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T27.9 [79] 16
La serie de aventuras del cuerpo, desde que nace hasta que muere, son el tema de todo sueño que el mundo alguna vez haya tenido.
17
El "héroe" de este sueño jamás cambiará, ni tampoco su propósito.
18
Y aunque el sueño en sí adopta muchas formas y
parece
presentar una gran variedad de lugares y situaciones en los que su "héroe" se encuentra a sí mismo, no tiene sino
un solo
propósito, que se enseña de muchas maneras.
19
Ésta única lección que trata de enseñar a menudo, una y otra vez, es la siguiente: que el cuerpo es
causa
y
no
efecto.
20
Y que
tú
, al ser
su
efecto,
no puedes
ser su causa.
UCSM TEXTO CH 27, VIII
T27.9
EL “HÉROE” DEL SUEÑO
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 295
Hoy el Espíritu Santo
ve a través de mí.
|
L295.1 1
Hoy Cristo
1
pide valerse de mis ojos y de esta manera redimir al mundo.
2
Me pide este presente para poder ofrecerme paz mental y eliminar todo terror y todo dolor
2
.
3
Y a medida que me libro de éstos, los sueños que parecían apoyarse en el mundo desaparecen.
4
La redención
3
tiene necesariamente que ser una sola.
5
Al salvarme yo, el mundo se salva conmigo.
6
Pues todos tenemos que ser redimidos conjuntamente.
7
El miedo se presenta en múltiples formas, pero el Amor es uno.
L295.2 8
Padre mío, Cristo me ha pedido un presente, presente que doy para que me sea dado
9
Ayúdame hoy a usar los ojos de Cristo
4
, y de esta manera, permitir que el Amor del Espíritu Santo bendiga todo lo que yo pueda observar, de modo que Su Amor perdonador descienda sobre mí.
|
1
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45], T1.1.34 [48], T30.6 [63], T31.1 [9]
2
… en mi espíritu, que es la parte de mi mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo.
3
La
redención
es lo que pone fin a la crucifixión del Hijo de Dios cuando, pensando con el Espíritu Santo, perdonamos al otro y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T12.3, M28
4
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad y defensas, y con algo de paz y alegría, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar a otro(s) —aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad— empiezo a perdonar hasta lograr en un instante santo del mundo real, perdonarlo(s) totalmente. En ese instante, voy a experimentar la visión de Cristo, que es la divina experiencia de Amor de la unión con otro(s), visión interior que luego voy a extender a todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
27
EL CUERPO Y EL SUEÑO
T27.9
EL “HÉROE” DEL SUEÑO
77-90
|
T27.9 [77] 1
El cuerpo
1
es el personaje central en el mundo que sueña la mente.
2
Sin él, no
hay
sueño, ni existe sin el sueño en el que actúa como si fuese una persona digna de ser vista y creída.
3
Ocupa el lugar central de cada sueño, lugar donde narra la historia de cómo fue concebido por
otros
cuerpos, cómo vino al mundo
saliendo
del cuerpo que lo gestó, cómo vive por un corto tiempo y muere para unirse en el polvo a otros cuerpos que, al igual que él, también se están muriendo.
4
En el breve lapso de vida que se le ha concedido, busca otros cuerpos que va a considerar amigos o enemigos.
5
Su seguridad es su mayor preocupación;
6
su comodidad, la ley por la que se rige.
7
Trata de buscar el placer y de evitar las cosas que le puedan ocasionar dolor.
8
Pero por encima de todo, trata de enseñarse a sí mismo que sus dolores y placeres son cosas diferentes, y que se
puede
distinguir entre ellos.
T27.9 [78] 9
El mundo que sueña la mente adopta muchas formas, porque el cuerpo intenta
probar
de muchas maneras que es autónomo y real.
10
Se engalana a sí mismo con objetos que compra con pequeños discos de metal o con tiras de papel que, según el mundo proclama, tienen valor y son buenos.
11
Trabaja para obtenerlos, haciendo cosas sin sentido, y luego los despilfarra intercambiándolos por cosas que no
necesita
y que ni siquiera
quiere
para sí.
