PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
edición original 
T28.2 [11] 57 El milagro llega silenciosamente a la mente que se detiene por un instante y se aquieta.

58 Durante ese aquietamiento, y desde la mente a la que curó en la quietud, el milagro alcanza tranquilamente otras mentes para que compartan su quietud.

59 Y éstas se unirán para no hacer nada que impida que la radiante extensión del milagro regrese a la Mente23 Que causó que todas las mentes realmente existieran24.

60 Al haber nacido del compartir, no puede haber ninguna pausa en el tiempo que haga que el milagro se demore en su prisa por llegar cuanto antes a todas las mentes inquietas, para llevarles un instante de aquietamiento en el que el recuerdo de Dios regrese a ellas.

61 Ahora, su propio recordar se ha aquietado y lo que ha venido a ocupar su lugar no será completamente olvidado después.

  UCSM TEXTO
CH 28 DESHACER EL MIEDO
T28.1 INTRODUCCIÓN
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 2  
¿Qué es EL MUNDO
REAL? pár 1-5
LTe.8 (-L291).1 1 El mundo real —como todo lo demás que la percepción1 ofrece— es un símbolo2. 2 No obstante, representa lo opuesto de lo que tú3 hiciste. 3 A tu mundo se le mira a través de los ojos del miedo4, lo cual trae a tu mente los testigos del terror. 4 El mundo real no puede ser percibido excepto a través de ojos que el perdón bendice5, de manera que ven un mundo6 donde el terror es imposible7 y donde no se puede encontrar ningún testigo del miedo8.
1 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el especialismo del ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
2 … de lo que quiero creer que existe en otra realidad “espiritual”, que la del tiempo, el espacio, el universo, y todo eso regido por unas leyes que denominamos de la evolución y de la escasez, que el Curso relaciona con el sistema de pensamiento del ego que hizo el yo soñador en el instante de la separación del Hijo de Dios
 
3 … mi yo soñador
 
4 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
5 La visión de Cristo, que es, en un instante santo en tu fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quieres perdonar y, cuando logras acceder al mundo real, ves su Alma perfecta y eterna fusionada con La tuya como Una sola, fusión unitaria que incluye a todas las Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decidas pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con tu mente acertada, vas a percibir el mundo de otra manera, en la que, en tu fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirte a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42] 
 
6 … el reflejo aquí de Nuestra Unicidad, con mayúscula, es, la idea que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de fusionar todas nuestras Almas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos el Hijo único de Dios. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
 
7 … porque Todo es Uno con Dios
 
8 … porque en la Unicidad, donde sólo hay Amor, no hay individualidades fraccionadas del Hijo de Dios, que estén separadas de Dios.
P A R T E 2  
¿Qué es EL
MUNDO REAL? 
pár 2-4
LTe.8 (-L291).2 5 El mundo real te ofrece9 una contrapartida para cada pensamiento de infelicidad que se ve reflejado en tu mundo; una corrección segura para las escenas de miedo y los clamores de batalla que lo pueblan. 6 El mundo real muestra un mundo que se mira de otra manera: a través de ojos serenos y con una mente en paz10. 7 Allí sólo se descansa. 8 No se oyen gritos de dolor o de pesar, pues no ha quedado nada que no haya sido perdonado. 9 Y lo que se ve es apacible, 10 pues sólo escenas y sonidos felices pueden alcanzar la mente que se ha perdonado a sí misma.

LTe.8 (-L291).3 11 ¿Qué necesidad tiene una mente que ha sido perdonada de esa forma, de pensar pensamientos de muerte, ataques y asesinatos en los que se muere, se ataca y se mata? 12 ¿Qué otra cosa puede percibir a su alrededor que no sea seguridad, Amor y alegría? 13 ¿Qué podría haber que ella quisiese condenar?; ¿y contra qué querría juzgar? 14 El mundo que ve11 emana de una mente que está en paz consigo misma. 15 No ve peligro en nada de lo que ve, pues es bondadosa, y lo único que quiere ver es bondad.

