PARA VER TODO EL CORREO HAGA
Un Curso Sobre Milagros
edición original
T14.3 [23] 49 La función del Espíritu Santo es enteramente la comunicación. 50 Por consiguiente, para restablecerla, tiene que eliminar todo lo que interfiere con ella.

51 Por consiguiente, no oculten de Su vista ninguna fuente de interferencia, pues Él no va a atacar a vuestros centinelas.

52 Simplemente llévenlos ante Él y permitan que Su afabilidad les muestre que en la luz7 no son temibles y que no sirven para vigilar las puertas oscuras tras las que no hay nada en absoluto que esté cuidadosamente oculto.

53 Tenemos que abrir todas las puertas y dejar que la luz entre a raudales. 54 En el templo de Dios no hay recintos secretos. 55 Sus puertas están abiertas de par en par para recibir a Su Hijo.

56 Nadie puede dejar de acudir allí donde Dios lo ha llamado, a menos que él mismo dé la espalda a la bienvenida que su Padre le extiende.

CH 14. LLEVAR LAS ILUSIONES
HASTA LA VERDAD
14.3 FUERA DE LA OSCURIDAD
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 1
L E C C I Ó N 158
Hoy aprendo a dar
tal como recibo.
L158.1 1 ¿Qué te ha sido dado1? 2 Saber que eres una mente, que está realmente en la Mente2, y que es pura mente3, que estás eternamente libre de pecado y totalmente exento de miedo por haber sido creado por Amor; 3 saber también que realmente no has abandonado tu Fuente y que sigues4 Tal como fuiste creado. 4 Esto te fue dado como un Conocimiento5 Que no es posible perder. 5 Fue igualmente dado a cada cosa viviente6, que vive realmente gracias a ese solo Conocimiento.
1 … el Residuo bendito y la Respuesta de Dios a la separación, a saber: el Espíritu santo
 
2 La Mente, con mayúscula, en el Cielo, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios, que en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo. creó el Alma (o Espíritu) o Su único Hijo o Cristo, aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente (en minúscula) o pensar (que no hay que confundir con el cerebro) del Hijo que sueña que está separado (yo primario), parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos milagrosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del yo primario los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) mi yo que decide todo el tiempo: si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165.5
 
3 … ya que el cuerpo es una ilusión,
 
4 … en el eterno Presente de la Unicidad de Dios
 
5 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que están compartiendo con Dios, en perfectas paz y alegría, Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula, conocimiento, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro, con cuya Alma, La mía, ahora, es una; es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
 
6 Las cosas vivientes son las que vemos por medio de la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro en el mundo real, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios en Su eterna Unicidad, nuestra única y verdadera Realidad. Ver T24.6 [46]
L E C C I Ó N 158
pár 2
L158.2 6 Has recibido todo esto. 7 No hay nadie en este mundo que no lo haya recibido. 8 Pero éste no es el Conocimiento que transmites a otros, pues fue el que la Creación7 dio. 9 Nada de esto se puede aprender. 10 ¿Qué es, pues, lo que vas a aprender a dar hoy? 11 Nuestra lección de ayer evocó un tema que se encuentra al principio del Texto: 12 La experiencia, a diferencia de la visión, no puede ser compartida de manera directa8. 13 La revelación9 de que el Padre y el Hijo son Uno surgirá en toda mente, a su debido tiempo. 14 Sin embargo, ese momento lo determinará la propia mente10, pues no es algo que se pueda enseñar.
7 La Creación, con mayúscula, en el Cielo, es la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros, como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de Su Unicidad o Realidad. Dios no creó más nada. Por eso, Allá, la realidad del ego que percibimos aquí con nuestros sentidos, realmente, no existe. Aquí, las creaciones, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son las que producimos —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, cuando pensamos con el ego —según el Curso— no "creamos" sino que "hacemos," de acuerdo con las leyes de este mundo. Ver T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
 
