PARA VER TODO EL CORREO HAGA
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
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Han sido dados uno al otro para
que el Amor pueda extenderse,
no para que se lo nieguen uno al otro.
UCSM TX 24.2 pár 8
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T24.2 [3] 1 Amar es extenderse. 2 Negarte a dar un presente2 —por insignificante que sea— es desconocer el propósito del Amor3. 3 El Amor lo da todo eternamente. 4 Si retienes una sola creencia, una sola ofrenda, el Amor desaparecerá pues has pedido a un substituto que ocupe su lugar. 5 Y ahora la guerra —la substituta de la paz— viene acompañada de la única alternativa con la que puedes reemplazar al Amor. 6 El que la hayas escogido es lo que le confiere toda la realidad que parece tener4.
UCSM TEXTO
CH 24 EL ESPECIALISMO
Y LA SEPARACIÓN
T24.1 INTRODUCCIÓN
T24.2 ESPECIALISMO1 COMO
SUBSTITUTO DEL AMOR
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO? pár 1-5
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LTe.4 (-L251).1 1 Pecar es estar demente1. 2 Es el medio que hace que la mente2 pierda su cordura3 y trate de dejar que las ilusiones ocupen el lugar de la Verdad4. 3 Y, al estar loca, la mente ve ilusiones donde la Verdad debería estar, y donde realmente está5. 4 El pecado dio ojos al cuerpo pues, ¿qué van a querer ver los que están libres de pecado6? 5 ¿Qué necesidad tienen de escenas, sonidos o tacto? 6 ¿Qué van a querer oír, o alcanzar para agarrar? 7 ¿Qué van a querer percibir por los sentidos? 8 Percibir por los sentidos es no conocer. 9 Y la Verdad no puede contener sino el conocimiento7 y nada más.
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1 Demencia o locura, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos y entendemos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76]
2 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
3 Cordura, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu, que parte de la creencia en la Verdad y, que nuestra función aquí es tratar de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la cordura es el estado mental al que llega nuestro ego por medio del razonamiento, lógica y sentido común. Ver T6.6.2 [76], T17.7 [61]
4 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
5 ... en el espíritu, la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo
6 ... son aquellos que en un instante santo del mundo real, habiendo perdonado totalmente a otro, han logrado ver en su fuero interior con la visión de Cristo, el Alma de ese otro que es exactamente igual a La de ellos y, por consiguiente, se han unificado en un reflejo aquí de lo que es el eterno Presente de la Unicidad de Dios…
7 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía, es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 2
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LTe.4 (-L251).2 10 El cuerpo8 es el instrumento que la mente hizo en sus esfuerzos por engañarse a sí misma9. 11 Su propósito es luchar10. 12 No obstante, la meta de luchar puede cambiar. 13 Si cambia, ahora el cuerpo se pone al servicio de otro objetivo por el cual luchar11. 14 Lo que persigue ahora está determinado por el objetivo que la mente escogió para reemplazar a la meta del autoengaño. 15 La Verdad puede ser su objetivo tanto como las mentiras12. 16 Si apunta a la Verdad, los sentidos buscarán testigos de lo que es13 verdadero.
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8 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
9 … que empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos…Ver T27.9 [82]
10 … ante todo por la sobrevivencia que le dicta el instinto según las leyes de la evolución y de la escasez
11 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
12 … dependiendo con quién decida pensar: el Espíritu Santo o el ego?
13 … aquí, realmente, reflejo de lo
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 3
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LTe.4 (-L251).3 17 El pecado es la morada de todas las ilusiones14, que representan únicamente cosas imaginadas, procedentes de pensamientos que no son verdaderos. 18 Las ilusiones constituyen la "prueba" de que lo que no posee Realidad15 es real. 19 El pecado "prueba" que el Hijo de Dios es malvado; que el eterno Presente tiene que tener un final y que la Vida eterna tiene necesariamente que morir. 20 Y Dios Mismo ha perdido al Hijo que ama, quedándole sólo la putrefacción para completarse; Su Voluntad derrotada por siempre por la muerte; el Amor asesinado por el odio y la paz perdida para siempre.
