PARA VER TODO EL CORREO HAGA
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
|
|
La Verdad en ti permanece tan radiante como una estrella, tan pura como la luz, tan inocente como el Mismo Amor.
UCSM TX 31.6 pár 67
gráfico por ©Deposit Photos
|
|
T31.6 [67] 45 ¿Eres realmente un Espíritu, inmortal y sin la promesa de corrupción ni mancha alguna de pecado sobre ti? 46 Entonces verás33 el mundo como un lugar estable, plenamente digno de tu confianza; un lugar feliz donde descansar por un tiempo, donde no hay nada que temer, sino sólo amar. 47 ¿A quién no le dan la bienvenida los buenos de corazón? 48 ¿Y qué podría herir34 a los que son verdaderamente inocentes? 49 ¡Hágase tu voluntad35, santo pequeño Hijo de Dios! 50 No importa que creas estar en la tierra o en el Cielo. 51 Lo que tu Padre quiere para ti jamás ha de cambiar. 52 La Verdad en ti permanece tan radiante como una estrella, tan pura como la luz, tan inocente como el Mismo Amor.
UCSM TEXTO
CH 31 LA SENCILLEZ
DE LA SALVACIÓN
T31.6 RECONOCER
AL ESPÍRITU
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL EGO? pár 1-5
|
|
LTe.12 (-L331).1 1 El ego no es otra cosa que idolatría: el signo de un yo limitado y separado, nacido en un cuerpo, condenado a sufrir y a terminar su vida en la muerte. 2 Es la voluntad que ve a la Voluntad de Dios1 como un enemigo, y que adopta una forma en la cual Aquella es negada. 3 El ego es la "prueba" de que la fuerza es débil y el Amor2 temible, de que la Vida3 es realmente muerte, y sólo lo que se opone a Dios es verdadero.
LTe.12 (-L331).2 4 El ego está demente. 5 Lleno de miedo4, se sitúa más allá de Lo que está en todas partes, apartado del Todo y separado del Infinito. 6 En su demencia, cree haber vencido a Dios Mismo, y en su terrible autonomía, "ve" que la Voluntad de Dios ha sido destruida. 7 Sueña que lo están castigando, y tiembla ante las figuras que aparecen en sus sueños: son sus enemigos que andan tras él para matarlo, antes de que pueda asegurar su seguridad atacándolos primero.
|
|
1 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
2 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
3 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
4 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL EGO?
pár 3-4
|
|
LTe.12 (-L331).3 8 El Hijo de Dios no tiene ego. 9 ¿Qué puede saber él de locura5 y de la muerte de Dios, cuando mora en Dios? 10 ¿Qué puede saber él de penas y sufrimientos, cuando realmente vive en una eterna Alegría? 11 ¿Qué puede saber Él de miedos y sufrimientos, pecados y culpas, odios y ataques, cuando todo Lo que Le rodea realmente es una Paz sin fin y se encuentra eternamente libre de conflictos y de perturbaciones, en la tranquilidad y silencio más profundos?
LTe.12 (-L331).4 12 Conocer el reflejo aquí de la Realidad6 significa no ver7 al ego y sus pensamientos, obras, actos, leyes y creencias, sueños, esperanzas, planes para su salvación, y el costo que conlleva creer en él. 13 Cuando se sufre, el precio que hay que pagar8 por tener fe en el ego es tan inmenso que, a diario, en su oscuro santuario, se ofrece la crucifixión del Hijo de Dios9 y la sangre ha de correr sobre el altar, donde sus seguidores enfermos se preparan para morir.
|
|
5 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
6 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
7 … como realmente reales…
8 … mentalmente en el fuero interno,
9 … "Padre, ¿por qué me has abandonado…?
|
|
P A R T E 2
¿Qué es EL EGO?
pár 5
|
|
LTe.12 (-L331).5 14 No obstante, una sola azucena de perdón10 cambiará la oscuridad en luz, y el altar de las ilusiones en el santuario de la Vida Misma11. 15 Y la paz será restituida para siempre a las santas mentes a las que Dios realmente creó como Su Hijo, Su Morada, Su Alegría, Su Amor; completamente Suyas, completamente Una con Él.
