gráfico por
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T19.2 [11] 50
La fe es lo
opuesto
al miedo
16
, y forma parte del Amor
17
tanto como el miedo forma parte del ataque.
51
Tener fe es reconocer que hay unión
18
.
52
Es reconocer con deferencia a cada uno como un Hijo de tu amantísimo Padre, amado por Él como Él te ama a ti y, por consiguiente, amado por ti como tú te amas a ti mismo.
53
Es
Su
Amor lo que los une y,
debido a
Su Amor, no quieren mantener a nadie excluido del
de ustedes
.
54
Cada uno
aparece
tal como se le percibe en el instante santo, unido a ti en
tu
propósito de ser
liberado
de la culpa.
55
Cuando viste a Cristo en él, se curó porque miraste a Lo que justifica
eternamente
la fe en
cada uno
19
.
UCSM TEXTO CH 19, II
T19.2
CURAR LA MENTE
|
Un Curso Sobre Milagros
edición original
Libro de Lecciones
L E C C I Ó N 212
No soy un cuerpo. Estoy libre,
pues sigo siendo Tal como Dios Me creó
1
.
|
L212 (L192) 1
Tengo una función
1
que Dios quiere que desempeñe.
2
Busco la función que me ha de liberar de todas las vanas ilusiones del mundo.
3
Solamente la función que Dios me ha dado puede ofrecerme libertad.
4
Esto es lo único que busco, y lo único que aceptaré como mío.
|
No soy un cuerpo. Estoy libre,
pues sigo siendo Tal como Dios Me creó
1
.
|
1
Nuestra
verdadera función
es tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber aceptado el Redimir para sí mismo y luego, haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo. A cada persona el Espíritu Santo le asigna una función especial en la salvación que sólo ella puede desempeñar, porque es una parte que le fue asignada
únicamente
a ella. Y el plan no se habrá llevado a término hasta que ella descubra cuál es su función especial, y desempeñe la parte que le fue asignada para completarse a sí misma en el otro y en los demás, en un mundo donde rige la incompleción. Ver
T18.6 [45] T20.5 [32, L62, L64, L65, L66, L99
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Un Curso Sobre Milagros
edición original
Texto
Capítulo
19
MÁS ALLÁ DEL CUERPO
T19.1
INTRODUCCIÓN
1-2
|
T19.1 [1] 1
Dijimos anteriormente que cuando una situación ha sido dedicada
enteramente
a la Verdad
1
, la paz
2
es inevitable.
2
Haberla logrado es el criterio por el que se puede determinar con seguridad si esta dedicación fue total.
3
Pero también dijimos que la paz sin fe
nunca
se logrará, pues lo que se dedica
enteramente
a la Verdad como única meta es
llevado
a la Verdad justamente
por
la fe
3
.
4
Esta fe abarca a
todos
los involucrados en la situación, pues solo así se puede percibir la situación como significativa
4
y como un
todo
.
5
Y todos tienen necesariamente
que
involucrarse en ella, pues lo contrario implicaría que
tu
fe es limitada y tu dedicación incompleta.
T19.1 [2] 6
Toda situación percibida acertadamente
5
se convierte en una oportunidad para curar al Hijo de Dios.
7
Y éste se cura
porque
tuviste fe en él, al entregárselo al Espíritu Santo y
liberarlo
de toda exigencia que tu ego quería imponerle.
8
Y así
lo ves libre
, y esta visión
la comparte
el Espíritu Santo contigo.
9
Y puesto que la
comparte
la
ha
dado y, de esta manera, Él curó
por medio de ti
.
10
Unirse
a Él en un propósito
unificado
es lo que
hace
que ese propósito sea real, porque
tú
lo haces
completo
.
11
Y esto
es
curar
6
.
