¿Qué otra cosa que no sea la alegría podría ser lo opuesto al sufrimiento? 9 Abandonar un tipo de sufrimiento e ir en busca de otro puede difícilmente llamarse un escape. 10 Cambiar una ilusión por otra es no cambiar nada. 11 Buscar la alegría en el sufrimiento es una insensatez, pues ¿cómo se va a poder encontrar felicidad en el sufrimiento? 12 Lo único que se puede hacer en el oscuro mundo del sufrimiento es seleccionar algunos de sus aspectos, verlos como si fuesen diferentes y, luego, definir la diferencia como alegría. 13 No obstante, percibir una diferencia donde realmente no hay ninguna, ciertamente fallará en hacer de eso una diferencia
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 18
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T22.3 [18] 14 Lo único que las ilusiones aportan a los que creen en ellas es culpa4, sufrimiento, enfermedad5 y muerte6. 15 La forma en que se acepten es irrelevante. 16 Ninguna forma de sufrimiento —a los ojos de la Razón7— puede confundirse con alegría. 17 La Alegría8 es eterna. 18 Puedes estar ciertamente seguro de que todo lo que aparenta ser felicidad, que no sea duradero, es realmente miedo. 19 La alegría9 no se convierte en pesar, pues Lo que es eterno no cambia. 20 Pero el pesar puede convertirse en alegría, pues el tiempo cede el paso a Lo que es eterno. 21 Únicamente Lo eterno tiene necesariamente que permanecer inmutable, pero todo lo que se encuentra en el tiempo puede cambiar con el paso de éste. 22 No obstante, para que el cambio sea real y no imaginado, las ilusiones tienen que ceder el paso a la Verdad, y no a otros sueños que son igualmente irreales, 23 lo cual no constituiría una diferencia.
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4 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
5 La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
6 Cuando pensamos con el ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada y, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que, como Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, seremos Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
7 Razón, con mayúscula, en la eterna Unicidad, es: 1) el Pensamiento de Amor de Dios o Espíritu Santo Que Dios comparte con nosotros como Almas Una en Cristo, Su único Hijo; y 2) a veces, es sinónimo del Espíritu Santo. Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es nuestro pensar con Él, que quiere ser el reflejo de ese eterno Pensamiento de Amor por medio del perdón y la extensión de milagros; y, cuando pensamos con el ego, se refiere a nuestro pensar con el ego que se basa en la racionalidad, lógica y el sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4
8 … en el Cielo, Donde sólo hay Amor, Donde todos —como Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente,
9 … el reflejo aquí de la Alegría eterna,
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 19
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T22.3 [19] 24 La Razón te dirá que la única manera de escapar del sufrimiento10 es reconocerlo11, y luego tomar el camino opuesto12. 25 La Verdad es siempre la misma, al igual que el sufrimiento es siempre lo mismo, pero difieren entre sí en cada una de sus formas, en cada circunstancia y sin excepciones. 26 Creer que puede haber una excepción es confundir lo que es lo mismo con lo que es diferente. 27 Una sola ilusión a la que se le dé valor y se defienda contra la Verdad, priva a Ésta de todo significado y hace que todas las ilusiones sean reales. 28 Tal es el poder de la creencia13. 29 Es incapaz de transigir. 30 Y tener fe en la inocencia14 es tener fe en el pecado15, si la creencia excluye una sola cosa viviente y la mantiene apartada negándole su perdón16.
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10 … en tu mente
11 … como lo que es: una ilusión más de las ilusiones que componen la realidad del ego del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez,
12 … que es el de La indispensable y fundamental concienciación que el Curso te pide es: 1) Concienciar tus impulsos amorosos desinteresados que de vez en cuando emergen de tu subconsciente y, que cuando los extiendes a otros en actos altruistas —que el Curso llama milagros— aportan a tu vida un significado que no te es usual. 2) Luego, basado en esas experiencias, que decidas si constituyen un error de la evolución (lo que das, lo pierdes) o, si su origen pudiera ser trascendente. 2a) Si son errores de la evolución, derivarás tu motivación para seguir extendiéndolos de la ética o altruismo que hubieses escogido. 2b) En cambio, si quieres creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones, entonces no tendrás reparos en deducir y aceptar los siguientes basamentos del Curso: 2b1) Que Dios —a Quien nadie ha visto— existe, es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos, sin excepción, a Su Semejanza, no como cuerpos, sino como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. 2b2) Que, en Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego que nuestros sentidos perciben no existe. 2b3) Que, al tú perdonar y extender cada vez más milagros, este querer creer se convertirá en creer, y curará en tu mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que ella creía que eran reales, y que tú sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
13 … en la realidad del ego, experimentada físicamente por los sentidos y apoyada mentalmente por la razón, la lógica y el sentido común del sistema de pensamiento del mismo ego…
14 … según el ego, que es simplemente un estado al que no le ha llegado aún las calamidades de la vida,
15 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver T27.9 [82]
16 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de todo esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 20
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T22.3 [20] 31 Tanto la Razón como el ego te dirá eso mismo, pero lo que van a hacer de eso ciertamente no es lo mismo. 32 El ego te asegurará que ahora es imposible que no veas culpa en todos. 33 Y si esta visión es el único medio por el cual se puede lograr escapar de la culpa, entonces la creencia en el pecado tiene que ser eterna. 34 Pero la Razón ve eso de otra manera, pues la Razón ve que es la fuente de una idea lo que la hace verdadera o falsa. 35 Esto tiene que ser así, si la idea es semejante a su fuente. 36 Por consiguiente — dice la Razón— si escapar de la culpa fue el propósito que se le asignó al Espíritu Santo, propósito que Le fue dado por Uno para Quien nada que Su Voluntad disponga puede ser imposible, los medios para lograrlo tienen que ser más que posibles. 37 Tienen que estar ahí y tienen necesariamente que estar en ti.
