M.15
¿SERÁ JUZGADO CADA UNO AL FINAL?
M15.1 1
¡Por supuesto que sí!
2
Nadie puede escaparse del Juicio Final de Dios
1
.
3
¿Quién podría huir para siempre de la Verdad
2
?
4
No obstante, el Juicio Final no llegará
3
hasta que ya no se asocie con el miedo
4
.
5
Algún día, cada uno le dará la bienvenida
5
y, ese mismo día, será juzgado
6
.
6
Oirá
7
su inocencia proclamada
8
por todos los rincones del mundo, mundo que quedará liberado al él recibir el Juicio Final de Dios.
7
Éste es el Juicio sobre el cual descansa la salvación
9
.
8
Éste es el Juicio que lo va a liberar
10
.
9
Éste es el Juicio mediante el cual todas las cosas
11
serán liberadas
12
conjuntamente con él.
10
El tiempo se detiene
13
a medida que la Eternidad se acerca, y el silencio envuelve al mundo para que todos puedan oír el siguiente Juicio del Hijo de Dios:
M15.2 11
Santo eres, eterno, libre y completo, por siempre en Paz en el Corazón de Dios
12
¿Dónde está el mundo ahora?, ¿dónde el pesar?
UCSM
MANUAL PARA LOS MAESTROS
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 353
Hoy mis ojos, mi boca,
mis manos y mis pies
tienen un solo propósito:
estar al servicio de Cristo
para utilizarlos en bendecir
al mundo con milagros.
|
L353 1
Padre, hoy entrego a Cristo
1
todo lo que es mío para que lo utilice de la manera que sea más beneficiosa para servir el propósito que con Él comparto
2
.
2
Nada es exclusivamente mío, pues Él y yo nos hemos unido en un mismo propósito.
3
De este modo, el aprendizaje ha llegado casi a su programado final.
4
Por un tiempo, colaboraré con Él en el logro de Su propósito.
5
Luego, me abandonaré en manos de mi Identidad, y reconoceré que Cristo no es otro que mi Yo
3
.
|
1
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9]
2
El
propósito del Espíritu Santo
es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con Él y cada vez menos con el ego; de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T7.4 [23], T8.4 [22], T11.8 [65], T17.7, T17.9 [74], T25.2 [9], T26.10 [84]
3
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos —como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu
yo
es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9], T31.5
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M.14
¿CÓMO ACABARÁ EL MUNDO
1
?
1-5
|
M14.1 1
¿Puede realmente tener fin lo que no tiene principio?
2
El mundo acabará en una ilusión
2
, tal como comenzó
3
.
3
No obstante, su final será una ilusión de misericordia
4
.
4
La ilusión del perdón
5
, completa, sin excluir a nadie, e ilimitada en su afabilidad
6
, lo cubrirá, ocultando todo mal, encubriendo todo pecado
7
, y acabando con la culpabilidad
8
para siempre.
5
Así acabará el mundo
9
que la culpabilidad había hecho, pues ahora carece de propósito y ha desaparecido.
6
El padre de las ilusiones es la creencia de que tienen un propósito; que satisfacen una necesidad o gratifican un deseo.
7
Si
10
se perciben como desprovistas de propósito, dejan de verse
11
.
8
Al reconocerse su inutilidad, desaparecen
12
.
9
¿De qué otra manera que ésta terminan todas las ilusiones?
10
Fueron llevadas ante la Verdad
13
, y la Verdad no las vio.
11
Sencillamente pasó por alto lo que no significaba nada.
|
1
… para el cuerpo de cada uno, el mundo acabará cuando el cuerpo muera…, que es lo único que a cada uno importa, ya que el derrotero de la pizca de polvo cósmico que es el mundo y el Cosmos conocido del que forma parte es algo que sobrepasa aparentemente el interés de este curso...
