PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
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T19.5.4 [96] 34 Les parece que el mundo los abandonará por completo sólo con que alcen la mirada. 35 No obstante, lo único que ocurrirá es que serán ustedes quienes lo abandonarán para siempre.

36 En esto consiste el restablecimiento de su voluntad. 37 Miren con los ojos bien abiertos a eso que juraron no mirar, y nunca más creerán que están a merced de cosas que se encuentran más allá de ustedes, de fuerzas que no pueden controlar o de pensamientos que los asaltan en contra de la voluntad de ustedes.

38 Realmente, ustedes quieren mirar eso. 39 Ningún deseo desquiciado, ningún impulso trivial de volver a olvidar, ninguna punzada de miedo, ni el frío sudor de lo que aparenta ser la muerte pueden oponerse a ella.

40 Pues lo que les atrae más allá el velo es algo que también se encuentra en lo más profundo de sus fueros internos19, algo de lo que realmente no están separados y con Lo que son completamente Uno.

  CH 19. MÁS ALLÁ DEL CUERPO
T19.5.4 Cuarto obstáculo:
el miedo a Dios
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
P A R T E 2
¿Qué es EL PERDÓN?  pár 1-5
LTe.1 (-L221).1 1 El perdón1 reconoce que lo que pensaste que2 tu hermano te hizo3 realmente nunca ocurrió4. 2 No perdona pecados5, otorgándoles así realidad6. 3 Sencillamente7 ve que no se cometió pecado alguno8. 4 Y, en esa mirada9, todos tus pecados quedan perdonados10. 5 ¿Qué es el pecado11, sino una falsa idea acerca del Hijo de Dios12? 6 El perdón13 ve sencillamente esa falsedad y, por consiguiente, la descarta14. 7 La Voluntad de Dios15 tiene ahora libertad para ocupar su lugar16.
1 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
2 … el cuerpo de
 
3 … a tu cuerpo,
 
4 … ya que quieres creer que tu hermano, tú, y todos los demás, no son cuerpos, sino Almas fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. Por consiguiente,
 
5 Para los fieles de las Religiones establecidas, pecado es todo lo que infrinja sus respectivos mandamientos y normas.
 
6 … según el sistema de pensamiento del ego…
 
7 … tu mente acertada por medio de la visión de Cristo
 
8 .. ya que en la Unicidad de Dios no hay individualidades compitiendo unas contra otras, sino Su Hijo único con Quien es Uno, en un Pensamiento de Amor o Espíritu Santo…
 
9 … en tu fuero interno con la visión de Cristo que mira más allá del cuerpo de tu hermano a su Alma,
 
10 … ya que tu Alma no los pudo haber cometido en el eterno Presente de la Unicidad de Dios en la que quieres creer, basado en tus experiencias de impulsos milagrosos
 
11 … según el sistema de pensamiento del ego,
 
12 … que está soñando que se separó de Dios y se identificó con y está enclaustrado en un cuerpo en este teatro de títeres inventado en esta pizca de polvo cósmico que llamamos mundo…
 
13 … según la mente acertada o espíritu que piensa con el Espíritu Santo
 
14 … de sus creencias, aunque sigue consciente que mientras el cuerpo exista en este sueño, tiene que mantenerlo y, entre otras cosas, pagar las cuentas…
 
15 … expresada en el reflejo aquí —cuando perdonas y extiendes milagros— de la felicidad que realmente heredaste y que sigue imperturbada en la perpetua Alegría de la Creación plena que es eternamente receptiva y completamente ilimitada en Ti, Uno con Dios… Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
 
16 … en tus creencias, en tu querer creer que la Verdad que te propone el Curso es verdad…
P A R T E 2
¿Qué es EL PERDÓN?  
pár 2
LTe.1 (-L221).2 8 El pensar que no perdona es aquel que emite un juicio17 que no pondrá en duda, a pesar de que18 no es verdad. 9 La mente19 se ha cerrado y no puede liberarse20. 10 El pensar21 protege la proyección22 apretando aún más las cadenas que aprisionan a la mente23, de tal manera que las distorsiones se vuelven más sutiles y turbias, menos susceptibles de ser puestas en duda y más alejadas de la razón24. 11 ¿Qué puede interponerse entre una proyección fija y el objetivo que ésta ha escogido como la meta que quiere alcanzar?
17 … sobre alguna realidad del ego…
 
