Un Curso Sobre Milagros
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Nada real puede ser amenazado.
Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios.
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Eres parte de Él, Quien es35 todo poder y gloria y, por consiguiente, eres realmente tan ilimitado como Él.
gráfico por ©Deposit Photos
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T8.3 [14] 44 La Voluntad de Dios no tiene límites32 y, por eso, todo poder y gloria33 residen en Ella. 45 Es ilimitada en fuerza, Amor y paz. 46 Carece de límites, porque Su extensión es ilimitada y abarca todas las Cosas34 porque Las creó realmente, 47 y al haberlas creado, Las hizo parte de Sí Mismo. 48 Tú eres la Voluntad de Dios porque así fue como fuiste creado. 49 Debido a que tu Creador crea únicamente a Su Semejanza, tú eres realmente como Él. 50 Eres parte de Él, Quien es35 todo poder y gloria y, por consiguiente, eres realmente tan ilimitado como Él.
CH 8. EL VIAJE DE REGRESO
8.3 LOS BASAMENTOS PARA ESCOGER
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
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P A R T E 1
R E P A S O 2
Introducción
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LR2 (-L81) in.1 1 Ahora, estamos listos para otro repaso. 2 Comenzaremos donde el anterior terminó y abarcaremos dos ideas por día. 3 La primera parte del día se dedicará a una y, la segunda parte a la otra. 4 En la práctica de cada una de las ideas, sostendremos una sesión larga de ejercicios, y varias sesiones cortas.
LR2 (-L81) in.2 5 Las prácticas más largas seguirán las siguientes líneas generales: asígnale a cada una aproximadamente quince minutos, y comienza pensando en la idea y los comentarios que están incluidos en las tareas asignadas. 6 Dedica tres o cuatro minutos a leerlos lentamente, léelos varias veces si así lo deseas, y luego cierra los ojos y escucha. 7 Si notas que tu mente divaga, repite la primera fase, pero trata de pasar la mayor parte del tiempo escuchando tranquilamente, pero con atención.
LR2 (-L81) in.3 8 Hay un mensaje esperándote. 9 Confía en que lo vas a recibir. 10 Recuerda que es para ti y que quieres recibirlo. 11 No permitas que tu intento flaquee en presencia de pensamientos que vengan a distraerte. 12 Date cuenta de que cualquiera que sea la forma que adopten, no significan nada ni tienen poder. 13 Reemplázalos con tu determinación de triunfar. 14 No olvides que tu voluntad1 tiene poder sobre todas las fantasías y sobre todos los sueños. 15 Confía en que te apoyará y te llevará más allá de fantasías y sueños.
LR2 (-L81) in.4 16 Considera estas prácticas como tu dedicación al camino, a la Verdad y a la Vida. 17 No dejes que te desvíen atajos, ilusiones o pensamientos de muerte. 18 Estás dedicado a salvar. 19 Resuélvete cada día a no dejar de cumplir tu función2.
LR2 (-L81) in.5 20 Reafirma igualmente tu determinación en las prácticas más cortas, usando la idea en su forma original, pero aplicándola en forma general y, cuando sea necesario, usando variaciones más específicas de aquella. 21 Algunas de estas formas específicas se incluyen en los comentarios que siguen a las ideas que se exponen a continuación. 22 No obstante, son meras sugerencias. 23 Las palabras concretas que utilices no son realmente lo importante.
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1 … cuando estás pensando con el Espíritu Santo
2 Nuestra verdadera función es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada únicamente a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompletitud. Ver T18.6 [45], T20.5 [32], L62, L64, L65, L66, L99
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 89
[L77]
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L1 (L77-78) Éstas son las ideas que vamos a repasar hoy:
L89 (L77) 1 Tengo derecho a los milagros1.
2 Tengo derecho a los milagros porque no me rigen otras leyes que las de Dios. 3 Sus leyes me liberan de todos mis resentimientos y los reemplazan con milagros. 4 Por consiguiente, aceptaré los milagros en lugar de los resentimientos, que no son sino ilusiones que ocultan los milagros que se encuentran más allá de ellos. 5 A partir de ahora, aceptaré solamente lo que las leyes de Dios me dan derecho, de manera que pueda usarlo en beneficio de la función que Él me ha dado.
