PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
edición original
T19.5.2 [63] 21 La paz se extiende desde ustedes únicamente a lo que es13 eterno, y lo hace desde Lo que es eterno en Ustedes14. 22 Fluye a través de todo lo demás.

23 El segundo obstáculo no es más impenetrable que el primero. 24 Pues no quieren deshacerse de la paz ni limitarla. 25 ¿Qué otra cosa pueden ser esos obstáculos que quieren interponer entre la paz y su avance, sino barreras que colocan entre la voluntad de ustedes y sus logros?

26 Ustedes quieren comulgar15, no festejar el miedo. 27 Quieren la salvación16, no el dolor de la culpa. 28 Y quieren tener por morada a su Padre y no un poco de arcilla amontonada.

29 En su relación santa se encuentra el Hijo del Padre de ustedes, 30 Hijo que nunca ha dejado de estar en comunión con Él ni consigo mismo. 31 Cuando ustedes acordaron unirse uno con el otro, se dieron cuenta de que eso es así. 32 Eso no les cuesta nada, sino que los libera de tener que hacer cualquier clase de pago.

  CH 19. MÁS ALLÁ DEL CUERPO
T19.5.2 Segundo Obstáculo:
creer que el cuerpo
es valioso por lo que ofrece
T19.5.2.1 Placer y dolor
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 1
R E P A S O 6
Introducción
LR6 (-L201) in.1 1 Para este repaso, utilizaremos sólo una idea por día y la practicaremos tan a menudo como podamos. 2 Además del tiempo que le dediques mañana y noche, que no debería ser menos de quince minutos, y de los recordatorios que has de realizar cada hora durante el transcurso del día, usa la idea tan frecuentemente como puedas entre estos recordatorios. 3 Cada una de estas ideas por sí sola sería suficiente para salvarse1, siempre que se aprendiese de verdad. 4 Cada una de ellas sería suficiente para liberarlos a ti y al mundo de todo cautiverio2 e invitar al recuerdo de Dios a que regrese3.

LR6 (-L201) in.2 5 Con esto en mente, demos comienzo a nuestras prácticas, en las que repasaremos detenidamente los pensamientos con los que el Espíritu Santo nos ha bendecido en nuestras últimas 20 lecciones. 6 Cada uno de ellos encierra dentro de sí el programa de estudios en su totalidad, si se comprende, practica, acepta y aplica a todo cuanto parece acontecer a lo largo del día. 7 Uno solo de ellos bastaría. 8 Pero, al aplicarlo, no se deben hacer excepciones. 9 Por lo tanto, necesitamos usarlos todos y permitir que se integren en uno solo, ya que cada uno de ellos contribuye a la totalidad de lo que queremos aprender.

LR6 (-L201) in.3 10 Al igual que nuestro último repaso, estas prácticas giran alrededor de un tema central con el que comenzamos y concluimos cada lección. 11 El tema para el presente repaso es el siguiente:

LR6 (-L201) in.4 12 No soy un cuerpo4. 13 Estoy libre, 14 pues5 sigo siendo Tal como Dios Me creó.
1 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos amorosos (o milagrosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar a otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente somos— y que curará en su mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
 
2 … mental
 
3 … a tu espíritu o mente acertada, que es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
 
4 realmente, inventado por el ego soñador para probar que el Amor o Dios no existe en esta realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, sino que todos, sin excepción, somos Almas perfectas y eternas, fusionadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios. Esto no me lo puede explicar la razón, lógica y sentido común de mi ego, ya que él forma parte de mi cuerpo. Sólo el reflejo en mí, aquí, en el mundo real, del Amor de mi Alma fusionadas como Una con todas las demás Almas, es lo que puede hacerme experimentar la paz y la alegría que no son de este mundo…
 
5 … realmente
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pár 5-10
LR6 (-L201) in.5 15 El día comienza y concluye con eso. 16 Y lo repetiremos asimismo cada vez que el reloj marque la hora, o siempre que nos acordemos, entre una hora y otra, que tenemos una función6 que transciende el mundo que vemos. 17 Aparte de esto y de la repetición del pensamiento que nos corresponda practicar cada día, no se requiere ningún otro tipo de ejercicio, excepto un profundo abandono de todo aquello que abarrota la mente y la hace sorda a la razón, a la cordura, y a la sencilla Verdad7.

