PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
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T28.8 [66] 49 Tu verdadera casa23 está construida sobre la salud de tu hermano, sobre su felicidad e impecabilidad24, y sobre todo lo que su Padre le prometió.

50 Ninguna promesa secreta que hayas hecho en su lugar ha estremecido en lo más mínimo la Fundación de su casa.

51 El viento podrá soplar sobre ella, y la lluvia azotarla, pero sin traer ninguna consecuencia25. 52 El mundo podrá ser arrastrado por las aguas, pero esta casa permanecerá en pie eternamente, pues su fuerza no reside sólo en ella.

53 Es un arca segura, que descansa sobre la promesa que hizo Dios de que Su Hijo está eternamente a salvo en Él. 54 ¿Qué brecha puede interponerse entre la seguridad de este refugio y su Fuente?

55 Desde aquí se puede ver al cuerpo como lo que es, sin atribuirle mayor o menor valor del que pueda tener el uso que de él se haga para liberar al Hijo de Dios para que pueda regresar a su casa.

56 Y con este santo propósito, se convierte por un tiempo en casa de santidad26, ya que comparte Contigo la Voluntad de tu Padre.

  UCSM TEXTO
CH 28 DESHACER EL MIEDO
T28.8 LA HERMOSA RELACIÓN
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? pár 1-5
LTe.9 (-L301).1 1 La Segunda Venida de Cristo —Que es tan segura como que Dios existe— es sencillamente1 la corrección de todos los errores y el restablecimiento de la cordura2. 2 Es parte de la condición que reinstaura Lo que nunca se perdió y restablece Lo que es eternamente verdad de toda Eternidad y por toda Eternidad3. 3 Es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios4 para que5 ocupe el lugar de las ilusiones6, la señal de que estás dispuesto a dejar que tu perdonar7 descanse sobre todas las cosas8 sin hacer excepciones y sin reservas.
1 … en tu mente acertada o espíritu,
 
2 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestra mente acertada o espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
 
3 Unicidad, con mayúscula, es, la idea que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de fusionar todas nuestras Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos el Hijo único de Dios. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
 
4 … al Espíritu Santo
 
5 … en nuestra mente acertada
 
6 … de la realidad del ego en nuestra mente equivocada
 
7 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien el Alma de ese otro. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
8 En minúscula, las cosas, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
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¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? 
pár 2
LTe.9 (-L301).2 4 Es la naturaleza totalmente inclusiva de la Segunda Venida de Cristo lo que Le permite abrazar al mundo y mantenerte a salvo dentro de Su tranquilo advenir, el cual abarca a todas las cosas vivientes conjuntamente contigo. 5 No hay fin para la liberación9 que trae la Segunda Venida, pues la Creación de Dios10 tiene que ser necesariamente ilimitada. 6 El perdonar ilumina el camino de la Segunda Venida, porque brilla sobre todos al unísono.
9 Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad;
 
10 En el Cielo, la Creación, con mayúscula, es todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, las Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos al perdonar a otro(s) y extenderle(s) los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego, no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? 
pár 3
LTe.9 (-L301).3 7 La Segunda Venida11 marca el fin de las enseñanzas del Espíritu Santo, allanando así el camino para el Juicio Final12, en el que el aprendizaje termina con un último resumen, el cual se extenderá más allá de sí mismo hasta llegar a Dios. 8 La Segunda Venida es el tiempo en el que todas las mentes se ponen en manos de Cristo13 para que14 sean regresadas al Espíritu15 en el nombre de la verdadera Creación y de la Voluntad de Dios16.
11 … en tu mente acertada o espíritu…
 
12 El Juicio Final en mi fuero interno de mi espíritu o mente acertada —después de haber experimentado a Cristo en el o los que he perdonado completamente— 1) Es el proceso de evaluar acertadamente lo que tiene valor y lo que no lo tiene. 2) Es comprender a la Voz que habla por Dios proclamar que lo falso es falso, y que lo que es Verdad nunca ha cambiado. 3) Es el don de la corrección que Dios depositó sobre todos mis errores; corrección que me libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. 4) Es saber que Nuestro Padre — Quien yo, al igual que Jesús antes de morir, creíamos que nos había abandonado a la injusticia de este mundo— por el contrario, nos dice a todos y a cada uno: "Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, despierta, y regresa a Mí. Soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo." Ver T2.6, T3.8, T26.4 [21], LTe.10 (-L311)
 
