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Un Curso Sobre Milagros
edición original 
T29.3 [13] 24 Tu Invitado ha llegado9. 25 Tú lo invitaste y Él vino. 26 No lo oíste entrar, porque la bienvenida que le diste no fue completa. 27 No obstante, Sus dones10 llegaron con Él.

28 Los depositó a tus pies, y ahora te pide que los mires y los consideres tuyos. 29 Él necesita tu ayuda para dárselos a todos los que caminan por su cuenta, creyendo estar solos y separados.

30 Se curarán cuando aceptes los presentes que les diste, pues tu Invitado dará la bienvenida a todos aquellos cuyos pies hayan tocado la tierra santa que tú pisas, donde Sus dones para ellos han sido dispuestos.

  UCSM TEXTO
CH 29 EL DESPERTAR
T29.3 LA LLEGADA
DEL INVITADO
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? pár 1-5
LTe.9 (-L301).1 1 La Segunda Venida de Cristo —Que es tan segura como que Dios existe— es sencillamente1 la corrección de todos los errores y el restablecimiento de la cordura2. 2 Es parte de la condición que reinstaura Lo que nunca se perdió y restablece Lo que es eternamente verdad de toda Eternidad y por toda Eternidad3. 3 Es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios4 para que5 ocupe el lugar de las ilusiones6, la señal de que estás dispuesto a dejar que tu perdonar7 descanse sobre todas las cosas8 sin hacer excepciones y sin reservas.
1 … en tu mente acertada o espíritu,
 
2 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestra mente acertada o espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
 
3 Unicidad, con mayúscula, es, la idea que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de fusionar todas nuestras Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos el Hijo único de Dios. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
 
4 … al Espíritu Santo
 
5 … en nuestra mente acertada
 
6 … de la realidad del ego en nuestra mente equivocada
 
7 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien el Alma de ese otro. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
8 En minúscula, las cosas, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? 
pár 2
LTe.9 (-L301).2 4 Es la naturaleza totalmente inclusiva de la Segunda Venida de Cristo lo que Le permite abrazar al mundo y mantenerte a salvo dentro de Su tranquilo advenir, el cual abarca a todas las cosas vivientes conjuntamente contigo. 5 No hay fin para la liberación9 que trae la Segunda Venida, pues la Creación de Dios10 tiene que ser necesariamente ilimitada. 6 El perdonar ilumina el camino de la Segunda Venida, porque brilla sobre todos al unísono.
9 Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad;
 
10 En el Cielo, la Creación, con mayúscula, es todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, las Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos al perdonar a otro(s) y extenderle(s) los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego, no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? 
pár 3
LTe.9 (-L301).3 7 La Segunda Venida11 marca el fin de las enseñanzas del Espíritu Santo, allanando así el camino para el Juicio Final12, en el que el aprendizaje termina con un último resumen, el cual se extenderá más allá de sí mismo hasta llegar a Dios. 8 La Segunda Venida es el tiempo en el que todas las mentes se ponen en manos de Cristo13 para que14 sean regresadas al Espíritu15 en el nombre de la verdadera Creación y de la Voluntad de Dios16.
11 … en tu mente acertada o espíritu…
 
12 El Juicio Final en mi fuero interno de mi espíritu o mente acertada —después de haber experimentado a Cristo en el o los que he perdonado completamente— 1) Es el proceso de evaluar acertadamente lo que tiene valor y lo que no lo tiene. 2) Es comprender a la Voz que habla por Dios proclamar que lo falso es falso, y que lo que es Verdad nunca ha cambiado. 3) Es el don de la corrección que Dios depositó sobre todos mis errores; corrección que me libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. 4) Es saber que Nuestro Padre — Quien yo, al igual que Jesús antes de morir, creíamos que nos había abandonado a la injusticia de este mundo— por el contrario, nos dice a todos y a cada uno: "Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, despierta, y regresa a Mí. Soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo." Ver T2.6, T3.8, T26.4 [21], LTe.10 (-L311)
 
13 Cristo: 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la fusión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor general que se extiende a todas las demás Almas como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9]
 
14 … en tu mente acertada o espíritu…
 
15 Alma (o Espíritu) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Cuando las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas —que realmente somos todosse fusionan en Una sola en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Nada puede llegar al Alma desde el ego, ni nada del Alma puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
 
