PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
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T30.5 [49] 1 Atacarás lo que no te satisfaga, y así no te darás cuenta de que fuiste tú el que lo inventó1. 2 Siempre que peleas lo haces contra ilusiones2.

3 Pues la Verdad3 que yace tras ellas es tan hermosa y tan tranquila en su afectuosa afabilidad, que si la concienciaras te olvidarías por completo de defenderte4 y correrías a que te abrazara5.

4 La Verdad jamás puede realmente ser atacada. 5 Y tú lo sabías cuando te pusiste a hacer ídolos. 6 Los hiciste precisamente para olvidar esta afirmación. 7 Lo único que estás atacando son falsas ideas, nunca las verdaderas.

8 Todos los ídolos constituyen las falsas ideas que hiciste para llenar la brecha que crees se formó entre tú y lo que es verdad6. 9 Y las atacas por lo que piensas que representan7. 10 Pero Lo que yace tras ellas no puede ser realmente atacado.

  UCSM TEXTO
CH 30 EL NUEVO COMIENZO
T30.5 LA VERDAD QUE
YACE TRAS LAS ILUSIONES
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 2  
¿Qué es EL JUICIO
FINAL? pár 1-5
LTe.10 (-L311).1 1 La Segunda Venida de Cristo1 le confiere al Hijo de Dios el don de poder oír a la Voz que habla por Dios2 proclamar que lo falso es falso, y que lo que es verdad nunca ha cambiado. 2 Y éste es el juicio por el cual le llega su fin a la percepción3. 3 Al comienzo, vas a ver un mundo que ha aceptado que esto es verdad, al ser proyectado ahora desde una mente que ha sido corregida4. 4 Y al darse esta santa visión5, la percepción6 bendice silenciosamente para luego desaparecer, al haber alcanzado su meta y cumplido su misión.

LTe.10 (-L311).2 5 El Juicio Final sobre el mundo no encierra condena alguna, 6 pues ve al mundo como totalmente perdonado, libre de pecado y sin propósito alguno. 7 Al no tener causa —y ahora, en la visión de Cristo— sin función, sencillamente se disuelve en la nada. 8 Ahí nació y ahí también termina. 9 Y todas las figuras del sueño con el que comenzó el mundo, desaparecen con él. 10 Ahora, los cuerpos no tienen ninguna utilidad, y por lo tanto, también desaparecerán, pues el Hijo de Dios7 es ilimitado.
1 … ver LTe.9 (-L301)
 
2 … el Espíritu Santo…
 
3 … en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada".
 
4 … tu mente acertada
 
5 … de Cristo: La visión de Cristo, que es, en un instante santo en tu fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quieres perdonar y, cuando logras acceder al mundo real, ves su Alma perfecta y eterna fusionada con La tuya como Una sola, fusión unitaria que incluye a todas las Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decidas pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con tu mente acertada, vas a percibir el mundo de otra manera, en la que, en tu fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirte a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
 
6 … Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
7 … ahora que dejó de soñar…
P A R T E 2  
¿Qué es EL JUICIO
FINAL? 
pár 3-5
LTe.10 (-L311).3 11 Tú que creías que el Juicio Final de Dios condenaría el mundo al infierno conjuntamente contigo, acepta esta santa Verdad: el Juicio de Dios es el don de la corrección que depositó sobre todos tus errores; corrección que te libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. 12 Tenerle miedo a la gracia redentora de Dios es tener miedo de estar totalmente libre de sufrimiento, de regresar a la paz, de tener seguridad y felicidad, así como de tu unión con tu propia Identidad8.

LTe.10 (-L311).4 13 El Juicio Final de Dios es tan misericordioso como cada uno de los pasos de Su plan9 para bendecir a Su Hijo, llamándolo a que regrese a la eterna Paz que Dios comparte con Él. 14 No tengas miedo del Amor10, 15 pues sólo Él puede curar todo pesar, enjugar todas las lágrimas, y despertar pausadamente de su sueño de dolor al Hijo que Dios reconoce como Suyo. 16 No tengas miedo del Juicio Final. 17 La salvación te pide que Le des la bienvenida. 18 Y el mundo espera que Lo aceptes con agrado, lo cual lo liberará al mundo.

