Este mes nos gustaría destacar y elevar el Día Mundial de los Refugiados, que se conmemora el 20 de junio de cada año. La difícil situación de los refugiad@s en todo el mundo se cruza con muchas otras injusticias sistémicas, como la explotación de los recursos naturales y la contaminación ambiental, el cambio climático, la explotación económica y la pobreza, el aumento de la violencia, el racismo y la xenofobia. De hecho, se estima que en cada minuto hay al menos 20 personas en el mundo que están huyendo de sus hogares para escapar de la guerra, la persecución o los entornos de vida insostenibles.
Con un número creciente de refugiados que buscan seguridad y refugio a través de la migración forzada, escuchamos muchas llamadas para cerrar las fronteras y no ver ni escuchar a los necesitados. Pero también sabemos que siempre hay signos de esperanza a nuestro alrededor, y que nosotras estamos llamadas a ser signos de esperanza al hacer nuestra parte para dar la bienvenida y amar a los necesitados, honrando su dignidad humana.
Estamos agradecidas por las muchas maneras en que las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado han respondido a las necesidades de los migrantes y refugiados abriendo casas de hospitalidad, ayudando a proporcionar alimentos, ropa y otros suministros necesarios, y ofreciendo muchas horas voluntarias para atender a los más vulnerables.
Como nos recuerda el Papa Francisco, "no es solo la causa de los migrantes lo que está en juego; no se trata solo de ellos, sino de todos nosotros, del presente y futuro de la familia humana." Que este Día Mundial de los Refugiados sea un recordatorio y un nuevo compromiso para que todas trabajemos por un mundo más justo y amoroso.
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