El Espíritu Santo lleva al cielo
en el presente
gráfico por
©Deposit Photos
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T15.2 [8] 36 En cambio, el Espíritu Santo enseña lo siguiente: realmente el infierno no
existe.
37 El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho
del
2
Presente.
38
Creer en el infierno es lo que te
impide comprender realmente el presente
3, pues
ciertamente le tienes miedo al infierno.
39 El Espíritu Santo lleva al Cielo tan invariablemente como el ego conduce al infierno.
40 Pues el Espíritu Santo, Que realmente
sólo conoce el presente
4, se vale de éste para
deshacer el miedo por el cual el ego quiere inutilizar el presente.
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CH 15.
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
15.1
INTRODUCCIÓN
15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 163
La muerte realmente no existe
1
.
El Hijo de Dios es libre
2
.
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L163.1 1 La muerte es un pensamiento
3 que adopta muchas formas que a menudo no se reconocen.
2 La muerte puede manifestarse en forma de tristeza, miedo, ansiedad o duda; en forma de ira, falta de fe y desconfianza; preocupación por el cuerpo, envidia, así como en todas aquellas formas en las que el deseo de ser lo que realmente no eres pueda venir a tentarte.
3 Todos esos pensamientos no son más que reflejos de la veneración que se le rinde a la muerte como salvadora y portadora de la liberación
4.
L163.2 4
Al ser la encarnación del miedo, anfitrión del pecado, dios de los culpables, y señor de toda ilusión y engaño, el pensamiento de la muerte parece ser muy poderoso.
5
Pues parece retener a todas las cosas vivientes
5
entre sus manos marchitas; a todos los deseos y esperanzas en su garra destructora.
6
Todas las metas son percibidas sólo a través de sus ojos invidentes.
7
Los débiles y los indefensos, así como los enfermos, se postran ante su imagen al pensar que sólo la muerte es real, inevitable y digna de su confianza.
8
Pues la muerte es lo único que llegará con toda seguridad.
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1
… en el eterno Presente del Cielo o Unicidad, que es Donde realmente estamos todos, cual Almas perfectas y eternas, Una en el Alma única de Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador. Por eso…
2
Libertad
con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula,
libertad
, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver
T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
3
… que forma parte del pensar de nuestro
yo egóico
y de la realidad que éste propone a nuestra razón, lógica y sentido común, y que nuestros sentidos perciben y verifican como verdadera y como el seguro e inevitable fin de nuestra vida. Este sistema de pensamiento fue "hecho" por tu
ego primario
, producto de aquella diminuta idea alocada que te era posible como el Hijo único de Dios que eres, separarte de Su Unicidad y ponerte a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor general de Dios que, ahora, te daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que olvidaste reírte y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo y casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez.. (Ver
T27.9 [82]
37 y 38
)
4
Cuando pensamos con el ego, la
muerte
es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Cuando pensamos con el Espíritu Santo, creemos que la
muerte
no es nada y que cuando nuestro cuerpo, nuestro ego y nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que como Almas Una en Cristo, en el Alma única del único Hijo de Dios Quien es Uno con Su Padre y Creador y Cristo Uno con Dios, somos ése Hijo, perfecto y eterno. Ver
T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
5
Las
cosas vivientes
son
las que vemos por medio de la visión de Cristo
, que es la divina
experiencia de Amor de la unión con el otro
en el mundo real, unión
que voy a extender a una unión universal con todo y todos,
ya que
quiero creer que todos somos realmente Almas
, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios en Su eterna Unicidad,
nuestra única y verdadera Realidad.
Ver
T24.6 [46
]
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L E C C I Ó N 163
pár
3-6
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L163.3 9 Todas las cosas
6 —exceptuando la muerte— parecen ser inciertas y se pierden demasiado pronto, sin importar cuán difícil fue adquirirlas, son inseguras en cuanto a sus derroteros, propensas a defraudar las esperanzas que una vez crearon, y a dejar tras sí un sabor a polvo y cenizas, en lugar de aspiraciones y sueños.
