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Un Curso Sobre Milagros
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¿QUÉ ES LA MUERTE?

M27.6 44 "Y lo último por vencer será23 la muerte." 45 ¡Por supuesto que sí! 46 Sin la idea de la muerte no habría mundo. 47 Todos los sueños acabarán con éste. 48 Ésta es la meta24 final de la salvación25, el fin de todas las ilusiones. 49 Y de la muerte nacen todas las ilusiones.

50 ¿Qué puede nacer de la muerte y tener Vida? 51 Y, por otra parte, ¿qué puede originarse en Dios y, sin embargo, morir?

52 Las inconsistencias, las transigencias y los ritos que el mundo fomenta en sus vanos intentos de aferrarse a la muerte y, al mismo tiempo, pensar que el Amor es real, no son más que necios trucos mágicos ineficaces y sin significado.

53 Dios es, y en Él, todas las Cosas26 creadas tienen necesariamente que ser eternas. 54 ¿No ves que, de no ser así, Él tendría un opuesto, y el miedo27 sería tan real como el Amor?

  UCSM MANUAL


Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 2  
L E C C I O N E S  
F I N A L E S pár 1-6
LF (-L361) in Introducción
 
LF (-L361) in.1 1 Dejaremos nuestras lecciones finales tan libres de palabras como sea posible. 2 Vamos a usarlas, pero sólo al comienzo de nuestras prácticas, y sólo para recordarnos que estamos intentando ir más allá de ellas. 3 Dirijámonos a Aquel Que nos muestra el camino y que asegura nuestros pasos1. 4 A Él entregamos estas lecciones, como también, a partir de ahora, Le entregamos nuestras vidas. 5 Pues no queremos volver a creer en el pecado2, creencia que hizo que el mundo pareciese un lugar horrible e inseguro, hostil y destructor, peligroso en todas sus andanzas y traicionero más allá de cualquier esperanza de poder confiar y escapar del dolor3.
1 … el Espíritu Santo en nuestro espíritu, que es la parte de nuestra mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo…
 
2 El pecado de todos los pecados fue —hace muchos millones de años— la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en: 1) Una idea seria el “yo, el soñador(o el Hijo de Dios soñando que logró separarse)capaz de lograr algo y de tener efectos reales, tales como las siguientes hechuras (o creaciones en falso): 1.1) el tiempo, el espacio; 1.2) hace unos 14.000 millones de años, después del 'Big Bang', el inicio del universo (o Cosmos), que expandirá constantemente; .1.3) el sistema de pensamiento del ego, con el que el mismo yo, el soñador manejará la evolución de esos efectos reales; 1.4) hace unos 4.500 millones de años, empezó la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo"; 1.5) hace unos 300 mil años, el yo, el soñador se encarnó fragmentado en los homo sapiens, a los que otorgó el libre albedrío o la facultad de manipular sus instintos naturales, dotándolos, además, de unas mentes (la mente equivocada) en las cuales guardar los impulsos del especialismo que les enviará y que sus cerebros procesarán. Ver: T2.6 [106], 19.4, T26.5, T27.9 [82], LTe.4 (-L251) 
 
3 Mientras nuestro cuerpo siga existiendo en la realidad del ego, a sus ojos, el mundo seguirá siendo "… un lugar horrible e inseguro, hostil y destructor, peligroso en todas sus andanzas y traicionero más allá de cualquier esperanza de poder confiar y escapar del dolor." Lo que habrá cambiado en nuestra mente, después de que hayamos aceptado el Redimir para nosotros mismos, dejado de enjuiciar, perdonado totalmente, extendido los milagros que nos hubiere sugerido el Espíritu Santo y estudiado y practicado este Libro de Lecciones, repetimos, lo que habrá cambiado, será la forma de ver al mundo tal como nos lo explicó el Curso en: "T21.1 [1] 1 La proyección hace la percepción. 2 El mundo que ves es lo que tú le diste, nada más que eso. 3 Pero si bien no es más que eso, tampoco es menos. 4 Por consiguiente, para ti, ciertamente es importante. 5 Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. 6 Tal como piense el hombre, así percibirá. 7 Por lo tanto, no trates de cambiar el mundo, 8 sino más bien, opta por cambiar cómo piensas acerca de él." Mientras nuestro cuerpo exista en esta realidad del ego, tendremos que seguir sobreviviendo, pero, ahora, lo hacemos orientados por nuestro Maestro interno, el Espíritu Santo; ahora, creyendo firmemente en Nuestra verdadera Realidad o eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo.
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pár 2
LF (-L361) in.2 6 Suyo es el único camino para hallar el reflejo aquí de la Paz4 que Dios nos ha dado. 7 Al final, es Su camino el que todo el mundo tendrá que recorrer, pues éste es el final que Dios Mismo designó. 8 En el sueño del tiempo, parece estar muy distante. 9 Y, sin embargo, en verdad, ese final ya está aquí, ya nos está sirviendo como guía afable del camino a tomar. 10 Caminemos juntos por este camino que la Verdad5 nos señala. 11 Y seamos los líderes de los muchos hermanos nuestros que andan buscando el camino, pero que no lo logran encontrar.
4 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro —es decir, que nos damos cuenta de que no hay nada que perdonar, porque lo hemos reconocido como el Cristo que realmente es, como el Alma perfecta y eterna que realmente es, Alma que es exactamente igual a La mía y a Las de todos los demás— y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el especialismo del ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T19.5, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
 