LTe.10 (-L311).5 19 Éste es el Juicio Final de Dios: "Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. 20 Por lo tanto, despierta, y regresa a Mí. 21 Soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo".
8 Identidad, con mayúscula, es el Yo del único Hijo de Dios, Que somos realmente, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu), y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
 
9 El Plan de Dios para nuestra salvación: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios de amar en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es aprender lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T11, L71, L72, LTe.2 (-L231)
 
10 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o Amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195


Un Curso Sobre Milagros
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L E C C I Ó N 319
Vine para salvar al mundo.
L319.1 1 He aquí un pensamiento del que se ha eliminado toda traza de arrogancia y en el que sólo queda la Verdad1. 2 Pues la arrogancia se opone a la Verdad. 3 Pero cuando la arrogancia desaparece, la Verdad viene inmediatamente y llena el espacio que, al irse el ego, quedó libre de mentiras. 4 Únicamente el ego2 puede estar limitado y, por consiguiente, no tiene necesariamente que perseguir fines limitados y restrictivos. 5 El ego piensa que lo que uno gana, tiene que perderlo la totalidad. 6 Y, sin embargo, es la Voluntad de Dios que yo aprenda que lo que uno gana le es dado a todos.

L319.2 7 Padre, Tu Voluntad es total. 8 Y la meta que emana de ella comparte su totalidad. 9 ¿Qué otra meta que la salvación del mundo podrías haberme encomendado? 10 ¿Y qué otra cosa sino eso podría ser la Voluntad que mi Yo ha compartido Contigo?
1 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
2 1) A partir del instante de la separación —hace aproximadamente unos 14 mil millones de años— el ego es el sistema de pensamiento hecho por el Hijo que sueña que está separado de Dios, nuestro “yo soñador”, sistema con el cual maneja la evolución y expansión del universo en el tiempo y el espacio; 2) en la pizca de polvo cósmico que llamamos mundo, que empezó hace unos 4.500 millones de años y, para uso del Homo Sapiens, que el Curso llama “hombre” — a quien, hace unos 200.000 años, el yo soñador otorgó la facultad de manipular su instinto natural o libre albedrío— el ego es el sistema de pensamiento del especialismo; 3) en el Curso, el ego es también la parte de la mente (equivocada) o pensar del hombre, que recibe los mencionados impulsos existenciales del yo soñador, .que procesa el cerebro del hombre. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)


Un Curso Sobre Milagros
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Capítulo 30
EL NUEVO COMIENZO

T30.5 LA VERDAD QUE YACE
TRAS LAS ILUSIONES pár 49-56
T30.5 [49] 1 Atacarás lo que no te satisfaga, y así no te darás cuenta de que fuiste tú el que lo inventó1. 2 Siempre que peleas lo haces contra ilusiones2. 3 Pues la Verdad3 que yace tras ellas es tan hermosa y tan tranquila en su afectuosa afabilidad, que si la concienciaras te olvidarías por completo de defenderte4 y correrías a que te abrazara5. 4 La Verdad jamás puede realmente ser atacada. 5 Y tú lo sabías cuando te pusiste a hacer ídolos. 6 Los hiciste precisamente para olvidar esta afirmación. 7 Lo único que estás atacando son falsas ideas, nunca las verdaderas. 8 Todos los ídolos constituyen las falsas ideas que hiciste para llenar la brecha que crees se formó entre tú y lo que es verdad6. 9 Y las atacas por lo que piensas que representan7. 10 Pero Lo que yace tras ellas no puede ser realmente atacado.
1 … No sabemos de dónde vienen los pensamientos, la voluntad, la energía, etc., que hace que las cosas existan y funcionen por un tiempo. Entre las cosas que podemos percibir están; el tiempo y el espacio y todo lo que hasta ahora conocemos que contienen. El Curso, contrario al Génesis de la Biblia, nos propone el mito de: En la Eternidad, Donde Todo es Uno en Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios —que realmente somos nosotros— olvidó reírse. A causa de haberla enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria —tu yo soñador— capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están las hechuras del tiempo, del espacio, del universo y del sistema de pensamiento del ego, con el que ha manejado la evolución y expansión de esas hechuras. Ver T27.9 [82]
 
2 Ilusión o fantasía o alucinación —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
 
3 Las condiciones de la Verdad, con mayúscula, según el Curso, son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada; 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazada, nada que no sea Ella, realmente existe; 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. Ver T7.5, T14, T30.5
 
4 … pensando con el ego
 
5 … pensando con el Espíritu Santo.
 
