gráfico por
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T20.8 [65] 59
Juzgar te lo enseñaste
a ti mismo
; pero la visión se aprende de Aquel Que quiere
deshacer
tu aprendizaje.
60
Su
visión no puede ver el cuerpo
porque no puede ver el pecado
.
61
Y, de esta manera, te conduce hacia la Realidad.
UCSM TEXTO CH 20, VIII
T20.8
LA COHERENCIA DE
LOS MEDIOS Y DEL FIN
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 232
Permanece en mi mente
todo el día, Padre mío.
|
L232.1 1
¡Padre mío! Que Tu Presencia esté en mi mente en el mismo instante en que me despierto, y que brille sobre mí a todo lo largo del día.
2
Que cada minuto sea una oportunidad para estar Contigo
1
.
3
Y que, al sonar cada hora, no se me olvide darte las gracias por haberme acompañado
2
, y porque siempre estarás ahí para escucharme y contestarme cuando te llame.
4
Y, al llegar la noche, que todos mis pensamientos sigan siendo de Ti y de Tu Amor, y que me duerma en la confianza de que estoy a salvo
3
, seguro de Tu cuidado y felizmente consciente de que soy Tu Hijo.
L232.2 5
Así es como cada día debería ser.
6
Practica hoy el final del miedo
4
.
7
Ten fe
5
en Aquel Que es Tu Padre.
8
Confíale todas las cosas.
9
Deja que te revele todo y no te desanimes, pues eres Su Hijo.
|
1
… Uno con todas las demás Almas, que realmente somos Tu Hijo único. No somos cuerpos, estamos libres ya que seguimos siendo Tal como nos creaste, es decir, Tal como creaste a Tu Hijo único en un Pensamiento de Amor…
2
… al yo tratar de ser aquí por medio del perdón y de extender milagros, un reflejo de Tu Unicidad en La que Todas nuestras Almas son Una en el Alma único de Cristo o Tu Hijo único…
3
… realmente de toda la realidad hecha por nuestro ego primario, porque realmente tu Hijo único que somos, jamás se separó de Ti…
4
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
5
Tener fe
es un proceso continuo que empieza cuando conciencio que a veces experimento pensamientos caritativos, compasivos, de compartir, de amistad desinteresada…, y
quiero creer
que son reflejos del Cielo que me vienen por medio del Espíritu Santo en mí; y ese
querer creer
se va a ir transformando en una
fe
al yo aplicar cada vez más y más a mi vida los procesos de no juzgar, perdonar y extender milagros que propone el
Curso
para salvarnos del sistema de pensamiento del ego y de todos los efectos que su separación de Dios ha causado y sigue causando. Esa
fe
se va a consolidar progresivamente a medida que en las relaciones santas que vayamos formando experimentemos la paz —que no es de este mundo— que los efectos de esos procesos traen consigo, lo cual, a su vez, reforzará nuestra decisión de
querer creer
en la
Verdad
que también nos propone el Curso, a saber, que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad, Nuestra
verdadera Realidad
, donde sólo hay Amor, Paz y Alegría y, que al no haber creado Dios más nada, nada que no sea Ella, realmente existe. Ver
T1.1.51 [93], T8.11 [110], T11.10 [95]
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
20
LA PROMESA
DE LA RESURRECCIÓN
T20.8
LA COHERENCIA DE
LOS MEDIOS Y DEL FIN
58-66
|
T20.8 [58] 1
Hemos hablado mucho acerca de las discrepancias entre medios y fin, y de la necesidad de que éstos concuerden antes de que tu relación santa pueda aportarles
únicamente
alegría.
2
Pero también hemos dicho que los medios para alcanzar la meta del Espíritu Santo emanarán de la misma Fuente de la Que proviene Su propósito
1
.
3
Al ser tan sencillo y directo, en este
Curso
no hay
nada
que no sea coherente.
4
Las
aparentes
incoherencias, o las partes que te resultan más difíciles
2
que otras, son simples indicaciones de las áreas en las que medios y fin todavía discrepan.
5
Y esto produce un gran desasosiego.
6
Pero no
tiene por qué
ser así.
7
Este
Curso
no requiere casi
nada
de ti
3
.
