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Un Curso Sobre Milagros
edición original
T5.6 [47] 20 El Redimir es la garantía de la seguridad del Reino.

21 Nada que sea bueno se puede perder, pues proviene del Espíritu Santo,
la Voz que habla por la Creación.

22 Nunca fue creado algo
que no sea bueno 23 y, por lo tanto
no puede ser protegido.

24 Lo que el ego hace se
lo guarda para sí y,
por consiguiente, carece de fuerza.
25 Su existencia, que no es compartida,
no muere; simplemente nunca nació.

26 Nacer de verdad no es un comienzo,
es una continuación.

27 Todo lo que puede continuar ya ha nacido; no obstant
puede aumentar a medida que estés dispuesto a devolver la parte
de tu mente que necesita curación
a la parte más elevada10 y,
de esta manera, hacer que
tu crear no se divida11.

UCSM TEXTO
T5 CURACIÓN Y COMPLETITUD
5.6 TERAPIA Y ENSEÑANZA
gráfico por ©Deposit Photos 


Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
R E P A S O 1 
L E C C I Ó N 57
Repase la Lección 31-35
L1 (L31-35) Revisemos hoy estas ideas:

L57 (L31) 1 No soy realmente víctima del mundo que veo.

2 ¿Cómo puedo ser la víctima de un mundo que podría quedar completamente deshecho1 si así lo decido? 3 Mis cadenas están sueltas, 4 pues puedo desprenderme de ellas con sólo desearlo. 5 La puerta de la prisión está abierta. 6 Puedo salirme de ella simplemente poniéndome a caminar2. 7 Nada me retiene en este mundo. 8 Sólo mi deseo de permanecer aquí3 me mantiene prisionero. 9 Quisiera renunciar a mis deseos dementes y caminar por fin hacia la luz del Sol.
1 … en mi mente
 
2 … en mi fuero interno con el Espíritu Santo…
 
3 … expresado por mi creencia en la realidad del ego, que es la del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez…
R E P A S O 1 
L E C C I Ó N 57
Repase la Lección 32
L57 (L32) 10 Yo inventé el mundo que veo.

11 Yo inventé la prisión en la que me veo. 12 Todo lo que tengo que hacer es darme cuenta de esto, y quedaré libre4. 13 Me he engañado a mí mismo al creer que era posible apresar al Hijo de Dios. 14 He estado amargamente equivocado al creerlo, y ya no lo quiero seguir creyendo. 15 El Hijo de Dios5 tiene necesariamente que ser libre por siempre. 16 Él es6 Tal como Dios Lo creó, y no lo que yo quiero hacer de Él. 17 Él se encuentra realmente Donde Dios quiere que esté7, y no donde yo pensé mantenerlo prisionero.
4 … si Dios no pudo haber creado este mundo de evolución y escasez, ¿quién queda…? Tiene entonces que haber sido el Hijo de alguna manera… Al no haber nadie que haya regresado de la muerte total para contar su historia, el Curso nos ofrece el mito de la diminuta idea alocada: En la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. (... tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado y compitiendo con los demás cuerpos por las escasas cosas "buenas"…). Ver T27.9 [82]
 
5 … que es cada uno de nosotros, al mismo tiempo que todos como Uno en Cristo, que cree estar separado, tiene que despertar a la Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
 
6 … realmente
 
7 … en la Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
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L E C C I Ó N 57
Repase la Lección 33
L57 (L33) 18 Hay otra manera de mirar al mundo.

19 Dado que el verdadero propósito del mundo no es el que yo le asigné, tiene que haber otra manera de mirarlo. 20 De hecho, lo veo todo al revés, y mis pensamientos se oponen a la Verdad. 21 Veo al mundo como una prisión para el Hijo de Dios. 22 Así pues, según ese verdadero propósito8, el mundo tiene que ser realmente un lugar donde Él puede ser liberado. 23 Por eso, ahora quiero mirar al mundo9 como realmente es, y verlo como un lugar donde el Hijo de Dios encuentra su libertad.
8 El propósito del Espíritu Santo: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más con Él y cada vez menos con el ego, de manera de liberar el Amor de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos y hagamos; 2) es —por medio del perdonar y de extender milagros a otro— experimentar en nuestro fuero interno el Alma del otro;, 3) es, en la relación santa, reconocer a nuestro verdadero Yo, Cristo, en Quien todas las Almas perfectas y eternas —que realmente somos— están unificadas como Una; 4) es liberarnos del pensar del ego para poder regresar aquí, al reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; 5) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en el Cielo, extendiendo así la Creación; 6) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver T7.4 [23], T8.4 [22], T11.8 [65], T17.7, T17.9 [74], T25.2 [9], T26.10 [84]
 