6 Puede que quieras usar las sugerencias que siguen para las aplicaciones específicas de esta idea:
7 Detrás de esto hay un milagro al cual tengo derecho. 8 No guardaré ningún resentimiento contra ti, [nombre], sino que en su lugar, te ofreceré el milagro que te pertenece2. 9 Mirando de verdad, esto me está ofreciendo un milagro.
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1 Un milagro es la máxima expresión de Amor que podemos experimentar en nuestro espíritu cuando, después de haber aceptado el Redimir para nosotros mismos y haber logrado perdonar a nuestro hermano por lo que realmente no hizo, se corre en nuestra mente el velo que nos impedía verlo con la visión de Cristo, y nos extendemos a su Alma en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la Unicidad —Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la Verdad, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el Espíritu Santo por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la meta del Curso. El milagro no se pide, sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de fe. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y en: LTe.13 (-L341)
2 … según me lo sugiera el Espíritu Santo
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 89
[L78]
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L89 (L78) 10 ¡Que los milagros reemplacen todos mis resentimientos!
11 Por medio de esta idea uno mi voluntad a la del Espíritu Santo, y las percibo como una. 12 Mediante esta idea, acepto mi liberación del infierno. 13 Mediante esta idea expreso mi disposición a que todas mis ilusiones sean reemplazadas por la Verdad, de acuerdo con el plan de Dios3 para mi salvación. 14 No quiero hacer excepciones ni substituciones. 15 Quiero todo el Cielo y sólo el Cielo, tal como la Voluntad de Dios ha dispuesto que lo tenga.
16 Algunas formas específicas para aplicar esta idea podrían ser:
17 No quiero conservar este resentimiento apartado de mi salvación. 18 [Nombre], dejemos que los milagros reemplacen todos nuestros resentimientos. 19 Detrás de esto se encuentra el milagro que reemplaza todos mis resentimientos.
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3 El Plan de Dios para nuestra salvación: 1) es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; 2) es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; 3) es aprender lo que es la paz, porque la paz es la condición del Reino en nuestro fuero interno; 4) es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo del Amor de Dios, Amor que Él y Su Hijo comparten en el eterno Presente de la Unicidad en perpetua Armonía y alegre Concordia, extendiendo así la Creación; 5) es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición para: 5.1) alcanzar aquí el reflejo del Conocimiento; 5.2) en nuestro fuero interno, entrar en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje con el Curso. Ver T11, L71, L72, LTe.2 (-L231)
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Un Curso Sobre Milagros
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Capítulo 8
EL VIAJE DE REGRESO
T8.1 INTRODUCCIÓN pár 1-3
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T8.1 [1] 1 Tus exigencias de conocer1 lo que no sabes2 entorpecen tu progreso. 2 De hecho, esto es una forma de aferrarte a la privación3. 3 No puedes razonablemente4 poner objeciones a seguir las instrucciones de un curso sobre cómo conocer5 con el argumento de que no conoces6. 4 La necesidad que tienes de tomar este Curso está implícita en tu objeción. 5 Saber7 no es la motivación para aprender este Curso. 6 La paz8 sí lo es. 7 Al ser el pre-requisito para saber9, la paz tiene necesariamente que aprenderse10. 8 Esto se debe simplemente a que los que están conflictuados no están en paz y la paz es la condición para alcanzar el conocimiento11, porque esa es la condición del Reino12.
