|
T2.3 [61] 58
Es esencial que recuerdes que
únicamente
la Mente
1
puede crear del todo.
59
Implícito en esto está el corolario de que la corrección únicamente puede tener lugar en el nivel
del pensar
, y
no
a ninguno de los dos niveles en los que crear es inaplicable
2
.
|
CH 2.
LA ILUSIÓN
DE LA SEPARACIÓN
3.
CURAR COMO LIBERACIÓN
DEL MIEDO
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 1
L E C C I Ó N 21
Estoy decidido a ver las cosas de otra manera
1
.
|
L21.1 1
La idea de hoy es obviamente una continuación y ampliación de la anterior.
2
No obstante, esta vez, además de aplicar la idea a cualquier situación concreta que surja, son necesarios también períodos específicos de búsqueda mental.
3
Se te pide que realices cinco prácticas de un minuto completo cada una.
L21.2 4
Inicia la práctica repitiéndote la idea a ti mismo.
5
Luego cierra los ojos y busca cuidadosamente en tu mente aquellas situaciones pasadas, presentes o anticipadas que, al evocarlas, suscitan ira en ti.
6
La ira puede manifestarse bajo cualquier forma de reacción, desde una ligera irritación hasta rabia.
7
El grado de intensidad emocional que experimentes no importa.
8
Te irás dando cuenta cada vez más de que una leve punzada de molestia no es más que un velo que cubre una intensa furia.
L21.3 9
Por consiguiente, durante la práctica, trata de no dejar escapar los pensamientos "insignificantes" de rabia.
10
Recuerda que no sabes realmente qué es lo que suscita ira en ti, y nada de lo que creas al respecto significa algo.
11
Probablemente te sentirás tentado de emplear más tiempo en ciertas situaciones que en otras, sobre la falsa base de que son más "obvias".
12
Esto no es cierto.
13
Es sólo un ejemplo de la creencia de que ciertas formas de atacar se justifican más que otras.
L21.4 14
A medida que buscas en tu mente todas las formas en las que se te presentan pensamientos de ataque, acuérdate de cada uno de ellos y di interiormente las frases siguientes:
L21.5 15
Estoy decidido a ver a ____ [nombre de la persona] de otra manera.
16
Estoy decidido a ver ____ [especifica la situación] de otra manera.
L21.6 17
Trata de ser tan específico como te sea posible.
18
Por ejemplo, puede que concentres tu ira en una determinada característica de alguna persona en particular, creyendo que la ira se limita a ese aspecto.
19
Si tu percepción de la persona sufre esa forma de distorsión, di:
L21.7 20
Estoy decidido a ver ____ [precisa la característica] de ____ [nombre de la persona] de otra manera.
|
1
… pensando y percibiendo con el Espíritu Santo.
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
2
LA ILUSIÓN DE LA SEPARACIÓN
T2.3
CURAR COMO LIBERACIÓN
DEL MIEDO
pár
61-71
|
|
T2.3 [61] 58
Es esencial que recuerdes que
únicamente
la Mente
1
puede crear del todo.
59
Implícito en esto está el corolario de que la corrección únicamente puede tener lugar en el nivel
del pensar
, y
no
a ninguno de los dos niveles en los que crear es inaplicable
2
.
60
Para ampliar algo que ya se mencionó anteriormente, el Alma
3
ya es perfecta y, por tanto, no requiere corrección.
61
El cuerpo
4
realmente no existe, excepto como recurso de aprendizaje
5
al servicio de la mente.
62
Este recurso de aprendizaje
no
está sujeto a errores porque fue creado, pero
no
es capaz de crear.
