gráfico por
©Deposit Photos
|
T24.8 [63] 13
El recuerdo de Dios no brilla a solas.
14
Lo que está realmente en el fuero interno de tu hermano sigue conteniendo
5
Toda
la Creación: todo lo creado y lo que crea, todo lo nacido o por nacer, lo que todavía está en el futuro o lo que aparentemente dejó de ser.
15
Todo eso que está en él es inmutable, y reconocerás
tu propia
inmutabilidad cuando lo aceptes.
16
La santidad
6
que está en ti le pertenece.
17
Y
cuando
la ves en él
7
, regresa a
ti
.
18
Igualmente, todo tributo que hayas rendido a tu especialismo le pertenece y, de esta manera, también regresa a ti.
19
Todo el amor y cuidado que profesas a tu especialismo, la fuerte protección que le das, tu desvelo por él día y noche, tu profunda preocupación por su bienestar, así como la firme convicción de que eso es lo que eres, pertenecen igualmente, a tu hermano.
20
No hay nada que le hayas dado a tu especialismo que no sea
de él
.
21
Y no hay nada que le sea debido que
no
se te deba a ti.
UCSM TEXTO CH 24, VIII
T24.7
SALVARSE DEL MIEDO
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 266
Mi santo Yo1 mora en ti,
Hijo de Dios.
|
L266.1 1
Padre, todos Tus Hijos que me diste para que fuesen mis salvadores y mis consejeros en cuanto a cómo mirar; para mí, son los heraldos de Tu santa Voz.
2
En ellos Te ves reflejado y en ellos, Cristo se vuelve a mirarme desde mi Yo.
3
No permitas que Tu Hijo olvide Tu santo Nombre.
4
No permitas que Tu Hijo olvide su santa Fuente.
5
No permitas que Tu Hijo olvide que Su Nombre es el Tuyo.
L266.2 6
En este día entramos al paraíso
2
invocando el Nombre de Dios y el nuestro, reconociendo Nuestro Yo en cada uno de nosotros; unidos en el santo Amor de Dios.
7
¡Cuántos salvadores nos ha dado Dios!
8
¿Cómo podríamos perdernos en nuestro caminar hacia Él
3
, cuando ha poblado el mundo con aquellos que señalan el camino hacia Él y nos ha dado la vista para verlos?
|
1
Yo
, con mayúscula, es el eterno Yo de Cristo, el Hijo único de Dios, en Quien todos — como Almas eternas y perfectas— somos realmente Uno y, Quien es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. También es usado pocas veces como el Yo de Dios. En minúscula, tu
yo
es el ego si estás pensando con él, el yo que creemos que somos en el tiempo y el espacio, el cual, en la separación, hicimos para reemplazar a la eterna Creación de Dios, es decir, a Su único Hijo; o si decidiste pensar con el Espíritu Santo, tu yo es el reflejo aquí del eterno Yo de Cristo, en Quien todos somos realmente Uno.
Cristo
, aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
2
… en un instante santo
3
La
meta
del
Curso
: es aprender a pensar, percibir y actuar cada vez más con el Espíritu Santo y cada vez menos con el ego, de manera de liberar la fuerza de Dios en nosotros para que reverbere en todo lo que pensemos o hagamos; es —por medio del perdón y de la extensión de milagros— reconocer en el otro, en los demás, y en la relación santa, a nuestro verdadero Yo, Cristo, ya que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre en el eterno Presente de Su Unicidad; es liberarnos del pensar del ego para poder regresar a la Unicidad de Dios, de la Que realmente nunca nos hemos separado; es buscar y hallar en el otro y en los demás, el reflejo aquí del eterno Amor que Dios y Su Hijo comparten en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor Que eternamente Se profesan Uno a Otro, extendiendo así la Creación; es aprender a dar paz para tener paz, porque la paz es la condición aquí para alcanzar el conocimiento, porque esa es la condición para entrar en el mundo real. Ver
T4.2 [21] 111, T7.4 [23], T8.4 [22]
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
24
EL ESPECIALISMO Y LA SEPARACIÓN
T24.8
EL LUGAR DE ENCUENTRO
62-72
|
T24.8 [62] 1
¡Con cuánta amargura todo el que se encuentra encadenado a este mundo defiende el especialismo que
quiere
que sea la verdad!