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14 Ilusión o fantasía es todo lo "hecho" por nuestro ego primario, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver T8.5 [41], T16
15 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
16 … la mente afectada por
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 4
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LTe.4 (-L251).4 21 Los sueños de un loco atemorizan y el pecado, ciertamente, parece aterrar. 22 Y, sin embargo, lo que16 el pecado percibe no es sino un juego de niños. 23 Puede que el Hijo de Dios juegue a haberse convertido en un cuerpo que es presa del mal y de la culpa17, con apenas una insignificante vida que acaba en la muerte. 24 Pero, durante todo este tiempo, Su Padre ha seguido derramando Su Luz18 sobre Él y Lo quiere con un eterno Amor que las ficciones del Hijo no pueden alterar en absoluto.
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17 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
18 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
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P A R T E 2
¿Qué es EL PECADO?
pár 5
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LTe.4 (-L251).5 25 ¿Hasta cuándo, oh Hijo de Dios, vas a seguir jugando a pecar? 26 ¿Acaso ya no es hora de guardar esos juguetes de aristas afiladas? 27 ¿Cuánto tiempo más vas a tardar en prepararte para regresar a Casa19? 28 ¿Tal vez hoy mismo? 29 El pecado no existe. 30 La Creación20 sigue inmutable. 31 ¿Aún vas a querer atrasar tu regreso al Cielo? 32 ¿Hasta cuándo, oh santo Hijo de Dios, hasta cuándo?
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19 Casa, con mayúscula, es sinónimo del Cielo, Realidad, Unicidad, etc. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, casa es el espíritu, la parte de nuestra mente separada que aún se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo; y cuando pensamos con el ego, es la morada de nuestro cuerpo. Ver T5.5 [42]-[43], T9.8 [65], T10.4 [24], T11 [103]
20 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
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L E C C I Ó N 258
Recordaré que
Dios es mi meta.
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L258.1 1 Lo único que se necesita es entrenar nuestras mentes para que pasen por alto todos los objetivos insignificantes y absurdos, y recuerden que nuestra meta es Dios. 2 Su recuerdo se encuentra oculto en nuestras mentes1, eclipsado tan sólo por nuestras metas insubstanciales e insignificantes que no ofrecen nada y, además, que no existen. 3 ¿Acaso vamos a seguir permitiendo que la gracia de Dios siga brillando sin que se conciencie, mientras preferimos ir en pos de los juguetes y las baratijas del mundo? 4 Dios es nuestra única meta, nuestro único Amor. 5 No tenemos otro objetivo que recordar a Dios.
L258.2 6 Padre, nuestra meta no es otra que seguir el camino que conduce a Ti2. 7 No tenemos otra meta sino ésa. 8 ¿Qué otra cosa podríamos querer que no fuese recordarte? 9 ¿Qué otra cosa podríamos buscar que no fuese nuestra Identidad3?
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1 El residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
2 Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula, es el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que quieres creer que nunca te separaste. La 1ª etapa comienza cuando, frente al caos existencial regido por las leyes de la evolución y la escasez y el miedo que experimentas a diario, conciencias que anhelas vivir de otra manera que un cuerpo, separado de los demás cuerpos, que lleva una vida sin otro significado que el de sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. La 2ª etapa consiste en observar que frente al especialismo habitual de tu ego, a veces, también te llegan impulsos compasivos, de compartir y de amistad desinteresada. 3ª etapa: Sin otras pruebas que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, debes decidir si quieres creer que éstos tienen un origen divino o, más bien, que son un error de la evolución. Si te decides por la evolución, tu motivación para convertir esos impulsos en hechos concretos te vendrá de la ética o altruismo que adoptes. 4ª etapa. En cambio, si mediante un acto de fe, aceptas que su origen pueda ser divino, también querrás creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que tu Alma es Una con todas las demás Almas en Cristo, el Hijo único de Dios. Este querer creer (hasta lograr creer) debería motivarte a pensar cada vez más con el Espíritu Santo, y cada vez menos con tu ego. En la última y 5ª etapa, el Espíritu Santo te enseñará cómo no juzgar, perdonar y extender milagros y, así, en instantes santos en tu fuero interno, accederás a la visión de Cristo en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje. Ver T3.3, T5.3, T11.9, T20, L139, M28
3 Identidad, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas unificadas como Una, somos realmente Uno con Dios. En minúscula, es la identidad del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios Que realmente somos. Ver T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
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Texto
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Capítulo 24
EL ESPECIALISMO
Y LA SEPARACIÓN
T24.1 INTRODUCCIÓN pár 1-2
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T24.1 [1] 1 No olvides que la motivación para tomar este Curso es alcanzar y conservar el estado de paz1. 2 En este estado, la mente se aquieta y se alcanza la condición en la que se recuerda a Dios. 3 No es necesario decirle lo que debe hacer. 4 Él no fallará. 5 Allí donde puede entrar, ya está. 6 ¿Cómo no iba a poder entrar allí donde Su Voluntad es estar2? 7 Alcanzarás la paz porque ésa es Su Voluntad. 8 ¿Crees que una sombra puede frenar la Voluntad que mantiene el Universo3 a salvo? 9 Dios no contemporiza con las ilusiones para que le dejen ser Lo que es4. 10 Ni Su Hijo tampoco5. 11 Ellos son6. 12 ¿Y qué ilusión que en su vagar parece flotar e interponerse entre Ellos podrá derrotar lo que es Su Voluntad?