63
Así pues, es obvio que corregir a la hacedora
6
, o inducirla a que renuncie a sus creaciones en falso, es la única aplicación aquí de la facultad creativa que realmente tiene significado.
|
|
1
La
Mente
, con mayúscula, se refiere a la Mente única de Dios o de Cristo, y representa el agente que activa al Espíritu, aportándole su energía creadora. El Espíritu es el Pensamiento de Dios Que Él creó a Su semejanza. El Espíritu unificado es el Hijo único de Dios, o Cristo, en Quien nuestras Almas perfectas y eternas son Uno. En minúscula, la
mente
representa nuestra mente aquí, en la separación, y puede estar acertada o equivocada dependiendo de la voz que escuche. El
Curso
la describe como si tuviese dos partes: el espíritu (o mente acertada) y el ego. El espíritu es la parte que aún puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, cuando pensamos, percibimos, perdonamos y extendemos milagros con Él. El ego es la parte que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones. Ver
T2.2, T2.3, T5.4, T7.6
2
Niveles.
El Curso distingue dos grandes ámbitos o niveles:
Dios
y
la separación
. Al
nivel de Dios
, el Curso lo llama: Realidad, Cielo, Unicidad, Reino de los Cielos, etc., es el eterno Presente o Eternidad, donde realmente estamos todos, como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo. El nivel de
la separación
es el del tiempo y del espacio. En él encontramos
dos subniveles
: el de
la realidad del pensar del ego
, donde rigen las leyes de la evolución y la escasez, y el de la
realidad del espíritu
, en la que se piensa con el Espíritu Santo y en cuya percepción, no se ve nada que no justifique perdonar, extender milagros y unirse al otro (a los otros) en una relación santa a favor de todos los demás. Ver
T1.1.53 [98], T2.3 [65], T2.4 [73]
3
El término
Alma
, siempre con mayúscula, es el Pensamiento único de Dios Que Él creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que al ser de Dios, el Alma es eterna y nunca nació. Todos nosotros —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— cuando nos unimos como Uno en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Que es Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Ver
T2.2 [20], T4.2 [8], [14] y [19], T9.9 [79], T10.5 [31]
4
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
5
… como creación y utilización del Espíritu Santo, cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, dejamos de juzgar, perdonamos y extendemos los milagros que nos sugiera el mismo Espíritu Santo…
6
… el pensar individual del
ego,
que pasando por alto el Pensar de Amor de la eterna Unicidad —en el Cual, todos, cual Almas perfectas y eternas, somos Uno en el Alma del Hijo único de Dios, Quien es Uno con nuestro Padre y Creador— adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo se podía separar de Dios y crear por su cuenta y, por haber olvidado el Hijo de Dios reírse de ese pensar individual, éste se convirtió, en la ahora mente separada, en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad diferente y opuesta a La de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes y trocitos, contra las cuales compite caóticamente en diferentes relaciones especiales hasta la muerte. Ver
T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
|
|
T2.3
CURAR COMO LIBERACIÓN
DEL MIEDO
pár 62
|
|
T2.3 [62] 64
La magia
7
es esencialmente insensata; es decir, es usar la mente para crear en falso.
65
Aunque los medicamentos físicos son una forma de "hechizo",
66
aquellos que tienen
miedo
a usar la mente para curar, no deberían tratar de curar
8
.
67
El hecho mismo de
tener
miedo
9
hace que sean vulnerables a crear en falso.
68
Por lo tanto, es probable que interpreten equivocadamente cualquier curación que pudieran inducir y, puesto que el egocentrismo
10
va normalmente acompañado de miedo, podrían no ser capaces de aceptar la verdadera Fuente de la curación.
69
Bajo estas condiciones, sería más seguro para ellos depender
temporalmente
de artificios curativos físicos, ya que no podrían percibirlos equivocadamente como sus propias creaciones.
70
Mientras persista su sensación de vulnerabilidad, no deberían ni siquiera tratar de extender milagros
11
.
