gráfico por
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T31.8 [97] 68
Y ahora decimos "Amén".
69
Pues Cristo ha venido a morar al lugar que —en la calma de la Eternidad— Tú estableciste para Él antes de que el tiempo existiera.
70
El viaje llega a su fin, terminando donde empezó.
71
No queda ni rastro de él.
72
Ya no se otorga fe a ninguna ilusión, ni queda una sola mancha de oscuridad que oculte la faz de Cristo a nadie.
73
Se hace Tu Voluntad, completa y perfectamente, y toda la creación Te reconoce y sabe que eres la única Fuente que tiene.
74
La Luz, clara como Tú, irradia desde todo Lo que vive y se mueve en Ti.
75
Pues hemos llegado Allí donde Todos somos Uno, y
estamos
en Casa
51
, Que es donde Tú quieres que estemos.
UCSM TEXTO CH 31
LA SENCILLEZ DE LA SALVACIÓN
T31.8
DECIDE UNA VEZ MÁS
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 336
El perdón me deja saber
que las mentes están unidas.
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L336.1 1
El perdón
1
es el medio designado para terminar con la percepción.
2
El conocimiento
2
es restituido después de que primero se haya modificado la percepción y luego, que ésta haya dado paso enteramente a lo que ha de estar eternamente más allá de su más elevado alcance.
3
Pues, en el mejor de los casos, lo que se ve y lo que se oye, tan sólo puede servir para evocar el recuerdo que yace tras todos ellos.
4
El perdón elimina completamente las distorsiones y abre el altar oculto a la Verdad.
5
Las azucenas del perdón resplandecen en la mente y la instan a regresar y a mirar en su fuero interno, para encontrar lo que en vano había buscado afuera.
6
Pues ahí y sólo ahí, se restaura la paz interior, pues es la morada de Dios Mismo.
L336.2 7
Padre, que en la quietud, el perdón elimine completamente mis sueños de separación y de pecado.
8
Luego, permíteme mirar en mi fuero interno y descubrir que has cumplido Tu promesa de que realmente estoy libre de pecado; que Tu Palabra permanece inalterada en mi mente y que Tu Amor sigue morando en mi corazón.
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1
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos — como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9], T31.5
2
Conocimiento
, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios: que están compartiendo con Dios, en perfectas paz y alegría, Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
conocimiento
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es lo que experimentamos en el mundo real al perdonar totalmente a otro, con quien ahora somos uno; es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver
T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
31
LA SENCILLEZ DE LA SALVACIÓN
T31.8
DECIDE UNA VEZ MÁS
83-97
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T31.8 [83] 1
La tentación
1
tiene
una sola
lección que quiere enseñar
2
, y la enseña en
todas
sus formas,
dondequiera
que se le presenta la ocasión.
2
Quiere persuadir al Hijo de Dios
3
de que es un cuerpo
4
, nacido dentro de lo que tiene necesariamente que morir, incapaz de librarse de su fragilidad, y constreñido por lo que su cuerpo le ordena sentir.
3
El cuerpo fija los límites de lo que el Hijo de Dios puede hacer: su poder
5
es la única fuerza con la que cuenta; y su entendimiento
6
no puede exceder el reducido alcance del cuerpo
7
.
|
|
1
… de seguir pensando con el ego y creyendo en su realidad del tiempo y del espacio regidos por la evolución y la escasez, una realidad auto generada por el
yo primario
de mi ego que empezó cuando, en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento —el yo de mi ego primario— se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos. Ver:
T27.9 [82]
. O, para los creyentes de las Religiones monoteístas, una realidad creada por un Dios aparentemente caprichoso y castigador.
2
… por medio de su razonamiento, lógica y sentido común
3
… que realmente es tu Alma perfecta y eterna, Una con todas las demás Almas — igualmente perfectas y eternas— en Cristo, en el Alma única del único Hijo que Dios creó en el pensamiento de Amor que es el Espíritu Santo, no habiendo creado nada más.
4
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
5
… de sobrevivir lo más posible y de la mejor manera,
6
… cuando piensa, reflexiona y razona con el sistema de pensamiento del ego,
7
… y su realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen: Él quiere creer, pero quiere entender mediante su razón, lógica y sentido común, lo que haya que creer...
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T31.8
DECIDE UNA VEZ MÁS
pár 84-85
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T31.8 [84] 4
¿Querrías tú
seguir siendo
eso, si Cristo
8
se te apareciese
9
en toda Su gloria, pidiéndote solamente lo que sigue:
5
Decide una vez más entre querer ocupar el lugar que te corresponde entre los salvadores
10
del mundo, o quedarte en el infierno
11
, y así, mantener a tus hermanos allí.
