Pues estarás satisfecho
sólo en la magnitud, la cual
es el reflejo aquí
de Tu Casa
gráfico por
©Deposit Photos
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T15.4 [23] 11 Es esencial que aceptes el hecho —y que lo aceptes con agrado— de que
ninguna clase de insignificancia podrá satisfacerte
alguna vez.
12 Eres libre de probar cuantas quieras, pero lo único que lograrás es demorar tu regreso a casa.
13 Pues estarás satisfecho
sólo en la magnitud, la cual
es el reflejo aquí de Tu Casa
4.
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CH 15.
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
15.4
LA INSIGNIFICANCIA
versus
LA MAGNITUD
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 167
Sólo hay una Vida1 y es
La que comparto con Dios.
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L167.1 1 No existen diferentes clases de vida
2, pues la Vida es como la Verdad
3.
2 No admite gradación.
3 Es la única condición que todas las Cosas que Dios creó comparten entre Sí.
4 Al igual que todos Sus Pensamientos, la Vida no tiene opuesto.
5 La muerte no existe, porque Lo que Dios creó comparte Su Vida.
6 La muerte no existe, porque Dios no tiene opuesto.
7 La muerte no existe, porque el Padre y el Hijo son Uno.
L167.2 8
En este mundo parece haber un estado que es lo opuesto a la Vida.
9
Tú lo llamas muerte
4
.
10
Sin embargo, hemos aprendido que la idea de la muerte adopta muchas formas.
11
Es la idea subyacente a todos los sentimientos que no son de suprema felicidad.
12
Es la alarma a la que respondes cuando reaccionas de cualquier forma que no sea reflejo aquí de la perfecta Alegría.
13
Todo pesar, toda pérdida y ansiedad, todo sufrimiento y dolor, incluso un leve suspiro de cansancio, cualquier ligera incomodidad o la sombra de un fruncimiento de ceño, todo eso da testimonio de la muerte,
14
y así niega que tú vives
5
.
|
|
1
La
Vida
, con mayúscula,
es la única Vida que realmente existe
, pues fue creada por Dios en el eterno Presente de Su
Unicidad
, en la que todos, sin excepción, como
Almas
perfectas unificadas como Una en
Cristo
, el único Hijo de Dios, Que es Uno con Su Padre en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo. En minúscula,
vida
quiere decir nuestra vida aquí, sea como
reflejo de Nuestra Vida
eterna cuando pensamos con el Espíritu Santo o,
de acuerdo con las leyes de este mundo
, cuando pensamos con el ego. Ver
T4.4 [48], T6.6.1 [61], T23.5, L167
2
... en el Cielo,
3
La
Verdad
, con mayúscula, según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar;
sólo puede experimentarse
, en un instante santo del
mundo real
en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la
visión de Cristo
. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son
querer creer
que:
1)
Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente;
2)
Dios no creó más nada
. 3)
Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe.
4)
En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
4
Cuando pensamos con el ego, la
muerte
es el final de la vida aquí, pues, según él, ésta no es otra cosa que nacer, crecer, envejecer, perder vitalidad y, finalmente, morir. Eso lo confirma que nadie ha regresado de la muerte para contar su historia… Cuando pensamos con el Espíritu Santo, creemos que la
muerte
no es nada y que cuando nuestro cuerpo, nuestro ego y nuestros sueños hayan desaparecido, sabremos que como Almas Una en Cristo, en el Alma única del único Hijo de Dios Quien es Uno con Su Padre y Creador y Cristo Uno con Dios, somos ése Hijo, perfecto y eterno. Ver
T9.11 [96], T10.2 [13], L163, M27
5
… realmente como Alma o Espíritu en el eterno Presente del Cielo
|
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L E C C I Ó N 167
pár
3-7
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L167.3 15 Crees que la muerte es del cuerpo.
16 Sin embargo, la muerte es sólo una idea, y no tiene nada que ver con lo que se considera físico.
17 El pensamiento está en la mente.
18 Por consiguiente, puede aplicarse según lo dicte la mente.
19 Pero es en su punto de origen donde debe cambiarse si sucede un cambio.
20 Las ideas no abandonan su fuente
6.
21 El énfasis que este
Curso ha puesto en esta idea se debe al papel central que ocupa en nuestros intentos para que cambies tu forma de pensar con respecto a ti mismo
7.