9 La visión de Cristo es, en un instante santo en mi fuero interno, la que mira más allá del cuerpo de la persona que quiero perdonar y, cuando logro acceder al mundo real, ve su Alma perfecta y eterna, Una con La mía, en la experiencia de Cristo, nuestra verdadera Identidad. Basado en esa experiencia, cada vez que decida pensar con el Espíritu Santo, es decir, pensar con mi mente acertada, voy a percibir el mundo de otra manera, en la que, en mi fuero interno, no hay nada que no justifique perdonar completamente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirme a esa y otras personas, en relaciones santas. Ver T11.7, T12.5 [42]
R E P A S O 1 
L E C C I Ó N 57
Repase la Lección 34
L57 (L34) 24 Podría ver paz en lugar de esto.

25 Cuando vea el mundo como un lugar de libertad10, me daré cuenta de que refleja las leyes de Dios en lugar de las reglas que yo inventé para que el mundo las obedeciera. 26 Comprenderé que es la paz, y no la guerra, lo que realmente mora en él. 27 Y también percibiré que la paz mora en los corazones de todos los que comparten este lugar conmigo..
10 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
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L E C C I Ó N 57
Repase la Lección 35
L57 (L35) 28 Mi Mente11 forma realmente parte de la Mente de Dios. Soy muy santo.

29 A medida que comparto con mis hermanos la paz del mundo12, empiezo a comprender que esa paz emerge de lo más profundo de mí13. 30 Ahora, el mundo que observo ha adoptado la luz de mi perdón, y refleja este perdón sobre mí. 31 Con esta luz, empiezo a ver lo que ocultaban mis ilusiones sobre mí. 32 Con esta luz, empiezo a comprender la santidad de todas las cosas vivientes14—incluyéndome a mí— y de su unicidad conmigo15.
11 La Mente, con mayúscula, se refiere a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la separación, la mente del Hijo separado parece tener tres partes: 1) El espíritu, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones; 2) el ego, que recibe del ego primario en la fuente de la separación, los impulsos de vida y de sobrevivencia, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y 3) el decididor, que es lo que en nosotros decide todo el tiempo si pensar con el ego —que es lo que hacemos "usualmente"— o con el espíritu. Ver T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165.
 
12 … por medio de la relación santa, aquí, que es el reflejo de la Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas como Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad; es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les va a permitir alejarse gradualmente del especialismo de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus o mentes acertadas; es un proceso que se inicia cuando dos o más personas que, habiendo perdonado totalmente a otra(s), unen sus mentes en una meta común a favor de otro(s). Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere; finalmente, cuando en instantes santos en sus fueros internos, sus mentes acertadas experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora, mediante la visión de Cristo, vean con Amor a todos y a todo. Ver T17.6, T22
 
13 El residuo bendito es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Este reflejo se nos manifiesta en nuestro fuero interno mediante impulsos caritativos, compasivos, de compartir, de amor o amistad desinteresados que de vez en cuando emergen de nuestro subconsciente, y que sólo podemos tomar en serio cuando nos ponemos a pensar con el Espíritu Santo en nuestro espíritu (o mente acertada), que es la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo. Ver T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
 
14 Las cosas vivientes son las que vemos por medio de la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro en el mundo real, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios en Su eterna Unicidad, nuestra única y verdadera Realidad. Ver T24.6 [46]
 
15 … en el eterno Presente de la Unicidad de Dios…  


Un Curso Sobre Milagros
edición original
TEXTO

Capítulo 5
CURACIÓN Y COMPLETITUD

T5.6 TERAPIA Y ENSEÑANZA pár 44-50
[LA LECTURA DE TEXTO REANUDARÁ EL LUNES]
T5.6 [44] 1 Debes de haberte dado cuenta de cuán a menudo he utilizado tus propias ideas para ayudarte. 2 Has aprendido a ser un terapeuta cariñoso, sabio y muy comprensivo, excepto para ti mismo. 3 Esa excepción te ha dado más que tu percepción de otros, debido a lo que viste en ellos, pero menos que el conocimiento de tus verdaderas relaciones con ellos, debido a que no los aceptaste como parte de ti. 4 La comprensión va más allá de la percepción1 porque introduce el significado2. 5 No obstante, se encuentra por debajo del conocimiento3, aunque puede crecer hacia éste. 6 Es posible, con mucho esfuerzo, comprender a otro hasta cierto punto y ayudarlo con creces; no obstante, el esfuerzo ha ido mal dirigido. 7 La dirección equivocada es bien evidente: el esfuerzo está dirigido para que se aleje de ti.
1 Percepción: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único, Quien es Uno con Su Padre— la percepción no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, la percepción es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual nuestra razón, lógica y sentido común interpretan, juzgan, seleccionan y evalúan la información recibida por nuestros sentidos de la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. El Curso la define como "Percepción equivocada". Y, cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo, estudiado y aplicado al menos una vez las Lecciones del Curso, nuestra "Percepción verdadera" gradualmente nos va a llevar al mundo real —que es la meta del Curso—donde, en nuestro fuero interno, experimentaremos el reflejo aquí de la Unicidad de Dios, donde sólo hay Amor, paz y alegría. Ver T3.4, T3.5, T10.7, T13, T14.6 [46], L134, M5.3.1, M19.5
 