LR6 (-L201) in.6 18 Nos vamos a proponer ir más allá de todas las palabras y de las formas especiales de practicar para este repaso. 19 Pues lo que vamos a intentar esta vez es ir más de prisa por una senda más corta que nos conduce a la serenidad y a la paz de Dios. 20 Simplemente cerramos los ojos y luego nos olvidamos de todo lo que creíamos que conocíamos y comprendíamos. 21 Pues así se nos da la libertad de todo lo que no conocíamos y no sabíamos comprender.

LR6 (-L201) in.7 22 Hay una sola excepción a esta falta de estructura. 23 No dejes pasar un solo pensamiento inútil8 sin confrontarlo. 24 Si adviertes alguno, niega su dominio sobre ti y apresúrate a asegurarle a tu mente que eso no es lo que ella quiere. 25 Luego deja tranquilamente que el pensamiento que negaste sea eliminado mediante un cambio seguro y rápido por la idea que estés practicando ese día.

LR6 (-L201) in.8 26 Cuando estés tentado, apresúrate a proclamar tu libertad de la tentación, diciendo:

LR6 (-L201) in.9 27 No quiero este pensamiento. 28 El que quiero es ____.

LR6 (-L201) in.10 29 Y luego, repite la idea del día y deja que ocupe el lugar de lo que habías pensado. 30 Además de estas aplicaciones especiales de la idea diaria, sólo añadiremos unas cuantas expresiones formales o pensamientos específicos para que te ayuden en tu práctica. 31 La diferencia es que entregamos estos momentos de quietud al Maestro9 Que nos enseña en silencio, nos habla de paz, e imparte a nuestros pensamientos10 todo el significado11 que puedan tener.
6 A cada persona —a la medida de sus talentos naturales y adquiridos— el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación de los otros que Él le envía, función que sólo ella puede desempeñar extendiendo los milagros que Él le sugiera. Esta función se puede manifestar, entre otras: dando el ejemplo, enseñando, curando, ofreciendo psicoterapia, escribiendo, etc. Pero, siempre reflejará, de alguna manera, la Unicidad de Dios, en la que todas nuestras Almas están fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios Que, realmente, cada uno y todos somos. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], T25.7, L62, L64, L65, L66, L99
 
7 … que nos comunica el Espíritu Santo por medio de los impulsos amorosos (o milagrosos) que de vez en cuando emergen de lo más profundo de nuestro subconsciente.
 
8 .. de tu ego, cuestionando y oponiéndose a tu verdadera Realidad, la Cual está más allá de todo razonamiento y lógica de ese ego.
 
9 … el Espíritu Santo…
 
10 … pensados con Él, con Su sistema de pensamiento,
 
11 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14
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pár 11
LR6 (-L201) in.11 32 A Él ofrezco este repaso por ti. 33 Te pongo a Su cargo y dejo que te enseñe qué hacer, decir y pensar cada vez que recurres a Él. 34 Él no fallará y estará a tu disposición cada vez que acudas a Él en busca de ayuda. 35 Ofrezcámosle todo este repaso que ahora comenzamos y no olvidemos también a Quién Le fue dado, a medida que practicamos día tras día, avanzando hacia la meta12 que Él fijó para nosotros, permitiéndole que nos enseñe cómo progresar y confiando plenamente en que nos indique la mejor manera de que cada práctica pueda convertirse en un amoroso presente de libertad13 para el mundo.
12 La meta del Curso: 1) es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
 
13 Libertad con mayúscula, es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)


Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 1 ~ R E P A S O 6
L E C C I Ó N 220
[Repasar las leccione 200]
No soy un cuerpo. Estoy libre,
pues sigo siendo Tal
como Dios Me creó.
 
L220 (L200) 1 No hay otra paz1 que La de Dios.
 
2 Que no me desvíe del camino de la paz, pues ando perdido por cualquier otro sendero que no sea éste. 3 Pero déjame seguir a Aquel que me conduce a casa, y la paz será tan segura como el Amor de Dios.
 