8 … pero indirectamente sí, por medio de nuestras actitudes…
 
9 La revelación es aquí, una experiencia intensamente personal, que no emana del consciente, de una comunicación de Dios hacia nosotros por medio del Espíritu Santo, en la que brevemente se refleja el conocimiento de la forma original de Comunicación entre Dios y Sus Almas —que somos nosotros, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo único— en el eterno Presente de la Unicidad. Es una experiencia que no puede traducirse en algo que tenga sentido para el consciente (de ahí que cualquier intento de describirla con palabras sea usualmente incomprensible), e induce a la vez la sensación extremadamente personal de crear o amar y una suspensión completa —aunque temporal— de la duda y del miedo. Sólo una mente curada puede experimentar una revelación que produzca efectos duraderos por medio del perdón y de la extensión de milagros, lo cual la une directamente con las mentes de los demás en la Mente única de Dios. Ver T1.1.28-50, T2.3 [71], T3.1 [3], L158.2, L169.4
 
10 … la mente acertada, cuando —gracias al pensar del Espíritu Santo— despierte del sueño de la separación y sepa que el Hijo de Dios nunca se separó
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pár 3
L158.3 15 Ese momento ya ha sido fijado11. 16 Esto parece ser bastante arbitrario12. 17 No obstante, no hay nadie que dé ni un solo paso al azar a lo largo del camino13. 18 Ya lo caminó14, aunque15 todavía no lo haya emprendido. 19 Pues el tiempo parece moverse tan sólo en una sola dirección. 20 No hacemos más que emprender un viaje16 que ya terminó. 21 No obstante17, parece como si tuviese un futuro que todavía nos es desconocido.
11 … pues la separación realmente nunca ocurrió…
 
12 … ya que seguimos experimentando nuestro cuerpo en esta pizca de polvo cósmico que llamamos mundo…
 
13 … espiritual que propone este curso
 
14 … porque en el mismo instante de la separación, Dios dio su Respuesta a la misma: el Espíritu Santo, que sabe que realmente la separación y sus secuelas son tan solo un sueño…
 
15 … realmente
 
16 … spiritual 
 
17 … mientras estemos identificados con nuestros cuerpos: El cuerpocuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
L E C C I Ó N 158
pár 4
L158.4 22 El tiempo es un truco: un malabarismo, una gigantesca ilusión en la que las figuras parecen ir y venir como por arte de magia. 23 No obstante, tras las apariencias hay un plan18 que no cambia. 24 El guión ya está escrito19. 25 El momento en el que ha de llegar la experiencia que pondrá fin a todas tus dudas ya ha sido fijado. 26 Pues sólo podemos ver el viaje desde el punto donde terminó, mirando hacia atrás, imaginándonos que lo emprendemos nuevamente, repasando mentalmente lo que sucedió20.
18 … de Dios: El Plan de Dios para nuestra salvación: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es aprender lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T11, L71, L72, LTe.2 (-L231)
 
19 … por el Espíritu Santo
 
20 El Juicio Final en mi espíritu o mente acertada —después de haber experimentado a Cristo en el o los que he perdonado completamente— 1) Es el proceso de evaluar acertadamente lo que tiene valor y lo que no lo tiene. 2) Es comprender a la Voz que habla por Dios proclamar que lo falso es falso, y que lo que es Verdad nunca ha cambiado. 3) Es el don de la corrección que Dios depositó sobre todos mis errores; corrección que me libera de ellos y de todos los efectos que parecían tener. 4) Es saber que Nuestro Padre —Quien yo, al igual que Jesús antes de morir, creíamos que nos había abandonado a la injusticia de este mundo— por el contrario, nos dice a todos y a cada uno: "Tú sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, despierta, y regresa a Mí. Soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo." Ver T2.6, T3.8, T26.4 [21], LTe.10 (-L311)
L E C C I Ó N 158
pár 5-6
L158.5 27 Un maestro no ofrece su experiencia, porque no la ha aprendido. 28 Se reveló a sí misma a él en el momento señalado. 29 En cambio, la visión es su presente21. 30 Lo puede dar directamente, pues el conocimiento de Cristo no se ha perdido, dado que Cristo tiene una visión que puede dar a cualquiera que la pida22. 31 La Voluntad del Padre y la Suya están unidas en Conocimiento23. 32 Además, hay una visión que el Espíritu Santo ve, y la ve porque la mente de Cristo también la está viendo.