|
|
7
La
magia
, según el
Curso
y cuando pensamos con el ego, es todo lo que percibimos por medio de nuestros sentidos y que tratamos de comprender mediante nuestro raciocinio, memoria, lógica y el sentido común que nos trae la experiencia de cada día. Pero esa realidad tiene que ser irreal, simplemente porque un Dios de Amor no la pudo haber creado. En efecto, el
Curso
añade que Dios, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, creó únicamente nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su Hijo único. No creó nada más. Por tanto, si queremos creer en un Dios perfecto y eterno, también tendremos que creer no sólo que lo que percibimos aquí tiene que ser magia o ilusión, sino que lo que no percibimos con nuestro sentidos pero experimentamos internamente durante algunos instantes santos en el mundo real, cuando hemos perdonando totalmente al otro, es el reflejo aquí de Nuestra verdadera y eterna Realidad. Ver
T1.1.14 [14], T2.3 [62], T23.3 [30]
8
Curar
(o
curación
como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo,
curar
es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra mente a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver
T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
9
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T2.4, T4.5, T5.7, T11.3, T12.3, T21.5, T23.5, T24.7, T27.3
10
… como parte del El
especialismo
, que es la forma habitual de pensar de la individualidad nacida de la diminuta idea alocada del Hijo de Dios que pensó que podía separarse de Su Padre y "hacer cosas" por su cuenta. Al haber olvidado reírse de semejante idea, el pensamiento se convirtió en una idea seria de la que, entre otras cosas, resultó la ilusión de la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez. En esta realidad del ego, es el deseo de cada ser humano de estar separado y lo más arriba posible por encima de las demás seres humanos, de poseer más y ser más que ellos, por el convencimiento de que es merecedor —por encima y hasta en contra de los demás— de las escasas cosas buenas que ofrece el mundo. Ningún precio es demasiado alto para obtenerlas, y las busca afanosamente en relaciones especiales en las que otros aparentemente le ofrecen amor, amistad y aprecio especiales, así como también a veces, la entrega de sus cuerpos y/o mentes igualmente especiales y, con ellos, de lo que poseen que nuestro ego cree que le hace falta. Pero el especialismo nunca puede amar, apreciar o compartir de verdad, ya que por sí mismo constituye una traición y un ataque contra la eterna y amorosa Unicidad de Dios con Su único Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas perfectas y eternas son Una. En consecuencia, el especialismo va a desconfiar de todos, al considerarlos como potenciales atacantes o competidores, y por eso, no se le va a escapar ninguna falta o error que puedan cometer; además de atacar a los que entre ellos, directa o indirectamente, interfieran o se opongan a sus designios interesados. Ver
T16.6, T24, T27.9 [82]-[83]
11
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta
del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
|
|
T2.3
CURAR COMO LIBERACIÓN
DEL MIEDO
pár 63-64
|
|
T2.3 [63] 71
Dijimos con anterioridad que los milagros son expresiones de una mente que piensa en milagros,
72
y que una mente que piensa en milagros es una mente que piensa acertadamente, en el sentido que ahora estamos usando
12
.
73
Los que piensan acertadamente no exaltan ni menosprecian la mente del que extiende milagros,
ni
la del que los recibe.
74
No obstante, como acto creativo que es, el milagro no tiene que esperar a que el que lo recibe piense acertadamente.
75
De hecho, el propósito del milagro es
restituirle
su pensar acertado
13
.
76
No obstante, es esencial que el que
extiende milagros
piense en forma acertada pues, de lo contrario, será incapaz de restablecer el pensar acertado en otros.
T2.3 [64] 77
El que cura que confía en su
propio estado
de preparación, pone en peligro su comprensión.
78
Estará perfectamente a salvo mientras se despreocupe completamente del estado de
su
preparación, siempre que mantenga una constante confianza en el
mío
.
79
Cuando tus inclinaciones a extender milagros no funcionen debidamente, será
siempre
porque el miedo se ha infiltrado en tu pensar acertado y, literalmente, lo ha alterado (o puesto patas arriba).
80
Toda
forma de pensar que no sea acertada es el resultado de negarte a aceptar el Redimir
para ti mismo
14
.
81
Si el que extiende milagros
Lo acepta
, estará en condiciones de reconocer que los que necesitan que los curen son simplemente aquellos que aún no se han dado cuenta de que el pensar acertado
es
la cura.
|
|
12
… que piensa con el Espíritu Santo.
