PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
edición original 
T22.1 [3] 17 Una relación santa parte de una premisa diferente. 18 Cada uno ha mirado dentro de sí mismo y no ha visto ninguna carencia. 19 Al aceptar su compleción, quiere extenderla uniéndose a otro, al que considera tan completo como él.

20 No ve diferencias entre estos yoes, pues las diferencias sólo son de cuerpos. 21 Por consiguiente, no ve nada de lo que quiera apropiarse.

22 No niega su propia realidad, porque es la Verdad8. 23 Se encuentra justo debajo del Cielo, pero lo bastante cerca como para no regresar, a la tierra. 24 Pues esta relación goza de la santidad del Cielo. 25 ¿Cuán lejos de Casa puede estar una relación tan semejante al Cielo?

  UCSM TEXTO
CH 22 LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA
T22.1 INTRODUCCIÓN
T22.2 EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO? pár1-5
LTe.3 (-L241).1 1 El mundo es una falsa percepción1. 2 Nació del error2 y no ha abandonado su fuente3. 3 No perdurará más que el aprecio que tengamos al pensamiento que le dio vida. 4 Cuando el pensamiento de separación haya sido substituido por uno de verdadero perdón4, el mundo se verá5 de una manera completamente diferente6: una manera que conduce a la Verdad7, en la Que el mundo tendrá necesariamente que desaparecer8 junto con todos sus errores9. 5 Y, entonces, su fuente10 habrá desaparecido, al igual que sus efectos11.
1 … falsa o equivocada: Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5 
 
2 … que empezó en la Eternidad, Donde Todo es Uno en Dios, cuando se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios —que realmente somos nosotros— olvidó reírse. A causa de haberla enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria —tu yo soñador— capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están las hechuras del tiempo, del espacio, del universo y del sistema de pensamiento del ego, con el que ha manejado la evolución y expansión de esas hechuras. Ver T27.9 [82] 
 
3 … nuestro yo soñador…, el Hijo que está soñando que está separado de Su Padre… 
 
4 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien su Alma. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221) 
 
5 … en tu mente acertada… El pensar o la mente acertada o espíritu, es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos milagrosos y revelaciones; por lo tanto, es el hogar del Espíritu Santo, del pensar acertado, del perdón y de los milagros. Ver T2.2 [26], T5.4, T7.6, T19.2 
 
6 … con la visión de Cristo que es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo realve su Alma perfecta y eterna fusionada con La mía como Una sola, fusión unitaria que incluye a todas las Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42] 
 
7 Si, según el Curso, quiero creer que los impulsos milagrosos que de vez en cuando emergen a mi consciente, provienen del Espíritu Santo, entonces, también querré creer que la Verdad es: 1) la Unicidad de Dios, la cual, no se puede describir ni tampoco explicar, pero sí se puede experimentar internamente un reflejo de Ella, cuando hemos: 1.1) aceptado el Redimir para nosotros mismos; 1.2) perdonado y 1.3) extendido a otro(s) el o los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu santo; 2) que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 3) que Dios no creó más nada; 4) que por eso, nada de Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazada, nada que no sea Ella, realmente existe; 5) que en esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del hombre pensando con el sistema de pensamiento del ego, que le hace creer que el tiempo, el espacio y el universo que percibe son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez y, constituyen su única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5 
 
8 … en tu mente acertada o espíritu, al dejar cada vez más de pensar con tu ego y más con el Espíritu Santo, más con el perdonar y más con el extender milagros… 
 
9 … por haber estado creyendo que la realidad del ego era la única que existía… 
 
10 … el yo soñador… 
 
11 … el tiempo, el espacio, el universo incluyendo el mundo y nuestro cuerpo…
P A R T E 2  
¿Qué es EL MUNDO?  
pár 2-3
LTe.3 (-L241).2 6 El mundo fue hecho como un acto de agresión contra Dios12. 7 Es el símbolo del miedo13. 8 Pero, ¿qué es el miedo sino la ausencia de Amor14? 9 Por consiguiente, el mundo fue concebido para que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. 10 Aquí nació la percepción, pues el Conocimiento15 no podría haber causado pensamientos tan dementes. 11 Pero los ojos engañan, y los oídos oyen equivocadamente. 12 Ahora, cometer errores se vuelve muy posible, porque ya no hay certeza.