18 … realmente
 
19 … equivocada
 
20 … de una realidad que los sentidos del cuerpo experimentan como real, como verdadera…
 
21 … del ego con tu mente equivocada…
 
22 … equivocada del ego… La proyección, en el eterno Presente de la Unicidad, es de Dios y de Su único Hijo, que proyectan Amor Uno al Otro, y al hacerlo, se extienden Uno en el Otro. En cambio, aquí, cuando pensamos, actuamos y percibimos con el ego, la proyección es de la individualidad que necesita sobrevivir en el mundo de la evolución y escasez, proyectando espontáneamente ese pensamiento egocéntrico y defensivo hacia todo lo de afuera, incluyendo a los demás. Esta proyección también mantiene vigente nuestra separación de Dios. Pero el Curso nos enseña que podemos ver al mundo de otra manera y, para ello, primero tenemos que decidir pensar con el Espíritu Santo, aceptar el Redimir para nosotros mismos, perdonar, extender milagros y entablar relaciones santas para multiplicar las ocasiones de salvar a nuestros hermanos. Al hacerlo, proyectaremos hacia los demás el pensar de Amor del Espíritu Santo y, por medio de nuestra visión de Cristo, nos extenderemos en los demás que, ahora —en nuestra mente— serán uno con nosotros, reflejando así, aquí, la eterna Unicidad de Dios, donde realmente estamos todos, como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador. Ver T2.1, T2.2 [23] y [25], T6.3, T7.9, T10.2 T21.1 [1]
 
23 … equivocada…
 
24 … del Espíritu Santo… Razón, con mayúscula, 1) en la eterna Unicidad, es: el Pensar de Amor de Dios o Espíritu Santo, que Dios comparte con nuestras Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es el reflejo del eterno Pensar de Amor que manifestamos por medio del perdonar y de la extensión de milagros; 3) y, cuando pensamos con el ego, se refiere a la racionalidad, lógica y sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos, según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4
P A R T E 2
¿Qué es EL PERDÓN?  
pár 3
LTe.1 (-L221).3 12 El pensar que no perdona hace muchas cosas. 13 Actuando frenéticamente, persigue su meta, doblegando y tumbando lo que considera que se interpone en el camino que ha escogido. 14 Su propósito es distorsionar, que es también el de los medios por los cuales quiere lograrlo25. 15 Además, se dedica con furia a tratar de aplastar el reflejo de la Realidad26, sin ningún miramiento por nada que parezca contradecir su punto de vista.
25 … usando su especialismo… El especialismo: 1) es la forma de pensar de mi mente equivocada, cuando mi cerebro procesa los impulsos egóicos provenientes de mi yo soñador ("leyes de la evolución y escasez"), que es lo que hago casi todo el tiempo; 2) es el instinto evolutivo de sobrevivir, pero, manipulado por mi ego; 3) es mi deseo de estar separado(a) y por encima de los demás, tratando de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que soy merecedor(a) de las escasas cosas buenas y transitorias que ofrece el mundo; 4) es buscar interesadamente en relaciones especiales, el amor, la amistad y el aprecio especiales que puedan ofrecer, así como también, convencerlos de que entreguen sus cuerpos y/o mentes y/o posesiones igualmente especiales, que considero que me hacen falta. 5) Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir desinteresadamente, ya que, por sí mismo, constituye una traición y un ataque contra el Amor de Dios por cada una de nuestras Almas —Que realmente somos— fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único. 6) En consecuencia, mi especialismo va a desconfiar de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso, no se le va a escapar ninguna falta o pecado que puedan cometer; además de atacar a los que interfieran o se opongan a mis designios interesados. Ver T16.6, T24, T27.9 [82]-[83]
 
26 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hizo nuestro yo soñador, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
P A R T E 2
¿Qué es EL PERDÓN?  
pár 4-5
LTe.1 (-L221).4 16 En cambio, el perdón está aquietado, y tranquilamente no hace nada. 17 No ofende a ningún aspecto de la Realidad, ni trata de torcerla en apariencias que le agradan. 18 Sencillamente mira, espera y no juzga. 19 El que no perdona tiene que juzgar, pues tiene que justificar su fracaso por no perdonar. 20 Pero aquel que quiere perdonarse a sí mismo debe aprender a dar la bienvenida a la Verdad exactamente como es27.