13
La
mente acertada
o espíritu, es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Por tanto, es el hogar del Espíritu Santo, del pensar acertado, del perdón y de los milagros. Cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo hacemos pensando o procesando con nuestra mente acertada o espíritu. Ver
T2.2 [26], T5.4, T7.6, T19.2
14
El
Redimir —
siempre con mayúscula— es, según el
Curso
, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza (primer paso) cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto (segundo paso), y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, el estudiante del
Curso
debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y en esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también querrá creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Este querer creer le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El
Curso
nos dice que si decidimos pensar con el Espíritu Santo —que es el tercer paso— Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir. Y serán los resultados que obtendremos cada vez más al perdonar y extender milagros, lo que convertirá nuestro querer creer en una fe afianzada en la Verdad que nos propone el
Curso
.
Ver T2.3, T2.5, T3.3, T5.3, T5.4, T13.9, T14.5, T15.3, L139, M28
|
|
T2.3
CURAR COMO LIBERACIÓN
DEL MIEDO
pár 65-68
|
|
T2.3 [65] 82
La
única
responsabilidad del que extiende milagros es aceptar el Redimir para sí mismo.
83
Esto significa que él sabe que la Mente es el único Nivel creador, y que los errores de la mente
se curan
por medio del Redimir.
84
Una vez que acepte eso,
su
mente
únicamente
podrá curar.
85
Al negarle a su mente cualquier potencial destructivo y restituirle de nuevo sus poderes puramente constructivos
15
, se coloca en una posición desde la cual puede deshacer la confusión de niveles en otros.
86
El mensaje que entonces les comunica es que en verdad,
sus mentes
son igualmente constructivas y
sus
creaciones en falso no pueden hacerles daño
16
.
87
Al afirmar esto, el que extiende milagros libera a la mente de sobrevalorar su propio recurso de aprendizaje
17
, y la restaura a su verdadera posición de ser la que aprende.
T2.3 [66] 88
Debe enfatizarse nuevamente que el cuerpo ni aprende ni crea.
89
Como recurso de aprendizaje, se deja llevar simplemente por el que aprende; pero, si se le dota falsamente de iniciativa propia, se convierte en una seria obstrucción para el mismo aprendizaje que debería facilitar.
90
Sólo
la mente es capaz de iluminar.
91
El Alma ya está iluminada, y el cuerpo en sí mismo es demasiado denso.
92
No obstante, la mente puede hacer llegar
su propia iluminación hasta
el cuerpo al reconocer que la densidad es lo opuesto a la inteligencia y que, por tanto, es incapaz de aprender independientemente.
93
No obstante, se puede fácilmente armonizar el cuerpo con una mente que ha aprendido a mirar más allá de la densidad hacia la luz
18
.
T2.3 [67] 94
El aprendizaje corrector siempre comienza con el despertar del ojo espiritual
19
y con el alejarse de la fe en la visión física.
95
La razón por la cual esto produce miedo, es porque el hombre teme lo que su ojo espiritual pueda ver, lo cual constituye la primera razón que le indujo a cerrarlo.
96
Hemos dicho con anterioridad que el ojo espiritual no ve el error, y que únicamente es capaz de mirar más allá del error hasta ver la defensa del Redimir.
97
No cabe duda de que el ojo espiritual
sí
produce una extrema incomodidad en razón de lo que ve;
98
pero lo que el hombre olvida es que la incomodidad
no es
el resultado final de lo que ha percibido.
99
Cuando se permite al ojo espiritual ver la profanación del altar, también mira
de inmediato
hacia el Redimir.
T2.3 [68] 100
Nada
de lo que perciba el ojo espiritual puede producir miedo.
101
Todo
lo que resulta de la precisa concienciación espiritual, simplemente se canaliza hacia la corrección.
102
La incomodidad únicamente se despierta para forzar a que se concientice
la necesidad
de corrección.
103
Lo que el ojo físico ve
no es
realmente corregible, como tampoco puede corregirlo
cualquier
medio que pueda verse físicamente.
104
Mientras un hombre crea en lo que su visión física le dice,
todo
su comportamiento corrector va a estar mal dirigido.
105
La
verdadera
visión
20
queda oscurecida porque el hombre no puede tolerar ver a su propio altar profanado.