T31.8 [85] 6
Pues
12
Él
13
realmente
ha
venido, y
14
eso
es
lo que Él está pidiendo.
|
|
8
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
9
… en el
espíritu
de tu mente, que es su parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Amor o Espíritu Santo, en un instante santo del mundo real
10
Salvador
, con mayúscula, significa algunas veces en el
Curso
: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula,
salvador
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa. Ver
T19.5.4.1 [102] 44, L78.9
11
… pensando con el ego y creyendo que su realidad del tiempo y del espacio, regida por la evolución y escasez, en la que eres una individualidad más, compitiendo contra el mundo y contra todos los demás, desde el momento en que naces hasta que exhalas el último suspiro, es la única realidad que existe,
12
… cuando aceptaste el Redimir para ti mismo, y perdonaste y extendiste milagros, en las experiencias interiores de la visión de Cristo en el mundo real o de las contadas revelaciones (
revelación
es aquí, una experiencia intensamente personal, que no emana del consciente, de una comunicación de Dios hacia nosotros por medio del Espíritu Santo, en la que brevemente se refleja el conocimiento de la forma original de Comunicación entre Dios y Sus Almas —que somos nosotros, Uno en Su Hijo único— en el eterno Presente de la Unicidad. Es una experiencia que no puede traducirse en algo que tenga sentido para el consciente (de ahí que cualquier intento de describirla con palabras sea usualmente incomprensible), e induce a la vez la sensación extremadamente personal de crear o amar y una suspensión completa —aunque temporal— de la duda y del miedo. Sólo una mente curada puede experimentar una revelación que produzca efectos duraderos por medio del perdón y de la extensión de milagros, lo cual la une directamente con las mentes de los demás. Ver
T1.1.28-50, T2.3 [71], T3.1 [3], L158.2, L169.4
),
13
... Cristo,
14
… si experimentaste a Cristo en el mundo real y concienciaste lo que ese evento representaba, te diste cuenta de que
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T31.8
DECIDE UNA VEZ MÁS
pár 86
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T31.8 [86] 7
¿Sabes cómo escoger
15
?
8
¡Eso es fácil de explicar!
9
Siempre escoges tu debilidad
16
o la fuerza de Cristo
17
en ti.
10
Y lo que escoges
18
es lo que crees que es real.
11
Simplemente, con nunca usar la debilidad para guiar tus actos, dejarás de darle poder
19
.
12
Y entonces habrás puesto a la Luz de Cristo en ti
20
, a cargo de todo lo que hagas.
13
Pues habrás llevado tu debilidad ante Él
21
y Él
22
te habrá dado a cambio Su fuerza
23
.
|
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15
… entre pensar con el sistema de pensamiento del ego o el del Espíritu santo.
16
… de cuerpo individual en lucha permanente contra el mundo y contra la muerte que empieza a buscarte desde el mismo momento en que fuiste concebido,
17
… la fuerza de amar en forma general y desinteresada al Alma del otro al que has perdonado, Alma que experimentas en tu mente que contiene en Sí Misma como Una a La tuya y a las Almas de todos los que fueron, son y serán; la fuerza que da el conocimiento de que realmente tienes que ser Uno con Todo y con Todos; la fuerza de tu creciente fe en la Verdad,
18
… cada vez que conciencias con quién estás pensando, ¿el ego o el Espíritu Santo?,
19
Puedes guiar en general tu vida pensando Amor con el Espíritu Santo. Ahora bien, mientras tu cuerpo exista aquí, para ciertas cosas de sobrevivencia, tendrás que usar tu razonamiento, lógica y sentido común de tu ego, pero en esos casos, siempre tratando de estar en el mundo sin ser de él…
20
… porque decidiste una vez más pensar con el Espíritu Santo y escuchar a tu Maestro interior que siempre te está hablando en tu espíritu que es la parte de tu mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo
21
al haber decidido que la realidad del tiempo y del espacio que percibes con tu ego y tus sentidos no puede ser real puesto que no pudieron haber sido creados por el Dios de Amor en el Que decidiste que querías creer:
querer creer
que realmente todos somos Almas perfectas y eternas, todas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, y que realmente no estamos aquí, en el tiempo y el espacio, sino en Su eterna Unicidad, de la Cual realmente nunca nos hemos separado. Este querer creer curará todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque sanará a la mente que pensaba que todas estas cosas eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Y, ¿qué es lo que el Curso nos pide…? Primero, nos pide
querer creer
en la Verdad que nos propone en los textos, a saber: Que Dios —a Quien nadie ha visto ni oído— existe; es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; que Dios no creó más nada; y, por eso, que nada de Ésa, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe; por consiguiente, que no somos cuerpos; que nuestra mente tiene dos partes: la del
