PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
edición original 
T26.8 [57] 71 ¿Cuál es la Voluntad de Dios? 72 Él quiere que Su Hijo lo tenga todo31. 73 Y esto lo garantizó cuando creó a Su Hijo como Todo32.

74 Por eso, es imposible perder realmente algo, si lo que tienes es lo que realmente eres. 75 Éste es el milagro mediante el cual crear se convirtió en tu función, función que compartes realmente con Dios.

76 Esto no se entiende estando separado de Él y, por consiguiente, en este mundo no tiene significado.

  UCSM TEXTO
CH 26 LA TRANSICIÓN
T26.7 EL AMIGO ASIGNADO
T26.8 REPASO DE
LOS PRINCIPIOS
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2  
¿Qué es EL
ESPÍRITU SANTO? pár 1-5
LTe.7 (-L281).1 1 El Espíritu Santo1 es el que media entre las ilusiones2 y la Verdad3. 2 Puesto que el Espíritu Santo tiene que establecer un puente entre la Realidad4 y los sueños5, la percepción acertada6 conduce al conocimiento7 por medio de la gracia que Dios dio al Espíritu Santo, para que Ella sea el don8 que Dios le hace a todo aquel que acude al Espíritu Santo en busca de la Verdad. 3 Cruzando el puente9 que el Espíritu Santo provee, todos los sueños son llevados ante la Verdad para que la luz del conocimiento los disipe. 4 Allí, los sonidos y las imágenes se descartan para siempre, 5 y donde éstos se percibían antes, el perdonar10 ha hecho posible el tranquilo final de la percepción.
1 El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es Su Pensamiento de Amor que nos creó Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) En el mismo instante de la separación, el Espíritu Santo fue la Respuesta de Dios a la misma, cuyos impulsos milagrosos —cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta— nos invitan a: 2.1) aceptar el Redimir para nosotros mismos; 2.2) perdonar; 2.3) extender milagros al otro(s); 2.4) y, a aceptarlo como nuestro Guía para tomar decisiones, pensando con Él en nuestra mente acertada o espíritu; Ver: Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281), M2.4
 
2 Ilusión o fantasía o alucinación —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
 
3 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5 
 
4 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
 
5 … o realidad según el ego; la del tiempo y espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez,
 
6 … pensando con el Espíritu Santo
 
7 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento: 1) es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía; 2) es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el especialismo del ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
 
8 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.2, T20.6 [38], 26.5 [28], L166
 
9 … hacia el Mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Es el estado mental que, inicialmente, se experimenta cuando se logra perdonar totalmente a otro y fusionamos su Alma con La nuestra en la experiencia de Cristo. Luego, al perdonar una y otra vez totalmente a otros, vamos a querer extender esa experiencia de Amor a todo y a todos — como en un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad, donde todo es Uno en Dios— en la espera que Dios dé el paso final. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9] Lte.8 (-L291) Lte.8 (-L291)
 
10 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien el Alma de ese otro. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
P A R T E 2  
¿Qué es EL
ESPÍRITU SANTO?  
pár 2-3
LTe.7 (-L281).2 6 La meta de las enseñanzas del Espíritu Santo es precisamente este acabar con los sueños. 7 Pues los sonidos e imágenes tienen que transformarse de testigos del miedo en testigos del Amor. 8 Y cuando esto se haya logrado totalmente, el aprendizaje habrá alcanzado la única meta que en verdad tiene. 9 Pues —a medida que el Espíritu Santo guía el aprendizaje hacia el resultado que ha percibido para él— éste se convierte en el medio para ir más allá de lo que enseña, y así, ser reemplazado por la Verdad Eterna11.

