L77.1 1 Tienes derecho a los milagros debido a lo que realmente eres. 2 Recibirás milagros debido a Lo que Dios es. 3 Y ofrecerás milagros porque realmente eres Uno con Dios. 4 Una vez más, ¡cuán sencilla es la salvación! 5 Es sencillamente una afirmación de tu verdadera Identidad2. 6 Esto es lo que celebraremos hoy.
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1 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y fusionas tu Alma con La de él en una unión de Amor, en la que dar es recibir, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver: T1, LTe.13 (-L341)
2 Identidad, con mayúscula, es el Yo del único Hijo de Dios, Que somos realmente, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu), y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (- L351)
L77.2 7 Tu derecho a los milagros no se basa en tus ilusiones sobre ti mismo. 8 No depende de ningún poder mágico que te hayas atribuido, ni de ninguno de los rituales que has inventado. 9 Es inherente a la Verdad de Lo que eres. 10 Está implícito en Lo que Dios, Tu Padre, es. 11 Tu derecho a los milagros quedó establecido cuando fuiste creado, y está garantizado por las Leyes de Dios.
L77.3 12 Hoy reivindicaremos los milagros a los que tienes derecho, pues te pertenecen. 13 Se te ha prometido la total liberación del mundo del que fuiste hacedor. 14 Se te ha asegurado que el Reino de Dios se en- cuentra dentro de ti, y que nunca Lo puedes perder. 15 No pedimos sino lo que en Verdad nos pertenece. 16 Sin embargo, hoy nos vamos a asegurar también de no conformarnos con menos.
L77.4 17 Comienza las prácticas más largas de hoy diciéndote a ti mismo con absoluta certeza que tienes derecho a los milagros. 18 Cierra los ojos y recuerda que estás pidiendo únicamente lo que por derecho propio te pertenece. 19 Recuerda también que los milagros nunca se le quitan a uno para dárselos a otro y que, al reivindicar tus derechos, estás haciendo valer los derechos de todos. 20 Los milagros no obedecen las leyes de este mundo. 21 Sencillamente, provienen de las Leyes de Dios.
L77.5 22 Después de esta breve fase introductoria, espera en silencio la ratificación de que tu petición te ha sido concedida. 23 Has pedido la salvación del mundo así como la tuya. 24 Has pedido que se te concedan los medios para poder lograr esto. 25 Es imposible que no se te den garantías al respecto. 26 Sólo estás pidiendo que se haga la Voluntad de Dios. 27 Al hacerlo, no estás realmente pidiendo nada. 28 Estás afirmando un hecho innegable.
L77.6 29 El Espíritu Santo3 no puede sino asegurarte que tu petición te ha sido concedida. 30 El hecho de haberla aceptado lo confirma. 31 Hoy no hay cabida para la duda ni la incertidumbre. 32 Por fin estamos planteando una pregunta real. 33 La respuesta es una sencilla declaración de un hecho sencillo. 34 Recibirás el convencimiento que buscas.
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3 El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es Su Pensamiento de Amor que nos creó Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) En el mismo instante de la separación, el Espíritu Santo fue la Respuesta de Dios a la misma, cuyos impulsos milagrosos —cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta— nos invitan a: 2.1) aceptar el Redimir para nosotros mismos; 2.2) perdonar; 2.3) extender milagros al otro(s); 2.4) y, a aceptarlo como nuestro Guía para tomar decisiones, pensando con Él en nuestra mente acertada o espíritu; Ver: Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281), M2.4
L77.7 35 Nuestras prácticas más cortas serán frecuentes, y estarán dedicadas también a recordar un hecho sencillo. 36 Hoy repite esto frecuentemente:
L77.8 37 Tengo derecho a los milagros.
L77.9 38 Pídelos cada vez que se presente una situación que los requiera. 39 Esas situaciones las vas a reconocer y, como no confías en ti mismo para encontrar el milagro, tienes pleno derecho a recibirlo cada vez que lo pidas.
L77.10 40 Recuerda también que no debes conformarte con menos que no sea la respuesta perfecta. 41 Si te asaltan tentaciones, di de inmediato:
L77.11 42 No intercambiaré milagros por resentimientos.
43 Quiero únicamente lo que me pertenece.
44 Dios estableció mi derecho a los milagros.