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1 … en tu mente, razonando con el ego
2 … la experiencia del Reino de Jesús en ti, Reino que no es de este mundo,
3 … interior del Amor general y colectivo de Dios del Que te separaste en la separación, cuando, en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. (... tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado y compitiendo con los demás cuerpos por las escasas cosas "buenas"…). Ver T27.9 [82]
4 … aún con la razón, logica y sentido común del ego, en vez de con el Espíritu Santo, como te invita este Curso,
5 … el reflejo aquí de Donde realmente están todas las Almas de los que fueron, son y serán, Una en el Alma única del único Hijo de Dios que somos todos, Uno en Cristo, a saber: la Unicidad, con mayúscula es sencillamente la idea de que Dios, en el eterno Presente del Cielo, está creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula, aquí, en nuestra mente acertada o espíritu, unicidad es la idea nacida del anhelo natural de, amorosamente, unificar todas nuestras Almas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, en una experiencia en nuestro fuero interno, que nos dice que realmente no estamos solos, aislados y separados unos de otros, ni desamparados —como la percepción de nuestros cuerpos que el ego nos quiere hacer ver y creer— sino que realmente somos Uno con Dios en las perfectas Paz y Alegría de Su eterna Unicidad, arropados por el Amor o Espíritu Santo. Ver T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
6 … mediante el razonamiento, lógica y sentido común del ego y la falta de pruebas para comprobar la veracidad de lo que propone este Curso…
7 … según el ego
8 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
9 … por experiencia lo que es el Amor, reflejo aquí del Amor o Espíritu Santo Que compartimos en el eterno Presente con Dios en Su Unicidad,
10 … aceptando el Redimir para sí mismo, perdonando y extendiendo los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo,
11 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que, en perfectas paz y alegría, están compartiendo con Dios Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, en minúscula, conocimiento es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro y unir como Una, su Alma con La mía, es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
12 Reino, con mayúscula, es el eterno Reino de Dios. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, el reino es el reflejo aquí del Reino de Dios. Pero, cuando pensamos con el ego, es cualquier reino que él considere como tal. Ver T4.4 [41], T7, T16.8 [79], T18.7 [49]
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T8.1 [2] 9 El conocimiento te será restituido sólo cuando satisfagas sus condiciones. 10 Ésta no es una transacción planteada por Dios, pues Dios no negocia en absoluto. 11 Es simplemente el resultado del mal uso que has hecho de Sus leyes en nombre de una voluntad que no era La de Él. 12 El Conocimiento es Su Voluntad. 13 Si te opones a Su Voluntad13, ¿cómo podrías adquirir el conocimiento? 14 Te he dicho lo que el conocimiento te ofrece14, pero está claro de que aún no consideras eso como algo enteramente deseable. 15 Pues, de lo contrario, no estarías tan dispuesto a descartarlo cuando el ego pide tu lealtad. 16 Las distracciones del ego tal vez parezcan interferir en tu aprendizaje, pero el ego no tiene ningún poder para distraerte a menos que tú se lo confieras.
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13 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
14 T3.5 [30] 3 Conocer es tener certeza… 5 El conocimiento es poder porque goza de certeza, y la certeza es fuerza… 48 La Verdad solo puede conocerse. 49 Todo lo de Ella es verdad por igual, y conocer cualquiera de Sus partes es conocerla en Su totalidad.
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T8.1 [3] 17 La voz del ego15 es una alucinación. 18 No puedes esperar que te diga "No soy real". 19 Las alucinaciones son percepciones imprecisas de la realidad16. 20 No obstante, no se te pide que disipes tus alucinaciones sólo por ti mismo. 21 Se te pide simplemente que las evalúes en términos de los resultados que te aportan. 22 Si no las quieres debido a la pérdida de paz que te ocasionan, serán eliminadas de tu mente para ti17. 23 Cada vez que aceptas responder a la llamada del ego, estás declarando la guerra, y la guerra ciertamente te priva de la paz. 24 Pero en esta guerra, realmente no hay adversario. 25 Ésta es la reinterpretación de esta realidad que tienes que hacer18 para asegurar tu paz, y la única que alguna vez necesitarás hacer.
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15 El ego es —en el eterno Presente de la de la Unicidad de Dios, donde nuestras Almas perfectas están unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo—el pensar individual que adentró la diminuta idea alocada de que el Hijo podía separarse de Dios, y crear por su cuenta. Al haber el Hijo olvidado reírse de su locura, ésta se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos reales, tales como "hacer" el tiempo, el espacio, y todo lo que estos contienen, regidos por las leyes de la evolución y de la escasez; es la substitución de la Verdad por la ilusión, de lo Infinito por lo temporal, de la Vida por la muerte, de la Completitud por la fragmentación; es la voluntad egoísta opuesta a la Voluntad de Amor de Dios; es la otra parte de nuestra mente que cree ser una mente individual y egoísta, oculta dentro de un trocito de barro, separada de las demás mentes, contra las cuales, en relaciones especiales, compite caótica e interminablemente hasta la muerte del cuerpo. Ver T3.6, T4.3, T4.6, T10, LTe.12 (-L331)
16 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
17 … siempre que hayas invitado al Espíritu Santo a pensar contigo.
