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|
T24.7 [52] 22
No olvides que curar al Hijo de Dios es lo único
para
lo que sirve este mundo.
23
Ése es el
único
propósito que el Espíritu Santo ve en él y, por consiguiente, el único que realmente
tiene
.
24
Hasta que no veas la curación del Hijo como lo único que deseas que lleven a efecto tanto este mundo como el tiempo y
todas
las apariencias,
no
conocerás al Padre
n
i te conocerás a Ti Mismo.
25
Pues usarás al mundo para un propósito
distinto
del que tiene
18
y, al hacerlo,
no
escaparás de sus leyes de violencia y muerte.
26
No obstante, te es
dado
estar
más allá
de sus leyes en
todos
sus aspectos, en
todas
sus modalidades y en
toda
circunstancia, es decir, en
toda
tentación de percibir lo que
no
está realmente ahí y, en
toda
creencia de que el Hijo de Dios puede sufrir dolor por verse a sí mismo como realmente no es.
UCSM TEXTO CH 24, VII
T24.7
SALVARSE DEL MIEDO
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 265
La afabilidad de la Creación
1
es todo lo que veo
2
.
|
L265.1 1
Ciertamente
3
, he malinterpretado al mundo, ya que sobre él deposité mis pecados
4
y luego los vi devolviéndome la mirada.
2
¡Qué feroces parecían!
3
¡Y cuán equivocado estaba al pensar que aquello a lo que le tenía miedo se encontraba en el mundo, en vez de en mi propia mente!
4
Hoy veo el mundo
5
en la afabilidad celestial con la que brilla la Creación.
5
En él no hay miedo.
6
Que la presencia de alguno de mis pecados no nuble la luz celestial que brilla sobre el mundo.
7
Lo que se refleja aquí
6
se encuentra en la Mente de Dios.
8
Las imágenes que veo reflejan mis pensamientos.
9
Pero mi mente
7
es realmente Una con La de Dios.
10
Y, por eso
8
, puedo percibir
9
la afabilidad de la Creación.
L265.2 11
Padre, en esta quietud quiero mirar al mundo
10
, el cual, visto así, refleja Tus Pensamientos, al igual que los míos también.
12
Recordaré
11
que son iguales y veré la afabilidad de la Creación.
|
1
La
Creación
, con mayúscula, es en el Cielo la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en la eterna Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto no existe más nada realmente. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la
creación
es el reflejo de la Creación eterna Que queremos creer que es verdad y que es nuestra verdadera y única Realidad. Cuando pensamos con el ego, no "creamos" sino que "hacemos" según las leyes de este mundo. Ver
T2.1 [5] 16, T14.4 [36] 110, T30.3 [35]
2
… con la
visión de Cristo
, que es la parte de un proceso que comienza cuando habiendo logrado en la vida el mejor lugar que he podido, dadas las circunstancias en las que me ha tocado nacer y vivir, me pregunto si habrá alguna otra manera de vivir en el mundo con menos competencia, agresividad y defensas, y con algo de paz y alegría, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar a otro(s) —aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad— empiezo a perdonar hasta lograr en un instante santo del mundo real, perdonarlo(s) totalmente. En ese instante, voy a experimentar la
visión de Cristo
, que es la divina experiencia de Amor de la unión con otro(s), visión interior que luego voy a extender a todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
3
… pensando y percibiendo con mi ego,
4
… lo que pienso, percibo, juzgo y actúo con mi ego,
5
… pensando y percibiendo con el Espíritu Santo,
6
… en mi espíritu, que es la parte de mi mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo,
7
… que aquí está dividida entre mi ego y mi espíritu, Allá…
8
… aquí, cuando decido pensar con el Espíritu Santo,
9
… en mi fuero interno el reflejo de…
10
… con la visión de Cristo,
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
24
EL ESPECIALISMO Y LA SEPARACIÓN
T24.7
SALVARSE DEL MIEDO
49-61
[LA LECTURA DE TEXTO ESTÁ EN ESPERA
PARA EL FIN DE SEMANA]
|
T24.7 [49] 1
Ante la santidad
1
de tu hermano, el mundo
2
se aquieta, y la paz desciende tranquilamente sobre él y lo bendice en forma tan completa que ya no queda ninguna traza de conflicto que te aceche en la oscuridad de la noche.