10 En cambio, sí se puede contar con la muerte.
11 Pues vendrá con pasos firmes una vez haya llegado su hora.
12 Nunca cesará de tomar todo lo que tiene vida como rehén para sí.
L163.4 13 ¿Vas a postrarte ante ídolos como éste?
14 Aquí, la fuerza y el poder de Dios Mismo se perciben dentro de un ídolo hecho de polvo.
15 Aquí, lo opuesto a Dios es proclamado señor de toda la creación, más fuerte que la Voluntad de Dios para que haya Vida
7, o que la infinitud del Amor y la perfecta e inmutable Constancia del Cielo.
16 Aquí, la Voluntad del Padre y del Hijo es finalmente derrotada y enterrada bajo la lápida que la muerte ha colocado por encima del cuerpo del santo Hijo de Dios.
L163.5 17 Impío ahora por la derrota, el Hijo de Dios se ha convertido en lo que la muerte quería hacer de él.
18 En su epitafio, escrito por la propia muerte, no se menciona su nombre, pues se ha convertido en polvo.
19 En el epitafio sólo se menciona esto: "Aquí yace un testigo de que Dios ha muerto".
20 Y esto es lo que la muerte escribe una y otra vez, mientras sus veneradores asienten y, postrándose con sus frentes en el suelo, murmuran llenos de miedo que eso es así.
L163.6 21
Es imposible venerar a la muerte en cualquiera de las formas que adopta y, al mismo tiempo, seleccionar unas cuantas que no favoreces y que incluso deseas evitar, mientras sigues creyendo en el resto.
22
Pues la muerte es total.
23
O bien mueren todas las cosas
8
, o bien todas
9
realmente viven y no pueden morir
10
.
24
En esto no hay término medio.
25
Pues aquí nos encontramos de nuevo ante algo que es obvio y que debemos aceptar si queremos estar cuerdos: lo que contradice totalmente un pensamiento no puede ser verdad, a menos que se haya demostrado la falsedad de su opuesto.
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6
… todo lo que sucede
7
La
Vida
, con mayúscula,
es la única Vida que realmente existe
, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su
Unicidad
, en la que todos, sin excepción, como
Almas
perfectas unificadas como Una en
Cristo
, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
vida
quiere decir nuestra vida aquí, sea como
reflejo de Nuestra Vida
eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o,
de acuerdo con las leyes de este mundo
, cuando pensamos con el ego. Ver
T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
8
.. que perciben nuestros sentidos,
9
… las únicas Cosas eternas que Dios ha creado: Cristo, Tú, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. Ver
T8 .3 [14], T12.6 [50] 38- 41, T12.7 [68] 72-74
10
… porque en el eterno Presente de la Unicidad sólo hay Vida…
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L E C C I Ó N 163
pár
7-9
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L163.7 26 La idea de que Dios ha muerto es algo tan absurdo que incluso a los dementes les resulta difícil creerlo.
27 Pues implica que Dios estuvo vivo una vez y que murió de alguna manera, aparentemente asesinado por aquellos que no querían que sobreviviese.
28 La voluntad más fuerte de éstos pudo vencer a La de Dios y, de esta manera, la Vida eterna sucumbió ante la muerte.
29 Y, al morir el Padre, murió también el Hijo.
L163.8 30 Puede que los que veneran la muerte tengan miedo.
31 Sin embargo, ¿pueden pensamientos como estos ser realmente temibles?
32 Si se diesen cuenta de que lo que creen son sólo pensamientos, se liberarían de inmediato.
33 Y esto es lo que les vas a mostrar hoy
11.
34 La muerte realmente no existe, y renunciamos a ella en todas sus formas, tanto por la salvación de ellos como por la nuestra
12.
35 Dios no hizo la muerte.
36 Por lo tanto, cualquier forma que ésta adopte tiene que ser necesariamente una ilusión.
37 Ésta es la posición que adoptamos hoy.
38 Y, al hacerlo, nos será dado poder mirar más allá de la muerte y ver la luz que se encuentra más allá.
L163.9 39
Padre nuestro, bendice hoy nuestros ojos.
40
Somos Tus emisarios y queremos ver el glorioso reflejo de Tu Amor que realmente brilla en todas las cosas.