18 … con el Espíritu Santo
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Un Curso Sobre Milagros
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Capítulo 8
EL VIAJE DE REGRESO
T8.2 LA DIRECCIÓN DEL
PROGRAMA DE ESTUDIOS pár 4-7
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T8.2 [4] 1 Los que percibes1 como adversarios forman parte de tu paz, a la que Tú renuncias cuando los atacas. 2 ¿Cómo puedes poseer aquello a lo que renuncias? 3 Se comparte para que todos tengan, pero, al hacerlo, ustedes no renuncian a lo que comparten. 4 Cuando renuncias a la paz, te estás excluyendo a ti mismo de ella. 5 Es ésta una condición tan ajena al Reino que hace que no puedas comprender el estado que prevalece dentro de Él. 6 Lo que aprendiste en el pasado tiene que haberte enseñado lo que no te convenía, por la sencilla razón de que no te ha hecho feliz. 7 Sólo por esto debería ponerse en duda su valor.
T8.2 [5] 8 Si el propósito del aprendizaje es producir cambios —y ése es siempre su propósito— ¿te sientes satisfecho con los cambios que tu aprendizaje2 te ha aportado? 9 Si no estás contento con lo que aprendiste, es señal de que ese aprendizaje tiene que haber fracasado, ya que significa que no obtuviste lo que querías. 10 El programa de estudios del Redimir3 es lo opuesto al que establecieron para ustedes4, y lo mismo se puede decir de su resultado. 11 Si el resultado de tu programa de estudios te ha hecho infeliz, y si quieres otro resultado, obviamente es necesario hacer modificaciones a ese programa.
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1 … pensando con el ego
2 … con el razonamiento, lógica y sentido común de tu ego
3 Aceptar para ti mismo el Redimir, siempre con mayúscula, es el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que quieres creer que nunca te separaste. La 1ª etapa comienza cuando, frente al caos existencial regido por las leyes de la evolución y la escasez y el miedo que experimentas a diario, conciencias que anhelas vivir de otra manera que un cuerpo, separado de los demás cuerpos, que lleva una vida sin otro significado que el de sobrevivir lo mejor y lo más largo posible. La 2ª etapa consiste en observar que frente al especialismo habitual de tu ego, a veces, también te llegan impulsos compasivos, de compartir y de amistad desinteresada. 3ª etapa: Sin otras pruebas que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, debes decidir si quieres creer que éstos tienen un origen divino o, más bien, que son un error de la evolución. Si te decides por la evolución, tu motivación para convertir esos impulsos en hechos concretos te vendrá de la ética o altruismo que adoptes. 4ª etapa. En cambio, si mediante un acto de fe, aceptas que su origen pueda ser divino, también querrás creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que tu Alma es Una con todas las demás Almas en Cristo, el Hijo único de Dios. Este querer creer (hasta lograr creer) debería motivarte a pensar cada vez más con el Espíritu Santo, y cada vez menos con tu ego. En la última y 5ª etapa, el Espíritu Santo te enseñará cómo no juzgar, perdonar y extender milagros y, así, en instantes santos en tu fuero interno, accederás a la visión de Cristo en el mundo real, que es la meta de nuestro viaje. Ver T3.3, T5.3, T11.9, T20, L139, M28
4 … pensando con sus egos
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T8.2 LA DIRECCIÓN DEL
PROGRAMA DE ESTUDIOS
pár 6-7
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T8.2 [6] 12 El primer cambio que debe efectuarse es un cambio de dirección. 13 Para que un programa de estudios tenga significado no puede ser inconsistente. 14 Si es programado por dos maestros —y cada uno cree en ideas diametralmente opuestas a las del otro— ambas programaciones no podrán integrarse. 15 Si esos dos maestros ponen simultáneamente en práctica sus respectivos programas, cada uno sencillamente interferirá con el otro. 16 Esto dará lugar a fluctuaciones, pero no a un cambio. 17 Los que son volátiles no saben hacia donde van. 18 No pueden escoger una dirección porque no pueden abandonar la otra, aun si ésta5 no existe realmente6. 19 Su programa de estudios conflictuado les enseña que todas las direcciones son buenas y, además, no les proporciona ninguna base racional7 sobre la cual fundar una decisión.