16 Voluntad de Dios en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas están fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único, Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada y perpetua en la Alegría de la Creación plena, eternamente receptiva y totalmente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es, por medio del perdón y de la extensión de milagros, que nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? 
pár 4
LTe.9 (-L301).4 9 La Segunda Venida es el único acontecimiento en el tiempo al que el mismo tiempo no puede afectar. 10 Pues a cada uno que alguna vez vino a morir, o que aún ha de venir, o que se encuentra ahora aquí, es igualmente liberado de lo que17 fue hacedor18. 11 En esta igualdad, Cristo es reinstaurado como una única Identidad19, en la Cual todos los Hijos de Dios se dan cuenta de que todos son realmente Uno20. 12 Y Dios el Padre sonríe a Su Hijo, Su única Creación y Su única Alegría.
17 … su yo soñador: Mi yo soñador, es el Hijo de Dios soñando que —hace aproximadamente unos 14 mil millones de años— logró separarse de Dios y, siendo él "la idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales" (ver “Separación”), se puso a hacer: 1) el tiempo, el espacio y el universo; 2) el sistema de pensamiento del ego, con cuyos impulsos existenciales ha estado manejando la evolución de esos efectos reales; 3) con el aparente propósito de retar al Espíritu Santo, hace unos 4.500 millones de años, empezó a hacer la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo" y, en él, hace unos 200 mil años, otorgó al “homo sapiens” —que el Curso llama “hombre”— la facultad de manipular su instinto natural, obligándolo —para orientar su vida—, a decidir todo el tiempo con cuál de los dos sistemas de pensamiento quiere pensar: ¿con el del ego o, con el del Espíritu Santo? Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38]
 
18 … la separación y todas sus secuelas…
 
19 Identidad, con mayúscula, es el Yo del único Hijo de Dios, Que somos realmente, como Almas fusionadas en Una sola en Cristo, Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu), y pensamos con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
 
20 … en la experiencia de Cristo, en mi fuero interno, es la divina experiencia de la fusión de mi Alma con el Alma del otro(a) en Una sola, al haberlo(a) perdonado totalmente; experiencia de Amor que iré extendiendo a todo y a todos en un reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9], Lte.6 (-L271)
P A R T E 2  
¿Qué es LA SEGUNDA
VENIDA? 
pár 5
LTe.9 (-L301).5 13 Ora21 para que esta Segunda Venida llegue pronto, pero no te limites a eso, 14 pues Ella necesita tus ojos, tus oídos, tus manos y tus pies. 15 También necesita tu voz. 16 Pero, sobre todo, necesita tu disposición. 17 Alegrémonos de poder hacer la Voluntad de Dios y unirnos conjuntamente en Su santa luz22. 18 ¡Presten atención!, el Hijo de Dios es realmente Uno con Nosotros, y por eso podemos alcanzar el Amor de Nuestro Padre por medio de él.
21 La oración es, en el eterno Presente de la Unicidad, el mayor Don con el Cual Dios bendijo a Su Hijo al crearlo. la única Voz que eternamente nos profesamos Dios y todos nosotros como las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su único Hijo, en medio de la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo. Y en Ello, la Creación se extiende: Dios dando gracias a Su Extensión, Que es Su Hijo; y Éste, en el cantar de Su Crear en Nombre de Su Padre, dándole gracias a Él, por haberlo creado. Cuando termine el tiempo, el Amor Que Ellos comparten es Lo que toda oración será por toda la Eternidad, porque así era antes de que el tiempo pareciera existir. La oración que pide cosas de este mundo dará lugar a experiencias de este mundo. Si eso es lo que la oración del corazón pide, es lo que se le dará, porque es lo que recibirá. Al Hijo dormido de Dios sólo le queda este poder. Pero es suficiente. Sus palabras no tienen importancia. Sólo la Palabra de Dios tiene algún significado que sólo el Espíritu Santo comprende. Y eso, también, es suficiente. Ver T3.7 [56] y [60], T6.3 [32], L183.11, L254, M21.3, C1.in.
 
22 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 306
El don de Cristo es lo
único que busco hoy.
L306.1 1 ¿Qué otra cosa sino la visión de Cristo querría utilizar hoy, cuando me puede conceder un día en el que veo un mundo tan semejante al Cielo1 que regresa a mí un viejo recuerdo? 2 Hoy puedo olvidarme del mundo que hice2. 3 Hoy puedo ir más allá de todo miedo y ser restaurado al Amor3, la santidad y la paz. 4 Hoy soy redimido y vuelvo a nacer en un mundo misericordioso y solícito; un mundo lleno de bondad en el que reina la paz de Dios.

