Un Curso Sobre Milagros
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La única parte de tu mente que tiene
realidad es la que aún
te vincula con Dios.
TX 14 par5
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T14.1 [2] 9 La tarea de ustedes no es hacer la realidad9. 10 Ella está aquí sin que la hayan hecho, aunque no exista sin Ustedes10. 11 Ustedes, que desecharon lo que verdaderamente eran11 y que han valorado tan poco a Dios, escúchenme hablar por Él y por ustedes. 12 No son capaces de comprender cuánto les ama su Padre, pues en su experiencia en este mundo no existe paralelo alguno que les pueda ayudar a comprenderlo. 13 No hay nada sobre la tierra que se Le pueda comparar, ni nada —separados de Él— que hayan sentido, que se Le parezca en lo más mínimo. 14 No son capaces siquiera de bendecir con perfecta afabilidad. 15 ¿No les gustaría conocer a Uno que da para siempre y que no sabe otra cosa que no sea dar?
CH 14. LLEVAR LAS ILUSIONES
HASTA LA VERDAD
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Un Curso Sobre Milagros
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Libro de Lecciones
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P A R T E 1
L E C C I Ó N 155
Me haré a un lado y dejaré que
Él me muestre el camino.
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L155.1 1 Hay una manera de vivir en el mundo que no es del mundo, aunque parezca serlo. 2 No cambias de apariencia, aunque sí sonríes mucho más a menudo. 3 Tu frente se mantiene serena; tus ojos están tranquilos. 4 Y los que caminan por el mundo como tú lo haces reconocen en ti a uno de los suyos. 5 No obstante, los que aún no han percibido el camino también te reconocerán y creerán que eres como ellos, tal como eras antes.
L155.2 6 El mundo es una ilusión. 7 Los que deciden venir a él andan buscando un lugar donde puedan ser ilusiones y, así, escapar de Su Propia Realidad1. 8 Pero cuando se dan cuenta de que Su Realidad se encuentra incluso aquí2, se hacen a un lado y dejan que les muestre el camino. 9 ¿Qué otra decisión pueden realmente tomar? 10 Dejar que las ilusiones caminen por delante de la Verdad es una locura. 11 Pero dejar que las ilusiones se hundan detrás de la Verdad y que Ésta se alce como Lo que es, es sencillamente cordura.
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1 La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
2 … el Amor o Espíritu Santo que se manifiesta en los impulsos naturales o amorosos emergen de nuestro subconsciente y, entre otros, son los impulsos compasivos, caritativos, de compartir, de amistad desinteresada, de verdadera empatía… Ver T1.1.28 [36 a 38], T4.7 [88]
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L E C C I Ó N 155
pár 3-5
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L155.3 12 Ésa es la sencilla decisión que vamos a tomar hoy. 13 Por un tiempo, la ilusión demente seguirá en evidencia para que la vean los que decidieron venir y que todavía no se han alegrado de descubrir que se habían equivocado al decidir. 14 No pueden aprender directamente de la Verdad, puesto que niegan haberse equivocado. 15 Por eso, necesitan un Maestro que no solamente perciba su demencia, sino que también vea más allá de la ilusión, la sencilla Verdad que está en ellos.
L155.4 16 Si la Verdad les exigiese renunciar al mundo, les parecería que se les está pidiendo que sacrifiquen algo que es real. 17 Muchos decidieron renunciar al mundo cuando todavía creían que era real, sufrieron una sensación de pérdida y, por consiguiente, no han sido liberados3. 18 Otros se han decidido únicamente por el mundo, y su sensación de pérdida ha sido aún mayor, pérdida que no han comprendido.
L155.5 19 Entre estos dos senderos hay otro camino que evita cualquier clase de pérdida4, pues tanto el sacrificio como la privación son dejados atrás rápidamente. 20 Éste es el camino que se te pide recorrer ahora5. 21 Vas a caminar por esta senda como otros lo hacen, sin que parezcas ser distinto de ellos, aunque ciertamente lo serás. 22 Así, los podrás ayudar al mismo tiempo que te ayudas a ti mismo y encaminarás sus pasos por el camino que Dios ha despejado para ti y para ellos, por medio de ti.