2
Su deseo es ley para él, y por eso, lo obedece.
3
Nada que su especialismo le exige, se lo niega.
4
Nada que su especialismo necesite se lo niega, ya que lo ama.
5
Y cuando su especialismo lo llama, no oye la otra Voz
1
.
6
Ningún esfuerzo es demasiado grande, ningún costo excesivo ni ningún precio prohibitivo a la hora de salvar su especialismo del más leve desaire, del más mínimo ataque, de la menor duda, del menor indicio de amenaza, o de cualquier otra cosa que no sea la reverencia más absoluta.
7
El especialismo es tu hijo, que amas
2
como tu Padre Te ama a Ti
3
.
8
Él es quien ocupa el lugar de tus creaciones
4
, que realmente
son
tu hijo y, que se te dieron para que
compartieses
la Paternidad de Dios, no para que
se
la arrebatases.
9
¿Quién
es
este hijo que has hecho para que sea tu fuerza?
10
¿Quién es este niño de la tierra sobre quien vuelcas tanto amor?
11
¿Qué es esta parodia de la Creación de Dios que ocupa el lugar de
tus
creaciones?
12
¿Y dónde están
éstas
ahora que el anfitrión de Dios ha encontrado otro hijo al que prefiere en lugar de Ellas?
T24.8 [63] 13
El recuerdo de Dios no brilla a solas.
14
Lo que está realmente en el fuero interno de tu hermano sigue conteniendo
5
Toda
la Creación: todo lo creado y lo que crea, todo lo nacido o por nacer, lo que todavía está en el futuro o lo que aparentemente dejó de ser.
15
Todo eso que está en él es inmutable, y reconocerás
tu propia
inmutabilidad cuando lo aceptes.
16
La santidad
6
que está en ti le pertenece.
17
Y
cuando
la ves en él
7
, regresa a
ti
.
18
Igualmente, todo tributo que hayas rendido a tu especialismo le pertenece y, de esta manera, también regresa a ti.
19
Todo el amor y cuidado que profesas a tu especialismo, la fuerte protección que le das, tu desvelo por él día y noche, tu profunda preocupación por su bienestar, así como la firme convicción de que eso es lo que eres, pertenecen igualmente, a tu hermano.
20
No hay nada que le hayas dado a tu especialismo que no sea
de él
.
21
Y no hay nada que le sea debido que
no
se te deba a ti.
T24.8 [64] 22
¿Cómo puedes
conocer
tu valía mientras
8
te domina tu especialismo?
23
¿Cómo puedes
no
reconocerla en la santidad de tu hermano?
24
No trates de convertir a tu especialismo en la verdad, pues si así fuese, estarías ciertamente perdido.
25
En lugar de ello, siéntete agradecido de que se te haya concedido ver la santidad de tu hermano
9
,
porque
eso sí es la Verdad.
26
Y lo que es verdadero en él
tiene
que ser igualmente verdadero en ti.
|
|
1
El
Espíritu Santo
, aquí, es el pensar de Cristo que conciencia el Conocimiento que yace más allá de la percepción. Al producirse la separación, el Espíritu Santo comenzó a estar presente aquí como una protección, inspirando al mismo tiempo el comienzo del proceso del Redimir. Allá, en la eterna Unicidad de Dios, es el Pensamiento de Amor de Dios, Que nos creó como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo. Algunos de Sus sinónimos en el
Curso
son: "Consolador", "Guía", "Intérprete", "Mediador", "Maestro", "Palabra de Dios", "Redimir", "Respuesta", "Traductor", "Verdad", " Vínculo", "Voz que habla por Dios", "Voz de Dios". Ver
T5.3, T5.4, T.5.5, T6.6, T9.5, T20.5, LTe.7 (-L281)
2
… porque casi todo el tiempo, tu cerebro procesa los pensamientos de la evolución y de la escasez de tu ego…con tu ego
3
… cuando emergen esos impulsos milagrosos desde lo más profundo de tu fuero interior, desde lo más profundo de tu subconsciente…
4
Las
creaciones
, en minúscula, son las que hacemos aquí —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos milagros— como un reflejo de las Creaciones que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo. Y, aquí también,
somos
el reflejo de las creaciones de Dios, cuando después de habernos unido como uno en nuestra mente con el o los hermanos a quienes habíamos perdonado y extendido milagros, experimentamos en un instante santo del mundo real, que, ahora, todos
somos
Uno en Cristo. Ver
T1.1.24 [27] 4, T1.1.44 [71] 3, T14.5 [45] 61
5
… el reflejo aquí de
6
Santidad
, con mayúscula, es la experiencia de perfecto Amor o Espíritu Santo que compartimos —como Almas— entre nosotros y con Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido. Ver
L36, L37, L39
7
… en la experiencia de Cristo, en la que las individualidades han desaparecido,
8
… en tu mente y en tus creencias
9
… en el perdón y en la extensión de milagros
|
|
T24.8
EL LUGAR DE ENCUENTRO
pár 65-66
|
|
T24.8 [65] 27
Hazte esta pregunta: ¿
Eres acaso capaz de proteger la mente
10
?
