PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
edición original 
T21.6 [51] 20 Hay otra visión10 y otra Voz11 en las que reside tu libertad12, que tan sólo están aguardando tu decisión. 21 Y si depositas tu fe en ellas, percibirás otro Yo13 en ti.

22 Este otro Yo considera que los milagros14 son algo natural. 23 Pues para Él son tan sencillos y naturales como respirar lo es para el cuerpo. 24 Constituyen la respuesta obvia a las peticiones de ayuda, que es la única respuesta que Él da.

25 Los milagros parecen antinaturales al ego porque no entiende cómo es posible que mentes separadas puedan influir unas en otras. 26 Claro que, si estuviesen separadas, no lo podrían hacer. 27 Pero las mentes no pueden estar realmente separadas.

28 Este otro Yo es perfectamente consciente de esto. 29 Y así, reconoce que los milagros no afectan a la mente de otro, sino a la Suya propia. 30 Los milagros siempre cambian tu mente, 31 pues realmente no hay ninguna otra15.

  UCSM TEXTO
CH 21 LA IMAGEN INTERIOR
T21.6 RAZONAR Y PERCIBIR
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es EL MUNDO? pár1-5
LTe.3 (-L241).1 1 El mundo es una falsa percepción1. 2 Nació del error2 y no ha abandonado su fuente3. 3 No perdurará más que el aprecio que tengamos al pensamiento que le dio vida. 4 Cuando el pensamiento de separación haya sido substituido por uno de verdadero perdón4, el mundo se verá5 de una manera completamente diferente6: una manera que conduce a la Verdad7, en la Que el mundo tendrá necesariamente que desaparecer8 junto con todos sus errores9. 5 Y, entonces, su fuente10 habrá desaparecido, al igual que sus efectos11.
1 … falsa o equivocada: Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5 
 
2 … que empezó en la Eternidad, Donde Todo es Uno en Dios, cuando se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios —que realmente somos nosotros— olvidó reírse. A causa de haberla enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria —tu yo soñador— capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están las hechuras del tiempo, del espacio, del universo y del sistema de pensamiento del ego, con el que ha manejado la evolución y expansión de esas hechuras. Ver T27.9 [82] 
 
3 … nuestro yo soñador…, el Hijo que está soñando que está separado de Su Padre… 
 
4 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien su Alma. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221) 
 
5 … en tu mente acertada… El pensar o la mente acertada o espíritu, es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos milagrosos y revelaciones; por lo tanto, es el hogar del Espíritu Santo, del pensar acertado, del perdón y de los milagros. Ver T2.2 [26], T5.4, T7.6, T19.2 
 
6 … con la visión de Cristo que es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo realve su Alma perfecta y eterna fusionada con La mía como Una sola, fusión unitaria que incluye a todas las Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42] 
 
7 Si, según el Curso, quiero creer que los impulsos milagrosos que de vez en cuando emergen a mi consciente, provienen del Espíritu Santo, entonces, también querré creer que la Verdad es: 1) la Unicidad de Dios, la cual, no se puede describir ni tampoco explicar, pero sí se puede experimentar internamente un reflejo de Ella, cuando hemos: 1.1) aceptado el Redimir para nosotros mismos; 1.2) perdonado y 1.3) extendido a otro(s) el o los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu santo; 2) que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 3) que Dios no creó más nada; 4) que por eso, nada de Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazada, nada que no sea Ella, realmente existe; 5) que en esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del hombre pensando con el sistema de pensamiento del ego, que le hace creer que el tiempo, el espacio y el universo que percibe son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez y, constituyen su única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5 
 
8 … en tu mente acertada o espíritu, al dejar cada vez más de pensar con tu ego y más con el Espíritu Santo, más con el perdonar y más con el extender milagros… 
 