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3 … o salvados, siendo La salvación 1) es el proceso de deshacer la separación que nunca fue, cuestionando nuestra creencia en la realidad del ego, del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez; 2) es querer creer en el eterno Presente de la Realidad del Amor de Dios, en Cuya Unicidad estamos realmente todos, como Almas perfectas unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios; 3) es ir dejando cada vez más de lado el pensar, percibir y actuar egocentrista del ego y, en su lugar, pensar con el Espíritu Santo; 4) es aceptar el Redimir para nosotros mismos; 5) es perdonar al otro y a los demás y extender los milagros que nos sugiera el Espíritu Santo; 6) es entablar relaciones santas y multiplicar el perdonar y la extensión de milagros. Ver T9.6, T11, T22, T31, LTe.2 (-L231)
4 … en tu espíritu, que es la parte de tu mente que todavía puede comunicarse con Dios por medio del Espíritu Santo,
5 … queriendo creer o, Si, después de haber aceptado el Redimir para ti mismo, has decidido querer creer en la Verdad que nos propone el Curso y aplicarla —en lo que te sea posible— a tu vida diaria, ella curará en tu mente todo pesar y dolor, todo miedo y toda pérdida, porque la sanará de los pensamientos que te aseguraban que todas estas cosas eran reales, y que sufrías debido a la lealtad que les profesabas. Entonces, si no le pones suficiente atención y cuidado a los pensamientos amorosos que de vez en cuando emergen de tu subconsciente, no solamente le estarás pidiendo demasiado poco a tu vida, sino que además vas a privar a los demás de la paz y la alegría que esos impulsos amorosos traen consigo.
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L E C C I Ó N 155
pár 6-7
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L155.6 23 La ilusión parece estar aún ceñida a ti, pero es para que puedas comunicarte con ellos. 24 Sin embargo, ha retrocedido, y no es de ilusiones de lo que te oyen hablar, ni son ilusiones lo que les presentas para que sus ojos vean y sus mentes comprendan. 25 Ahora, la Verdad que va delante de ti les puede hablar a través de la ilusión, pues ahora este camino conduce más allá de la ilusión, y mientras vas adelante los llamas para que te sigan.
L155.7 26 Todos los caminos conducirán finalmente a éste. 27 Pues el sacrificio y la privación son senderos que no llevan a ninguna parte, son decisiones que conducen al fracaso y objetivos cuyo logro nunca se podrá alcanzar. 28 Todo esto retrocede a medida que la Verdad se afinca en ti, para que conduzcas a tus hermanos lejos de los caminos de muerte y los encamines por la senda de la felicidad. 29 Sus sufrimientos no son otra cosa que ilusiones. 30 Sin embargo, necesitan un guía que los ayude a salir de ellas, pues confunden ilusión con Verdad6.
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6 La Verdad, con mayúscula —que realmente no soy un cuerpo sino un Alma, Tal como Dios me creó— según el Curso, no se puede describir ni tampoco explicar; sólo puede experimentarse, en un instante santo del mundo real en nuestro fuero interno, al haber logrado perdonar totalmente a otro y haberlo visto con la visión de Cristo. En esto radica aquí, la paz de Dios. Sus condiciones son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, Cristo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. En minúscula, la verdad es la verdad del ego, cuyo sistema de pensamiento está basado en la creencia de que la percepción que tiene del tiempo y del espacio, y de todo lo que estos contienen, es que son reales, están regidos por las leyes de la evolución y escasez, y constituyen su única y verdadera realidad. Ver T6.6.3 [94], T7.5, T14, T23.2 [13], T29
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L E C C I Ó N 155
pár 8-10
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L155.8 31 Tal es el llamamiento de la salvación, y nada más. 32 Te pide que aceptes la Verdad y permitas que vaya delante de ti, alumbrando la senda que te rescata de la ilusión. 33 No se trata de un rescate que tiene un precio. 34 No cuesta nada, más bien sólo produce beneficios. 35 Las ilusiones tan sólo dan la impresión de mantener encadenado al santo Hijo de Dios. 36 Es únicamente de las ilusiones de lo que se le salva. 37 A medida que éstas retroceden, vuelve a encontrarse a sí mismo.
L155.9 38 Ahora, camina seguro pero con cuidado, ya que este sendero es nuevo para ti. 39 Puede que descubras que aún te sientes tentado de ir por delante de la Verdad, permitiendo que las ilusiones sean tu guía. 40 Se te dieron tus santos hermanos para que siguiesen tus pasos, a medida que caminas con certeza de propósito hacia la Verdad. 41 Ahora, Ésta va delante de ti, para que ellos puedan ver algo con qué identificarse, algo que puedan comprender que les dirige su andar.
L155.10 42 Y, al final del viaje, no existirá brecha ni distancia alguna entre la Verdad y tú. 43 Y todas las ilusiones que marchaban por el mismo camino que tú recorriste se habrán alejado igualmente de ti, no quedando nada que separe a la Verdad de la Compleción7 de Dios, Que es tan santa como Él Mismo. 44 Hazte a un lado con fe y permite que la Verdad te muestre el camino. 45 No sabes adónde vas. 46 Pero Uno que sabe, te acompaña. 47 Deja que Él te guíe con los demás.