22 Es la razón de que puedas curar
8.
23 Es la causa
9 de la curación.
24 Es la razón por la que realmente no puedes morir.
25 Su veracidad te estableció Uno con Dios.
L167.4 26 La muerte es el pensamiento de que estás separado de Tu Creador.
27 Es creer que las condiciones cambian y que las emociones varían debido a causas que no están bajo tu control, que no son obra tuya y que nunca podrás cambiar.
28 Es creer firmemente que las ideas pueden abandonar su fuente y adquirir cualidades que ésta no posee, convirtiéndose así en algo diferente de su origen, apartadas de éste en lo relativo a su naturaleza, así como en lo relativo al tiempo, a la distancia y a la forma.
L167.5 29 La muerte no puede provenir de la Vida.
30 Las ideas permanecen unidas a su fuente.
31 Pueden extender todo lo que su fuente contiene.
32 En este sentido, pueden ir mucho más allá de sí mismas.
33 Pero no pueden dar origen a lo que nunca les fue dado.
34 Tal como fueron concebidas, así será como ellas a su vez conciban.
35 Tal como nacieron, así es como darán a luz.
36 Y de allí de donde provinieron, allí mismo regresarán.
L167.6 37 La mente puede pensar
10 que duerme, pero eso es todo.
38 Cuando está despierta
11, no puede cambiar lo que es su estado
12.
39 No puede ser la hacedora de un cuerpo, ni tampoco habitar en uno.
40 Lo que es ajeno a la mente
13 no existe realmente, porque no tiene una fuente
14.
41 La Mente crea todas las Cosas que existen, pero no puede otorgarles atributos que Ella no posee, ni tampoco cambiar Su Propio y eterno Estado plenamente consciente.
42 La Mente no puede ser hacedora de lo físico.
43 Lo que parece morir no es sino la señal de que la mente está dormida.
L167.7 44
Lo opuesto a la Vida tan sólo puede ser otra forma de vida
15
.
45
Como tal, se puede reconciliar con lo que la creó
16
, porque en verdad no es realmente un opuesto.
46
Su forma puede cambiar, así como aparentar ser lo que no es.
47
Pero la mente es mente, tanto despierta
17
como dormida
18
.
48
No es lo opuesto a nada que haya sido creado, ni a lo que parece que ella hace mientras cree estar dormida.
|
|
6
…el sistema de pensamiento del ego o el del Espíritu Santo
7
… de creer con el ego que el cuerpo que experimentas con tus sentidos es verdad y que corrobora tu razón, tu lógica y tu sentido común, a que quieras creer con el Espíritu Santo que realmente eres un Alma perfecta y eterna —aunque no la puedas ver ni experimentarla— y que Ella, conjuntamente con todas las Almas de los demás,
sin excepciones
, es Una en Cristo, el Hijo único de Dios, que es Uno con Su Padre y Creador en el eterno Presente de la Unicidad o Cielo.
8
… de los aparentes efectos de la separación
9
Dios, en Su eterna Unicidad, es la única
Causa
y, las Almas que Él creó a Su Semejanza, perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, Su
Efecto
. En minúscula, aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
causa
y
efecto
, significa el reflejo de la Causa y Efecto divinos; y, cuando pensamos con el ego, son las causas y efectos de las leyes de la evolución y la escasez que rigen este mundo, según las percibimos con nuestros sentidos. Ver
T2.5 [97] 78-82, T21.3 [25] [26], T26.8 [60]
10
... con el ego,
11
... es decir cuando ha decidido pensar con el Espíritu Santo,
12
... de Alma o Espíritu. Por consiguiente,
13
... en su
espíritu
, en minúscula, o
mente acertada
, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo.
Nada
puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada
del
Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto,
no están comunicados
ni jamás
lo estarán
. Ver
T2.2 [20], T4.2 [8-14-19], T5.3 [12], T5.5 [33], T9.9 [79], T10.5 [31] T31.6, L97
14
... real o eterna, es decir, porque no fue creada por Dios.
15
... la del ego
16
... el ego
17
... cuando piensa con el Espíritu Santo
18
... cuando piensa con el ego
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L E C C I Ó N 167
pár
8-9
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L167.8 49 Dios sólo crea con la Mente
19 despierta.
50 Él no duerme y Sus Creaciones
20 no pueden compartir lo que Él no les dio, como tampoco ser hacedoras de condiciones que Él no comparte con Ellas.