LTe.1 (-L221).5 21 Así, pues, no hagas nada y deja que el perdón te muestre lo que debes hacer por medio de Aquel Que es tu Guía, tu Salvador y Protector, Quien, lleno de esperanza, está seguro de que finalmente triunfarás28. 22 Él ya te ha perdonado, pues ésa es Su función, que Dios le dio. 23 Ahora debes compartirla y perdonar al que Él ha salvado29, cuya inocencia ve y a quien honra como el Hijo de Dios.
27 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.55
 
28 El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es Su Pensamiento de Amor que nos creó Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo; 2) En el mismo instante de la separación, el Espíritu Santo fue la Respuesta de Dios a la misma, cuyos impulsos milagrosos —cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta— nos invitan a: 2.1) aceptar el Redimir para nosotros mismos; 2.2) perdonar; 2.3) extender milagros al otro(s); 2.4) y, a aceptarlo como nuestro Guía para tomar decisiones, pensando con Él en nuestra mente acertada o espíritu; Ver: Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281), M2.4
 
29 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos amorosos (o milagrosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar a otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente somos— y que curará en su mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)


Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 222
Dios está conmigo.
Vivo y respiro en Él.
L222.1 1 Dios está conmigo1. 2 Él es mi Fuente de vida2, mi vida interior3, el aire que respiro, el alimento que me sustenta, el agua que me renueva y que me purifica4. 3 Él es mi hogar, en el que vivo y me muevo5; el Espíritu6 que dirige todos mis actos, me ofrece Sus Pensamientos y garantiza mi salvaguarda contra todo dolor.7 4 Él me prodiga bondad y cuidado, y sostiene con Amor al Hijo sobre el cual resplandece y que a su vez resplandece sobre Él. 5 ¡Cuán aquietado se encuentra aquel que conoce la Verdad de lo que Él dice hoy!

L222.2 6 Padre, no tenemos en nuestros labios ni en nuestras mentes otras palabras que Tu Nombre, cuando acudimos ahora en silencio ante Tu Presencia y pedimos descansar en paz Contigo unos instantes.
1 … no como mi "yo", en minúscula, que piensa con mi ego (que es lo que hago casi todo el tiempo); sino como el reflejo aquí de mi "Yo" o de mi Alma, fusionada con todas las demás Almas en Una sola en Cristo, como el Hijo único creado por Dios en un Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Uno con Él en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que nos profesamos ese Amor Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. Ver T8.4 [20], T23, Lte.14 (-351)
 
2 … por medio del Espíritu Santo, Que me envía impulsos milagrosos a mi subconsciente, del cual emergen a mi mente acertada o espíritu, entre otros, como impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, de verdadera empatía, de verdadero Amor, y constituyen en este mundo, el único reflejo de la eterna Realidad. Ver T1.1.28 [36 a 38], T4.7 [88]
 
3 … en el aquietamiento y silencio de los instantes santos…
 
4 … esto quiere significar que Dios es como el aire, el alimento y el agua que en Verdad me sostiene.
 
5 … la eterna Unicidad, donde Todo es Uno con Dios,
 
6 El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
 
7 … espiritual en mi fuero interno…


Un Curso Sobre Milagros
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TEXTO
Capítulo 19
MÁS ALLÁ DEL CUERPO

T19.5 LOS OBSTÁCULOS
A LA PAZ
T19.5.4 Cuarto obstáculo:
el miedo a Dios pár 90-96
T19.5.4 [90] 1 ¿Qué verían1 si no tuviesen miedo2 de la muerte? 2 ¿Qué sentirían y pensarían si la muerte no los atrajese3? 3 Simplemente4 recordarían a su Padre: 4 el Creador de la Vida5, la Fuente de Todo Lo que vive, el Padre del Universo y del Universo de los Universos6, y además, recordarían Todo Lo que se encuentra más allá de Ellos. 5 Y a medida que este recuerdo emerja en las mentes de ustedes, la paz tendrá todavía que superar el obstáculo final, después del cual se completará la salvación7, y el Hijo de Dios recuperará completamente la cordura8. 6 Pues ahí ciertamente termina el mundo de ustedes.
1 … en su fuero interno…
 