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7 La Completitud, con mayúscula, en el Cielo, es de Dios y de todos nosotros como Almas perfectas y eternas que realmente somos, unificadas como Una en Cristo, Su Hijo, Quien es Uno con Su Padre en el Amor del Espíritu Santo que Ambos comparten en la paz y alegría de la eterna Unicidad. En minúscula, cuando pensamos con el Espíritu Santo, la completitud es el reflejo aquí de la eterna Completitud, y se experimenta en nuestro fuero interno en un instante santo del mundo real cuando, después de haber perdonado totalmente a un hermano (s), nos unimos a él (ellos) como uno en la experiencia de Cristo. Y, cuando pensamos con el ego significa las definiciones que se pueden encontrar en el diccionario. Ver T2.5 [102], T6.3 [25], T15.8 [78], T29.3 [19]
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L E C C I Ó N 155
pár 11-15
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L155.11 48 Cuando los sueños se hayan acabado, el tiempo haya cerrado sus puertas a todo lo pasajero y los milagros ya no tengan propósito, el Hijo de Dios no emprenderá más viajes. 49 Ya no tendrá ningún deseo de ser ilusión en vez de Verdad. 50 Y es hacia esto hacia donde nos encaminamos, a medida que progresamos por el camino que la Verdad nos indica. 51 Éste es nuestro viaje final, el cual recorremos por todos. 52 No debemos extraviarnos de nuestro camino. 53 Pues así como la Verdad va por delante de nosotros, también va por delante de los hermanos que nos seguirán.
L155.12 54 Nos encaminamos hacia Dios. 55 Haz una pausa y reflexiona sobre esto: 56 ¿Qué otro camino podría ser más santo, más merecedor de tus esfuerzos, de tu Amor y de tu absoluta dedicación? 57 ¿Qué camino podría darte más de Lo que es Todo, u ofrecerte menos, y aun así satisfacer al santo Hijo de Dios? 58 Nos encaminamos hacia Dios. 59 La Verdad que ahora va por delante de nosotros es Una con Él, y nos conduce Allí Donde Él siempre ha estado. 60 ¿Qué otro camino sino éste puede ser el sendero que quieras escoger?
L155.13 61 Tus pies están firmemente asentados en el camino que conduce el mundo a Dios. 62 No busques caminos que parezcan llevarte a otro lugar. 63 Los sueños no son guías valiosas para ti, que eres el Hijo de Dios. 64 No olvides que Él te ha tomado de la mano y te ha dado tus hermanos que se encuentran bajo Su Cuidado para que seas merecedor de Su Confianza en ti. 65 A Él no se le puede engañar. 66 Su Confianza en ti ha hecho que tu trayectoria sea certera y tu meta segura. 67 No fallarás ni a tus hermanos ni a Tu Yo.
L155.14 68 Y ahora sólo te pide que pienses en Él un rato cada día, para que pueda hablarte y contarte sobre Su Amor, recordándote cuán grande es Su Confianza, cuán infinito Su Amor. 69 En tu nombre y en el Suyo, que realmente son el mismo, practicamos gustosamente a lo largo del día con este pensamiento:
L155.15 70 Me haré a un lado y dejaré que me muestre el camino, pues quiero recorrer el camino que me conduce hasta Él.
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Un Curso Sobre Milagros
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Texto
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Capítulo 14
LLEVAR LAS ILUSIONES
HASTA LA VERDAD
T14.1 INTRODUCCIÓN pár 1-3
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T14.1 [1] 1 A menos que estén libres de culpa1, no podrán conocer a Dios, Cuya Voluntad2 es que Lo conozcan. 2 Por consiguiente, tienen necesariamente que estar libres de culpa. 3 Pero si no aceptan las condiciones que son necesarias para conocer a Dios, es porque Lo han negado y, por consiguiente, no Lo reconocen, a pesar de que les rodea por todas partes3. 4 No se Le puede conocer sin Su Hijo4, cuya inculpabilidad es la condición para conocer a Dios. 5 Aceptar que Su Hijo es culpable es negar tan completamente al Padre que se pierde por completo la posibilidad de reconocer el conocimiento en la misma parte de la mente5 en la que Dios Mismo lo depositó. 6 ¡Si tan solo escucharan y se dieran cuenta de cuán imposible es que esto6 realmente pueda suceder! 7 No doten a Dios de atributos que ustedes comprendan7. 8 Él no fue hecho por ustedes, y cualquier cosa que comprendan no es de Él8.