LTe.3 (-L241).3 13 En efecto, los mecanismos de la ilusión16 han nacido en lugar del Conocimiento. 14 Y ahora van en pos de lo que se les encomendó buscar. 15 Su objetivo es servir el propósito para el que se hizo el mundo, de modo que diese testimonio de ese propósito y lo hiciese real. 16 Esos mecanismos ven en las ilusiones del mundo todo menos una sólida base donde exista la Verdad y donde Ésta se mantenga separada de las mentiras. 17 No obstante, todo lo que reportan no son sino ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la Verdad. 
12 … "hecho" por tu yo soñador, el Hijo de Dios que sueña que ha logrado separarse de Su Padre… 
 
13 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
 14 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195 
 
15 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento: 1es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía; 2) es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25] 
 
16 Ilusión o fantasía —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
P A R T E 2  
¿Qué es EL MUNDO?  
pár 4-5
LTe.3 (-L241).4 18 Así como la vista17 fue hecha para alejar de la Verdad, igualmente puede ser reorientada18. 19 Entonces, los sonidos se convertirán en llamamientos de Dios19. 20 Y a toda percepción le puede ser dado un nuevo propósito20 por Aquel a Quien Dios designó Salvador del mundo21. 21 Sigue Su luz22 y verás el mundo tal como Él lo ve. 22 Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla 23 y permítele que te dé paz y certeza, las cuales tú habías desechado pero que el Cielo conservó para ti en Él.

LTe.3 (-L241).5 24 No descansemos ni nos consideremos satisfechos hasta que23 el mundo se haya unido a nuestra cambiada percepción. 25 No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. 26 Y no tratemos de cambiar nuestra función. 27 Tenemos que salvar al mundo. 28 Pues nosotros, que fuimos sus hacedores, tenemos que verlo a través de los ojos de Cristo, de modo que aquello que se hizo mortal pueda ser restituido a la Vida eterna.
17 … del cuerpo 
 
18 … en el fuero interno de tu mente acertada o espíritu, al tú querer ver con la visión de Cristo en vez de con la visión habitual de tu cuerpo que, de paso, forma parte de ese ataque contra Dios que inició tu yo soñador… 
 
19 El Llamamiento de Dios, es la voz del Espíritu Santo que se manifiesta por medio de los impulsos milagrosos que envía a tu pensar o mente acertada, para avivar tu voluntad a que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos, y entre todos ustedes y Dios. Para ello, previamente, tienes que aceptar el Redimir para ti mismo, ponerte a perdonar y a extender los milagros que te sugiera el propio Espíritu Santo. Ver T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18] 
 
20 El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro; 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas —que realmente somos— están fusionadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T5, T11.8, T17.7, T17.9, T25.2 [9] 
 
21 … el Espíritu Santo 
 
22 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93 
 
23 … en nuestra mente, en su parte que el Curso llama mente acertada o espíritu 


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 245
Tu paz está conmigo,
Padre. Estoy a salvo.
L245.1 1 Padre, Tu paz1 me rodea. 2 Dondequiera que voy, Tu paz me acompaña y derrama su luz sobre todo aquel con quien me encuentro. 3 La llevo a los desolados, solitarios y temerosos 4 La ofrezco a los que sufren, a los que lamentan una pérdida y a los que creen haber sido privados de esperanza y felicidad. 5 Padre, envíamelos 6 Permíteme ser el portador de Tu paz 7 Pues quiero salvar a Tu Hijo2, tal como dispone Tu Voluntad3, para poder llegar a reconocer a mi Yo.

