El instante sa
del significado
de toda relación
y de toda situación,
cuando se ven
como un todo.
gráfico por
©Deposit Photos
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T17.9 [74] 1 El instante santo
1 no es más que un caso especial, o un ejemplo extremo, de lo que
debería ser
toda situación.
2 El significado que el propósito del Espíritu Santo ha dado al instante santo, se lo da también a
toda situación.
3 El instante santo llama a suspender la falta de fe —que se tiene pero que ahora no se va a utilizar— para que la fe pueda responder al llamamiento de la Verdad.
4 El instante santo es el brillante ejemplo, la demostración clara e inequívoca del significado de
toda relación y de
toda situación,
cuando se ven como un todo.
5 En efecto, en el instante santo, la fe ha
aceptado todos los aspectos de la situación, y la falta de fe no ha podido imponer a la relación
ninguna exclusión.
6 El instante santo constituye una situación de perfecta paz, simplemente porque
has dejado que la relación sea lo que realmente es.
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CH 17.
EL PERDÓN Y LA CURACIÓN
17.9
LAS CONDICIONES DEL PERDÓN
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 196
No es sino a mí mismo
1
a quien crucifico
2
.
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L196.1 1 Cuando hayas comprendido esto a fondo y lo conciencies plenamente
3 ya no intentarás hacerte daño ni hacer de tu cuerpo un esclavo de la venganza
4.
2 No te atacarás a ti mismo y te darás cuenta de que atacar a otro sería atacarte a ti mismo.
3 Te liberarás de la creencia demente de que, al atacar a tu hermano, tú te salvas.
4 Y comprenderás que su seguridad es la tuya y que, al curarse él, te curas tú
5.
L196.2 5
Al comienzo, tal vez no comprendas cómo es posible que la compasión, que es ilimitada y envuelve todas las cosas en su segura protección, pueda hallarse en la idea que hoy practicamos.
6
De hecho, esta idea puede parecerte como una señal de que es imposible eludir el castigo, ya que el ego, ante lo que considera una amenaza, no vacila en citar la Verdad para salvaguardar sus mentiras.
7
No obstante, es incapaz de entender la Verdad que usa de tal manera.
8
Pero tú puedes aprender a detectar estas insensatas maniobras y negar el significado que parecen tener.
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1
... por que como Cristo que realmente soy, mi Alma es Una con todas las demás Almas en el Alma única del Hijo de Dios, en el eterno Presente de la Unicidad, Donde no hay individualidades separadas unas de otras y en continuo conflicto por apoderarse de las escasas y transitorias cosas “buenas” en el mundo del ego…
2
... cuando pensando con el ego ataco a otro.
3
... después de haber aceptado el Redimir para ti mismo, haber perdonado y extendido milagros al otro y a los otros,
4
... porque estarás pensando con el Espíritu Santo, que sólo sabe de Amor.
5
Curar
(o
curación
como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo,
curar
es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el
Redimir
para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a
perdonar
y a
extender milagros
, entablando así
relaciones santas
con todos. Este proceso llevará nuestra mente a los instantes santos del
mundo real
y a la unión con todas las demás mentes en la
experiencia de Cristo
. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la
Realidad
Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver
T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
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L E C C I Ó N 196
pár
3-5
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L196.3 9 De esta manera, también le enseñas a tu mente que no eres un ego
6.
10 Pues las formas con las que el ego querría distorsionar la Verdad ya no te seguirán engañando.
11 No vas a seguir creyendo que eres un cuerpo que tiene que ser crucificado.
12 Y en la idea de hoy, verás la luz de la resurrección
7, brillando más allá de todos los pensamientos en los que se crucifica y se muere, iluminando los pensamientos en los que hay libertad
8 y Vida
9.
L196.4 13 La idea de hoy es el primer paso que nos conduce desde el cautiverio al estado del reflejo aquí de la perfecta Libertad.
14 Demos este primer paso hoy, para poder recorrer rápidamente el camino que nos muestra la salvación
10, dando cada paso en la secuencia señalada a medida que la mente se va desprendiendo de sus lastres uno por uno.
15 No necesitamos tiempo para esto,
16 sino únicamente estar dispuestos a hacerlo.
17 Pues lo que parece requerir cientos de años, puede lograrse fácilmente —por la gracia de Dios— en un solo instante.
L196.5 18
El pensamiento desesperante y deprimente de que puedes atacar a otros sin que ello te afecte te ha clavado a la cruz.
19
Tal vez pensaste que era tu salvación.
20
Pero sólo representaba la creencia de que el miedo a Dios era real.
