PARA VER TODO EL CORREO HAGA
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
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El Pensamiento que Dios tiene de ti ...
sigue siendo exactamente como siempre fue.
Rodeado de una calma tan absoluta que
el estruendo de las batallas
ni siquiera llega hasta Él.
UCSM TX 30.4 pár 47
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T30.4 [47] 80 Más allá de todos los ídolos se encuentra el Pensamiento que Dios tiene de ti28. 81 Este Pensamiento no se ve afectado en modo alguno por la confusión y el terror del mundo, por los sueños que aquí se tienen en los cuales se nace y se muere, ni por las miríadas de formas que el miedo puede adoptar, sino que, sin perturbarse en lo más mínimo, sigue siendo exactamente como siempre fue. 82 Rodeado de una calma tan absoluta que el estruendo de las batallas ni siquiera llega hasta Él, descansa en la certeza y en la paz perfecta. 83 Aquí se encuentra29 Tu única Realidad30 a salvo, al ignorar por completo el mundo que se postra ante ídolos y que no conoce a Dios. 84 Perfectamente seguro de Su inmutabilidad y de morar en Su casa eterna, el Pensamiento que Dios tiene de Ti nunca ha abandonado la Mente de Su Creador, al Que conoce igual que Su Creador sabe que ese Pensamiento está ahí.
UCSM TEXTO
CH 30 EL NUEVO COMIENZO
T30.4 MÁS ALLÁ DE TODO ÍDOLO
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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P A R T E 2
¿Qué es EL JUICIO
FINAL? pár 1-5
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LTe.10 (-L311).1 1 La Segunda Venida de Cristo le confiere al Hijo de Dios el don de poder oír a la Voz que habla por Dios1 proclamar que lo falso es falso, y que lo que es Verdad nunca ha cambiado. 2 Y éste es el juicio por el cual le llega su fin a la percepción2. 3 Al comienzo, vas a ver un mundo que ha aceptado que esto es verdad, al ser proyectado ahora desde una mente que ha sido corregida. 4 Y al darse esta santa visión3, la percepción bendice silenciosamente para luego desaparecer, al haber alcanzado su meta4 y cumplido su misión.
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1 El Espíritu Santo: 1) En la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios Que nos creó como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo; 2) al producirse la separación, es el ente que comenzó a estar presente como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir; 3) es, en tu mente acertada, el pensar de Cristo que se manifiesta —entre otras experiencias desinteresadas e inclusivas— por impulsos compasivos, caritativos, altruistas, de compartir, que de vez en cuando emergen del subconsciente y que podemos concienciar en instantes santos y decidir qué hacer con ellos. Algunos de Sus sinónimos en el Curso son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
2 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
3 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
4 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
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P A R T E 2
¿Qué es EL JUICIO
FINAL?
pár 2
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LTe.10 (-L311).2 5 El Juicio Final sobre el mundo no encierra condena alguna, 6 pues ve al mundo como totalmente perdonado, libre de pecado y sin propósito alguno. 7 Al no tener causa —y ahora, en la visión de Cristo— sin función, sencillamente se disuelve en la nada. 8 Ahí nació y ahí también termina. 9 Y todas las figuras del sueño con el que comenzó el mundo, desaparecen con él. 10 Ahora, los cuerpos no tienen ninguna utilidad, y por lo tanto, también desaparecerán, pues el Hijo de Dios es ilimitado.
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P A R T E 2
¿Qué es EL JUICIO
FINAL?
pár 3
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LTe.10 (-L311).3 11 Tú que creías que el Juicio Final de Dios condenaría el mundo al infierno conjuntamente contigo, acepta esta santa Verdad: el Juicio de Dios es el don de la corrección que depositó sobre todos tus errores; corrección que te libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. 12 Tenerle miedo a la gracia redentora de Dios es tener miedo de estar totalmente libre de sufrimiento, de regresar a la paz, de tener seguridad y felicidad, así como de tu unión con tu propia Identidad5.
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5 Identidad, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas unificadas como Una, somos realmente Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
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P A R T E 2
¿Qué es EL JUICIO
FINAL?
pár 4
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LTe.10 (-L311).4 13 El Juicio Final de Dios es tan misericordioso como cada uno de los pasos de Su plan6 para bendecir a Su Hijo, llamándolo a que regrese a la eterna Paz7 que Dios comparte con Él. 14 No tengas miedo del Amor8, 15 pues sólo Él puede curar todo pesar, enjugar todas las lágrimas, y despertar pausadamente de su sueño de dolor al Hijo que Dios reconoce como Suyo. 16 No tengas miedo del Juicio Final. 17 La salvación te pide que Le des la bienvenida. 18 Y el mundo espera que Lo aceptes con agrado, lo cual lo liberará al mundo.