2
Ilusión
es todo lo "hecho" por nuestro ego primordial, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T8.5 [41], T16
3
… de la nada y en nada terminará
4
… por terminar la existencia miserable del cuerpo en este mundo de dolor y sin significado…
5
Perdonar
es un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad, y defensas, y con algo de paz y alegría; decido que quiero ver al mundo de otra manera, y para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad —Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
6
… de
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T20.6 [38], L46, L67, L68, L195
7
El
pecado
de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
Pero como esta realidad del ego no fue creada por Dios,
LTe.4 (-L251).1 1
8
La
culpa
o
culpabilidad
, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Una en el Alma de Su único Hijo, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente somos esas Almas perfectas y eternas que son Una con el Hijo y, por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: Almas que son Una en el Hijo, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo que así era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
9
… para cada
cuerpo
que—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
10
… pensando con el Espíritu Santo
11
… en la mente
12
… de la concienciación
13
… el pensar del y con el Espíritu Santo
|
M.14
¿CÓMO ACABARÁ
EL MUNDO
1
?
pár 2
|
M14.2 12
Mientras el perdón no sea completo
14
, el mundo seguirá teniendo un propósito
15
.
13
Es el hogar donde
16
nace el perdón, donde crece y donde se vuelve más fuerte y abarcador.
14
Aquí se le alimenta, pues es aquí donde se le necesita.
15
Un benévolo Salvador
17
, nacido donde el pecado fue concebido y donde la culpabilidad parecía real.
16
Éste es Su hogar, porque aquí ciertamente se le necesita.
17
Él trae Consigo el fin del mundo
18
.
18
Es a Su llamada a la que los maestros de Dios responden, dirigiéndose a Él en silencio para recibir Su Palabra.
19
El mundo acabará
19
cuando todas las cosas que hay en él hayan sido correctamente juzgadas mediante Su juicio
20
.
20
El mundo acabará
21
con la bendición de la santidad sobre él.
21
Cuando ya no quede ni un solo pensamiento de pecado
22
, el mundo desaparecerá
23
.
22
No será destruido, ni atacado y ni siquiera sufrirá el más mínimo rasguño
24
.
23
Sencillamente
25
, dejará de parecer que existe.
|
|
14
… en tu mente y concienciación, aún tratando de pensar con el Espíritu Santo, de perdonar y de extender los milagros que Él te sugiera,
15
… para ti, pero distinto del del ego…
16
… al decidirte de pensar con el Espíritu Santo
17
Salvador
, con mayúscula, significa algunas veces en el
Curso
: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula,
salvador
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa.
Ver
T22.3 [22], T24.3, T29.4, T29.6 [36], L78.9
18
… el fin del sistema de pensamiento del ego en tu mente
19
… en tu mente como realidad
20
… en el espíritu de tu mente, en la experiencia del mundo real, después de haber perdonado totalmente y extendido milagros: El
mundo real
es la meta de nuestro viaje, el estado de la mente que percibe aquí con el Espíritu Santo el reflejo de la eterna Unicidad. En esta percepción, no vemos nada que no justifique perdonar totalmente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirnos a otro (a otros) en una relación santa a favor de todos los demás. Ver
T10.8 [70], T11.4 [30]-[32], T12.7, T16.7, T30.6, L129, LTe.8 (-L291)
21
… en tu mente
22
… por tú haber desechado totalmente el sistema de pensamiento del ego,
23
… de tu interés…
24
… la evolución seguirá su camino como siempre y tucuerpo como parte de ella…
25
… en tu mente,
|
|
M.14
¿CÓMO ACABARÁ
EL MUNDO
1
?
pár 3
|
|
M14.3 24
Ciertamente parece que esto se encuentra muy, muy lejos
26
.
25
La frase "Cuando ya no quede ni un solo pensamiento de pecado" parece ser, en efecto, una meta a largo plazo
27
.
26
Pero
28
el tiempo se detiene y sirve a la meta de los maestros de Dios.
27
No quedará ni un solo pensamiento de pecado en el instante en que cualquiera de ellos acepte el Redimir para sí mismo
29
.
28
No es más fácil perdonar un pecado que perdonarlos todos.