T8.2 [7] 20 La total insensatez de semejante programa de estudios debe ser reconocida plenamente antes de poder efectuar un verdadero cambio de dirección. 21 No puedes aprender simultáneamente de dos maestros que están en completo desacuerdo con respecto a todo. 22 El programa de estudios que une sus propuestas constituye una tarea de aprendizaje imposible. 23 Te están enseñando cosas completamente diferentes unas de otras, de formas completamente diferentes, lo cual podría ser posible si no fuera por el hecho crucial de que ambos te están enseñando lo que eres8. 24 Tu Realidad no se ve afectada por ninguno de ellos pero, si escuchas a los dos, tu mente estará dividida con respecto a lo que realmente es tu realidad.
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5 … del ego
6 … en el Cielo, con mayúscula, es lo único Que Dios ha creado. No es un lugar ni un estado. Simplemente es la concienciación de la perfecta Unicidad del Padre con todas las Almas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, a saber, que nada más existe, ni fuera ni dentro de Ella. Algunos de sus sinónimos son: Realidad, Unicidad, Reino de Dios, Reino de los Cielos. Ver T4.2 [19], T4.4 [41], T9.11 [103], L138
7 … de acuerdo con el sistema de pensamiento del Espíritu Santo
8 … como quiera que ningún cuerpo en vida se ha "evaporado", mientras nuestro cuerpo exista, tenemos que atenderlo —en sus necesidades básicas existenciales— según nos oriente el sistema de pensamiento de nuestro ego. Eso no quiere decir que al hacerlo, necesariamente queremos creer que somos ese cuerpo. Si seguimos las enseñanzas y prácticas del Curso, vamos a querer creer en la indispensable y fundamental concienciación que el Curso te pide: 1) Concienciar tus impulsos amorosos desinteresados que de vez en cuando emergen de tu subconsciente y, que cuando los extiendes a otros en actos altruistas —que el Curso llama milagros— aportan a tu vida un significado que no te es usual. 2) Luego, basado en esas experiencias, que decidas si constituyen un error de la evolución (lo que das, lo pierdes) o, si su origen pudiera ser trascendente. 2a) Si son errores de la evolución, derivarás tu motivación para seguir extendiéndolos de la ética o altruismo que hubieses escogido. 2b) En cambio, si quieres creer que constituyen aquí un reflejo del eterno Amor de Dios que inunda nuestros corazones, entonces no tendrás reparos en deducir y aceptar los siguientes basamentos del Curso: 2b1) Que Dios —a Quien nadie ha visto— existe, es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos, sin excepción, a Su Semejanza, no como cuerpos, sino como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en el eterno Presente de Su Unicidad. 2b2) Que, en Ésa, Su Realidad, Dios no creó más nada y, por eso, Allá, la realidad del ego que nuestros sentidos perciben no existe. 2b3) Que, al tú perdonar y extender cada vez más milagros, este querer creer se convertirá en creer, y curará en tu mente, todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, que ella creía que eran reales, y que tú sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
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Un Curso Sobre Milagros
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T8.3 LOS BASAMENTOS
PARA ESCOGER pár 8-15
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T8.3 [8] 1 Existe realmente una lógica sobre la cual basar tu elección. 2 Sólo hay Un Maestro1 Que conoce lo que es Tu Realidad. 3 Si el propósito del plan de estudios es aprender2, lo tienes que aprender de Él. 4 El ego no sabe lo que está tratando de enseñar. 5 Trata de enseñarte lo que eres, sin conocerlo. 6 El ego es un experto, pero sólo en confusión. 7 No entiende nada más. 8 Por consiguiente, como maestro, el ego está totalmente confundido3, causando total confusión4. 9 Aun si pudieses descartar completamente al Espíritu Santo5, lo cual es imposible, no podrías aprender nada6 del ego porque el ego realmente no sabe nada7.
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1 … el Espíritu Santo
2 … cuál es tu verdadera Realidad
3 … en cuanto a lo que es la eterna Unicidad de y con Dios
4 … acerca de lo que uno debería creer.