LTe.8 (-L291).4 16 El mundo real es el símbolo que anuncia a las pesadillas —en las que se peca y se siente uno culpable— que les ha llegado su fin y que el Hijo de Dios ha despertado. 17 Y sus ojos, abiertos ahora, perciben el inequívoco reflejo del Amor de Su Padre, la infalible promesa de que ha sido redimido. 18 El mundo real representa12 el final del tiempo, le llegó su fin, pues su percepción hace que el tiempo no tenga razón de ser.
9 … en tu mente acertada
 
10 En esto radica aquí, la paz de Dios: 1) Aquiétate un instante y olvídate de todas las cosas que alguna vez aprendiste, de todos los pensamientos que tuviste, y de todas tus ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. 2) Olvídate de tus propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabes realmente cuál es. 3) Deja que toda imagen que tengas sobre cualquier persona se desprenda de tu mente y desaparezca. 4) Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. 5) Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. 6) Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. 7) Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. 8) No se te pedirá que aprendas más que esto. 9) Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es desprenderte de los pensamientos que realmente no querías, y que nunca fueron verdaderos. Ver T31.1 [12], T31.2 [22]
 
11 … en su mente acertada o espíritu, con la visión de Cristo, 
 
12 … en tu fuero interno
P A R T E 2  
¿Qué es EL
MUNDO REAL? 
pár 5
LTe.8 (-L291).5 19 El Espíritu Santo no tiene necesidad del tiempo una vez que éste ha servido Su propósito. 20 Ahora sólo espera ese único instante más para que Dios dé el paso final13 y el tiempo haya desaparecido14, habiéndose llevado consigo la percepción y dejando solamente a la Verdad15 para ser Ella Misma. 21 Ese instante es nuestra meta, pues contiene la memoria de Dios16. 22 Y cuando observemos un mundo perdonado, será Él Quien nos llame y nos vendrá a buscar para llevarnos a casa, recordándonos nuestra Identidad, la Cual nos restituyó nuestro perdonar17.
13 Paso final que dará Dios: Ver T6.6.3 ¨[89]
 
14 … en tu mente acertada o espíritu, pensando con el Espíritu Santo
 
15 La Verdad, con mayúscula —que realmente no somos cuerpos sino Almas, Tal como Dios nos creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y el espacio y el universo son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
16 El residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2 
 
17 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien su Alma. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 297
El perdón es el único
presente que doy.
L297.1 1 El perdón1 es el único presente que doy, ya que es el único presente que deseo. 2 Y todo lo que doy, es a mí mismo a quien se lo doy. 3 Ésta es la sencilla fórmula de la salvación2. 4 Y yo, que quiero salvarme, la adoptaré, para regir mi vida por ella en un mundo que tiene necesidad de salvación y que se salvará al aceptar yo el Redimir para mí mismo.

L297.2 5 Padre, ¡cuán certeros son Tus caminos; cuán seguro su desenlace final, y cuán fielmente, mediante Tu gracia, se ha trazado y logrado cada paso de mi salvación! 6 Gracias Te doy por Tus eternos Dones, y gracias a Ti también por Mi Identidad.
1 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien el Alma de ese otro. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
2 La salvación es salvar al otro, porque —siendo su Alma la misma que La tuya— al salvar a su mente equivocada del ego, salvas a la tuya también. La salvación es un proceso que: 1) se inicia cuando ayudas al otro a concienciar que, además de pensar “yo”, “yo”, “yo” con su ego sobrevividor, también posee la alternativa de pensar “nos” a favor de otro(s), siempre y cuando le ponga cuidado a los impulsos milagrosos (o amorosos) que de vez en cuando emergen de su subconsciente. 2) Luego, pensando cada vez más “nos” —que es el sistema de pensamiento del Espíritu Santo— lo llevará también cada vez más a perdonar al otro(s) y a extenderle(s) los milagros que el mismo Espíritu Santo le sugerirá. 3) Al multiplicarse estas experiencias, querrá creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios por Su Hijo único —Que realmente son todas nuestras Almas fusionada en Una sola en Cristo— y que curará en su mente —ahora acertada— todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que creía que eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T11, T14, T22, T23.2 [13], T29.8, T31, L39, LTe.2 (-L231)