LTe.7 (-L281).3 10 Si supieses cuánto anhela Tu Padre que reconozcas tu impecabilidad12, no dejarías que la Voz que habla por Él te lo pidiese en vano, ni darías la espalda a Lo que Él te ofrece para reemplazar a todas las imágenes y sueños atemorizantes de los cuales tú has sido el hacedor13. 11 El Espíritu Santo entiende los medios de los que fuiste hacedor, por medio de los cuales14 querías alcanzar lo que siempre ha sido inalcanzable15. 12 Pero si se los ofreces al Espíritu Santo, Él se valdrá de esos medios de los que fuiste hacedor con el fin de exiliarte16, para restaurar tu mente al sitio donde verdaderamente se siente en casa17.
11 … sencillamente que Dios es, y nosotros, como Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, en Su eterna Unicidad.
 
12 La Impecabilidad, con mayúscula, es, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, la condición de nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa condición eterna, en la que todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T20.5 [32], T25.6 [37]
 
13 … por mi yo soñador, de quien, aquí, soy su fragmentación encarnada: Mi yo soñador, es el Hijo de Dios soñando que —hace aproximadamente unos 14 mil millones de años— logró separarse de Dios y, siendo él "la idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales" (ver “Separación”), se puso a hacer: 1) el tiempo, el espacio y el universo; 2) el sistema de pensamiento del ego, con cuyos impulsos existenciales ha estado manejando la evolución de esos efectos reales; 3) con el aparente propósito de retar al Espíritu Santo, hace unos 4.500 millones de años, empezó a hacer la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo" y, en él, hace unos 200 mil años, otorgó al “homo sapiens” —que el Curso llama “hombre”— la facultad de manipular su instinto natural o libre albedrío, obligándolo — para orientar su vida— a decidir todo el tiempo con cuál de los dos sistemas de pensamiento quiere pensar: ¿con el del ego o, con el del Espíritu Santo? Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38]
 
14 … como yo soñador del que soy un fragmento encarnado
 
15 … separarte de Dios
 
16 … del eterno Presente de la Unicidad de Dios
 
17 … que es la Unicidad
P A R T E 2  
¿Qué es EL
ESPÍRITU SANTO?  
pár 4-5
LTe.7 (-L281).4 13 Desde el conocimiento Donde Dios lo ubicó18, el Espíritu Santo te llama19 para que permitas que el perdón20 se pose sobre tus sueños y, de esa manera, recobres la cordura y la paz interior. 14 Si no perdonas21, tus sueños te seguirán aterrorizando 15 y la memoria de todo el Amor22 Que Tu Padre te tiene no regresará a ti como signo que a los sueños les ha llegado su fin.

LTe.7 (-L281).5 16 Acepta el don que Tu Padre te hace. 17 Es un llamamiento que el Amor hace al Amor, para que tan sólo sea Lo que es. 18 El Espíritu Santo es el don de Dios mediante el cual se restituye la quietud del Cielo al bienamado Hijo de Dios. 19 ¿Te negarías a asumir la función de completar a Dios23, cuando todo lo que Su Voluntad quiere es que tú te completes?
18 … la Respuesta de Dios a la separación: El mito de la separación cuenta que, en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró la diminuta idea alocada de separarse de Dios y crear por su cuenta, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en: 1) Una idea seria el “yo soñador” (o el Hijo de Dios soñando que logró separarse)capaz de lograr algo y de tener efectos reales, tales como las siguientes hechuras: 1.1) No sabemos cuándo empezó el tiempo y el espacio, porque hace unos 14.000 millones de años, el ”Big Bang destruyó todo lo que existía antes. Después de la explosión inició del universo (o Cosmos), y el sistema de pensamiento del ego, con el que manejará la evolución de esos efectos reales; 1.2) hace unos 4.500 millones de años, inició la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo"; 1.3) hace unos 200 a 300 mil años, no solamente otorgó al cerebro del homo sapiens, la facultad de manipular el instinto natural de su cuerpo o libre albedrío, sino que además, encarnó en él un fragmento de su mente (la mente equivocada) donde guardar los pensamientos e impulsos existenciales egóicos que le enviará y que procesará ese cerebro. 2) En el mismo instante de la separación, Dios dio su Respuesta a la misma, dotando al homo sapiens de una mente (la mente acertada) donde guardar los impulsos milagrosos que le enviará el Espíritu Santo, los cuales, cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta, nos invitan a aceptar el Redimir para nosotros mismos, a perdonar y a extender milagros al otro(s). Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38], T5.4 [21], M2.4.
 