2
Tu hermano es tu salvador
3
de los sueños de terror.
3
Te cura de tu sensación de sacrificio y de tu miedo
4
de que lo que posees sea dispersado por el viento y se convierta en polvo.
4
En él descansa tu certeza de que Dios está aquí, y de que está contigo
ahora
, en este instante
5
.
5
Mientras él sea para ti
6
lo que realmente es, puedes estar seguro de que es posible conocer a Dios y de que Lo
conocerás
.
6
Pues Él nunca podría abandonar a Su Propia Creación
7
.
7
Y la señal de que esto es así reside en tu hermano, que te ha sido dado para que todas tus dudas acerca de ti mismo puedan desaparecer ante su santidad
8
Ve en él la Creación de Dios,
9
pues en él, su Padre aguarda que reconozcas que Él
Te
8
creó como parte de Sí Mismo.
|
|
1
Santidad
, con mayúscula, es la experiencia de perfecto Amor o Espíritu Santo que compartimos —como Almas— entre nosotros y con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido.
2
… en tu fuero interno
3
Salvador
, con mayúscula, significa algunas veces en el
Curso
: Dios, el Espíritu Santo, Cristo, y Jesús. Pero, en minúscula,
salvador
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, su principal significado es el otro, los otros, a quienes hemos perdonado y/o con quienes hemos formado relaciones santas. Ellos son nuestros salvadores, porque cuando finalmente vemos interiormente con la visión de Cristo el reflejo de sus Almas, los hemos curado y salvado, y al hacerlo —porque realmente somos Uno con ellos— ellos también nos han curado y salvado. Cuando pensamos con el ego, salvador quiere decir cualquier salvador de cualquier cosa. Ver
T19.5.4.1 [102] 44, L78.9
4
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
5
… a pesar que tu razón, lógica, sentido común y experiencia te digan que "A Dios nadie lo ha visto nunca, Juan, 1, 18
6
… al
querer creer
que realmente todos somos Almas perfectas y eternas, todas Una en Cristo y Cristo Uno con Dios, y que realmente no estamos aquí, en el tiempo y el espacio, sino en Su eterna Unicidad, de la Cual realmente nunca nos hemos separado. Este querer creer curará todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque sanará a la mente que pensaba que todas estas cosas eran reales, y que sufría debido a la lealtad que les profesaba. Y, ¿qué es lo que el Curso nos pide…? Primero, nos pide
querer creer
en la Verdad que nos propone en los textos, a saber: Que Dios —a Quien nadie ha visto ni oído— existe; es perfecto y eterno y, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; que Dios no creó más nada; y, por eso, que nada de Ésa, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe; por consiguiente, que no somos cuerpos; que nuestra mente tiene dos partes: la del
ego
, que creó en falso o "hizo" el tiempo y el espacio, y todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez; un ego con el que mantenemos un interminable diálogo interno de "yo", "yo", "yo". En esto radica
aquí
, la paz de Dios: Aquietémonos un instante y olvidémonos de todas las cosas que alguna vez aprendimos, de todos los pensamientos que tuvimos, y de todas nuestras ideas preconcebidas acerca de lo que las cosas significan y de cuál es su propósito. Olvidémonos de nuestras propias ideas acerca del propósito del mundo, pues no sabemos realmente cuál es. Dejemos que toda imagen que tengamos sobre cualquier persona se desprenda de nuestras mentes y desaparezca. Sé inocente de todo juicio, no prestes atención a ningún pensamiento, bueno o malo, que alguna vez haya cruzado tu mente con respecto a alguien. Ahora no lo conoces realmente, Aquiétate bien por un instante. Ven sin ninguno de los pensamientos que alguna vez aprendiste, y deja a un lado todas las imágenes que hiciste. Lo viejo se derrumbará ante lo nuevo, sin que te le opongas o lo apoyes. Ninguna de las cosas que pensabas que eran valiosas, y que requerían de tu cuidado, serán atacadas. Tampoco se atacará tu deseo de oír un llamamiento que realmente nunca se hizo. Nada te hará daño en este santo lugar, donde vienes a escuchar en silencio y a aprender que lo que realmente quieres es la Verdad. No se te pedirá que aprendas más que esto. Pero, a medida que lo escuches, comprenderás que lo único que tienes que hacer es