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 28
DESHACER EL MIEDO

T28.1 INTRODUCCIÓN pár 1-3
T28.1 [1] 1 El milagro no hace nada1. 2 Lo único que hace es deshacer2. 3 Y de este modo, cancela3 la interferencia que producía lo que se había hecho4. 4 No añade nada, sino que simplemente elimina. 5 Y lo que elimina hace mucho que desapareció, pero por estar guardado en la memoria parece causar efectos inmediatos. 6 Este mundo dejó de existir hace mucho tiempo. 7 Los pensamientos que lo hicieron ya no se encuentran en la mente que los pensó y los apreció por un breve lapso de tiempo. 8 El milagro no hace sino mostrar que el pasado ya pasó, y que lo que ha dejado de ser verdaderamente no produce efectos. 9 Recordar una causa5 no puede sino producir ilusiones de su presencia, pero no efectos.
1 Extender un milagro a otro, es la máxima expresión de Amor que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo y logrado perdonar totalmente a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la visión de Cristo, y fusionas tu Alma con La de él en una unión de Amor, en la que dar es recibir, que se extiende a todas las Almas, ya que, realmente, hay Una sola, La del Hijo único de Dios. El milagro trasciende las leyes de este mundo, remplazándolas por una verdadera empatía o altruismo, como reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo, reflejo que cura la mente de tu hermano de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolida tu propia curación. El milagro es el medio para alcanzar conjuntamente la meta del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un acto de fe. Ver: T1, Te.13 (-L341)
 
2 … la separación
 
3 … en tu mente
 
4 … cuando el Hijo de Dios —que realmente somos como Almas fusionadas en Una sola en Cristo— en su sueño de separación, no sólo olvidó reírse de la diminuta idea alocada que podía separarse de Dios y crear por su cuenta, sino que, además, a causa de haberla olvidado, se convirtió en una idea seria —tu yo soñador— capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están las hechuras del tiempo, del espacio, del universo y del sistema de pensamiento del ego, con el que ha manejado la evolución y expansión de esas hechuras. Ver T27.9 [82]
 
5 En el eterno Presente de Su Unicidad, Dios es la única Causa y, Su Efecto, es Su Hijo, o Cristo. En minúscula, aquí, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, causa y efecto, significan el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el especialismo del ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y de la escasez que rigen este mundo, según lo perciben nuestros sentidos y que tratamos de entender con nuestra razón, lógica y sentido común. Ver T2.5 [97], T21.3 [25]-[26], T26.8 [60]
T28.1 INTRODUCCIÓN
pár 2
T28.1 [2] 10 Todos los efectos de la culpa ya no están aquí, 11 pues la culpa ya no existe6. 12 Con su desaparición desaparecieron sus consecuencias, pues se quedaron sin causa. 13 ¿Por qué ibas a querer conservarla en tu memoria si realmente no deseabas sus efectos? 14 Recordar es un proceso tan selectivo como percibir, al ser el pretérito de éste. 15 Es percibir el pasado como si estuviese ocurriendo ahora y aún estuviese ahí para verlo. 16 La memoria — al igual que la percepción7— es una facultad que inventaste para que ocupase el lugar de Lo que Dios Te dio al crearte. 17 Y al igual que todas las cosas que hiciste, se puede emplear para otro fin, y como medio para obtener algo distinto. 18 Se puede utilizar para curar8 y no para herir, si eso es lo que quieres.
6 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con Su Hijo único, Que somos todos nosotros, como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el especialismo del ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino el único Hijo de Dios, de Quien nunca nos hemos separado. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
 
7 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas, fusionadas en Una sola en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el especialismo del ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por medio de nuestra razón, lógica y sentido común, que el Curso define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
8 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos liberarnos de la creencia en la realidad —según el ego— del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros. Este proceso llevará nuestra Alma (o Espíritu) a identificarse con el Alma del otro —al que estamos tratando de perdonar— con todas las demás Almas en Una sola en la experiencia de Cristo en el mundo real. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente equivocada de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
T28.1 INTRODUCCIÓN
pár 3
T28.1 [3] 19 Nada que se utilice con el propósito de curar conlleva esfuerzo alguno. 20 Es reconocer que no tienes necesidades9 que requieran que tengas que hacer algo al respecto. 21 Es una memoria que no es selectiva, la cual no se utiliza para obstruir la Verdad10. 22 Todas las cosas de las que el Espíritu Santo puede valerse para curar Le han sido entregadas, sin el contenido ni los propósitos para las que fueron hechas. 23 Sencillamente, son facultades que no tienen una aplicación concreta. 24 Sólo están a la espera de lo que se haga con ellas. 25 No han sido dedicadas a nada en particular ni tienen meta alguna.
9 … espirituales en tu espíritu, que es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo
 