L306.2 5 Padre Nuestro, y así, regresamos4 a Ti, recordando que nunca nos ausentamos; recordando los santos dones que nos diste. 6 Llenos de gratitud y de aprecio, venimos con las manos vacías y nuestras mentes y corazones abiertos, pidiendo tan sólo lo que Tú das. 7 No podemos hacer una ofrenda que sea suficiente para Tu Hijo. 8 Pero, en Tu Amor, el don de Cristo es de él.
1 Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Aquí, simplemente, es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
 
2 … en mi mente, cuando el Hijo de Dios —que realmente somos como Almas fusionadas en Una sola en Cristo— en su sueño de separación, no sólo olvidó reírse de la diminuta idea alocada que podía separarse de Dios y crear por su cuenta, sino que, además, a causa de haberla olvidado, se convirtió en una idea seria —tu yo soñador— capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están las hechuras del tiempo, del espacio, del universo y del sistema de pensamiento del ego, con el que ha manejado la evolución y expansión de esas hechuras. Ver T27.9 [82]
 
3 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o Amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
 
4 … todas las Almas de los que fueron, somos y serán, como Una en el Alma única del único Hijo de Dios,


Un Curso Sobre Milagros
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TEXTO
Capítulo 29
EL DESPERTAR

T29.3 LA LLEGADA
DEL INVITADO pár 10-19
T29.3 [10] 1 ¿Por qué no ibas a querer percibir como liberación del sufrimiento el darte cuenta de que realmente eres libre1? 2 ¿Por qué no querrías aclamar a la Verdad2, en vez de considerarla una enemiga? 3 ¿Por qué un camino fácil de andar, y tan claramente marcado que es imposible perderse te parece espinoso, arduo y muy difícil de seguir? 4 ¿No será porque lo ves como el camino al infierno, en vez de un simple camino que no exige sacrificios ni ninguna pérdida, para encontrarte3 en el Cielo y en Dios? 5 Hasta que te des cuenta de que4 realmente no renuncias a nada, hasta que comprendas que realmente no hay pérdida, a veces te arrepentirás de haber escogido este camino. 6 Y no verás los muchos beneficios que tu decisión te ha aportado. 7 No obstante, aunque no los veas, ahí están. 8 Su Causa los produjo, y los efectos tienen que estar presentes donde su Causa ha entrado.

T29.3 [11] 9 Has aceptado la Causa5, de la curación6, por consiguiente tienes que estar curado. 10 Y, al estar curado, ahora el poder de curar tiene también que ser tuyo. 11 El milagro7 no es un incidente aislado que ocurre de repente, como si se tratase de un efecto sin causa. 12 Ni tampoco es una causa en sí. 13 Pero allí donde está su Causa, tiene que estar el milagro. 14 Ahora ha sido causado, aunque aún no se perciba. 15 Y sus efectos están ahí, aunque aún no se vean. 16 Mira ahora en ti, y no verás motivo alguno para estar arrepentido, sino más bien una causa para una alegre celebración y esperanzas de paz.
1 Libertad, con mayúscula, es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
 
2 … que todos —como Almas perfectas fusionadas en Una sola— en Cristo, el único Hijo de Dios y Cristo es Uno con Dios.
 
3 … mentalmente
 
4 … al querer creer en la Verdad
 
5 … Dios por medio del Espíritu Santo
 
6 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
 
7 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y fusionas tu Alma con La de él en una unión de Amor, en la que dar es recibir, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver: T1, Te.13 (-L341)
T29.3 LA LLEGADA
DEL INVITADO
pár 12-13
T29.3 [12] 17 Todo intento de encontrar esperanzas de paz en un campo de batalla ha sido en vano. 18 Ha sido fútil exigir escape del pecado8 y del dolor a lo que fue concebido precisamente para cumplir con la función de retener el pecado y el dolor. 19 Pues dolor y pecado son la misma ilusión, así como el odio y el miedo, el ataque y la culpa son todos uno. 20 Allí donde no tienen causa, sus efectos desaparecen y el Amor tiene necesariamente que llegar dondequiera que ellos no estén. 21 ¿Por qué no estás lleno de alegría? 22 Te has librado del dolor y de la enfermedad, de la aflicción y de la pérdida, así como de todos los efectos del odio y del ataque. 23 El dolor ya no es tu amigo ni la culpa tu dios, así que deberías dar la bienvenida a los efectos del Amor.