9 … por haber estado creyendo que la realidad del ego era la única que existía… 
 
10 … el yo soñador… 
 
11 … el tiempo, el espacio, el universo incluyendo el mundo y nuestro cuerpo…
P A R T E 2  
¿Qué es EL MUNDO?  
pár 2-3
LTe.3 (-L241).2 6 El mundo fue hecho como un acto de agresión contra Dios12. 7 Es el símbolo del miedo13. 8 Pero, ¿qué es el miedo sino la ausencia de Amor14? 9 Por consiguiente, el mundo fue concebido para que fuese un lugar en el que Dios no pudiese entrar y en el que Su Hijo pudiese estar separado de Él. 10 Aquí nació la percepción, pues el Conocimiento15 no podría haber causado pensamientos tan dementes. 11 Pero los ojos engañan, y los oídos oyen equivocadamente. 12 Ahora, cometer errores se vuelve muy posible, porque ya no hay certeza.

LTe.3 (-L241).3 13 En efecto, los mecanismos de la ilusión16 han nacido en lugar del Conocimiento. 14 Y ahora van en pos de lo que se les encomendó buscar. 15 Su objetivo es servir el propósito para el que se hizo el mundo, de modo que diese testimonio de ese propósito y lo hiciese real. 16 Esos mecanismos ven en las ilusiones del mundo todo menos una sólida base donde exista la Verdad y donde Ésta se mantenga separada de las mentiras. 17 No obstante, todo lo que reportan no son sino ilusiones, las cuales se mantienen separadas de la Verdad. 
12 … "hecho" por tu yo soñador, el Hijo de Dios que sueña que ha logrado separarse de Su Padre… 
 
13 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
 14 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195 
 
15 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento: 1es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía; 2) es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25] 
 
16 Ilusión o fantasía —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
P A R T E 2  
¿Qué es EL MUNDO?  
pár 4-5
LTe.3 (-L241).4 18 Así como la vista17 fue hecha para alejar de la Verdad, igualmente puede ser reorientada18. 19 Entonces, los sonidos se convertirán en llamamientos de Dios19. 20 Y a toda percepción le puede ser dado un nuevo propósito20 por Aquel a Quien Dios designó Salvador del mundo21. 21 Sigue Su luz22 y verás el mundo tal como Él lo ve. 22 Oye sólo Su Voz en todo lo que te habla 23 y permítele que te dé paz y certeza, las cuales tú habías desechado pero que el Cielo conservó para ti en Él.

LTe.3 (-L241).5 24 No descansemos ni nos consideremos satisfechos hasta que23 el mundo se haya unido a nuestra cambiada percepción. 25 No nos demos por satisfechos hasta que el perdón sea total. 26 Y no tratemos de cambiar nuestra función. 27 Tenemos que salvar al mundo. 28 Pues nosotros, que fuimos sus hacedores, tenemos que verlo a través de los ojos de Cristo, de modo que aquello que se hizo mortal pueda ser restituido a la Vida eterna.
17 … del cuerpo 
 
18 … en el fuero interno de tu mente acertada o espíritu, al tú querer ver con la visión de Cristo en vez de con la visión habitual de tu cuerpo que, de paso, forma parte de ese ataque contra Dios que inició tu yo soñador… 
 
19 El Llamamiento de Dios, es la voz del Espíritu Santo que se manifiesta por medio de los impulsos milagrosos que envía a tu pensar o mente acertada, para avivar tu voluntad a que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos, y entre todos ustedes y Dios. Para ello, previamente, tienes que aceptar el Redimir para ti mismo, ponerte a perdonar y a extender los milagros que te sugiera el propio Espíritu Santo. Ver T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18] 
 
20 El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro; 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas —que realmente somos— están fusionadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T5, T11.8, T17.7, T17.9, T25.2 [9] 
 
21 … el Espíritu Santo 
 
22 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93 
 
23 … en nuestra mente, en su parte que el Curso llama mente acertada o espíritu     


Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 241
En este instante santo1
ha llegado la salvación2.
L241.1 1 ¡Qué alegría tan grande la de hoy! 2 Es un día de celebración especial. 3 Pues hoy acontecerá el instante señalado para liberarse3 del mundo de tinieblas. 4 Ha llegado el día en que los pesares4 se dejarán atrás y el dolordesaparecerá. 5 La gloria de la salvación amanece hoy6 sobre un mundo queha sido liberado. 6 Éstos son momentos de esperanza para incontables millones de seres8. 7 Ahora se unirán9, a medida que los perdones a todos10. 8 Pues hoy seré perdonado por ti11.