12
Contrata a
otros
cuerpos para que lo protejan y para que acumulen más cosas sin significado que él pueda llamar suyas.
13
Busca otros cuerpos especiales que puedan
compartir
su sueño.
14
A veces sueña que es un conquistador de cuerpos más débiles que él.
15
Pero, en algunas fases del sueño, él es el esclavo de otros cuerpos que quieren hacerle sufrir y torturarlo.
T27.9 [79] 16
La serie de aventuras del cuerpo, desde que nace hasta que muere, son el tema de todo sueño que el mundo alguna vez haya tenido.
17
El "héroe" de este sueño jamás cambiará, ni tampoco su propósito.
18
Y aunque el sueño en sí adopta muchas formas y
parece
presentar una gran variedad de lugares y situaciones en los que su "héroe" se encuentra a sí mismo, no tiene sino
un solo
propósito, que se enseña de muchas maneras.
19
Ésta única lección que trata de enseñar a menudo, una y otra vez, es la siguiente: que el cuerpo es
causa
y
no
efecto.
20
Y que
tú
, al ser
su
efecto,
no puedes
ser su causa.
T27.9 [80] 21
De esta manera, tú ciertamente
no
eres el soñador, sino el
sueño
.
22
Y, por tanto, deambulas infructuosamente entrando y saliendo de lugares y situaciones que
el sueño
trama.
23
Que esto es todo lo que el
cuerpo
hace es cierto, pues no
es
más que una figura en un sueño.
24
Pero ¿quién va a
reaccionar
ante las figuras de un sueño,
a no ser que
las considere reales?
25
En
cuanto
las vea como lo que realmente
son
, dejarán de
tener
efectos sobre él,
porque
habrá comprendido que fue él quien les
dio
los efectos
que tienen, al causarlos
y
hacer
que pareciesen reales.
T27.9 [81] 26
¿Estás dispuesto a
escapar
de los efectos de todos los sueños que el mundo tenga?
27
¿Es tu deseo
no
permitir que ningún sueño parezca ser la causa de lo que
haces
?
28
Examinemos, pues, el comienzo del sueño, ya que la parte que ves no es sino la
segunda
parte, cuya
causa
se encuentra en la primera.
29
Nadie que esté dormido y soñando en el mundo recuerda el ataque que se infligió a sí mismo
2
.
30
Nadie cree que realmente hubo un tiempo en el que no se sabía nada de cuerpos y en el que no se habría podido concebir que este mundo fuese real
3
.
31
De otro modo, se habría dado cuenta de inmediato de que estas ideas son sólo una ilusión
4
, tan ridículas que no sirven para otra cosa que reírse de ellas.
32
Pero ¡qué serias parecen ser ahora!
33
Y nadie puede recordar aquel entonces, cuando las habría recibido con risas y con incredulidad.
T27.9 [82] 34
Pero sí
podemos
recordarlo, si miramos directamente a su
causa
5
.
35
Y al hacerlo, veremos que son motivo de risa,
no
de miedo.
36
Devolvamos al soñador el sueño del que se desprendió, sueño que percibe como algo que le es
ajeno
y que se le está haciendo a él.
37
En la Eternidad, donde Todo es Uno, se coló una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse.
38
Al haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales
6
.
39
Juntos podemos hacer desaparecer
7
ambas
cosas riéndonos de ellas, y comprender que el tiempo
no
puede entrometerse en la Eternidad.
40
Es
un chiste pensar que el tiempo pueda llegar a circunscribir a la Eternidad, palabra que
quiere decir
que el tiempo no existe.
|
|
1
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
2
… el Hijo de Dios que creía haberse separado de Su Padre y creador…
3
… era, es y será en el eterno Presente: el
Cielo
, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, Una en el Alma única de Cristo, Su Hijo, a saber que nada más existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver
T4.2 [19] 103, T4.4 [41] 3-5, T9.11 [103] 75, L138.