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1 En el Cielo, según el Curso, no hay normas ni culpa, ya que Dios sólo sabe del Amor que comparte en paz y alegría con todas nuestras Almas perfectas y eternas, Una en Cristo, Su único Hijo, en el eterno Presente de Su Unicidad. Aquí, donde reina la imperfección de los cuerpos regidos por las leyes de la evolución y escasez, cuando pensamos con el ego, la culpa es el sentimiento de no haber estado a la altura de las circunstancias, o de haber faltado contra normas generalmente cambiantes que rigen nuestras vidas. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo y aceptar el Redimir para nosotros mismos, queremos creer que realmente no somos cuerpos sino Almas creadas por Dios a Su Semejanza y, por lo tanto, nunca nos separamos de nuestro Padre y Creador. Además, mediante la visión de Cristo, ahora vemos a las faltas que antes juzgábamos como imperdonables, como errores subsanables por medio del perdón y de la extensión de milagros y, de esa manera, ser aquí el reflejo de lo que realmente somos: el Hijo único, que ama a Dios y es amado por Él en la alegre Concordia del Amor o Espíritu Santo, como era antes de que el tiempo pareciera existir. Ver T5.8 [73], T12, T13.3, T14.2, T16.6, T19.5.1.1
2 La Voluntad de Dios —en el eterno Presente de Su Unicidad en la Que todas nuestras Almas perfectas y eternas están unificadas como Una en la única Alma del Hijo único de Dios— quiere que la felicidad que Su Hijo heredó de Él siga imperturbada: que sea perpetua en la Alegría de la Creación plena y que sea eternamente receptiva y completamente ilimitada en Él. Aquí, la Voluntad de Dios es que por medio del perdón y de la extensión de milagros, nos volvamos el reflejo de ese eterno Presente de la Unicidad, en la Que, en paz y con alegría, nos amamos unos a otros como uno en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Él. Ver T12.7 [64] y [65], T13.5 [41], L193
3 Las condiciones de la Verdad, con mayúscula, según el Curso, son querer creer que: 1) Dios existe, es perfecto y eterno, y en Su Pensamiento de Amor o Espíritu Santo, nos creó a todos —sin excepción y a Su Semejanza— Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, con Quien es Uno en la perpetua Armonía y alegre Concordia del Amor que Se profesan Uno a Otro en el eterno Presente de Su Unicidad; 2) Dios no creó más nada. 3) Por eso, nada de Ésta, Nuestra verdadera Realidad, puede ser amenazado, nada que no sea Ella, realmente existe. 4) En esto radica aquí, la paz de Dios. Ver T7.5, T14, T30.5
4 … el otro, mi hermano, mis hermanos, a quienes he perdonado
5 … el espíritu, que es la parte de nuestra mente que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo
6 … que Su Hijo sea culpable. Inculpabilidad significa la condición de estar libre de culpabilidad. En el Curso, "inculpabilidad" y "estar libre de culpa o de culpabilidad" son sinónimos. La Inculpabilidad, con mayúscula, es del Cielo, donde al nosotros ser todos Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, la culpa no tiene cabida y, aquí, en minúscula, inculpabilidad, es Su reflejo. Ver T11.10, T13.8, T14.2
7 … pensando con el razonamiento, la lógica y el sentido común del ego. Esto incluye las teologías y metafísicas basadas en la creencia de que Dios creó el tiempo y el espacio y todo lo que éstos contienen.
8 … en vuestra mente, que empezó cuando en la en la Eternidad, Donde Todo es Uno con Dios, se adentró una diminuta idea alocada, de la que el Hijo de Dios olvidó reírse. A causa de haberlo enviado al olvido, ese pensamiento se convirtió en una idea seria, capaz de lograr algo, así como de tener efectos reales. (... tales como, entre otras cosas, la hechura del tiempo y del espacio, y de todo lo que éstos contienen, incluyendo la pizca de polvo cósmico que llamamos Tierra y, sobre ella, nuestro cuerpo individual separado y compitiendo con los demás cuerpos por las escasas cosas "buenas"…). Ver T27.9 [82] Ahí empezó la lucha de nuestro ego para convencernos de que olvidáramos a Dios: nos ha estado ofreciendo la "grandiosidad" de sus hechuras para contrarrestar la "Grandeza" de Dios y de Su Unicidad. Piensen en la magnitud de lo que ha significado la separación, que ha hecho que el ego haya visto la necesidad de seguir multiplicando casi al infinito, la fragmentación de todas sus hechuras, de la cuales, el Cosmos y sus huecos negros que explotan de vez en cuando, no son sino una parte…
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T14.1 INTRODUCCIÓN
pár 2-3
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T14.1 [2] 9 La tarea de ustedes no es hacer la realidad9. 10 Ella está aquí sin que la hayan hecho, aunque no exista sin Ustedes10. 11 Ustedes, que desecharon lo que verdaderamente eran11 y que han valorado tan poco a Dios, escúchenme hablar por Él y por ustedes. 12 No son capaces de comprender cuánto les ama su Padre, pues en su experiencia en este mundo no existe paralelo alguno que les pueda ayudar a comprenderlo. 13 No hay nada sobre la tierra que se Le pueda comparar, ni nada —separados de Él— que hayan sentido, que se Le parezca en lo más mínimo. 14 No son capaces siquiera de bendecir con perfecta afabilidad. 15 ¿No les gustaría conocer a Uno que da para siempre y que no sabe otra cosa que no sea dar?