8
Es imposible imaginarse algo que pida tan poco o que pueda ofrecer más.
|
|
1
El
propósito del Espíritu Santo
es que aprendamos a pensar, percibir y actuar cada vez más pensando con Él y cada vez menos con el ego; de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T4.2 [21] 111, T7.4 [23], T8.4 [22]
2
… de aplicar
3
… sólo que aceptes el
Redimir
para ti mismo, el cual
—
siempre con mayúscula— es, según el
Curso
, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza (primer paso) cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto (segundo paso), y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, el estudiante del
Curso
debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y en esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también querrá creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Este querer creer le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El
Curso
nos dice que si decidimos pensar con el Espíritu Santo —que es el tercer paso— Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir. Y serán los resultados que obtendremos cada vez más al perdonar y extender milagros, lo que convertirá nuestro querer creer en una fe afianzada en la Verdad que nos propone el
Curso
. Ver
T3.3, T5.3, T9.3
|
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T20.8
LA COHERENCIA DE
LOS MEDIOS Y DEL FIN
pár
59-61
|
|
T20.8 [59] 9
El período de desasosiego que sigue al cambio súbito que se produce en una relación que está transitando del pecado
4
a la santidad
5
debería estar llegando a su fin.
10
En la medida en que todavía experimentas desasosiego, es porque en esa misma medida te estás
negando
a dejar los medios en manos de Aquel Que cambió el propósito de la relación.
11
Reconoces que
quieres
alcanzar la meta
6
.
12
¿Es que no estás igualmente dispuesto a
aceptar
los medios
7
?
13
Si no lo estás, admitamos que
eres
incoherente.
14
Todo propósito se
logra
por ciertos medios, y si quieres alcanzar un cierto propósito,
tienes
que estar igualmente dispuesto a aceptar los medios correspondientes.
15
¿Cómo se podría ser sincero y decir "Quiero esto por encima de todo lo demás, pero no quiero aprender los medios necesarios para lograrlo?"
T20.8 [60] 16
Para obtener la
meta
, el Espíritu Santo pidió ciertamente muy poco.
17
No pide nada más para proporcionar también los medios.
18
Los medios son secundarios con respecto a la meta.
19
Y, cuando vacilas, es porque el
propósito
te aterroriza,
no
los medios.
20
Recuerda esto, pues de lo contrario, cometerás el error de creer que los
medios
son difíciles
8
.
21
No obstante, ¿cómo
van a
ser difíciles si sólo te son
dados
?
22
Los medios
garantizan
la meta y están
perfectamente
alineados con ella.
23
Antes de examinarlos más detenidamente, recuerda que si piensas que
son
imposibles
9
, será porque tu deseo de lograr la meta ha sido menoscabado.
24
Pues si una
meta
puede alcanzarse, los medios para lograrlo
tienen
que ser también posibles.
T20.8 [61] 25
Es imposible ver a tu hermano libre de pecado y, al mismo tiempo, mirarlo como si fuese un cuerpo.
26
¿No es esto acaso perfectamente coherente con la meta de la santidad?
27
Pues la santidad es simplemente el resultado de dejar que los efectos del pecado sean sacados, de manera que lo que siempre fue verdad pueda
reconocerse
.
28
Ver un
cuerpo libre de pecado
es imposible, pues la santidad es
positiva
y el cuerpo es simplemente neutral.
29
No
es pecaminoso, pero tampoco impecable
10
.
30
Como la nada que
es
, no se le puede revestir significativamente con los atributos de Cristo
o
del ego.
31
Tanto lo uno como lo otro
tendría necesariamente que ser un error, pues ambos colocarían los atributos donde no pueden
estar
.
32
Y
ambos errores
tendrían que ser corregidos en aras de la Verdad
11
.
|
|
4
El
pecado
de todos los pecados fue la diminuta idea alocada que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
Pero como esta realidad del ego no fue creada por Dios,
LTe.4 (-L251).1 1
Pecar
es estar demente.
2
Es el medio que hace que la mente pierda su cordura y trate de dejar que las ilusiones ocupen el lugar de la Verdad.
3
Y, al estar loca, la mente ve ilusiones donde la Verdad debería estar, y donde realmente está.
4
El pecado dio ojos al cuerpo pues, ¿qué van a querer ver los que están libres de pecado?