2 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
3 … como la única certeza en nuestra vida terrenal de cuerpo…
 
4 … es la indispensable y fundamental concienciación que el Curso te pide es concienciar tus impulsos amorosos desinteresados que de vez en cuando emergen de tu subconsciente y que, cuando los extiendes a otros en actos altruistas, que el Curso llama milagros, aportan a tu vida un significado que no te es usual. Luego, basado en esas experiencias, que decidas si constituyen un error de la evolución (lo que das, lo pierdes) o, si su origen pudiera ser trascendente. Si son errores de la evolución, derivarás tu motivación para seguir extendiéndolos de la ética o altruismo que hubieses escogido. En cambio, si quieres creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones, entonces no tendrás reparos en deducir y aceptar los siguientes basamentos del Curso: 1) Que Dios —a Quien nadie ha visto— existe, es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos, sin excepción, a Su Semejanza, no como cuerpos, sino como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. 2) Que, en Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego que nuestros sentidos perciben no existe. 3) Que, al tú perdonar y extender cada vez más milagros, este querer creer se convertirá en creer, y curará en tu mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que ella creía que eran reales, y que tú sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
 
5 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, somos Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, Quien es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
 
6 Universo, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios, a saber: Nosotros como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, en minúscula, universo puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver T28.3 [16], T29.7 [39]
 
7 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
 
8 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
T19.5.4 Cuarto obstáculo:
el miedo a Dios
pár 91
T19.5.4 [91] 7 El cuarto obstáculo a superar pende como un velo espeso ante la faz de Cristo9. 8 No obstante, a medida que Su faz vaya surgiendo tras ese velo, radiante de alegría porque su Padre Lo arropa en Su Amor, la paz apartará afablemente el velo y se apresurará a encontrarse con Él, para finalmente unírsele. 9 Pues este oscuro velo —que hace parecer la faz del Mismo Cristo como la de un leproso, y los radiantes rayos del Amor de su Padre que iluminan Su faz con gloria como chorros de sangre— se desvanece en la deslumbrante luz10 que brilla más allá de él, una vez que el miedo a la muerte ha desaparecido.
9 La faz de Cristo es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya Alma, en un instante santo del mundo real, experimentamos en nuestro fuero interno una completa fusión, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios, donde todas nuestras Almas, perfectas y eternas, están fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo único. Ver T20.5 [32], T20.6 [42]
 
10 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
T19.5.4 Cuarto obstáculo:
el miedo a Dios
pár 92
T19.5.4 [92] 10 Éste, el más oscuro de los velos, se mantiene intacto por la creencia en la muerte11 y por la atracción que ésta ejerce. 11 La dedicación a la muerte y a su soberanía no es más que el voto solemne, la promesa hecha al ego en secreto de no descorrer jamás ese velo12, de no acercarse a la faz de Cristo, y de ni siquiera sospechar que está ahí. 12 Éste es el acuerdo secreto al que llegaron con el ego para borrar para siempre y mantener en el olvido Lo que se encuentra tras el velo13. 13 He aquí la promesa de ustedes de jamás permitir que la unión les haga abandonar la separación; he aquí la profunda amnesia en la que el recuerdo de Dios parece estar totalmente olvidado; he aquí la brecha entre el Yo14 de ustedes y ustedes; he aquí el miedo a Dios15, el último paso de la disociación de ustedes.
11 Cuando pensamos con el ego, Cuando pensamos con el ego, la muerte es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que la muerte no es nada, y que, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que —como Almas, fusionadas todas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios— seguimos siendo Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
 
12 … detrás del cual las individualidades son una en Cristo, y ahora piensan y perciben como "nosotros" con el Espíritu Santo,
 
13 … el Amor de Dios por Su único Hijo Que somos nosotros…
 
14 Mi Yo (con mayúscula), o mi Alma, conjuntamente con todas las demás Almas fusionadas en Una sola en Cristo, es el Hijo único creado por Dios en un Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Uno con Él en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que se profesan ese Amor Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En el Curso, la palabra Yo también es usada pocas veces como el Yo de Dios. Ver T8.4 [20], T23, Lte.14 (-351)
 
15 … miedo al Dios caprichoso y castigador de la Biblia…
T19.5.4 Cuarto obstáculo:
el miedo a Dios
pár 93-94
T19.5.4 [93] 14 Observen cómo la creencia en la muerte pareciera "salvarlos". 15 Pues si ésta hubiese desaparecido, ¿a qué le podrían temer, sino a la Vida? 16 La atracción de la muerte es lo que hace que la vida parezca horrible, cruel y tiránica. 17 El miedo que tienen a la muerte no es mayor que el que le tienen al ego. 18 Ambos son los amigos que escogieron, 19 puesto que en la secreta alianza de ustedes con ellos acordaron no permitir nunca que se revocase el miedo a Dios, por lo que tampoco podrían mirar la faz de Cristo ni unirse a Él en su Padre.