5 … y los impulsos amorosos o milagrosos que de vez en cuando emergen de tu subconsciente,
6 … significativo: Significado, con mayúscula es, en el eterno Presente de la Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, significado es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver T2.2 [21], T2.6, T7.5 [26], T7.6 [46], T30.8, L14]
7 … de la Eternidad.
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T8.3 LOS BASAMENTOS
PARA ESCOGER
pár 9
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T8.3 [9] 10 ¿Qué razón8 podría haber para escoger semejante maestro? 11 ¿No sería acaso lo más juicioso descartar totalmente cualquier cosa que él enseñe? 12 ¿Es éste el maestro al que un Hijo de Dios debería acudir para encontrarse a sí mismo? 13 El ego nunca te ha dado una respuesta sensata9 a nada. 14 ¿No crees que basarte simplemente en la experiencia que tienes de lo que el ego te ha enseñado sería suficiente para descalificarlo como tu futuro maestro10? 15 Pero hay más: el ego ha ocasionado mayores daños a tu aprendizaje que sólo los antes mencionados. 16 El aprendizaje es alegre si te lleva por tu camino natural11 y te facilita desarrollar12 lo que tienes13. 17 No obstante, si lo que te enseña va en contra de tu naturaleza14, lo que aprendas significará una pérdida para ti porque te aprisionará. 18 Al ser tu15 voluntad parte integral de tu naturaleza, no puede ir en contra de ella.
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8 Razón, con mayúscula, en la eterna Unicidad, es: 1) el Pensamiento de Amor de Dios o Espíritu Santo Que Dios comparte con nosotros como Almas Una en Cristo, Su único Hijo; y 2) a veces, es sinónimo del Espíritu Santo. Aquí, en minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, razón, es nuestro pensar con Él, que quiere ser el reflejo de ese eterno Pensamiento de Amor por medio del perdón y la extensión de milagros; y, cuando pensamos con el ego, se refiere a nuestro pensar con el ego que se basa en la racionalidad, lógica y el sentido común que derivamos de la percepción de las causas y efectos según las leyes de este mundo. Ver T21.6, T21.7, T22.4, L192.7, M10.4
9 … en cuestiones relacionadas con lo eterno
10 … spiritual
11 Lo natural, en la eterna Unicidad o Cielo, es la perpetua armonía reinante y también la perpetua concordia alegre del Amor Que eternamente se profesan el Padre y Su Hijo, Cristo, en Quien todas nuestras Almas están unificadas como Una y, en Ello, la Creación se extiende. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, lo natural es ser reflejo de Lo que somos en la eterna Unicidad, es decir, miramos a todo y a todos con la visión de Cristo, como uno con nosotros, perdonamos y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Cuando pensamos con el ego, lo natural es lo que percibimos aquí con nuestros sentidos y que están regidos por las leyes de este mundo. Ver T27.6 [44], L161.2
12 … el reflejo aquí de
13 … en la eterna Unicidad de Dios
14 … divina
15 … verdadera
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T8.3 LOS BASAMENTOS
PARA ESCOGER
pár 10-11
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T8.3 [10] 19 El ego no te puede enseñar nada16 mientras tu17 voluntad sea libre18 porque no lo vas a escuchar. 20 Esta voluntad tuya no quiere que estés preso, porque ella es libre. 21 Por eso, el ego es19 la negación del libre albedrío. 22 Dios nunca te coacciona, ya que comparte Su Voluntad contigo. 23 La Voz Que habla por Él te enseña solamente Su Voluntad, pero ésa no es la lección que enseña el Espíritu Santo, pues eso es lo que tú realmente eres. 24 La lección es que20 tu Voluntad y La de Dios no pueden estar en desacuerdo porque realmente son Una. 25 Esto implica deshacer todo lo que el ego trata de enseñar. 26 Por consiguiente, no es solamente la dirección del programa de estudios la que tiene que estar libre de conflictos, sino también su contenido.
T8.3 [11] 27 El ego quiere enseñarte que tú quieres oponerte a la Voluntad de Dios. 28 Esta lección antinatural no se puede aprender, y tratar de aprenderla21 constituye una violación de tu propia libertad22, que hace que tengas miedo de tu23 voluntad porque es libre. 29 El Espíritu Santo se opone a cualquier forma de aprisionamiento de la voluntad de un Hijo de Dios, a sabiendas de que la voluntad del Hijo24 es la Voluntad del Padre. 30 El Espíritu Santo te conduce firmemente por el camino de la libertad, enseñándote cómo descartar o mirar más allá de todo lo que te impida seguir adelante.