21
¿Y qué es esto sino el infierno?
22
¿Quién puede creer que su Padre es su enemigo mortal, Que se encuentra separado de él, a la espera de destruir su vida y obliterarlo del universo sin que su corazón tenga miedo del infierno?
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6
El
ego es
—en el eterno Presente de la de la
Unicidad de Dios,
donde nuestras
Almas
perfectas están unificadas como Una en
Cristo
, Su único Hijo—el
pensar individual
que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez;
es
la substitución de la
Verdad
por la
ilusión
, de lo Infinito por lo temporal, de la
Vida
por la
muerte
, de la
Completitud
por la
fragmentación
;
es
la
voluntad egoísta
opuesta a la
Voluntad de Amor
de Dios;
es
la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en
relaciones especiales,
compite caótica e interminablemente hasta la muerte del
cuerpo
. Ver
T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
7
Ver
M28, T6.2 [10], T10.5 [59], T10.7 [62], T19.5.4.1, T208
8
Libertad
con mayúscula es, en la eterna Unicidad,
la libre Voluntad de Dios de Amar o crear
, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados.
Aquí
, en minúscula,
libertad
, cuando
pienso "nos" con el Espíritu Santo
, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para
amar sin excepción y por igual a todos
, como reflejo de la Unicidad; y,
cuando pienso con el ego
, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver
T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206))
9
La
Vida
, con mayúscula,
es la única Vida que realmente existe
, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su
Unicidad
, en la que todos, sin excepción, como
Almas
perfectas unificadas como Una en
Cristo
, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
vida
quiere decir nuestra vida aquí, sea como
reflejo de Nuestra Vida
eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o,
de acuerdo con las leyes de este mundo
, cuando pensamos con el ego. Ver
T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
10
La
salvación es
el proceso de
deshacer la separación que nunca fue
, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez;
es
querer creer en el
eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios
, en Cuya
Unicidad
estamos realmente todos, como
Almas
perfectas unificadas como
Una en Cristo
, el Hijo único de Dios;
es
ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo;
es
aceptar el
Redimir
para nosotros mismos;
es
perdonar
al otro y a los demás y
extender los milagros
que nos sugiera el Espíritu Santo;
es
entablar
relaciones santas
y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver
T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
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L E C C I Ó N 196
pár
6-8
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L196.6 23 Tal es la forma de la locura
11 en la que crees, si aceptas el temible pensamiento de que puedes atacar a otro y tú quedar libre.
24 Hasta que no cambies esta forma de locura, no habrá esperanzas.
25 Hasta que no te des cuenta de que esto, al menos, tiene que ser completamente imposible
12, ¿cómo va a haber escapatoria?
26 El miedo a Dios es real para todo aquel que piensa que ese pensamiento es verdad
27 y, por ello, no sólo no percibirá la insensatez de este pensamiento, sino que ni siquiera se dará cuenta de que está ahí, lo cual le hubiese permitido cuestionarlo.
L196.7 28 Para siquiera poder cuestionarlo, primero hay que cambiar su forma lo suficiente como para que el miedo a las represalias disminuya y la responsabilidad vuelva en cierta medida a recaer sobre ti
13.
29 A partir desde ahí, al menos podrás considerar si quieres o no seguir adelante por ese doloroso sendero.
30 Pero, mientras no hagas este cambio, no podrás percibir que son únicamente tus pensamientos los que te meten miedo y que tu liberación depende de ti.
L196.8 31
Si hoy das este paso, los que siguen te resultarán más fáciles.
32
A partir de aquí avanzaremos rápidamente,
33
pues una vez que entiendas que nada, salvo tus propios pensamientos, te puede hacer daño, el miedo a Dios tendrá necesariamente que desaparecer.
34
Entonces no podrás seguir creyendo que la causa de tu miedo se encuentra fuera de ti.
35
Y podrás acoger de nuevo a Dios, a Quien habías pensado desterrar, en la santa mente que Él realmente nunca abandonó.
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11
Demencia o locura
, según el Curso, es el sistema de pensamiento del ego que parte de la creencia que la realidad es la del tiempo y del espacio, regidos por las leyes de la evolución y escasez, que percibimos con nuestros sentidos. Ver
T6.6.2 [76]
12
… en el eterno Presente de la Unicidad, que es Donde todos, como Almas unificadas como Una en Cristo, realmente estamos…
13
…
Dios no tiene NADA que ver con el mundo
,
pero, tú sí
, ya que fue tu ego primordial quien lo "hizo", producto de aquella
diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta
—pero sin perder el Amor que Dios ahora le daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido,
ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales
, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo y, aparentemente, casi al infinito, todo eso regido por las leyes de la evolución y escasez.. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
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L E C C I Ó N 196
pár
9-12
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L196.9 36 El canto de la salvación puede ciertamente oírse en la idea que practicamos hoy.