2 Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
 
3 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía, es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
T5.6 TERAPIA Y ENSEÑANZA
pár 45
T5.6 [45] 8 Eso no quiere decir que el esfuerzo haya sido en vano, pero que no lo has concienciado. 9 He conservado todas tus atenciones y cada pensamiento amoroso que has tenido, y te aseguro que has tenido muchos. 10 Los he purificado de los errores que ocultaban su luz, y los he mantenido para ti en4 Su propio Resplandor perfecto. 11 Ahora se encuentran más allá de cualquier destrucción y culpa. 12 Provinieron del Espíritu Santo Que está en ti y sabemos que Lo que Dios crea es eterno. 13 Lo que el miedo5 ha ocultado sigue siendo parte de ti6.
4 … en el reflejo aquí de
 
5 El miedo es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94
 
6 Esta última frase es como una síntesis editada por los Escribas del siguiente texto del UrText T5F3: "Bill habló una vez sobre el Reino de esta manera, porque anhela en relación a lo que ha represado. Tú (Helen) tienes mucho más miedo de eso, porque la disociación mete más miedo. El mejor contacto de B. le ha permitido la fuerza de mantenerse consciente del miedo y de buscar la salida en el desplazamiento, del cual está aprendiendo a sobreponerse con tu ayuda. Eso se debe a que no lo percibes como disociado, pudiéndolo ayudar con su represión, la cual no te atemoriza. Él, por el otro lado, no tiene dificultad en verte a ti disociada, y no tiene que lidiar con la represión en ti, la cual le produciría miedo".(Tomado y traducido de A Course in Miracles, The Urtext Manuscripts, con la anuencia de su autor Doug Thompson)
T5.6 TERAPIA Y ENSEÑANZA
pár 46
T5.6 [46] 14 Unirse al Redimir7 —te he pedido varias veces que lo hagas— es siempre una manera de escapar del miedo. 15 Esto no quiere decir que puedas dejar de reconocer cualquier cosa que sea verdad. 16 No obstante, el Espíritu Santo no dejará de ayudarte a reinterpretar todo lo que percibes como temible, y te enseñará que sólo lo amoroso es verdadero. 17 La Verdad8 está más allá de tu facultad para destruir; en cambio, aceptarla está enteramente a tu alcance. 18 Te pertenece porque realmente La creaste9. 19 Es Tuya porque forma parte de Ti, tal como Tú formas parte de Dios, porque Él Te creó.
7 Aceptar para sí mismo el Redimir —siempre con mayúscula— es un acto de Amor; es reconocer el Alma del que perdonamos; es haberse decidido a pensar cada vez más "nos" con el Espíritu Santo y cada vez menos "yo", "yo", "yo" con el ego; es el acto de compartir desinteresadamente; es querer creer que la separación nunca ocurrió y, por lo tanto, no somos cuerpos sino realmente las Almas perfectas y eternas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único Que Dios creó; es dejar de creer en la realidad del ego y querer creer en la Realidad, el eterno Presente de la Unicidad con Dios; es siempre una manera de escapar del miedo. Ver T2.2 [36], T2.5 [86, 103], T3.3, T5.3, L139
 
8 La Verdad, con mayúscula, según el Curso —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haber visto su Alma con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T7.5, T14, T30.5
 
9 … al tú ser realmente el Hijo único de Dios con Quien eres Uno en Su Crear y en Su Creación…
T5.6 TERAPIA Y ENSEÑANZA
pár 47
T5.6 [47] 20 El Redimir es la garantía de la seguridad del Reino. 21 Nada que sea bueno se puede perder, pues proviene del Espíritu Santo, la Voz que habla por la Creación. 22 Nunca fue creado algo que no sea bueno 23 y, por lo tanto no puede ser protegido. 24 Lo que el ego hace se lo guarda para sí y, por consiguiente, carece de fuerza. 25 Su existencia, que no es compartida, no muere; simplemente nunca nació. 26 Nacer de verdad no es un comienzo, es una continuación. 27 Todo lo que puede continuar ya ha nacido; no obstante, puede aumentar a medida que estés dispuesto a devolver la parte de tu mente que necesita curación a la parte más elevada10 y, de esta manera, hacer que tu crear no se divida11.
10 … el espíritu, "… la parte [de tu mente] que todavía está en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo".
 