L241.2 9 Ahora nos hemos perdonado unos a otros, y así podemos finalmente regresar a Ti. 10 Padre, Tu Hijo, que en realidad nunca se fue, regresa al Cielo y a su casa. 11 ¡Qué contentos estamos de que se nos haya restituido la cordura y de poder recordar que todos somos realmente Uno!
1 Al entrar en un instante santo, ante todo, quieres reflejar en tu fuero interno, el eterno Presente de nuestra verdadera Realidad, en la que no hay pasado ni futuro. Para ello, silencias el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo", e invitas al Espíritu Santo a comunicarse contigo, no como individuo —ya que este instante no es para ti solo— sino para Cristo, en Quien todas nuestras Almas están fusionadas en Una sola. Durante ese lapso de silencio, podrías abrirte a: 1) ver ciertas relaciones especiales de otra manera; 2) revisar tu proceso de Redimir; 3) perdonar en vez de juzgar; 4) terminar de extender los milagros que te hubiese sugerido el Espíritu Santo. Todo eso alentará a tu consciente a mejor reconocer los impulsos milagrosos que constantemente emergen de tu subconsciente, donde los envía el Mismo Espíritu Santo. Ver T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189 
 
2 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231) 
 
3 … en la mente… 
 
4 … de no saber quién eres realmente, del por qué has nacido en un cuerpo que vive en un mundo básicamente cruel para el cual no tienes una respuesta satisfactoria, una orientación que dé significado a tu vida, del por qué Dios no contesta tus plegarias, un silencio que hasta el propio Jesús sufrió que le hizo clamar justo antes de que su cuerpo falleciera: Padre, Padre, ¿por qué me has abandonado…? 
 
5 … en tu mente, por no saber, por no encontrar un significado valedero a tu vida… 
 
6 … en tu ánimo… 
 
7 … en tu fuero interno, pensando con el Espíritu Santo, 
 
8 … porque realmente hay una sola mente del único Hijo de Dios, aunque esos millones de seres no lo conciencien o no lo crean, porque siguen pensando con su ego… 
 
9 … en tu mente, en tu espíritu que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo… 
 
10 … a medida de que creas que realmente no son cuerpos sino Almas que realmente son Una sola en Cristo: Alma (o Espíritu) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Cuando las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas —que realmente somos todosse fusionan en Una sola en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Nada puede llegar al Alma desde el ego, ni nada del Alma puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97 
 
11 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien su Alma. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221) 


Un Curso Sobre Milagros
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Capítulo 21
LA IMAGEN INTERIOR

T21.6 RAZONAR Y
PERCIBIR pár 49-58
T21.6 [49] 1 La percepción1 selecciona y hace el mundo que ves2. 2 Literalmente va escogiendo en él lo que la mente le instruye. 3 Las leyes del tamaño, forma y luminosidad tendrían validez, tal vez, si otras cosas fuesen iguales. 4 Pero no lo son. 5 Pues es mucho más probable que halles lo que buscas —sin importar su color, forma o tamaño— que lo que prefieres pasar por alto. 6 La pequeña y aquietada voz que habla por Dios3 no es ahogada por todos los gritos estridentes y arranques insensatos de furia con los que el ego acosa a los que la quieren escuchar4. 7 Percibir es una decisión, no un hecho. 8 Pero de esta decisión depende mucho más de lo que hasta ahora te has dado cuenta. 9 Pues de la voz que decidas escuchar y de lo que decidas ver, dependen enteramente todas tus creencias en lo que ere5s. 10 La percepción da testimonio únicamente de esto y nunca de la Realidad6. 11 No obstante, puede mostrarte las condiciones en las cuales es posible concienciar7 la Realidad, o aquellas en las que eso nunca sería posible.
1 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5 
 
2 … sea que lo veas con el ego —que es lo que generalmente haces— o con el Espíritu Santo, cuando decides ponerle cuidado a tus impulsos naturales: 
 