37 Si sólo puedes crucificarte a ti mismo, entonces no le hiciste nada al mundo y, por lo tanto, no tienes que temer su venganza ni su persecución.
38 Tampoco es necesario que te escondas lleno de terror del miedo mortal a Dios que la proyección oculta tras de sí.
39 Lo que más pavor te da es tu salvación.
40 Tú eres realmente fuerte, y fuerza es lo que quieres.
41 Tú eres realmente libre, y estás contento por tu libertad.
42 Has tratado de ser a la vez débil y cautivo, porque le tenías miedo a tu fuerza y a tu libertad.
43 Sin embargo, tu salvación radica en ellas.
L196.10 44 Hay un instante en que el terror parece apoderarse de tu mente de tal manera que no parece haber la más mínima esperanza de que puedas escapar.
45 Cuando te des cuenta, de una vez por todas, de que es a ti mismo a quien le tienes miedo, tu mente se percibirá a sí misma dividida.
46 Esto se te había ocultado, mientras creías que podías lanzar ataques hacia fuera y que éstos podían ser devueltos de fuera a dentro.
47 Parecía que había un enemigo externo al que tenías que temer.
48 Y, de esta manera, un dios externo a ti se convirtió en tu enemigo mortal y en la fuente de tu miedo
14.
L196.11 49 Ahora, por un instante, percibes en tu fuero interno a un asesino que ansía tu muerte
15, con todas las intenciones de conspirar contra ti hasta que por fin pueda matarte.
50 No obstante, ese mismo instante es el momento en que también te llega la salvación.
51 Pues ya no le tienes miedo a Dios
52 y, por consiguiente, puedes apelar a Él para que te salve de las ilusiones por medio de Su Amor, llamándolo Padre y llamándote a ti mismo Su Hijo.
53 Reza para que este instante llegue pronto, hoy mismo.
54 Aléjate del miedo y dirígete al Amor.
L196.12 55
No hay un solo Pensamiento de Dios que no vaya contigo para ayudarte a alcanzar ese instante e ir más allá de él rápidamente, con certeza y para siempre.
56
Cuando el miedo a Dios haya desaparecido, no quedará obstáculo alguno entre la santa Paz de Dios y tú.
57
¡Cuán bondadosa y misericordiosa es la idea que hoy practicamos!
58
Acógela gustosamente, como debes hacerlo, pues es tu liberación.
59
Es a ti a quien tu mente trata de crucificar.
60
Pero tu redención
16
también procederá de ti.
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14
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras.
Pero cuando has aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado y extendido los milagros que te ha sugerido el Espíritu Santo y, con la visión de Cristo, aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda
, Él te enseñará que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
15
Cuando pensamos con el ego, la
muerte
es el final de la vida aquí
, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma
el hecho de que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia…
Pero, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
queremos creer
que la
muerte
no es nada y, cuando nuestro cuerpo haya fallecido y, con él, nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que, como Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, seremos Uno con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad, en perpetua Armonía y alegre Concordia. Ver
T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
16
La
redención
es lo que
pone fin a la crucifixión del Hijo de Dios
cuando,
pensando con el Espíritu Santo, perdonamos al otro y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo.
Ver
T12.3, M28
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
17
EL PERDÓN Y LA CURACIÓN
T17.9
LAS CONDICIONES DEL PERDÓN
pár 65-73
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T17.9 [74] 1 El instante santo
1 no es más que un caso especial, o un ejemplo extremo, de lo que
debería ser
toda situación.
2 El significado que el propósito del Espíritu Santo ha dado al instante santo, se lo da también a
toda situación.
3 El instante santo llama a suspender la falta de fe —que se tiene pero que ahora no se va a utilizar— para que la fe pueda responder al llamamiento de la Verdad.
4 El instante santo es el brillante ejemplo, la demostración clara e inequívoca del significado de
toda relación y de
toda situación,
cuando se ven como un todo.
5 En efecto, en el instante santo, la fe ha
aceptado todos los aspectos de la situación, y la falta de fe no ha podido imponer a la relación
ninguna exclusión.
6 El instante santo constituye una situación de perfecta paz, simplemente porque
has dejado que la relación sea lo que realmente es.