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6 El Plan de Dios para nuestra salvación: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es aprender lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T8.4 [22], T9.6, T11.1, T15.4 [33], T17.3 [9], L71, L72 L71.2, T15.4 [33], T17.3 [9], L71.2, LTe.2 (-L231)
7 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
8 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
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P A R T E 2
¿Qué es EL JUICIO
FINAL?
pár 5
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LTe.10 (-L311).5 19 Éste es el Juicio Final de Dios: "Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. 20 Por lo tanto, despierta, y regresa a Mí. 21 Soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo".
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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L E C C I Ó N 317
Sigo el camino que
me fue designado.
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L317.1 1 Tengo una misión especial1 que cumplir, un papel que sólo yo puedo desempeñar. 2 La salvación2 está a la espera de que me decida a aceptar este papel como lo que quiero hacer con mi vida. 3 Hasta que no tome esta decisión, seguiré siendo esclavo del tiempo y del destino humano. 4 Pero cuando, por voluntad propia y con alegría, siga el camino que el plan de mi Padre designó para mí, reconoceré que la salvación ya está aquí, que ya le fue dada a todos mis hermanos, y que ya es mía también.
L317.2 5 Padre, hoy me decido a seguir Tu camino. 6 Allí donde me quiere conducir, decido ir; y lo que quiere que yo haga, decido hacer. 7 Tu camino es seguro y el final está asegurado. 8 Tu Memoria me espera ahí, y todos mis pesares desaparecerán en Tu abrazo, tal como prometiste a Tu Hijo, quien pensó erróneamente que se había alejado de la segura protección de Tus cariñosos brazos.
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1 Nuestra misión especial es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada únicamente a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompletitud. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], L62, L64, L65, L66, L99
2 La revelación es aquí, una experiencia intensamente personal, que no emana del consciente, de una comunicación de Dios hacia nosotros por medio del Espíritu Santo, en la que brevemente se refleja el conocimiento de la forma original de Comunicación entre Dios y Sus Almas —que somos nosotros, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo único— en el eterno Presente de la Unicidad. Es una experiencia que no puede traducirse en algo que tenga sentido para el consciente (de ahí que cualquier intento de describirla con palabras sea usualmente incomprensible), e induce a la vez la sensación extremadamente personal de crear o amar y una suspensión completa —aunque temporal— de la duda y del miedo. Sólo una mente curada puede experimentar una revelación que produzca efectos duraderos por medio del perdón y de la extensión de milagros, lo cual la une directamente con
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
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Capítulo 30
EL NUEVO COMIENZO
T30.4 MÁS ALLÁ DE
TODO ÍDOLO pár 38-48
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
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T30.4 [38] 1 Los ídolos son muy específicos1. 2 Pero tu2 voluntad es universal, puesto que3 es realmente ilimitada. 3 Y así, no tiene forma, ni su contenido se puede expresar en función de la forma. 4 En cambio, los ídolos limitan4. 5 Representan la creencia de que ciertas formas pueden aportar felicidad y que, limitando, se consigue todo. 6 Es como si dijeras "No tengo necesidad de todo. 7 Lo único que quiero es este trocito, y para mí será como si fuese todo". 8 Y esto tiene necesariamente que dejarte insatisfecho, porque tu verdadera Voluntad es que todo sea tuyo5. 9 Decídete a favor de los ídolos6, y perderás7. 10 Decídete por la Verdad8, y todo será realmente tuyo9.
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1 … el tiempo y el espacio, y todo lo que éstos contienen que conocemos y por conocer…
2 … verdadera
3 … en el Cielo, creando con Mi Padre y Creador, que es lo mismo que extender Amor y recibirlo…
4 … según las leyes de la evolución y escasez
5 … pero, como Cristo, en Quien todos como Almas somos realmente Uno, tanto aquí como en el Cielo.
6 … creyendo en la realidad del ego y pensando con él
7 … el reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad
8 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
9 … aquí, mientras tu cuerpo tenga vida, el reflejo de la Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
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T30.4 MÁS ALLÁ DE
TODO ÍDOLO
pár 39-40
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T30.4 [39] 11 No son formas lo que realmente andas buscando10, 12 porque, ¿qué forma puede sustituir al Amor11 de Dios el Padre? 13 ¿Qué forma puede ocupar el lugar de todo el Amor que se encuentra en la divinidad del Hijo de Dios? 14 ¿Qué ídolo puede convertir en dos lo que realmente es Uno12? 15 ¿Y acaso puede limitarse Lo que es ilimitado? 16 Tú no quieres ningún ídolo, 17 pues ésa no es tu verdadera Voluntad. 18 Ningún ídolo puede darte el presente que buscas. 19 Cuando decides cuál es la forma que debe tener lo que quieres, dejas de comprender su propósito. 20 Y así, ves a tu voluntad en el ídolo, reduciéndola a una forma concreta. 21 Pero eso nunca podrá ser tu verdadera voluntad, porque lo que comparte toda creación13, no puede contentarse con ideas triviales o cosas insignificantes.