L158.6 33 Aquí se une el mundo de las dudas y sombras a lo intangible. 34 Aquí se encuentra un lugar tranquilo en el mundo santificado por el perdón y el Amor. 35 Aquí se reconcilian todas las contradicciones, pues aquí termina el viaje. 36 La experiencia —que no se puede aprender, enseñar o ver— sencillamente se encuentra ahí. 37 Esto es algo que está más allá de nuestra meta24, pues transciende lo que es necesario lograr. 38 Lo que nos interesa es la visión de Cristo. 39 Ésta sí la podemos alcanzar. 
21 Don con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula, don es el reflejo aquí del Don de Dios. Presente se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él. Regalos son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver T7.6 [42] 24, T7.7 [65] 82, T7.8 [81]
 
22 La visión de Cristo, en un instante santo en mi fuero interno, es la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando accedo al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía y fusionada con todas las demás Almas, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
 
23 … ver definición arriba en L158.1 1
 
24 La meta del Curso: 1) es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
L E C C I Ó N 158
pár 7-8
L158.7 40 La visión de Cristo está regida por una sola ley. 41 No mira a un cuerpo confundiéndolo con el Hijo que Dios creó. 42 Ve una luz que se encuentra más allá de ese cuerpo: una idea que se encuentra más allá de lo que se puede tocar; una pureza que no se ve menguada por errores, lamentables equivocaciones, o aterradores pensamientos de culpa nacidos de los sueños de pecado. 43 No ve separación alguna, 44 pues mira a todos en toda circunstancia, todo evento o suceso, sin que la luz que está viendo se atenúe en lo más mínimo.

L158.8 45 Esto lo pueden y deben, enseñar todos los que quieren lograrlo. 46 Lo único que se necesita es reconocer que el mundo no puede dar nada cuyo valor pueda ni remotamente compararse con esto; ni fijar una meta que sencillamente no desaparezca una vez que esto haya sido percibido. 47 Y hoy vas a dar esto: no verás a nadie como un cuerpo. 48 Salúdalo como el Hijo de Dios Que realmente es, reconociendo que realmente es Uno contigo en la Santidad.
L E C C I Ó N 158
pár 9
L158.9 49 Así le son perdonados sus pecados, pues Cristo tiene la visión que tiene el poder de pasar por alto a todos25. 50 En Su perdón, todos desaparecen. 51 Al ser imperceptibles para Lo que es Uno26, sencillamente desaparecen, porque la visión de la Santidad27 que se halla más allá de ellos viene a ocupar su lugar. 52 No importa la forma que habían tomado, ni lo enormes que parecían ser, ni quién pareció haber sufrido sus consecuencias. 53 Esos pecados ya no están ahí, y todos los efectos que parecían tener desaparecieron conjuntamente con ellos, se deshicieron y no se cometerán nunca más.
25 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de todo esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
26 … Dios
 
27 Santidad, con mayúscula, es el Estado de perfecto Amor o Espíritu Santo que —como Alma, unificada con TODAS las demás Almas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios— vivimos con Dios en perfectas Paz y Alegría, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula, santidad es la experiencia en mi fuero interno del reflejo aquí de ese Estado. Ver T1.1.31 [42] a [44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
L E C C I Ó N 158
pár 10-11
L158.10 54 Así aprendes a dar a medida que recibes28. 55 Y así, la visión de Cristo te mira a ti también. 56 Esta lección no es difícil de aprender si recuerdas que en29 tu hermano no ves otra cosa que tú mismo30. 57 Si se encuentra perdido en el pecado, tú también debes estarlo; si ves luz en él, tus pecados han sido perdonados por ti mismo. 58 Cada hermano con quien te encuentres hoy te aportará una nueva oportunidad para que dejes que la visión de Cristo brille sobre ti y te ofrezca la paz de Dios31.

L158.11 59 Es irrelevante cuándo llegará la revelación, pues eso no depende del tiempo. 60 No obstante, al tiempo le queda todavía un presente que dar, en el que el verdadero Conocimiento se refleja de manera tan precisa que su imagen comparte Su invisible Santidad y su semejanza resplandece con su Amor32 inmortal. 61 Nuestras prácticas de hoy consistirán en mirar con los ojos de Cristo. 62 Y, mediante los santos presentes que vamos a dar, la visión de Cristo nos va a mirar a nosotros también.
28 … porque en realidad, te das a ti mismo, ya que hay una sola Alma…
 
