gráfico por
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11
Todo pensamiento curativo que aceptas —proceda éste
de
un hermano o de tu
propia
mente— te enseña que realmente eres el Hijo de Dios.
12
En todo pensamiento hiriente que guardas, dondequiera que lo percibas, yace la negación de la Paternidad de Dios y de tu Filiación.
UCSM CH 10.3 [17]
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 118
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L6 (L105-106)
Para los repasos de mañana y noche:
L118 (L105) 1
Mías son realmente la Paz y la Alegría de Dios.
2
Hoy aceptaré la paz y la alegría de Dios en grato intercambio por todos los substitutos de la felicidad y de la paz que yo mismo hice.
L118 (L106) 3
Me aquietaré y escucharé la Verdad.
4
Que mi débil voz se acalle, para así poder oír a la poderosa Voz de la Misma Verdad Que me asegura que soy realmente el perfecto Hijo de Dios.
5
Al dar la hora:
6
Mías son la Paz y la Alegría de Dios.
7
Media hora más tarde:
8
Me aquietaré y escucharé la Verdad.
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
10
DIOS Y EL EGO
T10.3
QUERER CURAR
[EN PAUSA PARA EL FIN DE SEMANA
]
|
T10.3 [16] 1
Si estar enfermo es estar separado, la voluntad de curar
1
y
ser curado
constituye el primer paso en
reconocer lo que verdaderamente quieres
.
2
Cada
ataque
te
aleja
de esto, y todo pensamiento curativo lo acerca.
3
El Hijo de Dios
es
tanto Padre como Hijo, porque realmente
es
a la vez Padre e Hijo.
4
Unir el poseer y el ser no es otra cosa que unir tu voluntad a La de Él, pues Él quiere
unirse
a ti.
5
Y tú también quieres unirte a
Él
, porque en tu perfecto entendimiento de Él
sabes
que no
hay
sino una sola Voluntad.
6
Pero cuando atacas a cualquier parte de Dios y Su Reino, tu entendimiento
no
es perfecto y, por consiguiente, pierdes lo que
Tú
2
quieres.
T10.3 [17] 7
Así, curar se convierte
en una lección de entendimiento
y, cuanto más la practicas, mejor maestro
y estudiante
te vuelves.
8
Si
negaste
la Verdad, ¿qué mejores testigos de Su realidad podrías tener que los que
Ella
ha curado?
9
Pero asegúrate de contarte a ti mismo entre ellos, pues
te
curarás estando dispuesto a unirte a ellos.
10
Todo milagro
3
que extiendes te habla de la Paternidad de Dios.
11
Todo pensamiento curativo que aceptas —proceda éste
de
un hermano o de tu
propia
mente— te enseña que realmente eres el Hijo de Dios.
12
En todo pensamiento hiriente que guardas, dondequiera que lo percibas, yace la negación de la Paternidad de Dios y de tu Filiación.
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1
Curar
(o
curación
como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra mente a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver
T2.3 [69], T4.5 [66] 56, T4.9 [106], T5.1 [1]-[2], T5.2 [5] 1, T5.3 [18], T19.2
2
… como Cristo
3
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para
curar
la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta del Curso
. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
|
|
T10.3
QUERER CURAR
pár
18-19
|
T10.3 [18] 13
Y la negación
es
tan total como el Amor
4
.
14
No puedes negar
parte
de ti mismo
5
porque el resto parecerá no estar integrado en ti y, por consiguiente, desprovisto de significado
6
.
15
Y al no tener significado
para ti
, no lo entenderás.
16
Por eso, negar lo que tiene significado
constituye
necesariamente una falla de entendimiento.
17
Sólo puedes curarte a ti mismo, porque únicamente el Hijo de Dios
7
tiene necesidad
que lo curen.
18
Él lo necesita porque no se entiende a sí mismo y, por consiguiente, no sabe lo que hace.
19
Al haber olvidado su
8
voluntad, no sabe lo que realmente
quiere
.