5
¿Qué necesidad tienen de escenas, sonidos o tacto?
6
¿Qué van a querer oír, o alcanzar para agarrar?
7
¿Qué van a querer percibir por los sentidos?
8
Percibir por los sentidos es no conocer.
9
Y la Verdad no puede contener sino el Conocimiento y nada más.
5
Santidad
, con mayúscula, es la experiencia de perfecto Amor o Espíritu Santo que compartimos —como Almas— entre nosotros y con Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido. Ver
L36, L37, L39
6
La
meta
del
Curso
: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T4.2 [21] 111, T7.4 [23], T8.4 [22]
7
… aceptar el Redimir para ti mismo, no juzgar, perdonar y extender los milagros que te sugiera el Espíritu Santo…
8
… de aprender y aplicar,
9
… en vez de difíciles,
10
La
Impecabilidad
, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula,
impecabilidad
es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver
T20.5 [32], T25.6 [37]
11
La
Verdad
, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
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T20.8
LA COHERENCIA DE
LOS MEDIOS Y DEL FIN
pár 62-63
|
|
T20.8 [62] 33
El cuerpo
es
el medio por el que el ego trata de hacer que la relación no santa parezca real.
34
El instante no santo
es
el tiempo de los cuerpos.
35
Pero además, el
propósito
del cuerpo aquí es pecar.
36
Sólo
puede
lograrse
en la ilusión
12
y, así, la ilusión de un hermano como cuerpo está bastante alineada con el propósito de lo que no es santo.
37
Debido
a esta coherencia, los medios no se cuestionan mientras se siga apreciando el fin.
38
La visión se adapta a lo que se quiere, pues la mirada
siempre
sigue al deseo.
39
Y si lo que ves es el cuerpo, es porque has optado por el juicio
13
en vez
de por la visión
14
.
40
Pues la visión, al igual que las relaciones santas, no
admite
gradación.
41
O
ves
realmente o no
ves
.
T20.8 [63] 42
Todo aquel que ve el cuerpo de un hermano ha emitido un
juicio
sobre él y, por lo tanto, no lo ve
15
.
43
No es que lo vea
realmente
16
como un pecador
17
, sino que no lo ve en absoluto.
44
En la oscuridad del pecado, su hermano
18
es
invisible
.
45
Sólo se le puede
imaginar
en la oscuridad y es ahí donde las fantasías que tienes acerca de él
no
se comparan con su realidad
19
.
46
Ahí, las ilusiones se mantienen
separadas
de la Realidad
20
.
47
Ahí, las ilusiones
nunca
se llevan ante la Verdad y
siempre
se mantienen ocultadas de Ella.
48
Y ahí, en la oscuridad, se
imagina
que la realidad de tu hermano es un cuerpo, que sostiene relaciones no santas con otros cuerpos, sirviendo la causa del pecado durante un instante, antes de morir.
|
|
12
Ilusión
es todo lo "hecho" por nuestro ego primordial, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T8.5 [41], T8.7 [68] 113, T16, T21.3 [28] 96 T27.9 [82] 37 y 38
13
Juzgar
es el complemento de la percepción del ego en el proceso fundamental para sobrevivir en la realidad de este mundo —mientras nuestro cuerpo viva en él— por el cual interpretamos y luego juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, proceso que culmina con nuestra decisión en cuanto a lo que son o cómo son las cosas, cuáles son potencialmente favorables y/o valiosas y cuáles peligrosas y/o culpables.
(T3.7 [57] 42-46)
Cuando aplicamos este proceso a personas, decidimos cuáles merecen que entremos con ellas en una relación especial, cuáles nos son indiferentes, y cuáles merecen castigo. El juzgar a tiempo nos protege y mantiene a salvo, aunque también establece separaciones, culpa, miedo y la carga imposible de tratar de actuar como Dios.
(M10.6)
Pero juzgar no es nuestra función,
(T14.6 [49] 25-27)
pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada nos lleva al conocimiento. Él no observa otra cosa que la diferencia que hay entre el reflejo aquí de la Realidad y las ilusiones de este mundo.