3 … durante los instantes santos de tu fuero interno… 
 
4 … ponerle cuidado a los impulsos naturales es, en la opinión del ego, "mal negocio", ya que lo que das —sin interés personal— lo pierdes…
 
5 … o un cuerpo o un Espíritu o Alma: Cuando pensamos con el ego, el cuerpo es su encarnación, regido por las leyes de este mundo, y constituye la prueba viviente de que este mundo es real, y que evidentemente estamos separados de Dios y unos de otros. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno y, como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y caminamos el sendero con él. Ahora, nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes acertadas sirven para curar a las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261); El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Cuando los Espíritus (o Almas) perfectos y eternos —que realmente somos todosse fusionan como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el yo soñador, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al yo soñador a aminorar su conflicto interno, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el yo soñador es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97 
 
6 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hizo nuestro yo soñador, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9 
 
7 … aquí, el reflejo de
T21.6 RAZONAR Y PERCIBIR
pár 50-51
T21.6 [50] 12 La Realidad no necesita tu cooperación para ser Ella Misma. 13 Pero para concienciar Su reflejo aquí, se necesita tu ayuda, porque concienciarla no es algo que tú decides. 14 Si prestas oídos a los dictados del ego y ves lo que él te indique que mires, es seguro que te verás a ti mismo insignificante, vulnerable y temeroso. 15 Experimentarás depresión, la sensación de no valer nada, y sentimientos de inestabilidad e irrealidad. 16 Creerás que eres una víctima desvalida a merced de fuerzas que están más allá de tu control y que son mucho más poderosas que tú8. 17 Y pensarás que el mundo que hiciste rige tu destino. 18 Pues esa será tu fe9. 19 Pero nunca vayas a creer que, porque es tu fe, lo que ella haga sea Realidad.

T21.6 [51] 20 Hay otra visión10 y otra Voz11 en las que reside tu libertad12, que tan sólo están aguardando tu decisión. 21 Y si depositas tu fe en ellas, percibirás otro Yo13 en ti. 22 Este otro Yo considera que los milagros14 son algo natural. 23 Pues para Él son tan sencillos y naturales como respirar lo es para el cuerpo. 24 Constituyen la respuesta obvia a las peticiones de ayuda, que es la única respuesta que Él da. 25 Los milagros parecen antinaturales al ego porque no entiende cómo es posible que mentes separadas puedan influir unas en otras. 26 Claro que, si estuviesen separadas, no lo podrían hacer. 27 Pero las mentes no pueden estar realmente separadas. 28 Este otro Yo es perfectamente consciente de esto. 29 Y así, reconoce que los milagros no afectan a la mente de otro, sino a la Suya propia. 30 Los milagros siempre cambian tu mente, 31 pues realmente no hay ninguna otra15.
8 … las leyes de la evolución (todo se come a todo) y escasez (las cosas buenas ni abundan ni duran) que tu ego soñador hizo, cuando se separó… 
 
9 Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327 
 
10 … La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna fusionada con La mía como Una, fusión unitaria que incluye a todas las Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42] 
 
11 … El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es Su Pensamiento de Amor que nos creó Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) En el mismo instante de la separación, el Espíritu Santo fue la Respuesta de Dios a la misma, cuyos impulsos milagrosos —cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta— nos invitan a: 2.1) aceptar el Redimir para nosotros mismos; 2.2) perdonar; 2.3) extender milagros al otro(s); 2.4) y, a aceptarlo como nuestro Guía para tomar decisiones, pensando con Él en nuestra mente acertada o espíritu; Ver: Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281), M2.4 
 
12 Libertad con mayúscula, es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206) 
 
13 Mi Yo (con mayúscula), o mi Alma, conjuntamente con todas las demás Almas fusionadas en Una sola en Cristo, es el Hijo único creado por Dios en un Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Uno con Él en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que se profesan ese Amor Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En el Curso, la palabra Yo también es usada pocas veces como el Yo de Dios. Ver T8.4 [20], T23, Lte.14 (-351) 
 