41
Vivimos y respiramos únicamente en Ti.
42
No estamos separados de Tu Vida eterna.
43
La muerte realmente no existe, pues la muerte no es Tu Voluntad.
44
Y realmente moramos Donde nos ubicaste, en la Vida que compartimos Contigo y con toda Cosa viviente, para ser como Tú y formar parte de Ti por siempre.
45
Aceptamos Tus Pensamientos como Nuestros, y nuestra Voluntad es eternamente Una con la Tuya.
46
Amén.
|
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11
… Si, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo, has decidido
querer creer
en la Verdad que nos propone el Curso
y aplicarla
—en lo que te sea posible— a tu vida diaria,
ella curará en tu mente
todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque la sanará de los pensamientos que te aseguraban que todas estas cosas eran reales, y que sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Entonces,
si no le pones suficiente atención y cuidado a los pensamientos amorosos que de vez en cuando emergen de tu subconsciente
, no solamente le estarás pidiendo demasiado poco a tu vida, sino que además vas a privar a los demás de la paz y la alegría que esos impulsos amorosos traen consigo.
12
… en nuestra mente, de la creencia en la realidad del ego que nuestros sentidos perciben y que nuestra razón, lógica y sentido común parecen corroborar.
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
15
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
T15.1
INTRODUCCIÓN
pár
1-2
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T15.1 [1] 1 ¿Puedes imaginarte lo que sería no tener aflicciones, preocupaciones, ni ansiedades, sino simplemente estar en perfecta calma y tranquilidad todo el tiempo?
2 Y, sin embargo, el verdadero
propósito del tiempo
1 es éste: aprender eso y nada más.
3 El Maestro de Dios no puede sentirse satisfecho con Sus enseñanzas hasta que éstas no constituyan tu
único aprendizaje.
4 Él no habrá completado Su función docente hasta que no te hayas convertido en un estudiante tan dedicado
que aprendas sólo de Él.
5 Cuando esto haya ocurrido, ya no necesitarás un maestro, ni tiempo para aprender.
T15.1 [2] 6
Una de las fuentes del desaliento que percibes y que te hace sufrir es tu creencia de que
esto lleva tiempo
, y que los resultados de las enseñanzas del Espíritu Santo se lograrán en un futuro lejano.
7
Esto no es así,
8
pues el Espíritu Santo
usa
el tiempo a Su
Propia
manera y
no
está limitado por él.
9
A la hora de enseñar, el tiempo es Su amigo.
10
No Le causa deterioro como lo hace contigo.
11
En efecto, todo el deterioro que el tiempo parece traer consigo se debe únicamente a tu identificación con el ego, que lo usa para reforzar
su
creencia en la destrucción.
12
El ego, al igual que el Espíritu Santo, usa el tiempo para convencerte de la inevitabilidad de la meta que será el final del aprendizaje.
13
Para el ego, la meta es la muerte
2
, que
es
su propio fin.
14
Pero para el Espíritu Santo, la meta es la Vida
3
, la Cual realmente no
tiene
fin.
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1
… para el Alma que quiero creer que realmente soy…
Alma
(o Espíritu), siempre con mayúscula, es nuestra inmaterial naturaleza divina que Dios creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que, al ser de Dios, el Alma (o Espíritu) es eterna y nunca nació. El Alma sabe, ama y crea. Las Almas (o Espíritus) perfectas y eternas que realmente somos todos, cuando las unimos como Una en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Que es Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad.
Nada
puede llegar al Alma desde el ego, ni nada
del
Alma puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Alma no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por tanto,
no están comunicados
ni jamás
lo estarán
. Ver
T2.2 [20], T4.2 [8-14-19], T5.3 [12], T5.5 [33], T9.9 [79], T10.5 [31] T31.6, L97
2
Cuando pensamos con el ego, la
muerte
es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Cuando pensamos con el Espíritu Santo, creemos que la
muerte
no es nada y que cuando nuestro cuerpo, nuestro ego y nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que como Almas Una en Cristo, en el Alma única del único Hijo de Dios Quien es Uno con Su Padre y Creador y Cristo Uno con Dios, somos ése Hijo, perfecto y eterno. Ver
T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
3
La
Vida
, con mayúscula,
es la única Vida que realmente existe
, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su
Unicidad
, en la que todos, sin excepción, como
Almas
perfectas unificadas como Una en
Cristo
, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
vida
quiere decir nuestra vida aquí, sea como
reflejo de Nuestra Vida
eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o,
de acuerdo con las leyes de este mundo
, cuando pensamos con el ego. Ver
T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
15
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
T15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
pár
3-15
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T15.2 [3] 1 El ego
es un aliado del tiempo, pero
no un amigo.