No soy un cuerpo. Estoy libre,
pues sigo siendo Tal
como Dios Me creó.
1 En esto radica aquí, la paz de Dios: 1) Aquiétate un instante y olvídate de todas las cosas que alguna vez aprendiste, de todos los pensamientos que tuviste, y de todas tus ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. 2) Olvídate de tus propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabes realmente cuál es. 3) Deja que toda imagen que tengas sobre cualquier persona se desprenda de tu mente y desaparezca. 4) Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. 5) Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. 6) Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. 7) Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. 8) No se te pedirá que aprendas más que esto. 9) Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es desprenderte de los pensamientos que realmente no querías, y que nunca fueron verdaderos. Ver T31.1 [12], T31.2 [22]


Un Curso Sobre Milagros
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TEXTO
Capítulo 19
MÁS ALLÁ DEL CUERPO

T19.5 LOS OBSTÁCULOS
A LA PAZ
T19.5.2 Segundo Obstáculo: creer
que el cuerpo es valioso
por lo que ofrece pár 59-67
T19.5.2 [59] 1 Dijimos que el primer obstáculo que la paz tiene que superar es el deseo que ustedes tienen de deshacerse de ella1. 2 Allí donde la atracción de la culpa impera2, no se quiere paz. 3 El segundo obstáculo que la paz tiene que superar estrechamente vinculado al primero, es creer que el cuerpo3 es valioso por razón de lo que ofrece. 4 Pues aquí la atracción de la culpa4 se pone de manifiesto en el cuerpo y se ve en él.

T19.5.2 [60] 5 Ésta es la cosa valiosa que piensan que la paz quiere arrebatarles. 6 De esto es de lo que creen que serían despojados, dejándolos sin hogar. 7 Y esta es la razón por la que negarían un hogar a la paz. 8 Consideran que sería hacer un "sacrificio" demasiado grande, que se les está pidiendo demasiado5.
1 … al mantener vivas las discusiones y críticas entre vuestras dos individualidades para las cuales, obviamente, es importante mantener vivas las diferencias…
 
2 … culpar al otro por cualquier nimiedad mantiene viva la individualidad, mi importantísimo y queridísimo "yo", "yo", "yo".
 
3 Cuando pensamos con el ego, el cuerpo es su encarnación, regido por las leyes de este mundo, y constituye la prueba viviente de que este mundo es real, y que evidentemente estamos separados de Dios y unos de otros. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno y, como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y caminamos el sendero con él. Ahora, nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes acertadas sirven para curar a las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
 
4 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con Su Hijo único, Que somos todos nosotros, como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino el único Hijo de Dios, de Quien nunca nos hemos separado. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
 
5 … ¿Qué nos pide el Curso?, bueno, por ejemplo, que nos aquietémonos bien por un instante. y: "60 Ven sin ninguno de los pensamientos que alguna vez aprendiste, y deja a un lado todas las imágenes que hiciste. 61 Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. 62 Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. 63 Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. 64 Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. 65 No se te pedirá que aprendas más que esto. 66 Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es desprenderte de los pensamientos que realmente no querías, y que nunca fueron verdaderos. T31.2 [22]"
T19.5.2 creer que el cuerpo
es valioso por lo que ofrece
pár 61
T19.5.2 [61] 9 Pero ¿se trata de un sacrificio o de una liberación? 10 ¿Qué les ha dado realmente el cuerpo que justifique esa extraña creencia que tienen de que la salvación radica en él?6 11 ¿No se dan cuenta de que eso es creer en la muerte? 12 Aquí se centra la percepción7 según la cual el Redimir8 es un asesinato. 13 He aquí la fuente de la idea de que el Amor es miedo9. 14 A los mensajeros del Espíritu Santo se les envía mucho más allá del cuerpo, para que exhorten a la mente a unirse en santa comunión y a estar en paz. 15 Tal es el mensaje que yo les di para ustedes.
6 … Bueno, cuando toco madera con mis nudillos, estoy experimentando esta realidad…
 