|
|
10 … en tu mente pensando con el Espíritu Santo… Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego — hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
11 … de la parte "ego" de tu mente a la parte "espíritu"… En la separación, la mente del Hijo separado parece tener dos partes: el espíritu o mente acertada, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; y el ego o mente equivocada, que recibe constantemente de la fuente de la separación los impulsos existenciales que, al ser procesados —consciente o subconscientemente— por nuestro cerebro, da vida a nuestro cuerpo y nutre a nuestra razón, lógica y sentido común, de lo necesario para sobrevivir. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
|
|
L E C C I Ó N 333
El perdón pone fin aquí al
sueño de los conflictos.
|
|
L333.1 1 Hay que resolver los conflictos. 2 Si queremos escapar de ellos, no podemos evadirlos, dejarlos de lado, negarlos, encubrirlos, verlos en otro lugar, llamarlos por otro nombre u ocultarlos mediante engaños de cualquier clase. 3 Debemos verlos exactamente como son, allí donde pensamos que se encuentran, en la realidad1 que les asignamos y detentando el propósito que nuestra mente les acordó. 4 Pues sólo así derribaremos sus defensas y la Verdad podrá arrojar su luz sobre ellos, a medida que los hace desaparecer.
L333.2 5 Padre, perdonar es la luz que escogiste para desvanecer todo conflicto y toda duda, e iluminar el camino que nos lleva de regreso a Ti. 6 Ninguna otra luz que no sea ésta puede dar fin a nuestros sueños malvados. 7 Ninguna otra luz que no sea ésta puede salvar al mundo. 8 Pues sólo eso nunca fallará en lo que se proponga hacer, por ser Tu don a Tu amado Hijo.
|
|
1 En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio que hicimos y, en la que habitualmente pensamos, percibimos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, perdonamos y extendemos milagros, podemos acceder al nivel superior y espiritual de esta realidad, la cual el Curso denomina mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
|
|
Capítulo 31
LA SENCILLEZ DE LA SALVACIÓN
T31.6 RECONOCER
AL ESPÍRITU pár 62-67
|
|
T31.6 [62] 1 O ves la carne1 o reconoces2 el3 Espíritu4. 2 En esto no hay término medio. 3 Si uno de ellos es real, el otro tiene que ser falso, pues lo que es real niega a su opuesto. 4 La visión5 no ofrece más opción que ésta. 5 Lo que decides al respecto determina que todo lo que ves y piensas sea real, y que lo consideres como verdadero. 6 De esta única decisión depende todo tu mundo6, pues mediante ella has establecido lo que crees que eres: carne o Espíritu. 7 Si decides que eres carne7, jamás escaparás del cuerpo8 como tu propia realidad9, pues has decidido que eso es lo que quieres que sea10. 8 Pero si te decides por el Espíritu, todo el Cielo11 se inclinará para tocar tus ojos y bendecir tu santa visión, a fin de que no veas más el mundo de la carne, salvo para curar12, consolar y bendecir.
|
|
1 … con tu ego
2 … pensando con el Espíritu Santo
3 … el reflejo aquí del
4 El Espíritu (o Alma) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Espíritu (o Alma) es eterno y nunca nació. El Espíritu sabe, ama y crea. Cuando los Espíritus (o Almas) perfectos y eternos —que realmente somos todos— se unifican como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. En minúscula, espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
5 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando accedo al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
6 … interno
7 … es decir, sigues percibiendo y pensando con tu ego y su razón, lógica y sentido común,
8 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
9 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
10 … en tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo,
11 Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, a saber, que nada más existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
12 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra Alma a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás Almas en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
|
|
T31.6 RECONOCER
AL ESPÍRITU
pár 63
|
|
T31.6 [63] 9 La salvación13 es un deshacer. 10 Si decides14 ver el cuerpo, verás un mundo de separación, de cosas inconexas y de sucesos que realmente no tienen ningún sentido. 11 Alguien aparece y luego desaparece al morir; otro es condenado al sufrimiento y a la pérdida. 12 Y nadie es exactamente como era un instante antes ni será el mismo ahora, un instante después. 13 ¿Quién podría tener confianza donde se ve que hay tanto cambio?, y ¿qué credibilidad puede tener el que no es más que polvo? 14 La salvación es el proceso que deshace todo esto. 15 Y la constancia nace en la mirada de los ojos15 cuya salvación ha liberado de tener que mirar al costo que supone conservar la culpa16 porque, en lugar de eso, decidieron dejarla a un lado.
