gráfico por
©Deposit Photos
|
T20.6 [42] 37
Ves
cada instante santo como un punto
diferente
en el tiempo.
38
Pero
realmente,
nunca cambia
.
39
Todo lo que contuvo o contendrá alguna vez está aquí,
ahora, en este instante
.
40
El pasado no
le
quita nada, y el futuro no le
añadirá
nada más.
41
Así que aquí está
todo
.
42
Aquí se encuentra la belleza de tu relación, con los medios y el fin
ya
en perfecta armonía.
43
Aquí, la perfecta fe
22
que algún día se ofrecerán uno al otro
ya
te fue dada.
44
Y aquí, el ilimitado perdón
23
que se darán uno al otro
ya
les fue igualmente dado: la faz de Cristo que algún día verán,
ya
la viste.
UCSM TEXTO CH 20, VI
T20.6
LOS HERALDOS DE LA ETERNIDAD
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 230
Ahora buscaré y hallaré
la paz de Dios.
|
L230.1 1
Fui creado en la Paz
1
.
2
Y en la Paz permanezco.
3
No me ha sido dado cambiar mi Yo
2
.
4
¡Cuán misericordioso es Dios mi Padre, que al crearme Me dio la Paz para la Eternidad!
5
Ahora pido ser sólo el reflejo aquí de lo que realmente soy.
6
¿Y podría negárseme esto, cuando es eternamente verdad?
L230.2 7
Padre, busco
3
la Paz que Me diste al crearme.
8
Lo que se Me dio entonces tiene que encontrarse aquí, ahora, pues Mi Creación tuvo lugar fuera del tiempo y aún sigue estando más allá de todo cambio.
9
La Paz en la Que Tu Hijo nació en Tu Mente aún resplandece Allí, sin haber cambiado.
10
Soy Tal como Tú Me creaste.
11
Sólo necesito invocarte para hallar la Paz que Me diste.
12
Es Tu Voluntad que fuese dada a Tu Hijo.
|
1
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en la Eternidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez.
2
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos — como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
3
… el reflejo aquí de
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
20
LA PROMESA
DE LA RESURRECCIÓN
T20.6
LOS HERALDOS DE LA ETERNIDAD
37-44
[EN PAUSA PARA EL FIN DE SEMANA]
|
T20.6 [37] 1
En este mundo, el Hijo de Dios
1
se acerca al máximo a sí mismo en una relación santa
2
.
2
Ahí comienza a encontrar la certeza que su Padre tiene en él.
3
Y ahí encuentra su función de restituir las leyes de su Padre a lo que estaba operando
fuera de
Ellas, y de encontrar lo que se había perdido.
4
Sólo en el tiempo puede perderse
algo de esto
, pero
nunca
para siempre.
5
Así, las partes separadas del Hijo de Dios
3
se unirán gradualmente en el tiempo y, con cada unión
4
, el final del tiempo se aproximará más
5
.
6
Cada milagro
6
de unión es un poderoso heraldo de la Eternidad.
7
Nadie que tenga un solo propósito, unificado y seguro
7
, puede
sentir
miedo
8
.
8
Nadie que
comparta
su propósito con otro puede
no
ser uno con él
9
.
|
|
1
… que somos cada uno de nosotros y todos a la vez,
2
La
relación santa
es el reflejo en este mundo de la eterna Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas en Cristo, el único Hijo de Dios, Que Él creó y con Quien es Uno en Su Unicidad, Que es donde realmente estamos y, por lo tanto, es nuestra verdadera Realidad. La relación santa es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les permite alejarse gradualmente de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus, que son la parte de la mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Es un proceso, generalmente largo, que se inicia cuando dos o más personas que han logrado, en un instante santo, perdonarse totalmente una a la otra, se unen en una meta común a favor de otro u otros, a los que también van a querer perdonar. Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere por medio de sus espíritus; finalmente, cuando en instantes santos privilegiados sus mentes experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora piensen, perciban y actúen principalmente con sus espíritus, extendiendo el Amor del Espíritu Santo a todos y a todo, curando así en sus mentes al mundo de los efectos de la separación. Ver
T17.6, T22
3
… sus espíritus, que es la parte de la mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo,
4
… con cada relación santa constituida y actuando,
5
… el final de este experimento demente que empezó cuando en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse.