19 … por medio de Sus impulsos milagrosos…
 
20 … que me enseña que ninguna de las hechuras de mi yo soñador son reales, ya que no fueron creadas por Dios,
 
21 … al otro
 
22 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o Amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
 
23 A cada persona —a la medida de sus talentos naturales y adquiridos— el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación de los otros que Él le envía, función que sólo ella puede desempeñar extendiendo los milagros que Él le sugiera. Esta función se puede manifestar, entre otras: dando el ejemplo, enseñando, curando, ofreciendo psicoterapia, escribiendo, etc. Pero, siempre reflejará, de alguna manera, la Unicidad de Dios, en la que todas nuestras Almas están fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios Que, realmente, cada uno y todos somos. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], T25.7, L62, L64, L65, L66, L99


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 282
Hoy no tendré miedo al Amor1.
L282.1 1 Sólo con que hoy pudiese comprender esto, el mundo entero2 se salvaría. 2 Pues es la decisión de abandonar la locura3 y de aceptarme Tal como Dios Mismo, Mi Padre y Mi Fuente, Me creó4. 3 Es estar resuelto a no seguir dormitando en sueños de muerte, mientras la Verdad sigue viviendo eternamente en la Alegría del Amor. 4 Y también es la decisión5 de reconocer al Yo que Dios creó como el Hijo que Él ama, el Cual sigue siendo Mi única Identidad6.

L282.2 5 Padre, Tu Nombre es Amor, y el mío también. 6 Ésa es la Verdad. 7 ¿Y puede cambiarse la Verdad sólo con ponerle otro nombre? 8 El miedo, como nombre, es sencillamente un error. 9 Hoy no tendré miedo de la Verdad.
1 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o Amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
 
2 … en mi mente
 
3 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo, espacio y universo, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
 
4 Me, con mayúscula, o mi Alma, conjuntamente con todas las demás Almas fusionadas en Una sola en Cristo, es el Hijo único creado por Dios en un Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Uno con Él en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que se profesan ese Amor Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. Ver T8.4 [20], T23, Lte.14 (-351)
 
5 … de pensar con el Espíritu Santo y, así,
 
6 Identidad, con mayúscula, es el Yo del único Hijo de Dios, Que somos realmente, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu), y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 26
LA TRANSICIÓN

T26.7 EL AMIGO
ASIGNADO pár 44-46
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
T26.7 [44] 1 Cualquier cosa de este mundo que creas buena o valiosa, o que vale la pena luchar por ella, puede hacerte daño y lo hará. 2 No porque tenga el poder de hacerlo, sino únicamente porque 1 has negado que sea algo más que una ilusión, y le has dado realidad2. 3 Y, ciertamente3, es real para ti. 4 No es algo que no existe4. 5 Y, por medio de esa realidad que percibiste, ha penetrado en tu mente todo el mundo de las ilusiones enfermizas: 6 Todas las creencias en el pecado5, en el poder del ataque, en herir y hacer daño, en el sacrificio y la muerte6. 7 Pues nadie puede otorgar realidad a una ilusión7 y pretender escapar de las otras. 8 Pues ¿quién podría decidir quedarse sólo con las ilusiones que prefiere y, al mismo tiempo, encontrar la seguridad8 que sólo la Verdad9 puede dar? 9 ¿Quién puede creer10 que todas las ilusiones son iguales y, al mismo tiempo, mantener que al menos una es la mejor?
1 … al estar pensando con el ego,
 
2 En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio que hicimos y, en la que habitualmente pensamos, percibimos y actuamos con el ego.
 