12
El
cuerpo
se cura
porque viniste sin él
y te uniste a la Mente
7
en la Que reside toda curación.
|
|
1
La
Verdad
, con mayúscula, es que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente. Dios no creó más nada. Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. En esto radica
aquí
, la paz de Dios. En minúscula, la
verdad
es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver
T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29.8
2
Paz
, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en la Eternidad por ser amados y amar, es saber que como Almas somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo,
paz
es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver
T6.3 [38], T6.6.2, L200
3
Tener fe
es un proceso continuo que empieza cuando conciencio que a veces experimento pensamientos caritativos, compasivos, de compartir, de amistad desinteresada…, y
quiero creer
que son reflejos del Cielo que me vienen por medio del Espíritu Santo en mí; y ese
querer creer
se va a ir transformando en una
fe
al yo aplicar cada vez más y más a mi vida los procesos de no juzgar, perdonar y extender milagros que propone el
Curso
para salvarnos del sistema de pensamiento del ego y de todos los efectos que su separación de Dios ha causado y sigue causando. Esa
fe
se va a consolidar progresivamente a medida que en las relaciones santas que vayamos formando experimentemos la paz —que no es de este mundo— que los efectos de esos procesos traen consigo, lo cual, a su vez, reforzará nuestra decisión de
querer creer
en la
Verdad
que también nos propone el Curso, a saber, que Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, Una en Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad, Nuestra
verdadera Realidad
, donde sólo hay Amor, Paz y Alegría y, que al no haber creado Dios más nada, nada que no sea Ella, realmente existe. Ver
T1.1.51 [93], T8.11 [110], T11.10 [95]
4
Significado,
con mayúscula es, en la eterna Unicidad, el de la relación de Amor de Dios con Nosotros, como Almas, Una en Cristo, Su único Hijo, en perfectas paz y alegría. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo,
significado
es el reflejo aquí de ese eterno Significado y, cuando pensamos con el ego, es el significado que damos aquí a nuestra existencia separada, según las leyes de este mundo. Ver
T20.7 [45]
5
… pensando con el Espíritu Santo,
6
Curar
(o
curación
como proceso), cuando se piensa y se percibe con el ego, es el proceso por el cual tratamos de curar al cuerpo y/o a la mente de lo que se percibe que es una enfermedad. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, es el proceso por el cual queremos curar en nuestra mente la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Para ello, cada uno acepta el Redimir para sí mismo y se pone seria y consecuentemente a perdonar y a extender milagros, entablando así relaciones santas con todos. Este proceso llevará nuestra mente a los instantes santos del mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo. El último paso —el de despertarnos conjuntamente con todos a la Realidad Que queremos creer que realmente nunca habíamos abandonado— lo dará Dios Mismo, completándose así la curación de nuestra mente de su creencia en la enfermedad de la separación y en todas las secuelas que ésta trajo consigo. Ver
T2.3 [69], T4.5 [66] 56, T4.9 [106], T5.1 [1]-[2], T5.2 [5] 1, T5.3 [18], T19.2
7
La
Mente
, con mayúscula, se refiere a la Mente única de Dios o de Cristo, y representa el agente que activa al Espíritu, aportándole su energía creadora. El Espíritu es el Pensamiento de Dios Que Él creó a Su semejanza. El Espíritu unificado es el Hijo único de Dios, o Cristo, en Quien nuestras Almas perfectas y eternas son Uno. En minúscula, la
mente
representa nuestra mente aquí, en la separación, y puede estar acertada o equivocada dependiendo de la voz que escuche. El
Curso
la describe como si tuviese dos partes: el espíritu (o mente acertada) y el ego. El espíritu es la parte que aún puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, cuando pensamos, percibimos, perdonamos y extendemos milagros con Él. El ego es la parte que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones. Ver
T30.4 [43], T6.5 [46] 11, T6.5 [48]
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Capítulo
19
MÁS ALLÁ DEL CUERPO
T19.2
CURAR LA MENTE
3-16
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T19.2 [3] 1
El cuerpo no puede curarse
1
porque
él mismo
no
puede enfermarse
2
.
2
No
necesita
curación.
3
El que tenga salud o esté enfermo depende
enteramente
de cómo lo percibe la mente y del propósito
para
el que ésta lo quiera usar.
4
Y
es
obvio que un segmento de la mente
puede
verse a sí mismo
separado
del Propósito Universal.
5
Cuando esto ocurre, el cuerpo se convierte en su arma, que va a utilizar
contra
ese Propósito para
demostrar
el "hecho" de que la separación
sí ha
tenido lugar.
6
De este modo, el cuerpo se convierte en el instrumento de la ilusión, y actúa como sigue:
ve
lo que no está ahí,
oye
lo que la Verdad nunca dijo y
se comporta de forma demente
, al estar aprisionado
por
la demencia.
T19.2 [4] 7
No pases por alto nuestra afirmación anterior de que la falta de fe conduce directamente a las ilusiones.