5 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
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pár 3-4
LF (-L361) in.3 12 Dediquemos nuestras mentes a este propósito, dirigiendo todos nuestros pensamientos a llenar la función de la salvación6. 13 Es a nosotros a quienes se nos ha dado el objetivo de perdonar7 al mundo. 14 Es la meta que Dios nos ha asignado. 15 Busquemos Su forma de finalizar el sueño y no la nuestra. 16 Pues a todo lo que perdonemos, no dejaremos de reconocer que forma Parte de Dios Mismo. 17 Y así, Su memoria nos será devuelta completamente y completa.

LF (-L361) in.4 18 Nuestra función es recordar a Dios aquí, en la Tierra, tal como nos es dado ser Su Propia Completitud8 en la Realidad. 19 Por consiguiente, no olvidemos que nuestra meta es compartida. 20 Pues ese recordar compartido contiene el recuerdo de Dios, y es el que indica el camino hacia Él y el Cielo de Su Paz. 21 Así, pues, ¿cómo no vamos a perdonar a nuestro hermano, que es el que nos puede ofrecer esto? 22 Él es el camino, la Verdad y la vida que nos muestra el camino. 23 En él reside la salvación9, que nos es ofrecida por medio del perdón que le dimos.
6 A cada persona —a la medida de sus talentos naturales y adquiridos— el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación de los otros que Él le envía, función que sólo ella puede desempeñar extendiendo los milagros que Él le sugiera. Esta función se puede manifestar, entre otras: dando el ejemplo, enseñando, curando, ofreciendo psicoterapia, escribiendo, etc. Pero, siempre reflejará, de alguna manera, la Unicidad de Dios, en la que todas nuestras Almas están fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios Que, realmente, cada uno y todos somos. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], T25.7, L62, L64, L65, L66, L99
 
7 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien el Alma de ese otro. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
8 La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de cada uno de nosotros, como las Almas perfectas que realmente somos, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, en minúscula, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, la completitud es el reflejo de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestro fuero interno en un instante santo del mundo real, en la experiencia de Cristo. Y cuando pensamos con el especialismo del ego, significa las definiciones que se pueden encontrar en el diccionario. Ver T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
 
9 La salvación es salvar a otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas a otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
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F I N A L E S
pár 5-6
LF (-361) in.5 24 No terminaremos este año sin recibir el don10 que Nuestro Padre prometió a Su santo Hijo. 25 Ahora, estamos perdonados 26 y a salvo de toda la ira que atribuíamos a Dios y que después descubrimos que era un sueño. 27 Hemos recobrado la cordura11, en la que comprendemos que la ira es locura, atacar es demente, y vengarse es sencillamente una fantasía por demás necia. 28 Nos hemos salvado de la ira porque aprendimos que estábamos equivocados. 29 Eso es todo. 30 ¿Acaso se enoja un padre con su hijo porque éste no logró entender lo que es la Verdad?