51 El pensamiento de la muerte no es el opuesto a los pensamientos de la Vida.
52 Siempre libres de oposición por parte de opuestos de la clase que sea, los Pensamientos de Dios permanecen eternamente inmutables, con el poder de extenderse inmutablemente por siempre, aunque dentro de Sí Mismos, pues Ellos están en todas Partes.
L167.9 53
Lo que parece ser lo opuesto a la Vida es sencillamente estar durmiendo.
54
Cuando la mente ha decidido ser lo que no es, y asumir un poder que le es ajeno y que no posee, un estado foráneo al que no puede entrar, o una condición falsa que no forma parte de su Fuente, sencillamente parece que se va a dormir por un rato.
55
Y sueña con el tiempo, que es un intervalo en el que lo que parece acontecer nunca sucedió, los cambios ocurridos son insubstanciales y todos los eventos realmente no están por ningún lado.
56
Cuando la mente despierta, sencillamente sigue siendo Tal como Ella siempre fue.
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19
La
Mente
, con mayúscula, se refiere
a la Mente o el Pensar de Dios o de Su Hijo o de Cristo
, y representa el agente que activa al Alma (o Espíritu), aportándole su energía creadora o Amor. En la
separación
, la mente del Hijo separado parece tener tres partes:
1)
El
espíritu
, que es la parte que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo,
Quien se nos manifiesta por medio de impulsos amorosos y revelaciones
;
2)
el
ego
, que recibe del
ego primario
en la fuente de la separación,
los impulsos de vida y de sobrevivencia
, los cuales, al ser procesados por nuestro cerebro —subconsciente o conscientemente— dan vida a nuestro cuerpo y nutren a nuestra razón, lógica y sentido común de lo necesario para defendernos y sobrevivir; y
3)
el
decididor
, que es
lo que en nosotros decide todo el tiempo
si pensar con el
ego
—que es lo que hacemos "usualmente"— o con el
espíritu
. Ver
T7.3, T19.2, T25.5, L45, L165
20
La
Creación
, con mayúscula,
es en el Cielo
la suma de todo lo que Dios ha creado, a saber: Nosotros como Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el único Hijo de Dios, con Quien comparte como Uno Su Amor o Espíritu Santo en el eterno Presente de la Unicidad o Realidad.
Dios no creó más nada
y, por eso,
Allá
, la
realidad del ego
que nuestros sentidos perciben
aquí
, realmente
no existe
. Las
creaciones
, en minúscula, son,
cuando pensamos con el Espíritu Santo
, las que producimos aquí —cuando perdonamos al otro, a los otros, y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo— como un reflejo de las
Creaciones
que creamos como Uno con y en Dios, en el Cielo.
Cuando pensamos con el ego
, no "creamos" sino que "
hacemos
" según las leyes de este mundo. Ver
T2.1 [5], T14.4 [36], T30.3 [35], LTe.11 (-L321)
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L E C C I Ó N 167
pár
10-12
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L167.10 57 Seamos hoy niños de la Verdad, y no neguemos Nuestra santa herencia.
58 Nuestra Vida no es como nos la estamos imaginando.
59 ¿Quién cambia la Vida sólo cerrando los ojos, o se convierte en otro porque al dormir, ve en sus sueños un opuesto a lo que él es?
60 Hoy no vamos a pedir la muerte en ninguna de sus formas.
61 Tampoco dejaremos que opuestos que hemos imaginado, y que se oponen a la Vida, moren ni siquiera por un instante allí
21 donde Dios Mismo estableció el Pensamiento de Vida eterna.
L167.11 62 Hoy procuraremos mantener Su santo hogar Tal como Él Lo estableció y como Su Voluntad quiere que sea por siempre eternamente.
63 Él es el Señor de lo que hoy pensamos.
64 Y en Sus Pensamientos
22, Que no tienen opuesto, comprendemos que sólo hay una Vida, y Ésa es la Vida que realmente compartimos con Él, con toda la Creación, así como con los Pensamientos de todas las Cosas creadas, las Cuales Él creó en una Unicidad de Vida que no puede separarse con la muerte y abandonar la Fuente de la Vida de Donde provino.
L167.12 65
Compartimos una sola Vida porque tenemos una sola Fuente desde la Cual nos llega la Perfección, Perfección que permanece por siempre en las santas Mentes que Él creó perfectas.
