Al Buen Entendedor...

Por: Sergio E. González Rubiera



Crónica de Europa

Parte IV.



Sergio González Rubiera, ha contribuido de manera especial en el Desarrollo Turístico de Cancún y la Riviera Maya. Desde 1995 es Socio Director de la firma Acti Consultores en Turismo, con sede en Cancún, desde donde ha participado en Proyectos de Calidad. 
    

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Con un dejo de nostalgia, al menos para mí, dejamos Llanes, Asturias para continuar por esa hermosísima autovía del Cantábrico, con destino Galicia y muy concretamente Santiago de Compostela, es decir que haríamos el Camino de Santiago, pero en automóvil, sin duda válido también.

 

Con la ayuda de mi súper copiloto, que se distraía con las hermosas vistas que ofrece esta ruta y de nuestra guía michelín, conduje algo más de 400 kilómetros para llegar por la tarde-noche a Santiago. Al llegar, como es acostumbrado, nos perdimos un poco, al punto de terminar dentro de un aparcamiento subterráneo, gracias a la ayuda de “mi prima anacleta”, esa que dice, “en doscientos metros, en la tercera salida continúa, para seguir a”… no se donde, y así me metió en un aparcamiento… luego de unos nervios, y unas risas, entramos y salimos del subterráneo, y es que ya estábamos en medio de ese mundo peatonal, en el que más vale dejar el auto lo más pronto que se pueda.

 

Entre nuestros instintos y con la ayuda de “anacleta”, llegamos a un hermoso y elegante Eurostar Gran Hotel Santiago, en donde el servicio estuvo muy lejos de lo esperado y que no iba acorde a la categoría del hotel, aún estoy esperando la oportunidad de enviarles mi retroalimentación.



Pero bueno, como siempre, una vez dejadas las maletas emprendimos la caminata nocturna para buscar donde cenar. Llegamos a un local, en una de esas concurridas calles peatonales, en medio de la lluvia, y luego de una corta espera nos asignaron una mesa en medio de decenas de comensales, en su mayoría gallegos por supuesto.

Cómo es lógico, pedí un Pulpo a Feira, infaltable, y como a mi Alice le encanta la carne, pedimos un chuletón; la sorpresa, es que, en estos locales, la pieza es de mínimo un kilo, para empezar, ya se imaginarán mis ocho lectores, y por si fuera poco unos “pimientos del padrón”, los que, ya saben, “unos pican y otros no”… je je.


Me angustiaba un poco que el viaje había sido largo y un poco cansado, y veía a Alice como desanimada, seguro sería por el viaje, pensaba yo, pero confiaba en que, a la mañana siguiente cuando viera La Catedral de Santiago de Compostela, todo cambiaría, y vaya que así fue. Cuando llegas a esa plaza, ves los edificios, su arquitectura, su magia y de repente ves esa catedral, que es tan alta que no alcanza el lente de la cámara para fotografiarla a plenitud, te quedas simplemente sin aliento. Es difícil poder describir en letras, la belleza de esta Catedral de estilo románico, gótico y barroco.


En el lugar en que se halló, en el año 813, el sepulcro del apóstol Santiago empezó a levantarse en el siglo XI una magnífica catedral. Un artista genial, el maestro Mateo, esculpiría una obra maestra del arte románico español: el pórtico de la Gloria

Me alivió ver la cara de Alice, ante los espectaculares monumentos de Santiago de Compostela, nos tomamos decenas de fotos y por supuesto le hincamos el diente a un arroz con bogavante para auténticamente chuparse los dedos.

Santiago de Compostela

Si habíamos conducido un montón desde Asturias hasta Galicia, nos faltaba aún un tramo similar o mayor para llegar hasta Madrid, desde donde regresaríamos a Cancún, había que tomarlo con calma, quedaban unos días por delante, así que, con el mapa en la mano, decidimos emprender el camino por la Comunidad Autónoma de Castilla y León (tierra de Castillos), para llegar a una ciudad sorprendente, Valladolid.

 

Llegamos de tarde, ya sabéis, después de las cuatro, cocinas cerradas, ni hablar, es nuestro destino. Pero solo al llegar pudimos atestiguar que Valladolid es una ciudad con hermosa urbanización, sumamente limpia y llena de árboles y jardines. Nuestro hotel muy próximo a la catedral, nos permitió una agradable caminata nocturna, mientras hacíamos tiempo a que abrieran los locales para cenar.

Foto nocturna de la Plaza Mayor de Valladolid.