T17.9 [75] 7
Esta sencilla cortesía es todo lo que el Espíritu Santo te pide:
8
deja que la Verdad
2
sea lo que realmente es.
9
No te opongas a Ella, no La ataques ni interrumpas Su venida.
10
Déjala que considere
cada
situación como un todo, y que te traiga paz.
11
Ni siquiera se te pide que tengas fe, pues la Verdad no pide nada.
12
Déjala que entre, y despertará y asegurará para ti la fe que necesitas para tener paz.
13
Pero no te alces
contra
Ella, pues enfrentada a
tu
oposición
no podría
hacer acto de presencia.
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1
El
instante santo,
aquí, en
tu fuero interno
, es la experiencia del reflejo del
eterno Presente de la Unicidad de Dios,
en la que tu Alma quiere unirse al Alma del otro, a quien estás tratando de perdonar. El proceso se inicia cuando ordenas a tu cerebro aquietarse, de manera que, durante ese instante, pares el continuo diálogo interno de tu "yo", "yo", "yo". Luego, en el silencio que sigue, te liberas tanto de la culpa y su pasado como del miedo que trae la inseguridad del futuro. Cuando logras perdonarlo, las dos
Almas se unen en la experiencia de Cristo
en el
mundo real
, experiencia en la que todas las Almas —por ser igualmente perfectas y eternas— se unifican en la única Alma que realmente existe: La del Hijo único de Dios, que realmente somos nosotros. Por eso,
el instante santo no puede ser para ti solo
. Eso va a permitir a los impulsos amorosos del Espíritu Santo emerger a tu consciente, los cuales, en forma de milagros, vas a querer extender a la(s) persona(s) que has perdonado. Ver
T15.5 a T15.9, L106, L109, L125, L157, L182, L189
2
Las
condiciones
de la
Verdad
, con mayúscula, según el
Curso
, son
querer creer
que:
1)
Dios existe, es perfecto y eterno
, y
en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos
—sin excepción y a Su Semejanza—
Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo
, Su único Hijo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro
en el eterno Presente de Su Unicidad
;
2)
Dios no creó más nada
.
3)
Por eso,
nada
de Ésta, Nuestra verdadera Realidad,
puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe
.
4)
En esto radica
aquí
,
la paz de Dios
. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.88
|
|
T17.9
LAS CONDICIONES DEL PERDÓN
pár
76-77
|
|
T17.9 [76] 14 ¿Es que no
quieres hacer de
toda situación un instante santo?
15 Pues ése es el presente de la fe, que se da libremente dondequiera que la falta de fe se deja a un lado,
sin usar.
16
Así, el poder
3 del propósito del Espíritu Santo puede utilizarse libremente en su lugar.
17 Este poder transforma
instantáneamente todas las situaciones en un único medio seguro y continuo para
establecer Su propósito, y
demostrar aquí Su realidad
4.
18 Lo que se ha
demostrado ha llamado a la fe, y ésta ha sido
dada.
19 Ahora, lo que se ha demostrado se convierte en un hecho
5, del que ya no se puede
negar la fe.
20 La tensión que conlleva
rehusar la fe a la Verdad es enorme, y mucho mayor de lo que te das cuenta.
21 Pero
responder a la Verdad con fe no entraña tensión alguna.
T17.9 [77] 22
A ti, que te has
dado cuenta
de la llamada de tu Redentor
6
, la tensión que conlleva
no
responder a Su llamada te
parece
ser
mayor
que antes.
23
Pero no es así.
24
La resistencia siempre estuvo ahí, pero se la atribuías
a otra cosa
, creyendo que esa "otra cosa" era la que la
producía
.
25
Pero eso
nunca
fue verdad.
26
Pues lo que esa "otra cosa" producía era pesar y depresión, enfermedad y dolor, tinieblas y vagas imaginaciones de terror, escalofriantes fantasías de miedo y abrasadores sueños infernales.
27
Y todo ello no era más que la intolerable tensión que te producía por negarte a depositar la fe en la Verdad y, así, ver su evidente realidad
7
.
|
|
3
Poder,
con mayúscula, significa el
Poder de Dios para crear o amar en el Cielo
, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula,
poder
—si estás
pensando con el ego
— significa el
poder físico y/o psicológico del ego
para hacer cosas y, si en vez, estás
pensando con el Espíritu Santo
,
poder
quiere decir
el reflejo aquí del Poder
de crear o amar de Dios y de Su Hijo. Ver
T2.1 [15], T4.5 [63], T7.4 [24] y [25], T27.4
4
… el reflejo aquí de su eternal Realidad.