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1 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
2 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
3 Universo, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de la Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto no existe más nada realmente. En minúscula, universo puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver T28.3 [16], T29.7 [39]
4 … Amor
5 … ya que es Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad
6 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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T24.1 [2] 13 Para aprender este Curso se requiere que estés dispuesto a cuestionar cada uno de los valores que sostienes7. 14 Ni uno solo debe quedar oculto y encubierto, pues ello pondría en peligro tu aprendizaje. 15 Ninguna creencia es neutral. 16 Cada una de ellas tiene el poder de dictar cada decisión que tomas. 17 Pues una decisión es una conclusión basada en todo lo que crees. 18 Es el resultado de tus creencias, y las sigue tan seguramente como el sufrimiento es la consecuencia de la culpabilidad8, y la libertad de la impecabilidad9. 19 La paz no tiene substitutos. 20 Lo que Dios crea no tiene alternativa. 21 La Verdad10 surge de lo que Él sabe. 22 Y tus decisiones provienen de tus creencias tan seguramente como Toda Creación surgió en Su Mente debido a lo que Él sabe.
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7 … con tu razonamiento, lógica y sentido común de tu ego, que ven al Amor como una excepción, una incongruencia ante las leyes de la evolución y escasez que rigen este mundo…
8 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
9 La Impecabilidad, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula, impecabilidad es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver T20.5 [32], T25.6 [37]
10 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse en nuestro fuero interno, en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la percepción de que el tiempo y del espacio y todo lo que estos contienen son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen la única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
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Un Curso Sobre Milagros
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Capítulo 24
EL ESPECIALISMO
Y LA SEPARACIÓN
T24.2 EL ESPECIALISMO1
COMO SUBSTITUTO
DEL AMOR pár 3-11
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T24.2 [3] 1 Amar es extenderse. 2 Negarte a dar un presente2 —por insignificante que sea— es desconocer el propósito del Amor3. 3 El Amor lo da todo eternamente. 4 Si retienes una sola creencia, una sola ofrenda, el Amor desaparecerá pues has pedido a un substituto que ocupe su lugar. 5 Y ahora la guerra —la substituta de la paz— viene acompañada de la única alternativa con la que puedes reemplazar al Amor. 6 El que la hayas escogido es lo que le confiere toda la realidad que parece tener4.