38
A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado de los demás cuerpos y compitiendo interminablemente con ellos…
T27.9 [82] 37-38
6
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta
del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
7
… que oriente y dirija su vida,
8
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
9
Cristo,
aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
|
|
T20.6
LOS HERALDOS DE LA ETERNIDAD
pár
38-40
|
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T20.6 [38] 9
Cada heraldo de la Eternidad anuncia el fin del pecado
10
y del miedo.
10
Cada uno habla en el tiempo de lo que se encuentra mucho
más allá
de éste.
11
Dos voces que se alzan juntas llaman a los corazones de todos y hacen que su latir sea uno.
12
Y en ese único latir se proclama la unidad del Amor y se le da la bienvenida
11
.
13
¡Que la paz sea con la relación santa de ustedes, que tiene el poder de mantener intacta la unidad del Hijo de Dios!
14
Lo que se dan uno al otro es para
todos
, y todo el mundo se alegra por el don
12
que ustedes recibieron.
15
No olviden Quién
les
ha dado los dones que dan y, al
no
olvidarlo, recordarán Quién Le dio los Dones para que Él se los diera a ustedes.
T20.6 [39] 16
Es imposible sobrestimar la valía de tu hermano.
17
Sólo el ego lo hace, pero todo lo que
él
quiere decir es que
quiere
al otro para
sí mismo
y, por consiguiente, lo valora demasiado
poco
.
18
Lo que es claramente inestimable no puede
ser
evaluado.
19
¿Te das cuenta del miedo que te invade cuando tratas infructuosamente de juzgar lo que realmente se encuentra tan
fuera del alcance
de tu juicio que ni siquiera lo puedes
ver
?
20
No juzgues
13
lo que es invisible para ti, o, de lo contrario,
nunca
lo verás; más bien, aguarda con paciencia su llegada.
21
Te será
dado
ver la valía de tu hermano cuando todo lo que
quieras
para él sea únicamente paz
14
.
22
Y lo que quieras para
él
será lo que tú recibirás.
T20.6 [40] 23
¿Cómo podrías estimar la valía del que te ofrece paz?
24
¿Qué otra cosa podrías
querer, salvo
lo que te ofrece?
25
Su Valía fue establecida por su Padre, y
te darás cuenta
de Ella cuando recibas el don que tu Padre te hace por medio de él
15
.
26
Lo que está realmente en él brillará con tal fuerza en tu agradecida visión
16
, que simplemente lo amarás
17
y, al hacerlo, te alegrarás
18
.
27
No se te ocurrirá juzgarlo, pues, ¿quién puede
ver
la faz de Cristo y, aun así, insistir en que juzgar tiene significado?
28
Pues esa insistencia es propia de los que
no
ven.
29
Visión o juicio es tu decisión, pero nunca
ambos a la vez
.
|
|
10
El
pecado
de todos los pecados fue la diminuta idea alocada que se coló en la Eternidad, donde Todo es Uno, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. Por haberlo olvidado, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo y tener efectos aparentemente reales, como fue la hechura del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T27.9 [82] 37 y 38
Pero como esta realidad del ego no fue creada por Dios,
LTe.4 (-L251).1 1
Pecar
es estar demente.
2
Es el medio que hace que la mente pierda su cordura y trate de dejar que las ilusiones ocupen el lugar de la Verdad.
3
Y, al estar loca, la mente ve ilusiones donde la Verdad debería estar, y donde realmente está.
4
El pecado dio ojos al cuerpo pues, ¿qué van a querer ver los que están libres de pecado?
5
¿Qué necesidad tienen de escenas, sonidos o tacto?
6
¿Qué van a querer oír, o alcanzar para agarrar?
7
¿Qué van a querer percibir por los sentidos?
8
Percibir por los sentidos es no conocer.
9
Y la Verdad no puede contener sino el Conocimiento y nada más.
11
La
Unicidad
, con mayúscula es, en el eterno Presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
12
Don
con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula,
don
es el reflejo aquí del Don de Dios.