3 … cuando piensas y actúas con tu ego,
 
4 … según tu razonamiento, lógica y sentido común…
 
5 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en: 1) Una idea seria el “yo soñador” (o el Hijo de Dios soñando que logró separarse)capaz de lograr algo y de tener efectos reales, tales como las siguientes hechuras: 1.1) el tiempo, el espacio, el inicio del universo (o Cosmos), y el sistema de pensamiento del ego, con el que el yo soñador manejará la evolución de esos efectos reales; 1.2) la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo"; 1.3) hace unos 200 a 300 mil años, otorgó al homo sapiens, la facultad de manipular su instinto natural o libre albedrío. . 2) En el mismo instante de la separación, Dios dio su Respuesta a la misma: el Espíritu Santo, cuyos impulsos milagrosos, cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta, nos invita a aceptar el Redimir para nosotros mismos, a perdonar y a extender milagros al otro(s). Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38], T5.4 [21], M2.4
 
6 Cuando pensamos con el especialismo del ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada, y que, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que —como Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios— seguimos siendo Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
 
7 Ilusión o fantasía o alucinación —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
 
8 … mental
 
9 La Verdad, con mayúscula —que realmente no somos cuerpos sino Almas, Tal como Dios nos creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
10 … pensando con el Espíritu Santo
T26.7 EL AMIGO
ASIGNADO
pár 45
T26.7 [45] 10 No vivan sus insignificantes vidas en soledad, con una ilusión como su único amigo. 11 Ésa no es una amistad digna del Hijo de Dios, ni que podría satisfacerle a él. 12 En cambio, Dios le ha dado un mejor Amigo11, Que tiene todo el poder sobre la tierra y el Cielo. 13 La única ilusión que tú crees que es amiga12 te oculta Su gracia y majestad13, e impide que des la bienvenida con los brazos abiertos a Su amistad y a Su perdón14. 14 Sin Él, no tienes15 amigos. 15 No busques otro amigo que ocupe Su lugar. 16 Realmente, no hay otro amigo. 17 Quien Dios nombró no tiene substituto. 18 Pues, ¿qué ilusión puede reemplazar a la Verdad16?
11 … el Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de los impulsos naturales (del Alma) o milagrosos que emergen de nuestro subconsciente y, entre otros, que son los impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, de verdadera empatía…Impulsos que constituyen la única realidad de este mundo. Ver T1.1.28 [36 a 38], T4.7 [88]
 
12 … el ego individual: 1) A partir del instante de la separación —hace aproximadamente unos 14 mil millones de años— el ego es el sistema de pensamiento hecho por el Hijo que sueña que está separado de Dios, nuestro “yo soñador”, sistema con el cual maneja la evolución y expansión del universo en el tiempo y el espacio; 2) en la pizca de polvo cósmico que llamamos mundo, que empezó hace unos 4.500 millones de años y, para uso del Homo Sapiens, que el Curso llama “hombre” — a quien, hace unos 200.000 años, el yo soñador otorgó la facultad de manipular su instinto natural o libre albedrío— el ego es el sistema de pensamiento del especialismo; 3) en el Curso, el ego es también la parte de la mente (equivocada) o pensar del hombre, que recibe los mencionados impulsos existenciales del yo soñador, .que procesa el cerebro del hombre. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
 
13 … del mejor Amigo,
 
14 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien el Alma de ese otro. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
15 … verdaderos
 