29 … el Alma de
 
30 … tu misma Alma, ya que no hay sino Una…
 
31 En esto radica aquí, la paz de Dios: 1) Aquiétate un instante y olvídate de todas las cosas que alguna vez aprendiste, de todos los pensamientos que tuviste, y de todas tus ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. 2) Olvídate de tus propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabes realmente cuál es. 3) Deja que toda imagen que tengas sobre cualquier persona se desprenda de tu mente y desaparezca. 4) Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. 5) Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. 6) Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. 7) Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. 8) No se te pedirá que aprendas más que esto. 9) Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es desprenderte de los pensamientos que realmente no querías, y que nunca fueron verdaderos. Ver T31.1 [12], T31.2 [22]
 
32 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO
Capítulo 14
LLEVAR LAS ILUSIONES
HASTA LA VERDAD

T14.3 FUERA DE
LA OSCURIDAD pár 16-23
T14.3 [16] 1 El viaje que estamos emprendiendo juntos es el cambio de oscuridad por luz, de ignorancia por entendimiento. 2 Nada de lo que comprenden realmente1 es temible. 3 Es sólo en la oscuridad y en la ignorancia donde perciben lo que les da miedo, y huyen de eso retrayéndose hacia una mayor oscuridad. 4 Y, sin embargo, sólo lo que está oculto puede aterrar, no por lo que es, sino por estar oculto. 5 Lo que es oscuro aterra justamente porque no comprenden su significado. 6 Si lo comprendiesen, lo tendrían claro y ya no estarían en la oscuridad. 7 Nada que esté oculto tiene valor, pues lo que está oculto no puede ser compartido y, por consiguiente, se desconoce su valor. 8 Lo que está oculto se mantiene apartado, pero lo que tiene valor siempre reside en que se aprecia conjuntamente2. 9 Lo que está oculto no se puede querer y, por consiguiente, hay que temerlo.

T14.3 [17] 10 La afable luz en la que el Espíritu Santo mora en ustedes es simplemente la perfecta apertura a todo, donde no hay nada oculto y, por consiguiente, donde no hay nada que temer. 11 Los ataques siempre cederán ante el Amor si se llevan al Amor, en vez de ocultarlos de él. 12 No hay tinieblas que la luz del Amor no disipe, a menos que se oculten de la benéfica influencia del Amor3. 13 Lo que se mantiene apartado del Amor no puede compartir su poder curativo, pues ha sido escindido y mantenido en la oscuridad. 14 Los centinelas de la oscuridad lo vigilan celosamente y ustedes, que hicieron esos guardianes de la ilusión a partir de la nada, ahora les tienen miedo.
1 … con Amor, es decir, pensando con el Espíritu Santo
 
2 … porque en la Realidad eterna de la Unicidad de Dios, todos, como Almas, somos realmente Uno en el Alma única de Cristo, Su Hijo único, Quien es Uno con Nuestro Padre y Creador
 
3 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
T14.3 FUERA DE
LA OSCURIDAD
pár 18-19
T14.3 [18] 15 ¿Van a continuar otorgando un poder imaginario a esas extrañas ideas de seguridad? 16 No son ni seguras ni inseguras. 17 No protegen, ni tampoco atacan. 18 No hacen nada en absoluto, pues realmente no son nada en absoluto. 19 Como guardianes de la oscuridad y de la ignorancia que son, búsquenlos sólo para tener miedo, pues lo que guardan en la oscuridad parece ser temible. 20 Por el contrario, desháganse de ellas y lo que era temible dejará de serlo. 21 Sin la protección de la oscuridad, sólo queda la luz del Amor, pues sólo eso tiene significado y puede vivir en la luz. 22 Todo lo demás tiene necesariamente que desaparecer.

T14.3 [19] 23 La muerte cede ante la Vida4, simplemente porque la destrucción no es verdad. 24 La luz de la inculpabilidad disipa la culpa con su resplandor porque, cuando se ponen una al lado de la otra, la Verdad5 de una hace que la falsedad de la otra resulte perfectamente evidente. 25 No mantengan la culpa separada de la inculpabilidad, pues la creencia de ustedes de que pueden tener las dos no tiene sentido. 26 Lo único que han hecho al mantenerlas separadas es perder el significado de ambas al confundir una con otra. 27 Y así, no se dan cuenta de que sólo una de ellas significa algo y que la otra no tiene ningún sentido.
4 La Vida, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, vida quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o, de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
 