6 … tú y la Unicidad, con mayúscula, es, la idea que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de fusionar todas nuestras Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos el Hijo único de Dios. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
 
7 … el intento de olvidar a Dios, de olvidar a esta separación de Él…
T30.5 LA VERDAD QUE YACE
TRAS LAS ILUSIONES
pár 50-51
T30.5 [50] 11 Los dioses desgastados e incapaces de satisfacerte que hiciste son como juguetes infantiles inflables. 12 Un niño se asusta cuando de pronto una cabeza de madera salta con su resorte al abrirse la caja que estaba cerrada, o cuando un oso de felpa, suave y silencioso, emite sonidos al apretarlo. 13 Las reglas que el niño había establecido para las cajas sorpresa y los osos de felpa le han fallado, y le han hecho perder el "control" de lo que le rodea. 14 Y tiene miedo, pues pensó que las reglas lo protegían. 15 Ahora tiene que aprender que las cajas y los osos no lo engañaron, ni violaron ninguna regla, y que lo ocurrido no quiere decir que su mundo se haya vuelto caótico y peligroso. 16 El que estaba equivocado era él. 17 No comprendió bien qué era lo que lo mantenía a salvo y pensó que lo había abandonado.

T30.5 [51] 18 La brecha —que realmente no existe— está repleta de juguetes con innumerables formas. 19 Y cada uno parece violar las reglas que estableciste para él. 20 No obstante, ninguno fue nunca lo que tú pensabas que era. 21 Y así, parece violar las reglas de seguridad que estableciste, toda vez que éstas eran falsas. 22 Pero 8 no estás en peligro9. 23 Puedes reírte de las cabezas con resortes que saltan de pronto y de los juguetes que emiten sonidos, igual que el niño cuando se da cuenta de que no presentan ningún peligro para él. 24 No obstante, aunque le gusta jugar con ellos, seguirá percibiéndolos como si respetaran las reglas que él estableció para su propio deleite. 25 Por consiguiente, todavía habrá reglas que parecerán violar, y que lo seguirán asustando. 26 Pero ¿está él realmente a merced de sus juguetes? 27 ¿Y pueden éstos representar una amenaza para él?
8 … que realmente eres el Hijo de Dios conjuntamente con todas las demás Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, todas Una en el Alma única del Hijo único de Dios…,
 
9 … en el eterno Presente de la Unicidad, que es donde tu Alma ha estado de toda Eternidad. Ahora bien, tu cuerpo puede que de vez en cuando esté en peligro, pero, realmente, tú no eres tu cuerpo…
T30.5 LA VERDAD QUE YACE
TRAS LAS ILUSIONES
pár 52-54
T30.5 [52] 28 La Realidad10 obedece las leyes de Dios y no las reglas que tú has establecido. 29 Son Sus leyes las que garantizan tu seguridad. 30 Todas las ilusiones que crees con respecto a ti mismo no obedecen a ninguna ley verdadera. 31 Parecen danzar por un rato al compás de las leyes que estableciste para ellas. 32 Pero luego, se desploman para no levantarse más. 33 Hijos míos, no son más que juguetes. 34 No lamenten su pérdida. 35 Sus bailes nunca les trajeron alegría. 36 Pero tampoco eran cosas que pudiesen asustarlos o mantenerlos a salvo si respetaban las reglas de ustedes. 37 Las ilusiones no deben apreciarse ni atacarse, sino simplemente considerarlas como juguetes infantiles, sin un solo significado propio. 38 Vean significado en una sola de ellas, y lo verán en todas. 39 No vean significado en ninguna, y no les afectarán en absoluto.

T30.5 [53] 40 Las apariencias engañan precisamente porque son apariencias y no la Realidad. 41 No les prestes atención sea cual sea la forma que adopten. 42 Lo único que hacen es oscurecer la Realidad y, producen miedo11 justamente porque ocultan la Verdad. 43 No ataques lo que has hecho para dejarte engañar, pues eso demostraría que lo has sido. 44 El ataque tiene el poder de hacer que las ilusiones parezcan reales. 45 Pero, realmente, no hace nada. 46 ¿Quién podría tener miedo de un poder que no causa realmente ningún efecto12? 47 ¿Qué otra cosa que no sea sino una ilusión podría hacer cosas que parezcan ser como ella misma? 48 Observa con calma sus juguetes, y comprende que son ídolos que no hacen sino bailar al compás de vanos deseos. 49 No los veneres, pues realmente no existen. 50 No obstante, esto se olvida igualmente cuando se ataca. 51 El Hijo de Dios no necesita defenderse de sus sueños. 52 Sus ídolos no Lo amenazan en absoluto. 53 Su único error es creer que son reales. 54 Pero ¿hay algo que las ilusiones puedan hacer realmente13?