LF (-L361) in.6 31 Acudimos a Dios12 con sinceridad para decirle que no habíamos comprendido, y pedirle que nos ayude a aprender Sus lecciones por medio de la Voz de Su Propio Maestro. 32 Viendo esto, ¿querría Dios hacerle daño a Su Hijo? 33 O, ¿querría más bien apresurarse a contestarle, diciendo: "Éste es Mi Hijo, y todo lo que tengo es Suyo". 34 Ten la seguridad que Él responderá así, pues éstas son Sus Propias Palabras para ti. 35 Y más que eso, nadie podrá nunca tener, pues en esas Palabras se encuentra Todo lo que existe y Todo lo que existirá a lo largo de todo el tiempo y en la Eternidad.
10 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Ver T7.2, T20.6 [38], T26.5 [28], L166
 
11 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestra mente acertada o espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
 
12 … por medio del Espíritu Santo en nuestro espíritu, que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo…


Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
L E C C I Ó N S 361 a 365
Quiero entregarte este instante
santo1. Encárgate Tú, pues
quiero seguirte, seguro de
que Tu dirección me traerá paz2.
L361 a 365 1 Y si necesito una palabra de aliento, Él me la dará. 2 Y si necesito una idea, Él también me la dará. 3 Y si lo único que necesito es aquietarme y tener una mente tranquila y abierta, ésos serán los presentes que recibiré de Él. 4 Él está a cargo porque yo lo pedí. 5 Y Él escuchará y me contestará, porque Él habla por Dios, mi Padre y Su santo Hijo.
1 Al entrar en un instante santo, ante todo, quieres reflejar en tu fuero interno, el eterno Presente de nuestra verdadera Realidad, en la que no hay pasado ni futuro. Para ello, silencias el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo", e invitas al Espíritu Santo a comunicarse contigo, no como individuo —ya que este instante no es para ti solo— sino para Cristo, en Quien todas nuestras Almas están fusionadas en Una sola. Durante ese lapso de silencio, podrías abrirte a: 1) ver ciertas relaciones especiales de otra manera; 2) revisar tu proceso de Redimir; 3) perdonar en vez de juzgar; 4) terminar de extender los milagros que te hubiese sugerido el Espíritu Santo. Todo eso alentará a tu consciente a mejor reconocer los impulsos milagrosos que constantemente emergen de tu subconsciente, donde los envía el Mismo Espíritu Santo. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
 
2 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro —es decir, que nos damos cuenta de que no hay nada que perdonar, porque lo hemos reconocido como el Cristo que realmente es, como el Alma perfecta y eterna que realmente es, Alma que es exactamente igual a La mía y a Las de todos los demás— y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el especialismo del ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T19.5, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20


Un Curso Sobre Milagros
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Manual Para Los Maestros
M27. ¿QUÉ ES LA MUERTE? pár 1-7
M27.1 1 La muerte1 es el sueño central de donde emanan todas las ilusiones2. 2 ¿No es acaso una locura pensar que la vida no es otra cosa que nacer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir? 3 Ya hemos planteado esta pregunta anteriormente, pero ahora debemos examinarla con mayor detenimiento. 4 La creencia fija e inalterable del mundo3 es que todas las cosas nacen para morir. 5 Se considera que es así como "opera la naturaleza", y ello no se debe cuestionar sino que debe aceptarse como la ley "natural" de la vida. 6 Lo cíclico, lo cambiante y lo incierto; lo inestable y lo inconstante; lo que de alguna manera crece y declina, siguiendo una trayectoria determinada; todo eso4 se considera la Voluntad de Dios. 7 Y nadie5 se pregunta si un Creador bondadoso podría disponer algo así.
1 Cuando pensamos con el especialismo del ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada, y que, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que —como Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios— seguimos siendo Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
 
2 Ilusión o fantasía o alucinación —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
 
3 … observando las leyes de la evolución y de la escasez con el pensar del ego,
 
4 … para los que creen o quieren creer que Dios creó el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen…
 
5 … entre esos creyentes,
M27. ¿QUÉ ES LA MUERTE?
pár 2
M27.2 8 En esta percepción del universo6 como fue creado por Dios, sería imposible pensar que Él fuese Amor7. 9 Pues al que ha decretado que todas las cosas mueran y acaben en polvo, desilusión y desesperanza, sólo se le puede tener miedo8. 10 Tu insignificante vida está en sus manos9, suspendida de un hilo que él está dispuesto a cortar sin lamentarlo ni importarle, tal vez hoy mismo. 11 O, si decide esperar, de todas maneras, el final es seguro. 12 El que ama a un dios así no sabe lo que es el Amor, porque ha negado que la Vida10, es real. 13 La muerte se ha convertido en el símbolo de la vida. 14 Su mundo, ahora, es un campo de batalla, donde reina la contradicción, y los que se oponen entre sí combaten en una guerra interminable. 15 Donde hay muerte, es imposible que haya paz11.
6 Universo, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios, a saber: Nosotros como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, en minúscula, universo puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver T28.3 [16], T29.7 [39]
 