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1 El especialismo es la forma habitual de pensar de la individualidad nacida de la diminuta idea alocada del Hijo de Dios que pensó que podía separarse de Su Padre y "hacer cosas" por su cuenta. Al haber olvidado reírse de semejante idea, el pensamiento se convirtió en una idea seria de la que, entre otras cosas, resultó la ilusión de la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez. En esta realidad, el ego, es el deseo de cada ser humano de estar separado y lo más arriba posible por encima de los demás seres humanos, de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que es merecedor —por encima y hasta en contra de los demás— de las escasas cosas buenas y transitorias que ofrece el mundo. Ningún precio es demasiado alto para obtenerlas, y las busca afanosamente en relaciones especiales en las que otros aparentemente le ofrecen amor, amistad y aprecio especiales, así como también a veces, la entrega de sus cuerpos y/o mentes igualmente especiales y, con ellos, de lo que poseen que nuestro ego cree que le hace falta. Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir de verdad, ya que por sí mismo constituye una traición y un ataque contra la eterna y amorosa Unicidad de Dios con Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una. En consecuencia, el especialismo va a desconfiar de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso, no se le va a escapar ninguna falta o error que puedan cometer; además de atacar a los que entre ellos, directa o indirectamente, interfieran o se opongan a sus designios interesados. Ver T16.6, T24, T27.9 [82]-[83]
2 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.2, T7.6 [42] 24, T7.7 [65] 82, T7.8 [81], T9.11 [105], T20.6 [38], T26.5 [28], L117 (L104), L166, M29.5
3 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
4 Nadie ha regresado de la muerte para contar su historia. Nadie se ha "esfumado" de esta vida por estar practicando una religión, una disciplina o terapia mental. No sabemos de dónde nos vienen los pensamientos que procesa nuestro cerebro. Lo que sí sabemos es que para sobrevivir aquí, debemos acatar ciertas normas "naturales" o de la evolución. Por eso, La proyección hace la percepción. El mundo que ves es lo que tú le diste, nada más que eso. Pero si bien no es más que eso, tampoco es menos. Por consiguiente, para ti, ciertamente es importante. Es el testimonio de tu estado mental, la imagen externa de una condición interna. Tal como piense el hombre, así percibirá. Por lo tanto, no trates de cambiar el mundo, sino más bien, opta por cambiar cómo piensas acerca de él. Ver T21.1 [1]
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T24.2 EL ESPECIALISMO1
COMO SUBSTITUTO
DEL AMOR
pár 4
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T24.2 [4] 7 Tus creencias nunca se atacarán abiertamente unas a otras5, porque es imposible que tus conclusiones impliquen conflicto. 8 Pero no reconocer una creencia constituye una decisión de batallar internamente en secreto, en la que los resultados del conflicto se mantienen ocultos y nunca se llevan ante la Razón6, que evaluaría si son sensatas o no. 9 Y son muchas las conclusiones insensatas a las que se ha llegado y muchas las decisiones absurdas que ahora se han convertido en creencias a las que se ha dado el poder de determinar las decisiones subsiguientes. 10 No subestimes el poder que tienen estos guerreros ocultos para destruir tu paz. 11 Pues ésta se encuentra a su merced mientras siga en pie tu decisión de dejarla en sus manos. 12 Los enemigos secretos de la paz —tu más mínima decisión de atacar en vez de amar— se encuentran ahí por tu propia elección, sin ser reconocidos y prestos a desafiarte a combatir y a llevarte a una violencia mucho más grande de lo que te imaginas. 13 No niegues su presencia ni sus terribles resultados. 14 Lo único que se puede negar es su realidad7, no sus consecuencias8.
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5 … en tu propia mente,
6 Razón, con mayúscula, en la eterna Unicidad, es: 1) el Pensamiento de Amor de Dios o Espíritu Santo Que Dios comparte con nosotros como Almas Una en Cristo, Su único Hijo; y 2) a veces, es sinónimo del Espíritu Santo. Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es nuestro pensar con Él, que quiere ser el reflejo de ese eterno Pensamiento de Amor por medio del perdón y la extensión de milagros; y, cuando pensamos con el ego, se refiere a nuestro pensar con el ego que se basa en la racionalidad, lógica y el sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4
7 … eterna
8 … terrenales
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T24.2 EL ESPECIALISMO1
COMO SUBSTITUTO
DEL AMOR
pár 5
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T24.2 [5] 15 Todo lo que alguna vez se ha apreciado como una creencia oculta, que hay que defender aunque no se la reconozca, es la fe de ser especial. 16 Esto se manifiesta de muchas formas, pero siempre choca con la Realidad de la Creación de Dios y con la grandeza con la que dotó a Su Hijo9. 17 ¿Qué otra cosa podría justificar el ataque? 18 ¿Quién podría odiar a alguien cuyo Yo10 es el suyo propio11 y a quien Él12 realmente conoce? 19 Sólo los que creen ser especiales pueden tener enemigos, pues creen ser diferentes y no iguales. 20 Y cualquier clase de diferencia impone diferentes órdenes de realidad y una necesidad de juzgar de la que no se puede escapar.