7 Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
8 Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula, es el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que quieres creer que nunca te separaste. 1) comienza cuando, frente al caos existencial regido por las leyes de la evolución y la escasez, conciencias que anhelas vivir de otra manera que un cuerpo, separado de los demás cuerpos, que lleva una vida sin otro significado que el de sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. 2) Luego, consiste en observar que frente al especialismo habitual de tu ego, a veces, también te llegan impulsos compasivos, de compartir y de amistad desinteresada. 3) Sin otra prueba que esos impulsos, debes decidir si quieres creer que éstos tienen un origen divino o, más bien, que son un error de la evolución. 4) Si te decides por la evolución, tu motivación para convertir esos impulsos en hechos concretos te vendrá de la ética o altruismo que adoptes. 5) En cambio, si mediante un acto de fe, aceptas que su origen pueda ser divino, también querrás creer que realmente no eres un cuerpo sino un Alma perfecta en el eterno Presente de la Unicidad, en la que tu Alma está fusionada con todas las demás Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios. 6) Este querer creer (hasta lograr creer) debería motivarte a pensar cada vez más con el Espíritu Santo, y cada vez menos con tu ego. 7) Finalmente, el Espíritu Santo te enseñará cómo no juzgar, perdonar y extender milagros y, así, en instantes santos en tu fuero interno, accederás a la visión de Cristo en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje. Ver T3.3, T5.3, T11.9, L139
 
9 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
T19.5.2 creer que el cuerpo
es valioso por lo que ofrece
pár 62
T19.5.2 [62] 16 Sólo los mensajeros del miedo ven el cuerpo, pues van en busca de lo que puede sufrir. 17 ¿Es acaso un sacrificio que se le separe a uno10 de lo que puede sufrir? 18 El Espíritu Santo no les exige que sacrifiquen la esperanza de obtener placer por medio del cuerpo, pues realmente no hay esperanza de que el cuerpo se los pueda proporcionar11. 19 Pero tampoco puede infundirles el miedo al dolor. 20 El dolor es el único "sacrificio" que el Espíritu Santo les pide, y es porque lo quiere eliminar12.
10 … en la mente
 
11 … eternamente.
 
12 … de sus mentes. Eso no les va a quitarlos dolores físicos y psicológicos que puedan sufrir, pero les va a quitar la creencia de que esos dolores son nuestra verdadera y única realidad, ya que la estamos sufriendo en carne o cerebro propios. Esos dolores son de nuestra hechura, porque son producidos por lo que nos ha tocado en la evolución, evolución que puso en marcha nuestra ego primario cuando el Hijo creyó que había logrado separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, todo eso regido por las leyes de la evolución y escasez.. Ver T27.9 [82]
T19.5.2 creer que el cuerpo
es valioso por lo que ofrece
pár 63
T19.5.2 [63] 21 La paz se extiende desde ustedes únicamente a lo que es13 eterno, y lo hace desde Lo que es eterno en Ustedes14. 22 Fluye a través de todo lo demás. 23 El segundo obstáculo no es más impenetrable que el primero. 24 Pues no quieren deshacerse de la paz ni limitarla. 25 ¿Qué otra cosa pueden ser esos obstáculos que quieren interponer entre la paz y su avance, sino barreras que colocan entre la voluntad de ustedes y sus logros? 26 Ustedes quieren comulgar15, no festejar el miedo. 27 Quieren la salvación16, no el dolor de la culpa. 28 Y quieren tener por morada a su Padre y no un poco de arcilla amontonada. 29 En su relación santa se encuentra el Hijo del Padre de ustedes, 30 Hijo que nunca ha dejado de estar en comunión con Él ni consigo mismo. 31 Cuando ustedes acordaron unirse uno con el otro, se dieron cuenta de que eso es así. 32 Eso no les cuesta nada, sino que los libera de tener que hacer cualquier clase de pago.
13 … aquí el reflejo de Lo
 
14 … los pensamientos amorosos que emergen desde nuestro subconsciente a nuestro espíritu, que es la parte de nuestra mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo.
 