L245.2 8 Y así caminamos en paz, transmitiendo al mundo entero el mensaje que hemos recibido. 9 Y, de esta manera, llegaremos a oír la Voz que habla por Dios, Quien nos habla a medida que relatamos Su Palabra, Cuyo Amor reconocemos, puesto que compartimos con todos la Palabra que Él nos dio.
1 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro —es decir, que nos damos cuenta de que no hay nada que perdonar, porque lo hemos reconocido como el Cristo que realmente es, como el Alma perfecta y eterna que realmente es, Alma que es exactamente igual a La mía y a Las de todos los demás— y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T19.5, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
 
2 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
 
3 Voluntad de Dios en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas están fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único, Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada y perpetua en la Alegría de la Creación plena, eternamente receptiva y totalmente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es, por medio del perdón y de la extensión de milagros, que nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193  


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 22
 LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA

T22.1  INTRODUCCIÓN pár 1-4
T22.1 [1] 1 Tengan piedad de sí mismos, tanto tiempo esclavizados. 2 Alégrense porque los que Dios ha unido1, se han juntado y ya no tienen que mirar al pecado2 separados uno del otro. 3 No es posible que dos miren al pecado juntos, pues nunca lo podrían ver en el mismo tiempo y lugar. 4 El pecado es una percepción estrictamente individual, que se ve en el otro pero que cada uno cree llevar en sí mismo. 5 Y cada uno parece cometer un error diferente, error que el otro no puede comprender. 6 Hermanos, se trata de lo mismo, hecho por lo mismo, y que se perdona a su hacedor de la misma manera.
1 … realmente en el Cielo, las Almas fusionadas en Una sola en Cristo, en la única Alma de Su único Hijo; que aquí, se produce en la La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna fusionada con La mía como Una, fusión unitaria que incluye a todas las Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
 
2 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en: 1) Una idea seria el “yo soñador” (o el Hijo de Dios soñando que logró separarse)capaz de lograr algo y de tener efectos reales, tales como las siguientes hechuras: 1.1) el tiempo, el espacio, el inicio del universo (o Cosmos), y el sistema de pensamiento del ego, con el que el yo soñador manejará la evolución de esos efectos reales; 1.2) la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo"; 1.3) hace unos 200 a 300 mil años, otorgó al homo sapiens, la facultad de manipular su instinto natural. . 2) En el mismo instante de la separación, Dios dio su Respuesta a la misma: el Espíritu Santo, cuyos impulsos milagrosos, cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta, nos invita a aceptar el Redimir para nosotros mismos, a perdonar y a extender milagros al otro(s). Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38], T5.4 [21], M2.4
T22.1  INTRODUCCIÓN
pár 2
T22.1 [2] 7 La santidad de la relación de ustedes3 los perdona a ambos, deshaciendo los efectos de lo que ambos creían y vieron separadamente. 8 Y, con su desaparición, desaparece con ellos la necesidad de pecar. 9 ¿Quién necesita pecar? 10 Únicamente los solitarios que andan por su cuenta, que ven a sus hermanos diferentes de ellos. 11 Esta diferencia —visible4 pero no real5— es la que hace que la necesidad de pecar —no real pero visible— parezca estar justificada6. 12 Y todo esto sería real si el pecado lo fuese. 13 Pues la relación no santa7 está basada en diferencias, en las que cada uno piensa que el otro tiene lo que a él le falta. 14 Se juntan, pero con la idea de cada uno de completarse a sí mismo y robar al otro. 15 Seguirán juntos hasta que ya no quede nada por robar, y luego se irán cada uno por su lado. 16 Y así, vagan por un mundo de extraños, distintos de ellos, conviviendo con sus cuerpos, tal vez bajo un mismo techo que a ninguno cobija; en la misma habitación y, sin embargo, separados por un mundo.
3 La relación santa, aquí: 1) es el reflejo de la Relación de Amor de Dios en paz y alegría con todas las Almas perfectas que realmente somos, fusionadas todas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; 3) es un proceso que se inicia cuando dos personas que han perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s); este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; 4) finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, dos experimentan el mundo real, se produce en ellos, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor en paz y alegría a todos y a todo. Ver T17.6, T22
 