7 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o Amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
 
8 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
9 … tu yo primordial…: Hace muchos millones de años, mi yo, el soñador: 1) Es "la idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales" (ver “Separación”), que "hace muchos millones de años," el Hijo creó en falso al separarse del eterno Presente de la Unicidad de Dios, con el fin de, por su cuenta, hacer el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contuvieron, contienen y contendrán, hasta que, "en un período similarmente largo, y tal vez aún más largo", termine el tiempo. 2) Hace unos 300 mil años, por medio de su yo, el soñador, el Hijo separado, no solamente otorgó a algunos mamíferos —que denominamos "homo sapiens"— el libre albedrío sobre su instinto natural, sino que, fraccionándose, se ha estado encarnando en cada uno de los humanos que han sido, son y serán, aportando a sus mentes el especialismo que sus cerebros procesan con la razón, lógica y sentido común, para tratar de sobrevivir lo mejor y más largo posible. 3) Esa encarnación del Hijo separado en cada cuerpo ha sido parcial, ya que, hasta ahora, nadie ha recordado lo que sucedió en la separación como tampoco nadie ha regresado de la muerte para contar su historia. 4) No obstante que no recordamos la separación, el Curso nos dice que cada uno, realmente es el Hijo único de Dios, con Quien es Uno en el eterno Presente de la Unicidad. Ver T1.1.28 [38], T2.6 [106], T3.6, T4.2 [8], T4.3 [25-27], T5.3 [19], T27.8 [67-70], T28.3 [19], T29.7 [39], LTe.12 (-L331)
 
10 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, somos Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, Quien es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el especialismo del ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
 
11 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro —es decir, que nos damos cuenta de que no hay nada que perdonar, porque lo hemos reconocido como el Cristo que realmente es, como el Alma perfecta y eterna que realmente es, Alma que es exactamente igual a La mía y a Las de todos los demás— y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el especialismo del ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T19.5, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
M27. ¿QUÉ ES LA MUERTE?
pár 3-4
M27.3 16 La muerte es el símbolo del temor a Dios. 17 Su Amor ha sido borrado de la idea, la cual Lo mantiene al margen de la concienciación, cual un escudo puesto en alto para bloquear el sol. 18 Lo siniestro de este símbolo basta para demostrar que la muerte no puede coexistir con Dios. 19 La muerte presenta una imagen del Hijo de Dios en la que éste termina por "descansar en paz" en brazos de la devastación, donde los gusanos lo esperan para darle la bienvenida y, gracias a su muerte, prolongar un poco más su propia existencia. 20 Mas los gusanos están igualmente condenados a morir. 21 Y, de esta forma, todas las cosas viven gracias a la muerte12. 22 En la naturaleza, devorarse unos a otros es "ley de vida". 23 Dios está demente, y sólo el miedo es real.

M27.4 24 La extraña creencia de que una parte de lo que muere va a seguir existiendo separada de lo que muere, tampoco proclama a un Dios de Amor ni sienta las bases para que se vuelva a tener confianza. 25 Si la muerte es real para una sola cosa, la Vida13, no existe. 26 La muerte La niega. 27 Pero si la Vida es real14, lo que se niega15 es la muerte. 28 En esto no es possible transigir. 29 O bien existe un dios de miedo o bien Uno de Amor. 30 El mundo16 trata de llegar a miles de compromisos al respecto, y tratará de llegar a mil más. 31 Ni uno solo de ellos puede ser aceptable para los maestros de Dios, ya que ninguno es aceptable para Dios. 32 Él no hizo la muerte, puesto que no hizo el miedo. 33 Para Él17, ninguna de las dos cosas significa nada.
12 … donde todo se come a todo…
 
13 … eterna
 
14 … y, por consiguiente, eterna,
 
15 … mentalmente
 
16 … es decir, el sistema de pensamiento de tu ego, la razón, la lógica, el sentido común…
 