8
Pues falta de fe
es
percibir a un hermano
como si fuese
un cuerpo, y el cuerpo
no puede
usarse para establecer la unión.
9
Así pues, si
ves
a tu hermano
como
un cuerpo,
habrás
establecido la condición por la que
unirse
a él se vuelve imposible.
10
Tu
falta de fe
en él te ha separado de él y ha impedido la curación
3
de
ambos
.
11
De este modo, tu falta de fe se ha opuesto al propósito del Espíritu Santo, y ha dado lugar a que se interpongan
entre
ustedes ilusiones
centradas en el cuerpo
.
12
Y el cuerpo
parecerá
estar enfermo, pues lo habrás convertido en un "enemigo" de la curación y en lo opuesto a la Verdad.
T19.2 [5] 13
No debería
ser difícil darse cuenta de que la fe
tiene
necesariamente que ser lo opuesto a la
falta
de fe.
14
Pero la diferencia en cómo ambas operan no es tan obvia, aunque se deriva directamente de la diferencia fundamental entre lo que cada una
es
.
15
La falta de fe siempre quiere
limitar y atacar
; la fe quiere desvanecer toda limitación y
unir las partes en un todo
.
16
La falta de fe quiere destruir y separar; la fe quiere unir y curar
4
.
17
La falta de fe quiere interponer ilusiones entre el Hijo de Dios y su Creador; la fe quiere eliminar
todos
los obstáculos que
parecen
interponerse entre ellos.
18
La falta de fe está dedicada totalmente a las ilusiones; la fe, totalmente a la Verdad.
19
Una dedicación parcial es imposible
.
20
La Verdad es la
ausencia
de ilusión; la ilusión, la
ausencia
de la Verdad.
T19.2 [6] 21
Ambas no pueden
coexistir
ni percibirse en el
mismo lugar
.
22
Dedicarte a
ambas
es establecer una meta por siempre imposible de alcanzar, pues
parte
de ella se intenta alcanzar a través del cuerpo,
al que se considera
el medio por el que se procura encontrar la realidad mediante el
ataque
, mientras que
la otra
parte quiere
curar
y, por lo tanto, apela a la mente y
no
al cuerpo.
23
El
inevitable
compromiso es creer que el
cuerpo
, y
no
la mente, es el que tiene que ser curado.
24
Pues esta meta dividida ha dado la
misma
realidad
a ambos
, y puede
parecer
que es posible sólo si la mente está limitada
al
cuerpo y dividida en pequeñas partes que
aparentan
ser completas, pero que
no se conectan entre sí
.
25
Esto
no
hará daño al cuerpo, pero
mantendrá
el sistema de pensamiento ilusorio intacto
en la mente
5
.
T19.2 [7] 26
Por tanto, aquí hay necesidad de curación.
27
Y aquí es donde
se encuentra
la curación.
28
Pues Dios no dio la curación
como algo separado
de la enfermedad, ni estableció el remedio donde la enfermedad
no puede estar
.
29
Enfermedad y remedio
están en el mismo sitio
y, cuando
se ven
juntos,
todos
los intentos de
mantener
Verdad
e
ilusión en la mente —donde ambas necesariamente
tienen
que estar— se reconocen como una dedicación a lo ilusorio y, en cuanto
se llevan
ante la Verdad, se abandonan al ver que son completamente
irreconciliables
con la Verdad, desde
cualquier
punto de vista y de
cualquier
manera.
|
|
1
.. de la separación,
2
… ya que sigue órdenes de la mente que lo "hizo".
3
Curación
es el estado mental que se logra al final del proceso de curar en el que nuestra mente —ahora pensando y percibiendo con el Espíritu Santo— es llevada al mundo real y a la unión con todas las demás mentes en la experiencia de Cristo; y en el instante santo de esa experiencia, ella se cura de la creencia en la realidad del tiempo y del espacio, del pensar del ego, en la que somos cuerpos separados unos de otros y de Dios. Ver
T2.3, T5, T8.9, T13.2, T17
4
Hemos reinsertado aquí esta frase del UrTex.