13 Cristo: 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la fusión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor general que se extiende a todas las demás Almas como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
 
14 … en tu mente acertada o espíritu…
 
15 Alma (o Espíritu) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Cuando las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas —que realmente somos todosse fusionan en Una sola en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Nada puede llegar al Alma desde el ego, ni nada del Alma puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
 
16 Voluntad de Dios en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas están fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único, Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada y perpetua en la Alegría de la Creación plena, eternamente receptiva y totalmente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es, por medio del perdón y de la extensión de milagros, que nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? 
pár 4
LTe.9 (-L301).4 9 La Segunda Venida es el único acontecimiento en el tiempo al que el mismo tiempo no puede afectar. 10 Pues a cada uno que alguna vez vino a morir, o que aún ha de venir, o que se encuentra ahora aquí, es igualmente liberado de lo que17 fue hacedor18. 11 En esta igualdad, Cristo es reinstaurado como una única Identidad19, en la Cual todos los Hijos de Dios se dan cuenta de que todos son realmente Uno20. 12 Y Dios el Padre sonríe a Su Hijo, Su única Creación y Su única Alegría.
17 … su yo soñador: Mi yo soñador, es el Hijo de Dios soñando que —hace aproximadamente unos 14 mil millones de años— logró separarse de Dios y, siendo él "la idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales" (ver “Separación”), se puso a hacer: 1) el tiempo, el espacio y el universo; 2) el sistema de pensamiento del ego, con cuyos impulsos existenciales ha estado manejando la evolución de esos efectos reales; 3) con el aparente propósito de retar al Espíritu Santo, hace unos 4.500 millones de años, empezó a hacer la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo" y, en él, hace unos 200 mil años, otorgó al “homo sapiens” —que el Curso llama “hombre”— la facultad de manipular su instinto natural, obligándolo —para orientar su vida—, a decidir todo el tiempo con cuál de los dos sistemas de pensamiento quiere pensar: ¿con el del ego o, con el del Espíritu Santo? Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38]
 
18 … la separación y todas sus secuelas…
 
19 Identidad, con mayúscula, es el Yo del único Hijo de Dios, Que somos realmente, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu), y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
 
20 … en la experiencia de Cristo, en mi fuero interno, es la divina experiencia de la fusión de mi Alma con el Alma del otro(a) en Una sola, al haberlo(a) perdonado totalmente; experiencia de Amor que iré extendiendo a todo y a todos en un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9], Lte.6 (-L271)
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? 
pár 5
LTe.9 (-L301).5 13 Ora21 para que esta Segunda Venida llegue pronto, pero no te limites a eso, 14 pues Ella necesita tus ojos, tus oídos, tus manos y tus pies. 15 También necesita tu voz. 16 Pero, sobre todo, necesita tu disposición. 17 Alegrémonos de poder hacer la Voluntad de Dios y unirnos conjuntamente en Su santa luz22. 18 ¡Presten atención!, el Hijo de Dios es realmente Uno con Nosotros, y por eso podemos alcanzar el Amor de Nuestro Padre por medio de él.
21 La oración es, en el eterno Presente de la Unicidad, el mayor Don con el Cual Dios bendijo a Su Hijo al crearlo. la única Voz que eternamente nos profesamos Dios y todos nosotros como las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su único Hijo, en medio de la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo. Y en Ello, la Creación se extiende: Dios dando gracias a Su Extensión, Que es Su Hijo; y Éste, en el cantar de Su Crear en Nombre de Su Padre, dándole gracias a Él, por haberlo creado. Cuando termine el tiempo, el Amor Que Ellos comparten es Lo que toda oración será por toda la Eternidad, porque así era antes de que el tiempo pareciera existir. La oración que pide cosas de este mundo dará lugar a experiencias de este mundo. Si eso es lo que la oración del corazón pide, es lo que se le dará, porque es lo que recibirá. Al Hijo dormido de Dios sólo le queda este poder. Pero es suficiente. Sus palabras no tienen importancia. Sólo la Palabra de Dios tiene algún significado que sólo el Espíritu Santo comprende. Y eso, también, es suficiente. Ver T3.7 [56] y [60], T6.3 [32], L183.11, L254, M21.3, C1.in.
 