T14.1 [3] 16 Los Hijos pequeños del Cielo viven iluminados por la bendición de su Padre, pues saben que están libres de pecado. 17 El Redimir fue establecido como medio para restaurar la inculpabilidad en la mente que la había negado y, por consiguiente, que se había negado el Cielo a sí misma. 18 El Redimir les enseña la verdadera condición del Hijo de Dios. 19 No enseña lo que ustedes realmente son, o Lo que vuestro Padre es. 20 El Espíritu Santo — Que lo recuerda por ustedes— les enseña sencillamente a quitar los obstáculos que se interponen entre ustedes y lo que Ustedes12 saben. 21 La Memoria del Espíritu Santo es de Ustedes13. 22 Pero si deciden recordar lo que ustedes14 han hecho, están recordando lo que es nada. 23 El recuerdo de la Realidad está en el Espíritu Santo y, por consiguiente, en ustedes.
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9 … el reflejo aquí de la Realidad: La Realidad, con mayúscula, significa la infinita y eterna Unicidad de Dios, en la Cual, todos nosotros, sin excepción, cual Almas unificadas como Una en Cristo, Su único Hijo, somos Uno con Nuestro Padre, compartiendo con Él Su Amor, el Espíritu Santo. Algunos de sus sinónimos son: Cielo, Eternidad, Reino, Reino de los Cielos, Universo. En minúscula, realidad significa la ilusión de la separación, la realidad del tiempo y del espacio y de todo lo que éstos contienen, regidos como están por las leyes de la evolución y escasez que hicimos, realidad en la que habitualmente creemos, percibimos, pensamos y actuamos con el ego. Pero cuando decidimos pensar con el Espíritu Santo, estudiamos y aplicamos el Curso, podemos trascender esta realidad en nuestro fuero interno, ingresando al mundo real, que es el reflejo aquí de la eterna Realidad. Ver T8.10, T11.4, T11.9, T18, T30.9
10 … como Cristo, el Hijo de Dios Que todos ustedes, como Almas, realmente son, Uno con Dios, con Quien, en el eterno Presente, constituyen o crean conjuntamente con Él la eterna Realidad o Unicidad o Reino de los Cielos.
11 … Almas perfectas y eternas, Uno con el Alma única de Cristo, el Hijo de Dios que realmente somos y, Quien es Uno con Nuestro Padre y Creador.
12 … como Cristo
13 … cuando perdonan totalmente al otro, a los otros, y extienden los milagros que les sugiere el Espíritu Santo.
14 … como egos,
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Un Curso Sobre Milagros
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Capítulo 14
LLEVAR LAS ILUSIONES
HASTA LA VERDAD
T14.2 LA CULPA Y LA
INCULPABILIDAD pár 4-15
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T14.2 [4] 1 Los que están libres de culpa1 y los que sienten culpa son totalmente incapaces de comprenderse unos a otros. 2 Cada uno percibe al otro como se percibe a sí mismo, y esto impide que se comuniquen entre sí porque cada uno ve al otro de modo distinto a cómo éste se ve a sí mismo. 3 Dios sólo puede comunicarse con el Espíritu Santo en tu mente, porque sólo Él comparte el Conocimiento2 de lo que realmente eres con Dios. 4 Y sólo el Espíritu Santo puede contestar a Dios por ti, pues sólo Él sabe Lo que Dios es. 5 Todo lo demás que has metido en tu mente no puede existir realmente, pues lo que no está en comunicación con la Mente de Dios no ha existido nunca. 6 La comunicación con Dios es Vida. 7 Sin Ella, no existe nada en absoluto.
T14.2 [5] 8 La única parte de tu mente que tiene realidad es la que aún te vincula con Dios3. 9 ¿Te gustaría que toda ella se transformara en un radiante mensaje del Amor de Dios para ser compartido con todos los solitarios que Lo negaron al igual que tú? 10 Dios hace que eso sea posible4. 11 ¿Vas a negarle Su anhelo de que se Le conozca? 12 Tú5 anhelas estar con Él, tal como Él anhela estar contigo. 13 Esto es así eternamente. 14 Así pues, acepta lo que es inmutable. 15 Deja atrás el mundo de la muerte y regresa tranquilamente al Cielo. 16 Aquí no hay nada que tenga valor, pues todo lo que lo tiene está Allá. 17 Escucha al Espíritu Santo y, por medio de Él, a Dios. 18 Él te habla de ti6 a Ti7. 19 En ti8 no hay culpa, pues Dios es bendito en Su Hijo, tal como Su Hijo es bendito en Él.