28
El cuerpo sí, un poco, pero no del tiempo, sino temporalmente.
29
Y a mucho de lo que crees estar salvando, le estás haciendo daño.
30
¿
Para qué
lo quieres salvar
11
?
31
Pues en esa decisión radica
tanto
su salud
como
su daño.
32
Sálvalo para el espectáculo, o como carnada para pescar otro pez, o para albergar más elegantemente tu especialismo, o para tejer un marco de hermosura alrededor de tu odio, y estarás condenándolo al deterioro y al dolor.
33
Y si ves ese propósito en el cuerpo de tu hermano, a eso mismo condenarás el tuyo.
34
Por eso
12
, teje más bien un marco de santidad alrededor de tu hermano, de modo que la Verdad pueda brillar sobre él y
salvarte
del deterioro.
T24.8 [66] 35
El Padre mantiene a salvo Lo que
Él
creó
13
.
36
Tú
no Lo puedes afectar con las falsas ideas que inventaste,
debido a
14
que no fue creado por ti.
37
No permitas que tus absurdas fantasías
15
te asusten.
38
Lo que es inmortal no puede
ser
atacado; lo que es tan sólo temporal no
tiene
efectos reales
16
.
39
Sólo el
propósito
que ves en lo temporal tiene significado, y si
éste significado
17
es verdadero, la seguridad de lo que se haga con lo temporal estará garantizada.
40
De lo contrario, lo temporal no
tendrá
ningún propósito real y, como medio, no servirá de nada
18
.
41
Cualquier cosa que se perciba como medio para alcanzar la Verdad,
comparte
la santidad de Ésta y descansa en una luz
19
tan segura como Ella misma.
42
Esa luz no desaparecerá cuando lo temporal haya dejado de existir.
43
Su santo propósito le
dio
inmortalidad, encendiendo otra luz en el Cielo, donde Tus Creaciones reconocen un presente proveniente de
ti
, como una señal de que
no
Las olvidaste.
|
|
10
… no sabemos de dónde nos llegan los pensamientos, sólo sabemos que los procesamos
con el cerebro y que Sólo hay dos
sistemas de pensamiento
: el del
ego
, de acuerdo a las leyes de la evolución y escasez, y el del
Espíritu Santo
, reflejo aquí del Espíritu o Pensar de Dios, Que es Amor. Ver
T3.9 [72], T18.10
11
… para mejor atacar, defenderte, apropiarte, etc., o, para comunicarte de verdad:
Comunicación
y Creación, con mayúscula, son, en el Cielo, sinónimos, pues Dios, por medio de Su Pensar de Amor o Espíritu Santo, nos creó como Su Hijo único y, mediante esa Comunicación, estableció para toda la Eternidad un canal para la recepción de Su Amor y de Su Voluntad. En minúscula,
comunicación,
cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de Esa eterna Comunicación y, cuando pensamos con el ego, es la comunicación que tratamos de establecer con las mentes separadas de los demás. Ver
T1.1.49 [81] 1-4, T1.1.51 [86] 4, T14.2 [4] 4-6
12
… en tu mente
13
… en la
Unicidad
, que con mayúscula es, en el eterno Presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
14
… que el
Hijo único de Dios
o Cristo, en Quien todos —como Almas— somos realmente Uno, es Uno con Dios en Su eterna Unicidad. Nos convertimos aquí en el reflejo de Cristo cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente al otro (s) y extendemos los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el sistema de pensamiento del ego y creemos que su realidad del tiempo y del espacio es verdadera —que es lo que hacemos "usualmente"— entonces nos convertimos en el Hijo separado de Dios. Ver
, T3.3 [19], T3.7 [57-59], T10.5, T17.1, T29.9, L40, L163, LTE.14 (-L351)
15
… el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen…
16
… en el Cielo, que es Donde realmente estamos todos, como Uno, o Cristo, el Hijo único de Dios
17
Significado,
con mayúscula es, en la eterna Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
significado
es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver
T20.7 [45]
18
… sino un sitio donde nacer, crecer, decrecer y morir…
19
Luz
, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
luz
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu en nuestra mente en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver
T5.1 [1]-[3], T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L61, L73, L93
|
|
T24.8
EL LUGAR DE ENCUENTRO
pár 67-70
|
|
T24.8 [67] 44
La prueba a la que puedes someter
todo
lo de esta tierra es simplemente ésta:
45
¿
"
Para qué
sirve
?"