|
|
13 La salvación 1) es el proceso de deshacer la separación que nunca fue, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez; 2) es querer creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya Unicidad estamos realmente todos, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; 3) es ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo; 4) es aceptar el Redimir para nosotros mismos; 5) es perdonar al otro y a los demás y extender los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo; 6) es entablar relaciones santas y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
14 … percibiendo y pensando con tu ego
15 … de la visión de Cristo
16 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
|
|
T31.6 RECONOCER
AL ESPÍRITU
pár 64
|
|
T31.6 [64] 16 La salvación no te pide que mires al reflejo del Espíritu y no percibas al cuerpo17. 17 Simplemente te pide que ésa debería ser tu decisión18. 18 Pues tú puedes ver al cuerpo sin ayuda, pero lo que no comprendes es cómo se mira a un mundo separado de él19. 19 Es tu mundo20 el que deshacerá la salvación, dejándote ver así otro mundo que tus ojos nunca habrían podido encontrar. 20 No te preocupes por saber cómo esto podría ser posible. 21 Ni siquiera comprendes cómo lo que ves apareció ante tu mirada21. 22 Pues, si lo hubieses comprendido, ya no existiría. 23 El velo de la ignorancia22 está corrido sobre lo bueno y lo malo, y se tiene que traspasar para que ambos desaparezcan a fin de que la percepción23 no encuentre ningún lugar donde ocultarse. 24 ¿Cómo se hace esto? 25 No se hace en absoluto. 26 Pues, ¿qué podría quedar aún por hacer en el Universo Que Dios creó?
|
|
17 … porque mientras nuestro cuerpo tenga existencia, tenemos que ocuparnos de su sobrevivencia,
18 … La indispensable y fundamental concienciación que el Curso te pide es concienciar tus impulsos amorosos desinteresados que de vez en cuando emergen de tu subconsciente y que, cuando los extiendes a otros en actos altruistas, que el Curso llama milagros, aportan a tu vida un significado que no te es usual. Luego, basado en esas experiencias, que decidas si constituyen un error de la evolución (lo que das, lo pierdes) o, si su origen pudiera ser trascendente. Si son errores de la evolución, derivarás tu motivación para seguir extendiéndolos de la ética o altruismo que hubieses escogido. En cambio, si quieres creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones, entonces no tendrás reparos en deducir y aceptar los siguientes basamentos del Curso: 1) Que Dios —a Quien nadie ha visto— existe, es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos, sin excepción, a Su Semejanza, no como cuerpos, sino como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. 2) Que, en Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego que nuestros sentidos perciben no existe. 3) Que, al tú perdonar y extender cada vez más milagros, este querer creer se convertirá en creer, y curará en tu mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que ella creía que eran reales, y que tú sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
19 … porque sigues razonando con tu ego y basando tus decisiones en su lógica y el sentido común…
20 … pensando Amor con el Espíritu Santo
21 … no lo puedes comprender razonando con tu ego, pero lo puedes experimentar con tu Amor…
22 … de lo que es el poder del Amor
23 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
|
|
T31.6 RECONOCER
AL ESPÍRITU
pár 65
|
|
T31.6 [65] 27 Sólo la arrogancia podría hacerte pensar que tienes que allanar el camino que conduce al Cielo. 28 Se te están proporcionando los medios para que puedas ver24 el mundo que reemplazará al que hiciste. 29 ¡Hágase Tu Voluntad! 30 Eso es por siempre verdad tanto en el Cielo como en la tierra, 31 no importando dónde creas estar o lo que creas que la Verdad25 sobre ti mismo debe ser realmente. 32 No importa lo que mires ni lo que decidas sentir, pensar o desear. 33 Pues Dios Mismo ha dicho: "Hágase Tu Voluntad". 34 Y, en consecuencia, realmente se hace en ti.