66
Tal como fuimos, somos ahora y seremos por siempre.
67
La mente que duerme tiene que despertar al ver Su Propia Perfección reflejando al Señor de la Vida, tan perfectamente que se funde con Lo que allí ve reflejado.
68
Y ahora ya no es un sencillo reflejo,
69
sino que se ha convertido en la Cosa
23
que está reflejada, y en la Luz
24
Que hace que el reflejo sea posible.
70
La visión deja ahora de ser necesaria.
71
Pues la Mente que ha despertado es Aquella que sabe de Su Fuente, Su Yo, Su Vida y Su Santidad.
|
|
21
… en nuestro espíritu, que, repetimos, es la parte de nuestra mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo, y que es reflejo aquí de la Mente única o Espíritu de Dios
22
… que nos llegan por medio del Espíritu Santo cuando Le invitamos a que piense con nosotros,
23
Las
Cosas
, con mayúscula, son las Cosas eternas que Dios ha creado, a saber: Cristo, Su único Hijo, con Quien comparte Su Amor o Espíritu Santo en Su eterna Unicidad o Cielo. En minúscula, las
cosas
cuando pensamos con el Espíritu Santo, son el reflejo aquí de las Cosas celestiales y, cuando pensamos con el ego, son aquí, las que perciben nuestros sentidos y que nos explicamos con nuestro razonamiento, lógica y sentido común. Ver
T8.3 [14], T12.6 [50], T12.7 [68]
24
Luz
, con mayúscula, es el
Conocimiento
que Dios nos dio al crearnos mediante
Su Pensamiento de Amor
o Espíritu Santo. En minúscula,
luz
,
cuando pensamos con el Espíritu Santo
, es el reflejo
aquí
de esa Luz eterna, reflejo que llega a nuestro
espíritu
o
mente acertada
en un instante santo del
mundo real
, cuando hemos perdonado totalmente a otro u otros, y extendido los milagros que nos hubiese sugerido el Espíritu Santo; y,
cuando pensamos con el ego
, tiene todos los demás significados que podemos encontrar en el diccionario. Ver
T5.8 [80], T12.2 [5], T22.7 [65], L48, L61, L63, L69, L93
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
15
EL PROPÓSITO DEL TIEMPO
T15.4
LA INSIGNIFICANCIA
versus
LA MAGNITUD
pár
22-34
|
|
T15.4 [22] 1 No te contentes con la insignificancia, pero asegúrate de que entiendes lo que es, y por qué nunca podrías
estar satisfecho con ella.
2 La insignificancia es la ofrenda que te diste
a Ti Mismo
1.
3 Te la ofreciste en lugar de la Magnitud,
y la
aceptaste
2.
4 Todo lo de este mundo es insignificante, porque es un mundo hecho a partir de la insignificancia, basado en la extraña creencia de que la insignificancia
puede satisfacerte.
5 Cuando te lanzas en pos de cualquier cosa en este mundo
creyendo que te va a traer paz, estás empequeñeciéndote y, además, cegándote a la gloria
3.
6 La insignificancia y la gloria son las únicas alternativas de que dispones para dedicar tus esfuerzos y tu vigilancia.
7 Y
siempre escogerás una
a expensas de la otra.
T15.4 [23] 8 No obstante, de lo que no te das cuenta cada vez que decides, es que tu decisión constituye una evaluación
de ti mismo.
9 Decídete por la insignificancia y
no tendrás paz, pues habrás juzgado que eres
indigno de ella.
10 Y sea lo que sea que ofrezcas como substituto, será un regalo demasiado pobre para que te satisfaga.
11 Es esencial que aceptes el hecho —y que lo aceptes con agrado— de que
ninguna clase de insignificancia podrá satisfacerte
alguna vez.
12 Eres libre de probar cuantas quieras, pero lo único que lograrás es demorar tu regreso a casa.
13 Pues estarás satisfecho
sólo en la magnitud, la cual
es el reflejo aquí de Tu Casa
4.
T15.4 [24] 14
Hay una gran responsabilidad que te debes a ti mismo y que tienes que aprender a recordar en
todo
momento.
15
Al comienzo la lección te parecerá difícil, pero aprenderás a apreciarla cuando te des cuenta de que es verdad, y de que constituye un tributo a tu poder
5
.