desprenderte
de los pensamientos que realmente no querías, y que
nunca
fueron verdaderos. Ver
T31.1 [12], T31.2 [22]
7
La
Creación
, con mayúscula, es en el Cielo la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en la eterna Unicidad o Santísima Trinidad. No creó Más nada, por lo tanto, no existe más nada realmente. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la
creación
es el reflejo de la Creación eterna Que queremos creer que es verdad y que es nuestra verdadera y única Realidad. Cuando pensamos con el ego, no "creamos" sino que "hacemos" según las leyes de este mundo. Ver
T2.1 [5] 16, T14.4 [36] 110, T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
8
Te
, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas es Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios. En minúscula,
te
, cuando decides pensar con el Espíritu Santo y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver
T8.4 [20] 29, T23
|
|
T24.7
SALVARSE DEL MIEDO
pár 50-53
|
|
T24.7 [50] 10
Sin Ti
9
, a Dios le faltaría algo, el Cielo estaría incompleto y habría un Hijo sin Padre.
11
Ni el Universo ni la Realidad podrían existir.
12
Pues Lo que Dios quiere está completo, y forma parte de Él,
porque
Su Voluntad es Una
10
.
13
No hay nada que viva
11
que no forme parte de Él, ni nada
existe
12
que no
viva
en Él.
14
La santidad de tu hermano te demuestra que Dios es Uno con él
y
también contigo, y que lo que tu hermano posee es tuyo
porque
13
no estás separado de él
ni
de su Padre.
T24.7 [51] 15
No hay nada en todo el universo
14
que realmente no sea Tuyo
15
.
16
No hay nada que Dios haya creado que no haya puesto afablemente ante ti, para que sea Tuyo para siempre.
17
Y ningún Pensamiento que se encuentre en Su Mente puede estar ausente de la tuya realmente
16
.
18
Su Voluntad es que
compartas
Su Amor por Ti
17
y, que te mires a ti mismo tan amorosamente como Él Te concibió antes de que este mundo comenzara, y como todavía Te conoce.
19
Dios no cambia Su Parecer con respecto a Su Hijo por circunstancias pasajeras que no significan nada en la Eternidad donde mora y en la que Tú moras con Él.
20
Tu hermano
es
realmente tal como Él lo creó.
21
Y esto es lo que
te
salva de un mundo que Él no creó.
T24.7 [52] 22
No olvides que curar al Hijo de Dios es lo único
para
lo que sirve este mundo.
23
Ése es el
único
propósito que el Espíritu Santo ve en él y, por consiguiente, el único que realmente
tiene
.
24
Hasta que no veas la curación del Hijo como lo único que deseas que lleven a efecto tanto este mundo como el tiempo y
todas
las apariencias,
no
conocerás al Padre
n
i te conocerás a Ti Mismo.
25
Pues usarás al mundo para un propósito
distinto
del que tiene
18
y, al hacerlo,
no
escaparás de sus leyes de violencia y muerte.
26
No obstante, te es
dado
estar
más allá
de sus leyes en
todos
sus aspectos, en
todas
sus modalidades y en
toda
circunstancia, es decir, en
toda
tentación de percibir lo que
no
está realmente ahí y, en
toda
creencia de que el Hijo de Dios puede sufrir dolor por verse a sí mismo como realmente no es.
T24.7 [53] 27
Mira a tu hermano y ve en él la reversión total de las leyes que
parecen
regir este mundo.
28
Ve en su libertad la
tuya
, pues así
es
.
29
No dejes que su especialismo nuble la Verdad que está en él, pues no
te
podrás escapar de ninguna ley de muerte a la que lo condenes.
30
Y un solo pecado que veas en él será suficiente para mantener a
ambos
en el infierno.