|
|
24 … internamente
25 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
|
|
T31.6 RECONOCER
AL ESPÍRITU
pár 66
|
|
T31.6 [66] 35 Tú, que26 crees que puedes decidir ver al Hijo de Dios como quieres que sea para ti, no olvides que ningún concepto27 de ti mismo puede oponerse a la Verdad de lo que realmente eres. 36 Deshacer la Verdad sería imposible. 37 Pero cambiar los conceptos no es difícil. 38 Una visión única —que se vea claramente y que no se ajuste a la imagen que antes se percibía— cambiará28 el mundo para los ojos que están aprendiendo a ver29, porque el concepto del yo30 habrá cambiado. 39 ¿Eres invulnerable31? 40 Entonces verás el mundo como un lugar inofensivo. 41 ¿Perdonas32? 42 Entonces el mundo perdonará, pues has perdonado sus ofensas, de modo que te mirará con ojos que ven como los tuyos. 43 ¿Eres un cuerpo? 44 Entonces percibirás al mundo entero como traicionero y dispuesto a matar.
|
|
26 … cuando piensas con el ego
27 … ideado por tu imaginación y razonado con la lógica y el sentido común de tu ego
28 … interiormente
29 … internamente con la visión de Cristo
30 … En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo
31 La invulnerabilidad es tu perfecta liberación de creer que algo aquí te pueda hacer realmente daño, porque quieres creer que realmente somos Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, y que estamos en Su eterna Unicidad —donde Todo es Uno y sólo hay Amor, paz y alegría— en vez de ser cuerpos en este mundo del tiempo y del espacio, regido por las leyes de la evolución y escasez. Esta creencia te ayuda a usar la indefensión —que conjuntamente con la inculpabilidad es la condición, para poder perdonar— como medio de enseñar a tu hermano que somos realmente inmunes al ataque y que él es realmente inocente, pues su ataque no pudo hacer daño a nuestra Alma, y al no permitirle pensar que sí lo pudo hacer —porque lo hizo al cuerpo— le estarás enseñando que el Redimir —Que aceptaste para ti—también es suyo. Demuestras eso al no alterarte y, en lo posible, enseñar un cuerpo sano. Porque al alterarte y enfermarte, le estarías enviando a tu hermano el mensaje que dice: "Mira hermano, por tus manos muero". Vivir la invulnerabilidad es querer ser el reflejo aquí del Cielo, donde no hay nada que perdonar, porque ninguna Alma puede hacer daño a Otra, ya que, repetimos, Todas están unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios. Ver T9.9 [76], T11.10, T13.8 [71], L26
32 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de toda esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
|
|
T31.6 RECONOCER
AL ESPÍRITU
pár 67
|
|
T31.6 [67] 45 ¿Eres realmente un Espíritu, inmortal y sin la promesa de corrupción ni mancha alguna de pecado sobre ti? 46 Entonces verás33 el mundo como un lugar estable, plenamente digno de tu confianza; un lugar feliz donde descansar por un tiempo, donde no hay nada que temer, sino sólo amar. 47 ¿A quién no le dan la bienvenida los buenos de corazón? 48 ¿Y qué podría herir34 a los que son verdaderamente inocentes? 49 ¡Hágase tu voluntad35, santo pequeño Hijo de Dios! 50 No importa que creas estar en la tierra o en el Cielo. 51 Lo que tu Padre quiere para ti jamás ha de cambiar. 52 La Verdad en ti permanece tan radiante como una estrella, tan pura como la luz, tan inocente como el Mismo Amor. 53 Y tú eres realmente digno de que se haga Tu Voluntad.
|
|
33 … internamente
34 … en el eterno Presente de la Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
35 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
|
|
Un Curso sobre Milagros – Preliminares
COMPRAR:
or COMPRAR aquí en la tienda CIMS:
|
|
COURSE IN MIRACLES SOCIETY
(Sin ánimo de lucro)
Donar
|
En la actualidad, todos los proyectos CIMS están respaldados por donaciones de tiempo libre, talento y dinero. Si desea apoyar alguna de las actividades de la Sociedad de alguna manera, no dude en ponerse en contacto.
Debido al carácter internacional de CIMS, Internet es nuestro principal medio de comunicación y colaboración.
Para hacer una donación deducible de impuestos en apoyo de las lecciones diarias, haga clic aquí.
Además, por medio de su testamento u otro plan de sucesión, puede nombrar "Curso en la Sociedad de Milagros" como el beneficiario de una parte de su sucesión, o de activos particulares en su sucesión. De esta manera, está honrando a sus seres queridos y al mismo tiempo brinda un apoyo crítico a la extensión de LOVE.
|
|
SHARE THE BLESSING of UCSM!
|
|
|
|
|
|
|