Vaya sopresa, la cena… 

 

Nos recomendaron un lugar de nombre “Los Zagales”, que desde la entrada impresionaba. En su larga, larguísima barra, en donde sirven el tapeo y las cañas, se muestran con orgullo, colgados frente a los comensales una serie de banderines alusivos a los premios que el lugar ha ganado en los Concursos Nacionales de Pintxos; los concursos de tapas y los festivales de comida, vaya lugar en el que nos fuimos a meter, a nosotros que “no nos gusta” …

 

Mientras me tomaba la primera caña fría en la barra con Alice, esperando la mesa, me puse a observar los banderines, y así leyendo, leyendo, veo uno que ponía “Primer lugar Nacional año (no recuerdo), concurso de Pintxos de España, platillo Obama en la Casa Blanca”, palabras más o menos; me dije, eso tengo que probarlo, porque resulta que figuraba en el menú de tapas…

 

Aunque les dejo una foto, esa no puede describir la delicia, el humor y la creatividad de este platillo.

 

Por fuera, la Casa Blanca; el techo se desmonta, porque es la tapita de la suculenta vianda que viene adentro, que es negra por supuesto; un huevito de codorniz con trufa, crocante de jabugo y tinta de calamar, simplemente sublime. Con razón ganó el premio nacional. Luego de esa emoción pasamos a la mesa, a cenar en serio…

Valladolid es una ciudad con mucha clase, con una hermosa imagen urbana, llena de árboles, jardines y mucho orden, al mismo tiempo con un centro histórico digno de España y con su clásica Catedral de hermosa arquitectura. Les dejo una foto.

Foto de la Catedral de Valladolid.

Nuestra parada en esta hermosa ciudad era breve, de apenas una noche, para recuperar energías luego del largo camino desde Galicia, para continuar a Madrid, pero con otra breve escala, que resultaría en la mejor y más grande sorpresa de todo el viaje, SEGOVIA, con mayúsculas…

 

La provincia de Segovia, a solo hora y minutos de Valladolid, parte de la Comunidad Autónoma de Castilla y León es Patrimonio de la Humanidad, su legado histórico es tan abundante en edificios que incluye murallas medievales, iglesias romanescas, un antiguo palacio real, del que ya les contaré, una catedral gótica y por si fuera poco un acueducto romano con más de cien arcos, que funcionó como tal, dotando de agua a Segovia hasta 1973. Su construcción data del siglo II D.C. durante el reinado del emperador Trajano o principios del de Adriano, quien dejara enorme legado arquitectónico.

 

El Acueducto Romano de Segovia, está ubicado justo frente al legendario Mesón de Cándido, el lugar por excelencia para degustar del famoso Cochinillo Asado de Segovia, donde por supuesto comimos apenas al llegar a esta histórica y mágica ciudad.

 

Por el Mesón de Cándido, han pasado durante 4 generaciones, una pléyade de personalidades, artistas de Hollywood, premios nobeles, jefes de estado y por supuesto incontable número de sibaritas, quienes como nosotros no se han querido perder de esta experiencia que para nuestra fortuna, incluyó el placer de saludar en persona al viejo Cándido, y atestiguar su ritual de cortar un tierno lechón asado con el canto de plato, ritual que llevó a cabo el viejo mientras Alice le grababa con su móvil a petición de él mismo, quien fue amable y cálido con mi esposa, fue un lujo.

Fotos de Cándido y de Segovia.

Luego de una magnífica tarde en Segovia que culminaba con unas aceitunas enormes frente a un fogón de esos de gas, admirando la fachada de una iglesia, en la mejor calle peatonal, justo donde se encontraba nuestro hotel, el camarero nos recomendó una caminata, que nos llevaría, según dijo, hacia un gran palacio, en el que a su decir, se inspiraría Walt Disney, para crear el palacio de la Cenicienta, que se admira en el centro de sus parques.

 

A la mañana siguiente, emprendimos tal caminata, que empezaría por admirar la hermosísima Catedral Gótica de Segovia, desde el parque central con su quiosco, de cuento. Continuaríamos la caminata por una estrecha calle, repleta de hermosas fachadas, en donde lo único que me preocupaba es que era todo bajada, ya saben, lo que me esperaba al regreso…

 

Pero la caminata en medio de un clima fabuloso, apenas el 2 de noviembre, tuvo sus frutos al llegar a las puertas de un Palacio Real, en donde simplemente quedas mudo. En realidad, se trata del Alcázar de Segovia, Patrimonio de la Humanidad.

