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T4.9 [106] 17 Es mucho lo que puedes hacer por tu propia rehabilitación
y la de los demás si, en una situación en la que se necesita curación
4, piensas de la siguiente manera:
18
Estoy aquí
sólo
para ayudar de verdad.
19
Estoy aquí en representación de Aquel que me envió.
20
No
tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará.
21
Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee, porque sé que Él estará allí conmigo.
22
Me curaré a medida que Le permita enseñarme a curar.
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CH 4.
LA RAÍZ DE TODO MAL
4.9
LA VERDADERA
REHABILITACIÓN
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
P A R T E 1
L E C C I Ó N 50
Me sustenta
1
el Amor de Dios
2
.
L50.1 1
Esta es la respuesta
3
a cualquier problema que se te presente, hoy, mañana y a lo largo del tiempo
4
.
2
No obstante
5
, crees que lo que te sustenta en este mundo es todo menos Dios.
3
Has depositado tu fe en los símbolos más triviales y absurdos: en píldoras, dinero, ropa "protectora", influencia, prestigio, en caer bien, estar "bien" relacionado, y en una lista interminable de formas que no son nada y a las que dotas de poderes mágicos
6
.
4
Todas esas cosas son tus sustitutos del Amor de Dios.
5
Les das valor para asegurar tu identificación con tu cuerpo
7
.
6
Son himnos de alabanza a tu ego.
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1
… aquí, el reflejo de
2
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetua Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3 [2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T20.6 [38], L46, L67, L68, L195
3
… a la preocupación, miedo, angustia, desesperación y falta de paz que te cause
4
No sabemos
quién o qué hizo el tiempo y el espacio y todo lo que éstos han contenido, contienen y contendrán, hasta que terminen en la nada de donde vinieron. Nuestras vidas se rigen por las leyes de la evolución y escasez que, desde que tenemos el libre albedrío, hemos atropellado con cada vez mayor tecnología y eficiencia, con graves consecuencias adversas para la permanencia de la vida en este planeta. Tratamos de resolver los problemas que a diario nos trae la vida de la mejor manera posible, usando nuestro instinto, razonamiento, lógica y sentido común. Nuestro ego nos repite sin cesar que "así es la vida". Nuestro espíritu, cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo —por medio de los impulsos amorosos que emergen de vez en cuando de nuestro subconsciente— nos recuerda que si somos capaces de amar es porque "realmente somos otra cosa…"
5
… cuando no te das el tiempo de aquietarte e invitar al Espíritu Santo a pensar contigo
6
La
magia
, según el
Curso
y cuando pensamos con el ego, es todo lo que percibimos por medio de nuestros sentidos y que tratamos de comprender mediante nuestro raciocinio, memoria, lógica y el sentido común que nos trae la experiencia de cada día. Pero esa realidad tiene que ser irreal, simplemente porque un Dios de Amor no la pudo haber creado. En efecto, el
Curso
añade que Dios, en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, creó únicamente nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su Hijo único. No creó nada más. Por tanto, si queremos creer en un Dios perfecto y eterno, también tendremos que creer no sólo que lo que percibimos aquí tiene que ser magia o ilusión, sino que lo que no percibimos con nuestro sentidos pero experimentamos internamente durante algunos instantes santos en el mundo real, cuando hemos perdonando totalmente al otro, es el reflejo aquí de Nuestra verdadera y eterna Realidad. Ver
T1.1.14 [14], T2.3 [62], T23.3 [30]
7
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el cuerpo es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86], T2.2 [45], T2.3 [53], T2.3 [56], L161.4, LTe.5 (-L261)
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|
L50.2 7 No deposites tu fe en lo que no vale nada
8,
8 porque no te sustentará
9.
9 Sólo el Amor de Dios te protegerá en toda circunstancia.
10 Te rescatará de toda tribulación y te elevará por encima de todos los peligros que percibes en este mundo, a un clima de paz y seguridad perfectas
10.
11 Te llevará a un estado mental que no puede verse amenazado ni perturbado por nada, y en el que nada puede interrumpir el reflejo aquí de la eterna Calma del Hijo de Dios.
L50.3 12 No deposites tu fe en ilusiones
11.
13 Te fallarán.
14 Deposítala toda en el Amor de Dios Que se encuentra en ti: eterno, inmutable y que nunca falla.
15 Ésta es la respuesta a cualquier cosa que te confronte hoy.
16 Por medio del Amor de Dios Que se encuentra en ti
12, puedes resolver toda aparente dificultad
13, sin ningún esfuerzo y con absoluta confianza.
17 Repítete esto a ti mismo hoy con frecuencia.
18 Es una declaración de que te has liberado de creer en ídolos.
19 Es tu reconocimiento de la Verdad sobre ti.
L50.4 20
Hoy dos veces, una por la mañana y otra por la noche, durante diez minutos, deja que la idea de este día se adentre muy hondo en tu consciente.
21
Repítela, reflexiona sobre ella, deja que pensamientos afines vengan a ayudarte a reconocer su Verdad, y permite que la paz se extienda sobre ti como un manto de protección y seguridad.
22
No permitas que ningún pensamiento inútil o necio venga a perturbar la santa mente del Hijo de Dios.
23
Así es el Reino de los Cielos.
24
Así es el lugar de descanso donde Tu Padre Te ubicó eternamente.
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8
… la realidad del ego
9
… al no aportar un verdadero significado a tu vida.
Significado
que, con mayúscula es, en la eterna Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
significado
es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver
T20.7 [45]
10
... reflejo aquí de las perfectas Paz y Seguridad de la eterna Unicidad, que es donde realmente estamos todos, sin excepción, como Almas perfectas y eternas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Uno con Su Padre y creador.