ego
, que creó en falso o "hizo" el tiempo y el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez; un ego con el que mantenemos un interminable diálogo interno de "yo", "yo", "yo". En esto radica
aquí
, la paz de Dios: Aquietémonos un instante y olvidémonos de todas las cosas que alguna vez aprendimos, de todos los pensamientos que tuvimos, y de todas nuestras ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. Olvidémonos de nuestras propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabemos realmente cuál es. Dejemos que toda imagen que tengamos sobre cualquier persona se desprenda de nuestras mentes y desaparezca. Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Aquiétate bien por un instante. Ven sin ninguno de los pensamientos que alguna vez aprendiste, y deja a un lado todas las imágenes que hiciste. Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. No se te pedirá que aprendas más que esto. Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es
desprenderte
de los pensamientos que realmente no querías, y que
nunca
fueron verdaderos. Ver
T31.1 [12], T31.2 [22]
22
… la experiencia de Cristo en el mundo real que experimentas cuando has perdonado totalmente al otro y has unido tu Alma a La de él,
23
… de amar perfectamente al Alma del otro y, en ese Amor general, desinteresado y todo abarcador, amar a todos y a todo como uno, que es lo mismo que Amar a Dios y ser amado por Él.
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T31.8
DECIDE UNA VEZ MÁS
pár 87
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T31.8 [87] 14
Las pruebas por las que pasas
24
no son otra cosa que las lecciones que no lograste aprender, que se te presentan nuevamente a fin de que donde antes tomaste una decisión equivocada
25
, ahora puedas hacer una mejor
26
y, así, escapar del dolor
27
que te ocasionó lo que habías decidido previamente.
15
En toda dificultad, disgusto o confusión [que se te presente], Cristo te va a llamar y te va a decir cariñosamente: "Hermano mío, decide una vez más".
16
Él no dejará de curar ninguna fuente de dolor, ni dejará ninguna imagen que pueda ocultar la Verdad
28
.
17
[Él quiere liberarlos de toda miseria
29
, a ustedes
30
, a quienes Dios creó altares a la alegría].
18
No los dejará desconsolados ni solos, en medio de pesadillas infernales, sino que quiere liberar sus mentes de todo lo que les impide ver Su faz
31
.
19
Su santidad
32
es la de ustedes, porque Él es el
único
poder
33
que es real en ustedes.
20
Su fuerza es de ustedes, porque Él es el Yo Que Dios creó como Su
único
Hijo.
|
|
24
… y que crees que son reales, ya que las estás sufriendo en carne propia,
25
… de creer mediante el razonamiento, la lógica y el sentido común de tu ego que son reales y que eres un cuerpo
26
… ponerte a pensar con el Espíritu Santo y perdonar y extender milagros
27
… mental
28
La
Verdad
, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
29
… mental
30
… tú y tu hermano o hermanos unidos en la experiencia de Cristo, en una
relación santa,
que es el reflejo en este mundo de la eterna Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas en Cristo, el único Hijo de Dios, Que Él creó y con Quien es Uno en Su Unicidad, Que es donde realmente estamos y, por lo tanto, es nuestra verdadera Realidad. La relación santa es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les permite alejarse gradualmente de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus, que son la parte de la mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Es un proceso, generalmente largo, que se inicia cuando dos o más personas que han logrado, en un instante santo, perdonarse totalmente una a la otra, se unen en una meta común a favor de otro u otros, a los que también van a querer perdonar. Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere por medio de sus espíritus; finalmente, cuando en instantes santos privilegiados sus mentes experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora piensen, perciban y actúen principalmente con sus espíritus, extendiendo el Amor del Espíritu Santo a todos y a todo, curando así en sus mentes al mundo de los efectos de la separación. Ver
T17.6, T22
31
La
faz de Cristo
es la faz del otro al que perdonamos totalmente y al que extendimos milagros, y con cuya mente, en un instante santo del mundo real, experimentamos la unión interior, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de nuestras Almas, Una en el Alma única del Hijo de Dios. Ver
T20.5 [32], T20.6 [42]
32
… el reflejo aquí de la eterna Santidad de Dios,
33
… de amar en forma general y sin preferencias, reflejo aquí del Amor que Dios comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él.
|
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T31.8
DECIDE UNA VEZ MÁS
pár 88-91
|
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T31.8 [88] 21
Las imágenes que haces
no
pueden prevalecer contra lo que Dios Mismo quiere que seas.
