gráfico por
©Deposit Photos
|
T29.7 [42] 37
Este mundo te atará de pies y manos y destruirá tu cuerpo
únicamente
si piensas que fue hecho para crucificar al Hijo de Dios.
38
Pues, aunque
era
un sueño de muerte, no tienes por qué dejar que sea eso para ti.
39
Deja que
esto
cambie y todas las cosas en el mundo
tendrán
necesariamente que cambiar también.
40
Pues nada aquí está realmente definido según el
propósito
que tú le ves.
41
¡Qué bello es el mundo cuyo propósito es perdonar al Hijo de Dios!
42
¡Cuán libre de miedo está, y cuán repleto de bendiciones y felicidad!
43
¡Y qué alegría es morar por un tiempo en un lugar tan feliz!
44
Pero no
debemos
olvidar que, en un mundo así, no
transcurrirá
mucho tiempo antes de que la Eternidad venga calladamente a ocupar el lugar del tiempo.
UCSM TEXTO CH 29
EL DESPERTAR
T29.6
LA MORADA QUE NO CAMBIA
T29.7
EL PERDÓN Y LA PAZ
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 309
Hoy no tendré miedo
de mirar dentro de mí.
|
L309.1 1
Dentro de Mí
1
se encuentra la eterna Inocencia pues es la Voluntad de Dios
2
que Ella esté allí por siempre y para siempre.
2
Y yo, Su Hijo, cuya voluntad es realmente tan ilimitada como La Suya, no puedo hacer cambios en esto.
3
Pues negar la Voluntad de mi Padre es negar la mía propia.
4
Mirar dentro de mí no es sino encontrar
3
Mi Voluntad tal como Dios La creó, y como es ahora.
5
Tengo miedo de mirar dentro de mí porque creo que me hice otra voluntad que, aunque no es verdadera, hice que fuese real.
6
Aún así, no tiene
4
efectos.
7
Dentro de mí se encuentra la santidad de Dios.
8
Dentro de mí se encuentra el recuerdo de Él
5
.
L309.2 9
Padre mío, el paso que doy hoy, es mi segura liberación de los inútiles sueños de pecado.
10
Tu altar se alza sereno y libre de mancha.
11
Es el santo altar a mi Yo, y es allí donde encuentro mi verdadera Identidad.
|
1
Mí
, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna, Que es Una con todas las demás Almas que son igualmente perfectas y eternas, Que realmente somos todos —los que fueron, son y serán— Almas que son Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre y Creador en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo o Reino de los Cielos, etc. En minúscula.
mí
, cuando: decides pensar con el Espíritu Santo, has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo, el Hijo único de Dios; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas de esta manera con él.
2
La
Voluntad de Dios
, en el eterno Presente de Su Unicidad —en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas son Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
3
… el reflejo aquí de
4
… realmente:
Realmente
se refiere en general a nuestra verdadera condición en el Cielo, Que es donde realmente estamos todos cual Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, que nunca se separó de su Padre, con Quien es eternamente Uno.
5
El
residuo bendito
es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad.
Ver
T5.7 [60] 7, T8.5 [33], T12.3 [11], T18.11 [98], T28.2
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
29
EL DESPERTAR
T29.6
LA MORADA QUE NO CAMBIA
31-37
|
T29.6 [31] 1
Hay un lugar en ti en el que este mundo en su totalidad ha sido olvidado: donde no quedan memorias de pecado ni de ilusiones.
2
Hay un lugar en ti donde el tiempo se ha ido y en el que se oyen ecos de la Eternidad
1
.
3
Hay un lugar de descanso tan aquietado que no se oye ningún sonido excepto un himno al Cielo que se eleva para alegrar a Dios el Padre y al Hijo.
4
Donde Ambos moran, Ambos son recordados.
5
Y Donde Ellos están, es el Cielo y hay paz.
6
No creas que puedas cambiar el lugar donde Ellos moran.
7
Pues tu Identidad
2
reside en Ellos, y Donde Ellos están
Tú
3
tienes que estar eternamente.
T29.6 [32] 8
La inmutabilidad del Cielo está
4
en ti, tan profundamente adentro que todas las cosas de este mundo no hacen sino pasar de largo, sin que se noten ni se vean.
9
La aquietada infinitud de una paz sin fin te envuelve afablemente en su cariñoso abrazo, tan fuerte y quieta, tranquila en el poder de su Creador, que nada puede perturbar al sagrado Hijo de Dios que se encuentra dentro de ti.