46
La respuesta que des te dirá lo que representa para ti.
47
De por sí,
no
tiene significado; no obstante, le puedes
otorgar
20
realidad, dependiendo del propósito al que
sirvas
21
.
48
En esto no
eres
más que un medio, al igual que todo lo de esta tierra.
49
Dios es a la vez Medio y Fin.
50
En el Cielo, los Medios y el Fin son Uno, y Uno con Él.
51
Éste es el estado de la verdadera Creación, que no se encuentra en el tiempo, sino en la Eternidad.
52
Esto no se puede describir a nadie aquí.
53
Tampoco hay modo de aprender lo que esa condición significa.
54
No lo vas a comprender hasta que habiendo
sobrepasado
el aprendizaje, llegues a Lo que es dado; no hasta que vuelvas a construir un santo hogar para
tus
creaciones.
T24.8 [68] 55
Un Cocreador con el Padre tiene necesariamente que tener un Hijo.
56
Además, este Hijo tiene necesariamente que haber sido creado a semejanza del Cocreador:
57
un Ser perfecto, todo abarcador y abarcado por todo; al Que no hay nada que añadir ni nada que
quitarle
; que no ha nacido en ningún lugar o tiempo, ni tiene tamaño, ni está sujeto a límites o incertidumbres de
ninguna
clase.
58
Aquí los medios y el fin se unen en Uno, y este Uno no tiene fin alguno.
59
Todo esto es verdad y, no obstante, no significará nada para cualquiera que todavía retiene en su memoria una sola lección no aprendida, un solo pensamiento cuyo propósito sea aún incierto, o un solo deseo con un objetivo dividido.
T24.8 [69] 60
Este
Curso
no pretende enseñar lo que no se puede aprender fácilmente.
61
Su alcance no excede el tuyo, excepto para decir que lo que es tuyo te llegará cuando estés preparado.
62
Aquí los medios y el propósito están separados porque así fueron hechos y, así se perciben.
63
Por consiguiente, los tratamos como si lo estuviesen.
64
Es esencial tener presente que
toda
percepción
22
seguirá invertida hasta que se haya comprendido su
propósito
.
65
La percepción no
parece
ser un medio.
66
Y esto es lo que hace que sea tan difícil comprender hasta qué punto
tiene
que depender del
propósito
que tú le asignas.
67
Parece que es la percepción la que te
enseña
lo que ves.
68
No obstante, lo único que hace es dar testimonio de lo que
tú
enseñaste.
69
Es el cuadro externo de un deseo: la imagen de lo que tú
querías
que fuese verdad.
T24.8 [70] 70
Mírate a ti mismo, y verás un cuerpo.
71
Mira a este cuerpo bajo otra luz y se verá diferente.
72
Y sin ninguna luz parecerá haber desaparecido.
73
No obstante, estás convencido de que sigue ahí porque aún puedes tocarlo con tus manos y oír sus movimientos.
74
He aquí la imagen que
quieres
tener de ti mismo.
75
Es el medio que convierte tu deseo en realidad.