2 Pues desconfía tanto de la muerte como de la vida, y lo que desea para ti,
él no lo puede tolerar.
3 El ego
te quiere muerto, pero
él no quiere morir.
4 Por consiguiente, el resultado de su extraña religión
tiene necesariamente que ser convencerte de que te puede perseguir
más allá de la tumba.
5 Y al no estar dispuesto a que encuentres paz, ni siquiera en la muerte que quiere para ti, te ofrece inmortalidad en el infierno.
6 Él te habla del Cielo, pero al mismo tiempo te asegura que el Cielo no es para ti.
7 Pues, ¿qué esperanzas pueden tener los culpables de ir al Cielo?
8 Creer en el infierno es ineludible para los que se identifican con el ego.
9 Sus pesadillas y miedos están todos asociados con él.
T15.2 [4] 10 El ego te enseña que el infierno está
en el futuro, pues a esto apuntan
todas sus enseñanzas.
11
El infierno es su meta.
12 Pues aunque el ego apunta a la muerte y la disolución como un fin,
él no lo
cree.
13 La meta de la muerte, la cual ansía para ti,
lo deja insatisfecho.
14 Nadie que siga las enseñanzas del ego puede estar libre del
miedo a la muerte.
15 No obstante, si se pensase que la muerte es simplemente el fin del dolor, ¿se le tendría
miedo?
16 Hemos visto antes esta extraña paradoja en el sistema de pensamiento del ego, pero nunca tan claramente como aquí.
17 Pues, para conservar tu fidelidad, el ego tiene que
dar la impresión de que
mantiene al miedo alejado de ti.
18 Pero, para mantenerse a
sí mismo, tiene que
generar miedo.
T15.2 [5] 19 Una y otra vez el ego intenta —y lo logra con demasiada frecuencia— hacer ambas cosas, valiéndose de la disociación para mantener unidas sus metas contradictorias, de manera que
parezcan haberse reconciliado.
20 El ego enseña que la muerte es el final en lo que respecta a cualquier esperanza de alcanzar el Cielo.
21 No obstante, puesto que tú y
él no pueden estar separados, y puesto que él no puede concebir su
propia muerte, te seguirá persiguiendo,
porque —según él—
la culpa
1
es eterna.
22 Tal es la versión que el ego tiene de la inmortalidad.
23 Y
esto es lo que apoya su versión del tiempo.
T15.2 [6] 24 El ego enseña que el Cielo está aquí y ahora, porque el
futuro que nos espera es el infierno.
25 Incluso cuando ataca tan salvajemente que trata de quitarle la vida a cualquiera que temporalmente oye su voz como si fuese la
única que hay, incluso a ése, le habla del infierno.
26 Le dice que el infierno está
aquí, y lo incita a que salte del infierno al olvido total.
27 El único tiempo que el ego permite a cualquiera observar con ecuanimidad es el
pasado.
28 Y aun ahí, su único valor es que ya no existe.
T15.2 [7] 29
¡Qué desolado y desesperante es el uso que hace el ego del tiempo!
30
¡Y qué
aterrador
!
31
Pues, tras su fanática insistencia de que el pasado y el futuro son lo mismo, se oculta una amenaza a la paz todavía mucho más insidiosa.
32
El ego no hace alarde de su amenaza final, pues quiere que sus devotos sigan creyendo que
les
puede ofrecer la
escapatoria
de ella.
33
Pero creer en la culpa
tiene
necesariamente que conducir a
creer en el infierno
,
y eso es lo que siempre sucede
.