4
Ilusión
es todo lo "hecho" por nuestro ego primordial, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T8.5 [41], T8.7 [68] 113, T16, T21.3 [28] 96 T27.9 [82] 37 y 38
5
Dios, en Su eterna Unicidad, es la única
Causa
y, las Almas que Él creó a Su Semejanza, perfectas y eternas, Una en Cristo, Su Hijo, Su
Efecto
. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
causa
y
efecto
, significa el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y la escasez que rigen este mundo, según las percibimos con nuestros sentidos. Ver
T2.5 [97], T21.3 [25]-[26], T26.8 [60]
6
… tales como la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos han contenido, contienen y contendrán, mientras quede un Hijo de Dios que siga creyendo que está separado.
7
…de la creencia de tu mente
8
… porque tus sentidos así te lo
|
|
T27.9
EL “HÉROE” DEL SUEÑO
pár 83-85
|
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T27.9 [83] 41
Una eternidad en la que se otorga realidad al tiempo; una parte de Dios que puede atacarse a sí misma; un hermano separado al que se considera un enemigo; una mente
dentro de
un cuerpo; todos son aspectos diferentes de un círculo vicioso, cuyo final empieza en su comienzo y concluye en su causa.
42
El mundo que ves describe
exactamente
lo que creíste haber hecho.
43
Excepto que
ahora
piensas que lo que hiciste se te está haciendo a
ti
.
44
La culpa que sentiste por lo que
pensaste
se está colocando
fuera
de ti, y sobre un mundo culpable que sueña tus sueños y piensa tus pensamientos
en vez
de hacerlo tú.
45
Es
su
venganza la que recae sobre ti, no la tuya propia.
46
En
su
sueño,
el mundo
te mantiene confinado estrechamente dentro de un cuerpo, al que castiga por todos los actos pecaminosos que éste comete.
47
Y
no
tienes fuerza para hacer que el cuerpo deje de cometer sus actos malvados, porque tú
no
fuiste su hacedor y, por consiguiente,
no
puedes controlar sus actos, su propósito, ni su destino.
T27.9 [84] 48
El mundo no hace sino demostrar una verdad ancestral:
creerás
8
que otros te hacen a ti
exactamente
lo que tú crees haberles hecho a ellos
9
.
49
Y una vez que
10
te hayas engañado a ti mismo
culpándolos
, no verás la
causa
de sus actos,
porque quieres
que la culpa
11
recaiga sobre ellos
12
.
50
¡Qué infantil es la petulante maniobra de querer defender tu inocencia descargando tu culpa
fuera
de ti, aunque
nunca
sin deshacerte de ella!
51
No es fácil percibir esta farsa cuando lo que tus ojos ven a tu alrededor son sus graves consecuencias, pero
sin
su frívola causa.
52
Si no se ve la causa, los efectos de ésta parecen ciertamente ser graves y tristes.
53
No obstante, no son más que consecuencias.
54
Es su
causa
la que sigue a lo que no es nada, a lo que no es otra cosa que una farsa.
T27.9 [85] 55
Sonriendo tranquilamente, el Espíritu Santo percibe la causa, y
no
presta atención a los efectos.
56
¿De qué otra manera podría corregir
tu
error, cuando has
pasado
enteramente
por alto
a la causa
13
?
57
Él te exhorta a que lleves todo efecto terrible ante Él para que,
juntos
, miren su insensata causa y se rían de ella por un buen rato.
58
Tú
juzgas los efectos, pero
Él
ha juzgado su
causa
14
.
59
Y mediante Su juicio se eliminan los efectos.
60
Tal vez vengas llorando, pero óyele decir: "Hermano mío, santo Hijo de Dios, observa tu inútil sueño, en el que esto podía ocurrir", y saldrás del instante santo con tu risa y la de tu hermano en los labios,
unidos
a la risa de Él.