T30.4 [40] 22 Tras la búsqueda de todo ídolo, yace el anhelo de completitud 23 La Completitud14 no tiene forma porque es ilimitada. 24 Buscar una persona especial o una cosa para añadir a lo que tú eres a fin de completarte, sólo quiere decir que crees que te falta algo que una forma puede proporcionarte. 25 Y que, al encontrarla, te completarás en la forma que a ti te gusta. 26 El propósito de todo ídolo es éste: que no mires más allá de él a la raíz de la creencia de que eres incompleto. 27 Esto sólo podría ser cierto si realmente hubieses pecado. 28 Pues pecar es la idea de que estás solo y separado de Lo que es completo. 29 Por consiguiente, sería necesario buscar la completitud más allá de las fronteras que te limitan.
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10 … para creer en ellas,
11 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
12 … la Unicidad de Dios y Su Hijo…
13 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
14 La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la completitud es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestro fuero interno en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Y, cuando pensamos con el ego significa las definiciones que se pueden encontrar en el diccionario. Ver T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
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T30.4 MÁS ALLÁ DE
TODO ÍDOLO
pár 41-42
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T30.4 [41] 30 Nunca es el ídolo lo que quieres. 31 Sino que crees que lo que te ofrece es justamente lo que quieres, y que tienes derecho a pedirlo, 32 aunque no sería posible que te fuese negado. 33 Tu voluntad de ser completo no es sino la Voluntad de Dios, y tú completitud te es dada por ser La de Él. 34 Dios no sabe nada de formas. 35 No te puede contestar utilizando términos que no tienen significado. 36 Y tu voluntad no podría satisfacerse con formas vacías, hechas solo para llenar una brecha que realmente no existe. 37 Eso no es lo que tú realmente quieres. 38 La Creación no otorga a ninguna persona separada ni a ninguna cosa separada el poder de completar al Hijo de Dios. 39 ¿A qué ídolo se puede apelar para que dé al Hijo de Dios lo que ya tiene?
T30.4 [42] 40 Unir en un todo constituye la función del Hijo de Dios. 41 No tiene necesidad de buscarla en absoluto. 42 Más allá de todo ídolo se encuentra su santa voluntad de ser sólo lo que él realmente es. 43 Pues ser más que lo que está unido en un todo no tiene significado. 44 Si se hubiese producido algún cambio verdadero en él, o si se le pudiese reducir a alguna forma y limitarlo a lo que no está en él realmente, no sería tal como Dios Lo creó. 45 ¿Qué ídolo puede necesitar para ser él mismo15? 46 ¿Podría acaso dar alguna parte de sí mismo? 47 Lo que no está unido en un todo no puede unir partes en un todo. 48 Pero lo que realmente se pide16 no puede ser negado. 49 Tu voluntad te es concedida. 50 No en una forma que no habría de satisfacerte, sino en el17 Pensamiento completo y totalmente hermoso que Dios guarda de Ti.
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15 … Cristo, el Hijo de Dios?
16 … que nos unamos todos como uno en Cristo,
17 … reflejo aquí, del
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T30.4 MÁS ALLÁ DE
TODO ÍDOLO
pár 43
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T30.4 [43] 51 Nada que Dios no conozca18 existe. 52 Y Lo que conoce existe eterna e inmutablemente19. 53 Pues los pensamientos duran tanto como la mente que los pensó. 54 Y en la Mente de Dios no hay fin, ni puede haber un instante en que Sus Pensamientos puedan estar ausentes, o sufran cambios. 55 Aquí, los Pensamientos no nacen ni pueden morir. 56 Comparten los Atributos de Su Creador, y no tienen una vida separada de La de Él. 57 Los pensamientos que piensas están en tu mente, tal como tú20 estás en la Mente que Te pensó. 58 Por consiguiente, no hay partes separadas en Lo que existe dentro de la Mente de Dios21. 59 Ella es por siempre Una, eternamente unida22 y en paz.
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18 … realmente
19 … la Unicidad, y nada más…
20 … como Alma: El término Alma (o Espíritu) —siempre con mayúscula— es nuestra inmaterial Naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma (o Espíritu) es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Cuando las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas —que realmente somos todos— se unifican como Una en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Nada puede llegar al Alma (o Espíritu) desde el ego, ni nada del Alma (o Espíritu) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma (o Espíritu) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8] y [19], T31.6, L97
21 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165.