34
La única manera que el ego permite de experimentar el miedo al infierno es
traer al infierno aquí
, pero
siempre
como muestra de lo que depara el futuro.
35
Pues nadie que se considere
merecedor
del infierno puede creer que su castigo acabará convirtiéndose en
|
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1
En el
Cielo,
según el Curso,
no hay normas ni culpa
, ya que Dios sólo sabe del
Amor
que comparte en paz y alegría con todas nuestras
Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo
, en el eterno Presente de Su Unicidad.
Aquí
, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez,
cuando pensamos con el ego
, la
culpa
es el sentimiento de
no haber estado a la altura
de las circunstancias, o de
haber faltado contra normas
generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el
Redimir
para nosotros mismos,
queremos creer
que realmente
no somos cuerpos sino Almas
creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto,
nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador
. Además, mediante la
visión de Cristo
, ahora
vemos a las faltas
que antes juzgábamos como imperdonables,
como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros
y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver
T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
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T15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
pár
8-10
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T15.2 [8] 36 En cambio, el Espíritu Santo enseña lo siguiente: realmente el infierno no
existe.
37 El infierno es únicamente lo que el ego ha hecho
del
2
Presente.
38
Creer en el infierno es lo que te
impide comprender realmente el presente
3, pues
ciertamente le tienes miedo al infierno.
39 El Espíritu Santo lleva al Cielo tan invariablemente como el ego conduce al infierno.
40 Pues el Espíritu Santo, Que realmente
sólo conoce el presente
4, se vale de éste para
deshacer el miedo por el cual el ego quiere inutilizar el presente.
41 Es
imposible librarse del miedo en la forma en que el ego usa el tiempo.
42 Pues el tiempo, de acuerdo con sus enseñanzas, no es más que un recurso de enseñanza para
agravar la culpa, hasta que ésta lo envuelva todo y exija venganza por siempre.
T15.2 [9] 43 El Espíritu Santo quiere deshacer
todo esto
ahora, en este instante
5.
44 El miedo
no es del presente
6, sino del pasado y del futuro, los cuales realmente
7 no existen.
45 En efecto, el miedo no tiene cabida en el presente cuando cada instante se alza claro y separado del pasado, sin que la sombra de éste se extienda al futuro.
46 Cada instante
8 es un nacer limpio y puro, en el que el Hijo de Dios emerge
del pasado al presente
9.
47 Y el presente se
extiende por siempre.
48 Es tan bello, limpio y libre de culpa, que en él sólo hay felicidad:
49 no se recuerda la oscuridad, y
ahora están presentes la inmortalidad y la alegría.
T15.2 [10] 50
Esta lección
no
requiere tiempo para aprenderla.
51
Pues, ¿qué
es
el tiempo
sin
pasado ni futuro?
52
Ciertamente
ha
llevado tiempo descarriarte tan completamente, pero no se requiere tiempo en absoluto para
ser
lo que realmente
eres
10
.
53
Empieza a practicar el
uso
del tiempo tal como lo hace el Espíritu Santo, como un recurso de enseñanza para alcanzar paz y felicidad.
54
Toma este preciso instante,
ahora
, y piensa que
es todo
el tiempo que
realmente hay
.
55
Nada del pasado te puede alcanzar aquí, y es aquí donde te encuentras realmente absuelto
por completo
,
absolutamente
libre y
totalmente
sin condenación.
56
A partir de este instante santo en el que la santidad volvió a nacer, seguirás avanzando en el tiempo sin sentir miedo y sin experimentar ninguna sensación de cambio
a su paso
.