31
Pero
19
Su perfecta Impecabilidad
20
los
liberará
a ambos pues la santidad es por demás imparcial, al emitir un mismo juicio con respecto a todo lo que mira de frente.
32
Y ese juicio no lo emite por sí sola, sino por medio de la Voz que habla por Dios en todo lo que realmente vive y comparte Su Ser.
|
|
9
… en tu mente, cuando piensas con el Espíritu Santo,
10
La
Voluntad de Dios
, en el eterno Presente de Su Unicidad —en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas son Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64-65], T13.5 [41], L193.1
11
… realmente, en el eterno Presente de la Unicidad de Dios, Que es donde todos como Almas Una en Cristo, el Hijo único de Dios, estamos realmente,
12
… realmente
13
… realmente
14
Universo
, con mayúscula, es sinónimo de la Unicidad de Dios, Cielo, Reino de los Cielos, Realidad, es decir, Todo lo creado por Dios. En minúscula,
universo
puede significar todo lo que está contenido en el tiempo y el espacio según el ego o, si estás pensando con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de la Unicidad de Dios. Ver
T28.3 [16] 8, T29.7 [39]
15
… como Cristo que realmente eres conjuntamente con tu hermano y todos los demás como Uno,
16
… porque realmente hay una sola
Mente
, con mayúscula, se refiere a la Mente única de Dios o de Cristo, y representa el agente que activa al Espíritu, aportándole su energía creadora. El Espíritu es el Pensamiento de Dios Que Él creó a Su semejanza. El Espíritu unificado es el Hijo único de Dios, o Cristo, en Quien nuestras Almas perfectas y eternas son Uno. En minúscula, la
mente
representa nuestra mente aquí, en la separación, y puede estar acertada o equivocada dependiendo de la voz que escuche. El
Curso
la describe como si tuviese dos partes: el espíritu (o mente acertada) y el ego. El espíritu es la parte que aún puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, cuando pensamos, percibimos, perdonamos y extendemos milagros con Él. El ego es la parte que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones. Ver
T2.2, T2.3, T5.4, T7.6, T10.2 [5]-[7], T19.2, T24.5 [35]-[36
],
T30.4 [43]
:
17
… con todos los demás como Uno, sin excepción,
18
… según el Espíritu Santo,
19
… el reflejo aquí de
20
La
Impecabilidad
, con mayúscula, es la condición de nuestras Almas en la eterna Unicidad de Dios, Que es donde Todas realmente están y son Una en Cristo, Su único Hijo. En minúscula,
impecabilidad
es el reflejo aquí de esa Condición eterna. El estado de impecabilidad es simplemente esto: todo deseo de atacar ha desaparecido, de modo que no hay razón para percibir al Hijo de Dios de ninguna otra forma que como realmente es. Ver
T20.5 [32], T25.6 [37]
|
|
T24.7
SALVARSE DEL MIEDO
pár 54-57
|
|
T24.7 [54] 33
La impecabilidad de
Cristo
es lo que miran los ojos que realmente ven.
34
Su
hermosura es lo que ven en todo.
35
Y es a
Él
a Quien buscan por todas partes, y no hay nada que miren, ni tiempo o lugar donde Él realmente
no
esté.
36
En la santidad de tu hermano —que es el marco perfecto para
tu
salvación y la del mundo— se encuentra el radiante recuerdo de Cristo en Quien tu hermano realmente vive, y tú conjuntamente con él.
37
No permitas que tus ojos sean cegados por el velo del especialismo que oculta la faz de Cristo tanto a él como a ti.
38
Y tampoco permitas que el miedo a Dios te siga privando de la visión que, se
supone
, tendrías.
39
El
cuerpo
21
de tu hermano no te muestra a Cristo.
40
Él
se encuentra
en la santidad de tu hermano.
T24.7 [55] 41
Así, te toca escoger o su cuerpo
o
su santidad, como lo que
quieres
ver; y aquel que escojas será todo tuyo para mirarlo.
42
Y serán muchas las ocasiones en las que tendrás que escoger, a lo largo de un tiempo que no parece tener fin, hasta que te decidas a favor de la Verdad.
43
Pues la Eternidad no se puede recuperar negando una vez más a Cristo Que está en tu hermano.