16 Si, según el Curso, quiero creer que los impulsos milagrosos que de vez en cuando emergen a mi consciente, provienen del Espíritu Santo, entonces, también querré creer que la Verdad es: 1) la Unicidad de Dios, la cual, no se puede describir ni tampoco explicar, pero sí se puede experimentar internamente un reflejo de Ella, cuando hemos: 1.1) aceptado el Redimir para nosotros mismos; 1.2) perdonado y 1.3) extendido a otro(s) el o los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu santo; 2) que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 3) que Dios no creó más nada; 4) que por eso, nada de Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazada, nada que no sea Ella, realmente existe; 5) que en esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del hombre pensando con el sistema de pensamiento del ego, que le hace creer que el tiempo, el espacio y el universo que percibe son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez y, constituyen su única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
T26.7 EL AMIGO
ASIGNADO
pár 46
T26.7 [46] 19 Quien mora con sombras, ciertamente está solo, y la soledad no es la Voluntad de Dios17. 20 ¿Permitirías que una sombra usurpase el trono que Dios dispuso para tu Amigo, si te dieses cuenta de que el vacío de ese trono dejó igualmente vacío y desocupado el tuyo? 21 No conviertas a ninguna ilusión en amiga pues, si lo haces, no hará otra cosa que ocupar el lugar de Aquel que Dios llamó tu Amigo. 22 Y Él es el único Amigo que en verdad tienes. 23 Te trae presentes18 que no son de este mundo, y sólo Él —a Quien fueron confiados— puede asegurarse de que tú los recibas. 24 Él los depositará ante tu trono19, cuando hagas sitio para Él en el Suyo20.
17 Voluntad de Dios en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas están fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único, Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada y perpetua en la Alegría de la Creación plena, eternamente receptiva y totalmente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es, por medio del perdón y de la extensión de milagros, que nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
 
18 … impulsos milagrosos…
 
19 … tu espíritu o mente acertada…
 
20 … que le pongas cuidado a los impulsos milagrosos que Él te envía, y que hagas algo significativo con ellos…


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 26
LA TRANSICIÓN

T26.8 REPASO DE
LOS PRINCIPIOS pár 47-58
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
T26.8 [47] 1 Éste es Un Curso sobre Milagros. 2 Y por ser eso, es necesario comprender previamente las leyes de la curación1 para luego poder alcanzar el propósito del curso. 3 Repasemos los principios que hemos estudiado, y organicémoslos a modo de resumen de lo que debe ocurrir para que la curación2 sea posible. 4 Pues cuando es posible, tiene necesariamente que tener lugar. 5 Toda enfermedad3 tiene su origen en la separación. 6 Cuando se niega la separación4, la enfermedad desaparece. 7 Pues desaparece tan pronto como se cura la idea que la produjo5 y es reemplazada por la cordura6. 8 Al pecado7 y a la enfermedad se les consideran respectivamente consecuencia y causa, en una relación que se oculta a la concienciación a fin de mantenerla excluida de la luz de la razón8.
1 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos liberarnos de la creencia en la realidad —según el ego— del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros. Este proceso llevará nuestra Alma (o Espíritu) a identificarse con el Alma del otro —al que estamos tratando de perdonar— con todas las demás Almas en Una sola en la experiencia de Cristo en el mundo real. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente equivocada de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
 
2 … de la parte de la mente que llamamos "ego"
 
3 La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el especialismo del ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
 
4 … al dejar de pensar con el ego y aceptar para ti mismo el Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula: 1) es un acto de Amor general; 2) es fusionar tu Alma con La del que perdonas en Una sola, en la experiencia de Cristo; 3) es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; 4) es el acto de compartir desinteresadamente; 5) es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; 6) es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; 7) es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T3.3, T5.3, T11.9, L139
 
5 …cuando el Hijo de Dios —que realmente somos como Almas fusionadas en Una sola en Cristo— en su sueño de separación, no sólo olvidó reírse de la diminuta idea alocada que podía separarse de Dios y crear por su cuenta, sino que, además, a causa de haberla olvidado, se convirtió en una idea seria —tu yo soñador— capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están las hechuras del tiempo, del espacio, del universo y del sistema de pensamiento del ego, con el que ha manejado la evolución y expansión de esas hechuras. Ver T27.9 [82]
 
6 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestra mente acertada o espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
 