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 21-22
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T22.3 [21] 38 Ésta es una etapa crucial en este Curso, pues durante ella tu separación del ego tiene necesariamente que completarse. 39 Pues si dispones de los medios para dejar que el propósito del Espíritu Santo se logre, utilízalos. 40 Y a medida que los utilices, tendrás cada vez más fe en ellos. 41 Pero, para el ego, esto tiene que ser imposible, y nadie emprende lo que no ofrece esperanza de poder jamás lograrse. 42 Tú17 sabes que lo que tu Creador quiere es posible, pero lo que tú hiciste cree que no lo es. 43 Ahora tienes que escoger entre Tu Mismo18 y lo que sólo es una ilusión de Él19. 44 No puedes escoger a ambos, sino a uno solo. 45 No tiene objeto intentar eludir esta única decisión. 46 Tiene necesariamente que tomarse. 47 La fe y lo que se cree pueden inclinarse hacia cualquiera de los dos, pero la Razón te dice que el sufrimiento se encuentra sólo en uno de los lados, mientras que la alegría está en el otro.
T22.3 [22] 48 No se abandonen el uno al otro ahora, 49 pues ustedes —que son20 lo mismo— no decidirán cada uno por su cuenta ni en forma diferente. 50 O bien se dan uno al otro Vida21, o bien muerte; o bien cada uno es el salvador22 del otro, o bien su juez, ofreciéndole refugio o condenación. 51 Se creerá enteramente en este Curso, o no se creerá en absoluto. 52 Pues, o es completamente cierto o completamente falso y, por consiguiente, no se puede creer sólo parcialmente. 53 Y ustedes, o escaparán enteramente del sufrimiento o no escaparán en absoluto. 54 La Razón les dirá que no hay un lugar intermedio donde —indecisos— se puedan detener, en espera de decidir entre la Alegría del Cielo o el sufrimiento del infierno. 55 hasta tanto no decidan a favor del Cielo, seguirán en el infierno y en la desgracia.
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17 … como Cristo, el Hijo de Dios,
18 Tú Mismo, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas están unificadas como Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios Que realmente somos. En minúscula, tú, decides pensar con el Espíritu Santo y has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver T8.4 [20], T23
19 … tú como ego.
20 … realmente
21 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
22 Salvador, con mayúscula, significa algunas veces en el Curso: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula, salvador, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa. Ver T22.3 [22], T24.3, T29.4, T29.6 [36], L78.9
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 23-25
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T22.3 [23] 56 No hay ninguna parte del Cielo de la que puedas apropiarte y tejer ilusiones sobre ella. 57 Ni hay una sola ilusión con la que puedas entrar en el Cielo. 58 Un salvador no puede ser juez, ni la misericordia condenación. 59 Y la visión no puede condenar, sino solamente bendecir. 60 Aquel Cuya función es salvar, salvará. 61 Cómo lo hará está más allá de tu entendimiento, pero cuándo se hará dependerá de tu decisión. 62 Pues tú hiciste el tiempo y, por consiguiente, le puedes dar órdenes. 63 Tú no eres más esclavo del tiempo que del mundo que hiciste.
T22.3 [24] 64 Examinemos más de cerca toda la ilusión que dice que lo que hiciste tiene el poder de esclavizar a su hacedor. 65 Ésta es la misma creencia que causó la separación. 66 Es la idea insensata de que los pensamientos pueden abandonar la mente del que los pensó, ser diferentes de ella y oponérsele. 67 Si eso fuese cierto, los pensamientos no serían extensiones de la mente, sino sus enemigos. 68 Y aquí vemos nuevamente otra forma de la misma ilusión fundamental que ya hemos examinado varias veces con anterioridad. 69 Sólo si fuese posible que el Hijo de Dios pudiera abandonar la Mente de su Padre, hacerse a sí mismo diferente y oponerse a la Voluntad de Su padre, sería posible que el yo que hizo, y todo lo que éste hizo, fuesen su amo.