106
Pero como
sí lo fue
, el estado del hombre se torna doblemente peligroso a menos de que
realmente se
perciba.
|
|
15
… es decir, ser el reflejo aquí de la
Unicidad
que, con mayúscula es, en el eterno Presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
16
… a las Almas que realmente son, Una en el Alma única del único Hijo de Dios…
17
… el cuerpo
18
Luz
, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
luz
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu en nuestra mente en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver
T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
19
El
ojo espiritual
es el ojo del espíritu que es la parte de nuestra mente separada que todavía está en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver
T1.1.39 [56]
20
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad y defensas, y con algo de paz y alegría, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar a otro(s) —aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad— empiezo a perdonar hasta lograr en un instante santo del mundo real, perdonarlo(s) totalmente. En ese instante, voy a experimentar la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con otro(s), visión interior que luego voy a extender a todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
|
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T2.3
CURAR COMO LIBERACIÓN
DEL MIEDO
pár 69-71
|
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T2.3 [69] 107
El miedo a curar surge, en última instancia, porque no se está dispuesto a aceptar el hecho inequívoco de que la curación es necesaria.
108
El hombre no está muy dispuesto a mirar lo que se ha hecho
a sí mismo
.
109
Curar es una facultad que se prestó al hombre después de la separación; antes de la cual era totalmente innecesaria.
110
Como todos los aspectos de la creencia en el tiempo y en el espacio, la facultad de curar es temporal.
111
No obstante, mientras el tiempo exista, la curación
21
seguirá siendo necesaria como un medio de protección humana.
112
Esto se debe a que la curación siempre se basa en la caridad, y la caridad es una forma de percibir la perfección en otro, aun cuando él no la perciba en sí mismo.
T2.3 [70] 113
La mayoría de los conceptos más elevados que el hombre es capaz de concebir ahora, dependen del tiempo.
114
La caridad es realmente un pálido reflejo de un Amor
22
mucho más poderoso y totalmente envolvente, el Cual está
mucho
más allá de cualquier forma de caridad que el hombre haya podido concebir hasta ahora.
115
La caridad es esencial para pensar acertadamente, en el limitado sentido que el pensar acertado es capaz de alcanzar ahora.
116
La caridad es una manera de ver a otro
como si
ya hubiese llegado mucho más allá de lo que hasta ahora ha logrado en el tiempo.
117
Puesto que su propio pensar es defectuoso, no puede ver que el Redimir es para él, pues de otro modo no tendría ninguna necesidad de caridad.
118
La caridad que se le conceda es a la vez una confirmación de que él es débil, y un reconocimiento de que
podría ser
más fuerte.
T2.3 [71] 119
La forma como se expresan estas dos percepciones denotan claramente su dependencia del tiempo, haciendo patente el hecho de que la caridad forma todavía parte de las limitaciones humanas, aunque tienda hacia sus niveles más altos.
120
Dije anteriormente, dos veces para ser exacto, que únicamente la revelación
23
transciende el tiempo.
121
El milagro, al ser una expresión de verdadera caridad humana, en el mejor de los casos tan sólo puede acortarlo.
122
No obstante, hay que comprender que, cuando le ofreces un milagro a otro, estás acortando los sufrimientos
de ambos
.
123
Esto introduce una corrección en todo el registro, la cual corrige tanto retroactiva como progresivamente.
|
|
21
Curación
es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver
T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17, M22, M23
22
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T20.6 [38], L46, L67, L68, L195
23
La
revelación
es aquí, una experiencia intensamente personal, que no emana del consciente, de una comunicación de Dios hacia nosotros por medio del Espíritu Santo, en la que brevemente se refleja el conocimiento de la forma original de Comunicación entre Dios y Sus Almas —que somos nosotros, Uno en Su Hijo único— en el eterno Presente de la Unicidad. Es una experiencia que no puede traducirse en algo que tenga sentido para el consciente (de ahí que cualquier intento de describirla con palabras sea usualmente incomprensible), e induce a la vez la sensación extremadamente personal de crear o amar y una suspensión completa —aunque temporal— de la duda y del miedo. Sólo una mente curada puede experimentar una revelación que produzca efectos duraderos por medio del perdón y de la extensión de milagros, lo cual la une directamente con las mentes de los demás. Ver
T1.1.28-50
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