7 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en: 1) Una idea seria el “yo soñador” (o el Hijo de Dios soñando que logró separarse)capaz de lograr algo y de tener efectos reales, tales como las siguientes hechuras: 1.1) el tiempo, el espacio, el inicio del universo (o Cosmos), y el sistema de pensamiento del ego, con el que el yo soñador manejará la evolución de esos efectos reales; 1.2) la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo"; 1.3) hace unos 200 a 300 mil años, otorgó al homo sapiens, la facultad de manipular su instinto natural o libre albedrío. . 2) En el mismo instante de la separación, Dios dio su Respuesta a la misma: el Espíritu Santo, cuyos impulsos milagrosos, cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta, nos invita a aceptar el Redimir para nosotros mismos, a perdonar y a extender milagros al otro(s). Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38], T5.4 [21], M2.4
 
8 En el Curso, razón, es la facultad del hombre de pensar con cualquiera de los dos sistemas de pensamiento: el del ego y, el del Espíritu Santo. También, en algunos casos, se refiere al Espíritu Santo, en cuyo caso el término está en mayúscula, o lleva una nota explicativa. Ver T9.10 [87], T13.4 [25], T19.5.4 [108], T21.5.5 [45]
T26.8 REPASO DE
LOS PRINCIPIOS
pár 48
T26.8 [48] 9 La culpa9 clama por que se le castigue, y su petición le es concedida. 10 No en verdad10, sino en el mundo de ilusiones y sombras construido sobre el pecado. 11 El Hijo de Dios percibe lo que quiere ver, porque la percepción es un deseo colmado. 12 La percepción cambia, pues fue concebida para substituir al inmutable conocimiento. 13 Pero la Verdad no ha cambiado. 14 No se puede percibir, sino sólo conocerse. 15 Lo que se percibe adopta muchas formas, pero ninguna de ellas tiene significado11. 16 Si se lleva ante la Verdad, su falta de significado resulta muy evidente. 17 Pero si se mantiene apartado de la Verdad, parece tener un significado y ser real.
9 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con Su Hijo único, Que somos todos nosotros, como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el especialismo del ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino el único Hijo de Dios, de Quien nunca nos hemos separado. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
 
10 … no en el Cielo, que es Donde verdaderamente estamos como Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en el eterno Presente de la Unicidad.
 
11 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el especialismo del ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14
T26.8 REPASO DE
LOS PRINCIPIOS
pár 49
T26.8 [49] 18 Las leyes de la percepción12 son lo opuesto a la Verdad, y lo que es verdadero con respecto al Conocimiento13 no lo es con ninguna cosa que se encuentre separada de Él. 19 Aun así, Dios ha dado Respuesta14 al mundo de la enfermedad, que es aplicable por igual a todas sus formas15. 20 La Respuesta de Dios es eterna, aunque opera en el tiempo, que es donde se necesita. 21 Pero como Ella proviene de Dios, las leyes del tiempo no afectan a Su eficacia. 22 La Respuesta de Dios se encuentra en este mundo, pero realmente no forma parte de él. 23 Pues es ciertamente real, y mora Donde toda Realidad tiene que estar. 24 Las ideas no abandonan su fuente, y sus efectos sólo parecen existir apartados de ellas. 25 Las ideas son de la mente. 26 Lo que se proyecta fuera y parece ser externo a la mente no está fuera de ella en absoluto, sino que es un efecto de lo que lleva por dentro y no ha abandonado su fuente.
12 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el especialismo del ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
13 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento: 1) es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía; 2) es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el especialismo del ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25] Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestra mente acertada o espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
 
14 … el Espíritu Santo,
 
15 … porque todas son realmente ilusorias, no existen Donde realmente estamos como Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios,… Que somos nosotros…
T26.8 REPASO DE
LOS PRINCIPIOS
pár 50-52
T26.8 [50] 27 La Respuesta de Dios16 está donde tiene necesariamente que encontrarse la creencia en el pecado17, pues sólo allí se pueden cancelar completamente los efectos de ésta, habiéndolos dejado sin causa. 28 Hay que revertir las leyes de la percepción, pues constituyen reversiones de las leyes de la Verdad. 29 Las leyes de la Verdad serán eternamente ciertas y no se pueden revertir; no obstante, pueden percibirse al revés. 30 Y esto debe corregirse allí donde se encuentra la ilusión de que se pueden revertir.