11
Ilusión
es todo lo "hecho" por nuestro ego primordial, producto de aquella diminuta idea alocada que era posible al Hijo separarse de la Unicidad de Dios, y ponerse a crear por su cuenta, pero sin perder el Amor que Dios le daba, locura que se adentró en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, y de la que el Hijo de Dios olvidó reírse y que, a causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales, entre los cuales están la hechura del tiempo, del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la expansión y fragmentación de todo casi al infinito, regidos por las leyes de la evolución y escasez. Ver
T8.5 [41], T8.7 [68] 113, T16, T21.3 [28] 96 T27.9 [82] 37 y 38
12
… en lo más profundo de tu subconsciente, en tu residuo bendito. Ver
L41 y Gl
13
… en tu pensar con el ego. El Amor de Dios no va a resolver los problemas que trae consigo la realidad del ego, cuyo desenlace seguirá las leyes de este mundo, sino la forma en la que los miras, evalúas y les das realidad absoluta o relativa.
Nada real puede ser amenazado. Nada irreal existe.
En esto radica la paz de Dios. Ver
P3 [3] 10-12
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
4
LA RAÍZ DE TODO MAL
T4.9
LA VERDADERA
REHABILITACIÓN
pár
103-106
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T4.9 [103] 1 Toda mente que está escindida necesita rehabilitación.
2 La orientación médica para la rehabilitación enfatiza el cuerpo, mientras que la orientación vocacional recalca el ego.
3 El enfoque de "equipo" generalmente produce mayor confusión que cualquier otra cosa porque se utiliza con demasiada frecuencia como medio para ejercer la dominación del ego sobre otros egos, en vez de como un verdadero experimento en la cooperación de mentes.
4 La rehabilitación como movimiento constituye una mejora sobre el flagrante abandono de los que necesitan ayuda, aunque a menudo no sea mucho más que un doloroso intento por parte de los cojos de conducir a los ciegos.
T4.9 [104] 5 Es probable que el ego le tenga miedo a los cuerpos dañados, sencillamente porque no los puede tolerar.
6 El ego tampoco puede tolerar sin ambivalencia las debilidades del ego, porque teme tanto a su propia debilidad como a la del hogar
1 que escogió para sí.
7 Cuando el ego se siente amenazado obstaculiza tu impulso natural de ayudar, colocándote bajo la tensión de una voluntad dividida.
8 En esos casos, puedes estar tentado de rehuir la situación para permitir a tu ego recuperarse y reunir suficiente fuerza como para volver a ayudar de forma que sea lo suficientemente limitada como para
no amenazar a tu ego pero demasiado limitada para
traerte alegría.
9 Los que presentan cuerpos quebrantados son rechazados a menudo por el ego, por su creencia de que sólo un cuerpo perfecto es merecedor de ser su
propio templo.
T4.9 [105] 10 Una mente que retrocede con repugnancia frente a un cuerpo herido tiene gran necesidad de rehabilitarse a sí misma.
11
Todos los síntomas de daños están necesitados de una verdadera ayuda
2, y cada vez que se les atiende con ella la mente que los atiende de esa manera se cura
a sí misma.
12 Rehabilitar constituye una forma de alabar a Dios tal como Él entiende la alabanza.
13 Él te alaba
3 y tú tienes que alabar a otros.
14 Las principals deficiencias de los expertos clínicos residen en sus actitudes con aquellos cuyos egos perciben como debilitados y dañados.
15 Al haber evaluado de esta forma, han debilitado y dañado sus propias facultades de ayudar y, de esta forma, han retrocedido en sus propias rehabilitaciones.
16 La rehabilitación
no se preocupa ni por la lucha del ego por el control de la situación ni por su necesidad de evitar y retraerse.
T4.9 [106] 17 Es mucho lo que puedes hacer por tu propia rehabilitación
y la de los demás si, en una situación en la que se necesita curación
4, piensas de la siguiente manera:
18
Estoy aquí
sólo
para ayudar de verdad.
19
Estoy aquí en representación de Aquel que me envió.
20
No
tengo que preocuparme por lo que debo decir ni por lo que debo hacer, pues Aquel que me envió me guiará.
21
Me siento satisfecho de estar dondequiera que Él desee, porque sé que Él estará allí conmigo.
22
Me curaré a medida que Le permita enseñarme a curar.
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1
El
cuerpo
—cuando pensamos con el ego— es su encarnación, regido por las leyes de este mundo y constituye la prueba viviente de que este mundo es real y de que estamos evidentemente separados de Dios y unos de otros. Pero cuando pensamos con el Espíritu Santo, el
cuerpo
es el medio por el cual el Hijo de Dios recobra la cordura. Aunque el cuerpo fue concebido para encerrar al Hijo en el infierno sin escapatoria posible, ahora la meta del Cielo va a substituir a la búsqueda del infierno, y como el Hijo único de Dios que realmente somos, extendemos nuestra mano para tomar la de nuestro hermano y ayudarlo a caminar el sendero con él. Ahora nuestros cuerpos se han vuelto santos y nuestras mentes unidas y acertadas sirven para curar las mentes equivocadas que sólo sabían de vida efímera y de muerte. Ver
T1.1.51 [86] 5, T2.2 [45], T2.3 [53] 14-15, T2.3 [56] LTe.5 (-L261)
2
… que viene de una mente que está pensando con el Espíritu Santo
3
… por medio del Espíritu Santo
4
Curar
(o
curación
como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo,
curar
es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra mente a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver
T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
4
Curar
(o
curación
como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo,
curar
es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra mente a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver
T2.3 [69], T4.9 [106], T5.3 [18], T19.2, L137, L139
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Un Curso sobre Milagros – Preliminares
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