T29.3 [13] 24 Tu Invitado ha llegado9. 25 Tú lo invitaste y Él vino. 26 No lo oíste entrar, porque la bienvenida que le diste no fue completa. 27 No obstante, Sus dones10 llegaron con Él. 28 Los depositó a tus pies, y ahora te pide que los mires y los consideres tuyos. 29 Él necesita tu ayuda para dárselos a todos los que caminan por su cuenta, creyendo estar solos y separados. 30 Se curarán cuando aceptes los presentes que les diste, pues tu Invitado dará la bienvenida a todos aquellos cuyos pies hayan tocado la tierra santa que tú pisas, donde Sus dones para ellos han sido dispuestos.
8 El pecado de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en: 1) Una idea seria el “yo soñador” (o el Hijo de Dios soñando que logró separarse)capaz de lograr algo y de tener efectos reales, tales como las siguientes hechuras: 1.1) el tiempo, el espacio, el inicio del universo (o Cosmos), y el sistema de pensamiento del ego, con el que el yo soñador manejará la evolución de esos efectos reales; 1.2) la pizca de polvo cósmico que llamamos "mundo"; 1.3) hace unos 200 a 300 mil años, otorgó al homo sapiens, la facultad de manipular su instinto natural o libre albedrío. . 2) En el mismo instante de la separación, Dios dio su Respuesta a la misma: el Espíritu Santo, cuyos impulsos milagrosos, cuando emergen desde lo más profundo de nuestro subconsciente y los tomamos en cuenta, nos invita a aceptar el Redimir para nosotros mismos, a perdonar y a extender milagros al otro(s). Ver: T27.9 [82], T1.1.28 [38], T5.4 [21], M2.4
 
9 … el Espíritu Santo en tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu santo
 
10 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.2, T20.6 [38], T26.5 [28], L166
T29.3 LA LLEGADA
DEL INVITADO
pár 14-16
T29.3 [14] 31 No te das cuenta de lo mucho que puedes dar ahora, debido a todo lo que has recibido. 32 No obstante, Aquel que entró está solamente a la espera de que vayas allí donde Lo invitaste. 33 No hay ningún otro lugar donde Él pueda encontrarse con Su anfitrión o Su anfitrión con Él. 34 Ni tampoco hay ningún otro lugar donde se puedan obtener Sus dones de paz y alegría, así como disfrutar toda la felicidad que Su Presencia trae consigo. 35 Pues Sus dones se hallan donde Él está; Él, Que los trajo Consigo para que fuesen tuyos. 36 No puedes ver a tu Invitado, pero los dones que trajo. 37 Y cuando los veas, creerás que Su Presencia tiene que estar necesariamente ahí. 38 Pues lo que ahora eres capaz de hacer, no podrías hacerlo sin el Amor y la gracia que emanan de Su Presencia.

T29.3 [15] 39 Ésta es la promesa del Dios viviente: que Su Hijo tenga Vida11, y que cada cosa viviente12, sea parte de él, porque nada más tiene realmente Vida. 40 Aquello a lo que has dado "vida" no está realmente vivo, y sólo simboliza tu deseo de vivir separado de la Vida, vivo en muerte, percibiendo a ésta como si fuese vida y al vivir, como muerte. 41 Aquí, las confusiones se suceden una tras otra, pues este mundo se basó sobre la confusión y nada más. 42 Su base no cambia, aunque parezca estar cambiando continuamente. 43 Y ¿qué es eso, sino el verdadero significado del estado de confusión? 44 La estabilidad para los que están confundidos no tiene significado, y la inestabilidad y el cambio se convierten en la ley por la que rigen sus vidas.

T29.3 [16] 45 El cuerpo no cambia realmente13. 46 Representa el sueño más amplio de que el cambio es posible. 47 Cambiar es alcanzar un estado distinto de aquel en el que te encontrabas antes14. 48 En efecto, en la inmortalidad no hay cambios, y el Cielo no sabe de ellos. 49 No obstante, aquí en la tierra los cambios tienen un doble propósito, pues se pueden utilizar para enseñar cosas contradictorias. 50 Y esas cosas reflejan al maestro que las enseña. 51 El cuerpo puede aparentar que cambia con el tiempo, con la enfermedad o la salud, y con los sucesos que parecen cambiarlo. 52 Pero esto sólo quiere decir que la mente permanece incólume en cuanto a lo que cree que es el propósito del cuerpo.
11 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, somos Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, Quien es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el especialismo del ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
 
12 Las cosas vivientes son las que vemos por medio de la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro en el mundo real, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios en Su eterna Unicidad, nuestra única y verdadera Realidad. Ver T24.6 [46]
 
13 … porque no existe en el Cielo, Que es Donde todos estamos realmente.
 