29
La ilusión de que hay grados de dificultad es un obstáculo que el maestro de Dios tiene que aprender a pasar de largo y dejar atrás.
30
Un pecado perdonado completamente por un maestro de Dios, puede completar la salvación
30
.
31
¿Puedes comprender esto?
32
No; esto no tiene ningún sentido para los que están aquí
31
.
33
Sin embargo, es la lección final con la que se restaura la unidad
32
.
34
Esto va en contra de toda la manera de pensar del mundo
33
, pero el Cielo
34
también lo hace.
|
|
26
… tanto para ti como para cada uno de los demás que son, más los que serán…
27
… tanto para ti como para cada uno de los demás.
28
… en cada instante santo,
29
… empezando por ti: El
Redimir —
siempre con mayúscula— es, según el
Curso
, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza (primer paso) cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto (segundo paso), y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, el estudiante del
Curso
debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y en esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también querrá creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Este querer creer le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El
Curso
nos dice que si decidimos pensar con el Espíritu Santo —que es el tercer paso— Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir. Y serán los resultados que obtendremos cada vez más al perdonar y extender milagros, lo que convertirá nuestro querer creer en una fe afianzada en la Verdad que nos propone el
Curso
.
Ver
T2.3, T2.5, T3.3, T5.3, T5.4, T13.9, T14.5, T15.3, L139, M28
30
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen —regidos como están por las leyes de la evolución y escasez— queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
31
… con el razonamiento, la lógica y el sentido común de su ego…
32
… en la mente de cada uno…
33
… es decir, del ego: El
ego:
es el pensar individual que, pasando por alto el Pensar de Amor de la eterna Unicidad —en el Cual, todos, cual Almas perfectas y eternas, somos Uno en el Alma del Hijo único de Dios, Quien es Uno con nuestro Padre y Creador— adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo se podía separar de Dios y crear por su cuenta y, por haber olvidado el Hijo de Dios reírse de ese pensar individual, éste se convirtió, en la ahora mente separada, en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad diferente y opuesta a La de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes y trocitos, contra las cuales compite caóticamente en diferentes relaciones especiales hasta la muerte. Ver
T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
34
… es decir, el Espíritu Santo cuando abres tu espíritu a su venida a tu pensar con Él…
|
|
M.14
¿CÓMO ACABARÁ
EL MUNDO
1
?
pár 4-5
|
|
M14.4 35
El mundo
35
acabará cuando su sistema de pensamiento haya sido completamente invertido
36
.
36
Hasta que eso tenga lugar, algunos fragmentos de su forma de pensar darán todavía la impresión de tener sentido.
37
La lección final —que trae consigo el fin del mundo
37
— no puede ser captada por aquellos que aún no están preparados para abandonar el
38
mundo e ir más allá de su limitado alcance.
38
Entonces, ¿cuál es la función del maestro de Dios con respecto a esta lección final?
39
Sencillamente, necesita aprender cómo enfocarla; y estar dispuesto a encaminarse en esa dirección.
40
Sencillamente, necesita confiar en que si Dios
39
le dice que ésta es una lección que él puede aprender, es porque la puede aprender.
41
No juzga si es fácil o difícil.
42
Su Maestro
40
se la señala
41
, y él confía en que Él le enseñará cómo aprenderla.
M14.5 43
El mundo acabará
42
con alegría, porque es un lugar triste.
44
Cuando la alegría haya llegado, el propósito del mundo
43
habrá terminado.
45
El mundo
44
acabará en paz porque es un campo de batalla
45
.
46
Cuando la paz haya llegado
46
, ¿qué propósito podrá tener el mundo
47
?
47
El mundo
48
acabará entre risas, porque es un valle de lágrimas.
48
¿Dónde se ríe, quién puede seguir llorando?
49
Y sólo el completo perdón
49
trae consigo todo esto para bendecir el mundo
50
.
50
El mundo partirá
51
con bendiciones, pues no acabará
52
como comenzó.