(M8.6)
Cuando habiendo aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido milagros, pensemos y percibamos acertadamente con el Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar lo más posible que aquí sea el reflejo de la Realidad. Ver
T4.5 [64] 46- 48 y T3.8
14
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando decido que quiero ver el mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar al otro, aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. Al lograr perdonarlo totalmente en el mundo real de mi fuero interior, voy a experimentar la
visión de Cristo
, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
15
… como el Hijo de Dios que realmente es.
16
Realmente
se refiere en general a nuestra verdadera condición en el Cielo, Que es donde realmente estamos todos cual Almas Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, que nunca se separó de su Padre, con Quien es eternamente Uno.
17
… puesto que en el Cielo, Que es donde estamos todos realmente, no hay pecado,
18
… como el Hijo de Dios
19
… el reflejo aquí de la eterna Realidad de y con Dios.
20
La
Realidad
, con mayúscula, significa la eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula,
realidad
significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio que hicimos y, en la que habitualmente pensamos, percibimos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, perdonamos y extendemos milagros, podemos acceder al nivel superior y espiritual de esta realidad, la cual el
Curso
denomina
mundo real
, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver
T3.6 [50] 82, T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
|
|
T20.8
LA COHERENCIA DE
LOS MEDIOS Y DEL FIN
pár 64-66
|
|
T20.8 [64] 49
Ciertamente existe una clara diferencia entre este vano imaginar y la visión.
50
La diferencia no estriba en
ellos
, sino en su propósito
21
.
51
Ambos son sólo
medios
, cada uno de ellos apropiado para el fin para el que se emplea.
52
Ninguno puede servir el propósito del otro, pues cada uno constituye en sí la
elección
de un propósito, que será empleado para propiciarlo.
53
Cada uno carece de significado
sin
el fin para el que fue concebido, y tampoco se le valora como algo
separado
de la intención.
54
Los medios parecen reales debido a que se valora la
meta
.
55
Y juzgar
carece
de valor
a menos
que la
meta
sea el pecado.
T20.8 [65] 56
No
se puede observar el cuerpo
excepto
juzgándolo.
57
Ver el cuerpo es señal de que te
falta
la visión, y que has
negado
los medios que el Espíritu Santo te ofrece para que sirvas a
Su
propósito.
58
¿Cómo podría una relación santa lograr su meta mediante los medios del pecado?
59
Juzgar te lo enseñaste
a ti mismo
; pero la visión se aprende de Aquel Que quiere
deshacer
tu aprendizaje.
60
Su
visión no puede ver el cuerpo
porque no puede ver el pecado
.
61
Y, de esta manera, te conduce hacia la Realidad.
62
Tu santo hermano —el hecho de verlo supone
tu
liberación— no es una ilusión.
63
No trates de verlo en la oscuridad, pues ahí lo que te imagines sobre él, te
parecerá
real.
64
Cerraste
los ojos
22
para excluirlo.
65
Tal fue tu
propósito
, y mientras ese propósito parezca tener
algún
sentido, los medios para lograrlo se considerarán
apropiados
para ver, y, por lo tanto,
no
verás.
T20.8 [66] 66
Tu pregunta no debería ser "¿Cómo puedo ver a mi hermano sin su cuerpo?"
67
Pregunta sólo: "¿Deseo
realmente
verlo impecable?"
68
Y al preguntarlo, no olvides que
su
impecabilidad constituye
tu
liberación del miedo
23
.
69
La salvación es la meta del Espíritu Santo.
70
El medio es la visión de Cristo.
71
Pues lo que ésta mira
es
la impecabilidad.
72
Nadie que ame puede juzgar, y lo que ve está
libre
de toda condena.
73
Y lo que él ve,
no
fue hecho por él, pues le fue
dado
para que viese, tal como era la visión que hizo posible que viera.
|
|
21
El propósito del ego es que, o bien consideremos a Dios como un Ente caprichoso y castigador al que hay que tenerle miedo o, que no existe en absoluto; mientras que la visión de Cristo propulsada por el Espíritu Santo en nuestro espíritu, es de querer ver solamente las Almas de los demás, queriendo creer que la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen es una ilusión, porque, evidentemente no pudieron haber sido creados por un Dios que sólo sabe de Amor…
22
… de la visión de Cristo, no quisiste tomar en cuenta los impulsos amorosos que emergían de tu subconsciente
23
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
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