5
La
Mente
, con mayúscula, se refiere a la Mente única de Dios o de Cristo, y representa el agente que activa al Espíritu, aportándole su energía creadora. El Espíritu es el Pensamiento de Dios Que Él creó a Su semejanza. El Espíritu unificado es el Hijo único de Dios, o Cristo, en Quien nuestras Almas perfectas y eternas son Uno. En minúscula, la
mente
representa nuestra mente aquí, en la separación, y puede estar acertada o equivocada dependiendo de la voz que escuche. El
Curso
la describe como si tuviese dos partes: el espíritu (o mente acertada) y el ego. El espíritu es la parte que aún puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo, cuando pensamos, percibimos, perdonamos y extendemos milagros con Él. El ego es la parte que piensa según la evolución, es completamente ilusoria y sólo hacedora de ilusiones. Ver
T30.4 [43], T6.5 [46] 11, T6.5 [48]
|
|
T19.2
CURAR LA MENTE
pár 8-10
|
|
T19.2 [8] 30
No existe
ninguna conexión entre Verdad e ilusiones.
31
Esto será así eternamente, por mucho que intentes conectarlas.
32
Pero las ilusiones
siempre
están conectadas con su sistema de pensamiento
6
, tal como la Verdad lo está con el suyo
7
.
33
Cada sistema une y es
completo
en sí mismo, aunque los dos se encuentran totalmente
desconectados el uno del otro
.
34
Donde
no
hay solapamiento, la separación
tiene
que ser total.
35
Y percibir
esto
es reconocer dónde
se encuentra
la separación y,
dónde debe curarse
8
.
36
El resultado de una idea
nunca
está separado de su fuente.
37
La
idea
de la separación
produjo
el cuerpo y permanece conectada
a
él,
enfermándolo
debido a la identificación de la mente
con
él.
38
Tú
crees
que estás
protegiendo
el cuerpo al
ocultar
esta conexión, ya que ocultarla
parece
mantener tu identificación
9
a salvo de los "ataques" de la Verdad.
T19.2 [9] 39
¡Ojalá comprendieses cuánto daño ha hecho a tu mente este extraño encubrimiento y cuán confusa se ha vuelto tu propia identificación
a causa
de eso!
40
No
ves la magnitud de la devastación que tu falta de fe ha ocasionado.
41
Pues la falta de fe
constituye
un ataque que
parece
estar justificado
por sus
resultados.
42
Pues al
negar
la fe
ves
lo que
no es
digno de ella y, por consiguiente,
no puedes
mirar más allá de esta barrera a lo que se encuentra unido a
Ti
10
.
T19.2 [10] 43
Tener fe es curar
11
.
44
Es la señal de que
has
aceptado el Redimir para ti y, por consiguiente, de que quieres compartirlo
12
.
45
Mediante la fe,
ofreces
el presente de la liberación del pasado, el cual
recibiste
.
46
No
recurres
a nada
que tu hermano haya hecho antes para condenarlo
ahora
.
47
Decides libremente
pasar por alto
sus errores, y miras
13
más allá
de todas las barreras que hay entre tu yo y el suyo
14
, los cuales ves
como si fueran uno
.
48
Y en ese
uno
ves
15
que tu fe está
plenamente
justificada.
49
No
hay
justificación para la falta de fe, en cambio, tener fe
siempre
está justificado.
|
|
6
… del ego,
7
… el sistema de pensamiento del Espíritu Santo.
8
… en la mente
9
… con el ego
10
Ti
, con mayúscula, quiere decir Tú, como el Alma perfecta y eterna Que, conjuntamente con todas las demás Almas es Una en Cristo, sencillamente, porque al ser todas igualmente perfectas y eternas, son la misma cosa, es decir, son el Hijo único de Dios. En minúscula,
ti
, cuando decides pensar con el Espíritu Santo y has: aceptado el Redimir para ti mismo, perdonado, extendido milagros y entablado relaciones santas, eres el reflejo aquí de Cristo; y cuando piensas, percibes y actúas con el ego —como lo haces habitualmente— te identificas con él. Ver
T8.4 [20] 29, T23
11
… al otro, a los otros, básicamente, mediante el ejemplo.