15 … que es lo mismo que Comunicación y Creación, con mayúsculas, en el Cielo, son, sinónimos, pues Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad, comparte o comunica Su Amor con nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, , cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra mente acertada o espíritu querrá comunicarse con las Almas de los demás, perdonándolos, extendiéndoles milagros y viviendo con Ellas la experiencia de Cristo en el mundo real. Y, cuando pensamos con el ego, es la comunicación que tratamos de establecer con las mentes y sus cuerpos separados de los demás. Ver T1.1.49 [81], T1.1.51 [86], T4.8 [97], T6.2 [16] T14.2 [4]
 
16 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
T19.5.2 creer que el cuerpo
es valioso por lo que ofrece
pár 64-66
T19.5.2 [64] 33 Ustedes han pagado un precio exorbitante por sus ilusiones, y nada por lo que tanto pagaron les ha aportado paz. 34 ¿No les alegra saber que el Cielo no puede ser sacrificado y que no se les puede pedir ningún sacrificio? 35 No hay obstáculo que puedan interponer a nuestra unión, pues ya formo parte de la relación santa de ustedes. 36 Vamos a superar juntos todos los obstáculos, pues nos encontramos puertas adentro, y no afuera. 37 ¡Cuán fácil es abrir las puertas desde adentro para dejar que la paz entre y bendiga al mundo que está agotado! 38 ¿Cómo va a sernos difícil pasar de largo por las barreras cuando ustedes se han unido a lo ilimitado? 39 En sus manos está poner fin a la culpa. 40 ¿Se detendrían ahora a buscar culpa el uno en el otro?

T19.5.2 [65] 41 Permítanme ser para ustedes el símbolo del fin de la culpa, y mírense uno a otro como me mirarían a mí. 42 Perdónenme todos los pecados que creen que el Hijo de Dios cometió. 43 Y a la luz del perdón17 de ustedes, él recordará Quién es y olvidará lo que nunca fue. 44 Les pido su perdón, pues si son culpables, yo también tengo que serlo. 45 Pero si superé la culpa y vencí al mundo, ustedes estaban conmigo. 46 ¿Prefieren ver en mí el símbolo de la culpa o el del fin de ésta, recordando que lo que yo significo para ustedes cada uno lo ve en sí mismo?

T19.5.2 [66] 47 Desde la relación santa de ustedes, la Verdad proclama la Verdad18, y el Amor se mira a sí mismo. 48 La salvación fluye desde lo más profundo del hogar que nos ofrecieron a Mi Padre y a mí. 49 Y allí estamos juntos, en tranquila comunión en la que el Padre y el Hijo19 están unidos. 50 ¡Vengan, oh fieles, a la santa unión del Padre y del Hijo en ustedes! 51 Y no se mantengan separados de lo que se les ofrece, como muestra de agradecimiento por haberle dado a la paz su hogar en el Cielo. 52 Lleven a todo el mundo el alegre mensaje del fin de la culpa, y todo el mundo contestará. 53 Piensen en lo felices que se sentirán cuando todos les den testimonio del fin del pecado y les muestren que el poder de éste ha desaparecido para siempre. 54 ¿Dónde puede estar la culpa una vez que la creencia en el pecado ha desaparecido? 55 ¿Y dónde está la muerte, una vez que se ha dejado de oír para siempre a su gran defensor?
17 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien su Alma. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
18 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
19 … Quien es Cristo, en Quien nosotros y todos los demás somos realmente Uno,
T19.5.2 creer que el cuerpo
es valioso por lo que ofrece
pár 67
T19.5.2 [67] 56 Perdónenme por las ilusiones20 de ustedes, y libérenme del castigo que me quieren imponer por lo que no hice. 57 De esta manera, ustedes aprenderán la libertad que enseñé al enseñarles al uno y al otro a ser libres, y liberándome así a mí mismo. 58 Formo parte de su relación santa, no obstante preferirían aprisionarme tras los obstáculos que interponen a la libertad21 e impedirme llegar hasta ustedes. 59 No obstante, no es posible mantener alejado a Uno que ya está ahí. 60 Y en Él se hace posible que nuestra comunión —en la que ya estamos unidos— sea el foco de la nueva percepción que llevará la luz a todo el mundo que está contenido en ustedes.
20 Ilusión o fantasía —en el sueño de la separación o realidad del ego en la que creemos vivir— es todo lo "hecho" por el yo soñador o “idea seria,” que se produjo en el instante de la separación, por haber olvidado el Hijo reírse de la diminuta idea alocada (que Le era posible separarse de Su Padre y ponerse a crear por su cuenta), que se había colado en la Eternidad donde Todo es Uno con Dios. Entre las ilusiones hechas por el yo soñador, se encuentran el tiempo, el espacio, el universo en continua expansión y fragmentación, y el sistema de pensamiento del ego, que con sus leyes de la evolución y escasez rige todas las mencionadas ilusiones. Ver T8.5 [41], T16
 