51
Convertir
53
al infierno en Cielo es la función de los maestros de Dios, porque lo que enseñan
54
son lecciones que reflejan el Cielo.
52
Y ahora, siéntate por un momento con verdadera humildad y date cuenta de que todo lo que Dios quiere que hagas eres capaz de hacerlo.
53
No seas arrogante y digas que no puedes aprender Su propio programa de estudios.
54
Su Palabra afirma lo contrario.
55
Su Voluntad
55
se hará.
56
No puede ser de otra manera.
57
Y da gracias de que así sea.
|
|
35
… del ego, en tu mente,
36
… al tú decidir una y otra y otra vez dejar de pensar todo el tiempo "yo", "yo", "yo" con tu egoísta ego, ponerle cuidado a los impulsos amorosos o milagrosos que de vez en cuando emerjan a tu consciente, hacer algo al respecto, e invitar al Espíritu Santo a pensar contigo, tratando tú de ser aquí un reflejo de Lo que realmente eres en la
Unicidad
que, con mayúscula, es en el eterno Presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
37
… en la mente de los que acepten esa lección final,
38
… el sistema de pensamiento de su ego, que es el pensamiento que hizo…
39
… por medio de la
Voz que habla por Él,
es decir, el Espíritu Santo Quien es, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, el Pensamiento de Amor de Dios que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo.
Aquí,
al producirse la separación, el Espíritu Santo es,
en la mente:
el
mediador
que mantiene abierto para la revelación el canal directo de Dios hacia el hombre
;
la
motivación
para
:
pensar con los milagros la decisión de curar la separación renunciando a ella
;
ser aquí el reflejo de las Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en el Alma única del único Hijo de Dios. Ver
T1.1.49 [81], T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
40
… el mismo Espíritu Santo
41
… por medio de los mencionados impulsos milagrosos o amorosos; ya que, ¿de qué otra cosa puede hablarte y enseñarte el Espíritu Santo que no sea el Amor, Que es lo único que hay en el eterno Presente de la Unicidad de Dios con Su Hijo único, Que realmente eres tú como Alma o Espíritu, Una conjuntamente con las Almas de todos los demás, en la única Alma del único Hijo de Dios…
42
… en tu mente
43
… para ti y tu cuerpo
44
… en tu mente
45
… tanto en la realidad que tu ego percibe con los sentidos de tu cuerpo, como en tu espíritu por su lucha en tratar de ser aquí un reflejo del Hijo de Dios Que realmente eres…,
46
… a tu mente,
47
… para tu pensar con el Espíritu Santo que no sea comunicarte con las demás Almas que te rodean…
48
… en tu mente
49
… en tu corazón
50
… para bendecir las Almas de los demás, a pesar de lo que sus cuerpos parezcan hacer y deshacer…
51
… de tu concienciación al fallecer tu cuerpo
52
… con tú teniendo
miedo,
que es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, que constituía un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decidiste pensar con el Espíritu Santo y aceptaste solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñó que el miedo —tanto en ti como en los demás— era realmente un pedido de ayuda. Ver
T2.4, T4.5, T5.7, T11.3, T12.3, T21.5, T23.5, T24.7, T27.3
53
… en sus mentes y actitudes
54
… sobre todo conel ejemplo,
55
La
Voluntad de Dios
, en el eterno Presente de Su Unicidad —en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas son Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Manual Para Los Maestros
M.15
¿SERÁ JUZGADO CADA UNO AL FINAL?
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M15.1 1
¡Por supuesto que sí!
2
Nadie puede escaparse del Juicio Final de Dios
1
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3
¿Quién podría huir para siempre de la Verdad
2
?
4
No obstante, el Juicio Final no llegará
3
hasta que ya no se asocie con el miedo
4
.
5
Algún día, cada uno le dará la bienvenida
5
y, ese mismo día, será juzgado
6
.
6
Oirá
7
su inocencia proclamada
8
por todos los rincones del mundo, mundo que quedará liberado al él recibir el Juicio Final de Dios.