12
El
Redimir —
siempre con mayúscula— es, según el
Curso
, el camino de regreso a la Unicidad de Dios de la Que —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— nunca nos hemos separado. El camino comienza (primer paso) cuando, frente al caos existencial ocasionado por el ego que experimentamos a diario, concienciamos que anhelamos vivir de otra manera; que, si a veces tenemos impulsos de ser compasivos, de compartir y de amar desinteresadamente, es porque algo en nosotros debe ser más que un ser separado de los demás, regido por las leyes de la evolución y la escasez, que vive una vida sin otro significado que el de sobrevivir con el menor esfuerzo, todo lo mejor y todo el tiempo posible. En este punto (segundo paso), y sin otra prueba que ese anhelo y esos impulsos a favor de los demás, el estudiante del
Curso
debe decidir si quiere creer que éstos le vienen de Dios por medio del Espíritu Santo, o más bien de la evolución. Si se decide por la evolución, su motivación para ahondar en ese anhelo y en esos impulsos a favor de otros y expresarlos en hechos concretos, le vendrá de su razonamiento y de la ética que quiera adoptar. En cambio, si mediante un acto de fe acepta que su origen pueda ser divino, también querrá creer que hay otra vida fuera del tiempo y del espacio, en la que su Alma perfecta y eterna es, conjuntamente con todas las demás Almas, una en el único Hijo que Dios ha creado a Su Semejanza y con Quien es Uno en Su eterna Unicidad. Este querer creer le motivará a dar preponderancia a pensar con su espíritu —la parte de la mente que es capaz de compasión, compartir y amar desinteresadamente— y a alejarse del pensar egocentrista del ego, que es la otra parte de su mente que es completamente ilusoria y, por consiguiente, sólo hacedora de ilusiones. El
Curso
nos dice que si decidimos pensar con el Espíritu Santo —que es el tercer paso— Él nos enseñará cómo perdonar y extender milagros y así emprender el camino de regreso a la Unicidad de Dios o proceso del Redimir. Y serán los resultados que obtendremos cada vez más al perdonar y extender milagros, lo que convertirá nuestro querer creer en una fe afianzada en la Verdad que nos propone el
Curso
. Ver
T3.3, T5.3, T9.3
13
… con la
visión de Cristo
, que es la parte de un proceso que comienza cuando decido que quiero ver el mundo de otra manera, para lo cual invito al Espíritu Santo a pensar y percibir conmigo. Luego, al darme cuenta de que la clave para salvarme del ego y de la separación está en perdonar al otro, aún sin saber muy bien qué es perdonar de verdad. Al lograr perdonarlo totalmente en el mundo real de mi fuero interior, voy a experimentar la
visión de Cristo
, que es la divina experiencia de Amor de la unión con el otro, unión que voy a extender a una unión universal con todo y todos, ya que quiero creer que todos somos realmente Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, en la eterna Unicidad de Dios, nuestra única y verdadera Realidad. Ver
T11.7, T12.5 [42]
14
… más allá de tu cuerpo y el de él, a su Alma que es idéntica a La tuya, es decir, que son Una…
15
… interiormente en tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo…
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T19.2
CURAR LA MENTE
pár 11-12
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T19.2 [11] 50
La fe es lo
opuesto
al miedo
16
, y forma parte del Amor
17
tanto como el miedo forma parte del ataque.
51
Tener fe es reconocer que hay unión
18
.
52
Es reconocer con deferencia a cada uno como un Hijo de tu amantísimo Padre, amado por Él como Él te ama a ti y, por consiguiente, amado por ti como tú te amas a ti mismo.
53
Es
Su
Amor lo que los une y,
debido a
Su Amor, no quieren mantener a nadie excluido del
de ustedes
.
54
Cada uno
aparece
tal como se le percibe en el instante santo, unido a ti en
tu
propósito de ser
liberado
de la culpa.
55
Cuando viste a Cristo en él, se curó porque miraste a Lo que justifica
eternamente
la fe en
cada uno
19
.
T19.2 [12] 56
La fe es el don de Dios, por medio de Aquel Que Él te ha
dado
.
57
La falta de fe mira al Hijo de Dios, y lo juzga
indigno
de ser perdonado.
58
Pero a través de los ojos de la fe, se ve que el Hijo de Dios
ya
ha sido perdonado y que está libre de toda la culpa que él mismo se echó encima.
59
La fe lo ve sólo como es
ahora,
porque no se fija en el pasado para juzgarlo, sino que quiere ver en él
únicamente
lo que quiere ver en
ti
.
60
No
ve a través de los ojos del cuerpo, ni recurre a cuerpos para justificarse.
61
La fe es el heraldo de la
nueva
percepción, enviado para congregar testigos de su venida, y para llevarte a
ti
sus mensajes.