4 … aquí
 
5 … Allá
 
6 … mientras se siga pensando con el ego
 
7 … La relación especial, aquí: 1) es en la que, pensando, percibiendo y actuando con nuestro ego, entablamos con una o más personas especiales que poseen atributos especiales, con las cuales esperamos llenar nuestras necesidades igualmente especiales; 2) constituye la renuncia a la eterna y alegre concordia del perfecto Amor que nuestras Almas profesan unas con otras fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Que realmente somos; 3) es el intento del ego de asegurar para sí el especialismo que Dios le negó, nacido del deseo oculto de que Dios amara a Su Hijo, ahora separado, con un amor especial; 4) es el insincero interés, amor, amistad o aprecio por otra u otras personas que nuestro ego utiliza para constituir con ellas relaciones por medio de las cuales alcanzar algunos de sus objetivos personales; 5) a veces, estas relaciones especiales devienen en dependencia o codependencia, pero que, en todo caso, siempre constituyen ataques velados. Ver T15.6aT15.10, T16
T22.1  INTRODUCCIÓN
pár 3-4
T22.1 [3] 17 Una relación santa parte de una premisa diferente. 18 Cada uno ha mirado dentro de sí mismo y no ha visto ninguna carencia. 19 Al aceptar su compleción, quiere extenderla uniéndose a otro, al que considera tan completo como él. 20 No ve diferencias entre estos yoes, pues las diferencias sólo son de cuerpos. 21 Por consiguiente, no ve nada de lo que quiera apropiarse. 22 No niega su propia realidad, porque es la Verdad8. 23 Se encuentra justo debajo del Cielo, pero lo bastante cerca como para no regresar, a la tierra. 24 Pues esta relación goza de la santidad del Cielo. 25 ¿Cuán lejos de Casa puede estar una relación tan semejante al Cielo?

T22.1 [4] 26 ¡Piensen en todo lo que una relación santa puede enseñar! 27 En ella se deshace la creencia en diferencias. 28 En ella la fe en las diferencias se convierte en fe en la igualdad9. 29 Y en ella, la mirada que ve diferencias se transforma en visión10. 30 Ahora, la Razón, puede llevarlos a la conclusión lógica de su unión. 31 Ésta tiene que extenderse tal como ustedes se extendieron, cuando se unieron. 32 Ésta tiene que ir más allá de sí misma, tal como ustedes fueron más allá del cuerpo, para poder unirse. 33 Y ahora, la igualdad que vieron entre ambos se extiende y, finalmente, elimina toda sensación de diferencias, de manera que la semejanza que yace bajo todas ellas se hace evidente. 34 Éste es el círculo dorado11, donde reconocen al Hijo de Dios. 35 Pues lo que nace en una relación santa nunca puede terminar.
8 La Verdad, con mayúscula —que realmente no somos cuerpos sino Almas, Tal como Dios nos creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
9 Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327
 
10 … la visión de Cristo
 
11 Ver T21.2 [10] a [12]


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 22
 LA SALVACIÓN Y
LA RELACIÓN SANTA

T22.2  EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA pár 5-15
T22.2 [5] 1 Dejemos que la Razón1 dé otro paso. 2 Si atacas al que Dios quiere curar y odias al que ama, entonces es que tú y Tu Creador tienen voluntades diferentes. 3 Pero si tú realmente eres Su Voluntad2, entonces debes creer que cuando atacas no eres Tú Mismo3. 4 Ciertamente puedes creer esto y, de hecho4, lo crees. 5 Y, además, tienes fe en eso, y encuentras mucha evidencia a su favor. 6 Pero, te preguntas, ¿de dónde surge tu extraño desasosiego, tu sensación de estar desconectado y el miedo5 que te persigue de que no significas nada. 7 Es como si hubieses deambulado hasta aquí a la deriva, sin plan de ningún tipo, excepto el de vagar, pues sólo eso parece seguro.
1 Razón, con mayúscula, 1) en la eterna Unicidad, es: el Pensar de Amor de Dios o Espíritu Santo, que Dios comparte con nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es el reflejo del eterno Pensar de Amor que manifestamos por medio del perdonar y de la extensión de milagros; 3) y, cuando pensamos con el ego, se refiere a la racionalidad, lógica y sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos, según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4
 
2 Voluntad de Dios en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas están fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único, Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada y perpetua en la Alegría de la Creación plena, eternamente receptiva y totalmente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es, por medio del perdón y de la extensión de milagros, que nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
 
3 Tú Mismo, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna que realmente eres, Que está fusionada con todas las demás Almas —igualmente perfectas y eternas— en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos, etc. En minúscula, tú mismo, cuando: decides pensar con el Espíritu Santo, has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y, cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver T8.4 [20], T23
 