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9 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
10 Yo, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios —en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una— Quien es Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu yo es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno. Ver Lte.14 (-351)
11 … realmente y, cuando piensa y percibe con el Espíritu Santo, se le manifiesta aquí como un reflejo del Yo de Cristo,
12 … como Cristo en la eterna Unicidad de Dios que él realmente es,
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T24.2 EL ESPECIALISMO1
COMO SUBSTITUTO
DEL AMOR
pár 6-7
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T24.2 [6] 21 Lo que Dios creó13 no puede ser atacado, pues no hay nada en el Universo que sea diferente de Sí Mismo. 22 Pero lo que es diferente exige que se le juzgue, y esto tiene que provenir de alguien que es "mejor", alguien incapaz de ser como lo que está condenando, alguien "superior" a eso y, en comparación, libre de pecado. 23 Y así, el especialismo14 se convierte simultáneamente en un medio y en un fin. 24 Pues ser especial no sólo aparta, sino que también sirve como base desde la que los ataques contra los que parecen ser "inferiores" al que es especial, son "naturales" y "justos". 25 Los que se creen especiales se sienten débiles y frágiles debido a las diferencias, pues lo que los hace especiales es su enemigo. 26 No obstante, ellos protegen su enemistad y lo llaman "amigo". 27 Luchan por él contra todo el universo, pues no hay nada en el mundo que sea más valioso para ellos.
T24.2 [7] 28 El especialismo es el gran dictador de las decisiones equivocadas. 29 He aquí la gran ilusión de lo que eres y de lo que tu hermano es. 30 Y he aquí también lo que hace que necesariamente se ame al cuerpo15 y se le considere algo que vale la pena conservar. 31 El especialismo tiene que ser defendido. 32 Las ilusiones lo pueden atacar, y lo hacen. 33 Pues aquello en lo que tu hermano tiene que convertirse para que tú puedas seguir siendo especial es una ilusión. 34 El que es peor que tú tiene que ser atacado de forma que tu especialismo pueda vivir a costa de su derrota. 35 Pues ser especial es triunfar sobre él, y esa victoria constituye su derrota y humillación. 36 ¿Cómo podría vivir él con el fardo de todos tus pecados encima? 37 ¿Y quién, sino tú, ha de ser el que lo conquiste?
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13 … Su único Hijo, Quien es Uno con Él en el eterno Presente de la Unicidad. El reflejo aquí del Hijo único de Dios o Cristo —en Cuya única Alma, todas las Nuestras están unificadas como Una en Cristo— es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Mismo Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
14 La relación especial, aquí: 1) Es en la que, pensando, percibiendo y actuando con nuestro ego, entablamos con una o más personas especiales que poseen atributos especiales, con las cuales esperamos llenar nuestras necesidades igualmente especiales. 2) Constituye la renuncia a la eterna y alegre concordia del perfecto Amor que nuestras Almas profesan unas con otras unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Que realmente somos. 3) Es el intento del ego de asegurar para sí el especialismo que Dios le negó, nacido del deseo oculto de que Dios amara a Su Hijo, ahora separado, con un amor especial. 4) Es el insincero interés, amor, amistad o aprecio por otra u otras personas que nuestro ego utiliza para constituir con ellas relaciones por medio de las cuales alcanzar algunos de sus objetivos personales. 5) A veces, estas relaciones especiales devienen en dependencia o codependencia, pero que, en todo caso, siempre constituyen ataques velados. Ver T15.6aT15.10, T16
15 El cuerpo—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
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T24.2 EL ESPECIALISMO1
COMO SUBSTITUTO
DEL AMOR
pár 8
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T24.2 [8] 38 ¿Te sería acaso posible odiar a tu hermano si fueses igual que él? 39 ¿Podrías acaso atacarlo si te dieses cuenta de que realmente caminas con él hacia la misma meta16? 40 ¿No harías todo lo posible por ayudarlo a alcanzarla si percibieses su triunfo como si fuese el tuyo? 41 Eres su enemigo en cuanto al especialismo se refiere, su amigo en un propósito compartido. 42 El especialismo nunca puede compartir, pues depende de metas que son sólo tuyas para alcanzar. 43 Y él jamás debe alcanzarlas, pues de lo contrario, tu meta se vería en peligro. 44 ¿Puede el Amor tener significado donde la meta es el triunfo? 45 ¿Y qué decisión puede tomarse a favor de esto que no te haga daño? 46 Tu hermano es tu amigo porque su Padre lo creó semejante a ti. 47 No hay ninguna diferencia entre ustedes. 48 Han sido dados uno al otro para que el Amor pueda extenderse, no para que se lo nieguen uno al otro. 49 Lo que guardas para ti, lo pierdes. 50 Dios se dio a Sí Mismo a ustedes dos, y recordar esto es ahora el único propósito que ustedes comparten. 51 Por consiguiente, es el único que tienen.