22 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 304
No dejaré que mi mundo
nuble la visión de Cristo1.
L304.1 1 Puedo nublar mi santa visión si antepongo mi mundo a ella. 2 Y no puedo ver las santas escenas que Cristo mira a menos que utilice Su visión. 3 La percepción2 es un espejo, no un hecho. 4 Y lo que miro es mi propio estado de ánimo reflejado hacia afuera. 5 Quiero bendecir el mundo mirándolo a través de los ojos de Cristo. 6 Y veré las señales inequívocas de que todos mis pecados3 me han sido perdonados.

L304.2 7 Padre, Tú me llevas de las tinieblas a la luz; del pecado a la santidad4. 8 Permíteme perdonar para así recibir la salvación5 a favor del mundo. 9 Padre, éste es Tu don que me es dado para ofrecérselo a Tu santo Hijo, de manera que él pueda volver a encontrar el recuerdo de Ti y el de Tu Hijo, tal como Tú Lo creaste.
1 La visión de Cristo, que es, en un instante santo en tu fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quieres perdonar y, cuando logras acceder al mundo real, ves su Alma perfecta y eterna fusionada con La tuya como Una sola, fusión unitaria que incluye a todas las Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decidas pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con tu mente acertada, vas a percibir el mundo de otra manera, en la que, en tu fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirte a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
 
2 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el especialismo del ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
3 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en: 1) Una idea seria el “yo soñador” (o el Hijo de Dios soñando que logró separarse)capaz de lograr algo y de tener efectos reales, tales como las siguientes hechuras: 1.1) el tiempo, el espacio, el inicio del universo (o Cosmos), y el sistema de pensamiento del ego, con el que el yo soñador manejará la evolución de esos efectos reales; 1.2) la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo"; 1.3) hace unos 200 a 300 mil años, otorgó al homo sapiens, la facultad de manipular su instinto natural o libre albedrío. . 2) En el mismo instante de la separación, Dios dio su Respuesta a la misma: el Espíritu Santo, cuyos impulsos milagrosos, cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta, nos invita a aceptar el Redimir para nosotros mismos, a perdonar y a extender milagros al otro(s). Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38], T5.4 [21], M2.4
 
4 Santidad, con mayúscula, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, es el Estado de perfecto Amor que vivimos con Él en Paz y Alegría, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, santidad, es la experiencia en mi fuero interno del reflejo de ese Estado. Ver T1.1.31 [42-44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
 
5 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)


Un Curso Sobre Milagros
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TEXTO
Capítulo 28
DESHACER EL MIEDO

T28.8 LA HERMOSA
RELACIÓN pár 60-66
T28.8 [60] 1 Dios no pide nada y Su Hijo, al igual que Él, no necesita pedir nada. 2 Pues a él1, realmente, no le falta nada2. 3 Si hubiese un espacio vacío o una pequeña brecha, eso sería realmente una carencia. 4 Y sólo ahí podría querer tener algo que no tiene. 5 Pero un espacio donde Dios no está, una brecha entre Padre e Hijo no es realmente la Voluntad de ninguno de los Dos3, Que han prometido ser Uno. 6 La promesa de Dios es una promesa que Él se ha hecho a Sí Mismo4, y no hay nadie que formando parte de Lo que Él es, pueda desvirtuar lo que Él quiere. 7 La promesa de que realmente no existe brecha alguna entre Él y Lo que Él es no puede ser falsa. 8 ¿Qué otra voluntad5 podría interponerse entre Lo que tiene necesariamente que ser Uno, y en Cuya Completitud6 no puede haber ninguna brecha?
1 … aunque crea que está separado y que vive en la realidad del ego del tiempo y del espacio,
 
2 … porque realmente no es un cuerpo sino un Alma perfecta y eterna, fusionada con todas las demás Almas y, por eso, realmente hay Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, en Su Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
 
3 … ni en el Cielo ni aquí,
 
4 … puesto que Su Hijo es Uno con Él,
 
5 Voluntad de Dios en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas están fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único, Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada y perpetua en la Alegría de la Creación plena, eternamente receptiva y totalmente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es, por medio del perdón y de la extensión de milagros, que nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
 