22
Por tanto, nunca tengas miedo de la tentación, y reconócela tal como es: una oportunidad más para volver a decidir y dejar que la fuerza de Cristo impere en toda circunstancia y lugar donde antes habías erigido una imagen de ti.
23
Pues lo que parece ocultar la faz de Cristo
34
es impotente ante Su majestad, y desaparece ante Su santa mirada.
24
Los salvadores del mundo —que ven tal como Él ve— son sencillamente los que escogen la fuerza de Cristo en lugar de su propia debilidad, a la que ven
separada
de Él.
25
Ellos redimirán al mundo, pues están unidos en todo el poder de la Voluntad de Dios
35
.
26
Y lo que ellos quieren es
únicamente
lo que Él quiere.
T31.8 [89-90] 27
Aprende, pues, el feliz hábito de reaccionar ante
toda
tentación de percibirte como débil y afligido con estas palabras:
28
Realmente, soy Tal como Dios Me creó.
29
Su Hijo no puede sufrir.
30
Y Yo
36
soy
Su Hijo.
T31.8 [91] 31
Así se
invita
a la fuerza de Cristo a que prevalezca, reemplazando todas tus debilidades con la fuerza que proviene de Dios, la cual
nunca
falla.
32
Y así los milagros
37
se vuelven para ti tan naturales como
parecían
serlo el miedo y la angustia, antes de que te decidieses por la santidad
38
.
33
Pues
con
esa decisión eliminaste las falsas distinciones y dejaste de lado las alternativas ilusorias, no quedando así nada que
interfiera
con la Verdad.
|
|
34
… en tu hermano,
35
La
Voluntad de Dios
, en el eterno Presente de Su Unicidad —en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas son Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
36
…
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos —como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9], T31.5
37
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta
del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
38
Santidad
, con mayúscula, es la experiencia de perfecto Amor o Espíritu Santo que compartimos —como Almas— entre nosotros y con Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido. Ver
T1.1.31 [42] a [44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
|
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T31.8
DECIDE UNA VEZ MÁS
pár 92-93
|
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T31.8 [92] 34
Eres
realmente tal como Dios Te creó, al igual que toda cosa viviente
39
que mires
40
,
independientemente
de las imágenes que veas
41
.
35
Lo que ves
42
como enfermedad, dolor, debilidad, sufrimiento, y pérdida, no es sino la tentación de verte a
ti mismo
indefenso y en el infierno.
36
No
sucumbas ante esto, y verás
43
cómo
todo
dolor —en
cada
forma en que se presente y en
cualquier
sitio donde ocurra— desaparece como neblina que se disipa ante el sol.
37
Un milagro ha venido a curar al Hijo de Dios, y a cerrar la puerta
44
a sus sueños de debilidad, allanando así el camino hacia su salvación y liberación
45
.
38
Decide una vez más lo que quieres que él
46
sea, recordando que toda decisión que tomes establecerá tu propia identidad tal como la veas y creas que realmente
es
.
T31.8 [93] 39
No me niegues el pequeño presente que te pido cuando, a cambio de él, pongo a tus pies la paz de Dios
47
y el poder para llevar esa paz a cada uno de los que deambulan por el mundo inseguros, solos y presos del miedo
48
todo el tiempo.
40
Pues te ha sido dado
unirte
a él y, por medio del Cristo en ti, apartar el velo que cubre sus ojos y permitirle que mire al Cristo en él.
41
Hermanos míos en la salvación, no dejen de oír mi voz ni de escuchar mis palabras.
42
No pido nada, excepto la
propia
liberación de ustedes.
43
El infierno no tiene cabida en un mundo cuya hermosura puede todavía llegar a ser tan deslumbrante y abarcadora que sólo un paso la separa del Cielo.
44
A sus ojos cansados traigo una visión de un mundo diferente, tan nuevo, depurado y fresco que olvidarán todo el dolor y miseria que antes veían.
45
Pero esta visión es una que tienen que
compartir
con todo el que vean pues, de lo contrario, no la podrán ver.
46
Dar
este presente es la manera de hacerlo de ustedes.