10 … que con Todos los demás como Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, que realmente somos nosotros…


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 28
DESHACER EL MIEDO

T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE pár 4-15
T28.2 [4] 1 El Espíritu Santo puede ciertamente hacer uso de la memoria, pues Dios Mismo se encuentra en ella. 2 No obstante, la parte que Él usa1 no recuerda el pasado, sino únicamente el presente. 3 Llevas tanto tiempo creyendo que la memoria contiene sólo el pasado, que te resulta difícil darte cuenta de que es una facultad que puede recordar el ahora2. 4 Las limitaciones que el mundo impone a ese recordar son tan vastas como las que permites que te imponga a ti3. 5 Realmente, no existe vínculo alguno entre memoria y pasado. 6 Si quieres que haya un vínculo, lo habrá. 7 Pero es sólo tu deseo lo que establece dicho vínculo, y sólo tú quien lo limita a una parte del tiempo donde la culpa4 aún parece persistir.
1 … el espíritu
 
2 … en el instante santo, que es aquí el reflejo del eterno Presente de la Unicidad o Cielo de Dios
 
3 … mientras sigas pensando y creyendo con el ego
 
4 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con Su Hijo único, Que somos todos nosotros, como Almas perfectas y eternas, fusionadas en Una sola en Cristo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el especialismo del ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero, cuando decidimos identificarnos con nuestra Alma (o Espíritu) y pensamos con el Espíritu Santo, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino el único Hijo de Dios, de Quien nunca nos hemos separado. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
pár 5-6
T28.2 [5] 8 El uso que el Espíritu Santo hace de la memoria no tiene nada que ver con el tiempo. 9 El Espíritu Santo no la utiliza como un medio para conservar el pasado, sino como una forma de librarse de él. 10 La memoria retiene el mensaje que recibe, y hace con él lo que se le encomiende que haga. 11 No escribe el mensaje, ni establece su propósito. 12 Al igual que el cuerpo, no tiene propósito en sí. 13 Y si parece servir para rumiar un viejo odio, y presentarte escenas de injusticias y resentimientos que has estado guardando, ése es el mensaje que le pediste, y eso es lo que es. 14 Confinada en las bóvedas de la memoria, la historia de todo el pasado del cuerpo se encuentra allí oculta. 15 Todas las extrañas asociaciones hechas para mantener vivo el pasado y muerto el presente están almacenadas en ella, esperando tu orden de que se te traigan para volver a vivirlas. 16 Y, de este modo, sus efectos parecen haber aumentado con el tiempo, el cual se llevó consigo la causa de ellos5.

T28.2 [6] 17 No obstante, el tiempo no es sino otra fase de lo que no hace nada6. 18 Colabora estrechamente con todos los demás atributos con los que intentas mantener oculta la Verdad acerca de ti mismo7. 19 El tiempo ni quita ni puede restituir8. 20 Y, no obstante, lo utilizas de una manera extraña, como si el pasado hubiese causado el presente, y éste no fuese más que una consecuencia en la que no cabe cambio alguno, dado que su causa ya no existe. 21 Porque, para que haya cambio, éste tiene que tener una causa duradera, pues de otro modo no perdurará. 22 Es imposible cambiar nada en el presente si su causa está en el pasado. 23 Sólo el pasado está en la memoria, tal como la usas, y así no es más que un modo de hacer que el pasado predomine sobre el presente.
5 … la diminuta idea alocada de la separación…
 
6 … realmente en el eterno Presente de la Unicidad, porque forma parte —a los efectos de Dios y de Su Hijo— del sueño de la separación…
 
7 … que no eres un cuerpo individual sino con Todos los demás, Almas perfectas fusionadas en Una sola en Cristo, el único Hijo de Dios, y que realmente hay una sola Alma única del único Hijo de Dios
 