21 Libertad con mayúscula, es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
Capítulo 19
MÁS ALLÁ DEL CUERPO

T19.5 LOS OBSTÁCULOS
A LA PAZ
T19.5.2.1 Placer y dolor pár 68-76
T19.5.2.1 [68] 1 Tu pequeño papel1 consiste únicamente en entregarle al Espíritu Santo la idea del sacrificio en su totalidad, 2 y aceptar a cambio la paz que Él te dio sin imponer los límites que impedirían su extensión, lo cual limitaría tu concienciación de ella. 3 Pues lo que Él da tienes que extenderlo si quieres disponer de Su poder ilimitado y utilizarlo para liberar al Hijo de Dios. 4 No es de este poder de lo que te quieres deshacer y, puesto que lo tienes, no lo puedes limitar. 5 Si la paz no tiene hogar, tampoco lo tenemos ni tú ni yo. 6 Y Aquel Que es nuestro hogar se queda sin techo junto con nosotros. 7 ¿Es eso lo que quieres? 8 ¿Querrías ser un eterno vagabundo en busca de paz? 9 ¿Pondrías tus esperanzas de paz y felicidad en lo que necesariamente tiene que fracasar?2
1 … para cada miembro de la relación santa en formación, puesto que están lidiando con los obstáculos a la paz,
 
2 La esperanza es lo último que se pierde. No hay dudas que la evolución, a nivel del cuerpo individual, tarde o temprano termina con la inevitable muerte. Y tampoco hay duda que mucha gente quiere creer que después de la muerte DEBE haber otra cosa, preferiblemente mejor que el infierno que termina siendo esta vida. La creencia en la irrealidad de esta realidad —que podemos palpar con nuestros sentidos y entender con nuestro razonamiento, lógica y sentido común— que propone el Curso es lo que es difícil de aceptar.
T19.5.2.1 Placer y dolor
pár 69
T19.5.2.1 [69] 10 Tener fe en lo Eterno siempre está justificado, pues lo Eterno es por siempre bondadoso, infinitamente paciente y, totalmente amoroso3. 11 Te aceptará completamente y te dará paz. 12 Pero sólo se puede unir a Lo que ya está en paz en ti, que realmente es inmortal como Él. 13 El cuerpo no puede proporcionarte4 ni paz ni desasosiego, ni dolor ni alegría. 14 Es un medio, no un fin. 15 De por sí no tiene ningún propósito, sino sólo el que se le atribuye. 16 El cuerpo parecerá ser lo que sea que constituya el medio para alcanzar la meta que tú le asignes. 17 Sólo la mente puede fijar propósitos, y sólo la mente puede discernir los medios necesarios para su logro, así como justificar su uso. 18 Tanto la paz5 como la culpa son estados mentales que hay que alcanzar. 19 Y esos estados son el hogar de la emoción que los suscita y, por consiguiente, que es compatible con ellos. 20 Así que piensa cuál de ellos es compatible contigo.6
3 Tener fe es creer en algo que nuestros sentidos no pueden verificar pero que pensamos que es verdad, porque nos lo asegura una autoridad en la materia en la que confiamos o, porque lo deducimos de nuestras propias experiencias. Las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo hacen que, para sobrevivir, el hombre racional actúe con egoísmo, aunque a veces, le dé por actuar irracionalmente con altruismo. A los actos de altruismo, el Curso los llama "milagros" y, además, nos propone que tengamos fe en que aquí, constituyen el reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones. Basados en esa experiencia trascendente, el Curso nos propone deducir que ese Dios amoroso existe, es perfecto y eterno, y que, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos a Su Semejanza, Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. En Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego —que nuestros sentidos perciben— no existe. Ver T17.7, T17.8, T19.1, T19.2, T21.4, L327)
 