7
Éste es el Juicio sobre el cual descansa la salvación
9
.
8
Éste es el Juicio que lo va a liberar
10
.
9
Éste es el Juicio mediante el cual todas las cosas
11
serán liberadas
12
conjuntamente con él.
10
El tiempo se detiene
13
a medida que la Eternidad se acerca, y el silencio envuelve al mundo para que todos puedan oír el siguiente Juicio del Hijo de Dios:
M15.2 11
Santo eres, eterno, libre y completo, por siempre en Paz en el Corazón de Dios
12
¿Dónde está el mundo ahora?, ¿dónde el pesar?
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1
El
juicio final
es la experiencia en mi fuero interior de la segunda venida de Cristo, después de haber aceptado el Redimir para mí mismo y la Verdad, de haber perdonado totalmente al otro y haberme unido a él, y haber extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. Es la Voz interior en mi espíritu —la parte de mi mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo— que me dice: "Tú, ahora, unido al otro y a todos los demás —como las Almas perfectas y eternas que realmente son, Una en Cristo, mi único Hijo— sigues siendo Mi santo Hijo, por siempre inocente, por siempre cariñoso y por siempre querido, tan ilimitado como Tu Creador, absolutamente inmutable y por siempre inmaculado. Por lo tanto, por medio de esa unión con todos como uno, despierta, y regresa a Mí. Yo soy Tu Padre y Tú eres Mi Hijo". Ver
T2.6, T3.8, T26.4 [21], LTe.10 (-L311)
2
La
Verdad
, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
3
… a tu mente
4
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T2.4, T4.5, T5.7, T11.3, T12.3, T21.5, T23.5, T24.7, T27.3
5
… en su mente
6
… mediante el juicio final en su mente y corazón…
7
… en su espíritu, que es la parte de la mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo…
8
… en su mente
9
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen —regidos como están por las leyes de la evolución y escasez— queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
10
Libertad
con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula,
libertad
, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver
T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
11
Las
Cosas
, con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, las
cosas
cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver
T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
12
… en su mente
13
… en el instante santo del
mundo real
, que es la meta de nuestro viaje, el estado de la mente que percibe aquí con el Espíritu Santo el reflejo de la eterna Unicidad. En esta percepción, no vemos nada que no justifique perdonar totalmente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirnos a otro (a otros) en una relación santa a favor de todos los demás. Ver
T10.8 [70], T11.4 [30]-[32], T12.7, T16.7, T30.6, L129, LTe.8 (-L291)
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M.15
¿SERÁ JUZGADO CADA UNO AL FINAL?
pár 3-4
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M15.3 13
Maestro de Dios, ¿es éste tu juicio sobre ti mismo?
14
¿Acaso crees que es completamente cierto?
15
No, todavía no, todavía no lo crees.
16
Pero ésa sigue siendo tu meta
14
; la razón por la que te encuentras aquí.
17
Tu función
15
es prepararte para oír este Juicio y reconocer que es verdad.
18
Con un solo instante en que lo creas completamente, te transportarás más allá de la creencia
16
a la Certeza
17
.
19
Un instante que pases fuera del tiempo puede producir el fin de éste.
20
Por lo tanto, no juzgues
18
, pues, al hacerlo, sólo te estás juzgando a ti mismo, demorando así este Juicio Final.
21
Maestro de Dios, ¿cuál es el juicio que emites sobre el mundo?
22
¿Ya aprendiste a hacerte a un lado y a oír la Voz del Juicio en ti?
23
¿O es que todavía intentas usurpar Su Función?
24
Aprende a aquietarte, pues Su Voz se oye sólo en la quietud.
25
Y Su Juicio llega a todos los que se hacen a un lado para escuchar en la quietud, y esperan por Él.
M15.4 26
Tú, que a veces estás triste y a veces enojado; tú que a veces sientes que no se te da lo que en justicia te mereces, y que tus mejores esfuerzos se topan con falta de aprecio y, hasta desprecio, ¡deja a un lado esos insensatos pensamientos!