62
La fe puede intercambiarse fácilmente por el conocimiento
20
tal como sucede en el mundo real
21
.
63
Pues la fe
surge
de la percepción del Espíritu Santo, y es la señal de que la compartes
con
Él.
64
La fe es un presente que ofreces al Hijo de Dios
por medio
del Espíritu Santo, presente que es
totalmente
aceptable tanto para el Padre como para el Hijo y que,
65
por tanto, te es ofrecido a
ti
22
.
|
|
16
El
miedo
es la motivación primordial del sistema de pensamiento del ego, constituye un síntoma de tu profundo sentido de ser atacado y de pérdidas pasadas, presentes y futuras. Pero cuando decides pensar con el Espíritu Santo y aceptas solamente los pensamientos amorosos de las Almas de cada uno y de todos, considerando todo lo demás como pedimentos de ayuda, Él te enseña que el miedo —tanto en ti como en los demás— es realmente un pedido de ayuda. Ver
T8.9 [82], T8.10 [90], T8.10 [94]
17
Amor
, con mayúscula, se refiere, en la eterna Unicidad, al Espíritu Santo o eterno Amor de Dios que Él comparte con nosotros —como Almas Uno en Cristo, Su único Hijo— y nosotros con Él en perpetuas Armonía y alegre Concordia; y aquí, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es
Su reflejo o amor general y sin preferencias que tenemos para con los demás.
En minúscula,
amor
se refiere al amor interesado y preferencial de nuestro ego, cuando pensamos con él. Ver
P3[2], T1.1.3 [3], T1.1.53 [100], T4.4, T10.2 [10] [11], T11.9 [77], T11.9 [83], T12.5 [37], T20.6 [38], T29, L46, L50, L67, L68, L195
18
… porque todas nuestras Almas son realmente Una en el Alma única del único Hijo de Dios, Quien es Uno con su Padre y Creador. Con el Mismo Dios…
19
… miraste a su Alma y, en Ella, encontraste La tuya; El término
Alma
, siempre con mayúscula, es el Pensamiento único de Dios Que Él creó semejante a Sí Mismo, entendiéndose que al ser de Dios, el Alma es eterna y nunca nació. Todos nosotros —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— cuando nos unimos como Una en Cristo, somos el Hijo único de Dios, Que es Uno con Su Padre en el eterno Presente de la Unicidad. Ver
T2.1 [5] 18, T2.2 [20] 20-21, T2.3 [61] 60, T3.6 [38] 2-3, T3.7 [41] 39, T4.2 [8] 19-28, T4.2 [14] 63-64, T4.2 [19] 99-104, T4.4 [42] 9- 13, T4.4 [54] 79, T4.8 [96] 15-18, T5.9 [95] 77, T7.10 [92] 8-9, T7.10 [93] 15-24, T9.9 [79] 73, T10.5 [31]
20
Conocimiento
, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios: que están compartiendo con Dios, en perfectas paz y alegría, Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
conocimiento
, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es lo que experimentamos en el mundo real al perdonar totalmente a otro, con quien ahora somos uno; es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver
T3.5 [35] 45, T3.5 [37] 56, T3.5 [37] 51-54, T25.4 [25] 13
21
El
mundo real
es la meta de nuestro viaje, el estado de la mente que percibe aquí con el Espíritu Santo el reflejo de la eterna Unicidad. En esta percepción, no vemos nada que no justifique perdonar totalmente, extender los milagros que sugiera el Espíritu Santo y unirnos a otro (a otros) en una relación santa a favor de todos los demás. Ver
T12.7, L129, LTe.8 (-L291)
22
Don
con mayúscula, es el Don de amar o de crear —que es lo mismo— que Dios dio a Su Hijo al crearlo. En minúscula,
don
es el reflejo aquí del Don de Dios.
Presente
se refiere a los presentes aquí del Espíritu Santo o a los del Hijo separado que piensa con Él.
Regalos
son los que ofrece el Hijo separado que piensa con el ego. Ver
T7.6 [42] 24, T7.7 [65] 82, T7.8 [81]
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T19.2
CURAR LA MENTE
pár 13
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T19.2 [13] 66
La relación santa
23
de ustedes, con su
nuevo
propósito, les ofrece fe para que se la den
el uno al otro
.