17 … Quien solo sabe de Amor, ya que eso es lo que Él es, y nada más
M27. ¿QUÉ ES LA MUERTE?
pár 5
M27.5 34 La "realidad" de la muerte está firmemente enraizada en la creencia18 de que el Hijo de Dios es un cuerpo. 35 Y, si Dios hubiese creado cuerpos, la muerte sería ciertamente real. 36 Pero, en ese caso, Dios no sería Amor. 37 Ningún otro punto ilustra en forma tan tajante el contraste entre la percepción19 del mundo real20, y la del mundo de las ilusiones21. 38 La muerte es ciertamente la muerte de Dios, si Él es Amor22. 39 Y ahora, yo, Su Propia Creación, tengo necesariamente que tenerle miedo. 40 Dios no es Mi Padre, sino El que me destruye; 41 Él no es Creador, sino vengador. 42 Sus Pensamientos son terribles y Su imagen, temible. 43 Cuando mira a Sus creaciones, les llega la muerte.
18 … de tu ego
 
19 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el especialismo del ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
 20 Mundo real, es la meta de nuestro viaje con el Curso. Es el estado mental que, inicialmente, se experimenta cuando se logra perdonar totalmente a otro y fusionamos su Alma con La nuestra en la experiencia de Cristo. Luego, al perdonar una y otra vez totalmente a otros, vamos a querer extender esa experiencia de Amor a todo y a todos —como en un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad, donde todo es Uno en Dios— en la espera que Dios dé el paso final. Ver T10.8, T11.4, T11.7, T30.6, L129, Lte.8 (-L291)
 
21 Ilusión o fantasía o alucinación —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
 
 22 … porque si creo que la muerte es real, entonces ¿cómo podría un Dios que se supone es Amor enviárnosla, o causarla o permitirla…?
M27. ¿QUÉ ES LA MUERTE?
pár 6
M27.6 44 "Y lo último por vencer será23 la muerte." 45 ¡Por supuesto que sí! 46 Sin la idea de la muerte no habría mundo. 47 Todos los sueños acabarán con éste. 48 Ésta es la meta24 final de la salvación25, el fin de todas las ilusiones. 49 Y de la muerte nacen todas las ilusiones. 50 ¿Qué puede nacer de la muerte y tener Vida? 51 Y, por otra parte, ¿qué puede originarse en Dios y, sin embargo, morir? 52 Las inconsistencias, las transigencias y los ritos que el mundo fomenta en sus vanos intentos de aferrarse a la muerte y, al mismo tiempo, pensar que el Amor es real, no son más que necios trucos mágicos ineficaces y sin significado. 53 Dios es, y en Él, todas las Cosas26 creadas tienen necesariamente que ser eternas. 54 ¿No ves que, de no ser así, Él tendría un opuesto, y el miedo27 sería tan real como el Amor?
23 … la idea, la ilusión, la creencia en la…
 
24 La meta del Curso: 1) es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
 
25 La salvación es salvar a otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas a otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
 
26 Las Cosas, con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, las cosas, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el especialismo del ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
 
27 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
M27. ¿QUÉ ES LA MUERTE?
pár 7
M27.7 55 Maestro de Dios, tu única tarea puede definirse así: no aceptes ningún compromiso del que forme parte la muerte. 56 No creas en la crueldad, ni permitas que el ataque oculte la Verdad28 de ti. 57 Lo que parece morir, es porque tan sólo se ha percibido equivocadamente y se ha llevado al campo de las ilusiones. 58 De ahí que tu tarea sea ahora dejar que las ilusiones sean llevadas ante la Verdad. 59 Mantente firme sólo en esto: no te dejes engañar por la "realidad"29 de ninguna forma cambiante. 60 La Verdad, no cambia, ni fluctúa, ni sucumbe ante la muerte o ante la destrucción. 61 ¿Y cuál es el final de la muerte? 62 Nada más que esto: darse cuenta de que el Hijo de Dios es inocente, ahora y por siempre30. 63 Nada más que eso. 64 Pero no dejes que se te olvide que tampoco menos.
28 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
29 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hizo nuestro yo soñador, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
 
30 … porque siendo Hijo único, eterno y perfecto como Su Padre y Creador, él no pudo realmente separarse ni soñar que hizo esta pesadilla que es el mundo, esta pizca de polvo cósmico metida en el tiempo y el espacio, que fueron hechos para probar que Dios no es Amor, que Su Hijo no es único ni que fue creado a semejanza de Su padre con Quien es Uno, sino que en esta realidad ideada por el ego, en medio de un fraccionamiento ad infinitum de todo, ese Hijo cree haberse convertido en individualidades fraccionadas y separadas unas de otras, metidas en un interminable conflicto por sobrevivir transitoriamente, cada una por su cuenta, regidas por las leyes de la evolución y escasez inventadas por él mismo …