T26.8 [51] 31 Es imposible que una ilusión sea menos receptiva a la Verdad que las demás. 32 Pero ciertamente es posible que a algunas se les otorgue más valor, y que haya menos disposición a entregarlas a la Verdad a fin de recibir ayuda y curación. 33 Ninguna ilusión tiene ni un solo ápice de Verdad en ella. 34 No obstante, parece que algunas son más verdaderas que otras, aunque está claro que eso no tiene ningún sentido. 35 Todo lo que una jerarquía de ilusiones puede mostrar son preferencias, no la realidad. 36 ¿Qué tienen que ver las preferencias con la Verdad? 37 Las ilusiones son ilusiones, y además falsas. 38 Tus preferencias no les otorgan realidad. 39 Ninguna de ellas es verdadera desde ningún punto de vista, y todas cederán con igual facilidad ante la Respuesta que Dios dio para todas ellas. 40 La Voluntad de Dios es Una. 41 Y cualquier deseo que parezca ir en contra de Su Voluntad no está fundamentado en la Verdad.

T26.8 [52] 42 El pecado18 no es un error19 pues va, más allá de lo que se puede corregir, al ámbito de lo imposible. 43 Pero la creencia de que es real20 ha hecho que algunos errores parezcan estar por siempre más allá de toda esperanza de curación21, constituyendo así la eterna justificación del infierno22. 44 Si esto fuese cierto, al Cielo se le opondría su propio opuesto, que sería tan real como Él. 45 Y así, la Voluntad de Dios estaría dividida en dos, y toda la creación23 sujeta a las leyes de dos poderes opuestos uno al otro, hasta que Dios se impaciente, divida el mundo en dos y se ponga Él mismo a atacar. 46 De este modo, habría perdido el juicio, al proclamar que el pecado Le ha arrebatado Su realidad, y ha hecho que Su Amor se rinda finalmente a los pies de la venganza. 47 Ante un cuadro tan demente, sólo se puede esperar una defensa igualmente demente, aunque ésta no pueda establecer que la imagen sea verdadera.
16 … el Espíritu Santo
 
17 … en la parte de la mente que piensa con el sistema de pensamiento del ego,
 
18 … según el ego
 
19 … como lo percibe el Espíritu Santo
 
20 … aquí, en el tiempo y el espacio, en esta pizca de polvo cómico que llamamos Tierra,
 
21 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
 
22 … que es este mundo…
 
23 … en cuanto al reflejo aquí de la eterna Creación,
T26.8 REPASO DE
LOS PRINCIPIOS
pár 53-55
T26.8 [53] 48 Nada da significado donde no hay significado. 49 Y la Verdad no necesita defensas para ser verdadera. 50 Las ilusiones no tienen ni testigos ni efectos. 51 El que las mira no hace sino engañarse a sí mismo. 52 Perdonar es la única función que se puede tener aquí, y su propósito es llevar a cada aspecto del Hijo de Dios donde parecía reinar el pecado la alegría que el mundo le niega. 53 Tal vez no comprendas el papel que juega el perdón en el proceso de poner fin a la muerte y a todas las creencias que surgen de las brumas de la culpa.

T26.8 [54] 54 Los pecados son creencias que interpones entre tu hermano y tú. 55 Esas creencias te limitan al tiempo y al espacio, y te conceden un pequeño lugar a ti, y otro a tu hermano. 56 Esta separación está simbolizada —en tu percepción— en un cuerpo que está claramente separado de los demás y es diferente a ellos. 57 No obstante, lo que este símbolo representa no es sino tu deseo de vivir apartado y estar separado de los demás. 58 El perdón24 elimina lo que se interpone entre tu hermano y tú. 59 Constituye tu deseo de unirte a él, en vez de permanecer solo. 60 Lo llamamos "deseo" porque todavía concibe otras opciones, y aún no ha transcendido enteramente el mundo de las alternativas.