44
¿Y dónde se encuentra
tu
salvación, si él fuese solamente un cuerpo?
45
¿Dónde se encuentra
tu
paz, sino en su santidad?
46
¿Y dónde está Dios Mismo, sino en aquella parte de Cristo que ubicó eternamente en la Santidad de tu hermano, a fin de que
pudieras
ver la Verdad acerca de ti mismo, expuesta por fin en términos que puedes reconocer y comprender
22
?
T24.7 [56] 47
La santidad de tu hermano es sacramento y bendición para
ti
.
48
Sus errores
no
pueden privarlo de la bendición de Dios, ni tampoco a ti, que lo estás viendo verdaderamente.
49
Sus errores pueden causar demora, de la cual
se
te ha encomendado que lo liberes, para que ambos puedan completar un viaje que jamás comenzó y que, por tanto, no es
necesario
finalizar.
50
Lo que nunca existió
no
es parte de ti realmente.
51
No obstante,
creerás
que sí lo es, hasta tanto te des cuenta de que no forma parte del que se encuentra a tu lado.
52
Él es el reflejo de ti mismo, en el que ves el juicio que has emitido sobre
los dos
.
53
El Cristo en ti ve la santidad de él,
54
mientras que tu especialismo mira su cuerpo, pero a él, no lo ve.
T24.7 [57] 55
Míralo tal como realmente es, para que
tu
liberación
23
no tarde en llegar.
56
Porque lo único que te ofrece la otra opción es vagar sin rumbo, sin propósito, y sin haber logrado nada en absoluto.
57
Y mientras
24
tu hermano siga dormido, te atormentará una sensación de futilidad por no haber realizado la función que se te encomendó, hasta tanto no se ejecute lo que se te fue asignado y él haya dejado el pasado atrás
25
.
58
Él, que al igual que tú se condenó a sí mismo, te ha sido dado para que lo salves de la condenación, conjuntamente contigo.
59
Y
ambos
verán la gloria de Dios en Su Hijo, a quien tomaron por carne y sometieron a leyes que realmente
no
tienen ningún poder sobre él.
|
|
21
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
22
El
mundo real
es la meta de nuestro viaje, el estado de la mente que percibe aquí con el Espíritu Santo el reflejo de la eterna Unicidad. En esta percepción, no vemos nada que no justifique perdonar totalmente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirnos a otro (a otros) en una relación santa a favor de todos los demás. Ver
T12.7, T16.7, T26.4 [20]-[24], T30.6, T30.7, L129, LTe.8 (-L291)
23
Libertad
con mayúscula es, en la eterna Unicidad, la libre Voluntad de Dios de Amar o crear, Que es también la libre Voluntad de todos nosotros como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único hijo, de amar y ser amados. Aquí, en minúscula,
libertad
, cuando pienso "nos" con el Espíritu Santo, es la liberación del confinamiento impuesto por las mentes individuales separadas unas de otras, para amar sin excepción y por igual a todos, como reflejo de la Unicidad; y, cuando pienso con el ego, es lo que decido hacer con mi libre albedrío, según las leyes de la evolución y escasez. Ver
T2.6 [109], T5.4 [24], T8.3 [13], T13.7 [62], T17.6 [52], T20.4 [25], T26.9 [76], T29.4 [23], T30.3 [37], L199, LR6 (-206), L227
24
… en tu mente y según tus creencias,
25
Nuestra
verdadera función
es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada
únicamente
a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompleción. Ver
T18.6 [45] T20.5 [32, L62, L64, L65, L66, L99
|
|
T24.7
SALVARSE DEL MIEDO
pár 58-61
|
|
T24.7 [58] 60
¿No te alegraría descubrir que no
estás
sujeto a esas leyes
26
?
61
Entonces, no
lo
mires como si fuese un prisionero de ellas.
62
No puede
ser que lo que gobierna a una parte de Dios no gobierne a todo el resto.
63
Te
sometes a las leyes que consideras son las que rigen a
tu hermano
.
64
Piensa, entonces, cuán grande tiene que ser el Amor de Dios por
ti
, para que te haya dado una parte de Sí Mismo a fin de evitarte dolor y
brindarte
alegría.