4 … cuando experimentas Mundo real, es la meta de nuestro viaje con el Curso. Es el estado mental que, inicialmente, se experimenta cuando se logra perdonar totalmente a otro y fusionamos su Alma con La nuestra en la experiencia de Cristo. Luego, al perdonar una y otra vez totalmente a otros, vamos a querer extender esa experiencia de Amor a todo y a todos —como en un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad, donde todo es Uno en Dios— en la espera que Dios dé el paso final. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9] Lte.8 (-L291) Lte.8 (-L291)
 
5 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
T22.2   EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA
pár 6
T22.2 [6] 8 No obstante, hemos escuchado anteriormente una descripción muy similar6, aunque no se refería realmente a Ti7. 9 Y, sin embargo, tú piensas que eres esa extraña idea que con tanta precisión ciertamente se describe ahí. 10 Pero la Razón te dice una y otra vez que el mundo que ves a través de ojos8 que no son realmente tuyos9 necesariamente no puede tener sentido para ti10. 11 ¿A quién devolvería sus mensajes esta forma de ver? 12 Ciertamente no a ti11, cuya vista es totalmente independiente de los ojos que miran al mundo. 13 Si ésa no es realmente tu visión12, ¿qué podría mostrarte? 14 El cerebro no puede interpretar lo que ve tu visión. 15 Esto lo puedes comprender. 16 El cerebro13 interpreta para el cuerpo del que forma parte. 17 Pero lo que dice, 14 no lo puedes comprender. 18 No obstante15, le has puesto atención16. 19 Y durante mucho tiempo, y con mucho esfuerzo, has T22.2 [8] tratado de comprender sus mensajes. 20 No te diste cuenta de que es imposible comprender lo que no logra llegarte de ninguna manera17.
6 T20.4 [22] 44 El mundo cree en el pecado, pero la creencia que lo hizo tal como tú lo ves, no está fuera de ti. 45 No trates de hacer que el Hijo de Dios se ajuste a su demencia. 46 Hay en él un extraño que, mientras vagaba sin rumbo, entró en la morada de la Verdad, y que así como vino, se irá. 47 Vino sin ningún propósito, pero no podrá permanecer ante la radiante luz que el Espíritu Santo ofreció y que tú aceptaste. 48 Pues, bajo esa luz, el extraño se queda sin hogar y a ti se te da la bienvenida. T20.4 [23] 49 No preguntes a ese extraño transeúnte "¿Qué soy?" 50 Él es la única cosa en todo el universo que no lo sabe. 51 No obstante, es a él a quien se lo preguntaste, y es a su respuesta a la que quieres ajustarte. 52 Este único pensamiento alocado, feroz en su arrogancia y, no obstante, tan diminuto y tan carente de significado que pasa desapercibido por el universo de la Verdad, se vuelve tu guía. 53 A él te diriges para preguntarle el significado del Universo. 54 Y a lo único que es ciego en todo el universo que ve la Verdad, le preguntas "¿Cómo debo mirar al Hijo de Dios?"
 
7 … como Cristo, el Hijo único de Dios, en la experiencia del mundo real.
 
8 … del ego, de tu cuerpo, 9 … porque realmente eres el Hijo de Dios,
 
10 … como el reflejo aquí de Cristo, el Hijo de Dios.
 
11 … cuando piensas y percibes con el Espíritu Santo,
 
12 … de Cristo: 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la fusión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor general que se extiende a todas las demás Almas como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
 
13 … que piensa con el razonamiento, la lógica y el sentido común del ego,
 
14 … cuando piensas con el Espíritu Santo,
 
15 … cuando piensas con el ego,
 
16 … y has tratado una y otra y otra vez de encontrar otro significado que el que te ofrecen las leyes de la evolución y escasez,
 