47
Y Dios, con amorosa bondad, ordenó que
fuese
para ustedes.
|
|
39
Las
cosas vivientes
son las que vemos por medio de la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro en el mundo real, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T24.6 [46]
40
… con la
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad y defensas, y con algo de paz y alegría, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar a otro(s) —aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad— empiezo a perdonar hasta lograr en un instante santo del mundo real, perdonarlo(s) totalmente. En ese instante, voy a experimentar la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con otro(s), visión interior que luego voy a extender a todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
41
… con los ojos del ego
42
… con tu ego
43
… en el espíritu de tu mente pensando con el Espíritu Santo
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… en su mente
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… de los efectos de la separación
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… tú como el Hijo de Dios Que Realmente eres,
47
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo.
48
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T2.4, T4.5, T5.7, T11.3, T12.3, T21.5, T23.5, T24.7, T27.3
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T31.8
DECIDE UNA VEZ MÁS
pár 94-97
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T31.8 [94] 48
¡Alegrémonos de poder caminar por el mundo y de tener tantas oportunidades de percibir nuevas situaciones en las que se puede reconocer una vez más el don
49
de Dios como nuestro!
49
Así desaparecerán todos los vestigios del infierno, los "pecados
50
" secretos y los odios ocultos.
50
Y toda la hermosura que ocultaban aparecerá ante nuestra mirada cual jardines celestiales, que nos elevarán muy por encima de los tortuosos senderos por los que viajábamos antes de que Cristo apareciese.
51
Hermanos míos, escúchenme, escúchenme y únanse a mí.
52
Dios ha determinado que yo no los pueda llamar en vano, y en Su certeza, descanso contento.
53
Pues ustedes me
oirán
, y
decidirán
una vez más.
54
Y al tomar esa decisión, todo el mundo quedará liberado.
T31.8 [95] 55
Padre, gracias Te doy por estas santas personas que son mis hermanos y también Tus Hijos.
56
Mi fe en ellos es La Tuya.
57
Estoy tan seguro de que vendrán a mí como lo estás Tú por lo que realmente son y serán eternamente.
58
Aceptarán el presente que les ofrezco, porque Tú me lo diste para ellos.
59
Y así como yo quiero hacer únicamente Tu santa Voluntad, ésa también será la decisión que tomarán.
60
Te doy gracias en su nombre.
61
El canto de la salvación resonará por el mundo con cada decisión que tomen.
62
Pues compartimos un mismo propósito, y el fin del infierno está cerca.
T31.8 [96] 63
En alegre bienvenida, mi mano se extiende a todo hermano que quiera unirse a mí en dejar atrás la tentación, y mire con firme determinación hacia la luz que brilla más allá con perfecta constancia.
64
Padre, dame los míos, pues Te pertenecen.
65
¿Acaso podrías dejar de hacer lo que no es sino Tu Voluntad?
66
Gracias Te doy por lo que mis hermanos son realmente.
67
Y a medida que cada uno decida unirse a mí, el canto de gratitud que se extiende desde la tierra hasta el Cielo pasará de ser unas mínimas notas sueltas, a convertirse en un coro que incluya a todos los de un mundo redimido del infierno, y que Te da gracias.
T31.8 [97] 68
Y ahora decimos "Amén".
69
Pues Cristo ha venido a morar al lugar que —en la calma de la Eternidad— Tú estableciste para Él antes de que el tiempo existiera.
70
El viaje llega a su fin, terminando donde empezó.
71
No queda ni rastro de él.
72
Ya no se otorga fe a ninguna ilusión, ni queda una sola mancha de oscuridad que oculte la faz de Cristo a nadie.
73
Se hace Tu Voluntad, completa y perfectamente, y toda la creación Te reconoce y sabe que eres la única Fuente que tiene.
74
La Luz, clara como Tú, irradia desde todo Lo que vive y se mueve en Ti.
75
Pues hemos llegado Allí donde Todos somos Uno, y
estamos
en Casa
51
, Que es donde Tú quieres que estemos.
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49
Don
con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula,
don
es el reflejo aquí del Don de Dios.
Presente
se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él.
Regalos
son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver
T7.2, T20.6 [38], T26.5 [28], L166
50
El
pecado
de todos los pecados fue la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Su Padre y crear por su cuenta, idea que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
Pero como esta realidad del ego no fue creada por Dios,
LTe.4 (-L251).1 1
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Casa
, con mayúscula, es sinónimo del Cielo, Realidad, Unicidad, etc.
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