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M28. ¿QUÉ ES LA
RESURRECCIÓN1? pár 1-6
M28.1 1 En forma muy sencilla, la resurrección es vencer o triunfar sobre la muerte2. 2 Es un redespertar o renacer; un cambio de parecer con respecto al significado3 del mundo. 3 Es aceptar la interpretación del Espíritu Santo sobre el propósito del mundo4; aceptar el Redimir para uno mismo5. 4 Es el fin de los sueños de aflicción y la alegre concienciación del sueño final del Espíritu Santo. 5 Es reconocer los dones de Dios6. 6 Es el sueño en el que el cuerpo funciona perfectamente, al no tener otra función que servir de medio de comunicación7. 7 Es la lección con la que concluye el aprendizaje, pues con la resurrección, éste no sólo termina, sino que es superado8. 8 Es la invitación a Dios para que dé el paso final. 9 Es renunciar a todos los demás propósitos, intereses, deseos, y preocupaciones. 10 Es el deseo único del Hijo de estar con Su Padre9.
1 Ver T20
 
2 Cuando pensamos con el especialismo del ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada, y que, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que —como Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios— seguimos siendo Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
 
3 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el especialismo del ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14
 
4 El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro; 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas —que realmente somos— están fusionadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T5, T11.8, T17.7, T17.9, T25.2 [9]
 
5 Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula, es el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que quieres creer que nunca te separaste. 1) comienza cuando, frente al caos existencial regido por las leyes de la evolución y la escasez, conciencias que anhelas vivir de otra manera que un cuerpo, separado de los demás cuerpos, que lleva una vida sin otro significado que el de sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. 2) Luego, consiste en observar que frente al especialismo habitual de tu ego, a veces, también te llegan impulsos compasivos, de compartir y de amistad desinteresada. 3) Sin otra prueba que esos impulsos, debes decidir si quieres creer que éstos tienen un origen divino o, más bien, que son un error de la evolución. 4) Si te decides por la evolución, tu motivación para convertir esos impulsos en hechos concretos te vendrá de la ética o altruismo que adoptes. 5) En cambio, si mediante un acto de fe, aceptas que su origen pueda ser divino, también querrás creer que realmente no eres un cuerpo sino un Alma perfecta en el eterno Presente de la Unicidad, en la que tu Alma está fusionada con todas las demás Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios. 6) Este querer creer (hasta lograr creer) debería motivarte a pensar cada vez más con el Espíritu Santo, y cada vez menos con tu ego. 7) Finalmente, el Espíritu Santo te enseñará cómo no juzgar, perdonar y extender milagros y, así, en instantes santos en tu fuero interno, accederás a la visión de Cristo en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje. Ver T3.3, T5.3, T11.9, L139
 
6 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.2, T20.6 [38], T26.5 [28], L166
 
7 Comunicación y Creación, con mayúsculas, en el Cielo, son, sinónimos, pues Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad, comparte o comunica Su Amor con nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra mente acertada o espíritu querrá comunicarse con las Almas de los demás, perdonándolos, extendiéndoles milagros y viviendo con Ellas la experiencia de Cristo en el mundo real. Y, cuando pensamos con el especialismo del ego, es la comunicación que tratamos de establecer con las mentes equivocadas y los cuerpos separados de los demás. Ver T1.1.49 [81], T1.1.51 [86], T4.8 [97], T6.2 [16] T14.2 [4]
 
8 Mundo real, es la meta de nuestro viaje con el Curso. Es el estado mental que, inicialmente, se experimenta cuando se logra perdonar totalmente a otro y fusionamos su Alma con La nuestra en la experiencia de Cristo. Luego, al perdonar una y otra vez totalmente a otros, vamos a querer extender esa experiencia de Amor a todo y a todos —como en un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad, donde todo es Uno en Dios— en la espera que Dios dé el paso final. Ver T10.8, T11.4, T11.7, T30.6, L129, Lte.8 (-L291)
 