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16 … que vaya contra Lo que es eterno
17 … verdadera
18 … del sistema de pensamiento del ego
19 … realmente
20 … el reflejo aquí de
21 … cuando piensas, percibes y actúas con tu ego
22 … espiritual
23 … verdadera
24 … cuando piensa y percibe con el Espíritu Santo
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T8.3 LOS BASAMENTOS
PARA ESCOGER
pár 12-13
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T8.3 [12] 31 Hemos dicho que el Espíritu Santo te enseña la diferencia entre dolor y alegría. 32 Eso es lo mismo que decir que te enseña la diferencia entre estar preso y ser libre. 33 No puedes hacer esta distinción sin Él, 34 porque te has enseñado a ti mismo25 que estar preso es estar libre. 35 Al creer que son la misma cosa, ¿cómo vas a poder diferenciar una de la otra? 36 ¿Puedes acaso pedirle a la parte de tu mente que te enseñó a creer que son la misma cosa que te enseñe de qué manera son diferentes?
T8.3 [13] 37 Las enseñanzas del Espíritu Santo apuntan en una sola dirección y tienen una sola meta. 38 Su dirección es la libertad26 y Su meta es Dios. 39 No obstante, no puede concebir a Dios sin ti, porque no es la Voluntad de Dios estar sin Ti27. 40 Cuando hayas aprendido que tu voluntad es realmente La de Dios, no podrás28 querer estar sin Él, igual que Él29 no podrá querer estar sin Ti. 41 Esto es30 libertad, esto es alegría. 42 Prívate de esto, y estarás privando a Dios de Su Reino31, pues para eso Te creó. 43 Cuando dijimos "Todo poder y gloria son tuyos porque Suyo es el Reino", fue eso lo que quisimos decir.
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25 … con el sistema de pensamiento del ego
26 Libertad con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula, libertad, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver T2.6 [109], T13.7 [62], T17.6 [52], L199, LR6 (-206)
27 … Ti, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas, están unificadas como Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios Que realmente somos. En minúscula, ti, cuando decides pensar con el Espíritu Santo y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver T8.4 [20], T23
28 … aquí
29 … en Su eterna Unicidad
30 … aquí, el reflejo de la Libertad y Alegría eternas.
31 … en tu mente
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T8.3 LOS BASAMENTOS
PARA ESCOGER
pár 14-15
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T8.3 [14] 44 La Voluntad de Dios no tiene límites32 y, por eso, todo poder y gloria33 residen en Ella. 45 Es ilimitada en fuerza, Amor y paz. 46 Carece de límites, porque Su extensión es ilimitada y abarca todas las Cosas34 porque Las creó realmente, 47 y al haberlas creado, Las hizo parte de Sí Mismo. 48 Tú eres la Voluntad de Dios porque así fue como fuiste creado. 49 Debido a que tu Creador crea únicamente a Su Semejanza, tú eres realmente como Él. 50 Eres parte de Él, Quien es35 todo poder y gloria y, por consiguiente, eres realmente tan ilimitado como Él.
T8.3 [15] 51 ¿A qué otra cosa sino a todo poder y gloria puede apelar el Espíritu Santo para restaurar el Reino de Dios? 52 Por lo tanto, Él simplemente apela a Lo que el Reino realmente es y a Su propio reconocimiento de lo que Éste es. 53 Cuando reconozcas eso, llevarás automáticamente ese reconocimiento a todos, porque, de hecho, los habrás reconocido a todos. 54 Al reconocerlos así, despiertas en ellos su propio reconocimiento y, por medio del de ellos, se extiende el tuyo. 55 De esta manera, el despertar se propaga fácil y agradablemente por todo el Reino, en respuesta al Llamamiento a Dios. 56 Ésta es la respuesta natural de todo Hijo de Dios a la Voz Que habla por su Creador, ya que es la Voz Que habla por Sus creaciones y Su propia extensión.
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32 … ni en el Cielo ni en nuestras mentes
33 … aquí
34 Las Cosas, con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, las cosas, cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos por medio de nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
35 … en el Cielo y en nuestras mentes
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