10
El papel que el Espíritu Santo te asigna a ti, que sirves al Hijo de Dios
5
y que quieres verlo despierto y alegrarte por ello, es el siguiente:
11
Él forma parte de ti, y tú de él,
porque
él es el Hijo de su Padre y no por
ningún
otro propósito que tú puedas ver en él.
12
No se te pide otra cosa sino que
aceptes
lo que es inmutable y eterno en él, pues
tu
Identidad, está ahí.
13
La paz en ti sólo
puedes
encontrarla en él
6
.
14
Y cada pensamiento de Amor
7
que le ofrezcas no hace sino acercarte más a tu despertar a la eterna Paz y a la infinita Alegría.
T29.6 [33] 15
Este sagrado Hijo de Dios es como tú: el reflejo del Amor de su Padre por ti, el afable recordatorio del Amor de su Padre mediante el cual fue creado, y que todavía mora en él, al igual que en ti.
16
Quédate muy quieto, y oye en él la Voz de Dios, y deja que Ella te diga cuál es la función
8
de él.
17
Pues él fue creado
9
para que
pudieses
ser completo, pues sólo los que son completos pueden formar parte de la Completitud
10
de Dios, la Cual Te creó.
|
|
1
El
residuo bendito
es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad. Ver
T5.7 [60] 7
2
Identidad
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el único Hijo de Dios, en Quien todos, como Almas, somos realmente Uno, y Quien es Uno con Dios. En minúscula, es la
identidad
del ego. Pero cuando decidimos pensar y percibir con el Espíritu Santo, nuestra identidad se convierte en el reflejo aquí de la Identidad de Cristo, el Hijo único de Dios. Ver
T7.10 [97], T20.9, LTE.14 (-L351)
3
Tú
, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas es Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios. En minúscula,
tú
, cuando decides pensar con el Espíritu Santo y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver
T8.4 [20], T23
4
… realmente
5
… a la otra o al otro que has estado tratando de perdonar…
6
… ya que su Alma y La tuya son exactamente iguales, perfectas y eternas, Una, con todas Las demás, en el Alma única del único Hijo de Dios que son realmente todos los que fueron, son y serán,
7
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T20.6 [38], L46, L67, L68, L195
8
Nuestra
verdadera función
es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada
únicamente
a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompleción. Ver
T18.6 [45] T20.5 [32, L62, L64, L65, L66, L99
9
… por Dios en un Pensamiento de Amor, en la
Unicidad
que, con mayúscula es, en el eterno Presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
10
La
Completitud
, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, la
completitud
es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestra mente en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Ver
T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
|
|
T29.6
LA MORADA QUE NO CAMBIA
pár 34-37
|
|
T29.6 [34] 18
El único presente que te pide el Padre es que veas en toda creación
11
, únicamente la esplendorosa gloria
12
, del Don
13
que Te dio.
19
Mira a Su Hijo, Su perfecto don, en quien su Padre realmente brilla eternamente y a quien toda creación le es dada como propia.
20
Y
puesto que
la posee, te es dada a ti, y allí donde reposa en él tú ves
tu
paz.
21
La calma que te rodea mora en él, y
de
esa quietud emanan los sueños felices en los que las manos de ustedes se unen en la inocencia,
22
porque éstas no son las manos que agarran en los sueños de dolor.
23
No están empuñando ninguna espada, pues han abandonado su apego a todas las vanas ilusiones del mundo.
24
Y, al estar vacías, reciben a cambio la mano de un hermano en la que yace la compleción
14
.
T29.6 [35] 25
Si conocieses la gloriosa meta
15
que se halla más allá del perdón, no te aferrarías a ningún pensamiento, por muy leve que parezca ser su roce con la maldad.
26
Pues comprenderías cuán grande es el costo que supone conservar cualquier cosa que Dios no dio a las mentes que pueden dirigir la mano para bendecir, y llevar al Hijo de Dios a la morada de su Padre.
27
¿No te
gustaría
ser amigo de él, que fue creado por su Padre como Su morada?
28
Si Dios lo considera digno de Sí Mismo, ¿lo
atacarías
con las manos del odio?
29
¿Quién que pone sus ensangrentadas manos sobre el propio Cielo podría esperar encontrar la paz de Éste?
30
Tu hermano cree que está sujetando la mano de la muerte.
31
Pero no le creas.
32
Aprende, más bien, cuán bendito eres tú, que lo puedes liberar sólo con ofrecerle tu paz.
T29.6 [36] 33
Se te ofrece un sueño en el que tu hermano es tu salvador,
no
tu odiado enemigo.