16
Tú, que has
encontrado
la insignificancia que buscabas, recuerda esto: cada decisión que tomas proviene de
lo que crees que eres
6
y representa el valor que te
atribuyes
a ti mismo.
17
Cree que lo que es insignificante puede satisfacerte, y por estar
limitándote
,
no
estarás satisfecho.
18
Pues tu función
no
es insignificante, y será únicamente hallando tu función y desempeñándola como podrás
escapar
de la insignificancia.
|
|
1
… el Hijo de Dios Que realmente eres, cuando te separaste.
2
… por medio de tu
ego primario
, producto de aquella
diminuta idea alocada
que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios y ponerse a crear por su cuenta —pero sin perder el Amor general de Dios que, ahora, le daría individualmente— locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener
efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen
, incluyendo la expansión y fragmentación de todo y casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez.. Ver
T27.9 [82]
37 y 38
3
Gloria
, con mayúscula, es del Cielo; con minúscula,
gloria,
cuando estás pensando con el Espíritu Santo, es aquí el reflejo de la Gloria celestial; y cuando estás pensando habitualmente con el ego, es lo que tu razón, lógica y sentido común definen como tal…
4
Casa
, con mayúscula, es sinónimo del Cielo, Realidad, Unicidad, etc. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
casa
es el espíritu, la parte de nuestra mente separada que aún se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo; y cuando pensamos con el ego, es la morada de nuestro cuerpo. Ver
T5.5 [42]-[43], T9.8 [65], T10.4 [24], T11 [103]
5
Poder,
con mayúscula, significa el
Poder de Dios para crear o amar en el Cielo
, un Poder que también dio a Su Hijo de manera que pudieran crear conjuntamente como Uno. En minúscula,
poder
—si estás
pensando con el ego
— significa el
poder físico y/o psicológico del ego
para hacer cosas y, si en vez, estás
pensando con el Espíritu Santo
,
poder
quiere decir
el reflejo aquí del Poder
de crear o amar de Dios y de Su Hijo. Ver
T2.1 [15], T4.5 [63], T7.4 [24] y [25], T27.4
6
… el
cuerpo
que tus sentidos perciben o el
Alma
que intuyes por medio de los impulsos amorosos o milagrosos que de vez en cuando emergen de lo más profundo de tu subconsciente…
|
|
T15.4
LA INSIGNIFICANCIA
versus
LA MAGNITUD
pár
25-28
|
|
T15.4 [25] 19 No hay duda de cuál
es tu función, pues el Espíritu Santo
sabe cuál es.
20 No hay duda de la magnitud de esa función, pues te llega a través de Él
desde la Magnitud.
21 No tienes que esforzarte por alcanzarla, porque realmente la
tienes.
22 Todos tus esfuerzos deben ir dirigidos
contra la insignificancia, pues
ciertamente hace falta vigilancia para proteger tu magnitud en este mundo.
23 Mantener tu magnitud en perfecta concienciación en un mundo en el que reina la insignificancia es una tarea que los que se menosprecian a sí mismos no pueden emprender.
24 No obstante, se te pide que lo hagas como tributo a tu magnitud y
no a tu insignificancia,
25 aunque no se te pide que lo hagas solo.
T15.4 [26] 26 El poder de Dios respaldará cada esfuerzo que hagas en nombre de Su amado Hijo
7.
27 Busca la insignificancia y te estarás
negando Su poder.
28 Dios no está dispuesto a que Su Hijo se sienta satisfecho con menos que todo
8,
29 pues no se siente satisfecho sin Su Hijo y Su Hijo no puede sentirse satisfecho con menos de lo que su Padre Le dio
9.
30 Anteriormente te preguntamos: "¿Quieres ser rehén del ego o anfitrión de Dios?"
31 Permite que el Espíritu Santo en ti te haga esa pregunta
cada vez que tengas que tomar una decisión.
32 Pues cada decisión que tomas
ciertamente la contesta y, en consecuencia, invita a la tristeza o a la alegría.
T15.4 [27] 33 Cuando Dios se
dio a Sí Mismo a Ti
10 al crearte, te
estableció como Su Anfitrión para siempre.
34 Él
no te ha abandonado, ni
tú a
Él.