67
Su falta de fe los ha alejado,
separándolos
uno del otro y, por eso, no
se dieron cuenta
de que la salvación
24
estaba en el otro.
68
No obstante, la fe los
une
en la santidad
25
que pueden ver,
no
a través de los ojos del cuerpo, sino en la mirada de Aquel Que se unió a ustedes, y en Quien
ustedes
están unidos realmente
26
.
69
La gracia no se da al
cuerpo
, sino a la
mente
27
.
70
Y la mente que la
recibe
mira
instantáneamente
más allá del cuerpo, y ve el santo lugar donde
ella
se curó.
71
Ahí
se alza el altar donde la gracia fue dada, y donde
ella
se encuentra
72
Ofrézcanse, pues, gracia y
bendiciones
el uno al otro, pues están ante el
mismo
altar donde la gracia fue vertida para
ambos
.
73
Y cúrense
conjuntamente
por la gracia, de manera que
puedan
curar mediante la fe.
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23
La
relación santa
es el reflejo en este mundo de la eterna Relación de Amor de Dios con todas las Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas todas en Cristo, el único Hijo de Dios, Que Él creó y con Quien es Uno en Su Unicidad, Que es donde realmente estamos y, por lo tanto, es nuestra verdadera Realidad. La relación santa es la fuente de la salvación para los integrantes de la relación especial, pues les permite alejarse gradualmente de sus egos y pensar y actuar cada vez más con sus espíritus, que son la parte de la mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Es un proceso, generalmente largo, que se inicia cuando dos o más personas que han logrado, en un instante santo, perdonarse totalmente una a la otra, se unen en una meta común a favor de otro u otros, a los que también van a querer perdonar. Este proceso florece y fructifica cuando extienden a otros los milagros que el Espíritu Santo les sugiere por medio de sus espíritus; finalmente, cuando en instantes santos privilegiados sus mentes experimentan el mundo real, se produce en ellas, a un profundo nivel subconsciente, una curación de los efectos del pensar y actuar con sus egos, haciendo que ahora piensen, perciban y actúen principalmente con sus espíritus, extendiendo el Amor del Espíritu Santo a todos y a todo, curando así en sus mentes al mundo de los efectos de la separación. Ver
T17.6, T22
24
La
salvación
es el proceso por el cual, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez, queremos creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya eterna Unicidad todos —como Almas perfectas, Una en Cristo, el Hijo único de Dios— estamos realmente. Para ello, vamos dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, queremos pensar con el Espíritu Santo, aceptamos el Redimir para nosotros mismos, perdonamos al otro y a los demás, entablamos relaciones santas y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver
T11, T31, L96, L186, LTe.2 (-L231)
25
Santidad
, con mayúscula, es la experiencia de perfecto Amor o Espíritu Santo que compartimos —como Almas— entre nosotros y con Dios, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula,
santidad
es el reflejo aquí de ese Amor compartido. Ver
L36, L37, L39
26
Cristo,
aquí, es la experiencia mental, en un instante santo del mundo real, de unión o completa identificación con la mente del otro al que creemos haber perdonado totalmente, experiencia que extendemos a todos y a todo, como reflejo aquí de la eterna Unicidad de Dios con Su Hijo único, en cuya Alma, todos —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— somos Uno. Ver
T1.1.32 [45] 7-8, T1.1.34 [48] 8, T30.6 [63] 36, T31.1 [9] 62
27
El
Estado de Gracia (o Gracia)
, con mayúscula, es nuestro eterno Estado Natural en el que Todos, como Almas, perfectas y eternas, somos Una en Cristo, el Hijo, y el Hijo es Uno con el Padre. Todo es Amor compartido por Todos en perfectas Paz y Alegría. En minúscula,
estado de gracia
(o gracia) es el reflejo aquí de ese eterno Estado Natural y se experimenta cuando, pensando y percibiendo con el Espíritu Santo, perdonamos totalmente y extendemos milagros a otro y, por medio de él, a todos los demás. Ver
T3.3 [24] 84, T7.12 [108], L168
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T19.2
CURAR LA MENTE
pár 14-16
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T19.2 [14] 74
En el instante santo
28
, ustedes se encuentran ante el altar que Dios erigió a Sí Mismo y a
ustedes dos
.
75
Dejen a un lado la falta de fe y vengan
juntos
ante este altar.