65
Y nunca dudes de que tu especialismo desaparecerá ante la Voluntad de Dios, Quien ama y cuida cada parte de Él por igual
27
.
66
El Cristo en ti
puede
ver verdaderamente a tu hermano.
67
¿
Vas a oponerte
acaso a la santidad que Él ve?
T24.7 [59] 68
El especialismo es la función que te asignaste a ti mismo.
69
Vale sólo para ti, al ser autocreado, autosuficiente, al no tener ninguna necesidad y al no estar unido con nada más allá del cuerpo.
70
Ante los ojos del especialismo, eres un universo separado, con pleno poder para mantenerse completo en sí mismo, con todas las puertas bajo llave para evitar cualquier intromisión, y con todas las contraventanas cerradas para no dejar pasar la luz.
71
Siempre atacado y siempre furioso, con la ira siempre justificada plenamente, te has empeñado en perseguir esta meta con una guardia que nunca pensaste en bajar y un esfuerzo que nunca pensaste en cejar.
72
Y toda esa nefasta determinación fue para esto:
querías que el especialismo
28
fuese la verdad
.
T24.7 [60] 73
Ahora, simplemente se te pide que persigas otra meta que requiere mucha
menos
atención, poco esfuerzo y poco tiempo, y que cuenta con el poder de Dios para mantenerla y asegurar su éxito.
74
No obstante, de las dos metas,
ésta
es la que te resulta más difícil.
75
Entiendes el "
sacrificio
" de tu yo que la otra supone, aunque no consideras que
mantener la meta del ego
represente un costo excesivo.
76
Pero tener una pequeña dosis de buena voluntad, dar una señal de asentimiento a Dios, o dar la bienvenida al Cristo en ti, te parece una carga agotadora y tediosa, demasiado pesada para llevar.
77
No obstante, la dedicación a la Verdad tal como
Dios
La estableció
no
entraña sacrificios
ni
conlleva esfuerzo alguno, y todo el poder del Cielo y la fuerza de la Verdad misma se te dan a fin de proveerte los medios y
garantizar
la consecución de la meta.
T24.7 [61] 78
Tú
29
, que crees que es más fácil ver el cuerpo de tu hermano que su santidad, asegúrate de comprender qué fue lo que ocasionó ese juicio.
79
Aquí se oye claramente la voz del especialismo, juzgando
contra
Cristo y, estableciendo para
ti
el propósito que
puedes
lograr, así como lo que
no
eres capaz de hacer.
80
No olvides que ese juicio
tiene
que aplicarse a lo que haces con
tu especialismo
, en tanto que aliado tuyo.
81
Porque lo que haces por medio de Cristo
30
, tu especialismo no lo sabe.
82
Para Cristo, éste juicio no tiene ningún sentido, pues
sólo
lo que su Padre quiere es posible y, por consiguiente, no ve
ninguna
otra alternativa.
83
De Su
31
ausencia
de conflicto proviene tu paz;
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y de Su propósito, los medios para realizarte sin esfuerzo y hallar descanso.
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Ley
o
Leyes
, con mayúscula, son las de Dios y se reducen a una sola: amar, que es lo mismo que crear. Aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, nos regimos por el reflejo del eterno Amor de Dios. Y cuando pensamos con el ego, las
leyes,
en minúscula, son las que rigen este mundo, a saber, las de la evolución y de la escasez. Ver
T15.7, L76
27
… ya que realmente no somos individualidades separadas unas de otras y combatiendo interminablemente para sobrevivir, sino que somos el Hijo único de Dios, Cuyo reflejo aquí es la experiencia de Cristo.
28
… a pesar de que es una
Ilusión
que es todo lo "hecho" por nuestro ego primordial, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T8.5 [41], T8.7 [68] 113, T16, T21.3 [28] 96 T27.9 [82] 37 y 38
29
… cuando piensas con el ego y tu razón, lógica y sentido común hacen
30
… cuando piensas y percibes con el Espíritu Santo,
31
… del Cristo en ti, tu verdadero
Yo
, con mayúscula, Que es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos —como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
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