T26.8 [55] 61 Aun así, está en armonía con el estado que existe en el Cielo, y no se opone a la Voluntad de Dios. 62 Y aunque no llega a darte toda tu herencia, ciertamente elimina los obstáculos que has interpuesto entre el Cielo — Donde te encuentras realmente— y el reconocimiento de dónde estás y qué eres. 63 Los Hechos25 no cambian. 64 No obstante, los hechos26 pueden ser negados y, en consecuencia, desconocerse, si bien se conocían antes de que fueran negados.
24 … que es un proceso,
 
25 Un hecho es literalmente un "hacer" o un comienzo, es lo que es real para ti de acuerdo con tus creencias. Si, cuando piensas con el Espíritu Santo, has decidido creer en lo que enseña el Curso, entonces, Hecho, con mayúscula, es Lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, las Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad. Dios no creó más nada.; y, en minúscula, hecho es el reflejo aquí del Hecho eterno. Pero, cuando piensas con el ego, hecho es simplemente lo que sucede aquí según él lo perciba. Ver T8.10 [102]
 
26 … el reflejo aquí de los Hechos
T26.8 REPASO DE
LOS PRINCIPIOS
pár 56-57
T26.8 [56] 65 La salvación27, perfecta y completa, sólo pide lo siguiente: un mínimo deseo de que lo que es verdad sea verdad; una pequeña dosis de buena voluntad de pasar por alto lo que realmente no existe; un mínimo suspiro que hable a favor del Cielo como una preferencia a este mundo, donde muerte y desolación parecen reinar. 66 Y en alegre respuesta, la Creación se alzará en ti para reemplazar al mundo que ves por el28 Cielo, totalmente perfecto y completo. 67 ¿Qué es el perdón, sino estar dispuesto a que la Verdad sea verdad? 68 ¿Qué puede permanecer enfermo y separado de la Unicidad Que abraza en Sí todas las cosas? 69 Realmente29, el pecado no existe. 70 Y cada milagro es posible en el instante en que el Hijo de Dios percibe que sus deseos y la Voluntad de Dios son Uno30.

T26.8 [57] 71 ¿Cuál es la Voluntad de Dios? 72 Él quiere que Su Hijo lo tenga todo31. 73 Y esto lo garantizó cuando creó a Su Hijo como Todo32. 74 Por eso, es imposible perder realmente algo, si lo que tienes es lo que realmente eres. 75 Éste es el milagro mediante el cual crear se convirtió en tu función, función que compartes realmente con Dios. 76 Esto no se entiende estando separado de Él y, por consiguiente, en este mundo no tiene significado.
27 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
 
28 … el reflejo aquí de
 
29 … en el Cielo, Donde Todo es Uno,
 
30 … en Su Unicidad.
 
31 … lo que realmente existe.
 
32 … Lo que existe eternamente.
T26.8 REPASO DE
LOS PRINCIPIOS
pár 58
T26.8 [58] 77 Aquí, el Hijo de Dios no pide demasiado, sino muy poco. 78 Está dispuesto a sacrificar su propia identidad33 y el todo, a cambio de encontrar un miserable tesoro para sí. 79 Y esto no lo puede hacer sin experimentar una sensación de desolación, pérdida y soledad. 80 Ése es el tesoro que andaba buscando, 81 y al que sólo podía tenerle miedo. 82 Pero ¿acaso el miedo34 es un tesoro? 83 ¿Acaso puede la incertidumbre ser lo que tú realmente quieres? 84 ¿O es que simplemente te has equivocado sobre lo que quieres y sobre lo que realmente eres? 85 Examinemos en qué consiste el error, a fin de que pueda ser corregido y no encubierto.
33 Identidad, con mayúscula, es el Yo del único Hijo de Dios, Que somos realmente, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu), y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
 
34 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
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