35 Todos tus intentos de negar Su magnitud y de hacer de Su Hijo un rehén del ego
no pueden empequeñecer a quien Dios ha unido realmente a Sí Mismo.
36 Cada decisión que tomas es a favor del Cielo o a favor del infierno, y te traerá la
concienciación del lado
por el cual te decidiste.
37 El Espíritu Santo puede mantener tu magnitud —libre de
toda insignificancia y con perfecta claridad y seguridad en las mentes de todos— sin que se vea afectada por cada mísero regalo que el mundo de la insignificancia quiera ofrecerte.
38 Pero para que esto se dé, no puedes
oponerte a lo que Él quiere para ti.
T15.4 [28] 39
Decídete a favor de Dios por medio de Él.
40
Pues la insignificancia y la creencia de que te puede
satisfacer
son decisiones que
has
tomado con respecto a ti mismo.
41
El poder y la gloria que hay en ti, que provienen de Dios, son para todos los que, como tú, se consideran poca cosa y se han engañado a sí mismos al creer que pueden inflar la insignificancia hasta convertirla en una sensación de magnitud que los pueda satisfacer.
42
No
des
pequeñeces, ni las
aceptes
.
43
Todo honor debe ser para el anfitrión de Dios.
44
Tu insignificancia te engaña, pero tu magnitud emana de Aquel Que mora en ti, y en Quien tú realmente moras.
45
Por consiguiente, no llegues a nadie con insignificancias en el Nombre de Cristo, el eterno Anfitrión de su Padre.
|
|
7
… tu hermano, que es Cristo como tú Lo eres
8
… el reflejo aquí de la Unicidad de Dios
9
… al crearlo.
10
Ti
, con mayúscula, quiere decir
Tú, como el Alma perfecta y eterna
Que,
conjuntamente con todas las demás Almas, están unificadas como Una en Cristo
, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios
Que realmente somos.
En minúscula,
ti
,
cuando decides pensar con el Espíritu Santo
y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas,
eres el reflejo aquí de Cristo
; y
cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él
. Ver
T8.4 [20], T23
|
|
T15.4
LA INSIGNIFICANCIA
versus
LA MAGNITUD
pár
29-31
|
|
T15.4 [29] 46 En esta temporada (de Navidad) en la que se celebra el nacimiento de la santidad
11 en este mundo, únete a mí que me decidí en favor de la santidad por
ti.
47 Nuestra tarea —
realizada conjuntamente— consiste en restaurar la concienciación de la magnitud en el anfitrión a quien Dios designó para Sí Mismo.
48 Dar el don de Dios está más allá de
toda tu insignificancia, pero
no más allá de
Ti
12.
49 Pues Dios quiere darse a Sí Mismo
a través de ti.
50 Él llega de ti a todos, y más allá de todos a las creaciones de Su Hijo, pero
sin salir de ti.
51 Mucho más allá de tu insignificante mundo, pero todavía en ti, Él se extiende eternamente.
52 No obstante, te trae todas Sus extensiones por ser Su anfitrión.
T15.4 [30] 53 ¿Es acaso un sacrificio dejar atrás la insignificancia y no seguir deambulando en vano?
54 Despertar a la gloria no constituye un sacrificio.
55 Pero sí lo
es aceptar cualquier cosa que sea
menos que la gloria.
56 Aprende que
debes ser digno del Príncipe de la Paz, nacido en ti en honor de Aquel de Quien eres anfitrión.
57 Desconoces el significado del Amor porque has intentado comprarlo con baratijas,
valorándolo así demasiado poco como para poder comprender Su magnitud.
58
El Amor no es insignificante, y mora en ti porque eres Su anfitrión.
59 Ante la magnificencia que vive en ti, la poca estima en que te tienes a ti mismo y todas las ofrendas insignificantes que has dado, se desvanecen en la nada.
60 Santo Hijo pequeño de Dios, ¿cuándo vas a aprender que
sólo la santidad puede satisfacerte y darte paz?
T15.4 [31] 61
Recuerda que no aprendes sólo para ti, como yo tampoco lo hice.
62
Por haber
aprendido yo para
ti
, puedes aprender de
mí
.
63
Sólo quiero enseñarte lo que ya es tuyo, para que juntos podamos reemplazar la miserable insignificancia que mantiene al anfitrión de Dios cautivo de la culpa y la debilidad, por la alegre concienciación de la gloria que mora en él.