A continuación, un texto de la página oficial del Alcázar.

 

Es probable que la fortificación existiese ya en tiempos de la dominación romana, pues se han encontrado sillares de granito análogos a los del Acueducto.

Hacia 1120, sobre el extremo occidental de la roca en que se asienta la ciudad, se edificó un barrio al servicio de los canónigos de la catedral de Santa María, conocido como “las Canonjías”. En el acta de donación de los terrenos por el Concejo al Obispo es donde se menciona, por primera vez, a nuestra fortaleza, más exactamente al “vallum oppidi”, o empalizada, que defendía a la ciudad por el lado oriental.


Pocos años después, entre 1124 y 1139, se registran en la documentación las palabras “castillo de Segovia” y “Alcaçar”, término éste que alude a su condición de fortaleza y residencia regia y que llegará hasta nuestros días.



El rey Alfonso X “el Sabio” convocó Cortes en 1256, las primeras que tuvieron lugar en el Alcázar.

Fotos de Alcázar...

Al inicio de estas, mis crónicas de Europa, le contaba a mis ocho lectores, que de Praga, la capital Checa, se dice que es de esas obscenamente bellas ciudades del mundo, luego dudé de ello, cuando visitamos Brujas, en Bélgica, a más de hermosa; pero cuando vimos Segovia y sus encantos paisajísticos, además de su impresionante gastronomía, no me queda duda que queda ubicada entre las mejores del mundo, por lo menos de lo que mis ojitos han visto. En verdad les recomiendo esta visita, sobretodo aquellos que acostumbráis ir a Madrid, esta a solo una hora.


Y bueno, llegaba casi el final de esta larga, interesante, cultural y gastronómica expedición al viejo continente, y en consecuencia tenía que terminar como es debido en MADRID.


De nuestra parada en Madrid, quiero rescatar solo dos momentos, además del placer como siempre de disfrutar esta hermosa urbe y su gran estilo; el primero la visita obligada al Corral de la Morería, esa catedral del flamenco, en donde además del espectáculo disfrutas de tremenda cena muy gourmet. Los bailaores, guapas bailaoras, cantaores y músicos, se renuevan al igual que los atuendos, pero la calidad artística y musical es la misma desde hace décadas, es la verdad un deleite, ciertamente vale lo que pagas. Allí, recordé a mi entrañable amigo Marcelo Palacios, a quien saludo desde este espacio, quien se presentara como gran bailarín de Flamenco en sus años mozos en este icónico escenario de la capital de España, Olé, Marcelo !!


El siguiente momento a destacar es la comida en Ferreiro, un pequeño restaurante ubicado en el Paseo Florida, que para mi gusto sirve el mejor Cordero asado de Madrid. Ahí esta siempre Manolo, y ahora su hijo, al frente para hacerte pasar una tarde inolvidable.


Hay que decir que, aunque en toda Europa y también en España, se están olvidando los manteles largos, las elegantes servilletas de tela y esos detalles, esto no ha significado una reducción o una baja en la calidad gastronómica y especialmente la culinaria; en cientos de sitios se come fenomenal aunque no haya mantel, eso está pasando de moda; pero también hay que reconocer que cuando regresas a uno clásico, bien clásico, como Ferreiro en Madrid, si que se aprecia el mantel, el bajo mantel, la enorme y elegante servilleta de tela y no solo eso; una pequeña tapita de la casa, o mejor aún, un pincho de tortilla de patata, luego una sopita bien calientita en cortesía, antes de que arriben las grandes viandas, y todo a un precio más que razonable.


Al final, un buen puro en la terraza exterior con los calentones y un par de digestivos para despedirnos de Madrid y de Europa. Gracias Manolo, por tan magnífica tarde. Agradezco a Miguel Cortes, por haberme recomendado este sitio en una FITUR.

Foto con Manolo en Ferreiro.

Y como todo lo que empieza, termina, al día siguiente, al aeropuerto para devolver el auto que nos sirvió desde San Sebastián, y luego abordar el vuelo de World2Fly con destino Cancún.


Muchas Gracias a todos aquellos, que nos sirvieron, atendieron, asesoraron y aconsejaron en estas vacaciones, ojalá pudiese llegar con mis textos a todos, lo intentaré.


Y también gracias a todos los que han leído y a los que han comentado estas, mis crónicas de Europa. Un Abrazo de mi tamaño.


Al Buen Entendedor…

sgrubiera@acticonsultores.com

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