Presente
se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él.
Regalos
son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver
T7.6 [42] 24, T7.7 [65] 82, T7.8 [81]
13
Juzgar
es el complemento de la percepción del ego en el proceso fundamental para sobrevivir en la realidad de este mundo —mientras nuestro cuerpo viva en él— por el cual interpretamos y luego juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, proceso que culmina con nuestra decisión en cuanto a lo que son o cómo son las cosas, cuáles son potencialmente favorables y/o valiosas y cuáles peligrosas y/o culpables.
(T3.7 [57] 42-46)
Cuando aplicamos este proceso a personas, decidimos cuáles merecen que entremos con ellas en una relación especial, cuáles nos son indiferentes, y cuáles merecen castigo. El juzgar a tiempo nos protege y mantiene a salvo, aunque también establece separaciones, culpa, miedo y la carga imposible de tratar de actuar como Dios.
(M10.6)
Pero juzgar no es nuestra función,
(T14.6 [49] 25-27)
pertenece al Espíritu Santo, cuya percepción acertada nos lleva al conocimiento. Él no observa otra cosa que la diferencia que hay entre el reflejo aquí de la Realidad y las ilusiones de este mundo.
(M8.6)
Cuando habiendo aceptado el Redimir para nosotros mismos, perdonado al otro y extendido milagros, pensemos y percibamos acertadamente con el Espíritu Santo, sabremos qué hacer en toda circunstancia para tratar lo más posible que aquí sea el reflejo de la Realidad. Ver
T4.5 [64] 46- 48 y T3.8
14
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en la Eternidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.3 [38], T6.6.2, L200
15
… un amor o amistad desinteresada, porque ha desaparecido la diferencia que había entre las dos individualidades de ustedes…
16
La
visión de Cristo
es la parte de un proceso que comienza cuando decido que quiero ver el mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar al otro, aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. Al lograr perdonarlo totalmente en el mundo real de mi fuero interior, voy a experimentar la
visión de Cristo
, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
17
… desinteresadamente,
18
… porque tu Alma es una con el Alma del otro o de la otra…
|
|
T20.6
LOS HERALDOS DE LA ETERNIDAD
pár 41-42
|
|
T20.6 [41] 30
El cuerpo
19
de tu hermano tiene tan poca utilidad para ti como para él.
31
Cuando se usa
únicamente
de acuerdo con las enseñanzas del Espíritu Santo, no
tiene
función alguna, pues las mentes no
necesitan
el cuerpo para comunicarse.
32
La mirada que
ve
el cuerpo no es útil para el propósito de la relación santa.
33
Y mientras se sigan mirando el uno al otro de esta manera, los medios y el fin
no
estarán armonizados.
34
¿Por qué se habrían de necesitar tantos instantes santos para lograrlo, cuando con uno solo bastaría?
35
Realmente, no
hay
sino uno
20
.
36
El pequeño aliento de la Eternidad que atraviesa el tiempo como una luz dorada
21
es siempre el mismo: nada antes, nada después.
T20.6 [42] 37
Ves
cada instante santo como un punto
diferente
en el tiempo.
38
Pero
realmente,
nunca cambia
.
39
Todo lo que contuvo o contendrá alguna vez está aquí,
ahora, en este instante
.
40
El pasado no
le
quita nada, y el futuro no le
añadirá
nada más.
41
Así que aquí está
todo
.
42
Aquí se encuentra la belleza de tu relación, con los medios y el fin
ya
en perfecta armonía.
43
Aquí, la perfecta fe
22
que algún día se ofrecerán uno al otro
ya
te fue dada.
44
Y aquí, el ilimitado perdón
23
que se darán uno al otro
ya
les fue igualmente dado: la faz de Cristo que algún día verán,
ya
la viste.
|
|
19
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
20
… el eterno Presente de la Unicidad.