17 … como Cristo, el Hijo de Dios Que realmente eres, conjuntamente con todos los demás, sencillamente porque carece de Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14
T22.2   EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA
pár 7
T22.2 [7] 21 No has recibido ningún mensaje que realmente puedas comprender. 22 Pues has estado prestando oídos a lo que nunca podrá comunicarse en absoluto18. 23 Así pues, examina lo que ha sucedido. 24 Al negar lo que realmente eres19, y20 creer firmemente que eres otra cosa, esa "otra cosa" que hiciste para que fuera tú mismo, se convirtió en tu vista. 25 No obstante, debe de ser esa "otra cosa" la que ve y, al no ser 21, te explica lo que ve22. 26 Por supuesto, tu visión haría que todo esto fuese totalmente innecesario. 27 Pero si tus ojos23 están cerrados, y has invitado a esa cosa24 a que te guíe, pidiéndole que te explique el mundo que ella ve, no tienes ninguna razón para no escuchar, ni sospechar que lo que te dice no sea verdad. 28 La Razón te diría que no puede ser verdad porque no lo entiendes25. 29 Dios no tiene secretos. 30 Él no te guía a través de un mundo de sufrimiento, esperando hasta el final del viaje para decirte por qué te hizo pasar por eso26.
18 … El ego El ego 1) A partir del instante de la separación —hace aproximadamente unos 14 mil millones de años— el ego es el sistema de pensamiento hecho por el Hijo que sueña que está separado de Dios, “yo soñador”, sistema con el cual maneja la evolución y expansión del universo en el tiempo y el espacio; 2) en la pizca de polvo cósmico que llamamos mundo, que empezó hace unos 4.500 millones de años y, para uso del Homo Sapiens, que el Curso llama “hombre” — a quien, hace unos 200.000 años, el yo soñador otorgó la facultad de manipular su instinto natural— el ego es el sistema de pensamiento del especialismo; 3) en el Curso, el ego es también la parte de la mente o pensar del hombre que recibe los impulsos existenciales del yo pensador. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
 
19 … Cristo, el Hijo de Dios,
 
20 … razonando con el ego
 
21 … Cristo, el Hijo de Dios,
 
22 … con los ojos del cuerpo y, por estar pensando con el ego, lo aceptas como verdadero.
 
23 … internos, los que perciben con el Espíritu Santo
 
24 … el ego
 
25 … cuando piensas con el Espíritu Santo.
 
26 … el silencio de Dios
T22.2   EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA
pár 8
T22.2 [8] 31 ¿Qué podría ocultarse a la Voluntad de Dios? 32 Y sin embargo, crees tener secretos. 33 ¿Cuáles podrían ser tus secretos excepto otra voluntad que, siendo tuya, está separada de la Suya? 34 La Razón te diría que eso no es un secreto que deba ocultarse como si se tratara de un pecado. 35 Pero ciertamente, ¡es un error! 36 No permitas que tu miedo del pecado te impida corregirlo, pues la atracción de la culpa27 es sólo miedo. 37 He aquí la única emoción que hiciste, independientemente de lo que aparente ser. 38 Ésta es la emoción de los secretos, de los pensamientos personales y del cuerpo. 39 Ésta es la única emoción que se opone al Amor, y que siempre conduce a ver diferencias y a la pérdida del sentido de igualdad. 40 He aquí la única emoción que te mantiene ciego, dependiente del yo que crees haber hecho para que te guie por el mundo que hizo para ti.
27 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con Su Hijo único, Que somos todos nosotros, como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino el único Hijo de Dios, de Quien nunca nos hemos separado. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
T22.2   EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA
pár 9
T22.2 [9] 41 Tu vista28 te fue dada junto con todo lo que puedes comprender29. 42 No te resultará difícil comprender lo que esta visión te dice, pues cada uno ve sólo lo que cree que él mismo es. 43 Y lo que tu vista te quiere mostrar lo comprenderás porque es la Verdad. 44 Únicamente tu visión puede transmitirte lo que realmente puedes ver. 45 Te llega directamente, sin necesidad de que se te interprete. 46 Lo que necesita interpretación tiene necesariamente que ser ajeno. 47 Y tampoco lo podrá hacer alguna vez comprensible un intérprete al que no puedes comprender30.
28 … de y como Cristo, en Quien todos nosotros —como Almas— somos realmente Uno,
 