5
… de lo que ahora creo: Un
hecho
es literalmente un "hacer" o un comienzo, es lo que es real para ti de acuerdo con tus creencias. Si, cuando piensas con el Espíritu Santo, has decidido creer en lo que enseña el
Curso
, entonces,
Hecho
, con mayúscula, es Lo que es eterno: La Realidad, Lo que Dios ha creado, la Unicidad, el Cielo, etc.; y en minúscula,
hecho
es el reflejo aquí del Hecho eterno. Pero, cuando piensas con el ego, hecho es simplemente lo que sucede aquí según él lo perciba. Ver
T8.10 [102]
6
… el Espíritu Santo,
7
… como el reflejo aquí de Nuestra eterna Realidad: La
Realidad
, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son:
Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo
. En minúscula,
realidad
significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego.
Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo
, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al
mundo real
, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver
T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
|
|
T17.9
LAS CONDICIONES DEL PERDÓN
pár
78-79
|
|
T17.9 [78] 28 Tal fue la crucifixión del Hijo de Dios
8.
29 Su falta de fe le ocasionó todo eso.
30 Piénsalo muy bien antes de permitirte usar tu falta de fe contra él.
31 Pues él
ha resucitado realmente, y
tú has aceptado la causa de su despertar
como tuya.
32 Has asumido la parte que te corresponde en su redención
9, y ahora eres completamente responsable ante él.
33 No le falles ahora, pues te ha sido dado comprender lo que tu falta de fe en él
tiene necesariamente que significar para
ti.
34 Su salvación
10
es realmente tu único propósito.
35 Ve
sólo esto en
cada situación, y cada una de ellas se
convertirá en un medio que
traerá sólo eso.
T17.9 [79] 36
Cuando aceptaron la Verdad como la meta de su relación, se convirtieron en dadores de paz tan irremediablemente como que su Padre
les
dio la paz a
ustedes
11
.
37
Pues la meta de la paz
12
no puede
aceptarse sin
las condiciones de la Verdad, y ustedes tuvieron fe en Ella, pues nadie acepta lo que
no
cree que es
real
.
38
Vuestro propósito
13
no ha cambiado
ni
cambiará
, pues aceptaron Lo que
nunca
puede cambiar
14
.
39
Y ahora no pueden
retener
nada que necesite la Verdad para
ser
eternamente inmutable.
40
La liberación
15
de ustedes es segura.
41
Den tal como han recibido.
42
Y demuestren que se han elevado
muy
por encima de
cualquier
situación que pudiese retenerlos y mantenerlos
separados
de Aquel Cuya llamada respondieron.
|
|
8
… “¡Padre!, ¿Padre!, ¿por qué me has abandonado…?”
9
La
redención
es lo que
pone fin a la crucifixión del Hijo de Dios
cuando,
pensando con el Espíritu Santo, perdonamos al otro y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo.
Ver
T12.3, M28 8
10
La
salvación es
el proceso de
deshacer la separación que nunca fue
, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez;
es
querer creer en el
eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios
, en Cuya
Unicidad
estamos realmente todos, como
Almas
perfectas unificadas como
Una en Cristo
, el Hijo único de Dios;
es
ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo;
es
aceptar el
Redimir
para nosotros mismos;
es
perdonar
al otro y a los demás y
extender los milagros
que nos sugiera el Espíritu Santo;
es
entablar
relaciones santas
y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver
T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
11
… porque se convirtieron uno en Cristo.
12
Paz
, con mayúscula, es
el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad
por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula,
cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo
,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo.
Pero cuando pensamos con el ego
,
paz
es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
13
La
meta
del
Curso
:
es
aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego
, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos;
es
—por medio del perdón y de la extensión de milagros—
reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo
, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad;
es
liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios
, de la Que realmente nnca nos hemos separado;
es
buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor
que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación;
es
aprender a dar paz para tener paz
, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T17.7, T17.8, T22.7 [51], T31.2 [23], L127.6, L131.2
14
… que realmente somos Almas eterna y perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, y como Tal, somos Uno con Dios, Nuestro Padre y Creador, en Su eterna Unicidad, Donde sólo se sabe de Amor, Paz y Alegría Que no son de este mundo.
15
Libertad
con mayúscula es, en la eterna Unicidad,
la libre Voluntad de Dios de Amar o crear
, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados.
Aquí
, en minúscula,
libertad
, cuando
pienso "nos" con el Espíritu Santo
, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para
amar sin excepción y por igual a todos
, como reflejo de la Unicidad; y,
cuando pienso con el ego
, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver
T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
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