T10.3 [19] 20
Curar
9
es señal de que el
Hijo de Dios quiere unir las partes en un todo
10
.
21
Y esta disposición abre sus
propios
oídos a la Voz del Espíritu Santo, Cuyo mensaje
es
la Completitud
11
.
22
Él te capacitará para que vayas mucho más allá de la curación que quisieras emprender, pues al lado de tu pequeña disposición de unir las partes en un todo, Él colocará Su Propia Voluntad
completada
, haciendo que la
tuya
12
se complete por igual.
23
¿Es que hay algo que el Hijo de Dios
no
pueda lograr con la Paternidad de Dios en él?
24
Pero la invitación
13
tiene que venir de ti, pues seguramente has aprendido que quien invitas a ser tu huésped
va a
morar en ti.
|
4
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetuas Armonía y alegre Concordia; y
aquí
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás
. En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él.
5
… el otro, los demás a los que no has perdonado, a Dios,
6
Significado,
con mayúscula es, en la eterna Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
significado
es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver
T20.7 [45]
7
… aquí, cuando cree que está separado
8
… verdadera
9
… a otro
10
… el impulso subconsciente de querer ser uno con todo que fomenta el residuo bendito y que de pronto aflora al consciente: El
residuo bendito
es la memoria o reflejo que llevamos en lo profundo de nuestro subconsciente, del arropamiento del Amor de Dios a todos cual Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en Su eterna Unicidad.
Ver
T5.7 [60] 7
11
La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, la
completitud
es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestra mente en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Ver
T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78] 90-94, T29.3 [19] 69
12
Voluntad
, con mayúscula, es la Voluntad de Dios y de Su Hijo, ya que son Uno; en minúscula,
voluntad
es nuestra voluntad aquí según con quien pensamos: el ego o el Espíritu Santo; en este caso, pensando con el Espíritu Santo, como reflejo aquí de la Voluntad de Cristo.
13
… al Espíritu Santo para que piense contigo
|
|
T10.3
QUERER CURAR
pár
20-22
|
T10.3 [20] 25
El Espíritu Santo no puede hablar a un anfitrión que no le dé la bienvenida,
porque no será escuchado
.
26
El Eterno Invitado
14
sigue presente, pero la Voz Que habla por Él se vuelve cada vez más tenue en compañía de extraños.
27
El Espíritu Santo necesita tu protección
15
, pero solamente porque tu cuidado será la señal de que realmente
quieres
Su compañía.
28
Con que pienses como Él, aunque sólo sea por un instante, la pequeña chispa se convertirá en una brillante luz que llenará tu mente de tal manera que Él se convertirá en tu
único Invitado
.
29
Cada vez que pidas al ego que entre en tu mente, estarás menoscabando
tu
bienvenida al Espíritu Santo.
30
Él
no se va a ir por eso, pero
tú
te habrás aliado al ego
en contra
de Él.
31
Sea uno u otro con quien decidas emprender el viaje, Él irá contigo aunque tenga que esperar tu invitación.
32
Puedes confiar plenamente en Su paciencia, pues Él no
puede
abandonar a una parte de Dios
16
.
33
No obstante, tú necesitas hacer mucho más que confiar en Su paciencia.
T10.3 [21] 34
Nunca descansarás hasta que conozcas cuál es tu función
17
y la ejerzas
, pues sólo cuando lo hagas podrán unirse completamente la Voluntad de tu Padre y la tuya.
35
Tener a Dios en sí mismo es ser como Él, y Él se ha dado a Sí Mismo a Ti.
36
Tú que tienes a Dios en ti,
tienes
necesariamente que ser como Dios, pues mediante Su don
Su
Función se convirtió en
la tuya
.
37
Invita este conocimiento a que regrese a las mentes de todos, y no dejes que entre nada que pueda enturbiarlo.
38
El Invitado Que Dios te envió te enseñará cómo hacerlo sólo con que reconozcas a la pequeña chispa y estés
dispuesto a dejar que crezca
.
39
No es necesario que
tu
disposición sea perfecta, porque La Suya lo
es
.