64
Mi nacimiento en ti es tu despertar a la grandeza.
65
No me des la bienvenida en un pesebre, sino en el altar de la santidad, donde la santidad mora en perfecta paz
13
.
66
Mi Reino no es de este mundo, puesto que está en
Ti
.
67
Y
tú
eres realmente el Hijo de tu Padre.
68
Unámonos en honor a Ti, que
tienes
que permanecer por siempre
más allá de
la insignificancia.
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Santidad
, con mayúscula
, es la experiencia de perfecto Amor
o Espíritu Santo que compartimos —como Almas, unificadas como Una en el Alma única del único Hijo de Dios— entre nosotros y con Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido.
Ver
T1.1.31 [42] a [44], T2.2 [45], T5.4 [23], T14.5, L36, L37, L39
12
… el Cristo Que realmente eres.
13
… en tu
espíritu
, que es la parte de tu mente separada que aún se mantiene en contacto con Dios por medio del Espíritu Santo, y cuyos pensamientos procesas con la parte de tu cerebro que es capaz de compasión y de compartir. Cuando perdonas y extiendes milagros con el Espíritu Santo, tu espíritu se convierte aquí en el reflejo del Espíritu de Dios. Ver
T5.3 [12], T5.5 [33]
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T15.4
LA INSIGNIFICANCIA
versus
LA MAGNITUD
pár
29-31
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T15.4 [32] 69 Decide conmigo, puesto que yo decidí morar contigo.
70 Mi voluntad dispone como lo hace la Voluntad de mi Padre, pues sé que Su Voluntad no varía y que se encuentra eternamente en paz Consigo Misma
14.
71 No estarás satisfecho con nada que
no sea Su Voluntad.
72 No aceptes menos, y recuerda que todo lo que aprendí es tuyo.
73 Amo Lo que mi Padre ama tal como Él lo hace, y no Lo puedo aceptar como lo que realmente no es,
ni Él
tampoco.
74 Y
tú, tampoco.
75 Cuando hayas aprendido a aceptar lo que realmente eres, dejarás de hacer regalos para que se los ofrezcan unos a otros, pues sabrás que estás
completo, sin necesidad de nada, y que eres incapaz de aceptar
nada para ti.
76 Al contrario,
habiendo recibido, darás alegremente.
77 El anfitrión de Dios no tiene que ir en pos de nada.
T15.4 [33] 78 Si estás completamente dispuesto a dejar que la salvación se realice según el plan de Dios, y te niegas a tratar de obtener la paz
por tu cuenta, la salvación te será
dada
15.
79 Pero no pienses que puedes substituir
tu plan por el Suyo.
80 En vez de eso, únete a mí en el Suyo para que podamos liberar a todos los que prefieren permanecer cautivos, y proclamemos todos juntos que el Hijo de Dios es Su anfitrión.
81 Así pues, no dejaremos que nadie se olvide de Lo que
tú quieres recordar.
82 Y así, lo
recordarás.
T15.4 [34] 83
Haz que despierte en cada uno
únicamente
el recuerdo de Dios, y el Cielo que está en él
16
.
84
Pues allí donde quieres ayudar a tu hermano a que esté, allí creerás estar
tú
.
85
No escuches su pedido de infierno e insignificancia, sino sólo su pedido de Cielo y magnificencia.
86
No olvides que su pedido es el tuyo, y contéstale conjuntamente conmigo.
87
El Poder de Dios está eternamente a favor de Su anfitrión, pues
sólo
protege la paz en la que Él mora.
88
No deposites insignificancias ante Su santo altar, que se eleva más allá de las estrellas y alcanza el Cielo por razón de lo que se le
da
.
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14
La
Voluntad de Dios
,
en el eterno Presente de Su Unicidad
—en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él.
Aquí
, la
Voluntad de Dios
es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver
T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
15
La
salvación es
el proceso de
deshacer la separación que nunca fue
, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez;
es
querer creer en el
eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios
, en Cuya
Unicidad
estamos realmente todos, como
Almas
perfectas unificadas como
Una en Cristo
, el Hijo único de Dios;
es
ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo;
es
aceptar el
Redimir
para nosotros mismos;
es
perdonar
al otro y a los demás y
extender los milagros
que nos sugiera el Espíritu Santo;
es
entablar
relaciones santas
y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver
T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
16
… el residuo bendito
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