27
Son demasiado mezquinos y sin sentido como para que sigan ocupando tu santa mente un solo instante más.
28
El Juicio de Dios te espera para liberarte.
29
¿Qué puede ofrecerte el mundo —independientemente de cómo juzgues sus regalos— que prefieras tener?
30
Serás juzgado
19
, y juzgado
20
con equidad y sinceridad.
31
Dios no conoce el engaño.
32
Sus promesas son seguras.
33
Recuerda sólo eso.
34
Sus promesas garantizan Su Juicio, y sólo el Suyo será el que se acepte al final.
35
Tu función es hacer que este final sea cuanto antes.
36
Tu función es mantener ese final en tu corazón, y ofrecerlo a todo el mundo para así mantenerlo a salvo.
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14
La
meta
del
Curso
: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
15
Nuestra
verdadera función
es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada
únicamente
a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompleción. Ver
T18.6 [45], T20.5 [32], L62, L64, L65, L66, L99
16
… del
querer creer
que realmente todos somos Almas perfectas y eternas, todas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, y que realmente no estamos aquí, en el tiempo y el espacio, sino en Su eterna Unicidad, de la Cual realmente nunca nos hemos separado. Este querer creer curará todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque sanará a la mente que pensaba que todas estas cosas eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Y, ¿qué es lo que el Curso nos pide…? Primero, nos pide
querer creer
en la Verdad que nos propone en los textos, a saber: Que Dios —a Quien nadie ha visto— existe; es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; que Dios no creó más nada; y, por eso, que nada de Ésa, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe; por consiguiente, que no somos cuerpos; que nuestra mente tiene dos partes: la del
ego
, que creó en falso o "hizo" el tiempo y el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez; un ego con el que mantenemos un interminable diálogo interno de "yo", "yo", "yo". En esto radica
aquí
, la paz de Dios: Aquietémonos un instante y olvidémonos de todas las cosas que alguna vez aprendimos, de todos los pensamientos que tuvimos, y de todas nuestras ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. Olvidémonos de nuestras propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabemos realmente cuál es. Dejemos que toda imagen que tengamos sobre cualquier persona se desprenda de nuestras mentes y desaparezca. Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Aquiétate bien por un instante. Ven sin ninguno de los pensamientos que alguna vez aprendiste, y deja a un lado todas las imágenes que hiciste. Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. No se te pedirá que aprendas más que esto. Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es
desprenderte
de los pensamientos que realmente no querías, y que
nunca
fueron verdaderos. Ver
T31.1 [12], T31.2 [22]
17
… que sencillamente sabe…
18
Juzgar
es el complemento de la percepción del ego en el proceso fundamental para sobrevivir en la realidad de este mundo —mientras nuestro cuerpo viva en él— por el cual interpretamos y luego juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, proceso que culmina con nuestra decisión en cuanto a lo que son o cómo son las cosas, cuáles son potencialmente favorables y/o valiosas y cuáles peligrosas y/o culpables.
(T3.7 [57] 42-46)
Cuando aplicamos este proceso a personas, decidimos cuáles merecen que entremos con ellas en una relación especial, cuáles nos son indiferentes, y cuáles merecen castigo. El juzgar a tiempo nos protege y mantiene a salvo, aunque también establece separaciones, culpa, miedo y la carga imposible de tratar de actuar como Dios.
(M10.6)
Pero juzgar no es nuestra función,
(T14.6 [49] 25-27)
pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada nos lleva al conocimiento. Él no observa otra cosa que la diferencia que hay entre el reflejo aquí de la Realidad y las ilusiones de este mundo.
(M8.6)
Cuando habiendo aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido milagros, pensemos y percibamos acertadamente con el Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar lo más posible que aquí sea el reflejo de la Realidad. Ver
T3.8, T4.5 [64], T29.10 [62]-[63], M10, M15
19
… por la Voz que habla por Dios que te llega al espíritu de tu mente
20
… con Amor…
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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