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1 Inculpabilidad significa la condición de estar libre de culpabilidad. En el Curso, "inculpabilidad" y "estar libre de culpa o de culpabilidad" son sinónimos. La Inculpabilidad, con mayúscula, es del Cielo, donde al nosotros ser todos Almas perfectas y eternas, unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, la culpa no tiene cabida y, aquí, en minúscula, inculpabilidad, es Su reflejo. Ver T11.10, T13.8, T14.2
2 Conocimiento, con mayúscula, es lo que saben todas nuestras Almas perfectas y eternas, Unificadas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Almas que están compartiendo con Dios, en perfectas paz y alegría, Su Amor o Espíritu Santo, en el eterno Presente de Su Unicidad. En minúscula, conocimiento, cuando pensamos con el Espíritu Santo, es lo que experimentamos en un instante santo del mundo real, al haber logrado perdonar totalmente a otro, con cuya Alma, La mía, ahora, es una; es saber que esa experiencia es el reflejo aquí del eterno Conocimiento. Y cuando pensamos con el ego, es lo que se puede llegar a conocer en este mundo, de acuerdo con sus leyes. Ver T3.5 [35] y [37], T25.4 [25]
3 En minúscula, espíritu o mente acertada, es la otra parte de la mente del Hijo separado que todavía se puede comunicar con Dios por medio del Espíritu Santo. Nada puede llegar al Espíritu (o Alma) desde el ego, ni nada del Espíritu (o Alma) puede reforzar al ego o aminorar el conflicto interno de éste, porque el Espíritu (o Alma) no puede percibir y el ego es incapaz de conocer. Por lo tanto, no están comunicados ni jamás lo estarán. Ver T2.2 [20], T4.2 [8-14-19], T5.3 [12], T5.5 [33], T9.9 [79], T10.5 [31] T31.6, L97
4 … que logremos pensar todo el tiempo únicamente con el Espíritu Santo
5 … como Cristo
6 … que todavía estás separado
7 … como el Alma que, conjuntamente con todas las demás Almas es Uno en Cristo, el Hijo único de Dios
8 … cuando piensas con el Espíritu Santo
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T14.2 LA CULPA Y LA
INCULPABILIDAD
pár 6-7
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T14.2 [6] 20 Cada uno de ustedes tiene un papel especial que jugar en el Redimir, pero el mensaje que se da a cada uno para que lo comparta es siempre el mismo: El Hijo de Dios está libre de culpa. 21 Cada uno enseña este mensaje de manera diferente9 y, por consiguiente, lo aprende de manera diferente. 22 Pero hasta que lo enseñe y lo aprenda, sufrirá el dolor que le producirá la vaga concienciación de que sigue sin realizar su verdadera función10. 23 La carga de la culpa es pesada, pero Dios no quiere que sigas atado a ella. 24 Su plan para tu despertar es tan perfecto como el tuyo es falible. 25 Tú no sabes lo que haces, pero Aquel que sí sabe, está contigo. 26 Tuya es Su afabilidad, y Él guarda en fideicomiso para ti todo el Amor que compartes con Dios. 27 Lo único que quiere enseñarte es cómo ser feliz.
T14.2 [7] 28 ¡Hijo Bendito de un Padre Que bendice completamente, la Alegría fue creada para Ti! 29 ¿Quién puede condenar11 a Quien Dios ha bendecido12? 30 No hay nada en la Mente de Dios que no comparta Su radiante Inocencia. 31 La Creación es la extensión natural de la perfecta Pureza. 32 Tu única misión aquí es dedicarte —con disposición activa— a negar la culpa en todas sus formas13. 33 Acusar es no comprender14. 34 Los aprendices felices del Redimir se convierten en maestros de la inocencia, a la que tiene derecho Todo Lo creado por Dios. 35 No les niegues lo que les corresponde, pues no se lo estarías negando sólo a ellos.
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9 … principalmente por medio del ejemplo,
10 … tratar de ser aquí un reflejo de lo que realmente somos todos en la eterna Unicidad: Almas, Uno en Cristo, el Hijo único de Dios; reflejo que se logra en el instante santo del mundo real, después de haber perdonado totalmente a otro y extendido los milagros sugeridos por el Espíritu Santo.