8 Lo que pudo haber sucedido en el instante de la separación, sino que la historia del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen sigue su curso imperturbable de acuerdo con unas normas o leyes que vagamente llamamos "evolución", sin importarle a lo que ésta sea, cómo las individualidades que creen que existen aquí se las arreglan para sobrevivir…
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
pár 7
T28.2 [7] 24 No recuerdes nada de lo que te enseñaste a ti mismo, pues te enseñaste mal9. 25 ¿Quién querría conservar en su mente una lección absurda, pudiendo aprender y retener una mejor? 26 Cuando surjan viejos recuerdos de odios, recuerda que su causa ya no existe. 27 Y, por consiguiente, no puedes comprender cuál es su propósito. 28 No permitas que la causa que quieres atribuirles ahora sea lo que hizo que fuesen lo que fueron o parecieron ser. 29 Alégrate de que su causa haya desaparecido, pues de ello es de lo que se te quiere perdonar. 30 Y observa, en cambio10, los nuevos efectos de una causa que se acepta ahora, con consecuencias aquí. 31 Su encanto te sorprenderá. 32 Las nuevas ideas de antaño que traen consigo serán las felices consecuencias11 de una Causa tan antigua que excede con mucho el lapso de memoria que ve tu percepción.
9 … cuando el Hijo de Dios —que realmente somos como Almas fusionadas en Una sola en Cristo— en su sueño de separación, no sólo olvidó reírse de la diminuta idea alocada que podía separarse de Dios y crear por su cuenta, sino que, además, a causa de haberla olvidado, se convirtió en una idea seria —tu yo soñador— capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están las hechuras del tiempo, del espacio, del universo y del sistema de pensamiento del ego, con el que ha manejado la evolución y expansión de esas hechuras. Ver T27.9 [82]
 
10 … pensando ahora con el Espíritu Santo,
 
11 … del reflejo aquí
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
pár 8
T28.2 [8] 33 Ésta es la Causa que el Espíritu Santo ha recordado para ti12, cuando lo que tú querías13 era olvidarla. 34 No está en el pasado porque Él no dejó que no se La recordara14. 35 Nunca ha cambiado, porque en ningún momento Él dejó de mantenerla a salvo en tu mente. 36 Sus consecuencias te parecerán ciertamente nuevas, porque pensaste que no recordabas su Causa. 37 No obstante, Ella nunca estuvo ausente de tu mente, pues no era la Voluntad de tu Padre que Su único Hijo no lo recordara15.
12 … cuando conciencias los impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, que de vez en cuando emergen desde lo más profundo de tu subconsciente
 
13 … todo el tiempo que has estado pensando con el ego y creyendo en su realidad…
 
14 … mediante El Llamamiento de Dios, es la voz del Espíritu Santo que se manifiesta por medio de los impulsos milagrosos que envía a tu pensar o mente acertada, para avivar tu voluntad a que cures la separación que hay entre tú y tus hermanos, y entre todos ustedes y Dios. Para ello, previamente, tienes que aceptar el Redimir para ti mismo, ponerte a perdonar y a extender los milagros que te sugiera el propio Espíritu Santo. Ver T5.3 [16], [19] y [20], T5.4, T27.3 [18]
 
15 Voluntad de Dios en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas están fusionadas en Una sola en Cristo, Su Hijo único, Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada y perpetua en la Alegría de la Creación plena, eternamente receptiva y totalmente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es, por medio del perdón y de la extensión de milagros, que nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
pár 9
T28.2 [9] 38 Lo que recuerdas16, nunca sucedió. 39 Provino de una no-causa que confundiste con una causa. 40 No puede merecer otra cosa que risa, cuando te des cuenta de que has recordado consecuencias que carecían de causa y que, por consiguiente, nunca podían haber sido efectos. 41 El milagro te recuerda una Causa que está eternamente presente, perfectamente inmune al tiempo y a cualquier interferencia. 42 Esta Causa nunca ha dejado de ser Lo que es. 43 Y realmente eres Su efecto, tan inmutable y perfecto como Ella Misma. 44 Su recuerdo no se encuentra en el pasado, ni aguarda al futuro. 45 Tampoco se revela en los milagros. 46 Éstos no hacen sino recordarte que esa Causa no ha desaparecido. 47 Cuando La perdones17 por tus pecados, ya no será negada.
16 … pensando con tu ego, realmente
 