29 … tratamos de comprender primero con nuestro razonamiento, lógica y sentido común de ego y, cuando eso no basta, nos encontramos frente a la necesidad de la indispensable y fundamental concienciación que el Curso te pide es concienciar tus impulsos amorosos desinteresados que de vez en cuando emergen de tu subconsciente y que, cuando los extiendes a otros en actos altruistas, que el Curso llama milagros, aportan a tu vida un significado que no te es usual. Luego, basado en esas experiencias, que decidas si constituyen un error de la evolución (lo que das, lo pierdes) o, si su origen pudiera ser trascendente. Si son errores de la evolución, derivarás tu motivación para seguir extendiéndolos de la ética o altruismo que hubieses escogido. En cambio, si quieres creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones, entonces no tendrás reparos en deducir y aceptar los siguientes basamentos del Curso: 1) Que Dios —a Quien nadie ha visto— existe, es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos, sin excepción, a Su Semejanza, no como cuerpos, sino como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. 2) Que, en Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego que nuestros sentidos perciben no existe. 3) Que, al tú perdonar y extender cada vez más milagros, este querer creer se convertirá en creer, y curará en tu mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que ella creía que eran reales, y que tú sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
 
30 … tu ego, con su razonamiento, lógica y sentido común…
T22.2   EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA
pár 10-12
T22.2 [10] 48 De todos los mensajes que has recibido, y que no has podido comprender, sólo este Curso está al alcance de tu entendimiento y se puede comprender. 49 Éste es realmente tu idioma. 50 Aún no lo entiendes porque toda su comunicación es todavía como la de un bebé. 51 Los balbuceos de un bebé y lo que oye son muy poco creíbles, ya que para él significan cosas diferentes en momentos diferentes. 52 Ni los sonidos que oye ni las cosas que ve son aún estables. 53 Pero lo que oye, y todavía no comprende, será algún día su lengua materna, por medio de la cual se comunicará con los que le rodean y ellos con él. 54 Y esos seres extraños y cambiantes que ve que se mueven a su alrededor serán los que lo van a consolar, y él reconocerá su hogar y los verá allí con él.

T22.2 [11] 55 Así, en cada relación santa renace la facultad de comunicar en vez de la de separar. 56 No obstante, una relación santa, que apenas acaba de renacer de una relación no santa y que, sin embargo, es más antigua que la vieja ilusión que acaba de reemplazar, es como un bebé que ahora ha renacido. 57 No obstante, con este bebé, la visión de ustedes les es devuelta y, él les hablará en un idioma que los dos podrán comprender. 58 Este bebé no lo nutre esa "otra cosa" que pensabas que eras tú. 59 No fue entregado a esa otra cosa, ni tampoco lo recibió nadie que no fueras Tú Mismo. 60 Pues no es posible que dos personas puedan realmente unirse si no es a través de Cristo, Cuya visión los ve como uno.

T22.2 [12] 61 Piensen, santos hermanos míos, en lo que les ha sido dado. 62 Este niño les explicará lo que no entienden, y de una manera muy clara. 63 Pues su lengua no será extraña. 64 No necesitará ningún intérprete para comunicarse con ustedes, pues fueron ustedes los que le enseñaron lo que sabe, justamente porque lo sabían. 65 No habría podido acudir a nadie más sino a ustedes, nunca a esa "otra cosa". 66 Donde Cristo ha entrado, nadie está solo, pues Él nunca podría encontrar una morada entre los que están separados. 67 En efecto, tiene necesariamente que renacer en Su antiguo hogar —tan aparentemente nuevo y, sin embargo, tan viejo como Él— como un pequeño recién llegado que depende de la santidad31 de la relación de ustedes para que Lo dejen vivir.
31 Santidad, con mayúscula, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, es el Estado de perfecto Amor que vivimos con Él en Paz y Alegría, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, santidad, es la experiencia en mi fuero interno del reflejo de ese Estado. Ver T1.1.31 [42-44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
T22.2   EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA
pár 13
T22.2 [13] 68 Tengan la seguridad de que Dios no confió a Su Hijo a los indignos. 69 Nada que no sea parte de Él es digno de unírsele. 70 Tampoco es posible que cualquier cosa que no sea parte de Él pueda unirse. 71 La comunicación32 tiene necesariamente que haberse restablecido entre los que se unen, ya que no se habrían podido unir por medio de cuerpos. 72 Entonces, ¿qué es lo que los ha unido? 73 La Razón les dirá que tuvieron que haberse visto uno al otro a través de una visión que no es del cuerpo, y haberse comunicado en un lenguaje que el cuerpo no habla. 74 Tampoco pudo haber sido una vista o sonido aterrador que los atrajo afablemente a ser uno. 75 Más bien, cada uno vio en el otro un perfecto refugio donde su Yo33 podría renacer a salvo y en paz. 76 Así se lo dijo su Razón; así lo creyó porque era la Verdad.
32 Comunicación y Creación, con mayúsculas, en el Cielo, son, sinónimos, pues Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad, comparte o comunica Su Amor con nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, , cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra mente acertada o espíritu querrá comunicarse con las Almas de los demás, perdonándolos, extendiéndoles milagros y viviendo con Ellas la experiencia de Cristo en el mundo real. Y, cuando pensamos con el ego, es la comunicación que tratamos de establecer con las mentes y sus cuerpos separados de los demás. Ver T1.1.49 [81], T1.1.51 [86], T4.8 [97], T6.2 [16] T14.2 [4]
 