40
Solo tienes que ofrecerle un pequeño lugar y Él lo iluminará tanto que lo extenderás con agrado.
41
Y, mediante
esta
extensión, comenzarás a recordar a la Creación.
T10.3 [22] 42
¿Qué prefieres ser, rehén del ego o anfitrión de Dios?
43
Aceptarás únicamente a quien
tú
invites.
44
Eres libre de determinar quién ha de ser tu invitado y cuánto tiempo ha de permanecer en ti.
45
Pero esto no es la
verdadera
libertad, pues todavía depende de cómo lo veas.
46
El Espíritu Santo está
ahí
aunque no podrá ayudarte a menos que Lo invites, y el ego no es nada tanto si lo invitas a entrar como si no.
47
La verdadera libertad depende de que des la bienvenida a
18
la
Realidad
y de que te des cuenta de que, entre tus invitados, sólo el Espíritu Santo es real.
48
Así pues, conoce Quién mora en ti simplemente reconociendo
Lo que ya está ahí
y no te dejes satisfacer por consoladores imaginarios, pues el Consolador de Dios está en ti.
|
14
… Que es Dios
15
… contra tu pensar instintivo con tu ego
16
… que cree estar separada.
17
Nuestra
verdadera función
es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada
únicamente
a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompleción. Ver
T18.6 [45] T20.5 [32, L62, L64, L65, L66, L99
18
… el reflejo aquí de
|
|
T10.4
DE LA OSCURIDAD A LA LUZ
pár
23-24
|
|
T10.4 [23] 1
Cuando estés cansado, recuerda que es porque te has hecho daño a ti mismo.
2
Tu Consolador
1
hará que descanses, pues
tú
2
no puedes.
3
No sabes cómo hacerlo
porque, si lo supieras, nunca hubieses podido llegar a cansarte.
4
Si no se hubiesen hecho daño a sí mismos, ustedes no podrían nunca sufrir de
ninguna
manera, pues ésa no es la Voluntad de Dios para Su Hijo.
5
El dolor es ajeno a Dios, ya que Él no sabe de ataques y Su paz les rodea silenciosamente.
6
Dios está muy tranquilo, ya que en Él no hay conflicto.
7
El conflicto es la raíz de todos los males, pues al ser ciego no ve a quien ataca.
8
No obstante,
siempre
ataca al Hijo de Dios y el Hijo de Dios eres
Tú
3
.
T10.4 [24] 9
El Hijo de Dios necesita ciertamente consuelo, pues no sabe lo que hace al creer que su voluntad
4
no es la suya.
10
El Reino es realmente Suyo
5
, y no obstante vaga sin hogar.
11
Aunque está realmente en Casa en Dios, se siente solo y, en medio de todos sus hermanos
6
, siente que no tiene amigos.
12
¿
Permitiría
Dios que esto fuese real, cuando Él Mismo no quiso estar solo?
13
Y si tu voluntad es realmente La de Él, estar solo
no puede
ser verdad con respecto a ti
porque
no lo es con respecto a Él
7
.
14
¡Niños míos, si sólo supiesen lo que Dios quiere para ustedes, estarían completamente alegres!
15
Y lo que Él quiere
ha
ocurrido, pues
siempre
fue verdad.
|
|
1
… el Espíritu Santo
2
… mientras sigas pensando con tu ego
3
Tú
, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas es Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios. En minúscula,
tú
, cuando decides pensar con el Espíritu Santo y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él.