4 … a tu mente
 
5 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro —es decir, que nos damos cuenta de que no hay nada que perdonar, porque lo hemos reconocido como el Cristo que realmente es, como el Alma perfecta y eterna que realmente es, Alma que es exactamente igual a La mía y a Las de todos los demás— y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T19.5, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
 
6 Que yo sepa, nadie se ha "esfumado" de esta vida, ni Jesús de Nazareth, por creer que nuestra verdadera Realidad se encuentra en un eterno Presente de una Unicidad de un Dios (aquí siempre ausente y silencioso) que nos ha creado, de toda Eternidad, en un Pensamiento de Amor como un Hijo único, y que no creó MÁS NADA. Entonces, a menos de una revelación que nos diga lo contrario, tendremos que cargar con este cuerpo (que no somos) hasta que la muerte lo regrese a la nada de donde vino… ¿Qué no puede aportar aquí la creencia que nos ofrece el Curso: un poco de paz y un poco de alegría…
T19.5.2.1 Placer y dolor
pár 70
T19.5.2.1 [70] 21 Ésta es la elección que tienes ante ti, y es libre. 22 Pero todo lo que radica en ella vendrá con ella, y lo que crees ser jamás podrá estar separado de ella. 23 El cuerpo aparenta ser el gran traidor de la fe. 24 En él residen la desilusión y las semillas de la falta de fe, pero sólo si le pides lo que no puede dar7. 25 ¿Puede tu equivocación ser causa razonable para deprimirte, desilusionarte y atacar por represalia a lo que crees que te ha fallado? 26 No uses tu error para justificar tu falta de fe. 27 Realmente no has pecado8, pero te has equivocado con respecto a lo que significa tener fe. 28 Y la corrección de tu error te dará motivos para tener fe.
7 … una prueba de que la eterna Unicidad sí existe…
 
8 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en: 1) Una idea seria el “yo soñador” (o el Hijo de Dios soñando que logró separarse)capaz de lograr algo y de tener efectos reales, tales como las siguientes hechuras: 1.1) el tiempo, el espacio, el inicio del universo (o Cosmos), y el sistema de pensamiento del ego, con el que el yo soñador manejará la evolución de esos efectos reales; 1.2) la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo"; 1.3) hace unos 200 a 300 mil años, otorgó al homo sapiens, la facultad de manipular su instinto natural. . 2) En el mismo instante de la separación, Dios dio su Respuesta a la misma: el Espíritu Santo, cuyos impulsos milagrosos, cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta, nos invita a aceptar el Redimir para nosotros mismos, a perdonar y a extender milagros al otro(s). Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38], T5.4 [21], M2.4
T19.5.2.1 Placer y dolor
pár 71-73
T19.5.2.1 [71] 29 Es imposible buscar el placer por medio del cuerpo y no hallar dolor. 30 Es esencial que esta relación se entienda, ya que el ego la considera la prueba de la existencia del pecado. 31 Realmente no es punitiva en absoluto. 32 Pero sí es el resultado inevitable de haberte equiparado al cuerpo, que es lo que indujo la invitación al dolor. 33 Pues eso invita al miedo a que entre y se convierta en tu propósito. 34 Por eso, la atracción de la culpa tiene necesariamente que entrar con él y, cualquier cosa que el miedo ordene al cuerpo que haga, será doloroso. 35 El cuerpo compartirá el dolor de todas las ilusiones, y la ilusión de placer será la misma que la del dolor.
 
T19.5.2.1 [72] 36 ¿No es acaso esto inevitable? 37 Bajo las órdenes del miedo, el cuerpo irá en busca de la culpa para servir a su amo, cuya atracción por la culpa mantiene intacta toda la ilusión de su existencia. 38 Así, esto constituye la atracción del dolor. 39 En efecto, regido por esta percepción, el cuerpo se convierte en siervo del dolor, lo persigue con gran dedicación y, acata la idea de que el dolor es placer. 40 Ésta es la idea que subyace a la excesiva importancia que el ego atribuye al cuerpo. 41 Y esta es la relación demente que él mantiene oculta, lo que no le impide nutrirse de ella. 42 A ti te enseña que el placer corporal es felicidad. 43 Pero a sí mismo se susurra: "Trae consigo la muerte".
 