5 … que todos somos realmente Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, y Cristo es Uno con Dios… 
T14.3 FUERA DE
LA OSCURIDAD
pár 20-21
T14.3 [20] 28 Han interpretado la separación como el medio que han hecho para romper la comunicación con su Padre. 29 El Espíritu Santo la reinterpreta como un medio para restablecer lo que no se ha roto sino que se ha hecho incomprensible. 30 Todas las cosas que han hecho Le son útiles, para Su santísimo propósito. 31 Él sabe que no están separados de Dios, pero percibe muchas cosas en vuestra mente que les hacen pensar que sí lo están. 32 De esas cosas y sólo de ellas, es de lo que Él quiere apartarlos. 33 En cuanto al poder de decisión que hicieron para remplazar al poder creador, Él quiere enseñarles cómo usarlo en vuestro favor. 34 Ustedes, que lo hicieron para crucificarse a sí mismos y a los demás, tienen que aprender de Él cómo aplicarlo a la santa causa de la restauración.

T14.3 [21] 35 Ustedes, que hablan haciendo uso de símbolos oscuros y engañosos, no entienden el lenguaje que han hecho. 36 No tiene significado, pues su propósito no es la comunicación, sino interrumpirla. 37 Si el propósito del lenguaje es comunicarse, ¿cómo va esta lengua a tener algún significado? 38 No obstante, incluso este extraño y torcido esfuerzo de querer comunicarse sin establecer comunicación contiene suficiente Amor como para convertirlo en significativo, siempre y cuando el que interprete la comunicación no sea el que la hizo. 39 Ustedes, que la hicieron, sólo expresan conflictos, de los cuales quiere liberarlos el Espíritu Santo. 40 Pongan en Sus manos lo que quieren comunicar. 41 Él se lo interpretará con perfecta claridad, pues Él sabe con Quién están realmente en perfecta Comunicación6.
6 Comunicación y Creación, con mayúsculas, son, en el Cielo, sinónimos, pues Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad, comparte o comunica Su Amor con nuestras Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo. Aquí, en minúscula, comunicación, cuando pensamos con el Espíritu Santo, nuestra Alma —por medio de nuestra mente acertada o espíritu— quiere comunicarse con las Almas de los demás, perdonándolos, extendiéndoles milagros y viviendo con Ellas la experiencia de Cristo en el mundo real. Y, cuando pensamos con el ego, es la comunicación que tratamos de establecer con las mentes y sus cuerpos separados de los demás. Ver T1.1.49 [81], T1.1.51 [86], T4.8 [97], T6.2 [16] T14.2 [4]
T14.3 FUERA DE
LA OSCURIDAD
pár 22-23
T14.3 [22] 42 Ustedes no saben lo que dicen y, por consiguiente, no saben qué es lo que les dicen. 43 No obstante, el Intérprete de ustedes percibe lo que en vuestro extraño lenguaje tiene significado. 44 Él no va a tratar de comunicar lo que no tiene significado, 45 pero sí va a separar todo lo que lo tiene y, descartando el resto, ofrecerá vuestra verdadera comunicación a los que quieran comunicarse con ustedes de verdad. 46 Hablan simultáneamente dos lenguajes, y esto tiene que conducir necesariamente a la ininteligibilidad. 47 No obstante, si uno de ellos no significa nada y el otro lo significa todo, sólo este último puede utilizarse para la comunicación. 48 El otro no haría sino interferir con ella.

T14.3 [23] 49 La función del Espíritu Santo es enteramente la comunicación. 50 Por consiguiente, para restablecerla, tiene que eliminar todo lo que interfiere con ella. 51 Por consiguiente, no oculten de Su vista ninguna fuente de interferencia, pues Él no va a atacar a vuestros centinelas. 52 Simplemente llévenlos ante Él y permitan que Su afabilidad les muestre que en la luz7 no son temibles y que no sirven para vigilar las puertas oscuras tras las que no hay nada en absoluto que esté cuidadosamente oculto. 53 Tenemos que abrir todas las puertas y dejar que la luz entre a raudales. 54 En el templo de Dios no hay recintos secretos. 55 Sus puertas están abiertas de par en par para recibir a Su Hijo. 56 Nadie puede dejar de acudir allí donde Dios lo ha llamado, a menos que él mismo dé la espalda a la bienvenida que su Padre le extiende.
7 Luz, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula, luz, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu o mente acertada en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93 
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