T30.5 [54] 55 Las apariencias sólo pueden engañar a la mente que quiere ser engañada. 56 Pero tú puedes tomar una sencilla decisión que te colocará por siempre más allá del engaño. 57 No te preocupes por cómo se va a lograr esto, pues no es algo que puedas comprender14. 58 No obstante, comprenderás que rápidamente se han producido grandes cambios, una vez que hayas tomado esta sencilla decisión: No quieras para ti lo que sea que crees que un ídolo te puede dar. 59 Pues así declara el Hijo de Dios que se ha liberado de todo ídolo. 60 Y, por consiguiente, es realmente libre.
10 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hizo nuestro yo soñador, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
 
11 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
12 … en el eterno Presente de la Unicidad…
 
13 … aquí, ¿ciertamente! Pero esta realidad del ego del tiempo y del espacio no fue creada por Dios y, por consiguiente, realmente no existe… El asunto es, para cada uno que quiere creer en la Realidad que propone el Curso, ¿cómo ser aquí el mejor reflejo posible de las Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, que realmente somos…? Tratando de ser amables, para empezar… 
 
14 … con tu razón, lógica y sentido común…
T30.5 LA VERDAD QUE YACE
TRAS LAS ILUSIONES
pár 55-56
T30.5 [55] 61 ¡Cuán paradójica es la salvación15! 62 ¿Qué otra cosa podría ser, sino un sueño feliz16? 63 Lo único que te pide es que perdones17 todas las cosas que nadie hizo nunca; que pases por alto lo que no existe; y que no mires a lo ilusorio como si fuese real. 64 Lo único que se te pide es que permitas que se haga tu verdadera voluntad y que dejes de buscar las cosas que ya no quieres. 65 Y también se te pide que te permitas a ti mismo liberarte de los sueños de lo que realmente nunca fuiste, y que no sigas empeñado en substituir la Voluntad de Dios por la fuerza de los vanos deseos18.

T30.5 [56] 66 Llegado este punto, el sueño de la separación empieza a desvanecerse y a desaparecer19. 67 Pues aquí, la brecha que realmente no existe comienza a percibirse libre de los juguetes de terror que hiciste. 68 No se te pide más que eso. 69 Alégrate en verdad de que la salvación pida tan poco y no tanto. 70 En realidad, no pide nada; 71 e incluso, en las ilusiones, sólo pide que el perdón sea el substituto del miedo. 72 Ésa es la única regla para tener sueños felices. 73 Así se sacan de la brecha todos los juguetes de miedo, poniéndose de manifiesto su irrealidad. 74 Los sueños no sirven de nada, 75 y no es posible que el Hijo de Dios los necesite. 76 No le ofrecen ni una sola cosa que alguna vez pudiera desear. 77 Se libera de las ilusiones por su propia voluntad y, simplemente vuelve a ser lo que realmente es. 78 ¿Qué podría ser el plan de Dios para su salvación, sino un medio para darse a Sí Mismo Su Hijo?
15 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
 
16 … un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad…
 
17 Si, según el Curso, quiero creer que los impulsos milagrosos que de vez en cuando emergen a mi consciente, provienen del Espíritu Santo, entonces, también querré creer que la Verdad es: 1) la Unicidad de Dios, la cual, no se puede describir ni tampoco explicar, pero sí se puede experimentar internamente un reflejo de Ella, cuando hemos: 1.1) aceptado el Redimir para nosotros mismos; 1.2) perdonado y 1.3) extendido a otro(s) el o los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu santo; 2) que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 3) que Dios no creó más nada; 4) que por eso, nada de Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazada, nada que no sea Ella, realmente existe; 5) que en esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del hombre pensando con el sistema de pensamiento del ego, que le hace creer que el tiempo, el espacio y el universo que percibe son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez y, constituyen su única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
18 … empezando por aceptar para ti mismo el Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula: 1) es un acto de Amor general; 2) es fusionar tu Alma con La del que perdonas en Una sola, en la experiencia de Cristo; 3) es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; 4) es el acto de compartir desinteresadamente; 5) es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; 6) es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; 7) es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T3.3, T5.3, T11.9, L139 19 … en tu mente, en tu pensar, a medida que tratas de pensar cada vez más a menudo con el Espíritu Santo…
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