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16 La meta del Curso: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
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T24.2 EL ESPECIALISMO1
COMO SUBSTITUTO
DEL AMOR
pár 9
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T24.2 [9] 52 ¿Podrían acaso atacarse uno al otro si decidiesen no ver ningún especialismo —del tipo que fuese— entre ustedes? 53 Observen imparcialmente qué es lo que hace que se aceptan uno al otro sólo parcialmente, o que los lleva a pensar que les convendría más estar separados. 54 ¿Acaso no creen siempre que sus respectivos especialismos se ven menoscabados por su relación? 55 ¿Y no es éste el "enemigo" que convierte a cada uno de ustedes en una ilusión para el otro?
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T24.2 EL ESPECIALISMO1
COMO SUBSTITUTO
DEL AMOR
pár 10-11
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T24.2 [10] 56 El miedo que tienen a Dios17 y uno al otro proviene de cada creencia en el especialismo que no han reconocido. 57 Pues cada uno exige al otro postrarse ante ella en contra de su voluntad. 58 Y Dios Mismo tiene que honrarla o sufrir venganza. 59 Cada punzada de malicia, puñalada de odio, o deseo de separarse, nace aquí. 60 Pues aquí el propósito que comparten queda obnubilado para ambos. 61 Quieren oponerse a este Curso porque les enseña que ustedes son iguales. 62 Realmente no tienen ningún propósito que no sea el mismo, ni ninguno que su Padre no comparta con ustedes. 63 Pues en su relación se han borrado las metas especiales. 64 ¿Van a destruir ahora la meta de santidad que el Cielo les dio? 65 ¿Qué perspectiva puede tener el que se considera especial que no cambie con cada aparente golpe, afrenta, o juicio imaginario sobre él mismo?
T24.2 [11] 66 Los que se creen especiales se ven obligados a defender las ilusiones contra la Verdad, 67 pues ¿qué otra cosa es el especialismo sino un ataque contra la Voluntad de Dios? 68 No estás amando a tu hermano mientras defiendas tu especialismo en su contra. 69 Esto es lo que él ataca y lo que tú proteges. 70 He aquí el motivo de la batalla que libras contra él. 71 Aquí él tiene necesariamente que ser tu enemigo, y no tu amigo. 72 Jamás podrá haber paz entre los que son diferentes. 73 Pero él es tu amigo porque realmente son lo mismo18.
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17 … A Dios nadie lo ha visto nunca; Juan, 1, 18
18 … Cristo, 1) es la idea que resuelve el aparente dilema en el Curso, que, por un lado, reza: "Dios creó a un solo Hijo, y no creó más nada" y, por el otro, "la Filiación es la suma de todas las Almas creadas por Dios.", dilema que es resuelto en el proceso de extender milagros: "Un milagro hace que las Almas sean una en Cristo."; 2) en mi fuero interno, Cristo también es la divina experiencia de mi mente acertada o espíritu en un instante santo del mundo real, de la unión de mi Alma con el Alma del otro(a), experiencia de Amor que se extiende a las Almas de todos los que fueron, son y serán, como reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad de Dios. Ver T1.1.19 [19], [45] y [48], T2.2 [20], T30.6 [63], T31.1 [9].
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