|
|
9
… aquí se hace hincapié en la "creencia" de lo que tu mente ha corroborado como aparentemente cierto…
10
… según el pensar del Espíritu Santo
11
La
culpa
o
culpabilidad
, aquí, cuando pensamos con el ego, es el sentimiento de haber faltado contra las normas que a lo largo de su vida según sus reflexiones, creencias y experiencias, cada uno ha considerado relevantes. En el Cielo no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas Una en el Alma de Su único Hijo, en el eterno Presente de Su perfecta Unicidad. En cambio, aquí reina la imperfección del ego y de sus obras: el tiempo, el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y de la escasez. Cuando creemos que ésa es nuestra realidad, sentimos culpabilidad por no estar a la altura de la perfección relativa que anhelamos. Pero cuando aceptamos el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente somos esas Almas perfectas y eternas que son Una con el Hijo y, por lo tanto, que no nos hemos separado de Dios. También, en nuestras mentes que ahora piensan con el Espíritu Santo, queremos ver las faltas imperdonables como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros, y de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos y hacemos en el Cielo, a saber: Almas que son Una en el Hijo, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu
12
… ya que todos son individualidades compitiendo unas contra otras por sobrevivir y por apropiarse de las relativamente escasas coas "buenas" que ofrece este mundo según las leyes de la evolución y escasez.
13
… que eres tú mismo, como el único Hijo de Dios, pero que cree estar separado de Dios y de todos los demás…
14
Juzgar
es el complemento de la percepción del ego en el proceso fundamental para sobrevivir en la realidad de este mundo —mientras nuestro cuerpo viva en él— por el cual interpretamos y luego juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, proceso que culmina con nuestra decisión en cuanto a lo que son o cómo son las cosas, cuáles son potencialmente favorables y/o valiosas y cuáles peligrosas y/o culpables.
(T3.7 [57] 42-46)
Cuando aplicamos este proceso a personas, decidimos cuáles merecen que entremos con ellas en una relación especial, cuáles nos son indiferentes, y cuáles merecen castigo. El juzgar a tiempo nos protege y mantiene a salvo, aunque también establece separaciones, culpa, miedo y la carga imposible de tratar de actuar como Dios.
(M10.6)
Pero juzgar no es nuestra función,
(T14.6 [49] 25-27)
pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada nos lleva al conocimiento. Él no observa otra cosa que la diferencia que hay entre el reflejo aquí de la Realidad y las ilusiones de este mundo.
(M8.6)
Cuando habiendo aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido milagros, pensemos y percibamos acertadamente con el Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar lo más posible que aquí sea el reflejo de la Realidad. Ver
T3.8, T4.5 [64], T29.10 [62]-[63], M10, M15
|
|
T27.9
EL “HÉROE” DEL SUEÑO
pár 86-88
|
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T27.9 [86] 61
El secreto de la salvación no es sino éste:
tú
eres el que te estás haciendo esto
a ti mismo
15
.
62
Sea cual sea la forma del ataque, eso
sigue
siendo verdad.
63
Sea quien sea quién desempeñe el papel de enemigo y quién el de agresor, eso
sigue
siendo verdad.
64
Sea cual sea la que parece ser la causa de cualquier dolor o sufrimiento que sientas, eso
sigue
siendo verdad.
65
Pues no reaccionarías en absoluto
16
ante las figuras de un sueño si supieses que eres
tú
el que lo está soñando.
66
Por muy odiosas y depravadas que puedan ser esas figuras, no
tendrían
efectos sobre ti
17
si te dieses cuenta de que se trata tan sólo de
tu propio
sueño.
67
Basta con que aprendas esta única lección para que te liberes
18
de todo sufrimiento,
sea cual sea
la forma en que éste se manifieste
19
.
T27.9 [87] 68
El Espíritu Santo repetirá esta
única
lección de liberación para todos, hasta que la aprendas,
independientemente
de la forma de sufrimiento que te esté ocasionando dolor.
69
Cualquiera que sea el dolor que lleves ante Él, esta sencilla verdad será Su respuesta.
70
Pues esta única respuesta
elimina
20
la
causa
de cualquier forma de pesar o dolor.
71
La forma no afecta a Su respuesta en absoluto, pues Él quiere enseñarte cuál es la
única
causa de todos ellos, sin importar
cuál sea
su forma.