T22.3 [25] 70 Fíjate en la gran proyección, pero mírala con la determinación de que tiene que ser curada, y curada sin miedo. 71 Nada de lo que hiciste tiene ningún poder sobre ti, a menos que todavía quieras estar separado de tu Creador y con una voluntad que se opone a La de Él. 72 Pues sólo si quisieras creer que Su Hijo puede ser Su enemigo, parecería posible que lo que hiciste fuese obra tuya. 73 En ese caso, vas a querer condenar Su alegría al sufrimiento y hacerlo diferente a Él. 74 Y todo el sufrimiento que causaste ha sido el tuyo propio. 75 ¿No te alegra saber que nada de eso es cierto? 76 ¿Acaso no son buenas nuevas oír que ni una sola de las ilusiones que hiciste ha reemplazado a la Verdad?
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 26
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T22.3 [26] 77 Sólo tus pensamientos23 han sido imposibles. 78 La salvación24 no lo puede ser. 79 Es imposible ver a tu salvador como tu enemigo y, al mismo tiempo, reconocerlo. 80 No obstante, sí puedes reconocerlo como lo que realmente es, si Dios lo quiere así. 81 Lo que Dios ha dado a tu relación ahí está25. 82 Pues lo que dio al Espíritu Santo para que se los diese, Él se los dio. 83 ¿Es que no quieres mirar de frente al salvador que te ha sido dado? 84 ¿Y no intercambiarías, por gratitud y con regocijo, la función de verdugo que tú le asignaste por la que en verdad tiene? 85 Recibe de él lo que Dios le entregó para ti, no lo que tú trataste de darte a ti mismo26.
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23 … con el ego,
24 … es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio, por un acto de fe, queremos creer que nuestra verdadera Realidad es la eterna Unicidad de Dios donde todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver LTe.2 (-L231)
25 … Amor general y desinteresado…
26 … sin darte cuenta de que su Alma y la Tuya son Una, la Misma…
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 27
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T22.3 [27] 86 Más allá de los cuerpos que interpusiste entre ustedes, y resplandeciente en la luz27 dorada que le llega desde el brillante círculo sin fin que se extiende eternamente, se encuentra la relación santa28 de ustedes, amada por Dios y bendita como Él Mismo. 87 Cuán aquietada descansa: en el tiempo y, sin embargo, más allá de él; inmortal, aunque todavía en la tierra. 88 Cuán grande es el poder29 que reside en ella. 89 El tiempo está a la espera de lo que su voluntad disponga y la tierra será lo que la relación santa de ustedes disponga que sea. 90 En ella no hay voluntad de separación, ni deseo de que nada esté separado. 91 Su voluntad no hace excepciones, y lo que quiere es verdadero. 92 Toda ilusión que se lleva a su proceso de perdonar es amablemente pasada por alto y, al hacerlo, desaparece. 93 Pues, en su centro, Cristo30 ha vuelto a nacer para iluminar Su morada con una visión que pasa por alto al mundo. 94 ¿Es que no querrían que esa santa morada fuese también la de ustedes? 95 En ella no hay sufrimiento, sino únicamente alegría.
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27 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
28 La relación santa, aquí, 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
29 Poder, con mayúscula, significa el Poder de Dios para crear o amar en el Cielo, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula, poder —si estás pensando con el ego— significa el poder físico y/o psicológico del ego para hacer cosas y, si en vez, estás pensando con el Espíritu Santo, poder quiere decir el reflejo aquí del Poder de crear o amar de Dios y de Su Hijo. Ver T2.1 [15], T4.5 [63], T7.4 [24] y [25], T27.4
30 Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
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T22.3 LA IMPECABILIDAD1
DE TU HERMANO
pár 28
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T22.3 [28] 96 Lo único que tienen que hacer para morar aquí apaciblemente junto a Cristo, es compartir Su visión31. 97 Su visión le es dada rápida y alegremente a todo el que esté dispuesto a ver a su hermano libre de pecado. 98 Y nadie puede quedar fuera de esta disposición, si quieres liberarte completamente de todos los efectos del pecado. 99 ¿Acaso te perdonarías a ti mismo sólo parcialmente? 100 ¿Acaso puedes alcanzar el Cielo mientras un solo pecado te tiente aún a permanecer en la miseria? 101 El Cielo es el hogar de la perfecta Pureza, y Dios Lo creó para Ti32. 102 Mira a tu santo hermano, tan libre de pecado como realmente lo estás tú, y deja que él te lleve allá.
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31 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando accedo al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
32 Ti, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas, están unificadas como Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T8.4 [20], T23
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