9 Arropamiento de Dios, es la experiencia en nuestro fuero interno del reflejo aquí del Amor que Dios comparte con Sus Almas o Su único Hijo, en el eterno Presente de la Unicidad. El recuerdo de esa experiencia, el residuo bendito. lo tenemos guardado en lo más profundo de nuestro subconsciente, el cual será restaurado al consciente de nuestra mente acertada o espíritu, a medida que más y más perdonemos y extendamos milagros. Ver T5.7 [60] 7, T16.5
M28. ¿QUÉ ES LA
RESURRECCIÓN?
pár 2-6
M28.2 11 La resurrección es la negación de la muerte, por ser la afirmación de la Vida. 12 De esta manera, la forma de pensar del mundo se invierte por completo. 13 La Vida se reconoce ahora como la salvación, y cualquier clase de dolor o aflicción se percibe como el infierno. 14 Ya no se teme al Amor, sino que se Le da alegremente la bienvenida. 15 Los ídolos han desaparecido y el recuerdo de Dios brilla a lo largo y ancho del mundo sin ninguna obstrucción. 16 La faz de Cristo se ve en toda cosa viviente, y ninguna se mantiene en la obscuridad, apartada de la luz del perdón. 17 Ya no hay pesar sobre la tierra. 18 La Alegría del Cielo ha descendido sobre ella.

M28.3 19 Aquí termina el programa de estudios. 20 De aquí en adelante, no habrá necesidad de más instrucciones. 21 La visión ha sido totalmente corregida, y todos los errores, deshechos. 22 El ataque no tiene sentido y la paz ha llegado. 23 Se ha alcanzado la meta del programa de estudios. 24 Los pensamientos se vuelven hacia el Cielo alejándose del infierno. 25 Todo anhelo queda satisfecho, pues, ¿qué queda ahora sin respuesta o incompleto? 26 La última ilusión se extiende sobre el mundo, perdonándolo todo y substituyendo todo ataque. 27 Se ha logrado la inversión total. 28 No queda nada que contradiga la Palabra de Dios. 29 No hay nada que se oponga a la Verdad. 30 Y ahora, finalmente, la Verdad puede venir. 31 ¡Llegará enseguida, cuando se Le invite a entrar y a abrazar este mundo resucitado!

M28.4 32 Todos los corazones vivos se encuentran tranquilos y llenos de una profunda expectativa, porque la hora de Lo eterno está por llegar. 33 La muerte no existe. 34 El Hijo de Dios es libre. 35 Y en su libertad radica el fin del miedo. 36 Ya no quedan en la tierra lugares ocultos que den refugio a ilusiones enfermizas, a sueños de miedo o a falsas percepciones del Universo. 37 Todas las cosas se ven iluminadas y, en la luz, su propósito se transforma y se comprende. 38 Y nosotros, los Hijos de Dios, nos levantamos del polvo y observamos nuestra perfecta Impecabilidad. 39 El canto del Cielo se va escuchando por todo el mundo, a medida que éste es elevado y conducido a la Verdad.

M28.5 40 Ahora no hay distinciones. 41 Las diferencias han desaparecido y el Amor se mira a Sí Mismo. 42 ¿Qué más vista se necesita? 43 ¿Qué queda que la visión pueda acometer? 44 Hemos visto la faz de Cristo, Su Impecabilidad y Su Amor tras toda forma y más allá de todo propósito. 45 ¡Somos santos porque Su Santidad ciertamente nos ha liberado! 46 Y aceptamos Su Santidad como nuestra, como es en efecto. 47 Y Tal como Dios nos creó, así seremos por siempre y para siempre, y lo único que deseamos es que Su Voluntad sea la nuestra. 48 Las ilusiones de otra voluntad han dejado de ser, pues hemos encontrado unidad de propósito.

M28.6 49 Éstas son las cosas que nos aguardan a todos, pero aún no estamos listos para darles la bienvenida con alegría. 50 Mientras quede una sola mente poseída por sueños de maldad, el pensamiento del infierno será real. 51 Los maestros de Dios tienen como meta despertar las mentes de los que duermen, para que vean la visión de la faz de Cristo ocupar el lugar de lo que soñaban. 52 El pensamiento de matar es reemplazado por bendiciones. 53 Los juicios se dejan de emitir, y son entregados a Aquel Cuya función es juzgar. 54 Y en Su juicio final se restaura la Verdad acerca del santo Hijo de Dios. 55 Él ha sido redimido, pues ha escuchado la Palabra de Dios y comprendido su significado. 56 Es libre, porque deja que la Voz de Dios proclame la Verdad. 57 Y todos los que buscaba antes para crucificarlos, ahora resucitan con él, a su lado, mientras se prepara con ellos para reunirse con su Dios.
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