72
Y comprenderás que los milagros
21
reflejan esta sencilla afirmación:
T27.9 [88]
"Yo
22
hice esto, y esto
23
es lo que quiero deshacer".
|
|
15
… por creer —pensando con tu ego— que el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen, incluyendo esta pizca de polvo cósmico que llamamos tierra, incluyendo tu cuerpo y el de los demás y todo lo que les sucede aquí es verdad, es la realidad…
16
… como si fueran de vida o muerte
17
… que todavía crees que eres tu cuerpo
18
… en tu mente de estar creyendo en la realidad
19
Nuevamente, mientras nuestro cuerpo viva aquí —al igual, por ejemplo, del de Jesús de Nazareth— nuestros sentidos nos seguirán informando hasta la muerte del cuerpo, de lo que le está sucediendo a nuestro cuerpo. De lo que nos vamos a librar, si logramos tener fe, es que somos nuestros cuerpos, cuando realmente somos todos —los que fuero, son y serán— Almas perfectas y eternas, Uno en el Alma única del único Hijo de Dios, Quien es Uno con Él en el eterno Presente de Su Unicidad…
20
… en nuestra mente
21
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta
del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
22
… creo que
23
… esta creencia en la realidad del ego,
|
|
T27.9
EL “HÉROE” DEL SUEÑO
pár 89-90
|
|
T27.9 [89] 73
Así, pues, lleva toda forma de sufrimiento ante Aquel Que sabe que cada una de ellas es igual a las demás
24
.
74
Él
no
ve diferencias donde no las hay, y te enseñará cuál es la
causa
de cada una
25
.
75
Ninguna tiene una causa
diferente
a las demás, y
todas
se deshacen fácilmente
26
mediante
una sola
lección bien aprendida.
76
La salvación
27
es un secreto, pero sólo porque te lo has ocultado a ti mismo.
77
El Universo
28
la proclama,
78
pero tú no prestas atención a Sus testigos,
79
porque dan fe de lo que tú no
quieres
conocer.
80
Parecen
ocultártelo.
81
No obstante, sólo necesitas aprender que fuiste tú quien decidió
no
escuchar
ni
ver.
82
¡Qué diferente te parecerá el mundo cuando lo reconozcas!
83
En efecto, cuando perdones
29
al mundo
tu
culpa,
te
liberarás de ella.
84
La inocencia del mundo
no
exige que tú seas culpable, ni que
tu
inculpabilidad
30
se base en
sus
pecados.
T27.9 [90] 85
Esto es lo obvio, y no es un secreto para nadie sino para ti.
86
Y esto es lo que te ha mantenido
separado
del mundo y lo que ha mantenido a tu hermano
separado
de ti.
87
Ahora, sólo necesitas aprender a saber si
ambos
son inocentes
o
culpables.
88
Lo que es realmente imposible
31
es que sean
diferentes
uno del otro y que, siendo diferentes, sea verdad que son
dos
.
89
Éste es el único secreto que aún te queda por aprender.
90
Y cuando lo hayas aprendido,
no
será un secreto que te has curado.
|
|
24
… en cuanto que todas son el mismo sueño…
25
… tu creencia en esta realidad del ego que ahora, quieres creer que fue causada por la separación
26
… en la mente y, con un poco de práctica, en lo que se quiere creer y, con las experiencias de extender milagros, en creer…
27
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez, queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T11, T31, L96, L186, LTe.2 (-L231)
28
Universo
, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de la Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto no existe más nada realmente. En minúscula,
universo
puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver
T28.3 [16], T29.7 [39]
29
Perdonar
es un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad, y defensas, y con algo de paz y alegría; decido que quiero ver al mundo de otra manera, y para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad — Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T16, T17.7, T29.7, L121. L122, LTe.1 (-221)
30
Inculpabilidad
significa la condición de estar libre de culpabilidad. En el
Curso
, "inculpabilidad" y "estar libre de culpa o de culpabilidad" son sinónimos. La
Inculpabilidad
, con mayúscula, es del Cielo, donde al ser todos Almas perfectas y eternas, Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, la culpa no tiene cabida y, en minúscula, es Su reflejo aquí. Ver
T11.10, T13.8, T14.2
31
… en el eterno Presente de la
Unicidad
, en la que Dios está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia.
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COURSE IN MIRACLES SOCIETY
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