21
… reflejo aquí del eterno Presente,
22
Tener fe
es un proceso continuo que empieza cuando conciencio que a veces experimento pensamientos caritativos, compasivos, de compartir, de amistad desinteresada…, y
quiero creer
que son reflejos del Cielo que me vienen por medio del Espíritu Santo en mí; y ese
querer creer
se va a ir transformando en una
fe
al yo aplicar cada vez más y más a mi vida los procesos de no juzgar, perdonar y extender milagros que propone el
Curso
para salvarnos del sistema de pensamiento del ego y de todos los efectos que su separación de Dios ha causado y sigue causando. Esa
fe
se va a consolidar progresivamente a medida que en las relaciones santas que vayamos formando experimentemos la paz —que no es de este mundo— que los efectos de esos procesos traen consigo, lo cual, a su vez, reforzará nuestra decisión de
querer creer
en la
Verdad
que también nos propone el Curso, a saber, que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad, Nuestra
verdadera Realidad
, donde sólo hay Amor, Paz y Alegría y, que al no haber creado Dios más nada, nada que no sea Ella, realmente existe. Ver
T1.1.51 [93], T8.11 [110], T11.10 [95]
23
Perdonar
es un proceso que comienza cuando decido que quiero ver al mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave de la salvación de la separación y del ego está en el otro, quiero verlo de otra manera, es decir, quiero perdonarlo aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. En un primer paso, acepto que la causa de mis sufrimientos y dolor no se encuentra en el otro, en los demás, en el mundo, en un dios castigador, o en el destino, sino en mi mente separada que, por estar pensando con el ego, es la guionista y hacedora de todo este mundo en el que creemos que vivimos. Entonces, el Espíritu Santo me dice: "Hermano mío, escoge de nuevo", que es el segundo paso. El tercer paso se da cuando me doy cuenta de que realmente no tengo nada que perdonar aquí, porque no hay nada que perdonar en la Realidad —Donde quiero creer que como Almas estamos todos, Una en Cristo— y al lograr perdonar totalmente a ese otro en el mundo real de mi fuero interior, voy a vivir la divina experiencia de Amor de la unión con él que se va a extender a todos. Este es el último escalón que nos lleva conjuntamente a las puertas del Cielo. Ver
T15.9 [79] 6, T16, T17.7, LTe.1 (-221)
|
|
T20.6
LOS HERALDOS DE LA ETERNIDAD
pár 43-44
|
|
T20.6 [43] 45
¿Puedes acaso
evaluar
al que te da semejante presente?
46
¿
Cambiarías
ese presente por
cualquier
otro?
47
Ese presente restituye las leyes de Dios a tu memoria.
48
Y sólo
con
recordarlas,
tendrás
necesariamente que olvidar las leyes que te mantuvieron prisionero del dolor y de la muerte.
49
Este no es un
regalo
24
que el cuerpo de tu hermano te ofrece.
50
El velo que oculta el
presente
también oculta a tu hermano.
51
Él
es
el presente y, sin embargo, no lo sabe,
52
ni tú tampoco.
53
Pero ten fe en que el Que ve el presente en
ustedes dos
, lo dará y lo recibirá por
ustedes dos
.
54
Y a través de Su visión lo verás y, por medio de Su entendimiento, lo
reconocerás
y amarás como tuyo propio.
T20.6 [44] 55
Consuélate, y siente como el Espíritu Santo
25
cuida de ti con Amor y con perfecta confianza en lo que está viendo.
56
Él
conoce
al Hijo de Dios y comparte la certeza de su Padre de que el Universo descansa a salvo y en paz en sus manos afables.
57
Consideremos ahora lo que él tiene que aprender para
compartir
la confianza que su Padre tiene en él.
58
¿Quién
es
él realmente, para que el Creador del Universo se lo
26
entregue y, que sepa que estás seguro con él?
59
Él no se ve a sí mismo como su Padre lo conoce.
60
Y, sin embargo, es imposible que la confianza de Dios haya sido mal depositada.
|
|
24
… del ego
25
El
Espíritu Santo
, aquí, es el pensar de Cristo que conciencia el Conocimiento que yace más allá de la percepción. Al producirse la separación, el Espíritu Santo comenzó a estar presente aquí como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir. Allá, en la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios, Que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. Algunos de Sus sinónimos en el
Curso
son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Maestro", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", " Vínculo", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver
T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
26
… el reflejo aquí del Universo eterno,
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