T19.5.2.1 [73] 44 ¿Por qué razón debería ser el cuerpo tan importante para ti? 45 Aquello de lo que está hecho ciertamente no es valioso. 46 Y es igualmente cierto que no tiene sentimientos. 47 Te transmite los sentimientos que tú quieres. 48 Pues al igual que cualquier otro medio de comunicación, el cuerpo recibe y transmite los mensajes que se le dan. 49 Pero no tiene sentimientos por ellos. 50 Todos los sentimientos que afectan a esos mensajes se los dan el emisor y el receptor. 51 Tanto el ego como el Espíritu Santo reconocen esto, y ambos también reconocen que, en este caso, emisor y receptor son la misma persona. 52 El Espíritu Santo te dice esto con alegría. 53 El ego te lo oculta, pues no quiere que lo conciencies. 54 ¿Quién transmitiría mensajes de odio y de ataque si entendiese que se los está enviando a sí mismo? 55 ¿Quién se acusaría, se declararía culpable y se condenaría a sí mismo?
T19.5.2.1 Placer y dolor
pár 74-76
T19.5.2.1 [74] 56 El ego9 siempre proyecta sus mensajes fuera de ti, al creer que es otro y no tú el que ha de sufrir por tus mensajes de ataque y culpa. 57 E incluso si el que sufre eres , otro ha de sufrir aún más. 58 El supremo engañador reconoce que esto no es verdad, pero como "enemigo" de la paz que es, te incita a que envíes afuera todos tus mensajes de odio y así, te liberes a ti mismo. 59 Y para convencerte de que esto es posible, le ordena al cuerpo que busque dolor atacando a otro, lo llame placer, y te lo ofrezca como liberación de ser atacado.

T19.5.2.1 [75] 60 No hagas caso de su locura, ni creas que lo que es imposible10 es verdad. 61 No olvides que el ego ha dedicado el cuerpo a la meta del pecado y que tiene absoluta fe en que esto se puede lograr. 62 Sus tristes discípulos entonan incesantemente alabanzas al cuerpo, en solemne celebración del poderío del ego. 63 No hay ni uno solo que no crea que sucumbir a la atracción de la culpa es la manera de escaparse del dolor. 64 Ni uno solo de ellos puede dejar de identificarse a sí mismo con su propio cuerpo, sin el cual moriría, pero dentro del cual, su muerte es igualmente inevitable.

T19.5.2.1 [76] 65 Los discípulos del ego no se dan cuenta de que se han dedicado a sí mismos a la muerte. 66 Se les ha ofrecido la libertad pero no la han aceptado, y lo que se ofrece tiene también que recibirse para que sea dado verdaderamente. 67 Pues el Espíritu Santo es también un medio de comunicación, que recibe del Padre Sus mensajes para luego ofrecérselos al Hijo11. 68 Al igual que el ego, el Espíritu Santo es a la vez emisor y receptor. 69 Pues lo que se envía por medio de Él regresa a Él, buscándose a sí mismo en el trayecto, y encontrando lo que busca. 70 De igual manera, el ego encuentra la muerte que él busca, entregándotela a ti.
9 1) A partir del instante de la separación —hace aproximadamente unos 14 mil millones de años— el ego es el sistema de pensamiento hecho por el Hijo que sueña que está separado de Dios, “yo soñador”, sistema con el cual maneja la evolución y expansión del universo en el tiempo y el espacio; 2) en la pizca de polvo cósmico que llamamos mundo, que empezó hace unos 4.500 millones de años y, para uso del Homo Sapiens, que el Curso llama “hombre” — a quien, hace unos 200.000 años, el yo soñador otorgó la facultad de manipular su instinto natural— el ego es el sistema de pensamiento del especialismo; 3) en el Curso, el ego es también la parte de la mente o pensar del hombre que recibe los impulsos existenciales del yo pensador. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
 
10 … en la Eternidad, aquí sí lo es y por eso crees que…
 
11 … por medio de esos impulsos amorosos o "altruistas" que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, de nuestro residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
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