33 Mi Yo (con mayúscula), o mi Alma, conjuntamente con todas las demás Almas fusionadas en Una sola en Cristo, es el Hijo único creado por Dios en un Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Uno con Él en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que se profesan ese Amor Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En el Curso, la palabra Yo también es usada pocas veces como el Yo de Dios. Ver T8.4 [20], T23, Lte.14 (-351)
T22.2   EL MENSAJE DE
LA RELACIÓN SANTA
pár 14-15
T22.2 [14] 77 He aquí la primera percepción directa que han hecho. 78 La hicieron mediante la concienciación, que es más antigua que la percepción y, no obstante, vuelta a nacer en sólo un instante. 79 Pues ¿qué es el tiempo para lo que siempre fue así? 80 Piensen en lo que ese instante trajo consigo: darse cuenta de que esa "otra cosa", que cada uno pensó que era él mismo, es una ilusión. 81 Y la Verdad llegó instantáneamente, para mostrarles dónde tiene necesariamente que estar el Yo de ustedes. 82 Al negar las ilusiones invitaron a la Verdad, pues al negarlas reconocieron que el miedo no tenía sentido. 83 En el santo hogar donde el miedo es impotente, el Amor entra dando gracias, agradecido de ser uno con ustedes que se unieron para dejarlo entrar.

T22.2 [15] 84 Cristo acude a lo que es semejante a Él: los que son lo mismo, no los que son diferentes. 85 Pues siempre se siente atraído hacia Sí Mismo. 86 ¿Qué se asemeja más a Él que una relación santa? 87 Y lo que les atrae a estar juntos es lo que atrae a Cristo a ustedes. 88 Aquí, Su delicadeza y amable inocencia están protegidas del ataque. 89 Y aquí puede regresar con confianza, pues tener fe uno en el otro es siempre tener fe en Él. 90 Están en lo cierto cuando se ven uno al otro como el hogar que escogieron, pues aquí ejercen su voluntad con Cristo y con su Padre. 91 Esta es la Voluntad del Padre de ustedes para ustedes y, la de ustedes con La de Él. 92 Y el que es atraído a Cristo es atraído a Dios tan seguramente como Ellos dos son atraídos por toda relación santa, el hogar que Les fue preparado a medida que la tierra se convierte en Cielo.
Horario actual de
Un Curso sobre Milagros – Preliminares

COMPRAR:
or COMPRAR aquí
en la tienda CIMS:

 PDF GRATUITO de los Principios De Los Milagros aquí
COURSE IN MIRACLES SOCIETY
(Sin ánimo de lucro)
Donar
En la actualidad, todos los proyectos CIMS están respaldados por donaciones de tiempo libre, talento y dinero. Si desea apoyar alguna de las actividades de la Sociedad de alguna manera, no dude en ponerse en contacto.

Debido al carácter internacional de CIMS, Internet es nuestro principal medio de comunicación y colaboración.

Para hacer una donación deducible de impuestos en apoyo de las lecciones diarias, haga clic aquí.

Además, por medio de su testamento u otro plan de sucesión, puede nombrar "Curso en la Sociedad de Milagros" como el beneficiario de una parte de su sucesión, o de activos particulares en su sucesión. De esta manera, está honrando a sus seres queridos y al mismo tiempo brinda un apoyo crítico a la extensión de LOVE.

DONAR to OTROS PROYECTOS
CIMS | 800-771-5056 | reja-joy@jcim.net | jcim.net