6 La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de cada uno de nosotros, como las Almas perfectas que realmente somos, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, en minúscula, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, la completitud es el reflejo de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestro fuero interno en un instante santo del mundo real, en la experiencia de Cristo. Y cuando pensamos con el especialismo del ego, significa las definiciones que se pueden encontrar en el diccionario. Ver T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
T28.8 LA HERMOSA
RELACIÓN
pár 61
T28.8 [61] 9 La hermosa relación que realmente tienes con todos tus hermanos7 forma parte de ti porque forma parte de Dios Mismo. 10 ¿Cómo no vas a enfermar si te estás negando a ti mismo tu completitud y tu salud, la Fuente de toda ayuda, el llamamiento8 a curar y el Llamamiento9 a curarte? 11 Tu salvador10 está en espera de la curación y todo el mundo la espera con él. 12 Y no vives realmente apartado del mundo, 13 pues la curación11, o será una sola o no tendrá lugar en absoluto, ya que es en su unicidad12 donde radica la curación. 14 ¿Qué podría corregir la separación sino su opuesto? 15 No hay términos medios en ningún aspecto de la salvación. 16 O la aceptas completamente, o no la aceptas en absoluto. 17 Lo que realmente no está separado, tiene que estar unido. 18 Y lo que está realmente unido, no puede estar separado.
7 … cuando piensas y percibes con el Espíritu Santo y los perdonas y extiendes milagros, 
 
8 … de todos tus hermanos
 
9 El Llamamiento de Dios, es la voz del Espíritu Santo que se manifiesta por medio de los impulsos milagrosos que envía a tu pensar o mente acertada, para avivar tu voluntad a que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos, y entre todos ustedes y Dios. Para ello, previamente, tienes que aceptar el Redimir para ti mismo, ponerte a perdonar y a extender los milagros que te sugiera el propio Espíritu Santo. Ver T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18]
 
10 … tu Salvador, con mayúscula, significa algunas veces en el Curso: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula, salvador, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el especialismo del ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa. Ver T22.3 [22], T24.3, T29.4, T29.6 [36], L78.9
 
11 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
 
12 … el reflejo aquí de la Unicidad de Dios
T28.8 LA HERMOSA
RELACIÓN
pár 62
T28.8 [62] 19 O hay una brecha entre tu hermano y tú13, o ustedes son realmente Uno14. 20 No hay nada intermedio, ninguna otra opción, ni ninguna lealtad que se pueda dividir realmente entre los dos. 21 Una lealtad escindida no es sino ser desleal con ambos, lo que sencillamente te pone a girar en círculos, sin que te quede otro remedio que agarrarte a cualquier brizna de paja que parezca ofrecerte alguna promesa de ayuda. 22 Pero ¿quién puede construir su casa sobre una brizna de paja y esperar que le proteja del viento? 23 Es posible convertir al cuerpo en una casa como ésa, justamente porque no está cimentado en la Verdad. 24 Y, sin embargo, debido a eso, puede verse que no es tu verdadero hogar, sino simplemente un medio para ayudarte a llegar al hogar Donde Dios mora15.
13 … porque la realidad del ego del tiempo y del espacio regido por las leyes de la evolución y escasez es verdad,
 
14 … porque no somos cuerpos sino Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en medio del Amor del Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios.
 
15 En minúscula, espíritu o mente acertada, es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; por tanto, es el hogar del Espíritu Santo, del pensar acertado, del perdón y de los milagros. Cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo hacemos pensando o procesando con nuestra mente acertada o espíritu. Ver T2.2 [26], T5.4, T7.6, T19.2
T28.8 LA HERMOSA
RELACIÓN
pár 63
T28.8 [63] 25 Con esto como propósito, el cuerpo16 ciertamente se va a curar, 26 pues no se le utiliza para dar testimonio del sueño de separación y enfermedad17. 27 Tampoco se le culpabiliza inútilmente por lo que no hizo. 28 El cuerpo sirve para coadyuvar a la curación del Hijo de Dios y, debido a este propósito, no puede enfermar. 29 No se unirá a ningún propósito que no sea el tuyo, y tú has decidido que no se enferme. 30 Todos los milagros se basan en esta decisión, y te son dados en el mismo instante en que la tomas. 31 Ninguna forma de enfermedad18 es inmune a esta decisión, porque ésta no puede tomarse en términos de forma. 32 La decisión de estar enfermo19 parece ser una decisión entre diferentes formas de enfermedad, no obstante todas sus formas son una, al igual que todas las formas aparentes de la curación, su opuesto. 33 Y tú, o estás enfermo o estás sano20, según decidas.
16 Cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego, el cuerpo es un fragmento encarnado del yo soñador, regido por las leyes de este mundo, y constituye la prueba viviente de que este mundo es real, y que evidentemente estamos separados de Dios y unos de otros. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno y, como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y caminamos el sendero con él. Ahora, nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes acertadas sirven para curar a las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
 
17 … de la mente que la separación trae consigo.
 