22 … a Dios y a Su Hijo como Una,
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T30.4 MÁS ALLÁ DE
TODO ÍDOLO
pár 44
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T30.4 [44] 60 Los pensamientos parecen ir y venir. 61 No obstante, lo único que esto quiere decir es que algunas veces los conciencias y otras no. 62 Un pensamiento que no se recuerda nace de nuevo en ti cuando regresa a tu concienciación, 63 aunque no había muerto cuando lo olvidaste. 64 Siempre estuvo ahí, aunque no lo concienciaras. 65 El Pensamiento que Dios tiene de Ti no se ha visto afectado en modo alguno por tu olvido23. 66 Siempre será exactamente como era antes de que Lo olvidaras, como seguirá siendo cuando Lo recuerdes. 67 Y ha seguido siendo el Mismo durante el lapso de tu olvido.
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23 … cuando por medio de tu ego primordial, decidiste que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, todo eso regido por las leyes de la evolución y escasez.. Ver T27.9 [82]
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T30.4 MÁS ALLÁ DE
TODO ÍDOLO
pár 45
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T30.4 [45] 68 Los Pensamientos de Dios están mucho más allá de todo cambio y brillan eternamente. 69 No están a la espera de nacer, 70 sino de que se les dé la bienvenida y se les recuerde. 71 El Pensamiento que Dios tiene de Ti es como una estrella, inmutable en un eterno firmamento. 72 Se encuentra tan alto en el cielo que los que se encuentran fuera del Cielo no saben que está allí. 73 No obstante, brillará por toda Eternidad, tranquilo, puro y hermoso. 74 En ningún momento ha dejado de estar allí, ni jamás ha habido un instante en que Su Luz se atenuara o perdiera Su Perfección.
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T30.4 MÁS ALLÁ DE
TODO ÍDOLO
pár 46
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T30.4 [46] 75 El que conoce al Padre conoce24 esta Luz25, pues Él es el eterno Firmamento26 que La mantiene a salvo, por siempre elevada y firmemente anclada. 76 La perfecta Pureza de esa Luz no depende de que se vea en la tierra o no. 77 El Firmamento La envuelve y La mantiene tranquilamente en el Lugar perfecto, Que está tan lejos de la tierra como la tierra del Cielo. 78 No es la distancia ni el tiempo lo que hace que esta Estrella27 sea invisible desde la tierra. 79 Pero los que andan en pos de ídolos no pueden saber que esta Estrella está ahí.
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24 … el reflejo aquí de
25 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
26 … sinónimo de Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, a saber, que nada más existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
27 … la Luz
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T30.4 MÁS ALLÁ DE
TODO ÍDOLO
pár 47-48
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T30.4 [47] 80 Más allá de todos los ídolos se encuentra el Pensamiento que Dios tiene de ti28. 81 Este Pensamiento no se ve afectado en modo alguno por la confusión y el terror del mundo, por los sueños que aquí se tienen en los cuales se nace y se muere, ni por las miríadas de formas que el miedo puede adoptar, sino que, sin perturbarse en lo más mínimo, sigue siendo exactamente como siempre fue. 82 Rodeado de una calma tan absoluta que el estruendo de las batallas ni siquiera llega hasta Él, descansa en la certeza y en la paz perfecta. 83 Aquí se encuentra29 Tu única Realidad30 a salvo, al ignorar por completo el mundo que se postra ante ídolos y que no conoce a Dios. 84 Perfectamente seguro de Su inmutabilidad y de morar en Su casa eterna, el Pensamiento que Dios tiene de Ti nunca ha abandonado la Mente de Su Creador, al Que conoce igual que Su Creador sabe que ese Pensamiento está ahí.
T30.4 [48] 85 ¿Dónde podría existir el Pensamiento que Dios tiene de ti sino donde tú estás31? 86 ¿Es acaso tu realidad algo separado de ti y está en un mundo del que Tu Realidad nada sabe? 87 Fuera de Ti, no hay firmamento eterno, ni estrella inmutable, ni realidad alguna. 88 La Mente del Hijo del Cielo está en el Cielo, pues Ahí, la Mente del Padre Que es La del Hijo, se unieron en la Creación, la Cual no puede tener fin. 89 Tú no tienes dos realidades, sino solo una, 90 y, además, no puedes concienciar realmente más que una. 91 Tu realidad es o un ídolo, o el Pensamiento Que Dios tiene de ti. 92 Por tanto, no olvides que los ídolos tienen que mantener oculto lo que realmente eres, no de la Mente de Dios, sino de la tuya. 93 La estrella sigue brillando; y el firmamento jamás ha cambiado. 94 Pero tú, que realmente eres el santo Hijo de Dios Mismo, no conciencias32 tu Realidad.
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28 … como Cristo, Su santo Hijo
29 … el reflejo de
30 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
31 … realmente, es decir, en la Realidad de la eterna Unicidad de Dios
32 … el reflejo aquí de
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