76
Ahí verán el milagro
29
de su relación a medida que
se renovaba
mediante la fe.
77
Y ahí se darán cuenta de que
no hay nada
que la fe
no
pueda perdonar.
78
Ningún
error
obstruye
su tranquila mirada, la cual lleva el milagro de la curación con la misma facilidad a
todos
.
79
Pues lo que se les encomienda hacer a los mensajeros del Amor,
lo hacen
, y luego regresan con las buenas nuevas de haberlo realizado en ustedes, que están
juntos
ante el altar de donde salieron los mensajeros.
T19.2 [15] 80
De la misma manera en que la falta de fe seguirá manteniendo desolados y separados los míseros reinos de ustedes, así la fe ayudará al Espíritu Santo a preparar el terreno que los convertirá en el más santo de los jardines.
81
Pues la fe trae la paz y, por eso, invita a entrar a la Verdad para que embellezca lo que ya
fue
preparado para la belleza.
82
La Verdad
sigue de cerca
a la fe y a la paz, y completa el proceso de embellecimiento que ellas comenzaron.
83
Pues la fe sigue siendo una meta de aprendizaje, que dejará de ser necesaria una vez que la lección haya sido aprendida.
84
En cambio, la
Verdad
permanecerá por siempre.
T19.2 [16] 85
Así que, dedíquense a lo que es eterno y aprendan a
no
obstaculizarlo ni a convertirlo en esclavo del tiempo.
86
Pues lo que creen que hacen a lo que es eterno, realmente es a
ustedes
a quienes se lo hacen.
87
El Que Dios creó como Su Hijo no es esclavo de nada, pues es señor de todo conjuntamente con su Creador.
88
Ciertamente ustedes
pueden
esclavizar a un cuerpo, pero las
ideas
son libres, sin que se puedan aprisionar o limitar en modo
alguno
,
excepto por la mente que las pensó
.
89
Pues cada idea permanece
unida
a su fuente, que se convierte en su carcelero o en su libertador, según a cuál de los dos escoja como
su
propio propósito.
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28
El instante santo es aquí, la experiencia del reflejo del eterno Presente de la Unicidad de Dios y de todos nosotros —como las Almas perfectas y eternas que realmente somos— Uno en Su Hijo; por consiguiente,
el instante santo no puede ser para ti solo
; puede durar desde una fracción de segundo hasta minutos y horas, y se inicia cuando dejas de lado tu identificación con el ego y su realidad, e invitas al Espíritu Santo a pensar "nos" contigo en tu espíritu, la parte de nuestra mente que todavía puede comunicarse con Dios. En ese presente, en el que temporalmente no hay pasado ni futuro y, por tanto, estamos momentáneamente libres de culpa, preparas tu mente con todos los medios que te ofrece el
Curso
, para que por medio del perdón y de la extensión de milagros, llegues a ver a Cristo en el otro y, por consiguiente, en ti mismo; y lo harás tantas veces como sea necesario hasta que experimentes y conciencies que al ser su Alma y La tuya realmente Uno en la Eternidad,
Allá, al no haber individualidades
, no hay nada que perdonar, aunque aquí, aparentemente sí, y de acuerdo a las propias normas del mundo y sus individualidades separadas y en permanente conflicto unas contra otras. El instante santo se expresa plenamente en la relación santa, y cuando ésta comienza, la meta de la relación pasa a ser exactamente lo opuesto de la relación especial que era antes, por eso es imposible que el instante santo llegue a cualquiera de los dos sin el otro y, además, les va a llegar a ambos con que lo pida uno de los dos. Nuestra meta es tratar de convertir cada situación en un instante santo, de manera que nuestras vidas se vuelvan un instante santo permanente en el que, además, ponemos nuestro futuro en las Manos de Dios. Ver
T15.5 a T15.9
29
Un
milagro
es la máxima expresión de
Amor
que podemos experimentar en nuestro
espíritu
cuando, después de haber aceptado el
Redimir
para nosotros mismos y haber logrado
perdonar
a nuestro hermano por lo que
realmente
no hizo, se corre en nuestra
mente
el velo que nos impedía verlo con la
visión de Cristo
, y nos extendemos a su
Alma
en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la
Unicidad
—Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo
,
el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la
Verdad
, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el
Espíritu Santo
por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la
realidad
del
ego
y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la
meta
del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de
fe
. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y,
LTe.13 (-L341)
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