14 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y fusionas tu Alma con La de él en una unión de Amor, en la que dar es recibir, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver: T1, Te.13 (-L341) 
 
15 En el eterno Presente de la Unicidad —Donde Todo es Uno en Dios— en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, la Mente (con mayúscula) o Pensar de Dios crea a Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas están fusionadas en Una sola, ya que, realmente, somos Su único Hijo. Aquí, nuestra mente (en minúscula) o pensar —que no hay que confundir con el cerebro— parece tener dos partes: 1) Nuestra mente acertada espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta mayormente por medio de impulsos milagrosos y; 2) nuestro pensar o mente equivocada, que recibe del yo soñador, los impulsos egóicos de vida y de sobrevivencia que —al ser procesados consciente o subconscientemente por nuestro cerebro— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón de lo necesario para defenderlo y que logre sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
T21.6 RAZONAR Y PERCIBIR
pár 52-53
T21.6 [52] 32 No te das cuenta de hasta qué punto la idea de la separación ha interferido en el ejercicio de la Razón16. 33 La Razón mora en el otro Yo17que excluiste de tu concienciación. 34 Y nada de lo que has permitido que permanezca en ella es capaz de Razonar. 35 ¿Cómo va a ser posible que aquel segmento de la mente que está desprovisto de Razón18 pueda comprender lo que ésta realmente es, o captar la información que ella le podría suministrar? 36 Todo tipo de preguntas pueden surgir de ese segmento pero, dado que la pregunta básica19 sólo puede provenir de la Razón, él no la va a plantear. 37 Al igual que todo lo que proviene de la Razón, la pregunta básica es obvia y sencilla, y sigue sin plantearse. 38 Pero no creas que la Razón no podría contestarla.

T21.6 [53] 39 El plan de Dios para tu salvación no se habría podido establecer sin tu voluntad y consentimiento20. 40 Tuvo que haber sido aceptado por el Hijo de Dios, pues Lo que Dios dispone para Su Hijo, él tiene necesariamente que aceptarlo. 41 Pues Dios realmente no dispone nada sin él, ni Su Voluntad depende del tiempo para realizarse. 42 Por consiguiente, Lo que se unió a la Voluntad de Dios21 tiene que estar realmente en ti ahora, puesto que es eterno. 43 Tienes que haber establecido un lugar en el que el Espíritu Santo puede morar y, donde Él ya está. 44 Tiene necesariamente que haber estado ahí desde que surgió la necesidad de Su presencia, necesidad que quedó satisfecha en ese mismo instante. 45 Eso es lo que tu Razón te diría, si escuchases. 46 Pero está claro que ése no es el "razonamiento" del ego. 47 El hecho de que la naturaleza de tu Razón sea ajena al ego, es prueba de que no hallarás la respuesta en él. 48 No obstante, si eso tiene que ser así, ese plan tiene que existir. 49 Y si existe para ti, y tu libertad es el propósito que le fue dado22, tienes que estar libre para encontrarlo.
16 Razón, con mayúscula, 1) en la eterna Unicidad, es: el Pensar de Amor de Dios Espíritu Santo, que Dios comparte con nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es el reflejo del eterno Pensar de Amor que manifestamos por medio del perdonar y de la extensión de milagros; 3) y, cuando pensamos con el ego, se refiere a la racionalidad, lógica y sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos, según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4 
 
17 … el reflejo en mí del Yo de Cristo, en Quien todos nosotros —como Almas— somos realmente Uno, 
 
18 … el ego 
 
19 … ¿quién soy, realmente…? 
 