14 … de la separación.
T29.3 LA LLEGADA
DEL INVITADO
pár 17
T29.3 [17] 53 La enfermedad15 es la exigencia de que el cuerpo sea lo que no es. 54 El no ser nada16, garantiza que realmente no puede enfermar. 55 En tu exigencia de que sea más que eso radica la idea de la enfermedad. 56 Pues pide que Dios sea menos de todo lo que Él realmente es. 57 Así pues, ¿qué va a ser de ti, si es a ti a quien se le exige el sacrificio? 58 Pues a Dios se le informa que parte de Él ya no Le pertenece. 59 Tiene que sacrificar tu yo, y como resultado de ese sacrificio, te engrandeces, y Él se empequeñece al perderte. 60 Y lo que ha dejado de ser de Él se convierte en tu dios, que te protege de ser parte de Él.
15 La enfermedad de todas las enfermedades, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es la separación de Dios y todas las secuelas que ésta trajo consigo. Además, se quiere creer que Dios no tuvo ni tiene nada que ver con ella, ni con la hechura del tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen, ni con lo que ocurre a diario en el Cosmos, ya que nuestra verdadera Realidad —como las Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, que verdaderamente somos— es la de ser el Hijo único de Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En cambio, cuando pensamos con el especialismo del ego —que es lo que hacemos habitualmente— creemos que nuestra realidad es todo lo que percibimos con él, incluyendo las cosas aparentemente buenas y malas y, dentro de las malas, las enfermedades psíquicas y físicas, y finalmente la muerte. Ver T9.11, T27.6, T28.4, L136, M5.2, M5.3.3
 
16 … en el Cielo
T29.3 LA LLEGADA
DEL INVITADO
pár 18
T29.3 [18] 61 El cuerpo17 al que se le pide ser un dios será atacado, ya que la nada que realmente es no ha sido reconocida. 62 Y así, parece ser una cosa con poder propio. 63 Al ser algo, puede ser percibido y también se puede pensar que siente y actúa, y que te tiene en sus garras como su prisionero. 64 Y puede que no llegue a ser lo que le exigiste que fuese. 65 Y lo odiarás por su insignificancia, sin darte cuenta de que el fracaso no se debe a que él sea menos de lo que tú crees que debería ser, sino sólo a que no te has dado cuenta de que él no es nada. 66 No obstante, su nada es realmente tu salvación18, de la cual quieres huir.
17 Cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego, el cuerpo es un fragmento encarnado del yo soñador, regido por las leyes de este mundo, y constituye la prueba viviente de que este mundo es real, y que evidentemente estamos separados de Dios y unos de otros. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno y, como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y caminamos el sendero con él. Ahora, nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes acertadas sirven para curar a las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
 
18 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)
T29.3 LA LLEGADA
DEL INVITADO
pár 19
T29.3 [19] 67 En su condición de ser "algo", se le pide al cuerpo que sea el enemigo de Dios, y que reemplace Lo que es Dios con insignificancia, limitaciones y desesperanza. 68 Estás celebrando Su pérdida cuando consideras al cuerpo como una cosa que amas, o cuando lo miras como una cosa que odias. 69 Pues si Dios es la Suma de todo, entonces lo que no está en Él no existe, y en Su Completitud radica la nada del cuerpo. 70 Tu salvador, no ha muerto, ni tampoco mora en lo que se edificó para ser un templo a la muerte. 71 Él vive realmente en Dios y eso —y sólo eso— lo convierte en tu salvador19. 72 La nada que es su cuerpo libera al tuyo de la enfermedad20, y de la muerte. 73 Pues lo que es tuyo no puede ser ni más ni menos que lo que es de él.
19 Salvador, con mayúscula, significa algunas veces en el Curso: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula, salvador, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el especialismo del ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa. Ver T22.3 [22], T24.3, T29.4, T29.6 [36], L78.9
 
20 … de la separación y sus secuelas   
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