11 … entre hacer y crear: Hacer es el pensar del ego, pensar que de alguna manera hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Crear, en el Cielo, es el eterno y conjunto Pensar amoroso entre Dios y Su Hijo. Aquí, cuando pensando con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonamos, extendemos milagros y hacemos creaciones, somos el reflejo de las Creaciones que, como Su Hijo único, creamos conjuntamente con Dios en el Cielo. Ver T7.12 [109], T8.4 [18], T20.7 [50]
T5.6 TERAPIA Y ENSEÑANZA
pár 48-49
T5.6 [48] 28 En tu condición de terapeuta, dices a tus pacientes que la diferencia real entre los sentimientos de culpa neuróticos y los "saludables" es que los sentimientos de culpa neuróticos no ayudan a nadie. 29 Esta distinción es sabia, aunque incompleta. 30 Precisemos ahora un poco más esa distinción. 31 Los sentimientos de culpa neuróticos constituyen un medio del ego para "redimir" pero sin compartir, y para pedir perdón sin tener intención de cambiar. 32 El ego nunca se lanza a favor del verdadero Redimir, y no puede tolerar el perdón que, en sí, es cambiar12.

T5.6 [49] 33 Tu concepto de "sentimientos saludables de culpa " tiene mérito, pero sin el concepto del Redimir carece del potencial para curar13 que Éste posee. 34 La distinción que hiciste fue en términos de sentimientos, lo cual llevó a la decisión de no repetir el error, que es sólo parte del proceso de curación. 35 A tu concepto le faltó la idea de deshacer el error. 36 De modo que lo que realmente estabas apoyando era adoptar una política de compartir, pero sin un verdadero basamento. 37 He venido a proporcionarte el basamento para que tus propios pensamientos puedan hacerte verdaderamente libre. 38 Has cargado con el fardo de ideas que no compartías y que, por lo tanto, eran demasiado débiles para que aumentaran; pero además, no reconociste cómo deshacer su existencia justamente porque tú las habías elucubrado.
12 Perdonar forma parte del proceso de aceptar el Redimir para sí mismo. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que por estar pensando con el ego —hacedor de todo esta realidad en la que creo vivir— es su guionista. El segundo paso sucede cuando el Espíritu Santo me sugiere: "decide de nuevo", y hago algo respecto a ese otro al que he estado tratando de perdonar. El tercer paso se da cuando en mi fuero interno, me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonarle, ni a él ni a nadie, porque en la Realidad —que es Donde quiero creer que realmente están todas nuestras Almas, unificadas como Una en Cristo— sólo hay Amor. El último paso se da en un instante santo del mundo real, cuando habiendo logrado perdonar totalmente a ese otro, voy a vivir la divina experiencia de Cristo o de Amor de la unión de su Alma con la Mía, unión que se va a extender a todas las demás Almas, ya que realmente hay una sola. Esta experiencia es la que nos lleva a todos los que fueron, son y serán, a las puertas del Cielo. Ver T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
 
13 Curar (o curación como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, curar es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra Alma a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás Almas en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
T5.6 TERAPIA Y ENSEÑANZA
pár 50
T5.6 [50] 39 Solo, no puedes cancelar tus errores pasados. 40 No desaparecerán de tu mente sin un remedio, 41 remedio éste que no es mas hechura tuya que Tú Mismo14. 42 El Redimir no puede ser comprendido excepto como un acto puro de compartir. 43 Eso es lo que se quiso decir cuando afirmamos que es posible —incluso en este mundo— escuchar una sola voz. 44 Si realmente eres Parte de Dios y la Filiación es Una15, no puedes estar limitado al yo que el ego ve. 45 Cada pensamiento de Amor16 que tenga cualquier parte de la Filiación pertenece a todas Sus partes. 46 Se comparte justamente porque es un pensamiento amoroso. 47 Compartir es la manera que Dios tiene de crear, y también La Tuya17. 48 Tu ego te puede mantener exiliado del Reino, pero en el Reino en Sí el ego no tiene ningún poder.
14 Tú Mismo, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas están unificadas como Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios Que realmente somos. En minúscula, , decides pensar con el Espíritu Santo y has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver T8.4 [20], T23
 
15 … Una en Sí Misma o Cristo, y Una con Dios
 
16 Amor, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás. En minúscula, amor se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T3.6 [38], L46, L67, L68, L195
 
17 … en el Cielo, y el reflejo aquí de crear es perdonar en el mundo real y extender milagros.
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