4
… cuando piensa con el Espíritu Santo, es decir, el reflejo aquí de Su Voluntad eterna Que es La de Dios
5
El Reino o el Cielo o la
Unicidad
, con mayúscula es, en el eterno presente del Cielo, Dios creando a Su único Hijo en un pensamiento de Amor o Espíritu Santo, Amor que se profesan eternamente Uno al Otro en perfecta armonía y alegre concordia. En minúscula,
unicidad
es la idea procesada en nuestro espíritu —la parte de nuestro cerebro que es capaz de compasión, de compartir y de amistad desinteresada— nacida del anhelo natural de unirnos amorosamente a todos y a todo, cuando logramos acallar en nuestro cerebro los deseos, ambiciones y pasiones del ego. Es el reflejo aquí de lo que queremos creer que es la eterna Unicidad de Dios. Ver
T8.5 [38], T10.2 [15], T26.2
6
… a los que percibe con su ego
7
La
Voluntad de Dios
, en Su eterna Unicidad, es amar y ser amado en paz y alegría por Su único Hijo, Cristo, en Quien todos —como Almas perfectas y eternas— somos realmente Uno y Quien es Uno con Dios, Su Padre. Aquí, la Voluntad de Dios quiere decir que por medio del perdón y de la extensión de milagros nos volvamos el reflejo de la eterna Unicidad en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64-65], T13.5 [41]
|
|
T10.4
DE LA OSCURIDAD A LA LUZ
pár
25-26
|
|
T10.4 [25] 16
Cuando venga la luz
8
y hayas dicho: "La Voluntad de Dios es la mía", verás una belleza tal que
sabrás
que no viene de ti.
17
A partir de tu alegría, crearás belleza en Su Nombre, pues
tu
alegría será tan incontenible como La de Él.
18
El insignificante mundo deprimente se desvanecerá en la nada
9
y tu corazón estará tan lleno de alegría que dará un salto al Cielo y se colocará ante la Presencia de Dios.
19
No puedo describir a todos ustedes cómo será esto, pues sus corazones todavía no están listos
10
.
20
No obstante,
puedo
decirles, y recordarles a menudo, que Lo que Dios quiere para Sí Lo quiere para
ustedes
11
, y que Lo que Él quiere para ustedes
es
realmente de ustedes.
T10.4 [26] 21
El camino no es arduo, pero ciertamente
es
muy diferente.
22
El tuyo es el camino del dolor, del cual Dios no sabe nada
12
.
23
Ése
camino es ciertamente arduo y, además, muy solitario.
24
El miedo y la aflicción son tus invitados y moran en ti acompañándote en tu caminar.
25
Pero el viaje lleno de amenazas no es camino para el Hijo de Dios.
26
Camina en la luz
13
y no veas a los compañeros que parecen amenazarte, pues no son compañeros dignos del Hijo de Dios, Quien fue creado
de
la Luz y
en
la Luz.
27
La Luz Mayor
siempre
te rodea e irradia
desde
ti
14
.
28
¿Cómo podrías ver compañeros amenazantes en medio de una luz como Ésa?
29
Si
los
ves, es únicamente porque estás
negando
la Luz.
30
Pero
niégalos a ellos en vez de negar la Luz
, pues la Luz está aquí y el camino está realmente despejado.
|
|
8
Luz
, con mayúscula, es el Conocimiento que Dios nos dio al crearnos mediante Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
luz
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es el reflejo aquí de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro espíritu en nuestra mente en un instante santo del mundo real, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y, cuando pensamos con el ego, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver
T26.11 [90] 48 L61, L63, L69, L73, L75, L93
9
… en tu mente
10
… Alusión a que uno no se puede salvar solo sino conjuntamente con el otro, los otros. Ver frase
50
más adelante…
11
… como Cristo, Su único Hijo, en Quien todos somos, como Almas, realmente Uno y Quien es Uno con Dios,
12
… el silencio de Dios. Dios es Uno con Su único Hijo Que creó en un Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, y están en el eterno Presente de la Unicidad. No creó más nada. Ahora bien, Dios sabe de las fragmentaciones casi infinitas en el tiempo y el espacio que ocasionó la diminuta idea alocada que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y por eso, en un pensamiento de Amor, resolvió que el Espíritu Santo se hiciese presente en el espíritu de cada uno, cada vez que decidiese invitarlo a pensar con él
13
… del sistema de pensamiento del Espíritu Santo
14
… aquí, cuando eres el reflejo de
Cristo
, que es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
.
|
|
T10.4
DE LA OSCURIDAD A LA LUZ
pár
27-30
|
|
T10.4 [27] 31
Dios no oculta nada a Su Hijo, aun cuando Su Hijo quiera esconderse de Él.