34
Se te da un sueño en el que lo has perdonado por todos sus sueños de muerte: un sueño de esperanza que
compartes
con él, en vez de soñar por tu cuenta sueños de odio y maldad.
35
¿Por qué parece tan difícil compartir este sueño?
36
Porque, a menos que el Espíritu Santo otorgue al sueño su función, fue hecho para odiar y seguirá al servicio de la muerte.
37
Cada forma que adopta pide de alguna manera la muerte a gritos.
38
Y los que sirven al señor de la muerte han venido a adorarlo en un mundo de separación —cada uno con su diminuta lanza y espada oxidada— para cumplir su vieja promesa de morir.
T29.6 [37] 39
Tal es el meollo del miedo
16
en cada sueño que se haya apartado de Aquel Que ve una función diferente para el sueño.
40
Cuando los sueños se
comparten
, pierden la función de atacar y separar, si bien para eso fue concebido cada sueño.
41
No obstante, en el mundo de los sueños no hay nada que permanezca sin la esperanza de cambio y de mejora, pues
no
es ahí donde se encuentra la inmutabilidad.
42
Alegrémonos en verdad de que esto sea así, y no busquemos lo eterno en este mundo.
43
Los sueños de perdón son medios para dejar de soñar con un mundo
externo
a ti.
44
Y conducen finalmente, más allá de
todo
sueño, a la paz de la Vida eterna.
|
|
11
La
Creación
, con mayúscula, es en el Cielo la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en la eterna Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto no existe más nada realmente. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la
creación
es el reflejo de la Creación eterna Que queremos creer que es verdad y que es nuestra verdadera y única Realidad. Cuando pensamos con el ego, no "creamos" sino que "hacemos" según las leyes de este mundo. Ver
T2.1 [5] 16, T14.4 [36] 110, T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
12
… del reflejo aquí
13
Don
con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula,
don
es el reflejo aquí del Don de Dios.
Presente
se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él.
Regalos
son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver
T7.2, T20.6 [38], T26.5 [28], L166
14
La
relación santa
es el reflejo en este mundo de la eterna Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas en Cristo, el único Hijo de Dios, Que Él creó y con Quien es Uno en Su Unicidad, Que es donde realmente estamos y, por lo tanto, es nuestra verdadera Realidad. La relación santa es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les permite alejarse gradualmente de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus, que son la parte de la mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Es un proceso, generalmente largo, que se inicia cuando dos o más personas que han logrado, en un instante santo, perdonarse totalmente una a la otra, se unen en una meta común a favor de otro u otros, a los que también van a querer perdonar. Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere por medio de sus espíritus; finalmente, cuando en instantes santos privilegiados sus mentes experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora piensen, perciban y actúen principalmente con sus espíritus, extendiendo el Amor del Espíritu Santo a todos y a todo, curando así en sus mentes al mundo de los efectos de la separación. Ver
T17.6, T22
15
La
meta
del
Curso
: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
16
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T2.4, T4.5, T5.7, T11.3, T12.3, T21.5, T23.5, T24.7, T27.3
|
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
29
EL DESPERTAR
T29.7
EL PERDÓN Y LA PAZ
38-42
|
|
T29.7 [38] 1
¿Cuán dispuesto estás a perdonar
1
a tu hermano?
2
¿Hasta qué punto deseas la paz
2
en lugar de conflictos interminables, sufrimiento y dolor?
3
Estas preguntas son todas la misma pregunta, aunque formuladas de manera diferente.
4
El perdón
constituye
tu paz, pues en él se encuentra el fin de la separación y del sueño de peligro y destrucción, de pecado y muerte, de locura y asesinato, así como de aflicción y pérdida.
5
Éste es el "sacrificio" que pide la salvación y,
a cambio
, ofrece gustosamente la paz.
T29.7 [39] 6
¡No jures morir, santo Hijo de Dios!
7
Pues eso es hacer un trato que no puedes realmente cumplir.
8
Al Hijo de la Vida no
se
le puede matar.
9
Es inmortal como su Padre.
10
Lo que él realmente es no se puede cambiar.
11
Él es lo único en todo el universo
3
que
tiene
necesariamente que ser uno.
12
A todo lo que
parece
eterno le llegará su fin.
13
Las estrellas desaparecerán, y la noche y el día dejarán de ser.
14
Todas las cosas que van y vienen, las mareas, las estaciones del año y las vidas del hombre; todas las cosas que cambian con el tiempo y que florecen y se marchitan, se irán para no volver jamás.