17 El perdonar —que forma parte del proceso de aceptar el Redimir para uno mismo—en un primer paso, es concienciar que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro que estoy tratando de perdonar, sino en el sistema de pensamiento del ego hecho por mi yo soñador, y el especialismo producido por mi mente separada que lo usa. En un segundo paso, decido pensar con el Espíritu Santo y trato de ver más bien el Alma de ese otro. El tercer paso se da, cuando conciencio que su Alma no tuvo nada que ver con lo que su cuerpo me pudo haber hecho, porque en la Unicidad —que es Donde quiero creer que realmente estamos todos como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo— sólo hay Amor entre Dios y Su único Hijo. El último paso se da cuando, habiendo logrado perdonar a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la fusión de su Alma con la Mía, es decir, la experiencia del mundo real, que luego, trataré de extender a todo y a todos. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
pár 10
T28.2 [10] 48 Tú, que has querido condenar a tu propio Creador, no puedes comprender que no fue Él Quien condenó a Su Hijo. 49 Quieres negarle Sus efectos, no obstante éstos jamás han sido realmente negados. 50 En ninguna ocasión pudo Su Hijo haber sido condenado por lo que carecía de causa y era contrario a Su Voluntad. 51 De lo único que tu memoria querría dar testimonio es del miedo a Dios18. 52 Pero Él no ha hecho lo que temes. 53 Ni tú, realmente, tampoco19. 54 Por consiguiente, no has perdido tu inocencia. 55 No necesitas curación20 para curarte. 56 En recogimiento21, considera que el milagro es una lección sobre cómo permitir que la Causa tenga22 Sus Propios efectos, y sobre cómo no hacer nada que pueda interferir.
18 … el Dios caprichoso y castigador de la Biblia,
 
19 … porque lo que crees haber hecho fue y sigue siendo un sueño, una irrealidad en relación a Nuestra verdadera Realidad de Hijo único de Dios en el eterno Presente de su Unicidad,
 
20 Curación es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
 
21 … en instantes santos,
 
22 … aquí, el reflejo de
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
pár 11-12
T28.2 [11] 57 El milagro llega silenciosamente a la mente que se detiene por un instante y se aquieta. 58 Durante ese aquietamiento, y desde la mente a la que curó en la quietud, el milagro alcanza tranquilamente otras mentes para que compartan su quietud. 59 Y éstas se unirán para no hacer nada que impida que la radiante extensión del milagro regrese a la Mente23 Que causó que todas las mentes realmente existieran24. 60 Al haber nacido del compartir, no puede haber ninguna pausa en el tiempo que haga que el milagro se demore en su prisa por llegar cuanto antes a todas las mentes inquietas, para llevarles un instante de aquietamiento en el que el recuerdo de Dios regrese a ellas. 61 Ahora, su propio recordar se ha aquietado y lo que ha venido a ocupar su lugar no será completamente olvidado después.

T28.2 [12] 62 Aquel a Quien se le da tiempo, agradece cada instante de silencio que Le haya sido dado. 63 Pues en cada uno de esos instantes, se permite a Su memoria ofrecer todos sus tesoros al Hijo de Dios, para quién se habían conservado. 64 ¡Con cuánto gusto se los ofrece a aquel para quién Le habían sido dados! 65 Y Su Creador comparte Su agradecimiento porque Él no quiere que se Le prive de Sus efectos25. 66 El instante de silencio que Su Hijo acepta les da la bienvenida tanto a la Eternidad como a Él, dejando entrar a Ambos donde quieren estar. 67 Pues en ese instante, el Hijo de Dios no hace nada que le pueda producir miedo.
23 En el eterno Presente de la Unicidad —Donde Todo es Uno en Dios— en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, la Mente (con mayúscula) o Pensar de Dios crea a Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas están fusionadas en Una sola, ya que, realmente, somos Su único Hijo. Aquí, nuestra mente (en minúscula) o pensar —que no hay que confundir con el cerebro— parece tener dos partes: 1) Nuestra mente acertada o espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta mayormente por medio de impulsos milagrosos y; 2) nuestro pensar o mente equivocada, que recibe del yo soñador, los impulsos egóicos de vida y de sobrevivencia que —al ser procesados consciente o subconscientemente por nuestro cerebro— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón de lo necesario para defenderlo y que logre sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
 
24 … en el eterno Presente del Cielo, Que es donde todos estamos realmente como Uno en Cristo y, Cristo Uno con Dios.
 