76
Te
proporciona
los ojos con los que lo miras, las manos con las que lo tocas, y los oídos con los que escuchas los sonidos que emite.
77
Te prueba su propia realidad
.
|
|
20
… un reflejo aquí de la Realidad…
21
… el propósito del Espíritu Santo o el del ego.
22
Percepción
: En el eterno Presente de la Unicidad de Dios —Que es donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo, y Uno con Dios— la
percepción
no existe, porque el Conocimiento nos hace saber y experimentar que Todo es Uno y, por consiguiente, no hay nada que percibir. Pero en la separación, cuando pensamos con el ego, La
percepción
es el proceso fundamental para sobrevivir por el cual interpretamos o juzgamos la información recibida por nuestros sentidos de algo separado de nuestra mente, algo que ella ha proyectado de acuerdo con su creencia en la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Y cuando habiendo decidido pensar con el Espíritu Santo, hemos aceptado el Redimir para nosotros mismos, nuestra percepción gradualmente se vuelve "
acertada
", es decir, trata de librarse de cualquier pensamiento en el que se ataca, iniciando el proceso de llevarnos a la "
percepción verdadera
" en el mundo real donde perdonaremos a nuestro hermano, perdonándonos así a nosotros mismos también. Ver
T13, T14.4 [24] 7, T14.6 [46]
|
|
T24.8
EL LUGAR DE ENCUENTRO
pár 71-72
|
|
T24.8 [71] 78
Así elaboró el cuerpo
23
una
teoría
de ti mismo, sin presentar
ninguna otra
evidencia de su existencia
que
él mismo,
ni
ninguna posibilidad de escape a la vista.
79
Su curso es seguro, cuando se mira a través de sus propios ojos.
80
Crece y se marchita, florece y muere.
81
Y no te puedes concebir
separado
de él.
82
Lo tildas de pecador y odias sus actos, tachándolo de malvado.
83
No obstante, tu especialismo susurra: "He aquí a mi amado hijo, en quien me complazco".
84
Así se convierte el "hijo" en el
medio
para servir el propósito de su "padre".
85
No
es idéntico, ni siquiera parecido al "padre", aunque sigue siendo el medio para ofrecerle
lo que él quiere
.
86
Tal es la parodia que se hace de la Creación de Dios.
87
Así como la Creación de Su Hijo
Lo
hizo feliz, fue testimonio de
Su
Amor, y compartió
Su
Propósito, el cuerpo da testimonio de la idea que lo hizo y habla a favor de
su
realidad y verdad.
T24.8 [72] 88
Y así fueron hechos dos hijos, y
ambos
parecen caminar por esta tierra sin un lugar donde reunirse y
sin
un punto de encuentro.
89
A uno de ellos —tu
propio
hijo amado— lo percibes como
externo
a ti.
90
El otro se encuentra en el fuero interno del Hijo de su Padre, es decir, en el fuero interno de tu hermano así como en el tuyo.
91
La diferencia entre ellos no estriba en sus apariencias, ni en el lugar al que van, ni siquiera en lo que hacen.
92
Tienen un propósito diferente
al del cuerpo
24
.
93
Eso es lo que los une a los que les son semejantes, y lo que los separa de todos los aspectos cuyo propósito
difiere
del de ellos.
94
El Hijo de Dios sigue conservando la Voluntad de su Padre.
95
El hijo del hombre percibe una voluntad ajena
y desea que ésta sea verdad
.
96
Y así, su percepción apoya su deseo, haciendo que
parezca
verdad.
97
No obstante, la percepción puede servir
otro
propósito.
98
No está sujeta al especialismo sino porque así lo decidiste.
99
Y se te
ha
dado poder tomar otra decisión, y usar la percepción
para un propósito diferente
.
100
Y lo que veas servirá debidamente ese propósito, y te
probará su
propia realidad
25
|
|
23
… tu pensar con el ego
24
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
25
La
Realidad
, con mayúscula, significa la eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula,
realidad
significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio que hicimos y, en la que habitualmente pensamos, percibimos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, perdonamos y extendemos milagros, podemos acceder al nivel superior y espiritual de esta realidad, la cual el
Curso
denomina
mundo real
, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver
T3.6 [50] 82, T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
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