|
|
2
… eterno
3
… aquí, como un reflejo del eterno Presente
4
… el presente aquí, el cual, cuando uno piensa con El Espíritu Santo, perdona y extiende milagros, uno puede llegar a conocer aquí el reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, en la que todas nuestras Almas están unificadas como Una en Cristo, el único Hijo el Padre Que realmente somos…
5
El
instante santo,
aquí, en
tu fuero interno
, es la experiencia del reflejo del
eterno Presente de la Unicidad de Dios,
en la que tu Alma quiere unirse al Alma del otro, a quien estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando ordenas a tu cerebro aquietarse, de manera que, durante ese instante, pares el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo". Luego, en el silencio que sigue, te liberas tanto de la culpa y su pasado como del miedo que trae la inseguridad del futuro. Cuando logras perdonarlo, las dos
Almas se unen en la experiencia de Cristo
en el
mundo real
, experiencia en la que todas las Almas —por ser igualmente perfectas y eternas— se unifican en la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, que realmente somos nosotros. Por eso,
el instante santo no puede ser para ti solo
. Eso va a permitir a los impulsos amorosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver
T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
6
… cuando se ve con el Espíritu Santo como un reflejo aquí de Nuestro eterno Presente con Dios,
7
… "realmente" se refiere a nuestra verdadera condición en el Cielo, Que es donde realmente estamos todos, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, que nunca se separó de su Padre.
8
… cuando es santo,
9
… el reflejo aquí del eterno Presente de la Unicidad,
10
… Cristo, el Hijo de Dios
|
|
T15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
pár
11-13
|
|
T15.2 [11] 57 El tiempo es inconcebible sin que sucedan cambios; no obstante, la santidad
no cambia.
58 Y debes aprender más cosas de este instante santo, no sólo que el infierno no existe.
59
En este instante redentor reside el
11
Cielo.
60 Y el Cielo
no cambiará, pues nacer al presente santo es
salvarse de estar cambiando.
61 Los cambios son ilusiones que enseñan los que no se pueden ver a sí mismos libres de culpa.
62 En el Cielo no hay cambio, porque
Dios no cambia.
63 En el instante santo en el que te ves a ti mismo resplandeciente de libertad,
vas a recordar a Dios.
64 Pues recordar a Dios
es recordar la libertad.
T15.2 [12] 65 Cada vez que te sientas tentado a desanimarte pensando
cuánto tiempo llevaría cambiar tan radicalmente tu forma de pensar, pregúntate a ti mismo: "¿Cuán largo es un instante?"
66 ¿No estarías dispuesto a ofrecerle al Espíritu Santo un lapso de tiempo tan
corto para tu propia salvación?
67 Él no te pide nada más, pues no necesita nada más.
68 A ti te va a llevar más tiempo aprender a estar dispuesto a darle esto que a Él utilizar este ínfimo instante para ofrecerte el
12 Cielo en su totalidad.
69 A cambio de ese instante, Él está dispuesto a darte el recuerdo de la Eternidad.
T15.2 [13] 70
Pero nunca podrás dar al Espíritu Santo ese instante santo en favor de
tu
liberación mientras no estés dispuesto a dárselo a tus hermanos en favor de las
suyas
13
.
71
Pues el instante de santidad es un instante que se
comparte
y, por consiguiente,
no puede
ser únicamente para ti.
72
Por eso, cuando te sientas tentado de atacar a un hermano, recuerda que
su
instante de liberación
14
es el
tuyo
15
.
73
Los milagros
16
son
los instantes de liberación que ofreces, y que vas a
recibir
de vuelta.
74
Dan testimonio de
tu
disposición a
ser
realmente liberado, y también a ofrecer tu tiempo al Espíritu Santo para que
haga
uso de él.
75
¿Cuánto dura un instante?
76
Va a ser tan corto para tu hermano como lo es para ti.
77
Practica
dando
ese bendito instante de libertad a todos los que están
esclavizados
por el tiempo y, de esta manera, harás que el tiempo se convierta en amigo
de
ellos.
78
El Espíritu Santo te da
a ti
el instante bendito de ellos al tú dárselos.
79
A medida que lo
das
, Él te lo ofrece a
ti
.
|
|
11
… el reflejo aquí del
12
… el reflejo aquí del
13
… como Hijos de Dios Que realmente son.