15
Donde el tiempo ha fijado un final no es donde se encuentra Lo eterno.
16
El Hijo de Dios
4
jamás puede cambiar por lo que los hombres han hecho de él.
17
Será como ha sido y es, pues el tiempo no fijó su destino, ni marcó la hora de su nacimiento ni la de su muerte.
18
El perdón no lo cambiará.
19
No obstante, el tiempo espera el perdón para que las cosas del tiempo puedan desaparecer, ya que no son de ninguna utilidad
5
.
|
|
1
Perdonar
es un proceso que comienza cuando decido que quiero ver al mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad —Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T15.9 [79] 6, T16, T17.7, LTe.1 (- L221)
2
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en la Eternidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.3 [38], T6.6.2, L200
.
3
Universo
, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de la Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto no existe más nada realmente. En minúscula,
universo
puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver
T28.3 [16], T29.7 [39]
4
El
Hijo único de Dios
o Cristo, en Quien todos —como Almas— somos realmente Uno, es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver
T10.5, T10.8, T20.3, T29.9, L163, L191, LTE.14 (-L351)
5
… en el Cielo, Que es Donde todos, como Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, realmente estamos.
|
|
T29.7
EL PERDÓN Y LA PAZ
pár 40-42
|
|
T29.7 [40] 20
Nada sobrevive a su propósito.
21
Si algo fue concebido para morir, morirá, a no ser que se niegue a aceptar ese propósito como suyo.
22
El cambio es lo único que aquí se puede convertir en una bendición, donde
ningún
propósito es fijo, por muy inmutable que
parezca
ser.
23
No creas que
tú
puedes fijar una meta que sea diferente al propósito que Dios ha fijado
para
ti, y establecerla como si fuese inmutable y eterna.
24
Puedes
asignarte un propósito que realmente no es tuyo.
25
Pero
no
puedes deshacerte del poder de cambiar tu pensar, y ver ahí
otro
propósito.
26
Poder cambiar es el mayor don que Dios dio a todo lo que quisieras hacer eterno, para asegurarse de que el Cielo fuese lo
único
que no desapareciese.
T29.7 [41] 27
No
naciste para morir.
28
No puedes
realmente cambiar, ya que tu Función
6
,
ha
sido fijada por Dios.
29
Todas las metas operan en el tiempo y cambian la manera de perpetuarlo,
excepto una
.
30
El perdón no se propone
conservar
el tiempo, sino terminar con él una vez que deje de ser útil.
31
Y ya sin un propósito, desaparecerá.
32
Y donde una vez parecía reinar, ahora se restaura con plena concienciación la Función que Dios estableció para Su Hijo.
33
El tiempo no puede fijar un final para Su logro ni para Su inmutabilidad.
34
Realmente no hay muerte, porque los que viven comparten
7
, la Función que su Creador les asignó.
35
La función de la Vida
8
no puede
ser morir.
36
Tiene que ser la
extensión
de la Vida, para que sea Una de toda y para toda Eternidad,
sin
final.
T29.7 [42] 37
Este mundo te atará de pies y manos y destruirá tu cuerpo
únicamente
si piensas que fue hecho para crucificar al Hijo de Dios.
38
Pues, aunque
era
un sueño de muerte, no tienes por qué dejar que sea eso para ti.
39
Deja que
esto
cambie y todas las cosas en el mundo
tendrán
necesariamente que cambiar también.
40
Pues nada aquí está realmente definido según el
propósito
que tú le ves.
41
¡Qué bello es el mundo cuyo propósito es perdonar al Hijo de Dios!
42
¡Cuán libre de miedo está, y cuán repleto de bendiciones y felicidad!
43
¡Y qué alegría es morar por un tiempo en un lugar tan feliz!
44
Pero no
debemos
olvidar que, en un mundo así, no
transcurrirá
mucho tiempo antes de que la Eternidad venga calladamente a ocupar el lugar del tiempo.
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6
… de crear y amar con Dios
7
… el reflejo aquí de
8
La
Vida
, con mayúscula, es la única Vida que realmente existe, pues fue creada por Dios en el eterno Presente del Cielo o Realidad, en la que todos, sin excepción, como Almas perfectas y eternas, somos Uno en el único Hijo de Dios, Cristo, Que es Uno con Dios en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
vida
quiere decir nuestra vida aquí, sea como reflejo de Nuestra Vida eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo, o de acuerdo con las leyes de este mundo, cuando pensamos con el ego. Ver
T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
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