32
No obstante, el Hijo de Dios no puede ocultar su gloria pues Dios Lo quiere glorioso y, para ello, Le
dio
la Luz que brilla en él
15
.
33
Nunca perderás realmente tu rumbo, pues Dios te guía
16
.
34
Cuando deambulas sin rumbo, no haces sino emprender un viaje que no es real.
35
Los compañeros amenazantes, el camino lleno de amenazas, todo eso son ilusiones.
36
Vuélvete hacia la Luz, pues la pequeña chispa que se encuentra en ti es parte de una Luz tan fuerte que te puede sacar para siempre de la oscuridad.
37
Pues tu Padre
es
tu Creador, y tú
eres
realmente como Él.
T10.4 [28] 38
Los Hijos de la Luz no pueden morar en la oscuridad, pues en ellos
no
hay oscuridad.
39
No te dejes engañar por los que consuelan en la oscuridad
17
, ni permitas que entren en la mente del Hijo de Dios, pues no tienen cabida en el templo de Dios.
40
Cuando te sientas tentado de negar a Dios, recuerda que no hay otros dioses que
puedas
anteponerle y acepta en paz Su Voluntad para ti.
41
Pues
no puedes
aceptarla de ninguna otra manera.
T10.4 [29] 42
Sólo el Consolador de Dios te
puede
reconfortar.
43
En la quietud de Su templo
18
, Él espera para darte la paz que es tuya.
44
Da
Su paz para que puedas entrar en el templo y encontrarla allí esperándote
19
.
45
Pero sé santo en Presencia de Dios, o no sabrás que estás allí
20
.
46
Pues lo que no es como Dios no puede entrar en Su Mente, porque no fue Su Pensamiento y, por consiguiente, no es de Él.
47
Y las mentes
de ustedes
tienen que ser tan puras como La de Dios, si es que quieres conocer lo que
te
pertenece
21
.
48
Protege cuidadosamente Su templo, pues Él Mismo mora allí, esperando en paz.
49
No puedes entrar en la Presencia de Dios con compañeros amenazantes a tu lado, pero tampoco puedes entrar solo.
T10.4 [30] 50
Todos
tus hermanos tienen necesariamente que entrar
contigo
, ya que hasta que no los hayas aceptado
22
no
podrás
entrar.
51
Pues no puedes entender lo que es la Completitud a menos que seas completo
23
, y ninguna parte del Hijo puede ser excluida si él quiere conocer la Completitud de su Padre.
52
En tu mente eres capaz de
aceptar
la Filiación en su totalidad y de bendecirla con la Luz que tu Padre Le dio.
53
Hecho esto, serás digno de morar en el templo con Él pues
tu
verdadera voluntad es no estar solo.
54
Dios bendijo a Su Hijo para siempre.
55
Si tú lo bendices
estando en el tiempo
,
estarás
en la Eternidad.
56
El tiempo no podrá separarte de Dios si lo usas
a favor
de Lo eterno.
|
|
15
… eternamente y Cuyo reflejo experimenta aquí cuando él perdona y extiende Milagros.
16
… por medio de tu Maestro interior o Espíritu Santo,
17
… falsa empatía, ver
T16.2
18
… tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo
19
… Dios no sabe de fragmentaciones ni hay individualidades en Su Unicidad, en la que Su Hijo Único —todos nosotros realmente— es Uno con Él en el Amor…
20
Santidad
, con mayúscula, es la experiencia de perfecto Amor o Espíritu Santo que compartimos —como Almas— entre nosotros y con Dios en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido. Ver
L36, L37, L39
21
… … como Cristo, en Quien todos como Almas somos realmente Uno.
22
… como Hijos de Dios
23
… como Cristo: La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, la
completitud
es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestra mente en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Ver
T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78] 90-94, T29.3 [19] 69
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