11 … en este mundo ilusorio
12 … eterno Presente de Su Unicidad
13 … perdonando a todos y cada uno de tus hermanos
14 … porque uno está pensando con el ego en vez de con el Espíritu Santo.
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T14.2 LA CULPA Y LA
INCULPABILIDAD
pár 8-9
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T14.2 [8] 36 Heredar el Reino es el derecho del Hijo de Dios, derecho que se Le dio cuando fue creado. 37 No trates de robárselo, pues si lo haces, estarás pidiendo que la culpa te llegue y, además, la experimentarás. 38 Protege la pureza de Su Hijo contra cada pensamiento que quiera robarla y ocultarla de sus ojos. 39 Lleva la inocencia a la luz, en respuesta al llamamiento del Redimir. 40 No permitas nunca que la pureza permanezca oculta; por el contrario, descorre con tu luz los pesados velos de culpa tras los cuales el Hijo de Dios se ha ocultado a sí mismo de su propia mirada. 41 Aquí todos estamos realmente unidos en el Redimir, y no hay otra cosa en este mundo que nos pueda unir. 42 Así desaparecerá el mundo de la separación y se restablecerá la plena comunicación entre Padre e Hijo.
T14.2 [9] 43 El milagro15 discierne la inculpabilidad que tiene que haberse negado para que se produjera la necesidad de curación. 44 No guardes para ti este grato discernimiento, pues en ella reside la esperanza de felicidad y liberación de cualquier tipo de sufrimiento. 45 ¿A quién conoces que no desee otra cosa que liberarse del dolor? 46 Tal vez todavía no haya aprendido cómo intercambiar su culpa por inocencia, ni se haya dado cuenta de que sólo mediante este intercambio puede liberarse del dolor. 47 No obstante, los que no han logrado aprender necesitan que se les enseñe, no que se les ataque. 48 Atacar a los que necesitan que se les enseñe es perder la oportunidad de aprender de ellos.
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15 Un milagro es la máxima expresión de Amor que podemos experimentar en nuestro espíritu cuando, después de haber aceptado el Redimir para nosotros mismos y haber logrado perdonar a nuestro hermano por lo que realmente no hizo, se corre en nuestra mente el velo que nos impedía verlo con la visión de Cristo, y nos extendemos a su Alma en una unión de Amor en la que también se encuentran incorporadas todas las demás Almas, ya que en el eterno Presente de la Unicidad —Que es Donde realmente estamos todos como Almas perfectas y eternas— somos Una en Cristo, el Hijo único de Dios. En este sentido, al reflejar aquí las Leyes de Dios y la Verdad, el milagro trasciende las leyes de este mundo. El uso primario del milagro que hace el Espíritu Santo por medio de nuestro espíritu, es extender Su Amor para curar la mente del hermano que hemos perdonado de su creencia en la realidad del ego y, al mismo tiempo, consolidar la curación de la nuestra. El milagro es el medio para alcanzar la meta del Curso. El milagro no se pide sino que sucede, y al suceder, se acepta mediante un acto de fe. Ver las definiciones de las palabras en negrillas en el Glosario y, LTe.13 (-L341)
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T14.2 LA CULPA Y LA
INCULPABILIDAD
pár 10-12
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T14.2 [10] 49 Los maestros de la inocencia se han unido —cada uno a su manera— para desempeñar el papel que les corresponde en el programa unificado de estudios del Redimir. 50 Fuera de este programa, no hay otro que unifique las metas de enseñanza. 51 En este programa de estudios no hay conflictos, pues sólo tiene un objetivo, sin que importe cómo se enseñe. 52 Cada esfuerzo que se haga a su favor es ofrecido con el solo propósito de liberar de la culpa, para eterna Gloria de Dios y de Su creación. 53 Y cada enseñanza que apunte en esa dirección apunta directamente al Cielo y a la paz de Dios. 54 No hay dolor, pruebas, o miedo que esta enseñanza no pueda vencer. 55 El poder de Dios Mismo la apoya y garantiza sus resultados ilimitados.
T14.2 [11] 56 Une tus propios esfuerzos al poder que no puede fracasar y que tiene necesariamente que conducir a la paz. 57 No hay nadie que no se conmueva con una enseñanza como ésta. 58 No te sentirás excluido del poder de Dios si te dedicas a enseñar sólo esto. 59 No estarás exento de los efectos de esta santísima lección, la cual sólo se propone restablecer lo que constituye el derecho de la Creación de Dios. 60 De todos los que liberes de la culpa, vas a aprender inevitablemente lo que es tu inocencia. 61 El círculo del Redimir no tiene fin. 62 Y sentirás cada vez más la confianza de estar incluido y a salvo dentro de lo que es para todos, con cada uno que traigas a su seguridad y paz perfecta.