25 … sobre Su Hijo.
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
pár 13
T28.2 [13] 68 ¡Cuán rápidamente aflora el recuerdo de Dios en la mente que no tiene miedo de mantener alejada la memoria26! 69 Lo que esta mente había estado recordando ha desaparecido. 70 Ya no hay pasado que atraviese su aterradora imagen en el camino del alegre despertar a la paz actual. 71 Las trompetas de27 la Eternidad resuenan por toda la quietud, pero sin perturbarla. 72 Y lo que ahora se recuerda no es el miedo, sino más bien la Causa para cuyo olvido y anulación el miedo fue creado en falso. 73 La quietud habla con los afables murmullos del Amor que el Hijo de Dios recuerda de antes de que su propio recuerdo28 se interpusiese entre el presente y el pasado, y ese Amor29 los hace callar.
26 … de su ego que infunde el miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero, cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda. Ver T6, T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
 
27 … del reflejo aquí de
 
28 … con su ego
 
29 Amor, con mayúscula, se refiere, en el eterno Presente de la Unicidad, al Espíritu Santo o Pensamiento de Amor de Dios, por medio del Cual, nos creó como Almas, fusionadas en Una sola en Cristo, Su único Hijo. Aquí, cuando le ponemos cuidado a los impulsos milagrosos que nos envía el Espíritu Santo —que es lo mismo que decidir pensar con Él— es Su reflejo o Amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás, y se expresa en el perdonar y en la extensión de los milagros que el propio Espíritu santo nos sugiere. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
T28.2 LA MEMORIA
DEL PRESENTE
pár 14-15
T28.2 [14] 74 Ahora, el Hijo de Dios finalmente ha concienciado la Causa presente y Sus efectos benéficos. 75 Ahora comprende que lo que hizo es una no-causa, por lo que no produce ningún efecto en absoluto. 76 Él realmente no hizo nada. 77 Y al verlo así, comprende que nunca tuvo necesidad de hacer nada, y de que nunca lo hizo. 78 Él es realmente el efecto de su Causa. 79 Jamás hubo otra causa separada de Ella que pudiese generar un pasado o un futuro diferentes. 80 Sus Efectos son eternamente inmutables, y se encuentran más allá del miedo y completamente alejados del mundo del pecado.

T28.2 [15] 81 ¿Qué se ha perdido por no ver lo que no tiene causa? 82 ¿Y dónde está el sacrificio, una vez que el recuerdo de Dios ha venido a ocupar el lugar de la pérdida? 83 ¿Qué mejor modo de cerrar la diminuta brecha entre ilusiones y Realidad, que dejar que el recuerdo de Dios fluya a través de ella y la convierta en un puente en el que sólo un instante sea suficiente para cruzarlo e ir más allá? 84 Pues Dios ha cerrado la brecha Consigo Mismo. 85 Su recuerdo no ha desaparecido, ni ha dejado al Hijo varado para siempre en una costa desde donde puede divisar otra a la que nunca podrá llegar30. 86 Su Padre quiere que sea rescatado y que se le lleve con cuidado hasta esa otra costa. 87 Él ha construido el puente, y Él es Quien transportará a Su Hijo de un lado al otro. 88 No temas que Dios falle en lo que quiere que se haga, 89 ni que tú seas excluido de Lo que Su Voluntad ha dispuesto para ti.
30 … como le pasó a Moisés con la Tierra Prometida.
Horario actual de
Un Curso sobre Milagros – Preliminares

COMPRAR:
or COMPRAR aquí
en la tienda CIMS:

 PDF GRATUITO de los Principios De Los Milagros aquí
COURSE IN MIRACLES SOCIETY
(Sin ánimo de lucro)
Donar
En la actualidad, todos los proyectos CIMS están respaldados por donaciones de tiempo libre, talento y dinero. Si desea apoyar alguna de las actividades de la Sociedad de alguna manera, no dude en ponerse en contacto.

Debido al carácter internacional de CIMS, Internet es nuestro principal medio de comunicación y colaboración.

Para hacer una donación deducible de impuestos en apoyo de las lecciones diarias, haga clic aquí.

Además, por medio de su testamento u otro plan de sucesión, puede nombrar "Curso en la Sociedad de Milagros" como el beneficiario de una parte de su sucesión, o de activos particulares en su sucesión. De esta manera, está honrando a sus seres queridos y al mismo tiempo brinda un apoyo crítico a la extensión de LOVE.

DONAR to OTROS PROYECTOS
CIMS | 800-771-5056 | reja-joy@jcim.net | jcim.net