18 … de la mente del ego: La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el especialismo del ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
 
19 … es decir, de estar separado de Dios,
 
20 … estás separado de Dios según el ego o estás unido a Él y a todos tus hermanos según el Espíritu Santo,
T28.8 LA HERMOSA
RELACIÓN
pár 64-65
T28.8 [64] 34 Pero nunca estás realmente solo. 35 Este mundo no es más que el sueño de que puedes estar solo y de que puedes pensar sin que ello afecte a los que viven separados de ti. 36 Estar solo necesariamente quiere decir que vives separado y, si lo estás, no puedes sino estar enfermo21. 37 Esto parece probar que tienes necesariamente que estar separado. 38 Pero, lo único que quiere decir es que has tratado de mantener la promesa de ser leal a la falta de fe22. 39 Pero la falta de fe es enfermedad. 40 Es como la casa edificada sobre paja. 41 Parece ser muy sólida y substancial en sí misma. 42 No obstante, no se puede juzgar su estabilidad sin tomar en cuenta sus cimientos. 43 Si está fundada sobre paja, no hay necesidad de cerrar la puerta con llave, asegurar el cierre de las ventanas, y correr los cerrojos. 44 El viento la derrumbará, las lluvias la azotarán y la arrastrarán al olvido.

T28.8 [65] 45 ¿Qué sentido tiene buscar refugio en lo que se hizo para fomentar el peligro y el miedo? 46 ¿Por qué recargarlo con más cerraduras, cadenas o pesadas anclas, cuando su debilidad reside, no en la construcción en sí, sino en la fragilidad de la pequeña brecha de la nada sobre la que se erige? 47 ¿Qué puede ser seguro si descansa sobre una sombra? 48 ¿Construirías tu casa sobre algo que se derrumbará al apoyarse sobre ella el peso de una pluma?
21 … de separación.
 
22 Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327
T28.8 LA HERMOSA
RELACIÓN
pár 66
T28.8 [66] 49 Tu verdadera casa23 está construida sobre la salud de tu hermano, sobre su felicidad e impecabilidad24, y sobre todo lo que su Padre le prometió. 50 Ninguna promesa secreta que hayas hecho en su lugar ha estremecido en lo más mínimo la Fundación de su casa. 51 El viento podrá soplar sobre ella, y la lluvia azotarla, pero sin traer ninguna consecuencia25. 52 El mundo podrá ser arrastrado por las aguas, pero esta casa permanecerá en pie eternamente, pues su fuerza no reside sólo en ella. 53 Es un arca segura, que descansa sobre la promesa que hizo Dios de que Su Hijo está eternamente a salvo en Él. 54 ¿Qué brecha puede interponerse entre la seguridad de este refugio y su Fuente? 55 Desde aquí se puede ver al cuerpo como lo que es, sin atribuirle mayor o menor valor del que pueda tener el uso que de él se haga para liberar al Hijo de Dios para que pueda regresar a su casa. 56 Y con este santo propósito, se convierte por un tiempo en casa de santidad26, ya que comparte Contigo la Voluntad de tu Padre.
23 Casa, con mayúscula, es sinónimo del Cielo, Realidad, Unicidad, etc. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, casa es el espíritu o mente acertada, la parte de nuestra mente separada que aún se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo; y cuando pensamos con el especialismo del ego, es la morada que alberga nuestro cuerpo. Ver T5.5 [42]-[43], T9.8 [65], T10.4 [24], T11 [103]
 
24 La Impecabilidad, con mayúscula, es, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, la condición de nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa condición eterna, en la que todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T20.5 [32], T25.6 [37] 
 
25 … en cuanto al Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Aquí, simplemente, es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
 
26 Santidad, con mayúscula, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, es el Estado de perfecto Amor que vivimos con Él en Paz y Alegría, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, santidad, es la experiencia en mi fuero interno del reflejo de ese Estado. Ver T1.1.31 [42-44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39   
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