20 El Plan de Dios para nuestra salvación: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios de amar en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es aprender lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T11, L71, L72, LTe.2 (-L231) 
 
21 Voluntad de Dios en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas están fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único, Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada y perpetua en la Alegría de la Creación plena, eternamente receptiva y totalmente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es, por medio del perdón y de la extensión de milagros, que nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193 
 
22 … y no para ayudarte a resolver problemas en la realidad del ego…
T21.6 RAZONAR Y PERCIBIR
pár 54-58
T21.6 [54] 50 El plan de Dios es sencillo: nunca es un círculo vicioso y nunca autoderrotista. 51 Dios no tiene otros Pensamientos excepto los que se extienden por sí mismos y, en estos, tu voluntad tiene necesariamente que estar incluida. 52 Por consiguiente, tiene que haber una parte de ti que conoce Su Voluntad y La comparte. 53 No tiene sentido preguntar si lo que tiene necesariamente que ser así, lo es. 54 Pero sí tiene sentido preguntar por qué no conciencias lo que es así, pues para esto debe haber una respuesta, si es que el plan de Dios para tu salvación está completo. 55 Y tiene que estar completo, porque su Fuente no sabe de incompletitud. 56 ¿Dónde podría encontrarse la respuesta sino en la Fuente? 57 ¿Y dónde estás tú realmente sino Ahí, Donde se encuentra esa misma Respuesta? 58 Tu verdadera Identidad —Que es un efecto tan verdadero de esa Fuente como lo es la Respuesta— tiene, por consiguiente, que estar unida a la Respuesta y ser lo mismo que Ella.

T21.6 [55] 59 Por supuesto que sabes esto, y mucho más. 60 Pero cualquier parte del conocimiento amenaza la disociación tan seriamente como todo él. 61 Y todo él vendrá con cualquiera de sus partes. 62 Ésta es la parte que puedes aceptar. 63 Puedes ver lo que la Razón23 te señala porque los testigos a su favor son inequívocos. 64 Sólo los que son totalmente dementes pueden hacer caso omiso de ellos, y tú ya has dejado atrás esa etapa. 65 La Razón24 es un medio que —por derecho propio— sirve al propósito del Espíritu Santo. 66 No se la re-interpreta ni re-canaliza a partir de la meta del pecado, como se hace con los demás medios. 67 Pues la Razón está más allá del alcance de los medios del ego.

T21.6 [56] 68 Fe, percepción y creencias pueden estar mal ubicadas y servir de apoyo, tanto para las necesidades del gran embaucador como para las de la Verdad. 69 Pero la Razón no tiene ninguna cabida en la locura, ni puede adaptarse a los fines de ésta. 70 La fe y la creencia son fuertes en momentos de locura, porque guían la percepción hacia lo que la mente ha considerado valioso. 71 Pero la Razón no participa de esto en absoluto. 72 Pues la percepción desaparecería inmediatamente si se aplicase la Razón. 73 No hay razón en la demencia, pues ésta depende enteramente de la ausencia de Razón. 74 El ego nunca utiliza la Razón porque no se da cuenta de que existe75 Los que son parcialmente locos tienen acceso a ella, y sólo ellos la necesitan. 76 El conocimiento no depende de ella y la locura la mantiene alejada.

T21.6 [57] 77 La parte de la mente donde se encuentra la Razón25 —de acuerdo con lo que Tú y tu Padre decidieron conjuntamente— se dedicó a deshacer la demencia. 78 En esto, el propósito del Espíritu Santo se aceptó y se realizó simultáneamente. 79 La Razón es ajena a la demencia y, los que La utilizan han adquirido un medio que no puede aplicarse al pecado. 80 El conocimiento está mucho más allá de cualquier logro. 81 Pero la Razón puede servir para abrir las puertas que tú le cerraste.

T21.6 [58] 82 Ya estás muy cerca de esto. 83 Tu fe y tus creencias han cambiado, y has hecho la pregunta que el ego nunca haría. 84 ¿No te dice tu Razón ahora que la pregunta debe de haber emanado de algo que tú no conoces, pero que, aun así, tiene que ser parte de ti? 85 La fe y la creencia, apoyadas por la Razón, no pueden fallar en conducir a un cambio en tu percepción. 86 Y con este cambio se le hace sitio a la visión. 87 La visión se extiende más allá de sí misma, como lo hace el propósito al que sirve y todos los medios para lograrlo.
23 … según el Espíritu Santo, 
 
24 … según el sistema de pensamiento del Espíritu Santo, 
 
25 … nuestro espíritu,   
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