14
… como el Hijo de Dios que realmente es,
15
… como el Hijo de Dios que tú también eres realmente,
16
Extender un
milagro
a otro, es la máxima expresión de
Amor
que puedes experimentar en tu fuero interno, cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para ti mismo y logrado
perdonar totalmente
a un hermano, se corre el velo que te impedía verlo con la
visión de Cristo
, y unes tu
Alma
a La de él en una unión de
Amor
, que se
extiende a todas las Almas
, ya que, realmente,
hay Una sola
, La del Hijo único de Dios. El milagro
trasciende las leyes de este mundo,
remplazándolas por
una verdadera empatía
o altruismo, como
reflejo aquí del Amor que nuestras Almas comparten en el Cielo
, reflejo que
cura la mente
de tu hermano de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolida
tu propia curación
. El milagro es
el medio para alcanzar conjuntamente la meta
del Curso, no se pide, sino que sucede y, al suceder, se acepta que su origen es divino, mediante un
acto de fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y en:
LTe.13 (-L341)
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T15.2
LOS USOS DEL TIEMPO
pár
14-15
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T15.2 [14] 80 No seas reacio a dar lo que quieres recibir de Él, pues al dar te unes
a Él.
81 En la cristalina transparencia de la liberación que das, radica
tu liberación
instantánea de la culpa.
82
Tienes necesariamente que ser santo si
ofreces la santidad.
83 ¿Cuánto dura un instante
17?
84 Dura el tiempo que sea necesario para restablecer
18 la perfecta Cordura
19, la perfecta Paz
20 y el perfecto Amor para todos, para Dios y para
Ti
21;
85 el tiempo que sea necesario para recordar la inmortalidad y tus creaciones inmortales que realmente La comparten
Contigo;
86 el tiempo que sea necesario para intercambiar el infierno por el Cielo;
87 el tiempo suficiente para trascender
todo lo que el ego ha hecho y ascender hasta el Padre de ustedes.
T15.2 [15] 88
El tiempo es tu amigo, siempre que lo entregues al Espíritu Santo para que lo use.
89
Él necesita muy poco tiempo para restituirte todo el poder de Dios.
90
Él, Que transciende el tiempo
por
ti, entiende cuál es realmente el
propósito
del tiempo.
91
La Santidad no reside en el tiempo, sino en la Eternidad.
92
Jamás
hubo
un solo instante en el que el Hijo de Dios pudiese haber perdido su pureza
22
.
93
Su
Estado
inmutable está
más allá
del tiempo, pues su pureza permanece realmente por siempre más allá del alcance de los ataques, y sin sufrir ninguna variación.
94
El tiempo se encuentra detenido ante la Santidad del Hijo de Dios, y esto no cambia.
95
Y así, el tiempo deja por completo de ser tiempo.
96
Pues, al estar atrapado en el único instante de la eterna
Santidad
de la
Creación
de Dios, se
transforma
en
Eternidad
.
97
Oblígate a
dar
el instante eterno, de manera que la Eternidad pueda ser recordada
para
ti en ese radiante instante de perfecta liberación.
98
Ofrece el milagro del instante santo
por medio
del Espíritu Santo, y deja que sea Él Quien se encargue de dártelo a ti.
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17
… con el Espíritu Santo, un instante santo?
18
… el reflejo aquí de
19
Cordura
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su sistema de pensamiento en nuestro espíritu que parte de la creencia en la
Verdad
y que nuestra vocación y función aquí es tratar lo más posible de ser reflejos de nuestra verdadera Realidad, aceptando el Redimir para nosotros mismos, perdonando, extendiendo milagros y entablando relaciones santas para multiplicar el perdón y la extensión de milagros hasta abarcar a todos. Y, cuando pensamos con nuestro ego, la
cordura
es el estado mental al que llegamos por medio del sentido común y del razonamiento. Ver
T6.6.2 [76], T17.7 [61]
20
Paz
, con mayúscula, es
el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad
por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula,
cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo
,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo.
Pero cuando pensamos con el ego
,
paz
es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
21
Ti
, con mayúscula, quiere decir
Tú, como el Alma perfecta y eterna
Que,
conjuntamente con todas las demás Almas, están unificadas como Una en Cristo
, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios
Que realmente somos.
En minúscula,
ti
,
cuando decides pensar con el Espíritu Santo
y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas,
eres el reflejo aquí de Cristo
; y
cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él
. Ver
T8.4 [20], T23
22
… el reflejo aquí de Su eterna Pureza.
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