T14.2 [12] 63 ¡Que la paz16 sea, pues, con todo aquel que se convierte en maestro de paz! 64 Pues la paz es el reconocimiento de la pureza perfecta de la que nadie está realmente excluido. 65 Dentro de su santo círculo se encuentran todos los que Dios creó como Su Hijo. 66 La alegría es su atributo unificador, sin que quede nadie afuera y solo, sufriendo a solas el dolor de la culpa. 67 El poder de Dios atrae a todos hacia el seguro regazo de Amor y unión que ofrece el círculo. 68 Sitúate tranquilamente en este círculo y atrae a todas las mentes torturadas para que se unan a ti en la seguridad de su paz y santidad. 69 Dentro de él, mora a mi lado como maestro del Redimir y no de la culpa.
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16 Paz, con mayúscula, es el estado en el que nos encontramos en el eterno Presente de la Unicidad por ser amados y amar, es saber que realmente no somos cuerpos sino Almas, unificadas todas como Una en Cristo, el Hijo único de Dios, Quien es Uno con Su Padre, en perfecta quietud y perfecta libertad de todo peligro, conflicto, culpa o escasez. En minúscula, cuando pensamos y percibimos con el Espíritu Santo, paz es el estado que experimentamos en el mundo real cuando hemos perdonado totalmente al otro y extendido los milagros que nos ha sugerido el Espíritu Santo. Pero cuando pensamos con el ego, paz es el estado que se puede obtener transitoriamente según los acuerdos y leyes del mundo. Ver T6.6.2, T7.7, T13.5, T19.5, T24, T29.6, T29.7, L105, L188, L200, M11, M20
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T14.2 LA CULPA Y LA
INCULPABILIDAD
pár 10-12
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T14.2 [13] 70 Bendito seas tú que enseñas conmigo. 71 Nuestro poder no emana de nosotros, sino de Nuestro Padre, 72 a Quien conocemos en nuestra inculpabilidad, tal como Él Nos conoce libres de culpa. 73 Yo estoy dentro del círculo, y te convoco a la paz. 74 Enseña paz conmigo y pisa conmigo tierra santa. 75 Recuerda a cada uno el poder que tu Padre le ha dado. 76 No creas que no puedes enseñar Su paz perfecta. 77 No te quedes afuera, únete a mí dentro de él. 78 No dejes de cumplir el único propósito al que te llama mi enseñanza. 79 Devuelve a Dios Su Hijo tal como Él lo creó enseñándole su inocencia.
T14.2 [14] 80 La crucifixión no juega ningún papel en el Redimir. 81 Sólo la resurrección lo tiene, y esa fue mi contribución a Él. 82 La resurrección es el símbolo de la liberación de la culpa por medio de la inculpabilidad. 83 Tú quieres crucificar a todo el que percibes como culpable. 84 Pero puedes devolverle la inculpabilidad a todo el que consideres libre de culpa. 85 La crucifixión siempre es el objetivo del ego, 86 que considera culpable a todo el mundo y, mediante su condenación, quiere matarlo. 87 El Espíritu Santo sólo ve la inculpabilidad, y mediante Su afabilidad quiere liberar del miedo y restablecer el reinado del Amor. 88 El Poder del Amor reside en Su afabilidad que, al ser de Dios, no puede ni crucificar ni sufrir crucifixión. 89 El templo que restauras se convierte en tu altar, pues fue reconstruido por medio de ti. 90 Y todo lo que das a Dios es realmente tuyo. 91 Así crea Él, y así tienes tú que restaurar.
T14.2 [15] 92 A cada uno de los que ves lo ubicas dentro del santo círculo del Redimir o lo dejas fuera de él, según juzgues que merezca la crucifixión o la redención17. 93 Si lo traes al círculo de la pureza, descansarás con él allí. 94 Si lo dejas fuera, te unirás a él allá. 95 No juzgues a menos de estar en la quietud que no emana de ti. 96 Niégate a aceptar que alguien se quede sin la bendición del Redimir y, bendiciéndolo, tráelo adentro. 97 La santidad tiene necesariamente que compartirse, pues en eso radica todo lo que la hace santa. 98 Ven gustosamente al santo círculo, y mira en paz a todos los que piensan que están fuera de él. 99 No dejes a nadie fuera del círculo, porque estar dentro es lo Él que busca conjuntamente contigo. 100 Ven, unámonos a él en el santo lugar de paz, que es para todos nosotros, unidos como uno dentro de la Causa de la paz.
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17 La redención es lo que pone fin a la crucifixión del Hijo de Dios cuando perdonamos al otro y extendemos los milagros que nos sugiere el Espíritu Santo. Ver T12.3, M28
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