T19.5.4 [94] 20 Cada obstáculo que la paz debe superar se salva de la misma manera: el miedo que lo originó cede ante el Amor que se encuentra más allá del obstáculo, y así desaparece el miedo. 21 Y lo mismo ocurre con este último obstáculo de tener miedo a Dios16. 22 El deseo de deshacerse de la paz y de sacar al Espíritu Santo de sus fueros internos se desvanece en presencia del tranquilo reconocimiento de que sí aman a Dios. 23 La exaltación del cuerpo se abandona a favor del17 Espíritu18, al Que aman como jamás podrían haber amado al cuerpo. 24 Y la atracción de la muerte desaparece para siempre a medida que la atracción del Amor despierta en ustedes y los llama. 25 Desde más allá de cada uno de estos obstáculos que les impiden amar, el Amor Mismo ha llamado, y cada uno de ellos ha sido superado mediante el poder de atracción que ejerce lo que se encuentra más allá de ellos. 26 El miedo que anhelan es lo que parecía mantenerlos inamovibles. 27 Pero cuando oyeron la Voz del Amor que se encontraba más allá de ellos, ustedes respondieron, y los obstáculos desaparecieron.
16 … al darnos cuenta de que un Dios de Amor —en el que queremos creer— no pudo haber creado el infierno que es este mundo. Si no fue Dios, ¿quién queda por haberlo mal creado…? La respuesta la tenemos en los dos sistemas de pensamiento que pueblan nuestra mente: el del ego egoísta y egocéntrico por designios de la evolución y de la escasez, y el del Espíritu Santo, la Respuesta de Dios a la separación, Que al igual de Dios, sólo sabe de Amor…
 
17 … reflejo aquí del
 
18 El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Cuando los Espíritus (o Almas) perfectos y eternos —que realmente somos todosse fusionan como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el yo soñador, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al yo soñador a aminorar su conflicto interno, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el yo soñador es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
T19.5.4 Cuarto obstáculo:
el miedo a Dios
pár 95-96
T19.5.4 [95] 28 Y ahora se encuentran aterrorizados ante lo que juraron no volver a mirar nunca más. 29 Bajan la vista, al recordar la promesa que hicieron a sus "amigos". 30 La "belleza" del pecado, la sutil atracción de la culpa, la "santa" imagen de cera de la muerte y el miedo de la venganza del ego a quien juraron con sangre que no abandonarían, todos se alzan y les ruegan que no levanten la mirada. 31 Pues se dan cuenta de que si miran ahí y permiten que el velo se descorra, desaparecerán para siempre. 32 Todos los "amigos", "protectores" y el "hogar" de ustedes se desvanecerán. 33 No recordarán nada de lo que ahora recuerdan.

T19.5.4 [96] 34 Les parece que el mundo los abandonará por completo sólo con que alcen la mirada. 35 No obstante, lo único que ocurrirá es que serán ustedes quienes lo abandonarán para siempre. 36 En esto consiste el restablecimiento de su voluntad. 37 Miren con los ojos bien abiertos a eso que juraron no mirar, y nunca más creerán que están a merced de cosas que se encuentran más allá de ustedes, de fuerzas que no pueden controlar o de pensamientos que los asaltan en contra de la voluntad de ustedes. 38 Realmente, ustedes quieren mirar eso. 39 Ningún deseo desquiciado, ningún impulso trivial de volver a olvidar, ninguna punzada de miedo, ni el frío sudor de lo que aparenta ser la muerte pueden oponerse a ella. 40 Pues lo que les atrae más allá el velo es algo que también se encuentra en lo más profundo de sus fueros internos19, algo de lo que realmente no están separados y con Lo que son completamente Uno.
19 El residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
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